miércoles, diciembre 20, 2006

Domingo, 17 de diciembre de 2006
Ascensión al HUMA desde El Chorro. "Por los fondos marinos del Jurásico"

Al llegar a la altura de Ardales la zona de los embalses se encontraba cubierta por una densa niebla matinal y mientras Carlitos iba durmiendo en el asiento de al lado, yo me iba sumergiendo en un paisaje de sueños, al son de “Eduardo Manostijeras”, a lo largo de ese tramo repleto de rendoedas formaciones rocosas entre el “Puerto de la Atalaya” y el Embalse del Chorro, donde los primeros rayos de sol ya se posaban sobre las impresionates paredes del Desfiladero de Los Gaitanes y del Tajo de la Encantada.

Al llegar al bar de los hippies ya nos esperaban los anfitriones de la ruta: Miguel “El Hombre que sabía demasiado” y Patricia “La mujer que miraba las estrellas”, escoltados por Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta”. Y allí fuimos apareciendo Jon “El Huracán de Sheffield”, Lindsey “La Sonrisa de Monalisa”, Carlitos “El poeta de las Cumbres”, Santa Claus Per Johan y su mujer Anne Christina “La Flor de Estocolmo”, Rafa Flores en persona, escoltado por ocho miembros del Sanedrín de Pasoslargos llegados desde Ronda, desde Rota, Reinaldo con Manuela “Los Emperadores de la Bahía” y mas amigos llegados de Sevilla, Granada, Ojén, Marbella y cerrando la comitiva casi con el pistoletazo de salida: Hector “El Caimán de Puentegenil” acompañado por dos ninfas, en definitiva, junto a los cinco amigos de “La Bota Viajera” que inciaron la Ascensión con nosotros un grupo de 40 personas.

Nada mas salir pequeña pausa para fotografiar un pequeño mosaico de azulejos a modo de mapa artístico de la zona y poco después el típico cartelón de La Junta de Andalucía anunciando la “Ruta La haza del Río”, que da mas lugar a la confusión que a una fácil interpretación. Una vez realentizada la marcha, Manuela comentaba que sólo faltaba el “sinpecado” para que aquello pareciera una romería. Por pequeñas veredas fuimos ganando rápidamente altura, conforme atravesábamos el bosque de pinos y eucaliptos al tiempo que evitábamos los prolongados zig-zags del carril. Y es que siempre que se pueda, hay que evitar las pistas. Y así llegamos a situarnos justo debajo de las paredes del Tajo de la Encantada en un punto donde Miguel y Patri (que ya habían hecho una ruta exploratoria semanas antes), tenían localizado un interesante yacimiento de fósiles de ammonites con los que mas de uno recordó su época de coleccionista de minerales y fósiles o sus clases de geología. Poco después siempre con las paredes del tajo a nuestra izquierda, donde encontramos la cantera abandonada de Silex y Pedernal, llegamos a una zona con algunas encinas donde nos volvimos a reagrupar para iniciar la ascensión por el tramo de las denominadas “Escalerillas Árabes”, para acceder a ellas abandonamos el carril, para superar un pequeño tramo de trepada también a nuestra izquierda y desde allí seguir caminando por una senda arenosa y rocosa con algunos tramos aéreos no recomendables para los que padecen de vértigo. Sin duda se trata de uno de los tramos mas bonito de toda la ruta y donde posiblemente se hicieran mas fotos por cada metro recorrido, ya que la sensación de altura es tremenda, teniendo a nuestros pies todo el tramo que hemos dejado atrás, con el embalse del Chorro allá abajo y la torre del “Contraembalse de la Encantada” presidiendo la “Mesa de Villaverde” que ya tenemos frente a nosotros y que vamos superando a cada paso que damos. Conforme va girando la senda siempre en permanente ascensión, llegamos al denominado tramo de “Las Escalerillas Árabes”, donde las rocas de la zona se han moldeado a golpe de pico, para hacer transitable el paso hacia el otro lado, a donde llegamos tras cruzar la típica alambrada, que salvamos fácilmente situada en el collado, desde el cual podemos ver el angosto Valle del Arroyo de las Pedreras, tras el cual ya podemos ver la ladera este del Huma, a la que se accede por una falla inclinada que se encuentra unos 300 m. a la derecha (al norte) del Cortijo del Campedrero, situado a los pies de “Los Tajos del Arrejanado”. Sin duda alguna este fue el moment en el que mas se estiró “el chicle” del grupo en toda la ida, ya que mientras los translíbicos Jon y Reinaldo, seguidos por los mas audaces subieron por paredes casi verticales, el resto del grupo lo hicimos por la denominada falla, que a modo de escalera inclinada, permite una subida mucho mas asequible.

Una vez superado “El Tajo del Arrejanado” nuevo reagrupamiento, tiempo para alguna broma y reanudamos la marcha siguiendo los hitos de piedra, por una senda que se dirigía en línea recta al suroeste, ganando altura muy suavemente, casi faldeando la ladera, de tal manera que llevamos la cumbre a nuestra derecha, hasta que se llegamos a una zona próxima a las paredes de la antecumbre, que se salvan fácilmente superando algunos “escalones rocosos” de poco mas de un metro. Desde allí fuimos llegando a la cumbre con la única precaución de colocar bien el pie a cada paso para no quedarnos encajonados en esa terreno tan característico de lapiaces que hay en su achatada cumbre, donde nos encontramos con una meseta de algo mas de un kilómetro, ligeramente inclinada donde nos reagrupamos todos en pocos minutos. Dada la buena temperatura y la ausencia casi total de viento impropia de esta época del año, una vez en el punto geodésico (1.199 m.), se llevó a cabo el almuerzo y parada principal del día, mientras nos recreábamos con las vistas: al norte muy cerca de nosotros, la cumbre hermana “El Pico Capilla” (perteneciente al Valle de Abdalajis) y mas lejos “La Peña de los Enamorados” entre medio Las Subbética cordobesas presidida por “La Tiñosa”, girando hacia el este: El Camorro Alto, Torcal, Camarolos, Sierra Nevada asomándose tímidamente entre la calima y La Maroma, (El Everest de la Axarquía: nuestro próximo objetivo de los Techos provinciales de Andalucía), al sur las Sierras litorales de Mijas, Coín, Sierra Blanca y Canucha, tapando a Los Reales y ya girando de oeste a suroeste: Sierra de las Nieves, Terril y Algámitas, Castellón de Teba o Peñarrubia y Laguna de Fuente de Piedra. Mientras se ofrecían generosamente turrones y otras delicias navideñas, Carlitos acudió como un rayo cuando vió que Carlos Tapia, “El aprendiz de Mago” se sacaba de su chistera la bandera del “Atlético de Madrid” y en el punto geodésico, añorando sus tiempos de juventud en el Madrid de los 80, nos cantó emocionado su himno y como se sentía inspirado poco después nos recitó una magnífica poesía marca de la casa, dedicada a la belleza de la mujer…¡ese es mi Carlitos!.

Tras exponer las distintas alternativas para bajar, se decidió iniciar el descenso por los primeros centenares de metros por los que habíamos llegados a la cumbre teniendo en un principio la “Mesa de Villaverde” con el contraembalse, frente a nosotros y por encima la Sierra de Alcaparaín con el Pico Valdivia a la izquierda y el Grajo a la derecha, desviándonos poco después hasta una espectacular y vertiginosa balconada en el perímetro suroeste de la cumbre con unas vistas impresionantes sobre “Los Tajos del Gaitanejo o del Almorchón” en cuya plataforma se encuentra el famoso “Mirador de Las Buitreras” donde habíamos estado semanas antes en una de nuestras rutas familiares. También pudimoscontemplar el “Pico del Convento” y el Castellón de Teba o Peñarrubia dominando el horizonte del conjunto pe Embalseses del Guadalteba y Guadalhorce. Desde aquí se podía haber continuado el descenso por la cómoda senda por la que se subió, pero para darle un toque de aventura a la jornada, se decidió bajar a “jierro” por canchal y las diferencias entre los que bajan como motos y los que tenemos mas dificultades adquirieron unas dimensiones tremendas con los “Tajos del Cuervo” frente a nosotros como testigo. Al llegar al carril situado a los pies de “Los Tajos del Arrejanado” nos esperaba la mitad del grupo, mientras que el grupo delantero hacía lo propio en el fondo del valle. Con la idea de reagruparnos todos en el “Cortijo del Campedrero” nos dirigimos hacia allí, para una 2ª paradita antes del descenso definitivo y disfrutar de un día tan bonito. Pero al ver que el primer grupo continuaba hacia el fondo del valle, fuimos tras ellos con la intención de enlazar en “El Cortijo de Las Pedreras”, sin embargo, cuando llegamos allí ya se habían ido. Así que decidimos hacer una paradita para un “kit-kat”. Mientras el grupo delantero, en el que se encontraban algunos compañeros con mas de dos horas de coche para regresar a casa, iniciaba la “translíbica” variante del Barranco de Las Pedreras al pie del Tajo de la Encantada. El resto, con mas tiempo (ó menos prisas por terminar), disfrutábamos de una agradable pausa, contemplando el paisaje, la claridad del día y casi deseando que no llegara a su fin una jornada tan completa y espectacular como esta.

Casi con pereza, iniciamos el tramo final de descenso, entre grandes matorrales de romero, aulagas, tomillo y palmitos, llegando a una pequeña meseta desde donde teníamos dos opciones para continuar: “Opoción A” el escarpado y abrupto “Barranco de Las Pedreras” a la izquierda por donde habían bajado los “translíbicos”, o bien “La opción B” bajando a la derecha por la vertiginosa senda paralela a la pedrera ya muy próxima a la base del Desfiladero de Los Gaitanes, donde ya teníamos vistas del Embalse del Chorro, el mismo lugar por donde habíamos bajado, dos años antes, Francis, Rafa, Jon, Ángel y yo, así que por aquello de mas vale malo conocido que bueno por conocer, iniciamos el descenso por allí. Y aunque sólo de asomarse ya se te ponían los pelos como escarpias, al final no resultó tan complicado como parecía desde arriba, además hubo gran compañerismo colaborando con quienes llevaban un poco mas difícil la bajada y antes de darnos cuenta ya estábamos haciéndonos las fotos correspondientes con las paredes del Desfiladero de Los Gaitanes, La Cruz del Chorro y el espectacular puente de piedra por donde pasa la vía del tren, justamente donde desembocaba el Barranco de las Pedreras y por donde habían finalizado el descenso nuestros compañeros, mientras que nosotros llegábamos al mismo punto sin la necesidad de caminar en ningún momento junto a la vía del tren, ya que unos guardas colocados allí a tal efecto, nos indicaron una senda que venía a dar directamente a la base del mismo puente de piedra, tras el cual volvimos a reusar de caminar por el carril paralelo al embalse del Chorro, para volvernos a adentrar por la zona del perímetro del camping, donde nos encontramos con una preciosa ermita, que jamás habíamos visto antes en nuestras anteriores visitas al Chorro. Fue todo un lujo contar con la presencia de Angel “El pintor de paisajes”, Rafa Márquez “El Aristóteles de la Senda” y Magda “La Pimentonera de Águilas” para compartir las magníficas sensaciones de este último tramo del camino con las últimas luces del día con las que por fin nos reagrupábamos todos en el bar mas próximo a la Estación del Chorro, donde nos despedimos después de apurar unos refrescos de un sorbo, escuchar una nueva poesía de Carlitos, contar un chiste y desearnos Feliz navidad y próspero 2007.

martes, diciembre 12, 2006

Domingo 10 de diciembre de 2006
Parauta-Igualeja (Valle del Genal)


10.30 Venta del RINCÓN TAURINO: 30 personas, entre las que se encuentran numerosos niños acompañados de sus padres, acuden a esta convocatoria para disfrutar de una bonita ruta familiar, de fácil trazado y atractivos parajes, donde los pequeños fueron los grandes protagonistas. Conforme el personal va llegando, se van pidiendo todo tipo de desayunos, destacando las famosas tostadas de la casa, que tanto nos había recomendado nuestro gran amigo Moya. Una vez que parece haberse formado ya el grupo definitivo, nos dirigimos a Parauta desde donde empieza a caminar todo el grupo con los mas pequeños, mientras cuatro coches (sólo con los conductores), nos dirigimos rápidamente a Igualeja, para dejar allí tres, y regresar en el “cuarto” a Parauta, siguiendo los pasos del grupo con los que no conseguimos enlazar hasta el “Arroyo Granados”, a unos dos kilómetros del comienzo y es que, al contrario de lo que cabría esperar, los niños han ido tirando del grupo a un ritmo trepidante. Momento que aprovechamos para hacer la foto de grupo. Sólo me quedó la pena de no haber tenido a mano mi cámara al comienzo de la ruta, ya que al salir de Parauta, en dirección Igualeja, se obtienen unas vistas magníficas de la “Cancha Almola” y el piramidal “Cerro Malhacer” a la izquierda, por encima del mar de castaños, entre los que todavía amarilleaban algunos.

Una constante que se repite en todas las rutas entre los distintos pueblos del Valle del Genal, y es que su perfil siempre va a ser precisamente una “V” ya que cada travesía se realiza atravesando pequeños arroyos tributarios del Genal, ó el mismo río, con lo cual, al salir de cada pueblo, (a excepción de Igualeja, único que está en la misma orilla del Genal). Salgamos de donde salgamos, siempre vamos a comenzar bajando hasta el fondo de un valle y a continuación comenzaremos a subir, como fue nuestro caso después de atravesar el “arroyo Granados”, a partir del cual, el camino en dirección Igualeja, deja de ser una pista forestal, para transformarse en senda, haciendo bueno el nombre de este bello deporte que tanto nos gusta a todos. Unos inmersos en sus charlas, los niños jugando con la hojarasca, recolectando setas o las últimas castañas, otros con sus fotos y la mayoría recreándonos en la belleza del pasaje y los rincones por donde íbamos pasando. Hasta que, llegamos al collado situado al final de la “Cuesta de la Tetona” precisamente por donde el año pasado se había iniciado la “1ª Travesía del Genal”, partiendo desde Igualeja, que ya teníamos a la vista desde aquel punto. Sin embargo, a sugerencia de Rafa Flores y Rafa Márquez, dado que íbamos muy bien de tiempo, dimos un pequeño rodeo oeste-suroeste para entrar en Igualeja por el camino Viejo que antaño se utilizaba para ir a Cartajima.

Conforme nos íbamos aproximando a Igualeja, las perspectivas sobre el pueblo con sus encaladas casas eran una auténtica maravilla, bajo un intenso cielo azul, disfrutando de una temperatura muy agradable y con la posición del sol en el lugar ideal para fotografiar el pueblo con el Cerro de la Fuensanta al fondo, en cuyas empinadísimas laderas se encuentran las cueva del mismo nombre que el cerro y la de “la Excéntrica”. La llegada al pueblo fue muy bonita, sin embargo, al llegar al río Genal, a mas de uno nos sorprendió ver la cantidad de basuras y desperdicios arrojados sobre su mismo cauce y la vegetación de ribera que crece en sus orillas. Algo inexplicable, teniendo en cuenta que precisamente el mayor reclamo turístico de estos pueblos es la belleza del paisaje y la mayor parte de los desperdicios, bolsas de plástico y envases varios que vimos, se podría recoger perfectamente en una sola mañana con una sola cuadrilla organizada por el ayuntamiento. Por increíble que parezca este es un problema que se viene padeciendo desde siempre y nadie mueve un solo dedo para evitarlo, cuando en una sola mañana se podría limpiar lo mas gordo. Una vez mas lo que en cualquier pais avanzado sería un auténtico escándalo, en España es normal y es que desgraciadamente estos detalles nos recuerdan que junto a Grecia, Italia y Portugal, estamos entre los países mas guarros de Europa y que peor cuida y defiende su patrimonio natural.

Atravesando el pueblo, nos encontramos con un vendedor ambulante de mantecados y dulces navideños, que en una pequeña furgonetilla iba pregonando sus productos a la antigua usanza. Afortunadamente al llegar al paraje del nacimiento “oficial” del Genal, todavía bajo el sol, pudimos realizar numerosas fotos antes de que el grupo se instalara en el parque anexo, mesitas y sillitas incluidas, para disfrutar de las mas variadas y diversas viandas entre las que destacaron tortillas gigantes, sabrosos filetes empanados de cerdo y ternera, ensaladas y ensaladillas variadas y la impresionante tarta de castañas bañada en chocolate que “Mari Paz” le había preparado a su hijo “Carlos Tapia Jr” que aquel día cumplía diez años y que contó con las 30 personas para cantarle el cumpleaños feliz en el mágico “Paraje del Nacimiento” que afortunadamente siempre está impecable. A continuación todo el mundo pudo degustar la tarta, que muchos probamos por primera vez, comprobando lo buena que estaba y al mismo tiempo lo mucho que llenaba, con las consiguientes bromas de si producirían los mismos gases que las castañas.

Antes de despedirnos parte del grupo prefirió regresar a pie hasta Parauta, para recuperar sus propios coches, el resto nos trasladamos con los coches de apoyo, para recuperar los que habíamos dejado por la mañana en Parauta. Los que veníamos de la costa, nos marchamos sin demora y el resto de familias que venían de Ronda, aún tuvieron tiempo de dirigirse a Conejeras, para disfrutar del whisky y el termo de café que habían preparado para disfrutar de los últimos rayos de sol, de aquella jornada que terminó siendo muy gratificante para todas las personas que asistimos, como José Lainez y Lourdes, que vinieron con su perrita desde Sevilla, Pepa Godinez y su hijo Manuel Burrezo

que debutaban con nosotros viniendo desde Alhaurín de la Torre, así como Celia ó Reme, otra novedad importante fue la reaparición de Antonio y Carmina de Alhaurín el Grande tras muchos meses de ausencia, por lo demás los clásicos de Ronda y de la Costa y ese grupo de chavales, que posiblemente nos tomen el relevo algún día en la organización y coordinación de rutas senderistas.

Jueves 7 de diciembre
Ascensión en solitario a la Cancha Almola y Cerro Malhacer
(divisoria Valle del Genal-Meseta de Ronda)


Cuando las montañas hablan...

Cómo llegar:
Para realizar la ascensión a “LaCancha Almola” existen varias alternativas, no obstante, las mas clásicas son las de la cara norte, que parte de un carril próximo al Rte. La Parrilla, en la misma carretera San Pedro-Ronda, muy cercana ya a esta última localidad. La otra que fue la que yo cogí se realiza por la cara sur, su perfil mas característico. Para ello, una vez situados en lab venta del RINCÓN TAURINO, junto a la cual nos encontramos con la única gasolinera existente en todo el trayecto de San Pedro y Ronda. Una vez aquí, tomamos dirección Cartajima, nada mas adentrarnos por esa carretera, dejaremos a nuestra izquierda el desvío a Parauta y continuamos todo seguido dirección Cartajima y a menos de 4 km. del anterior cruce, vamos a pasar sobre el puentecito del Arroyo Bolones, cuyas aguas bajan del Almola, ya estamos muy próximo al comienzo, el cerro Malhacer lo tenemos primero de frente y después va quedando a nuestro costado derecho, de tal manera que una vez que estamos a sus pies, dejamos el coche en el único ensanche de cuneta (a la derecha) que existe en todo este tramo de carretera y que reconoceremos muy fácilmente, ya que desde aquí, estamos viendo frente a nosotros unos 200 m. mas adelante en dirección Cartajima, un gran cortijo que nos llamará la atención y que tendremos siempre a la vista, durante gran parte del recorrido. Y en el lado derecho de la carretera, donde hemos dejado el coche, parten dos carriles, uno se dirige al sur como si fuera a Cartajima o a su “torcalillo”, mientras que el nuestro se dirige al noroeste, dirección Cancha Almola, que es el que tomamos, avanzando en paralelo a la carretera por la que hemos venido, peroseparándose mas de la misma con respecto nos acercamos a la gran mole rocosa.

A pesar de haberse anunciado con antelación, al ser un jueves 7 de diciembre, que caía entre dos festivos nadie me pudo acompañar. Mucha gente en mi lugar lo hubiera dejado para otra ocasión y aunque siempre puede dar pereza o miedo, hacer una subida en solitario por terreno escarpado y con la entrada de una borrasca, sentí la llamada de la montaña y allí estaba yo, caminando a los pies del Cerro Malhacer que ahora tenía a mi izquierda y de frente la gran mole rocosa de la Cancha Almola, a cuyos farallones rocosos me iba acercando a cada paso, al llegar al pequeño valle, que se forma entre el Almola y Malhacer, me llamó poderosamente la atención la pureza del agua que fluía por el Arroyo Bolones, bajando paralelo a un precioso torcalillo, con pequeños saltos de agua, que añaden mas tonalidades musicales al entorno.

Hacía un frío tremendo, el viento de poniente zumbaba con fuerza, los matorrales arrastraban una música melancólica, casi apocalíptica. Al acercarnos a la gran pared aoocidental, que es la que tenemos mas cerca, la dejamos a nuestra izquierda de tal modo, que nos dirigimos al único hueco existente en la parte mas bajita de ese gran farallón rocoso, que reconoceremos fácilmente por tener un pequeño cartel de reserva de caza, junto a una alambrada que se salta fácilmente, con el Cerro Malhacer, todavía próximo a nosotros, siempre a nuestra espalda, nada mas pasar este collado, con pequeños tramos de trepada entre grandes rocas, pasamos a una zona de pradera, a modo de empinada plataforma, que nos hace muy llevadera la subida. A mitad de esta pradera empedrada, encontramos fácilmente una senda que faldea la montaña hacia el este (a nuestra derecha según el sentido de la marcha). Pero la debemos ignorar, aunque sigamos subiendo sin senda definida, porque hay que llegar arriba del todo de esta pradera, cada vez mas empedrada, unos 200 m. antes del final de la misma, vamos a ver a nuestra izquierda, justo en la parte baja de otra pared rocosa una cueva ciega, que resultó no tener mas de 20 m. de profundidad, aquel lugar me resultó verdaderamente mágico, ideal para la meditación, hasta el punto que llegué a sentirme cerca de los que ya se han ido. Al salir de la cueva con el espíritu y las energías renovadas, retomé la subida, por la pendiente de la pradera, cada vez mas empinada y pedregosa, hasta que al final hay dos zonas bien definidas con bastante matorral de aulagas, en tal caso cogemos el aulagar de la derecha y a partir de ahí ya superamos uno de los numerosos cordales que tiene la Cancha Almola y entramos en pleno “canchal”, aunque con las rocas todavía no demasiado afiladas, y con pequeños tramos de hierva intermitente, que unidos a las huellas de las cabras que han dejado marcadas en la roca con el barro de las pezuñas, nos llevan directamente a la cumbre sin esfuerzo.

Sin embargo, al llegar a la cumbre, el fuerte viento que arrastraba los terribles nubarrones oscuros, convertía cada paso en un desafío, ya que conforme nos vamos introduciendo en esa gran plataforma que es la cumbre, las afiladas rocas de la cumbre van aumentando su tamaño. Sin embargo, tenemos pequeños tramos de tregua, encontrando nuestros mejores aliados en unos pequeños praditos circulares a modo de plazoletas o pequeños circos glaciares en miniatura, rodeados de canchal por todas partes, donde el verde intenso de la suave hierba, contrasta con el blanco y gris de las afiladas rocas calizas, por las que me fui abriendo paso hasta llegar a la cumbre, una cumbre huérfana de punto geodésico, que tan sólo estaba señalada por unas cuantas piedras amontonadas y las cáscaras de naranjas, que justifican todas sus acciones diciendo aquello de: ¡…como es biodegradable… no importa!. Desde la cumbre se disfruta de una amplia panorámica de 360º: al norte, Ronda y su gran meseta, al este Sierra Hidalga y la Sierra de las Nieves, al Oeste: la mesetade Jarastepar, y el macizo de Grazalema por encima de la Sierra de Líbar y al Sur gracias al cortado mas próximo a la cumbre una magnífica panorámica de los Reales de Sierra bermeja, Sierra Crestellina, la Loma del Jardón y un amplio sector del Valle del Genal. Tras hacerme la foto de rigor mientras los pliegues del pantalón hacían ruido con las fuertes sacudidas del viento, inicié el camino de retorno, en medio de aquel laberinto de canchal, por donde todo parecía absolutamente igual y distinto al mismo tiempo.

Con los nubarrones cada vez mas negros, amenazando de lluvia de un momento a otro y con un viento terrorífico, me costó bastante encontrar el camino para bajar por donde había subido y fueron varios los rodeos que tuve que dar hasta encontrar la senda buena, pero antes de darme cuenta ya estaba otra vez a la orilla del arroyo “Bolones”, aprovechando que el viento se había echado un poquito e incluso comenzaba a clarear un el cielo, decidí comerme el bocata que llevaba, mientras me recreaba en las alucinantes formas de algunas rocas, a cual mas curiosa.


Pero todavía quedaba la segunda parte de la etapa “El Cerro Malhacer” que tenía frente a mí, con sus laderas plagadas de lirios, para subir al Malhacer, avanzamos en paralelo al Arroyo Bolones, rodeando el cerro de tal manera que siempre lo llevamos a nuestra izquierda, pronto atravesamos una verja, de tal manera que la alambrada queda entre nosotros y el arroyo que llevaremos siempre a nuestra derecha, mientras vamos rodeando el Malhacer, siempre a nuestra izquierda, hasta que completamos un radio de 180º alrededor del cerro y llegamos al "Cortijo del Cura" (ahora denominado Cortijo Rosado), desde aquí se accede fácilmente a la cumbre por senderillos de cabras que se abren paso entre el mar de aulagas, previo al pequeño pradito nos encontramos al llegar a esta cumbre, salpicada por algunas rocas, siendo sin duda una atalaya privilegiada para disfrutar de las mejores panorámicas del Alto Genal.

El tiempo estimado IDA y VUELTA desde donde se deja el coche hasta la cumbre del Malhacer, es de menos de una hora, mas el tiempo que nos llevemos extasiados en la misma.

Todo junto se puede realizar perfectamente en 5 horas, si bien, hay que añadir una buena pausa para almorzar, mas las paradas oportunas para descansar de vez en cuando, fotografiar, etc…

¿Sabía que existen dos teorías sobre por qué se le llama “Cancha” a este tipo de montaña caliza?

La primera se basa en la denominación con la que se conoce a todas las montañas cuya cumbre está formada por una gran meseta de forma rectangular, en referencia a la forma rectangular con la que denominamos “cancha” a un terreno de juego destinado a la práctica de cualquier deporte que se realice sobre una superficie rectangular.

La segunda teoría hace referencia a la denominación de la palabra “Canchal” que utilizamos para nombrar un terreno lleno de peñascos o de grandes rocas descubiertas, generalmente muy afiladas debido a un avanzado proceso de “karstificación”, que es la carácter´stica principal de esta montaña, principalmente en su cumbre y grandes áreas de sus laderas.

Aunque esta segunda teoría debemos descartarla, ya que entonces la conoceríamos como “Canchal” Almola y casi todas las montañas de la serranía y sus alrededores tendrían que llevar esta misma denominación. Con lo cual nos inclinamos mas por la segunda teoría que se apoya mas en la forma y no en la composición del terreno.

miércoles, diciembre 06, 2006

Lunes 4 de diciembre de 2006,
Güejar Sierra, Paraque Nacional de Sierra Nevada (GRANADA)

Por tercer año consecutivo, hacemos "La Vereda de la Estrella"

6:25 am. Un mensaje en el móvil se anticipa a la alarma. Remite Manolo diciendo: Si os apetece daros un baño a la vuelta en una poza de aguas sulfurosas que conozco en Santa Fé, echar bañador, chanclas y toalla. Reenvío el e-mail a Sean y dicho y hecho, mientras un lunes cualquiera está a punto de comenzar para el resto de los mortales.

Eran ya las 7,30 am. cuando Sean “el Canadiense Errante” y yo, esperábamos a Manolo “Supersónico” en la Gasolinera “CAMPSA” a la salida de Málaga en dirección a las pedrizas, donde el tráfico comenzaba a ser cada vez mas intenso. Aunque Manolo había salido con tiempo desde el Rincón de la Victoria, nos comunica que hay retenciones en el túnel de Cerrado Calderón, pero haciendo honor a su nombre no tarda mucho en llegar y con las primeras luces del día ya estamos camino de las Estación de Servicio “LOS ABADES” de Loja, A-92, un magnífico lugar como punto de encuentro donde desayunamos como Reyes. Sin mas dilación reanudamos la marcha camino de Granada donde nos encontramos ya el tráfico propio de una gran capital a primera hora de un lunes, aún así no tardamos en coger la carretera de Sierra Nevada, al poco de salir del túnel tomamos dirección Cenes de la Vega y posterior desvío a Güejar Sierra, el bajísimo nivel de las aguas del Pantano de Canales es una imagen que requiere reflexión sobre el inminente cambio climático y sus consecuencias.

Tras dejar atrás las angostas callejuelas de Cenes de la Vega, donde el pueblo se despereza sin prisas, tomamos la carreterilla vertiginosa pasando por varios tuneles excavados a pico y pala, con bastantes tramos al borde del precipicio donde sólo cabe un solo coche, protegido por unas rudimentarias barandillas de madera, hasta que por fin llegamos al Barranco de San Juan, donde dejamos los coches en una pequeña explanada, aquel día, muy solitaria.

Con la nieve por encima de los 2.200 m. no nos íbamos a encontrar con tramos necados en todo el recorrido, sin embargo, el camino de vuelta no sería tan peligroso como sí lo fue el año anterior cuando la caida de la tarde provocó que la vereda se congelara, con algunos tramos de bastante vuelo, cuyo transito fue un auténtico drama para una chica colombiana que vino aquel día con nosotros por primera y última vez.

Nada mas comenzar cruzamos el Genil, que a lo largo de la ruta permanece constantemente a nuestra izquierda, los primeros 500 m. de senda subimos por unos pronuciados zig-zags que nos hacen entrar en calor, ya hemos remontado mas de 60 m. sobre el río y comenzamos a ganar altura suavemente sobre el mismo, caminando la mayor parte del recorrido por los falsos llanos por los que discurre esta bonita ruta, paralela al Genil, que va faldeando en su primer tramo la “Loma de las Rascas” por su vertiente norte, a pesar de lo avanzado del Otoño, aún hay muchos árboles con sus ojitas amarillas, marrones, doradas y ocres, ofreciéndonos un auténtico espectaulo de cromatismos otoñales en distintos puntos del recorrido. “El abuelo” mítico castaño gigante, nos da la bienvenida con sus troncos enormes y Manolo y Sean trepan por él a modo de cariñoso saludo.

Con la impresionante panorámica del Alcazaba a la izquierda y el Mulhacén a la derecha, frente a nosotros, llegamos a buen ritmo llegamos al desvío del Vadillo y en hora y media ya estábamos en las ruinas de la “Mina de la Probadora” (nombre procedente de la maquina que allí se utilizó por vez primera para la extracción y limpieza del mineral) y posteriormente a las ruinas de la “Mina de la Estrella” que es de donde procede el nombre de esta ruta, y de donde se extraía cobre, hierro, plomo y plata. De ahí, que la senda esté tan bien asentada, incluido algunos tramos con bastante vuelo donde conviene extremar la precaución si se va con niños y mucho si está nevado y el camino se congela con la caída de la tarde.

La Mina de la Estrella se encuentra justo en el lugar donde nace el río Genil, ya que oficialmente procede de la confluencia del río Guarnón, por cuyo puente de madera pasamos con una preciosas vistas de las posiciones del Veleta al Sur, casi en línea recta con el sol y el río Real que es por donde ahora continua la senda siempre en paralelo. Si no nos percatamos de este detalle, la mayoría de la gente, se cree que se sigue tratando del mismo ró Genil, ya que el caudal es el mismo y continuamos en la misma trayectoria, pero tal vez a los amantes de los datos curiosos les guste tener en cuenta que donde nace el río Genil es justamente a los pies de la Mina de la Estrella, que ya hemos dejado atras.Unos 45 minutos después de dejar atrás el puente del río Guarnón, ya estábamos en la confluencia de los arroyos Valdecasillas y Valdeinfiernos, que es junto al que ahora caminamos al mismo nivel de sus cristalinas aguas, cuya música nos acompaña hasta el “Refugio Natural de Cueva Secreta” donde unos holandeses que habían pasado allí la noche anterior, dejaron una nota (en inglés), para recordarnos que no fuéramos tan guarros, como para dejar restos de comida, envoltorios y envases de todo tipo desperdigados por la zona. Y es que verdaderamente muchos españoles no se merecen el patrimonio natural que tienen.

El almuerzo lo realizamos sobre la mullida hierba de la orilla del arroyo Valdeinfierno, cerca de la confluencia con el Valdecasillas, la atmósfera cristalina y la pureza del agua y el ambiente que nos rodeaba por todas partes, no lo hubiéramos cambiado por el restaurante mas lujoso del mundo. Aquellos minutos de paz, casi imposibles de hallar en nuestra vida cotidiana casi nos hicieron perder la noción del tiempo con conversaciones sencillas, pero las imponentes cumbres de Sierra Nevada hace que el sol desaparezca muy rápido de sus valles, tan rápido que casi podíamos ver el avance de la sombra a lo largo del valle, del que tuvimos que partir casi de inmediato, ya que la temperatura comenzaba a bajar rápidamente.

El camino de vuelta lo hicimos en poco mas de dos horas con el aliciente añadido de haber caminado en paralelo muy próximos a una hembra de jabalí con dos crías bien gorditas a lo largo de un buen trecho previo al río Guarnon, donde ya los perdimos de vista definitivamente. Justo antes de llegar al puente de madera del Guarnón, un ejemplar de un ejemplar de “alpino panorama”, pequeña ave montañera, dócil donde las haya, permanecio junto a nosotros totalmente tranquila durante un par de minutos que nos quedamos imnotizados por la belleza del pajarito. Y para terminar, la pequeña muestra que nos encontramos de fauna de la zona, Manolo se encontró un ejemplar de escarabajo verde (casi fluorescente) en medio de la vereda. Al pasar por el desvío del Vadillo nos encontramos con un poster que acaban de colocar pocas horas antes, convarias direcciones señalizadas pero muy mal fijados con la tierra aún removida, al igual que otro que nos encontramos mas cerca del final en un tramo que enlaza con el GR-240.

Al pasar junto a Granada, el tráfico era aún mas intenso que a primera hora de la mañana, sin embargo, cuando pensábamos que nos iba a llevar bastante tiempo, cogimos ya la salida para Málaga y antes de darnos cuenta ya estábamos en Santa Fé, donde nos desviamos por un carril perdido con baches como piscinas en medio de un olivar hasta que llegamos a una poza de aguas sulfurosas, punto de venta de drogas y al mismo tiempo punto de encuentro de hippies, porretas y homosexuales. Y allí estábamos nosotros ya de noche cerrada, un lunes de diciembre, en plena provincia de Granada con la luna llena como testigo, quedándonos en pelota, para darnos un buen baño en aquella poza de aguas sulfurosas, que casualmente fueron encontradas por una empresa francesa, dejándola abandonada posteriormente, mientras continuaban haciendo excavaciones para la busqueda de gas natural. A pesar de la mala fama del lugar y del holor a huevos podridos procedente del azufre, los casi 40º de temperatura a los que está el agua, te dejan relajados como un bebe, de hecho casi cuesta trabajo meterse dentro al principio de lo calentita que está. Tras mas de media hora dentro del poza con sesiones de masajes intermitentes bajo el tremendo caño de agua que cae sobre la misma, nos salimos del agua, con todo el armamento al descubierto y tras secarnos y cambiarnos, ante la mirada indiferente de los 4 hippies que había por allí, pusimos rumbo a Málaga, no sin antes meter un buen recopilatorio de heavy metal en el aparato de CD del coche, ya que aquella sesión de masajes a chorro tras los 24 km. de marcha que nos habíamos pegado y la ascensión a la Tiñosa dos días antes era como para quedarse dormido. No es necesario decir, que a partir de ahora, después de cada ruta por Sierra nevada no estaría mal plantearse la susodicha sesión de masajes en esta poza de Santa Fé, donde a pesar de su leyenda negra se llega casi al éxtasis, sobre todo en época invernal. Hay ciertos lugares de donde no conviene dar muchas pista de cómo llegar, a los que os interese mejor os llevo yo mismo cuando pasemos por allí…¡pero sin mariconadas, chavalotes!.

Crónica y fotos: Juan Ignacio Amador

Ascensión a la Tiñosa

Los 19 compañeros de aventura, coronan con éxito "La Tiñosa", cielo de Córdoba, alcanzando el ecuador del Proyecto los 8 techos provinciales de Andalucía
Sábado 2 de diciembre de 2006
Proyecto los 8 techos provinciales de Andalucía,
Episodio IV, La Tiñosa (1.568 m.), Parque Nat. Sierras Subbéticas Cordobesas
Distancia aprox. 12 km.
Tiempo aprox. 5 horas, 30 minutos, mas las pausas (Ida y vuelta)
Dureza: Media/Alta
Desnivel: 762 m.
Tipo de camino: Carril, sendas de cabras, canchal y pequeñas zonas de prado en la cumbre.
Observaciones: Dado lo agreste del camino es altamente recomendable calzarse unas buenas botas, pantalón largo para las aulagas, sombrero y un mínimo de litro y medio de bebida por persona. Personas con problemas de rodillas tomen las debidas precauciones: pomadas, rodilleras, anti-inflamatorios, etc…Y para todo el mundo recomendable un bastón y si son dos mejor.
En los días previos:
Todos los medios de comunicación daban lluvia para el fin de semana, el día antes, viernes 1 dic., el pronóstico para el sábado en todos los periódicos aparecía con el mapa de Andalucía, cubierto de negros nubarrones, pero tras charlar con Reinaldo, que trabaja con varios satélites desde su centro de operaciones, me confirmó que las lluvias sólo estaban garantizadas en la zona sur de Córdoba, desde por la tarde, el resto del día, solo daban un 25% de posibilidades.
El viernes 1 de diciembre transcurre sin que ninguno de los amigos que nos habían confirmado su asistencia nos comunique lo contrario, sin embargo, a última hora por distintos motivos coyunturales se confirman varias bajas: Reinaldo y Manuela (Rota), Juan Carlos y Paqui (Campanillas, Málaga) y Carlitos (Fuengirola), que sin embargo me pone en contacto con una chica de la bota y un amigo que también se apunta a última hora. Pasadas ya las 23.00 pm. recibo la llamada de quien a la postre se convertiría en mi compañero de viaje, Manolo de Fuengirola, con quien nunca en mi vida había hablado antes y a quien el amigo “Parra” facilitó mi teléfono.
Sábado 2 de diciembre de 2006
8.00 am. Málaga capital, parada de autobuses frente a la comisaría de policía, al comienzo de la Av. De Andalucía, el camino hasta “Las Lagunillas” es tortuoso y no podemos demorar la salida ni un minuto, con los móviles abiertos, no hay problema para que se vayan enganchando a la caravana quienes vienen de camino, tal y como ocurre pocos minutos después (y es que en estas ocasiones es cuando mas se valora la función mas simple de un móvil).
9.00 am. La localidad de Rute nos recibe con el sol resplandeciente de aquella mañana otoñal reflejado en el deslumbrante blanco de sus casas, en contraste con el imponente telón de fondo de la piramidal Sierra de Rute, teñido de verde por magníficos bosques de pinos. En el bar “Puerta del Sol” a la hora prevista nos encontramos con mas amigos que han venido de Sevilla, Casabonela y Puentegenil, protocolo de presentaciones, un cafelio y una tostada rápida y zumbando que es gerundio.
9.30 Nos estamos aproximando a “Las Lagunillas” 820 m., pequeño pueblecito blanco situado en la vertiente sureste de la Sierra Horconera, que vamos viendo en todo su esplendor tal y como nos vamos acercando: al oeste tenemos la espectacular crestería de Sierra Alhucema con el pico Bermejo (1.474 m.) destacando por encima de su afilado perfil y al este Sierra Horconera presidida por la imponente mole de “La Tiñosa” (1.570 m.) con una cumbre en forma de media luna, que vista desde la distancia parece un gigantesco cráter, cuyos extremos serían: “La Cueva del Morrión” por un lado y la cumbre propiamente dicha por el otro.
Al igual que hace casi dos años, aparcamos al final de calle Toledo y una vez preparados, mochila y bastones en ristre, comenzamos a caminar bajo un cielo azul con una primera oleada de nubes avanzando lentamente hacia nosotros desde poniente. Desde la fértil llanura en la que está situado el pueblecito de “Las Lagunillas” (820 m.) vamos ascendiendo muy suavemente en dirección oeste-noroeste por un carril que se abre paso entre varias huertas y olivares, mientras el pueblo va quedando atrás con los ladridos de los perros y las miradas curiosas de los “lacuneneses” a nuestro paso. El grupo avanza compacto a uno y a otro lado va quedando algún cortijo como el de “Petronilo”. Mientras aprovecho para adelantarme unos metros y grabar el trepidante ritmo del grupo con la cámara de fotos en una mano y la de video en la otra.
En un tiempo record, llegamos a “El Cortijo Alto de Torres”, frente al cual hacemos la primera parada del día para reagruparnos sobre una era, mientras nos deleitamos con el agreste paisaje que tenemos a ambos lados: al oeste el agreste y afilado perfil de Sierra Alhucema y al este Sierra Horconera, con la cumbre de la Tiñosa, tapada por el pico de “El Morrión”. Y nosotros a sus pies, en una zona de amplias praderas donde las cabras, sin inmutarse de nuestra presencia, estaban a sus anchas disfrutando de la verde hierva propiciada por las últimas lluvias, entre algunas que otras encinas y quejigos. Y fue precisamente en aquel instante cuando a punto de hacer las dos fotos obligadas en ese lugar, aparecieron por el camino: Magda “la Sirena de Aguilas” y “El Indomable” Jaime, ambos venían de Sevilla, al llegar a “Las Lagunillas” no sabían si aún no habíamos llegado, ó si ya habíamos salido, pero ante la duda decidieron incrementar el ritmo, para darnos alcance en la mencionada era donde nos encontrábamos. Ahora sí estábamos todos y nada mas terminar la sesión de fotos, reanudamos la marcha.
Nada mas salir de las inmediaciones del “Cortijo Alto de Torres” se cruza el arroyo de “Cañatiendas” (casi siempre seco, excepto en época de abundantes lluvias). A partir de aquí ya no vamos por carril, se avanza en dirección norte por una senda que pasa junto a varias encinas, quejigos, un olivar abandonado y una pequeña hilera de chopos que nos ofrecieron preciosos cromatismos otoñales al igual que algunas higueras silvestres que también han crecido a la orilla del arroyo que baja del Puerto Mahina y que cruzamos sin dificultad para situarnos frente a las ruinas del Cortijo de Cañatienda. Se puede decir que hasta aquí la ruta no es mas que un paseo ideal incluso para venir con niños, pero a partir de aquí comienza la subida de verdad. Las ruinas de este Cortijo están situadas justo al pie de “La Tiñosa” circunstancia que aprovechamos para hacer una segunda pausa y dar algunos consejos sobre las distintas alternativas que existen, recordándole al personal que en caso de a alguien se le atragantaran las rampas, se tomaran la subida con calma, ya que a las empinadas laderas, hay que añadir la cantidad de piedra suelta, que dificulta la marcha.
Con el cielo ya casi cubierto por el frente de nubes que se cernía sobre nosotros, iniciamos la ascensión con el mismo ritmo trepidante que habíamos traído hasta aquí y cuando terminé de grabar la toma de avance del grupo para afrontar las primeras rampas, me di cuenta de la enorme ventaja que me llevaban quienes me precedían. En principio todo el grupo ascendió por una marcada senda de cabras que no vimos la vez anterior y que de forma zig-zagueante nos condujo hasta el inicio de una empinadísima pedrera por donde subieron de forma espectacular: “El Zorro” y su hermano “Orzo Wei” Javi, seguidos muy de cerca por Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta”, Ivan “El Pricipe Nazarita”, Sean “El Canadiense Errante”, Ruth “La Pucelana de los pantalones licra”, Hector “El Caimán de Puentegenil”, Manolo (de Fuengirola) “El Jardinero Fiel”, Miguel “El Hombre que sabía demasiado”, Manolo “Supersónico” haciendo honor a su apodo y el “Indomable” Jaime, con la misma fuerza y la garra con la que siempre le recuerdo desde mi infancia.
Simultáneamente cuando ya nos íbamos acercando al comienzo de la pedrera les recordé a los compañeros que tenía mas cerca de mí, que la mejor opción era desviarnos hacia la derecha para buscar el bosquete de encinas al que llegamos rápidamente, caminando en paralelo por un farallón rocoso, hasta colocarnos justo en frente del pequeño tramo de trepada que superamos fácilmente, tras una breve pausa para recuperar el resuello. Mientras nuestros compañeros iban subiendo por la empinada pedrera dando tres pasos para adelante y dos para atrás, nosotros nos adentrábamos en un empinado canchal de suelo aparentemente firme con grandes rocas resbaladizas y matorrales de aulagas que pinchaban como alambres, además de alguna que otra piedra suelta, para añadirle mas emoción a la subida, hasta que por fin llegamos al siguiente collado un saliente rocoso al que poco a poco fuimos llegando: Patricia “La Reportera de Chef Chauen”, Magda “La Pimentonera de Aguilas”, “La Rosa de Casarabonela”, Fernando y Ana “Los Duques de Juanar”, Encarni “Buque insignia de la Bota Viajera”, Paco “el único malagueño acreditado que ha hecho el Camino de Santiago desde su tierra” y un servidor. A partir de este saliente rocoso, la subida se suaviza bastante y conforme vamos ganando altura, el terreno pedregoso va siendo sustituido por pequeños tramos de hierba mullida que los pies agradecen bastante.
En breves minutos nos reagrupamos por los compañeros que de forma heróica habían subido por la pedrera, sin duda el camino mas directo, pero también el mas duro, agazapados en una pared rocosa, nos esperaban ya con las prendas de abrigo colocadas y con los gorritos de lana. El contraste entre la temperatura corpórea tras el esfuerzo realizado era bestial respecto a la temperatura que hacía en la antecumbre, bajo un cielo plomizo amenazante de lluvia y un viento cada vez mas fuerte. De tal modo que llegamos a la cumbre lo antes posible para hacernos la foto de rigor y dejar nuestra dedicatoria en uno de los blogs que hay dentro de una gran caja metálica en la misma cumbre, donde por cierto ya no había ni rastro de la pequeña encina que plantamos en su día en honor a nuestro desaparecido compañero Antonio Cañero, “Cañe”, tan sólo estaban las piedrecitas que habían colocado alrededor Isi y Francis.
Sin mas dilación iniciamos el regreso, para llegar lo antes posible a “La Cueva del Morrión”, una gran oquedad rocosa, usada a modo de refugio natural para el ganado caprino, que en esta ocasión nos sirvió para protegernos del frío, ofreciéndonos el mejor lugar posible de todo el itinerario para disfrutar de un buen almuerzo montañero con unas panorámicas impresionantes. Una vez terminado el almuerzo en el que no faltaron las bromas y el buen humor, iniciamos el temido descenso.


El descenso de “La Tiñosa” es con diferencia, lo mas duro de este itinerario, con el Pantano de Iznajar en el horizonte sur, los que fueron cabras en la vida anterior bajaron por la pedrera, mientras que el resto lo hicieron por la cañada paralela al camino teóricamente oficial, por el que bajé junto a Paco que me fue contando un sin fin de anécdotas de su impresionante caminata en solitario desde Málaga capital hasta Santiago, toda una odisea, que escuché con gran atención mientras iba estudiando cada paso que daba para no resbalarme o intentar frenarme en los inevitables saltos para no machacar las rodillas, hasta que por fin llegamos a las ruinas del “Cortijo de Cañatienda” donde ya nos esperaba todo el grupo desde hacía un buen rato, con la satisfacción de que el 100% del grupo cumpliera el objetivo y con la suerte de que no nos lloviera a pesar de que el cielo estaba cada vez mas oscuro.
En un tiempo record regresamos a “Las Lagunillas”, a pesar de alguna que otra pausa para hacer alguna foto en el camino de vuelta, especialmente en el redil de cabritas pequeñas que existe junto al “Cortijo Alto de Torres” y que parece una guardería. Un imán imposible de esquivar para los que crecimos viendo “HEIDI”.
Como íbamos muy bien de tiempo, una vez en “Las Lagunillas” los 19 compañeros de aventura decidimos continuar en caravana hasta la Plaza principal de Rute, donde aparcamos sin dificultad, para poder disfrutar de los tenderetes que tenían montado en una feria de productos típicos, donde Iván y Magda, hicieron una compra maestra de buenos quesos y mejores chorizos. Fernando, Ana y los amigos que venían de Sevilla tenían que marcharse antes, quedándonos el resto algún ratillo mas refugiándonos en una cafetería para refugiarnos de la lluvia, mientras degustamos un magnífico chocolate, que fue verdaderamente reconfortante. Tras el chocolate calentito, regreso rápido para los coches, y despedida relámpago, porque la intensidad de la lluvia iba en aumento.
Ya era noche cerrada cuando salíamos de Rute y entre la lluvia y la poca visibilidad, en vez de dirigirnos hacia “Encinas Reales”, algunos nos fuimos directos hacia el pantano de Iznajar que atravesamos cruzando dos puentes bajo una lluvia torrencial, para salir unos 30 km. después a la A-92 cerca de Archidona, la intensa lluvia que caía, nos acompañó hasta que llegamos a la costa, teniendo que reducir de forma ostensible la velocidad en algunos momentos, debido a la fuerza de la lluvia en algunos momentos.
Y una vez mas con el magnífico sabor de boca que dejan las grandes jornadas montañeras, regresamos con la satisfacción de haber conquistado el 4º objetivo de nuestro proyecto “Las 8 cumbres provinciales de Andalucía”.
Crónica y fotos: Juan Ignacio Amador