lunes, agosto 30, 2010

De Ardales al Castillo de Turón (versión acuática)

Distancia aprox. 10,2 km (ida y vuelta)

Desnivel aprox. 200 m

Punto mas elevado: ruinas del castillo de Turón, 580 m.

Punto mas bajo: Puente romano, 360 msnm

Tiempo aprox. 7/8 horas

Nivel dificultad: media en su versión acuática, regresando por el cauce del río.

Tipo suelo: 50% pista terriza, a veces asfaltada y 10% sendero o campo través en el tramo de ascenso y descenso del castillo del Turón, 40% cauce y márgenes del río Turón.

Tipo de recorrido: Circular.

Mapa: Serrato 1.037 IV (sector Teba) y Ardales 1.038 III (sector Ardales)

Alicientes: Esta ruta es una perfecta combinación entre historia y naturaleza. Presenta un suave perfil, asequible para senderistas de todas las edades, que podría restarle interés a senderistas que vayan buscando rutas con mayor dosis de adrenalina. Sin embargo las vistas con las que nos podemos recrear desde las ruinas del castillo del Turón sobre las sierras de Alcaparaín, Prieta, Cabrilla, de las Nieves, Huma, entorno del Desfiladero de los Gaitanes, parte de los embalses y zona de campiña entre Ardales y Serrato, además del propio valle del Turón hacia El Burgo, son alicientes mas suficientes como para ascender a esta magnífica atalaya, imaginarse lo duro que tendría que ser un asalto a tan inexpugnable fortaleza en tiempos de reconquista y tener el privilegio de disfrutar de tan magnífica atalaya, a pesar no llegar ni a los 600 m de altitud, pero la esencia de su encanto radica en su estratégica situación respecto al entorno que lo rodea y las amplias panorámicas que desde allí podemos contemplar.

Ni que decir tiene que al menos hasta ahora, se trata de una ruta muy poco frecuentada, si exceptuamos a los propietarios y trabajadores de las fincas colindantes a lo largo de este bonito y agradable itinerario. Que además podemos combinar con la visita a la cueva rupestre de Doña Trinidad y otras zonas cercanas de gran interés geológico como las que podemos encontrar en el entorno del Chorro.

Itinenerario: Para situarnos en el comienzo de este itinerario nos trasladaremos al puente de la Molina, al que llegaremos desde la misma localidad de Ardales, desde el camino que desciende del inicio de la carretera de El Burgo. El puente es el punto mas bajo de todo el itinerario, unos 280 msnm, es recomendable dejar los coches en la explanada que tenemos nada mas atravesarlo, para iniciar la ruta desde aquí.

El puente de la Molina fue construido en tiempos del Imperio Romano, concretamente bajo el gobierno de Augusto, con sillares de arenisca con la principal función de vado para cruzar el río, las sierras situadas al este y las campiñas situadas al norte y el oeste. Aunque en la actualidad conserva tres ojos, según los expertos existen razones para pensar que fueron cinco las arcadas que se construyeron originalmente por los ingenieros romanos. El mas lejano al casco urbano fue arrasado y posteriormente reconstruido tras una gran tormenta y riada en tiempos de Isabel II. Se apoya en cuatro grandes pilares de los que parten tres arcos de sillares rectangulares que cortan la corriente del río por medio de unos tajamares de mampostería y hormigón. La calzada horizontal permitía la comunicación entre las antiguas ciudades de Malaca y Acinipo y Singilia Barba, Anticaria o Corduba. Que después de veintiún siglos, se siga conservando es un gran triunfo de la ingeniería romana para trascender en el tiempo.

Nada mas cruzar el puente tomamos el camino de la izquierda, dirección oeste, desde donde ya podemos observar fácilmente la rocosa atalaya donde se encuentran las ruinas del castillo en dirección suroeste. A penas 100 m mas allá del puente, mientras vamos caminando paralelos la cauce del río, llegamos a una primera bifurcación: a la derecha donde enlazaríamos con el tramo del GR.E-7 que nos indica Serrato 4 horas, pero nosotros tomamos el ramal de pista de la izquierda que es el que se mantiene mas cerca del río y que durante los próximos 400 m vamos a seguir llevando a nuestra izquierda hasta que llegamos a un pequeño prado a orillas del Turón donde nos encontramos con un grupo de eucaliptos centenarios, fácilmente visibles desde gran distancia. Al llegar a la altura de los eucaliptos la pista describe un giro a la derecha que nos orienta hacia el noroeste a través de una pendiente por la que rápidamente comenzamos a ganar altura y perdemos el contacto visual con el río que ya no volveremos a ver hasta la llegada a las ruinas del castillo de Turón. A partir de ahora nos adentramos en un paisaje agrario de campos de labranza a ambos márgenes del camino que en algunos tramos está asfaltado, olivares y almendros son los grandes protagonistas del paisaje que nos rodea, especialmente sus llamativas flores blancas y rosadas que en estas latitudes alcanzan su mayor esplendor entre finales de enero y principios de febrero.

Mientras vamos ascendiendo por la pista, ya en dirección suroeste, dejaremos a nuestra derecha un pequeño parque de placas solares, por detrás de un cortijo en ruinas, pasado y futuro se fusionan en una misma imagen. Unos 1.500 m mas allá del puente de La Molina, llegaremos a una segunda bifurcación que deja en medio una parcela rodeada por una valla metálica. Nosotros tomaremos el ramal de la derecha, que en esta ocasión es el que mas se aleja del río y según la opción que escojamos para regresar, podríamos volver por el ramal que ahora dejamos a la izquierda. Entre campos de cereales, olivos, almendros, alguna que otra finca ganadera y maquinaria agrícola seguimos ascendiendo en dirección oeste la mayor parte del camino hasta que nos aproximamos a una loma por encima de la cual ya se ve en lo alto de una peña el castillo de Turón y en el margen izquierdo del camino un panel informativo donde podemos leer: fortaleza militar mediaveal situada sobre unos riscos calizos que caen en precipicio sobre la margen izquierda del río Turón. Construida durante la guerra de Frontera entre Granada y Sevilla. La fortalez de Turón fue el principal apoyo militar de la peña de Ardales en su lucha contra el empuje castellano organizado desde el castillo de Teba. Se fortificó con grandes murallas y numerosas torres en la parte mas alta de la montaña, aunque en su cara este y sur, las que caen a pico sobre el río, no se hicieron por innecesarias. Conserva la barbacana, las murallas principales, las torres y un aljibe. En su cara norte, la que vigila Ardales, se construyó un alcázar con una gran torre que era la que servía a los jefes militares. (para mas información ver capítulo dedicado a lugares de interés-castillo de Turón).

Conforme nos vamos aproximando a la loma, la primera pregunta que surge es cómo acceder al castillo sin caminar por encima de las tierras de labranza que lo rodean. Pero no hay que precipitarse, de momento seguimos avanzando por la misma pista que traemos hasta ponernos a la altura del castillo, que de momento, va quedando a nuestra izquierda, mientras que a la derecha contemplamos una cortijo y una casa recientemente reformados presidiendo un olivar, con el fondo de una bonita cañada formada por suaves cerros salpicados de pinos, tras los cuales ya se intuye la sierra de Ortegícar. Rebasada la parte mas alta de la loma por la que veníamos, iniciamos un suave descenso encontrándonos inmediatamente después con una bifurcación, donde es mas que evidente que el camino a seguir es el de la izquierda que nos aproxima al castillo, unos 200 m después llegamos a otra bifurcación y volvemos a hacer lo mismo tomando el de la izquierda, que ya se trata de un caminillo muy secundario que comienza a ascender decididamente entre los almendros que ahora quedan a nuestra izquierda y los farallones rocosos sobre los que se asienta el castillo que ahora tenemos a nuestra derecha casi encima de nosotros. Situados ya bajo los antiguos torreones siempre subiendo, el camino se convierte en sendero y el sendero en caminillo de cabras, hasta que hacemos entrada en la plataforma cimera sobre la que se asientan las ruinas del antiguo castillo al que accedemos pasando junto a la torre situada mas al norte, que era la torre de los oficiales.

Una vez en el castillo merece la pena recrearse con los restos de murallas de la cara norte, algunas muy bien conservadas, las torres en ruinas, sus increíbles vistas hacia sierra Alcaparaín al sur, sin olvidarnos de las vistas sobre el río Turón, mas lejanas al suroeste, las sierras Prieta y Cabrilla, al oeste la sierra de las Nieves. Al este Ardales, al noreste el Huma, tajos y sierras colindantes, parte alta del castillón de Teba al norte. Y por supuesto ese magnetismo especial que siempre se puede palpar en estos lugares repletos de historia donde se libraron cruentas batallas y asedios. Restos de torreones y lienzos de murallas en alarmante estado de abandono progresivo son testigos mudos de importantes acontecimientos históricos que en tiempos de ocupación musulmana y posterior reconquista tuvieron lugar en la estratégica atalaya donde ahora nos encontramos. Cuentan los abuelos de Ardales que en tiempos de la Guerra Civil y años posteriores de postguerra fue refugio de maquis y demás perseguidos por el franquismo, comunicándose con el pueblo de Ardales, a través de un viejo túnel que ya existía en tiempos de la reconquista, que llegaba hasta las inmediaciones del castillo.


El descenso lo iniciamos a través de un derruido lienzo de muralla, situado en el extremo suroeste de la atalaya donde se encuentra la fortaleza, prácticamente la zona opuesta a la que accedimos. Identificaremos fácilmente este lienzo de muralla, que va a quedar a nuestra izquierda, porque en él podemos contemplar una especie de puerta que da vistas al valle del Turón a modo de gran ventana. Mientras vamos descendiendo por una empinada ladera en zig zags con numerosos palmitos y con las vistas del río Turón a nuestros pies, además del tajo de la Canana de sierra Alcaparaín frente a nosotros, ya que de momento vamos dirección predominantemente sur. Pero tan pronto como alcanzamos los últimos retazos de una desgastada pista asentada sobre un terreno con menos pendiente, giraremos a la izquierda, concretamente vamos a acercarnos a la base de un gran farallón rocoso con manchas rojizas propias de las rocas metamórficas. Caminaremos bajo estas paredes muy cerca de su base, llevando de momento el castillo a nuestra izquierda, cada vez mas por encima de nosotros. Llegará un momento, que parece que el sendero se detiene al borde de un pequeño tajo, sin embargo, manteniéndonos pegados a la pared, encontraremos un precioso sendero escalonado entre las orcas y los grandes ejemplares de palmito que han proliferado en esta zona. Ya sólo queda descender al río abriéndonos paso entre el matorral de retama, a través de las sendas de cabras que aparecen y desaparecen aquí y allá. Llegando a una pequeña cañada debemos cruzarla para mantenernos en su margen derecho, o lo que es lo mismo, la cañada debe quedar a nuestra izquierda, en todo caso nuestra mejor referencia será una casa de nueva construcción, piscina incluida a la que llegaremos sin dificultad rodeándola por la derecha donde sus propietarios nos recibieron con gran hospitalidad la última vez que pasamos por allí permitiéndonos reponer nuestras botellas, tras el ascenso y posterior descenso al castillo, que si bien en invierno sería poco mas que un suave paseo, en pleno verano se puede hacer un poco duro. Esta casa sin nombre, a la que bautizamos como el oasís del Turón, ya se encuentra al pié de una pista que poco después se desdobla para orientarse hacia Ardales a la izquierda o descender al cercano cauce del río a la derecha.La opción mas fácil para regresar a Ardales es por la mencionada pista que se dirige a esta localidad en dirección noreste.

Sin embargo hay otras dos opciones mucho mas interesantes para regresar a Ardales: la primera opción siempre y cuando sea en época de baño y vayamos preparados para ello, consiste en descender por el mismo cauce del río, disfrutando de sus pequeños tramos de bosque de galería y sus magníficas pozas algunas de ellas de mas de 20 m de largo con zonas profundas que nos obligan a realizar algunos tramos de nado, que deberán tener en cuenta las personas que no saben nadar, sobre todo si se va con niños pequeños. Esta opción además de la reconfortante sensación que siempre te da el baño reponedor en los calurosos días de verano nos regala unas bonitas estampas de rivera con la fortaleza al fondo. Sin embargo, hay que advertir, que los idílicos tramos de pozas se intercalan con otros tramos donde la vegetación es mas cerrada y caminar se hace muy dificultoso para personas no acostumbradas a descenso de ríos. Otro inconveniente es que el río Turón suele tener un fondo muy fangoso y el agua tiende a enturbiarse rápidamente a nuestro paso, pero superados estos inconvenientes el descenso de este tramo del Turón es una auténtica maravilla, mientras que aguas mas salvajes se torna mas salvaje y cerrado con intermitentes tramos de zarzales que convierten el neopreno en una prenda imprescindible, mientras que este tramo se puede hacer tranquilamente en bañador.

La segunda opción ya es otra historia por el antiguo camino de aguas que unía a la localidad de El Burgo con Ardales.
NOTA: Por razones técnicas y de falta de espacio en la mayoría de los casos no coinciden textos y fotografías.

4 comentarios :

  1. Estimado Juani, nos regalaste un ruta muy, pero que muy bonita. Muchas gracias Comandante

    Rafafló

    ResponderEliminar
  2. En verdad fué una gran ruta, pero una vez mas lo mejor la buena armonía del grupo y el lujo de contar con tu presencia.
    Un abrazo
    Juani

    ResponderEliminar
  3. Hola, gracias apor tu comentario, jeje, estamos todos en el mismo saco y a pesar de ser muchos, este mundo es un pañuelo.
    Bonita ruta la tuya, yo he estado en el castillo un día de lluvia y frío, tenía un aspecto mágico y misterioso.
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Me encanta, esta ruta que mostráis aquí la he andado ciento de veces de pequeño, eso si bordeando el rió Turon en una u otra orilla, son preciosos esos lugares de mi pueblo ARDALES!

    Aquí mi pagina en Facebook, sobre Ardales. Saludos.

    https://www.facebook.com/pages/Ardales/259366250797471

    ResponderEliminar