domingo, mayo 24, 2009

Sábado 23 de mayo de 2009, Ascensión al Fuerte desde Frigiliana, regreso por el río Higuerón y la Cruz del Pinto

A pesar de las lluvias de la noche anterior con tormenta incluida, 15 compañeros nos encontrábamos una vez mas, puntualmente en la Plaza del Ingenio de Frigiliana, donde una vez entregados los mapas, la documentación de esta doble ruta y dada la charla de introducción nos poníamos en marcha atravesando el precioso casco histórico de esta bonita localidad, deleitándonos con sus calles que son esencia de sus hondas raíces musulmanas, plasmadas en en cada rincón de su traza urbana, con sus calles estrechas y sus empinadas cuestas por las que íbamos ganando altura. Entre jardines y fachadas repletas de macetas a cual mas hermosa y mejor cuidada. Esta localidad fue una de las que mas quebraderos de cabeza le dio al Reino de Castilla durante la sublevación de los moriscos.

Los vestigios hallados en 1987 en la Cueva de los Murciélagos atestiguan la presencia del hombre en este territorio desde finales del Neolítico (3.000 años a.C.) hasta el Calcolítico o Edad del Cobre (2.000 años antes de nuestra era). De la posterior cultura del Algar también hay un menhir que testifica que el hombre de esa época anduvo por esta zona, y muy cerca del casco urbano se sitúa la necrópolis de Cerrillo de las Sombras, correspondiente a la época fenicia (siglos VII-VI a.C.).Los romanos ocuparon este territorio en el 206 a.C. mediante pactos con la población autóctona, y Frigiliana quedó incluida en el Conventus de Gades. Y de los romanos procede el nombre de la villa, que deriva de Frexinius (un personaje del que nada se sabe) y el sufijo ana, que indica procedencia, es decir, lugar o villa de Frexinius.Aunque los árabes comienzan a ocupar la península en el año 711, no es hasta finales del siglo IX, cuando se construye la fortaleza, poco se sabe del devenir histórico de Frigiliana salvo que estuvo bajo el liderazgo de Omar Ben Hafsun, y que entre los siglos XIII-XV formó parte del reino nazarí. La villa se rindió a las tropas cristianas en 1485 sin derramamiento de sangre.

A cada paso que dábamos nos íbamos acercando al escenario de una de las batallas mas sangrientas que tuvieron lugar durante las revueltas de los moriscos una vez conquistado el último bastión del Reino nazarí de Granada. De aquella batalla tomó el nombre la montaña hacia la que estábamos ascendiendo.

LA BATALLA DEL PEÑÓN:
En 1567 se produce la publicación de la Real Pragmática de Felipe II, auspiciada por el inquisidor Pedro de Deza, en virtud de la cual se prohibía a los moriscos llevar armas, hablar y escribir en su lengua, usar sus propios vestidos y practicar sus costumbres, obligándoseles a entregar todos sus libros, los moriscos fueron desposeídos de los escasos derechos que tenían (cultivaban los peores terrenos. Ésta Real Pragmática encendió los ánimos entre los moriscos de las Alpujarras, estallando la rebelión en la taha de la Poqueria la Navidad de 1568. Pero poco a poco, , se les prohibió hablar y escribir su lengua y vestir sus atuendos habituales), hasta que estalló la rebelión morisca en las Alpujarras, duramente reprimida por los cristianos. Los moriscos de la Axarquía y de los Montes de Málaga, a la espera de la ayuda prometida por Aben Humeya desde las Alpujarras y también del norte de Africa, se refugiaron en El Fuerte de Frigiliana, donde se reunieron unos 7.000 de ellos.

La fortaleza y el peñón de Frigiliana dominaban la sierra de la Almijara, siendo un lugar de tan difícil acceso como eficaz defensa. No es de extrañar, así, que en ella se refugiara un gran grupo de rebeldes moriscos en 1568 y que allí se desarrollara una gran batalla , expresivamente descrita en algunos azulejos diseminados por sus calles. De la batalla final resultaron ganadoras las tropas de Luis de Requesens, y los moriscos fueron expulsados de sus tierras y diseminados por la península, al tiempo que se poblaba Frigiliana con "cristianos viejos".
El 28 de mayo de 1569, el corregidor de Vélez inicia un primer asalto con el nefasto balance de 20 muertos y 150 heridos entre las tropas cristianas. En esas fechas navegaban por el Mediterráneo 25 galeras de los tercios de Italia, a las que el corregidor de Vélez pidió ayuda para aplastar a los sublevados de Frigiliana. En esta ocasión fueron 6.000 hombres los que se enfrentaron a los moriscos, quienes a pesar de su resistencia, fueron vencidos el 11 de junio de 1569. Hubo 2.000 muertos y 3.000 cautivos entre los vencidos (huyeron otros 2.000), y 400 muertos y 800 heridos entre los vencedores.La batalla del Peñón de Frigiliana ha sido reproducida a modo de romance de ciego en unos paneles de cerámica vidriada creadas por Amparo Ruiz de Luna que pueden verse actualmente en varios lugares el pueblo.Desde esa fecha hasta el siglo XIX, las desgracias se concatenan sobre Frigiliana, y cuando no es la peste la que diezma la población es una tempestad la que acaba con los cultivos, o un terremoto, o la filoxera que ataca las vides o un brote de fiebre amarilla el que causa estragos. No será hasta la llegada del turismo cuando Frigiliana, como el resto de la Costa del Sol, entre en una época de prosperidad y asentamiento económico y social.


El itinerario de Frigiliana al cerro el Fuerte, además de ser muy entretenido es fácil de seguir a poco que se tenga un poquito de sentido de la orientación. Una vez situados frente a la antigua fábrica de la Plaza del Ingenio, delante de su misma fachada, tomamos a la izquierda por la C/ Hernando el Darra, encontrándonos con algunos de los ya mencionados mosaicos que nos introducen de manera gráfica en la historia de la batalla, llegamos a una bifurcación de calles siempre en subida y tomamos por la de la derecha que es la C/ Chorrera abandonándola al instante por un pequeño pasaje a nuestra derecha que nos va a llevar por una especie de callejuelas en constantes revueltas y subidas por las que vamos a ir abandonando el casco urbano entre jardines y casitas con macetas de exposición hasta tomar una senda donde en primavera podemos disfrutar de gran diversidad de flora. Cuando nos damos cuenta siempre por el camino principal llegamos a la alberca superior de Lízar donde desemboca la acequia del mismo nombre, la alberca queda a nuestra derecha y dirigiendo nuestros pasos hacia las escaleras que vemos al fondo junto a una casa con palmera, continuamos por el sendero propiamente dicho que perfectamente señalizado con varias balizas nos conducirán hasta la cumbre del cerro del Fuerte, asomándonos a algunos collados espectaculares con vistas hacia el barranco del río Higuerón con la alberca del Pozo Batán allí abajo y mas adelante otros collados no menos espectaculares desde los que podremos deleitarnos con nuevas perspectivas de los colosos almijaracos a nuestra derecha y preciosas vistas del Mediterráneo a nuestra izquierda.

Mientras llegábamos a la cumbre me parecía escuchar los ecos apagados del asedio a la fortaleza de la cual a penas nos encontramos en la cumbre unos derruidos lienzos de muralla, la brisa parecía arrastrar el sonido del relinchar desesperada de un caballo atravesado por una lanza, órdenes desesperadas en árabe y en castellano antiguo por encima del fragor de la batalla entre el choque de espadas, escudos y cimitarras, cabezas cortadas de cuajo, miembros descuartizados, plegarias, maldiciones, llantos de mujeres desesperadas huyendo ladera abajo con sus niños pequeño en brazos, dejando atrás a sus maridos recién muertos. No pocos fueron hecho esclavos y martirizados otros preferían despeñarse por los tajos con sus hijos. Y como telón de fondo los colosos de Sierra Almijara, refugio perfecto para quienes han huido de las autoridades dominantes. Cuántos episodios de drama y desesperación no habrán visto estas escarpadas montañas entre moriscos en tiempos de reconquista ó maquis en la posguerra. No por casualidad al mismísimo Lucero, que preside gran parte de esta ascensión también se le conoce como Raspón de los Moriscos.

El único inconveniente de esta ruta es que es lineal, pero los grandes montañeros siempre tienen la virtud de encontrar una variante para hacer algún tramo circular. De manera que llegados al collado que se encuentra a unos 200 m antes de llegar, de vuelta, a la alberca de Lízar. Manolo, El Tritón de las Chorreras en su labor exploratoria en los días previos junto a su esposa Carmen, también conocida como Galadriel, había descubierto los restos de una antigua senda que debía conducirnos hasta la acequia de Lízar, a través de una intrincada ladera, con empinadísima caída hacia el fondo del barranco del río Higuerón, entre risas, culazos y alguna que otra maldición, cada uno a su manera fue superando la gincana como mejor pudo hasta que por fin volvíamos a reagruparnos en la acequia. Cuando llegamos los del grupo de cola, el infatigable Valentín nos narraba el espectacular episodio que acababa de protagonizar Chukie, que totalmente confiado mientras iba caminando por la acequia, salto fuera de ella en un punto donde había mas de 7 m de altura por una pared totalmente vertical, desapareciendo entre la maleza y los pinos del fondo. Tras un minuto de silencio absoluto intentando calcular donde se encontrarían los restos del canido, Chuckie volvía a aparecer por la acequia moviendo el rabo como si nada, sin la mas mínima señal de daño o lesión. La senda existente entre la acequia de Lízar y el cauce del río Higuerón tiene un bonito trazado hecho a base de zig-zags a través de un nutrido bosque de pinos, que nos fue acompañando todo el tiempo por el mismo cauce del Higuerón hasta que llegamos al lugar previsto para el almuerzo. La emblemática alberca del Pozo Batán, que a pesar de encontrarnos bastante mas vacía de lo habitual, era una auténtica tentación para darse un memorable baño que no dejaron escapar: Carlitos-el Poeta de las Cumbres, Darío el Magnífico y Eduardo-El Padre Carras, que con espíritu espartano se presentaba en la ruta a pesar de su reciente lesión después de rodar a lo largo de mas de 150 m por las nevadas y casi congeladas laderas del cerro del caballo en Sierra Nevada donde estuvo a punto de perder la vida.

Tras el almuerzo llegaba el momento de decidir quien continuaba para completar la segunda parte de la jornada y quien renunciaba abandonando en este punto la ruta para llegar hasta la relativamente cercana Plaza del Ingenio donde la mayoría de los compañeros tenían sus coches. Decidiendo marcharse por “asuntos varios”: Juan José de Sevilla, Hector-el caimán de Puente Genil y Mª Luisa-el Duendecillo de Sierra Horconera, Salva-El Jardinero Fiel a petición de su compañera Maite-la Peregrina del Fuerte y sorprendentemente Celia-la Hechicera du Iguazú, que a pesar de su reciente anuncio de senderista destacada 2009 abandonaba la ruta ante todo pronóstico, tal vez movida por los 4 ex´ñamenes a los que Darío el Magnífico tenía que hacer frente en la semana entrante, a pesar de que a él le hubiera gustado quedarse. Pero ¡en fin!, afortunadamente, como siempre a lo largo de toda la ruta reinó el buen humor y el espíritu de camaradería entre todos.

Tras la despedida de estos compañeros quedábamos sobre el tablero almijaraco: el incombustible Valentín-El Retorno de Séneca, Carlitos-el poeta de las cumbres, dos compañeros del Grupo Senderista Prisma: Alberto y Rosa, Manolo-el Tritón de las Chorreras- Carmen-Galadriel y el Comandante, que volvíamos a remontar el cauce del río Higuerón dejando a la derecha la senda oficial de la sierra de En medio, para tomar una 2ª alternativa unos 500 m. mas adelante a partir de la senda que con un hito de piedra está señalada junto a un pino de tronco doble. Adentrándonos en una preciosa tan bonita y entretenida como poco frecuentada, con barranquitos y algo de vuelo aquí y allá, un pequeño tramo de barranquera, bastante cómoda y de collado en collado, llegábamos por una senda bastante limpia y bien marcada en todo momento con algunos hitos de piedra hasta enlazar conj la senda de la sierra de En medio, en cuya cuerda acaban de desbrozar recientemente un cortafuegos, paralelo al cual, discurre la senda por la que llegábamos en dirección sur hasta el cortijo del Pinto y mas tarde al cerro del mismo nombre, con el barranco del Higuerón a nuestra derecha, al igual que Frigiliana y el cerro el Fuerte, de frente Nerja con el Mediterráneo y a la izquierda el barranco del Chillar con gran parte de los colosos almijaracos como telón de fondo. Una vista tan impresionante como poco conocida para la mayoría de montañeros que obsesionados con hacer las cumbres mas emblemáticas, ni se plantean hacer estas pequeñas cumbres que muchos desechan despectivamente sin tener en cuenta las maravillosas perspectivas que nos ofrecen.
El descenso de la Cruz del Pinto, lo realizamos por el mismo camino de ascensión, tomando ahora a nuestra izquierda la pista terriza que nos conduce hasta la cantera del Chillar, pero poco después de 1 km por esta pista, sale otra a la derecha, dirección oeste, por la que bajamos a la cuenca del río Higuerón, cuyo lecho seco por las acequias, remontamos hasta adentrarnos en sus cahorros, que fuimos remontando a través de un intrincado complejo de escaleras empedradas digna de la literatura tolkiana, con rincones verdaderamente mágicos que por desgracia no pude recoger con mi cámara tan bien como hubiera deseada, pues lo impedía el contraste tan fuerte entre las sombras del interior y la intensa luz del sol en la zona alta del pequeño desfiladero, a través del cual caminábamos entre paredes rocosas con grandes conglomerados. Poco a poco el cauce se fue abriendo hasta llegar al conocido punto del río desde donde parte la famosa rampa de cemento, pero decidimos continuar hacia la alberca del Batán, para llegar a Frigiliana a través de la bonita senda que pasa por delante de la Cueva de los Murciélagos. Al intentar subir el primer escalón de esta rocosa senda, Carlitos pisó una roca que se vino abajo, dando con la cara en otra roca, de manera que se clavó la parte de las gafas que se apollan en la nariz dentro de la misma. La escena fue verdaderamente dramática, Pero Carlitos aguantó como un campeón sin quejarse, mientras Alberto-el Cirujano del Batán le sacaba el gancho de la nariz sangrante. Recuperados del susto regresamos en un plis plas a la Plaza del Ingenio donde nos dimos el merecido homenaje, teniendo aquí lugar la anécdota mas cachonda de la jornada. Resulta que cuando estábamos a punto de marcharnos, aparece nuestro compañero Juanjo de Sevilla con una encantadora jovencita y en ese ambiente distendido y campechano que siempre reina en las rutas, va el padre Carras y pregunta: “Ésta quién es…tu hija?”, a lo que Juanjo diplomáticamente responde: “¡No hombre, es mi novia!. Yo cada vez que me acuerdo me descojono: ¡Cuñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaao…lo has pillao Jesú?.

¡En fin!, que bien nos lo pasamos en las rutas y que suerte, que después de haber estado toda la noche lloviendo, no cayera ni una sola gota a lo largo del recorrido, disfrutando de una inusual mañana bastante fresquita a finales de mayo con el cielo totalmente cubierto, ideal para realizar cualquier ascensión. Comenzando a despejarse justo cuando llegábamos a la cresta de la sierra de Enmedio donde ya sólo nos quedaban suaves toboganes y la bajada final a los cahorros bajos del Higuerón disfrutando de nuevas perspectivas almijaracas bajo un intenso cielo azul con algunos cúmulos a modo de grandes masas de algodón flotando sobre la espectaculares montañas de esta zona de la Axarquía que jamás dejarán de maravillarnos.

miércoles, mayo 13, 2009

Ascensión al Camorro Alto, 1.378 m desde el Cortijo de las Ánimas

Ascensión al Camorro Alto, 1.378 m desde el Cortijo de las Ánimas (Sierra Chimenea, el techo de Antequera)
Como ya es costumbre cada vez que vamos a hacer una ruta por el entorno de Antequera el punto de encuentro volvió a ser el hotel Restaurante Casabermeja, situado junto a la gasolinera de la rotonda de entrada al pueblo, donde ya estábamos todos desayunados a las 9.30 am.

RECORRIDO : Lineal con variante de regreso circular: Cortijo de las Ánimas-Puerto de la Escaleruela-Camorro Alto-Puerto de la Escaleruela-Nacimiento de la Villa-Cortijo de las Ánimas
DISTANCIA aprox: 17 KMS
DIFICULTAD : MEDIA
DESNIVEL : 750 MTS
TIPO DE CAMINO : pista terriza, calzada empedrada, sendero, empinadas laderas de canchal con piedra suelta y zona de cumbre torcalillo intercalado con pequeños praditos ideales para el almuerzo.

La Sierra de Chimeneas,situada al Oeste del Torcal de Antequera,es la mayor elevación de la zona,constituyendo un hito paisajistico inmejorable.Aunque queda fueras de los limites del Paraje Natural del Torcal,es una prolongación del mismo,menos karstificada aunque con algunas singularidades muy parecidas al torcal en algunos tramos que nos sorprenderán por su belleza y que la hacen muy recomendable de explorar.

El Camorro Alto es a la Sierra Chimenea, lo que el Torreón a la Sierra del Pinar, es decir, mas que montañas individuales con la típica forma cónica, son en realidad el punto mas elevado de una crestería. Siendo el Camorro Alto una hermosa atalaya sobre la vega de Antequera y las montañas que orlan el curso medio del Guadalhorce, proporcionando al excursionista unas panorámicas excelentes sobre una buena porción de la provincia, junto con la posibilidad de atisbar 5 techos provinciales entre los que podemos distinguir: al Mulhacén con Sierra Nevada (Granada) al este, la Tiñosa (en el extremo oriental de las Subbéticas cordobesas) al norte, la Sierra del Terril y el Peñón de Algámitas (Sevilla) al noroeste y en los días claros: el Torrecilla (Sierra de las Nieves, Málaga) y el Torreón (Sierra de Grazalema, Cádiz) al suroeste.

El inicio de esta ruta parte del comienzo de la pista que nos encontramos a la izquierda de la carretera poco después de recorrer 2 km desde el cruce Antequera-Torcal-Valle de Abdalajís, en dirección a esta última localidad, si bien la totalidad de la ruta discurre dentro del amplio t.m. de Antequera. Al comienzo de la pista nos encontramos con el típico mapa de situación, que nos situa en el lugar donde nos encontramos respecto a las dos sierras que tenemos en frente, como son la sierra del Torcal y la sierra Chimenea, separadas entre sí por el emblemático puerto de la Escaleruela, por donde discurre la ruta que nos viene señalada en este mapa y que se dirige hacia Villanueva de la Concepción, coincidiendo con uno de los tramos mas bonitos del Camino de Santiago por la provincia de Málaga, encontrándonos en algún momento con la conocida concha amarilla sobre fondo azul marino, que durante un buen trecho va a coincidir con la primera parte de nuestra ruta el sendero local SL. A-22 puerto de la Escaleruela, perfectamente señalado con sus balizas de color verde. Hasta la base del puerto tenemos que cubrir unos 3 km de pista, que si bien nos lo podemos ahorrar con el coche, merecen la pena hacer a pie para desentumecer las piernas y calentar los músculos antes de la empinada subida que nos espera. El tránsito por esta pista prácticamente llana resulta verdaderamente bonita con la sierra del Torcal y nuestro objetivo: la sierra Chimenea frente a nosotros, además de su prolongación hacia el este, con otros eslavones del arco calizo central, como la Sierra de las Cabras, Camarolos, etc…

Al comenzar a subir por la serpenteante calzada empedrada podemos adivinar la razón por la cual, denominaron al puerto hacia el que ahora nos acercamos como Puerto de la Escaleruela y es que parece que vamos ascendiendo por una especie de escalera en zig-zags desde la que nos deleitamos de impresionantes vistas de la Sierra Chimenea frenta a nosotros y parte de la localidad de Antequera a nuestra espalda. De repente, una vez arriba el paisaje nos sitúa ante el gran polje de la Nava, popularmente conocido como el Navazo, que separa la sierra del Torcal a nuestra izquierda con la sierra Chimenea a nuestra derecha, hacia la que nos aproximamos caminando en paralelo a la valla metálica que debe quedar a nuestra izquierda y que nos separa de los toros y vacas que desde la distancia nos mirarán con curiosidad, mientras que a la derecha tenemos la base de la sierra que mira hacia el sur y que vamos acompañando en permanente pero suave ascensión, hasta que nuestra senda gana cierta altura y observamos a la derecha, difuminadas sendas un tanto perdidas entre aulagas y canchal que nos indican el camino mas corto y asequible para acceder a la cumbre.

En nuestra ascensión, vamos aprovechando las trochas que nos encontramos por la ladera de la solana, que es por donde discurre la subida, superado un penoso tramo de empinada ladera con bastante piedra suelta y material de espino. Pero pronto el terreno comienza a ser mucho mas estable con suelo firme, tapizado cada vez mas, por abundante hierba que incluso llega a formar pequeñas praderas y grandes rocas entre las cuales se puede caminar perfectamente y es a partir de aquí donde nos acercaremos a unos paredones junto a los cuales comenzamos a encontrarnos cada vez con mayor frecuencia, unos camorros (que es como localmente se le denominan a esas especies de galletas apiladas) al estilo de las que tanto abundan en el vecino Torcal de Antequera, en tramo de anticumbre esta compuesto por una bella ladera con algo de prado que se intercala con los torcalillos que rodean la cumbre pretendida, que nos es otra que el Camorro Alto, con sus 1.378 m de altitud snm. Al que podemos acceder mas fácilmente desde su vertiente oriental, pero si se va con tiempo y no tenemos amenaza de lluvia o mal tiempo es recomendable rematar a través de un collado, por su empinada ladera occidental, pudiendo asomarnos con mucha precaución y respeto a los imponentes cortados que hay en las inmediaciones de la cumbre, y que dejarán maravillado al senderista ó montañero mas exigente, no por casualidad estas paredes son un auténtico santuario para quienes practican la escalada. Tan emblemático lugar, no ha estado exento de algunos incidentes dramáticos como atestiguan las abundantes cruces e inscripciones que nos encontramos en esta preciosa cumbre, donde tampoco podía faltar una placa al mítico guarda Diego Monea, posiblemente la persona que mas amplios conocimientos haya tenido jamás del Torcal de Antequera y todo su entorno.

Además de las sierras anteriormente mencionadas podremos distinguir perfectamente: al Nordeste la Sierra de Rute y la de Archidona; mas al Este, Camarolos y la Tejeda, con Sierra Nevada detrás. Hacia el mar,Almijara con Comares por delante y los Montes de Málaga hacia el Sureste. Al sur y suroeste Málaga capital con su hoya, la Sierra de Mijas, Alpujata, Sierra Blanca y Canucha, de Las Nieves, Prieta y Alcaparain,con la Sierra de Grazalema por detrás. Al Oeste, en preciosa sucesión, la Sierra del Valle de Abdalajis, monte Huma y Castillón de Teba o Peñarrubia, con los embalses asomando entre ellas y las tierras de Bobadilla y Fuentepiedra con su famosa laguna mostrando el aspecto mas espectacular que recordamos haber visto en muchos años, gracias a las abundantes lluvias de este invierno, que haciéndose extensibles al primavera, amenazaban con volver a hacer acto de presencia en esta jornada de cielos cubiertos e intermitentes rachas de viento que nos obligaron a buscar refugio en una pequeña pradera, pocos metros al este de la cumbre, disfrutando de un apacible almuerzo, al que tuvimos que poner fin antes de lo que hubiésemos deseado tan pronto como las primeras gotas comenzaron a hacer acto de presencia.

La apremiante lluvia que comenzaba a caer sobre nosotros en la praderita cimera en la que nos encontrábamos, nos obligó a emprender el descenso sin demora por el mismo tramo por el que habíamos subido, cuestión no tan fácil como pudiera parecer por la inexistencia de sendas claramente marcadas, que de hecho nos obligó a hacer una pequeña rectificación, con el espectacular enclave del Navazo a nuestros pies, donde se puede apreciar la doble fractura en las calizas que se aprovechó para edificar el cortijo del mismo nombre y tras el cual contemplamos la increíble masa pétrea del Torcal. Poco antes de regresar a la base junto a la alambrada por la que volvimos a caminar en sentido contrario al de la ida, nos reagrupamos en el puerto de la Escaleruela, donde a penas nos demoramos debido a la persistencia de la lluvia, que aunque no era demasiado fuerte amenazaba con comenzar a apretar de un momento a otro.


Una vez en la pista terriza a la que regresamos tras descender por los zig-zags de la calzada empedrada de la Escaleruela, a punto ya de tomar el desvío por el que teníamos previsto desviarnos para visitar uno de los rincones aún por descubrir para muchas gente que es el Nacimiento del río de la Villa ,a las faldas del Paraje Natural de El Torcal, comenzó a llover con fuerza y dado que la mayoría no íbamos debidamente pertrechados, tal vez por un exceso de confianza regresamos a los coches desandando el mismo tramo de pista que habíamos recorrido al principio de la jornada. Ni que decir tienen que este lugar queda pendiente de visitar para una próxima ocasión, pues resulta innegable la importancia del citado nacimiento, donde brota de forma natural el agua que abastece a Antequera.

Esta ruta fue programada por los compañeros del Grupo de Montaña de Estepona (GRUME), siendo nuestro ínclito amigo Manolo, también conocido como el Tritón de la Chorreras o Dersu Uzala, el coordinador y guía de la misma. Tarea que viene realizando con varios grupos senderistas de Málaga, Sevilla y Cádiz en los últimos años de forma totalmente altruista, demostrando amplios conocimientos que abarcan desde las sierras mas conocidas y emblemáticas hasta las mas recónditas e inéditas, además de ser una magnífica persona y tener grandes cualidades y conocimientos en ramas muy diversas del saber y sin embargo largo tiempo en paro, como muestra de lo injusto que es nuestro sistema en esta España nuestra donde hay tantas mentes privilegiadas completamente desaprovechadas. Además de varios compañeros de GRUME, vino Carmen, la mujer de Manolo mas conocida como Galadriel, impresionante montañera donde las haya, Maribel, la Sirenita del río Cebollón, Eduardo Campos el Profeta del tajo Gómer que pronto será un hombre libre, el incombustible Valentín-el Retorno de Séneca y dos de los compañeros con los que había coincidido el día anterior en nuestra inolvidable ruta del Salto del Caballo y Piedra Sillada: Rafa Márquez- el Aristóteles de la Senda y Paco Domínguez el Reportero de las cumbres. Mas un servidor que escribió esta crónica apoyándose en la ficha descriptiva que nos había enviado el Tritón en los días previos para informarnos sobre la ruta.

martes, mayo 12, 2009

Viernes 8 de mayo de 2009 Salto del Cabrero-Piedra Sillada-casas de la Monticana

Viernes, 8 de mayo de 2009
Salto del Cabrero-Piedra Sillada-casas de
la Monticana

A lo largo de cada temporada hay rutas que son sencillamente impresionantes. De hecho el parque natural de la Sierra Almijara con sus majestuosos picos e impresionantes tajos con vistas al medaterráneo hacia el sur y Sierra Neavada y la vega de Alhama de Granada al norte es sin duda alguna, desde mi punto de vista, no sólo la sierra mas espectacular de Andalucía, sino de toda la mitad sur peninsular.

Los compañeros de aventura con los que me daba cita a las 9,00 am. en la Resinera e Fornes ya hacían presagiar que la jornada sería memorable: Rafa Márquez, Maestro de maestros, mas conocido como El Aristóteles de la senda (socio nº 1 de Pasos Largos), el enigmático Paco Domínguez-El Reportero de las Cumbres (socio nº2) y el Gran Rafa Flores, también conocido como El Maestro ó Mago Gandalf (socio nº5 y venerado y querido Presidente de Pasos largos). Y un humilde servidor que ante la grandeza de estops senderistas de leyenda y los colosales picos almijaracos, me sentí enormemente afortunado cual Pequeño Saltamontes.

Estando situados en la vertiente granadina de Sierra Almijara, nos adentramos en ella por uno de los accesos mas clásicos y tradicionales del parque que no es otro que el que nos encontramos poco antes de llegar a Fornes, una vez dentro dejábamos la resinera, el centro de visitantes a nuestra izquierda y el desvío hacia el río Cebollón y la Mesa de Fornes a nuestra izquierda, tomando la pista principal todo recto que nos lleva en dirección al Vivero que también dejamos a un lado hasta que a 5,2 km desde el inicio de pista, llegamos al modesto puente de Cambril, que reconoceremos fácilmente porque una plaza circular de prohibido con una cadena, nos corta el paso, por acceso restringido para los guardas forestales y personal autorizado del parque. Buen lugar para dejar el coche, pues hay anchura suficiente y comenzamos a caminar con el inconfundible piramidón del Lucero frente a nosotros. Nada mas comenzar una pequeña presa a nuestra derecha nos regala la primera postal a pie de pista con las aguas del arroyo de la Venta, que nos va acompañando a la derecha, formando una especie de pequeño lago, donde se intuye gran abundancia de vida anfibia e incluso de algunas aves acuáticas. Aunque teóricamente la pista siempre le resta encanto a la ruta el majestuoso escenario de la almijara, unido a las distintas fuentes y manantiales que nos vamos encontrando a lo largo del camino hacen que no nos aburramos en ningún momento. Antes de darnos cuenta, el comienzo de una senda que sale a la derecha, junto a la cual se encuentr el correspondiente panel del “Camino de los Resineros”, nos indica el camino a seguir para ascender al Lucero y otras variantes desde el lugar donde nos encontramos. Pero en nuestro caso, seguimos en todo momento por la pista principal por la que llegamos antes de darnos cuenta al estratégico cruce de caminos donde una flecha nos indica hacia el Puerto de Frigiliana, a la derecha.

Sin dejar, en ningún momento la pista principal continuamos ascendiendo suavemente, con el cerro de los Machos y el Palancar a nuestra derecha y la impresionante silueta del Lucero a nuestra espalda, que preside todo el primer tramo de esta ruta. Antes de llegar al Collado de la Carne donde acababa la cuesta por la que íbamos subiendo pasábamos junto a las ruinas del cortijo de Ubares, donde estuvimos haciendo algunas fotos con el majestuoso telón de fondo del Lucero. Antes de darnos cuenta ya habíamos llegado al collado anteriormente mencionado, desde donde ya teníamos unas amplias vistas hacia el lugar por donde había discurrido la ruta del sábado anterior por el río Cebollón, la Mesa de Fornes, la cuenca del arroyo Monticana, el tajo del Duende, etc… hacia donde se dirigía la pista que nos había traido hasta aquí. Pero nosotros, tomamos el ramal de pista que aquí mismo sale a la derecha, dirección sur, rodeando la cabecera del modesto barranco de la Carne que íbamos llevando en todo momento a nuestra derecha con la vista ya puesta en nuestro próximo objetivo al que nos íbamos acercando a cada paso, el cerro del Salto del Caballo (no confundir con una de las zonas emblemáticas de la meseta somital de la Maroma). La pista viene a morir en lo que el Doctor maligno calificó de refugio cutre, que no son mas de cuatro palitroques medio caídos con una redecilla verde a modo de tienda india en ruinas como si el septimo de caballería hubiera pasado arrasándolo todo por allí. El caso es que el mermado carril, pasa a convertirse definitivamente en senda a partir de aquí y tras dos revueltas algo durillas, la senda se va suavizando cada vez mas, llevándonos por una zona alomada repleta de matorral de espino típico de la alta montaña, salpicadas por algún que otro pino y troncos cadavéricos de impresionante porte, que nos recuerdan la riqueza forestal que tuvo que existir en la zona hasta el gran incendio que se produjo en 1975, que dio al traste con la industria de la resina de la que vivían muchas familias de Fornes, Jatar, Jayena o Arenas de Rey.

Antes de darnos cuenta llegamos a la cumbre del Cerro del Salto del Caballo, presidida por una caseta de vigilancia forestal, hecha a base de vidrio y aluminio, que bien podría haberse hecho de la abundante piedra de la zona tal y como estaba hecho el antiguo refugio de montaña, que derribaron para hacer esta antiestética caseta, que aunque desentona con el paisaje, no impedirá que nos quedemos boquiabiertos con los impresionantes tajos que tenemos a nuestros pies en dirección suroeste con unas vistas impresionantes del Lucero, el Cerro de los Machos, la Cadena con su vertiginosa crestería a modo de afilado cuchillo, lloegando hasta la cercana Piedra Sillada, que ahora tenemos muy cercana, y que vemos en todo momento como una pequeña muela, destacando en el cercano horizonte como el Cerro Alcazaba en la Sierra de las Nieves, pero en este caso con una marcada forma de silla de montar con sus dos jorobitas, posiblemente de ahí su nombre. Ni que decir tiene que las vistas desde este cerro del Salto del Caballo, casi perdido en el anonimato de los grandes coloso almijaracos, nos regala una panorámica grandiosa de todos sus alrededores. Pero como diría el Conejo de la Suerte: ¡no se vayan todavía porque aún hay mas!. De manera que una vez en la cumbre de este sorprendente cerro es casi de obligado cumplimiento coronar la cercana cumbre de Piedra Sillada, a cuyos pies llegamos en pocos minutos a través de una suave loma teniendo a nuestra derecha el borde del tajo que nos ha dejado extasiado anteriormente. En el transito entre ambas cumbres no hay peligro alguno, sin embargo, tal y como nos vamos acercando a Piedra Sillada no dejas de preguntarte: ¿cómo coño se sube ahí arriba?. ¡Pues bien!, la mejor manera que encontramos tal y como nos acercamos a su base dejando a nuestra espalda el cerro del Salto del caballo, fue rodearla por la derecha, es decir hacia el lado que da vistas a la crestería de La Cadena, donde una empinada loma de arenas dolomíticas entre majestuosos pinos, nos situa en un collado desde el que pudimos acceder fácilmente a la plataforma superior de Piedra Sillada que con sus 1.674 m es un balcón impresionante hacia el Mediterráneo y hacia numerosos colosos del corazón de la Almijara donde ahora nos encontramos con la recóndita cabecera del río Chillar a nuestros pies y además de los picos anteriormente mencionados, los tajos del Sol, el Almendrón, Navachica o Cabañeros. ¡Menudo espectáculo!, al contrario de los que pueda parecer desde la distancia, el acceso a esta cumbre no es peligroso si lo realizamos por el lugar adecuado. Si bien, de sus dos jorobas la mas bajita está rodeada de espectaculares tajos donde conviene extremar la precaución, mientras que la mas alta es mas dócil con una pequeña plataforma a modo de mirador, donde a falta de punto geodésico oficial, nos encontramos el consabido montoncito de piedras y una placa colocada por el grupo senderista Andar en el año 1999, recordándonos el nombre de Piedra Sillada y su altitud de: 1.674 m

Descendiendo rápidamente por el mismo sitio que habíamos accedido a la cumbre, llegamos a la fuente que se encuentra a sus pies y que se la conoce con el mismo nombre de esta peculiar cumbre. Aquí teníamos previsto haber realizado el almuerzo, pero como corría poco agua, decidimos continuar hasta la siguiente, denominada Fuente Fría que verdaderamente hacía honor a su nombre, allí almorzamos y allí nos encontramos con una víbora, que a juzgar por su tamaño debería ser una adolescente, pero del tamaño suficiente como para imponer respeto. Finalizado el almuerzo, continuamos por la precaria senda que debido a su actual estado de abandono era difícil de recuperar en algunos tramos donde se perdía durante unos metros inundada por las aulagas, al superar cada nueva loma o collado. Pero con estos senderistas de leyenda no nos perderíamos ni en el mismísimo laberinto del Minotauro y con gran instinto montañero, alcanzamos el collado de los Gallegos, desde donde cogimos un ramal dirección sur para ecrcarnos hasta el collado de la Ventosilla, donde nos encontramos una pequeña praderita, a tiro de piedra del Navachica, viéndo también relativamente cercanas las imponentes paredes de los tajos del Sol y del Almendrón, con la profundidad del escarpado valle del Chillar a nuestros pies extendiéndose hasta las orillas del Mediterráneo donde podíamos ver la localidad de Nerja. Una vez recreados en la belleza de este estratégico lugar, regresamos al collado del Gallego con la imponente silueta del cerro Cabañero a nuestra derecha y mas abajo a sus pies el recóndito barranco de la Alfaja, cuya cabecera rodeaba la senda que estuvimos a punto de seguir el día del Cebollón, pudiendo ver y entender ahora perfectamente el trazado en forma de zanahoria de la recóndita senda que rodea este barranco, enlazando con este sendero en el collado de Monticanilla, desde donde continuamos descendiendo hasta el barranco de las Tejas Oscuras que fue por donde continuamos hasta llegar al idílico paraje de las casas de la Monticana.

Las casas de la Monticana son un conjunto de casitas ordenadas en hilera y situadas bajo una olmera paradisiaca, que resulta ser una auténtico santuario de paz, que te hace sentir en perfecta armonía con la grandiosidad de las montañas que nos rodean por todas partes. Este lugar es tan especial y único, que para que no falte de nada tiene hasta un pequeño pinsapito que nace junto a la fuente de la Monticana. Por debajo de la cual se unen el barranco de la Alfaja y el de las Tejas Oscuras para formar el rroyo de la Monticana que pocos kilómetros después se unirá al de las Culebras para formar el río Cebollón. Aunque la estructura externa de estas casas, que debieron vivir su mayor apogeo en la época de los resineros, aparentan estar en buen estado, por dentro presentan un lamentable estado de abandono. Por lo que estimo oportuno sugerir desde esta modesta crónica a las autoridades del parque, Diputación de Granada, Junta de Andalucía o quien corresponda, la rehabilitación de estas casas a modo de albergues que complementadas con su correspondiente área recreativa y zona de acampada con un riguroso control de sus visitantes. Daría no sólo varios puestos de trabajo tan escasos en estos tiempos, sino que además aumentaría el número de visitantes, que por cierto seguirían aumentando, si existiera un buen mantenimiento de la red de senderos del parque, cada vez mas abandonado, invadido por las aulagas y zarzas en muchos de sus tramos y en la mayoría de los casos carentes de una simple baliza ó señalización en cruces de caminos y lugares que se prestan a confusión. En ese sentido a día de hoy la vertiente malagueña del parque está mucho mejor señalizada en lo referente a la red de senderos. A favor de la vertiente granadina podemos destacar el bonito centro de visitantes de la Resinera, pero una vez que te adentras en la sierra y dejas atrás el típico panel informativo, que tan sólo existe en algunos de los senderos, mas vale que vayas muy bien documentado lleves un buen GPS porque puedes acabar totalmente perdido o inmerso en un mar de aulagas. Ya que a fecha de hoy el mantenimiento de la red de senderos y su periódica señalización es la gran asignatura pendiente del parque natural Sierras Tejeda-Alhama y Almijara.

Una vez realizada la sesión de fotos en las casas de la Monticana, iniciamos una pronunciada ascensión por la empinada pista que nos llevaría de vuelta al collado de la Carne desde el que habíamos accedido al Cerro del Salto del Caballo por la mañana. Desde donde teníamos la opción de regresar desandando el mismo camino de por la mañana o bien usar la alternativa del inmenso tobogán descendente que parte desde la parte de arriba de las ruinas del cortijo de Ubares, opción esta última por la que nos decantamos, por aquello de explorar nuevos lugares. Si bien los primeros tramos del cortafuego parecen una dócil praderita, no tardamos en darnos cuenta que nos encontramos ante un espectacular tobogán de tremendas dimensiones en constante bajada, con algunos tramos que presentan unos escalones tan pronunciados que cada vez que nos asomamos a uno, parece que estamos llegando al borde de un tajo, pero que afortunadamente resultan salvables con pequeños destrepes. Al principio resulta un tanto penosa la bajada porque no le vemos el final y gran parte de la misma se realiza sobre tremendas lascas sueltas sobre las que a veces casi podemos surfear, pero una vez que le coges el tranquillo, avanzas cada vez mas rápido hasta el punto de que cuando te das cuenta ya estás abajo, llevándote de vuelta justo al puente Cambril, donde habíamos dejado estacionados los coches a primera hora de la mañana.

lunes, mayo 11, 2009

Al Cerro Calamorro por el Circo del Quejigal

Domingo, 3 de mayo de 2009, 11.30 a.m.
Al Calamorro por el Circo del Quejigal
Tal y como teníamos previsto nos presentamos en la estación de salida del teleférico situada frente a la entrada del entrañable parque de atracciones Tivoli World. Pero increíblemente tras una semana de un tiempo magnífico la ley de Murphy se cumplía con un viento de levante lo suficientemente fuerte como para suspender la puesta en marcha del teleférico al menos durante las primeras horas del día. Pero afortunadamente en la filosofía de Pasos Largos, lo que para muchos hubiera sido una frustración, eso no fue mas que una motivación para subir andando para alegría de nuestro ínclito amigo de Carlos Tapia poco amigo de las alturas y mucho menos con el viento reinante en aquella jornada dominical. Los niños que venían se ávidos de aventura se llevaron un fiasco, pero aún cabía la posibilidad de que el viento amainara y pudieran montarse en el teleférico para realizar la bajada, que el orden de los factores no altera el producto.

De manera que nos dirigimos hacia el pie del viaducto que nos encontramos poco antes de llegar a Benalmádena pueblo desde donde parten las rutas del Tajo de la Sabia y el Circo del Quejigal decidiéndonos por esta última. Las primeras rampas le quitan el aliento a cualquiera, pero después se van suavizando entre pinos y una variada representación de plantas silvestres típicas de las sierras litorales, incluyendo algún que otro endemismo de la zona. Conforme íbamos ganando altura, iba quedando mas apagado el ruido de los coches que es casi una constante al comienzo de esta ruta, con el paso de las ruedas a gran velocidad sobre las juntas de dilatación del viaducto. Pero afortunadamente a los pocos minutos del inicio el sonido de la autovía desaparece dando paso a un paraje que es un auténtico remanso de paz y silencio en contraste con la cercana y casi siempre bulliciosa franja de población costera.
Una vez en la fuente, generalmente seca, donde existe un panel con la red de senderos por la Sierra de Benalmádena, hicimos la primera parada para tomar algo, sobre todo chucherías, que haía comprado el Doctor Leal casi en cantidadaes industriales a modo de cabalgata de Reyes Magos, para sorpresa y deleite de niños y mayores. Y a renglón seguido proseguimos nuestra ascensión para enlazara con la ruta de los Cazadores que nos llevaría hasta el Cerro Calamorro. Donde al llegar nos encontramos con varias sorpresas, la primera que el teleférico funcionaba para alegría de todos y preocupación de Carlos, por la ladera sureste un retén de bomberos había llegado a tiempo para extinguir la primera fase de un incendio que se había producido por las inmediaciones del sendero del Arroyo de los Muertos,
pero la mejor de todas fue que nuestro querido comandante después de llamarme apareció en la cima pocos minutos después de salir de trabajar en su hotel, para compartir con nosotros el almuerzo con cervezita algo cara en las instalaciones del teleférico donde se aprovechan de que no tienes ningún otro bar en varios kilómetros a la redonda, y ni que decir tiene con mas chuches. Disfrutando de maravillosas vistas desde la cumbre.
Hasta que llegó el momento de volver
bajando por el teleférico para delicia de todos incluido Carlos Tapia que en un principio iba rezando y con los ojos cerrados, pero poco a poco lo fuimos tranquilizando, ya que bajó con este amigo vuestro que intentó haceros pasar un día lleno
de armonía. Y para ello en compaña de quien mejor que de nuestros familiares y
amigos.
Un abrazo a todos y que sepáis que os venis todos en mi mochila al camino de Santiago portugués.