miércoles, junio 27, 2007

Ascensión al Mulhacen desde la Hoya de La Mora

Sábado 23 y domingo 24 de junio de 2007
La Ascensión al Veleta y el Mulhacén pusieron el broche de oro a una temporada histórica en la que además de completar el programa de "Los 8 techos provinciales de Andalucía" se han realizado excursiones verdaderamente preciosas en las que hemos ido conociendo nuevos amigos que se han ido incorporando a la gran familia de Pasos Largos.
Episodio 1: El Mal de Altura, “La Amenaza Fantasma”
9,30 am. Camino de Granada el sol brillaba con un resplandor naranja que se hacía mas intenso al pasar por la estación de servicio “Los Abades” de Loja (A-92), donde unos veinte compañeros venidos de Málaga y Sevilla coincidíamos para desayunar, dispuestos a formar parte de esta “Expedición al Mulhacén”. Entre tostadas, “catalanas”, cafés y refrescos, se fueron repartiendo los mapas con las explicaciones oportunas para llevar a cabo la ruta en su totalidad. El ambiente de camaradería reina en la cafetería, recibiendo con la cordialidad habitual a nuestros nuevos compañeros de aventura “Rafael Sancho” (corresponsal de “Los Batolitos”, Sevilla) y Fernando Oliva, rondeño afincado en San Pedro. Poniéndonos en marcha a las 10,00 am. para llegar con puntualidad al punto de partida.
11,30 am. Una vez aparcados frente al “Albergue Universitario”, vamos sacando las pesadas mochilas de los maleteros entre bromas y saludos a los compañeros que han llegado allí, antes que nosotros, entre los que se encontraban: “Iván el Terrible” aprovechando su visita semanal a Granada, Celia “La Ninfa de Iguazú” y “Darío el Magnífico” desde Ojén y desde Sevilla: “Orzo Wei Javi” y su hermano Fran, “El Zorro”.
El Veleta (3.394 m.), visto desde las inmediaciones del Albergue Universitario (2.500 m.), se nos presenta, como un apacible paseo, apto para cualquier caminante, pero nada mas lejos de la realidad y mucho menos cargando con mochilas de entre 8 y 10 kg, ya que además del equipo de vivac, víberes, ropa de abrigo y accesorios varios, llevábamos agua para dos días, por la teórica falta de fuentes y chorreras de este itinerario en esta época del año. A penas, a doscientos metros del comienzo, hacíamos el primer alto en el camino para inmortalizar el paso de grupo por el emblemático arco de piedra (2.540 m.), presidido por la “Virgen de las Nieves” a quien mas de uno nos encomendamos para poder soportar el peso de la mochila y completar los mas de 800 m. de desnivel que todavía nos faltaba para poder coronar el Veleta, cuya silueta desde allí es la misma que llevamos viendo toda la vida en la famosa botella de agua “Lanjarón”.

Nos hemos detenido lo justo y necesario para la foto de rigor, y reanudamos la marcha, siempre en dirección sureste, casi en línea recta y en permanente ascensión hacia la cumbre del coloso que se presenta majestuoso ante nosotros. Poco a poco, vamos ganando altura por la marcada senda que en numerosas ocasiones va atravesando los interminables zig-zags de la vieja carretera que antiguamente subía hasta la misma cumbre del Veleta, habiendo quedado totalmente abandonada y prohibido el tránsito por la misma desde que Sierra Nevada obtuviera el reconocimiento de “parque nacional” en 1999. Mientras tanto, las pequeñas manchas verdes de hierba delataban la ubicación de los últimos restos de nieve.
12.30 pm.Ascendiendo siempre en línea recta hacia la cumbre por el “Ventisquero de Cauchiles” (entre los 2600 y 2.800 m.), avanzamos durante un trecho en paralelo a una gran valla de madera que delimita la pista de Borreguiles y que terminamos atravesando por un hueco perfectamente preparado para no interrumpir la senda, ni el libre tránsito de las cabras montesas que por allí campean a sus anchas. Con el pelotón cada vez mas estirado y las mochilas que cada vez parecían pesar mas, seguíamos ganando altura, cada paso dado era un pequeño triunfo, los pocos compañeros que caminaban próximos entre sí a penas hablaban y el resto iba viviendo su propia odisea, inmersos en sus pensamientos, hasta que, tal y como acordamos en la salida, volvimos a reagruparnos en “Las Posiciones del Veleta” (3.093 m.), para darnos un respiro, soltando las mochilas por unos minutos y de camino comenzar a adaptarnos a la altitud.
13.30 pm. En circunstancias normales el desnivel existente entre “Posiciones” y “la cumbre del Veleta”, de algo menos de 300 m. sería un paseito. Pero para los que estamos acostumbrados a vivir a la orilla del mar o en cotas bajas, caminar por encima de los tres mil metros, no es ninguna tontería, y mucho menos habiendo salido de casa tan sólo unas tres horas antes. De hecho, cuando nos volvimos a poner en marcha, otra vez con las mochilas a cuestas, a mas de uno/a empezaron a entrarle pequeños mareos a pesar de que la vieja carretera, nos daba el único respiro en toda la subida, manteniéndose llana a lo largo de 200 m. eso sí, obligándonos a caminar al filo de un terraplén que desemboca en la “Laguna de Las Yeguas” ya que el resto de la carretera estaba invadida por la nieve, situándonos ya muy cerca del “Refugio de La Carihuela” (3.240 m.) y “las ruinas de un viejo fortín” de la Guerra Civil (3.260 m.), donde dejamos todas las mochilas, a excepción de Jon “El Huracán de Sheffield” y Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta” que protagonizaron la primera escapada de la jornada, tan pronto como intuyeron la proximidad de la cumbre, subiendo campo través, entre los enormes bloques de pizarra que allí brillan como espejos, por donde también llegó el pelotón en el último tramo de subida, ganando altura por la interminable pedrera, para volvernos a reagrupar todos, ya en la misma cumbre del Veleta (3.394 m.), sobre las 14.30 pm. donde no faltó la sesión de postales “al filo de lo imposible” y otras tantas paisajísticas de las espectaculares vistas que se obtienen desde allí. Aunque el día estaba completamente despejado, teníamos la típica calima de principios de verano en el horizonte sin poder contemplar el Mediterráneo y otros objetivos lejanos que desde allí se pueden ver con facilidad, sin embargo, si pudimos reconocer las pirámides del Trevenque y Lucero al oeste y suroeste, respectivamente, así como “La Sagra” al noreste, y los cercanos colosos del Alcazaba y Mulhacén al este, a cuyos pies teníamos previsto pasar la noche.

15.15 pm. El almuerzo lo hicimos junto a las ruinas del fortín, a penas a unos sesenta metros del “Refugio de La Caldera”, donde nos despedimos de los tres compañeros de Ronda que por distintos motivos tenían que marcharse (ya estaba así previsto), nada mas y nada menos que tres pesos pesados de Pasos Largos: “Geyperman Salvador”, Rafa Márquez “El Aristóteles de la Senda” y Carlos Tapia “El Aprendiz de Mago” que a pesar de estar arrastrando una lesión de cadera motivada por una caída en el “Descenso de Barrancos de la Sima del Diablo” tampoco quiso perderse la primera parte de esta gran aventura. De manera que ya sólo quedaban tres piezas rondeñas sobre el tablero de Sierra Nevada: “Don Fernando el Diácono” (senderista revelación de la temporada 2006-7), Fernando Oliva “Tristoncio” y Rafa Flores “El Mago Gandalf de la Serranía”.

Episodio 2, “La Senda del Vértigo”
16.00 pm. Finalizado el almuerzo y habiéndonos despedido de los tres ilustres compañeros de Ronda que abandonaban la expedición. Nos volvimos a poner en marcha, descendiendo hacia el cercano “refugio de La Carihuela” por un pequeño tobogán de nieve, que nos dejó en la misma terraza del refugio, desde donde se accede sin dificultad a la “antigua pista de la Alpujarra” que comunica al Veleta con el Mulhacén manteniéndose por encima de los 3.000 m. la mayor parte de su trazado. Nada mas comenzar a caminar por la vieja pista, y estando todavía a menos de un centenar de metros del “Refugio de la Carihuela” nos llevamos la sorpresa de ver una fantástica chorrera de aguas cristalinas procedentes de las laderas nevadas del Veleta que ahora teníamos encima de nosotros, atravesando los tres zig-zags del carril para terminar precipitándose por una empinadísima ladera desembocando en la “Laguna Verde o del Veleta”, que quedaba a nuestra derecha.
16.30 pm. Mientras tanto, por la vertiente opuesta del Veleta seguían descendiendo nuestros compañeros: “Geyperman Salvador”,“El Aprendiz de Mago”y “El Aristóteles de la Senda”, recreándose con una gran cantidad de cabras montesas por la misma senda, por donde habíamos ascendido horas antes. Realizando un amplio reportajes tipo “El Hombre y La Tierra”.
Merece la pena recrearse en este primer tramo donde la pista traza varios zig-zags muy pronunciados, ya que sin duda alguna, es una de las zonas mas bonitas del itinerario y además, ofrece la posibilidad de una preciosa ruta circular, siguiendo el mismo recorrido descrito en estas líneas, pasando bajo las verticales paredes del Veleta con una pequeña pero preciosa laguna circular junto al margen izquierdo del carril, en la base de un colosal anfiteatro, conocido como “Vasares del Veleta”.Siguiendo la pista un centenar de metros después de esta pequeña laguna, también a la izquierda, encontramos el comienzo de la senda que nos lleva al “Cerro de Los Machos”, desde donde se puede descender en dirección noroeste para acceder “Las Posiciones del Veleta” por “el Veredón” y desde allí regresar tranquilamente a la zona de los Albergues completando una preciosa ruta circular que recomendamos desde estas líneas a todos los amantes de la montaña. Si bien hay que recordar que en época de nieves resulta extremadamente peligrosa, por las placas de hielo, sólo aptas para alpinistas experimentados con equipos de alta montaña.
17.30 pm. Aunque son 5 km. de pista, los que separan al refugio de La Carihuela del de La Caldera, al discurrir la mayor parte del tiempo por encima de los tres mil metros, se hacen largos y pesados, mucho mas si tenemos en cuentra el lamentable estado de abandono en el que se encuentra, bastante pedregoso y en ocasiones con enormes bloques de roca que han caído al mismo y que tenemos que esquivar, obligando incluso a los intrépidos ciclistas de “mountain bike” a echarse la bici al hombro para poder pasar. El siguiente hito del camino se encuentra a 1 km. del comienzo de la vereda hacia el “Cerro de los Machos”, justo donde la “vieja pista de Las Alpujarras” por la que vamos caminando pasa por “El Puerto del Lobo” que reconoceremos fácilmente, por estar situado junto a una espectacular balconada también situada a nuestra izquierda que da vistas al “Corral de Valdeinfierno”, donde nace uno de los arroyos que confluyen en “Cueva Secreta”, el paisaje es realmente grandioso, pero no lo son menos los fantásticos circos glaciares donde se forman las orquillas que originan el nacimiento del “Río Veleta” y el “Río Seco” ambos a nuestra derecha, con sus correspondientes lagunas del mismo nombre, separados entre sí, por los afilados “Raspones del Río Seco”, mientras vamos bajando y subiendo suavemente por el carril en dirección este con las imponentes siluetas del Mulhacén y Alcazaba siempre frente a nosotros.

Resulta curioso el tremendo contraste existente entre las pequeñas manchas verdes de la hierba alimentada por el agua de las lagunas, las últimas manchas de nieve y las chorreras que se forman por el deshielo, rodeados por una inmensidad de montañas, valles y barrancos aparentemente desolados, hasta el punto de hacernos sentir inmersos en un paisaje volcánico o lunar, que adquiere un carácter de “ciencia ficción” cuando pasamos junto a los denominados “Crestones de Río Seco”, tremendos bloques de piedra, de mas de 20 m. de altura formados principalmente por hierro y pizarra que han quedado cortados prácticamente a cuchillo por el efecto erosivo del viento y la nieve. Y es que, sin darnos cuenta, por esta zona, estamos atravesando la divisoria de aguas de las vertientes norte y sur que unen los tres miles de Sierra Nevada. Sin embargo, a simple vista, nadie podría imaginar, la cantidad de endemismos botánicos que se encuentran en estas majestuosas montañas, aparentemente desoladas. Y es que, Sierra Nevada es un ecosistema único en Europa por su carácter alpino y su peculiar ubicación tan cercana del Mediterráneo y al extremo sur del continente.

18.00 pm. Justo antes de que la pista describa una pronunciada curva a la derecha orientándose en dirección sur para rodear “Loma Pelá”, abandonamos la misma por una senda que asciende esta loma, manteniendo la dirección este que traíamos casi a piñón fijo durante la segunda parte de este itinerario. Sin ser una subida excesivamente dura, y a pesar de la agradable brisa que corrió durante toda la jornada, con una temperatura fantástica. Tras mas de seis horas caminando ya por encima de los 3.000 m., con el atontamiento del “mal de altura”, el peso de las mochilas tirando cada vez mas de los músculos del hombro y del cuello, y bajo un sol de justicia, varios compañeros sufrieron mareos, con dolor de cabeza en aumento, haciéndonos sentir las palpitaciones dentro de la cabeza a un ritmo trepidante. Afortunadamente, la senda que parecía no tener fin, nos dejó en una plataforma llana, pero al asomarnos al borde de la cornisa nevada que teníamos delante, comprobamos con estupor la senda de vértigo que nos esperaba bordeando las cornisas que rodean el circo donde se ha formado la “Laguna de la Caldera” donde ya veíamos el refugio de piedra al pie del Mulhacén y algunos compañeros como pequeñas hormiguitas minúsculas bañándose en la orilla de la laguna con las aguas lo suficientemente congeladas para que sus gritos de impresión llegaran con perfecta nitidez hasta nosotros. Con las mismas ganas que un niño se come un plato de guisantes, los cinco del grupo de cola empezamos a descender por el tobogán de nieve, con el interminable terraplén siempre a nuestra derecha y como único apoyo los bastones y la resbaladiza pared de nieve a nuestra izquierda, donde a penas podías apoyar la mano, porque estaba tan fría que te quemaba la piel. Cuando por fin la superamos creíamos que lo peor había quedado atrás porque el siguiente tramo no parecía tan inclinado, pero mientras veíamos a nuestros compañeros bañándose alegremente en la orilla de la laguna entre risas y salpicones, la pesadilla no había hecho mas que comenzar, ya que la cornisa por la que teníamos que caminar, medía mas de 500 m. de longitud, salvando numerosos salientes con bastante vuelo no apta para personas que padezcan de vértigo, ya que además de la amenaza casi constante del terraplén, formado por infinidad de lascas de pizarra totalmente inestables, a veces, se hacía necesario el uso de las manos y los cinco sentidos, para no caer por algunos tramos bastante aéreos, hasta que por fin llegamos sobre las 19.20 pm. al “Refugio de La Caldera” (3.020 m.),.
Episodio 3, “Vivac en La Caldera y Ascensión al Mulhacén”
Al llegar al refugio un grupo de cabras montesas bastante acostumbradas a la presencia de los montañeros se nos acercó para que le echáramos comida, de hecho nuestro compañero Miguel “El Hombre que sabía demasiado”, consiguió una fantástica foto (que aún no nos han enviado) de Patricia, “La Reportera de Chef Chauen”, dándole de comer de su mano a una cabra montesa. Como era de esperar el refugio ya estaba totalmente ocupado, cuatro o cinco compañeros se hicieron con los pocos sitios libres que quedaban, el resto, montamos un improvisado “campamento vivac”, en una especie de bancal situado a medio camino entre el refugio y la cercana laguna, en cuya orilla unos “enteraillos” montaron una pequeña tienda (algo totalmente ilegal en cualquier espacio protegido y mucho mas en pleno parque nacional). Pero nosotros a lo nuestro, ya con el alivio de haber soltado las mochilas y haber cambiado las botas por las chanclas, además del reconfortante baño en las frías aguas de la laguna. Cada uno fuimos escogiendo nuestra ubicación para colocar las alfombrillas y los sacos, con la bebida y el frontal a mano. Una vez cambiados de muda para afrontar la noche, compartimos una improvisada cena con el impresionante telón de fondo del Mulhacén al atardecer, intercambiando víberes con un grupo de cuatro chavalas (tres checas y una polaca) que prefirieron cenar junto a nosotros a pesar de que ya tenían su sitio cogido en el refugio y es que Rafa Flores, me las puso locas cuando se cambió la camiseta con el “pecho lobo”, entre risas, bromas e incluso con algunos globos que me había preparado Patri a modo de pequeño homenaje por mi onomástica y cumpleaños en tan peculiar noche de San Juan, que se fue echando encima, mientras la luna en “cuarto creciente” hacía acto de presencia elevándose en el firmamento por el sur.
Tan pronto como las sombras se fueron alargando hasta cubrirlo todo, pasamos en tan sólo unos minutos de los 18º C que habíamos tenido de media durante toda la tarde a los 5ºC que finalmente tuvimos durante la noche. Algo realmente espectacular que a mas de uno hizo temer que no sería suficiente con la última “capa de cebolla” que llevábamos preparada ya que en pleno descenso de temperatura no sabíamos hasta cuantos grados iba a seguir bajando. ¡Menos mal! que al final, no bajó mas allá de los 5ºC. Aún así, mas de uno se pertrechó de tal manera que incluso terminaría pasando calor a pesar de dormir a la intemperie como Manu “El Hombre Tranquilo” que con una simple funda de plástico para coches y algunas piedras, se montó un vivac digno de un manual de supervivencia. Mientras que la mayoría de compañeros empezaban a amortizar aquella noche su última compra en decathon. Y es que para dormir a 3.000 m. de altitud hay que ir bien preparado. El último en irse a dormir fue Juani que en aquellos instantes estaba con la mente puesta en el Bernabeu y los familiares que allí se encontraban para presenciar la Final de la Copa del Rey que en aquellos momentos daba comienzo entre Sevilla y Getafe, no pudiéndose separar de la radio “AM” (la única que se escuchaba) que llevaban Ana y Fernando “Los Duques de Juanar” hasta que a los diez minutos del inicio “Kanoute” ponía por delante al Sevilla con el 1-0 que a la postre resultaría definitivo, mientras Juani gritaba como un poseso por corriendo por el campamento para abrazar al “Indomable Jaime”. Aún así no pudimos confirmar la consecución del título hasta el día siguiente, ya que el sueño nos terminó venciendo a todos, mas por agotamiento que por frío.
Domingo, 24 de junio de 2007..."El escenario soñado para celebrar mi 38 cumpleaños"
Una vez en el saco, empezaba otra batalla, sobre todo cuando no lo haces con frecuencia o es la primera noche de una travesía de varios días. Dado lo difícil que resulta permanecer mucho tiempo boca arriba como si estuvieras durmiendo en una camilla, empiezas a girarte de un lado a otro sin encontrar la postura, a veces se oye el ronquido de algún compañero afortunado, el peo anónimo de otro compañero que tampoco encuentra la postura, pero no te atreves a hacer ruido por no molestar al compañero de al lado, pensando que tal vez él si está durmiendo, cuando en realidad al igual que tú, mirará el reloj varias veces a lo largo de la noche deseando que llegue el amanecer.
Pero todo llega y así, sobre las seis de la mañana, con las primeras luces del alba, el precioso canto del “acendor alpino” rebotaba en las paredes que abrazan la “Laguna de la Caldera” y para que nadie se hiciera el remolón “El Maestro Gandalf” tocaba su tradicional solo de corneta, largo y agudo, marcando las 6,30 am en punto, hora a la que todos nos poníamos en pie, recogiendo el campamento entre bostezos, estiramientos, meadas en grupo y pedos mañaneros de todos los colores y tamaños, previos al desayuno express que nos tomamos dejando todas las mochilas agrupadas y el campamento sin un solo papelito antes de iniciar la ascensión en perfecto estado de revista de policía. Desgraciadamente nuestro compañero Fernando Oliva, “Tristoncio”, tuvo que renunciar a subir después de haber pasado una noche muy mala de vómitos y dolor de cabeza, a pesar de que se le consiguiera un hueco en el albergue.
Desde el Refugio de La Caldera (3.020 m.), tenemos la opción de tomar una senda que ataca de forma bastante directa la ascensión al Mulhacén, avanzando en paralelo por la arista de la cara norte, opción que escogieron algunos compañeros, sin embargo, una vez en la cercana “pista de Las Alpujarras” que pasa junto al albergue, hay una marcada senda que asciende con algunos zig-zags, pero con menos lascas de pizarra que la anterior, así que por aquí, comenzamos a subir la mayoría.
7.10 am. Todavía no habíamos llegado algunos al inicio, cuando Jon “El Huracán de Sheffield” se veía como un punto rojo dejando una estela de polvo, seguido muy de cerca por Sean “El Canadiense Errante”, y los hermanos “Alcalá”, es decir: “Orzo Wei Javi” y Fran “El Zorro”. Pero por la cola del pelotón la cosa era bien distinta, mientras algunos nos íbamos parando con nuestras fotos y nuestros grabaciones de video, otros iban viviendo su propia pesadilla, mientras que Ana fue muy bien todo el fin de semana, a Fernando comenzó a afectarle el mal de altura, viéndose obligado a parar cada cierto tiempo al igual que a “La Rosa de Casarabonela”. Hay que destacar la ascensión que realizaron de menos a mas el “Serpa Carmona” y Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta”, magníficos compañeros de aventura donde los haya, también hay que quitarse el sombrero con “Don Fernando el Diácono” que con su tradicional “marcheta” y ataviado en esta ocasión con su chándal-pijama de “La abeja Maya” al estilo “Homer Simpson” hizo una subida muy meritoria con una remontada espectacular. A media ladera las dos sendas anteriormente mencionadas confluyen en una sola y desde allí ya nos unimos al resto de compañeros que habían escogido la otra opción, dándonos ánimos hasta llegar a la misma cumbre sobre las 8.00 am., donde ya nos esperaba el resto del grupo. Sin duda, uno de los momentos mas emotivos de toda la temporada, no ya sólo por que con esta cumbre completábamos el proyecto de “Los 8 techos provinciales de Andalucía” como broche de oro a esta histórica temporada 2006-7, sino porque para la mayoría, era la primera vez que hollábamos el techo de la península. Con algunas excepciones como “el Zorro” que lo subía cada año por la “Vereda de la Estrella” en su época de estudiante de I.N.E.F., el Indomable Jaime que lo había subido este mismo invierno desde Poqueira en compañía de Magda “La Pimentonera de Águilas” (ausente en esta expedición por encontrarse escayolada por accidente de moto), Rafa Flores “El Mago Gandalf de la Serranía” en la Expedición de 2002 y algún que otro compañero que repetía o que se había quedado a las puertas.
Lo que se siente en la cumbre del Mulhacén es difícilmente descriptible, además de la infinita sensación de libertad y privilegio, te sientes muy afortunado por estar en compañía de tan magníficos amigos y montañeros de toda España y de todas nacionalidades que iban llegando por otras vías, en un ambiente de camaradería y cordialidad: ponte tú que yo te hago la foto, ¿alguien quiere agua?...Pero no sólo eso, como lo prometido es deuda, y el nominado al senderista juvenil destacado no estuvo presente en la fiesta “Final de Temporada” (celebrado los días 9 y 10 de junio en Juzcar, por encontrarse de viaje de fin de curso en Tenerife), le hicimos la entrega de la prestigiosa placa con todos los honores a “Darío el Magnífico” en el mismo techo de la piel de toro, donde obviamente, tampoco faltó el reportaje de grupo y paisajístico de manera que al sur podíamos intuir “La Alpujarras” inmersas en el mar de nubes que las cubría, al norte “La Hoya de Guadix”, las Sierras de Baza, Mágina y Cazorla, al oeste El Veleta y Los Machos en primer término y al noroeste allá abajo el Valdeinfiernos, La Laguna de la Mosca y toda la cabecera donde se origina el río Genil, por donde discurre la “Vereda de la Estrella” y cerrando el círculo al este, con el sol alzándose a la derecha el cordal de los tresmiles con el “Cerro Alcazaba” y ya en la Sierra Nevada almeriense: el “Chullo” que coronamos en octubre 2006, el “Buitre” y el “Almirez” con el que tenemos una cita pendiente.

Episodio 4, El Regreso:
El Descenso desde la cumbre del Mulhacén hasta la Laguna de la Caldera, se hizo a tumba abierta por los mismos que habían coronado en primera posición. Sin embargo, los que bajamos en último lugar, sin ir lentos ni mucho menos, nos recreamos en un ramal del sendero que se asomaba de forma vertiginosa a la impresionante cara norte del coloso, con sus verticales paredes negras y las lagunas minúsculas, todavía rodeadas de nieve allí abajo, una visión sobrecogedora que muchos compañeros dejaron escapar en su veloz cabalgada. Aunque la mayoría decidimos regresar al “Refugio de la Carihuela” usando la vieja pista de las Alpujarras, nuestro particular grupo de “translíbicos” acortó camino regresando por la vertiginosa senda que circunda la Laguna de La Caldera, por donde habíamos llegado la tarde anterior.



Los primeros en llegar al “Refugio de La Carihuela” aprovecharon para echarse una pequeña siesta, mientras el resto del pelotón íbamos disfrutando del camino de vuelta, casi con pena de abandonar tan impresionantes paisajes por el techo de “la piel de toro”, sin dudar en volver a asomarnos por la espectacular balconada del Collado del Lobo. Poco después, Celia “La Ninfa de Iguazu” haciendo honor a su apodo, cumplió la promesa del día anterior, bañándose en ropa interior en las congeladas aguas de la laguna que se encuentra totalmente rodeada de nieve, al borde del camino bajo los “Vasares del Veleta”. Con la tranquilidad de saber que teníamos asegurado el aprovisionamiento de agua en las chorreras próximas al “Refugio de La Caldera”, llegando al mismo sin problemas, reagrupándonos todos por fin para almorzar e iniciar juntos el descenso.

Nada mas girar la cuerda del Veleta que ya da vistas a Prado Llano, con la “Laguna de Las Yeguas” otra vez a nuestros pies, comenzó a azotarnos un fuerte viento de poniente, que en ocasiones dificultaba el poder caminar con normalidad, hecho que aumentó aún mas el estiramiento del “chicle” entre nuestros expertos en bajadas y los que ya llegábamos al bar del aparcamiento próximo al “Albergue Universitario” bastante tocados y con las rodillas y tobillos machacados, tras un total de 32 km. por el techo de la península, permaneciendo mas de 24 horas seguidas por encima de los 3.000 m. con una mochila mucho mas pesada de lo habitual y prácticamente sin haber dormido mas de 20 minutos seguidos. Siendo un total de 24 montañeros los que formamos parte de esta magnífica ascensión que jamás olvidaremos los que tuvimos el privilegio de participar en ella.

Crónica y fotos: Juan Ignacio Amador con la participación estelar de “Rafa Flores”, “El Elfo de La Malagueta” y “Carlos Tapia”.

NOTA: Las referencias para esta ruta fueron sacadas de la fantástica “Guía de Montaña de Sierra Nevada” (Edit. Penibética)

viernes, junio 22, 2007

Jueves, 21 de junio de 2007
Fiesta Fin de Curso 2006-7
Colegio Público Miguel de Cervantes (Fuengirola)
Un año mas y un año menos, es increíble la velocidad a la que pasa el tiempo, sobre todo cuando ves a tu hijo crecer junto a quienes han sido sus compañeros desde la guardería. Quien ha estado siempre junto a él, asistiendo cada año, a cada fiesta de fin de curso, a cada semana cultural, a cada fiesta de vacaciones de navidad y va comparando las fotos actuales con las de los cursos anteriores, no le queda mas remedio que echarse a reír y reflexionar sobre la velocidad a la que pasa el tiempo.
Filosofías a parte, tras la pequeña batalla de familiares y amigos que se produce cada año tras la apertura de las puertas, por hacerse con alguna mesa y todas las sillas posibles (nunca falta la vieja que siempre arrampla con todo). Cada clase volvió a deleitarnos con las coreografías que nos habían preparado los profesores mas implicados en esta entrañable Fiesta de Fin de Curso. Se respiraba un aire de euforia contenida los niños que acababan ya el cole y que estaban excitadísimos ante su inminente puesta en escena, los profesores/as algunos con cierta tensión pendientes del último detalle, la mayoría con caras de cansancio lógico tras un curso entero realizando un trabajo impagable año tras año y familiares y amigos cámara en mano, hablando de sus cosas, esperando la actuación de sus hijos/as sobre el escenario y las mamás orgullosas viendo lo bien que les queda el disfraz que tan laboriósamente han sacado adelante con la ayuda de la abuela y los complementos del "Todo a Cien". En el ir y venir entre la mesa ó la grada y la barra del improvisado bar (con recaudación a beneficencia para los enfermos de alzeimer).

Este año a los de 2ºA, el grupo de Nacho, les tocaba ir de “cowboys” con sus correspondientes sombreros y las chicas con camisas blancas y falda larga, simpática actuación con el correspondiente baile country, que escenificaron perfectamente sobre el escenario. Al igual que sus compañeros de 2ºB, que con un look roquero a lo “John Travolta” bailaron magistralmente con el “Rock de la Carcel”. Sin embargo, quienes me dejaron verdaderamente alucinados fueron los pequeños de 1ºB, con una espectacular coreografía, también por parejas, bailando un tango con una gracia y una desenvoltura que ya la hubieran querido muchos de mis compañeros en el “Curso de Animación” con Sol Melia, menuda cantera tienen aquí.

Nacho, al igual que su padre no tiene el baile como mayor virtud pero es un relaciones públicas nato. Hoy viernes fuimos a recoger las notas, al igual que su padre por aquellos entonces, progresa adecuadamente "mas o menos" en todo, menos en Matematicas N.M. (Necesita Mejorar), así que este verano habrá que dedicarle un ratito cada día a la tabla de multiplicar y a los cuadernos de cálculo y problemas del "Rubio" (hay cosas que núnca cambian).

miércoles, junio 20, 2007

Dom. 17 de junio de 2007
Benalauría-Venta San Juan
(futuro Parque Natural Valle del Genal-Reales de Sierra Bermeja)

Precioso paseo entre castaños, encinas, quejigos, pinos y alcornoques desde Benalauría hasta el Molino de Almenta para descender por uno de los tramos mas entretenidos del río Genal hasta La Venta San Juan.

Antes de la hora prevista Sean y yo nos encontrábamos con Jesús “El hombre de las botas desgastadas”, acompañado por “Los Duques de Juanar” que estaban degustando las magníficas tostadas que sirven en la “Venta San Juan” (nuestro punto de encuentro y final previsto de ruta), mientras los camareros discutían sobre quién ganaría la liga en esa última jornada decisiva. Minutos después llegaban Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta” con su hija Ana y casi al unísono Rafa Flores “El Maestro Gandalf” acompañado por Rafita “Pequeño Saltamontes”, escoltados por “Don Fernando El Diácono” y su hijo Javi. Una vez confirmado que ya no quedaba nadie mas por llegar, dejamos algunos coches tácticamente aparcados y nos fuimos con el resto a “Benalauría”, donde ya nos esperaba puntualmente el resto de la expedición en plena plaza del ayuntamiento (667 m.), aprovechando el encuentro para la correspondiente foto de grupo, y pistoletazo de salida para el comienzo de ruta.

Bajo un cielo azul radiante y dejando la plaza a nuestra espalda, subíamos ligeramente los 19 senderistas, (entre pequeños y adultos), tomando dirección sur por la calle “La Ladera”, comenzando a bajar después entre encaladas casas, con sus macetitas de geranio y algunos cartelitos de madera, que rápidamente quedaron atrás para seguir bajando definitivamente por una pista, con amplias panorámicas del Valle del Genal: al sureste enmarcado por Sierra Bermeja y Crestellina que desde aquí vemos con su perspectiva mas afilada y picuda, al este por La Sierra de las Nieves, al suroeste Algatocín con su sierra al fondo y al norte por Cancha Almola, Los Riscos de Cartajima y Jarastepar. Obviamente, en compañía del “Maestro Gandalf” ninguna cumbre, ni pueblo quedó sin identificar. Un auténtico regalo para la vista, mientras nos íbamos sumergiendo en ese océano de mil tonalidades verdes que es el Valle del Genal en primavera, salpicado aquí y allá por las espectaculares flores amarillas de los castaños que nos rodean en este primer tramo del camino. Volviendo la vista atrás, ya casi a modo de despedida, pudimos disfrutar de una última panorámica de Benalauría, dejando poco después a la derecha el camino que asciende suavemente para dirigirse a “Algatocín”, mientras que nosotros continuamos, siempre bajando, por el camino de la izquierda.

Poco después llegamos a otra bifurcación que suele ser la típica que se presta a confusión, ya que las dos pistas están igual de bien marcadas y ambas bajan al río. La de la izquierda se dirige a una zona del río conocida como “La Cortadura”, donde se encuentra el “Molino de la Tenería”, se trata del antiguo camino Benalauría-Jubrique. Esta es la opción mas recomendada para los fanáticos de las “rutas acuáticas”, ya que una vez en el río nos quedan casi 10 km. río abajo pasando por preciosas zonas de meandros casi inexplorados, hasta “La Venta San Juan”. Sin embargo, volviendo a la mencionada encrucijada, nosotros cogimos el de la derecha, llegando nuevamente a una especie de bifurcación, pero aquí ya cogemos un sendero que tenemos frente a nosotros y por el que abandonamos momentáneamente la pista, retomándola después para abandonarla definitivamente, por una senda que sale a la derecha donde actualmente hay un pequeño cartel verde que nos lo indica y que de no haber sido por “Rafita” ya nos pasábamos de largo inmersos en la conversación.

A partir de aquí todo es senda, tal y como íbamos descendiendo,los castaños iban dando paso a los alcornoques, encinas, pinos, olivos, acebuches y quejigos, que nos rodeaban por todas partes hasta llegar en pronunciado descenso al cauce del río, justo a la altura del “Molino de Almenta” (aprox. a Km. 4´9 desde Benalauría y a unos 330 m. sobre el nivel del mar), donde el “Mago Gandalf” volvió a deleitarnos con varias explicaciones etnográficas de la zona,. Al llegar a este lugar, ya con el rumor de las aguas a nuestro alrededor y la exuberante vegetación de ribera que nos envolvía, Rafa nos condujo hasta a un gran chaparro de mas de 30 m. de altura, junto al cual se encontraba el propietario del molino labrando a la antigua usanza al cual saludamos, refrendando las explicaciones previamente dadas por el “Maestro”. Una vez allí si vadeamos el río y en la orilla de enfrente nos encontramos un manantial de riquísima agua fresca, desde sus proximidades, parte una vereda que nos lleva hasta Ubrique.

No obstante, para continuar con nuestra ruta, regresamos sobre nuestros pasos y volvimos a situarnos en las inmediaciones del “Molino de Almenta” desde donde sale un carrilillo que nos lleva hasta la misma “Venta San Juan”. Pero, como se trataba de hacer la ruta en su versión acuática, comenzamos a cambiar los “atuendos” terrestres por los acuáticos y empezamos a bajar por el mismo cauce del río, para deleite de pequeños y mayores. A pesar de esos primeros pasos indecisos en los que te encuentras con la extraña sensación de comenzar a caminar por el agua, el grupo de aventureros avanzaba en formación compacta y los “pequeños hobbits” entre los que se encontraban: Javi, Adriana, Andrés, Bea, Ana y Rafita, seguían con gran decisión al “Maestro Gandalf” corriente abajo, entre elfos, duendes y hadas, envueltos a su vez por un auténtico túnel de vegetación digna de un bosque encantado. Como verdaderos privilegiados caminando a través de un refrescante calidoscopio de luces y sombras, colores y sonidos, que iban cambiando con cada meandro del río, con cada pequeña cascada, con el canto de los mirlos y cien especies diferetes, con esas flechas color azul llamadas “martín pescador”, con las pequeñas libélulas que nos acompañaban, con la brisa del viento meciendo las ramas de los chaparros y demás árboles que nos iban flanqueando a modo de centinelas en la orilla.

No obstante, caminar por el agua sin poder ver el fondo que te remueven los que van delante tuya, ralentiza mucho la marcha y a pesar de no ser el Genal un río excesivamente resbaladizo (como por ejemplo el río Vede de Istán), los pasos escalonados por algunos saltos de agua, no estuvieron exento de dificultad para los mas pequeños, haciendo nuestra querida amiga Angus de “Hada Madrina” del pequeño Javi, durante gran parte del recorrido, alternándose con “Don Fernando el Diácono” que también estuvo atento al quite a pesar de que a penas conseguía mantener el equilibrio en los tramos mas comprometidos. Hasta el punto de que esta ruta se convirtió en algunos tramos, en una auténtica demostración de hermandad y solidaridad, con continuas muestras de cariño e instinto de protección de Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta” con su hija Ana y con quien fuera a su lado, al igual que Lali “La Corsaria de Levante” con su hija Beatriz, que es prácticamente un clon de ella misma, de Fernando “El Duque de Juanar”, convirtiéndose en el protector de “Chuky” en los pasos dificilillos, sin olvidarnos de Mª Rosa cuando lo necesitaron sus hijos, aunque a penas tuvo que preocuparse de Adriana y Andrés que la mayor parte del tiempo fueron cabeza de carrera junto con Rafita “El Pequeño Saltamontes”.

En una de las paradas tácticas de reagrupamiento aprovechamos para hacer la pausa del almuerzo, sentados todos a la orilla del río en lo que parecía una pequeña playa fluvial. Almorzando todos juntos con el gran apetito que siempre dan las rutas acuáticas, especialmente Chuky, que a pesar de “jincarse” medio bocadillo de serranito y otro medio de tortilla, casi se zampa la mitad del queso que llevaba Jesús. Desde el encuentro en la Plaza del ayuntamiento de Benalauría” y la parada en el “Molino de Almenta” era la tercera vez que nos reagrupábamos en todo el recorrido, ya que Sean “El Canadiense Errante” por muy lento que quiera ir, no puede evitar caminar mas rápido de lo que cualquier mortal podría conseguir. Mientras que en el extremo opuesto se encontraba Peter “El Penitente” que además de su famosa mochila de 40 kg. de cámaras y trípodes, se iba deleitando con los cantos de sirena en la cola del grupo acompañado en todo momento por Eglee “La Afrodita de Ébano” y Noelia “La Sirenita del Guadalmina” con quien Juani no coincidía desde que juntos protagonizaran uno de los episodios mas sonados en la historia del Comando Preston (ver crónica Descenso del Guadalmina 10-08-04, Temporada 2003-4). ¡En fín!, un almuerzo de lo mas curioso, con el grupo mas peculiar que se pueda imaginar, pero compartiendo la pasión común del senderismo y la aventura y sintiéndonos verdaderamente privilegiados en un escenario prácticamente único en la mitad sur peninsular.

A pesar de lo relajado que nos quedamos tras el almuerzo, no podíamos caer en la modorra, con el peligro de coger frío, así que, reemprendimos la marcha sin demora, no sin cierta pereza por parte de algunos/as, pero con la ilusión de saber que lo mejor estaba por llegar, aunque el cielo comenzaba a cubrirse de nubes conforme la tarde iba avanzando. Y siguiendo, siempre, río abajo entre cañaverales, adelfas y en definitiva la típica vegetación de ribera, a veces con el agua por los tobillos, otras por las rodillas y otras tantas por la cintura, presenciando alguna que otra caída o resbalón sin consecuencias llegamos al camuflado “Molino Villarta” que tal y como vamos bajando el río se encuentra camuflado por la vegetación a unos 20 m. de la orilla derecha. Antiguo molino de aceite y harina, fundado en el año 1735, vestigios de esplendor de tiempos pasados, para terminar cayendo en el olvido, como lo serán tantos lugares que hoy nos son conocidos. A penas finalizada la obligada visita de interés etnográfico, continuamos río abajo encontrándonos con un rudimentario muro de piedra de unos 2 m. de altura que delimita la orilla del río a lo largo de unos 30 m., creado en su día para medir el nivel de las aguas. A renglón seguido y continuando con la prolongación de este tramo recto donde se van sucediendo pequeños rápidos y saltitos de agua que van esquivando las rocas que aparecen ante nosotros a modo de pequeñas isletas, pasamos por debajo de un gran pino, bastante inclinado hacia el lecho del río sobre el que algún día terminará cayendo, ofreciéndonos, de momento, una de las estampas mas curiosas de todo el recorrido.

Tras un brusco giro que describe un nuevo meandro a la izquierda nos encontramos con otro largo trecho recto conocido como el “Charco Estrecho”, donde el Genal pasa junto a una gran pared a modo de acantilado, teniendo aquí que realizar el único tramo de nado obligatorio de todo el recorrido. Dada la relativa cercanía de “La Venta san Juan” ya comenzamos a encontrarnos con algunos grupitos de gente. En este caso, el típico grupito de “porreros” que nos miraban con cara de flipados, incluyendo una jovencita que estaba tumbada en una barca inflable a la que amablemente le pedimos que se echara a un lado para hacer unas fotos. En vista de la negativa, el “Maestro Gandalf” procedió al triple salto carpado invertido y tras el efecto del salpicón se les mojó hasta el porro que se estaban fumando aún así, se lo tomaron a risa entre ellos mismos hasta el punto que cuando llegó Peter “El Penitente” (con su equipo fotográfico de 40 kg. a cuesta), le dejaron la barca para que pasara la mochila sin problemas y poco a poco deleitándonos con la grandiosidad de este bonito paraje, abandonamos el cauce del río momentáneamente por la orilla derecha, ahorrándonos un amplio meandro que traza el cauce en forma de herradura, terminando en una especie de playa fluvial donde las aguas del río se presentaban ante nosotros con distintas tonalidades de verdes y turquesas. Ahora sí, nos empezamos a encontrar con numerosos bañistas que ya no dejamos de ver hasta llegar al cercano puente de la carretera Algatocín-Jubrique que atraviesa el Genal. Puente bajo el cual, se ha creado una gran piscina natural, a modo de complemento de las dos zonas de Camping, que existen junto a la famosa “Venta san Juan” (aprox. km. 10´5 desde el comienzo de ruta en benalauría y a unos 280 m. sobre el nivel del mar). Al llegar a la venta nos llevamos la gran sorpresa y que, tuvieron el detallazo de esperarnos para darnos la bienvenida: los agentes Andres y Reme de “C.S.I. Serranía de Ronda”, junto con su hijo “Andrés” galardonado con el título de “Senderista Infantil Destacado de la Temporada 2006-7”, acompañados a su vez por Carlos Tapia “El Aprendiz de Mago” también conocido como “El Coleccionista de Atardeceres”, Mª Paz “La Ratita Presumida”….¡pedazo de modelito!, y “Terremoto” Carlitos. Los chiquillos a los suyos tomándose el helaito de marras, y el resto disfrutándo del tradicional “Colacao” (altamente recomendable tras cualquier ruta acuática) y alguno que otro se metía entre pecho y espalda un cubata o whisky (¡por prescripción médica, eso sí!), mientras éramos testigos de cómo “Hamilton” volvía a finalizar en primera posición por delante de Alonso, en esta ocasión en “Indianápolis”. Y así concluía otra jornada inolvidable, despidiéndonos con intercambio de CDs y DVDs de gran interés fotográfico, además de algunos pequeños “atuendos de guerra”.

Nota: Si bien para este tipo de rutas acuáticas con pocos tramos de nado no es imprescindible el traje de neopreno y mucho menos en verano, nunca está de mas, uno cortito y finito, tipo surfero (conocido como “platanito”), como el que llevaban nuestros compañeros Fernando y Ana, que además de cómodos y ligeros, son muy de agradecer cuando llevamos varias horas en el agua, especialmente en esos tramos de nado que siempre acaban llegando o en esos obligados “cuerpo a tierra” (al agua) que hay que hacer cuando la vegetación nos obliga a ello para seguir avanzando. En cualquier caso, lo que nunca está de mas en la mochila de ningún senderista para este tipo de rutas acuáticas, es la bolsa o tubo estanco que nos da la tranquilidad total para guardar todo aquello que sea susceptible de estropearse con el agua. Y si queremos tener la cámara mas a mano, también se venden en las tiendas especializadas desde rudimentarios recipientes para guardar las cámaras (como el que lleva Juani) , hasta las fundas mas sofisticadas (como la que lleva “Geyperman Salvador”) y que desgraciadamente terminó echando de menos nuestra compañera Angus, cuya cámara buceo durante un segundo por las aguas del Genal.

Para mas información consultar el libro “Valle del Genal Guía del Excursionista”, ruta 33, pag. 325 (Editorial La Serranía)…¡que ésta cae en el exámen seguro!.

Crónica y fotos: Juan Ignacio Amador con la colaboración estelar de rafa Flores.