viernes, marzo 23, 2007

Intento de ascensión al Torrecilla por una de las rutas mas agrestes y desconocidas de la Sierra de las Nieves en medio de un mar de nubes.
El pasado sábado, 17 de marzo, llegó una de las rutas más esperadas de la temporada, sin desmerecer a otras, claro. Pretendíamos subir al Torrecilla desde el Puerto de Peñas Blancas ante las espectaculares vistas del Picacho de Fatalandar. Se corresponde con la ruta nº 19 del libro Sierra de las Nieves. Guía del Excursionista. Rafa Flores, coautor del libro y gran conocedor de estos parajes que propuso una variación de la ruta para pasar por la Colada del Tejo.




El punto de encuentro fue el Hotel Cerro del Híjar de Tolox a las 9 de la mañana. Fueron llegando todos los amigos montañeros puntuales como de costumbre, para dejar sitio al típico cafelito para despertar los ánimos más calmados.Desde allí, nos repartimos en los coches para subir por el carril que se dirige al Cerro Corona, unos 8 Km. bastante aceptables de carril. Dejamos los coches en el collado de la Machoruela para empezar a caminar hacia nuestra meta.

Ya desde el punto de partida se divisaban unas nubes que no dejaban ver las cumbres, aunque seguimos adelante con la esperanza de que se disiparan al levantar el día. Comenzamos a subir observando los desoladores efectos del incencio que hace más de veinte años acabó con el pinsapar de la zona y del que aún quedan restos de troncos y donde los matorrales han colonizado el terreno. Un vez terminado el carril en el puerto Corona, comenzamos a subir por una senda, la niebla hace acto de presencia y convierte el paisaje en un misterioso lienzo desdibujado que nos nos deja ver más allá. Intuimos que las vistas deben ser espectaculares pero no podemos apreciarlo con nuestros ojos. A pesar de la niebla cada vez más densa, nuestros ánimos de llegar a la cumbre y de ir descubriendo las maravillas de aquel paraje, hacen que sigamos caminando, muy juntos, porque cada vez la visibilidad era menor.
Después de pasar por unas cadenas que se han colocado para facilitar el paso por algunos lugares algo complicados, empezamos a comprender que la niebla estaba convirtiendo una ruta de dificultad media-alta en simplemente alta. Pero continuamos por el sendero hasta llegar a la boca de la Sima del Madroño o del Aire, donde tuvimos que ayudarnos de otras cadenas colocadas al efecto. Tuvimos la suerte de que no hacía viento y eso nos permitió continuar hasta la colada del Tejo, pasando por debajo del Picacho de Fatalandar, donde las vistas debían ser increíbles, pero no se veía nada. El tamaño de los pinsapos en este lugar son espectaculares, con ejemplares que debían llegar a los 20 metros de altura. Pudimos acercarnos a uno de los tejos, pero fue el único que vimos, ya que la ladera sobre la que crecen estaba oculta por la niebla.
En este punto se decidió no continuar con la ruta por el alto riesgo de no encontrar el sendero una vez comenzado el descenso desde la cumbre, ya que con las nubes se perdía toda referencia visual. Buscamos un hueco para resguardarnos, comer y reponer fuerzas y volvimos sobre nuestros pasos, no sin una sensación de cierta tristeza al no haber podido completar la ruta, pero con la convicción de que algún día volveremos sin niebla y veremos claros los paisajes por los que pasamos a ciegas.
Crónica de Patri
Fotos: Patri y Rafa

martes, marzo 13, 2007

sábado, 10 de marzo de 2007
Memorable travesía entre Marbella e Istán, a través de Puerto Rico para subir a La Cruz de Juanar y desde allí bajar hasta Istán, por esta magnífica red de senderos de Sierra Blanca, coincidiendo con las rutas 2 y 6 que podemos ver en este mapa








Quien ha dicho que Marbella es sólo hormigón, hoteles. luces de neón, etc... Si tan siquiera llegar a intuirlo, son muchas las personas que no podrían imaginar, que en la trastienda, a escasos metros del casco urbano de la capital de la mundialmente conocida Costa del Sol, existen parajes de belleza salvaje, cañadas que hienden la montaña de manera cataclónica y que se adornan de una prolifica vegetación mediterránea de infinidad de colores y variadas fragancias. Si señor, este fue el escenario elegido para una nueva aventura, que como otras, dejaron huella en los corazones de los intrépidos aventureros que tuvieron la inmensa suerte de gozar de una memorable jornada montañera... y sigue el amigo Juani...
Una vez más, ayer sábado disfrutamos de una gran jornada senderista, como fué la travesía que realizamos entre Marbella e Istán, a través de Puerto Rico, coronando La Cruz de Juanar donde en un agradable almuerzo conocimos a Rafael (Navarra) y Mari Paz (Tenerife). Precioso y muy variado recorrido bajo un infinito cielo azul con magníficas vistas de Sierra Blanca y sus alrededores, el viento de los días previos había dado paso a una atmósfera cristalina que nos permitía ver Sierra Nevada al este y el Rif al otro lado del Mediterráneo mas cerca que núnca, que bonito el tránsito por el bosque de pinos canadienses, el paso por el "Valle de los Dinosaurios" desde comenzamos la escalonada bajada por el "arroyo Molinos", la llegada a la base del imponente Picacho y la entrada en Istán, con jarras de cerveza que pusieron el broche de oro a otra jornada inolvidable con este fin de fiesta en la Plaza del Calvario.
Pero de todo, lo mejor: el magnífico grupo humano que se está formando, sin duda, el mayor activo de Pasoslargos, de un valor incalculable, uno de los amigos que venían con nosotros por segunda vez decía que esta misma semana se hacía socio y no sería de extrañar que Marisol (la amiga de Celia) se convierta muy pronto en nueva socia, a pesar de terminar la ruta con los pantalones rotos (por las rodillas). Muchísimas gracias por lo mucho que me aportáis en cada salida, cada uno a su manera, cada uno con su estilo y su forma de ser, formáis el "Dream Team del Senderismo".
Amigos... seremos siempre amigos
para contar nuestras penas una a una
y tendremos así como testigos
al sol, al viento, a la noche, o a la luna.

Viajaremos a un mundo distante
para buscar con todo el empeño ¡
Y seremos como el caminante
que cabalga buscando su sueño!.

Amigos siempre sobre todas las cosas
como van unidos espinas y rosas
sin que importe nunca distancia ni tiempo
tú serás la lluvia... yo tal vez el viento.

Y así seguiremos como lo hacen pocos,
buscando en la vida nuestros sueños locos
y si algo pasara ¡Escucha lo que te digo
por todos los tiempos... yo seré tu amigo!

jueves, marzo 08, 2007

Domingo 4 de marzo de 2007
Presentación del libro: "Valle del Genal, Guía del Excursionista", el sueño se hace realidad


Tras mas de dos años realizando una encomiable labor de investigación para darnos a conocer todos los rincones del Valle del Genal, pateándose todos los “P.R.” homologados con sus distintas variantes, las pistas forestales y las sendas mas recónditas, incluso las que hacía muchos años habían caído en el olvido. ¡Por fín!, veía la luz el libro de Rafa Flores: “Valle del Genal, Guía del Excursionista” y para celebrarlo, además de la presentación oficial que había tenido lugar dos días antes en Ronda, que mejor opción de organizar una ruta familiar, para hacer una segunda presentación mas íntima y familiar, con todos los amigos y miembros del club de fans en el mismo corazón del valle del Genal.

Desde distintos puntos de Málaga y Andalucía occidental, fuimos llegando mas de 80 personas al punto de encuentro situado en la venta “Las Cruces” a la entrada de Genalguacil, uno de los pueblos mas singulares, no sólo del Valle del Genal, sino seguramente de toda Andalucía. La armonía de su blanca silueta de casas encaladas impregnadas de sabor mudéjar, sobre el verdor del cerro en que se asientan, rozan la perfección, al igual que sus originales esculturas repartidas por cada una de sus calles que parecen formar parte del paisaje.


Una vez finalizada la ronda de saludos entre tantos amigos como allí nos dimos cita y sobrepasado ya el tiempo de cortesía, iniciamos lo que parecía una romería, ante las atónitas miradas de los lugareños, que nos miraban extrañados, mientras el gran grupo iniciaba el descenso por la denominada “Vereda de las Cañas”, a la sombra de grandes encinas y alcornoques que nos fueron ofreciendo su generosa sombra, durante toda la caminata, no dejamos de encontrarnos una gran variedad de plantas y matorrales, incluyendo algunos endemismos de la zona, que en esta primavera adelantada, hacían las delicias de los grandes amantes de la botánica,
mientras el canto de los pajarillos, ponía la música de fondo, hasta que llegamos a las inmediaciones del carril que nos lleva hasta el río Almáchar, uno de los principales afluentes del Genal, que atravesamos por un rudimentario puentecillo a modo de prolongación del carril, que volvimos a abandonar un centenar de metros mas adelante para vadear el mismo río, esta vez descalzos, lo que le dio un pequeño toque de aventura a esta preciosa ruta, sobre todo teniendo en cuenta, el correr de sus aguas cristalinas y la anchura de su cauce, siendo superior a los 8 metros en algunas zonas. Cuando llegamos al área recreativa del “Prado de la Escribana” la gran mayoría de adultos que acudimos al evento nos sentamos en círculo para escuchar atentamente la presentación del libro, presidida por José Manuel Dorado (webmaster de Pasos Largos y director de editorial La Serranía); Antonio Viñas, del Grupo de Trabajo Valle del Genal que leyó tres cortas pero bonitas poesías del lugar, destacando la que se titulaba “Lluvia de bellotas” y naturalmente Rafa Flores, que tras un sencillo discurso, cedió la palabra de forma improvisada al gran Pepecuen, para que leyera el acróstico, que él mismo escribió sobre el Valle del Genal y que cierra esta magnífica guía a modo de epílogo, diciendo así:

Entre morisco y cristiano,
La magia serrana ronda.
Viajero, el tiempo no espera,
Alado en el Cascajares,
La vista, Gibraltar…, campo.
Los caminos ya se ofrecen
En las rutas ribereñas.

Dentro el castaño, el museo;
El verde, el ocre y la trocha.
Levante, barbas, poniente.

Guiño de suaves riscos
Entente del vendaval.
Nacido en fuente del Muerto,
Alegre en tu recorrido,
Ligando montaña y río.

A renglón seguido la esperada venta del libro que tanto tiempo llevábamos esperando, por un precio más que razonable (tiene 480 páginas a todo color), teniendo en cuenta la cantidad de horas de trabajo realizado con viento, frío, lluvia o sol de justicia, la interminable cantidad de kilómetros recorridos para descubrir nuevas sendas y variantes, para capturar una puesta de sol desde una determinada cumbre, o incluso esperar un amanecer, vivaqueando sobre el Hacho de Gaucín para obsequiarnos con la foto soñada, buscando una planta casi imposible de encontrar, teniéndose que ausentar una y mil veces de su hogar para hacer este sueño realidad y darnos a conocer tanta riqueza y tanta belleza como este valle atesora. Y tras la firma de su autor con dedicatoria para todos, a disfrutar del almuerzo en tan idílico paraje, en compañía de tan magníficas personas como allí se encontraban, con el sonido de fondo de la corriente del Genal, e incluso en nuestro caso, con una improvisada entrevista tipo “El Loco de la Colina” con Homayún, curioso personaje donde los haya, que habita en un cortijo que él mismo rehabilitó próximo al cerro de Benestepar: checoslovaco de nacimiento, criado en Alemania donde pasó su infancia y juventud, para empezar un periplo marcado por la filosofía hippie, que lo lleva por medio mundo desde Afganistán hasta lo más profundo del Valle del Genal, donde vive desde hace unos 20 años, vegetariano 100%, y que nos deleitó con una especie de naranjas enanas cultivadas por él mismo y por unos pastelitos de mora con almendras machacadas hechos con sus propias manos que estaban para chuparse los dedos.

Mientras tanto, cada uno iba sacando lo suyo, intercambiándolo u ofreciéndole al compañero de al lado. Fantástico el mosto del Aljarafe que trajo nuestra amiga Chari y qué pena me quedó de no probar el insuperable arroz de mi gran amigo Francis, pero estábamos en puntos equidistantes de aquella romería. Y tras una relajante comida, con temperatura primaveral, hierba fresca y buena sombra hubo quien se echó una buena siestecita, porque el día invitaba a reposar la comida. A excepción de los mas jóvenes y de unos cuantos adultos que nos criamos jugando al fútbol sin perdernos un capítulo de “Naranjito”, disfrutamos de un partido por todo lo alto donde se vieron jugadas de gran calidad destacando las actuaciones de Marina “La Ronaldinha del Genal” que tras una impresionante jugada después de regatearse al equipo contrario entero y estrellar el balón en el poste puso en pie al todo el “Coliseum La Escribana”, al igual que “Pepecuen” que recordando sus mejores tiempos de delantero en el “C.D. San Jerónimo” (Sevilla), remató en plancha un centro medido de Alfonso, desde el mismo vértice del área que no pudo detener ni el mismísimo “Elfo de la Malagueta” a pesar de su espectacular estirada.

Y tras el pitido inicial tocaba iniciar el camino de vuelta. Pero antes, la foto de grupo que todavía no se había hecho. Ahora sí, empezaba lo más duro para muchos, no ya sólo por tener que subir hasta Genalguacil, después de una relajante siesta o una suculenta comida, sino por tenerlo que hacer cargando con la tremenda guía Valle del Genal, Guía del Excursionista, posiblemente la más "pesada" de todas las guías editadas hasta la fecha por su extenso y variado contenido, que se dejó sentir sobre las espaldas de más de un@ a lo largo de la subida por la “Vereda de los Limones” que es el tramo que une al río Genal con Genalguacil, correspondiente a la ruta PR. A-240 “Genalguacil-Benarrabá”, una de las grandes clásicas de la zona.

Conforme el sol iba descendiendo, nosotros íbamos ganando altura por esta empinada “vereda de los Limones”, que al igual que la de “Las Cañas” casi siempre discurre encajonada entre taludes de tierra que obliga a realizar la marcha en fila india. La luz del atardecer nos fue obsequiando con mil nuevas tonalidades de verde que se iban cambiando a cada minuto conforme los rayos del sol penetraban en la densa vegetación, hasta que llegamos al punto de partida, ubicado en la “Venta Las Cruces”. Llegados a este punto, los que venían de más lejos tenían que iniciar el camino de regreso, algunos a más de 200 km de distancia. No obstante, para buena parte del grupo, todavía hubo tiempo para despedirse de Genalguacil, paseando por sus calles y por el museo de arte contemporáneo, para deleitarse con el encanto de este precioso pueblo, esencia del Bajo Genal.

Y de esta manera finalizaba una entrañable jornada senderista, a la que prácticamente no faltaron ninguno de los miembros más carismáticos de “Pasos Largos”, exceptuando aquellos que por motivos familiares o profesionales no pudieron acudir. No obstante, para que nadie se quede con las ganas de realizar esta bonita ruta circular recordamos que podéis encontrar la descripción del camino de ida en la “Ruta 52, Genalguacil-Prado de la Escribana” (pag. 416 de la guía) y el camino de vuelta en la “Ruta 41, Benarrabá-Genalguacil” (pag. 359).

¿Sabías que… El nombre de “Genalguacil” viene del árabe "Gema al Wacir" -los jardines del ministro-, lo que hace suponer que debió vivir en esta villa algún alto mandatario de aquella época. Se sabe que aquí existieron minas de oro, plata y cobre, ya que aún quedan algunos vestigios en el lugar denominado Los Morteretes. Don Diego Hurtado de Mendoza, cronista de las guerras de Granada, narra la expulsión de los últimos moriscos, destacando que durante el levantamiento murió el noble don Alonso de Aguilar a manos del jefe morisco el Feri de Benestepar. Después de la expulsión se repobló con cristianos venidos de algunas zonas del norte.





Al día siguiente, lunes 5 de marzo de 2007, aparecía este artículo en el Diario SUR de Málaga:

Ronda: Rafael Flores presenta un libro que deja al descubierto los secretos del Genal
E.T./PLT/RONDA

El Convento de Santo Domingo acogió ayer por la tarde la presentación de la última publicación realizada por la editorial rondeña 'La Serranía'. En este caso se trata de 'Valle del Genal. Guía del Excursionista', uno de los volúmenes más esperados entre los aficionados al senderismo en toda la Comunidad andaluza. Su autor, Rafael Flores, manifestó que ha sido un placer «perderse por los senderos y pueblos del Valle del Genal» para realizar la guía. En el volumen se muestran prácticamente todas las rutas que se pueden hacer en esa zona, acompañadas por una serie de fichas en las que se señalan las distancias de los recorridos y las mejores épocas para realizarlos.

Fernando Centeno, responsable del área de Cultura de la Diputación de Málaga, entidad que ha colaborado en el proyecto, comentó que a partir de ahora nadie podrá decir que no conoce el Valle del Genal y ya que incluso las oriundos descubrirán cosas nuevas.

viernes, marzo 02, 2007

Programa los 8 techos provinciales de Andalucía, Episodio 6, "El Torreón", Parque Natural Sierra de Grazalema, CÁDIZ

El pasado 28 de Febrero de 2007, día de Andalucía, socios y amigos de Pasos Largos, consumaron la acción para la que desde hace un par de meses nuestro Comandante, Juani “Preston” Amador, había convocado a sus tropas.

Desde distintos puntos de Andalucía y allende los mares nos fuimos aproximando al punto de encuentro situado al pie del Torreón, en pleno corazón del parque natural Sierra de Grazalema. Pocos lugares encontraremos en España y posiblemente en toda Europa, donde la estética de los pueblos encaje a la perfección en su entorno natural. Sus pueblos y sus gentes son ejemplo de armonía perfecta entre hombre y naturaleza. Cada uno de sus pueblos es una auténtica joya, entre las que es imposible decidirse, a cual mas bella. Hay perspectivas que son impresionantes, como la que tenemos de Grazalema, cuando llegamos desde Ronda, con el pueblo flanqueados por el Peñón grande y la crestería del Pinar con el San Cristóbal y el Torreón asomando por encima.
La propia convocatoria ponía ya a prueba la pericia de los invitados al hacer referencia a la numeración de los mojones kilométricos de piedra de la carretera, difícilmente visibles, en lugar de a las nuevas placas metálicas; con una variación en los dígitos de unos cuatro km para indicar el lugar de queda. Poco a poco fuimos, superando la pequeña traba antes indicada, llenando la escasa plataforma, aparcamiento al efecto, con nuestros vehículos. En lo que finalmente resultó ser el km. 40. situado a unos 864 m. Conforme vamos llegando, caras nuevas y conocidas, nos fuimos saludando. Mientras tanto algunos buitres leonados nos recibían y saludaban desde el magnífico palio azul que hoy nos ofrece la bóveda celeste.

Sin llegar a precisar la cifra, unos cuarenta humanos nos disponíamos a cruzar la angarilla que daba paso al comienzo de la dura ascensión. En este lugar se pueden leer las prohibiciones y obligaciones que conlleva esta ruta, como por ejemplo la de ir acompañados de perros, extensible a cualquier parque natural de nuestra geografía. No obstante el permiso de subida hacía algún tiempo ya que estaba en poder de la Plana Mayor de nuestra Comandancia, para que nadie pudiera evitar la deambulación libre de las tropas del Comandante por dentro de esta Área de Reserva del Pinsapar del Parque Natural Sierra de Grazalema.

11:32 am. Nada más cruzar la cancela, tomamos el caminillo hacia la izquierda dando de inmediato comienzo a la ascensión propiamente dicha, la cuál discurre por las laderas de la cara sur de la Sierra del Pinar. El camino es claro y el rosario de humanos empieza pronto a estirarse, rasgando a su paso la inigualable muestra de bosque mediterráneo que nos acompaña: incluyendo pequeños túneles de vegetación con jóvenes ejemplares de algarrobos, lentiscos, sabinas, encinas, enebros, aulagas, tomillos, matagallos, etc. Con la presencia de algunos pinsapos desafiando la solana de la ladera sur por la que íbamos ascendiendo a cada paso que dábamos.

El zigzag de la trocha es interminable y a nuestras espaldas la vista del Corredor del Boyar, con su Salto del Cabrero que oculto se adivina desde esta perspectiva, que se agranda conforme ganamos altura. Apreciamos también cómo vamos superando la altitud del Cerro Albarracín y de la Sierra de la Silla; al mismo tiempo que nos vamos igualando a las alturas de la Sierra del Endrinal.

El día es soleado, casi caluroso, lo que hace que nos bastemos con unas simples camisetas de manga corta como atuendo. El clima de hoy no deja ver la otra cara de la moneda en este lugar, la opuesta al largo periodo de sequía estival que suele acompañar esta latitud. Es aquí donde el relieve se opone a los vientos dominantes, cargados de humedad, que ascienden sin obstáculos desde el Atlántico por el Corredor del Boyar, al igual pasa con la Manga de Villaluenga, lo que explica que las masas de aire que atraviesan estos embudos topográficos tengan que ascender y por tanto, al enfriarse, aquí, se alcancen niveles pluviométricos de 2.200 l/m2 al año, siendo el mayor de la Península Ibérica.

Continuando la ascensión encontramos un punto en que la vegetación pierde frondosidad, dando paso a la vista un bellísimo paisaje ruiniforme calizo salpicado de algunas sabinas y chaparros dispersos que poco después dejan paso al matorral típico de las altas cumbres mediterráneas y donde vemos alguna que otra cabra montes. En la antesala del culmen un par de dolinas, propias del terreno calizo en donde nos hallamos, nos dejan ver la casi pared, de dura pendiente en algún tramo, que nos dejará en la cumbre.



Los primeros en llegar lo hacen en aproximadamente hora y cuarto, es decir sobre las 12,47 pm., mientras llega el resto del grupo “los translíbicos” aprovechan para hacer arriesgados ejercicios de cresteo, por la vertíginosa crestería del Pinar que te pone los vellos de punta, con el San Cristóbal al este y la espectacular masa del pinsapar a nuestros pies, protegidos por la sombra de las espeluznantes paredes de la ladera norte al borde de las cuales nos encontramos. Los últimos arriban sobre las 13.30 pm. Ya estamos todos en el techo de la provincia de Cádiz, “El Torreón” con sus 1.654 m, habiendo superado un desnivel de 790 m. sin a penas una sola pausa. Las vistas son impresionantes, el día con alguna bruma en su bajo horizonte nos permite ver al sur las sierras de la Silla, el Caillo y de Ubrique, junto con los pueblos de Benanocaz y Ubrique. El Valle de Tavizna, los Alcornocales, el Pantano de los Hurones, el Peñón de Gibraltar y las siluetas de los primeros altos relieves africanos. Al este el San Cristobal y la crestería que le une al Torreón. Al sudeste la Sierra del Endrinal, con el Simancón y el Reloj, la Sierra de las Nieves, la Meseta de Ronda presidida por la ciudad soñada, y las Cordilleras de Libar. Al oeste Prado del Rey, Villamartín, sierras del Labradillo y Margarita, el Cerro Albarracín y parte de la campiña gaditana y sevillana. Mirando al norte, primero tras el cortado está el Pinsapar, el Llano del Ravel, las sierras de Zafalgar, Lijar, El Tablón, Montellano y de Esparteros o de Morón. El Peñon de Algámitas y los Cerros Lagarín, las Grajas y Malaver. El embalse de Zahara y los pueblos de Olvera, Algodonales, Morón de la Frontera, Puerto Serrano y Montellano. Convencido estamos que algo se escapa a nuestra descripción y que incluso de haber sido un día pleno de claridad las vistas hubieran sido aun mejores, pero cierto es que no nos debemos quejar.

Arriba todo es alborozo, felicitaciones, bromas. Intercambio de camisetas entre Prestonianos y Batolos, con pacto secreto sellado con un beso,... se abre la veda en el libro de visitas. Es tiempo para reponer fuerzas, las mil y una fotos, la tolerante guerra de banderas y....
¡!Un momento... ¡¡ Toque de atención, llega el momento mágico y solemne; el Gran Mago Gandalf de la Serranía, haciendo uso de toda su sabiduría extrae de su corazón la más hermosa placa que soñar pueda un agitador de masas:

“LA ASOCIACIÓN SENDERISTA PASOSLARGOS
A
JUAN IGNACIO AMADOR TOBAJA
En reconocimiento a tus magníficos valores humanos y la labor que realizas por la promoción del senderismo.
El Torreón (Cádiz), 28 de Febrero de 2.007
Día de Andalucía”

Hora es de regresar, cuidado con las rodillas en la bajada; el largo descenso se termina con una cuasi botellona, jarras de cerveza con limón, en la plaza del pueblo de Grazalema. Los besos, hasta pronto, nos vemos en las montañas y el dulce sabor del reconocimiento humano; donde gentes de Málaga, costeros y serranos, Murcía, Valladolid, Madrid, Sevilla, Cádiz, Sheffield y Montreal, ponen punto final a una jornada senderista sin igual.

Todos juntos y todos de un mismo lugar: “El Planeta Azul”, “La Tierra”.

Pepe Cuen...
...éste que lo es.
Utrera, 01/03/07.