sábado, septiembre 19, 2009

La Ruta Roja del Torcal de Antequera

Una vez finalizada la ruta verde-amarilla, breve visita al Centro de Visitante, aseos y maleteros de los coches para coger o dejar lo que cada uno estimó oportuno, bajo un cielo azul intenso y con una agradabilísima brisa, iniciamos nuestro segundo itinerario conocido como la ruta roja, antaño abierta al público al igual que las dos anteriores, pero en la actualidad tan sólo autorizada para grupos con guías especializados y con el permiso correspondiente. Pues a pesar de su aparente docilidad para orientarse, una vez inmersos en la zona alta del Camorro de las Siete Mesas, su interior resulta ser un auténtico laberinto de callejones, úvalas y valles ciegos por donde se han producido el mayor número de incidentes de excursionistas perdidos por el torcal, especialmente cuando todo queda inundado por los mares de nubes que con frecuencia se posan sobre el torcal algo relativamente frecuente, que unido al alto valor faunístico de esta zona del paraje, el ganado que se encuentra en su interior, la nidificación de pequeñas rapaces, como búhos y primillas y algunos pasos expuestos con cornisas vertiginosas en su extremo noroeste, llevaron en su día a tomar la decisión de catalogarla como a´rea restringida, dejando que los antiguos restos de flechas rojas se hayan ido borrando con el paso del tiempo.

No obstante, iniciamos la ruta desde el mismo parking siguiendo el difuminado sendero que en permanente subida, suave pero constante durante casi un kilómetro nos llevaría a un collado donde hicimos una breve parada de reagrupamiento, para desde allí llegar juntos al lugar conocido como “Abrigo de Juan Ramos” donde disfrutamos de un relajado almuerzo, tras una breve charla sobre el lugar donde nos encontrábamos recordando que la denominación de abrigos era la que daban los lugareños a esa especie de refugio construidos con piedras aprovechando las oquedades del terreno al pié de una gran roca, actividad que realizaban “los canteros” con gran habilidad, precisamente el tal Juan Ramos fue el último cantero que trabajó en el torcal y tal vez por ello, su abrigo se conserva en muy buen estado. Junto con la profesión de “cantero” la otra que incluso hasta hoy en día se ha venido desarrollando en el torcal ha sido la de la ganadería siendo todavía frecuente encontrarse con algún rebaño de cabras y ovejas en el interior o alrededores del Camorro de las Siete Mesas. Ni que decir tiene que el “abrigo de Juan Ramos” además de ser un lugar emblemático del torcal es una atalaya perfecta para desde allí contemplar el Torrecilla, la Crestería del Pinar coronada por el Torreón y la Sierra del Terril, techos respectivamente de las provincias de Málaga, Cádiz y Sevilla, además de las inconfundibles siluetas mas cercanas a nosotros del Monte Huma y el Pico Capilla.

Una vez abandonamos el abrigo de Juan Ramos, en vez de coger el tramo escalonado que comienza junto a una sima cercana, desde donde en pocos minutos llegas al Champiñón, proseguimos en dirección norte para cubrir la totalidad de la antigua ruta roja con unas vistas cada vez mas espectaculares del Poldje de la Nava y la piramidal silueta del Camorro Ancho, rodeando a continuación el perímetro norte del Camorro de las Siete Mesas con Antequera y la Peña de los Enamorados a nuestros pies, pudiendo distinguir perfectamente Archidona con su sierra y las Subbéticas cordobesas. En este punto otro de los grandes hitos de la ruta es la impresionante entrada de la sima del Duque. Desde la Sima del Duque en unos instantes llegamos a la denominada cornisa del Diablo, con unas sensaciones aéreas verdaderamente inolvidables, al igual que las panorámicas grandiosas, uno de esos lugares difíciles de olvidar, que en condiciones de viento en calma no sólo atravesamos sin ninguna dificultad, sino que disfrutamos enormemente. Aún así algunas compañeras no pudieron pasar por motivos de vértigo y otra compañera que debido a una lesión de rodillas se veía obligada a regresar por donde habíamos venido, siendo varios los voluntarios que generosamente las acompañaron hasta el final de ruta donde nos veríamos mas tarde.

Tras el paso por la cornisa del Diablo, llegamos sin ninguna dificultad al monumento natural del Champiñón, también conocido como la Montera del Torero o el Platillo Volante, desde donde proseguimos la marcha para finalizar con la visita a la piedra mas emblemática y fotografiada del Torcal, conocida como Monumento Natural de “El Tornillo” desde donde llegamos rápidamente al parking del Centro de Visitantes donde nos reencontramos todos los compañeros, con la grata sensación compartida que siempre te dejan las jornadas inolvidables.

4 comentarios :

  1. Se os ve estupendamente. Gran parte de la ruta roja no la he hecho. Habrá que remediarlo porque en las fotos se ve de lo más vistosa

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  2. Preciosa ruta en uno de los lugares mejores que conozco. Un día estupendo...
    Espero la próxima hasta el Camorro
    Un abrazo

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  3. hola, este fin de semana estuve haciendo la ruta verde y amarilla y quedé maravillado por el paisaje pero claro, ahora veo vuestro recorrido y parece que hemos estado en sitios totalmente distintos, ¿me podríais indicar qué clases de permisos hay que pedir para la ruta roja? ¿es obligatorio un guía o se puede conseguir informacion sobre la misma? gracias de antemano.

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  4. Teóricamente la ruta roja necesita de un permiso especial. Nosotros la hicimos porque yo he estado trabajando hasa hace poco con una empresa de Turismo Activo que tenía concedida un permiso especial para el Torcal, de lo contrario no podríamos haberla hecho.
    Claro que esto es como todo, si lo pides y no te lo dan ya estás advertido. Si no lo pides y no lo haces puedes jugar al despiste, aunque aegar ignorancia no exime de responsabilidad.
    Un saludo
    Juani

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