sábado, julio 16, 2011

Diálogos con el Maestro (I): El viaje por PAULO COELHO


(Artículo rdel dominical XL semanal 10-16 julio 2011)
Durante mi reciente traslado a un departamento nuevo, descubrí una serie de notas de conversaciones mías con J., miembro de la orden R. A. M., una pequeña cofradía dedicada a estudiar la tradición oral y el lenguaje simbólico del mundo. Estas notas cubren nuestros encuentros desde febrero de 1982 hasta 1997.
 El viaje por PAULO COELHO-FOTO.
Recientemente le pregunté si podría compartir parte de estos textos; estuvo de acuerdo, así que dedicaré las próximas cinco columnas a describir algunos de nuestros encuentros (periodo 1982-1986). Transformé los textos en diálogos para su mejor comprensión, así que las palabras de J. no son exactamente las que él usó, aun cuando el contenido sea absolutamente fiel a lo que escuché.

Los textos no están en el orden exacto. Decidí comenzar con alguna de nuestras conversaciones de 1986, cuando él insistía para que hiciese el Camino de Santiago.

-Dices que hacer el Camino de Santiago es importante. Para hacerlo, necesito abandonar todo durante algún tiempo: familia, empleo, proyectos. Y no sé si encontraré la misma situación a mi regreso.

-Espero que no la encuentres.

-Entonces, ¿debo arriesgarme a perder todo lo conseguido hasta ahora?

-¿Perder qué? Un hombre solo puede ganar o perder su alma: aparte de la vida, no posee nada más. No importan las vidas pasadas o futuras; por el momento estás viviendo esta y debes hacerlo con comprensión silenciosa, alegría y entusiasmo.

-Yo tengo una mujer a la que amo

-comenta riendo.

-Esta es siempre la disculpa más común y la más tonta posible. El amor nunca impidió a un hombre seguir sus sueños. Si ella realmente te ama, deseará lo mejor para ti. Además, tú no tienes una mujer a la que amas; la mujer no es tuya. Lo que es tuyo es la energía del amor que proyectas hacia ella. Puedes seguir haciendo eso en cualquier otro lugar.

-¿Y si yo no tuviera dinero para hacer la peregrinación?

-Viajar no es siempre una cuestión de dinero, sino de valor. Pasaste gran parte de tu vida recorriendo el mundo como hippie; ¿qué dinero tenías entonces? Ninguno. Apenas alcanzaba para pagar el pasaje, e incluso así pienso que fueron algunos de los mejores años de tu vida -comiendo mal, durmiendo en estaciones ferroviarias, sin poderte comunicar por causa del idioma, obligado a depender de los otros hasta para descubrir un refugio donde pasar la noche-.

Viajar es sagrado: la humanidad viaja desde la noche de los tiempos, en busca de caza, de pasto, de climas más agradables. Son raros los hombres que consiguen comprender el mundo sin salir de sus ciudades. Cuando viajas -y no me refiero al turismo, sino a la experiencia solitaria de viaje-, cuatro cosas importantes suceden en tu vida:

a) Estás en un lugar diferente. Entonces, las barreras protectoras ya no existen. Al principio esto da mucho miedo, pero al poco tiempo te acostumbras y pasas a entender cuántas cosas interesantes existen más allá de los muros de tu jardín.

b) Porque la soledad puede ser muy grande y opresora, tú estás más abierto hacia personas con quienes normalmente no cambiarías palabra, como camareros, otros viajeros, empleados de hotel o el pasajero sentado a tu lado en el autobús.

c) Tú pasas a depender de los otros para todo: conseguir hotel, comprar algo, saber cómo tomar el próximo tren. Descubres entonces que no hay nada malo en depender de los otros, sino que, por el contrario, esto es una bendición.

d) Estás hablando un idioma que no comprendes, usando un dinero cuyo valor desconoces, caminando por calles por donde nunca estuviste. Sabes que tu antiguo ´yo`, con todo lo que aprendió, es absolutamente inútil ante estos nuevos desafíos, y empiezas a descubrir que, enterrado allá en el fondo de tu inconsciente, existe alguien mucho más interesante, aventurero, abierto hacia el mundo y las experiencias nuevas.

Viajar es la experiencia de dejar de ser quien te esfuerzas en llegar a ser para transformarte en aquello que eres.

Desde muy joven descubrí que el viajar era, para mí, la mejor manera de aprender. Continúo hasta hoy con este alma de peregrino, y decidí relatar en este blog algunas de las lecciones que aprendí, esperando que puedan ser útiles a otros peregrinos como yo.
1) Evite los museos. El consejo puede parecer absurdo, pero vamos a reflexionar un poco juntos: si usted está en una ciudad extranjera, ¿no es mucho más interesante ir en busca del presente que del pasado? Sucede que las personas se sienten obligadas a ir a museos porque aprendieron desde pequeñas que viajar es buscar ese tipo de cultura. Es claro que los museos son importantes, pero exigen tiempo y objetividad – tiene antes que saber qué desea ver allí, o va a salir con la impresión de que vio un montón de cosas fundamentales para su vida pero que no recuerda cuáles son.
2) Frecuente los bares. Allí, al contrario de los museos, la vida de la ciudad se manifiesta. Bares no son discotecas, sino lugares adonde la gente va, toma algo, piensa en el tiempo y está siempre dispuesta para una conversación. Compre un diario y quédese contemplando el movimiento del local. Si alguien inicia un tema, por más bobo que sea, acepte la charla: no se puede juzgar la belleza de un camino mirando solamente su puerta.
3) Esté disponible. El mejor guía de turismo es alguien que vive en el lugar, conoce todo, está orgulloso de su ciudad, pero no trabaja en una agencia. Salga por la calle, elija a la persona con quien desea conversar y pídale informaciones (¿dónde queda tal catedral? ¿dónde está el Correo?) Si no resulta, pruebe con otra; le garantizo que al final del día habrá encontrado una excelente compañía.
4) Procure viajar solo, o – si está casado – con su cónyuge. Le dará más trabajo, nadie lo (o los) cuidará, pero sólo de esta manera podrá realmente salir de su país. Los viajes en grupo son una manera disfrazada de estar en una tierra extranjera, pero hablando su lengua natal, obedeciendo a lo que manda el jefe del rebaño, preocupándose más con las murmuraciones del grupo que con el lugar que se está visitando.
5) No compare. No compare nada – ni precios, ni limpieza, ni calidad de vida, ni medios de transporte, ¡nada! Usted no está viajando para probar que vive mejor que los otros; su búsqueda, en verdad, es saber cómo los otros viven, lo que pueden enseñar, cómo se enfrentan con la realidad y con lo extraordinario de la vida.
6) Entienda que todo el mundo le entiende. Aunque no hable el idioma, no tenga miedo: ya estuve en muchos lugares donde no había manera de comunicarme a través de las palabras y siempre terminé encontrando apoyo, orientación, sugerencias importantes, y hasta aventuras amorosas. Algunas personas creen que, si viajan solas, saldrán a la calle y se perderán para siempre. Basta tener la tarjeta del hotel en el bolsillo y – en una situación extrema – tomar un taxi y mostrarla al chofer.

7) No compre mucho.
Gaste su dinero en cosas que después no tendrá que cargar: buenas obras de teatro, restaurantes, paseos. Hoy en día, con el mercado global y Internet, puede tener todo sin necesidad de pagar exceso de equipaje.
8) No intente ver el mundo en un mes. Más vale quedarse en una ciudad cuatro o cinco días, que visitar cinco ciudades en una semana. Una ciudad es una mujer caprichosa, necesita tiempo para ser seducida y mostrarse completamente.
9) Un viaje es una aventura. Henry Miller decía que es mucho más importante descubrir una iglesia de la que nadie oyó hablar, que ir a Roma y sentirse obligado a visitar la Capilla Sixtina, con doscientos mil turistas gritando en sus oídos. Vaya a la Capilla Sixtina, sí, pero también déjese perder por las calles, intérnese en las callejuelas, sienta la libertad de estar buscando algo que no sabe lo que es pero que, – con toda seguridad – encontrará, y cambiará su vida.

domingo, julio 10, 2011

IV Ruta Costa Gaditana: Barbate-Conil de la Frontera

Ruta: De Barbate a Conil por el sendero de Los Acantilados SL A-111 y Cabo Trafalgar Entorno: Parque natural La Breña y Marismas de Barbate
Pueblos de referencia: Barbate y Conil

Punto de encuentro recomendado (final previsto de ruta): Parking junto al polideportivo que a su vez se encuentra al lado de la desembocadura del río Salado en Conil.

Cómo llegar al punto de encuentro: Tal y como llegamos a Conil, hay que dirigirse al extremo oriental de esta localidad, es decir, mirando el mar hacia la izquierda junto a la desembocadura del arroyo Salado.

Distancia aprox.  16 km

Desnivel aprox.  A penas 100 m, en la primera parte de la ruta entre Barbate y Caños de Meca a través de La Breña, zona de los acantilados, paisajísticamente, la parte mas interesante de la ruta.

Punto de partida: Centro Interpretación P.N. Breña y Marismas de Barbate (Puerto Barbate). No tiene pérdida, después de dejar algunos coches en Conil, final previsto de ruta, nos dirijimos hacia Barbate, pasando por caños de Meca y al final de la cuesta abajo por la que entramos en la localidad de barbate en el primer acceso que encontramos en el puerto, justo a nuestra derecha, hay un pequeño aparcamiento donde podemos dejar nuestros cochjes sin problemas. A tan sólo unos metros dirección oeste, se encuentra el inicio del sendero de los acantilados: SL.A-111, con su panel correspondiente.

Tiempo aprox. La ruta sae puede hacer fácilmente en poco masde 4 horas, a lo que hay que sumarle, paradas para los baños, chiringuitos, etc...

Nivel dificultad: Muy bajo.

Tipo suelo: arena de playa el 96% y tan sólo un 2% de calles asfaltadas a nuestro paso por caños de Meca y otro 2% de algunos pasos rocosos, que permiten hacer la ruta sin dificultad en chanclas de trecking o directamnente descalzos desde el faro de Trafalgar hasta el final de ruta en Conil.

Tipo de recorrido: Lineal, por lo que hay que dejar coches en el final previsto de ruta.

Cartografía: Mapa de publicidad (Postalfree Conil-Vejer), que se podía coger de un expositor gratuito de la venta de la Barca de Vejer, donde desayunamos un impresionante bocata de lomo en manteca, antes de presentarnos en el punto de encuentro.

Fecha y meteorología: Sábado,  9 de julio de 2011, temperatura de poco mas de 30ºC que hizo muy agradable la travesía con un ligero viento de poniente que fué de menos a mar conforme nos íbamos acercando al final de ruta y que nos arrastraba hacia la izquierda cada vez que nos metíamos en el mar a darnos un baño.

Unos 25 participantes: Desde Sevilla vinieron: Magda “La Pimentonera de Águilas”, Ignacio “El Soltero de Oro”, Pepe “Er Koete”, Felix “El Lector” y Fabiola. Desde distintos puntos de la provincia de Cádiz: Reinaldo y Manuela “Los Senescales de la Bahía”, Juanlukita “El Messner andaluz”, Severo “El Artesano del GPS” , Bernardo Rubiales “El Licenciado” y nuestro guía de lujo: Francisco Gómez Luy “El Cicerone del Estrecho”, con varias amigas mas de su club de fans cuyo nombre no recuerdo, pués era la primera vez que coincidía con ellas y mi maltrechaa memoria no me da para mas. Desde Málaga interior: "La Rosa de la Comarca (Casarabonela), junto con Celia “La Hechicera de Sao Paulo”, su guardaespaldas Fran (Ojén). Y desde distintos puntos de la Costa del Sol: Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta”, Vicky “La Botánica”, Ana “la Princesa de las vías ferratas”, Silvia-Silvestre, El Doctor Leal, Auro "La Psicoanalista"", Mariola, Guillermo, Patri “La Chica que miraba a las Estrellas”, Miguel “El Hombre que sabía demasiado” y Juan Ignacio Amador un humilde servidor.



A tener en cuenta:

1º) Por discurrir en todo momento por la franja de costa es imprescindible llevar máxima protección solar y no sólo poner antes del inicio de ruta, sino en cada parada. Así como un buen sombrero y gafas de sol. Es de las jornadas que vuelves aa tu casa como una gamba, siendo tambiuén recomendable el “after sun” para después de la ducha correspondiente.

2º) Como en toda ruta lineal, antes de iniciar el recorrido, hay que dejar varios coches en el final previsto de ruta. Conviene dejar esto bien aclarado y especificado en el anuncio previo de la ruta, para agilizar al máximo el inicio de la misma.

3º)  Llegar a Conil o Barbatee desde Cádiz o Sevilla u otras zonas del interior no resulta complicado. Pero si venimos desde Málaga la tendencia es seguir siempre por la línea de la costa, es decir: Algeciras-Tarifa-Barbate, lo cual es un craso error en temporada de verano, pués a la altura de Bolonia, playa de Valdevaqueros, Tarifa, la hora punta de salida de las playas al ser una nacional de un sólo carril, nos obliga a soportar tapones de hasta mas de una hora.

¿Cómo lo podemos evitar?, ¡muy fácil!, al llegar a la altura de Los Barrios, tomamos la autovía que atraviesa el parque de Los Alcornocalesdirección Jerez, hasta llegar al desvío que nos anuncia Vejer de la Frontera, llegando de esta manera mucho mas rápido a nuestro destino por una carretera muy buena y sin a penas tráfico.

4º) Al pasar por varias zonas de chiringuitos o incluso tiendas de bebida, alimentación y artesanía hippie por Caños de Meca es recomendable llevar algo de dinero. Pués además de lo que uno lleve consigo, una buena cerveza fresquita a mitad de ruta es todo un lujo, impensable en la mayoría de rutas que realizamos el resto del año por terrenos de alta montaña.
5º) Los que tenemos tendencia a roces en la entrepierna podemos acabar la ruta muy perjudicados si no tomamos la precaución de ponernos la crema mágica de"Silidermil" (o similar), antes del inicio de la ruta y después de la ducha correspondiente.

Breve descripción de la ruta:

Como íbamos diciendo, una vez que dejamos varios coches, junto a la desembocadura del río Salado en Conil. Nos desplazamos hasta el aparcamiento aledaño al Centro Interpretación P.N. Breña y Marismas de Barbate, ubicado en el extremo occidental del puerto  de Barbate. Tras salir a la carretera y caminar por la cuneta a penas unos50 m tan sólo unos metros dirección oeste, llegamos al inicio del sendero de los acantilados: SL.A-111, con su panel correspondiente. En sus inicios llanea de forma muy dócil, hasta que a penas recorridos unos 400 m, abandonamos la pista, adentrándonos en un arenoso sendero, que rápidamente comienza a ganar altura entre pinos costeros de gran porte, que hacen la ascensión muy llevadera. Superado un par de zig-zags muy cerrados, la ascensión se vuelve muy tendida, y nos orientamos durante escaasos minutos hacia el sur,de manera que tenemos el océano Atlántico frente a nosotros y a la izquierda Barbate. Conforma eñ sendero va girando a la derecha, dirección oeste, el mar quedará a nuestra izquierda y Barbate a nuestra espalda, obteniendo bonitas vistas de esta histórica localidad cada vez que echemos la vista atrás.

  
Poco a poco nos íbamos aadentrando en lo que se conoce como “La Breña”, que según el diccionario es “un terreno elevado entre peñas y poblado de maleza”. Aunque lo cierto y verdad es que la masa árborea predominante es el pino piñonero-costero, al que han dedicado dos paneles informativos a lo largo del recorrido. 
Al contrario de lo que yo pensaba el sendero no discurre por el mismo borde del acantilado, por lo que si te quieres asomar al mismo, tienes que tomare alguno de los ramales que salen a laa izquierda o bien, al llegar a la torre almenara del Tajo, acercarte al mirador que se encuentra a muy pocos metros tal y como hicimos nosotros. Aunque en muy buen estado de conservación, por desgracia en la actualidad se encuentra cerrada por lo que tuvimos que conformarnos con hacernos la foto de grupo a sus piés. El camino seguía llaneando por esta espeecie de meseta trapezoidal que separa a las localidades de barbate y de Caños de Meca hacia donde ahora caminábamos. 
Disfrutando de una interesante vegetación a ambos márgenes del camino, que me hizo perder contacto durante un buen rato con el grupo, conforme me fuí demorando inventariando la flora en modo macro, encontrándome con pequeñas florecillas muy bonitas de color azul y violeta. En medio de este mar de pino carrasco, tampoco faltaban las sabinas y los enebros junto con otros arbustos de forma almohadillada capaces de resistir el empuje del viento.



En un momento dado, tomé uno de los raamales de la izquierda, que nos llevan hasta el borde del acantilado y pude comprobar lo que había leído días, sobre cómo: el ambiente salino de la pared del acantilado se debía a las pequeñas gotas de agua de mar que el viento levanta y estrella contra las rocas denominándose este efecto «spray salino». Estas condiciones físicas dan lugar a que se desarrollen comunidades vegetales características de marismas como las de barbate, que le dan su nombre al parque y adaptadas a ambientes salinos, denominadas especies halófitas, entre las que encontramos la barrilla, los almajos dulces y salados o la siempreviva. En las zonas resguardadas y más extensas del escarpe se desarrollan higueras salvajes y zarzas. Con sus más de 100 m de altura, constituye el acantilado más notorio del Atlántico andaluz.



Justo antes de iniciar el tramo de descenso hacia Caños de Meca, un hueco entre dos grandes pinos que tenía frente a mí, me permitieron disfrutar de una bonita estampa del famoso faro del cabo Trafalgar, donde tuvo lugar la famosa batalla genialmeente narrada por Arturo Pérez Reverte en su libro: “Trafalgar”. 
Unos metros después empezaba a recuperar el contacto visual con el grupo acelerando el ritmo para reegresar a la disciplina del grupo unos metros antes de entrar en la localidad de Caños de Meca, curiosa mezcla de ambiente vacacional, bohemio, naturista, hippie y surfero de que podemos encontrar una buena muestra en sus pequeños bazares. 
El nombre de "Los caños de Meca" se debe a unas surgencias de agua dulce en la pared del acantilado de distinto caudal, desde pequeños hilillos de agua en la pared rocosa, hasta importantes manantiales, que varían mucho según la estación del año y la época de lluvias. El mas importante conocido como el "Caño Grande" se sitúa al inicio de la zona de acantilados, mas cercana a esta pedanía que pertenece a barbate, pero sólo se aprecia con gran claridad con la maréa baja.
Tampoco faltó el abuelito vendiendo caruchos de mojama, que llevaba curiosamente elaborados en la parte de atrás de la viejaa bicicleta que llevaba, trasladándome por unos momentos a aquellos veranos de mi juventud en Chipiona Beach. Atrás había quedado el paso por el pinar de La Breña y la posibilidad de tomar uno de los caminos que salían a la derecha y que nos hubiera llevado a la ermita visigoda de San Ambrosio. Pero teniendo en cuenta las paradas que teníamos prevista realizar, Conil todavía quedaba lejos y de hecho la primeera parada de baño no se hizo esperar, justo en la turísitica playa de Caños de Meca, allí fué la primera toma de contacto con las muy limpias y salinas aguas del Atlántico, si bien no tardamos en retomar la marcha, para abandonar el bullicio de aquella playa y buscar la tranquilidad que encontramos nada mas superar el faro del cabo Trafalgar, donde se presentaba ante nosotros una playa kilómétrica con pequeños grupos de surfistas, nudistas y otras yerbas, montando nuestro campamento base en el chiringuito que se encuentra una vez pasado el mencionado faro.



Aquí se puede decir que empezaba la 2ª parte del recorrido, 100% por la orilla de un mar que huele a mar y a través de idílicas playas de arena blanca. Resulta que en su día la ubicación del actual faro de Trafalgar era un antiguo islote. De ahí que se le conzca como “Tómbolo de Trafalgar” pués según el diccioanrio es una franja de tierra que une la línea de costa con un antiguo islote, hecho que se produce en algunos puntos costeros de muy escasa profundidad. Todo ello pertenece a la localidad de Barbate y está protegido como monumento natural por la junta de Andalucía por su alto valor geológico. En el pequeño promontorio del faro, existen varios yacimientos aarquelógicos, entre ellos una factoría romana de salazón y un asentamiento musulmán.



¡Por cierto! Que mientras estaba tratando de explicarle a algunos compañeros que era aquello del “tómbolo” entre los surfistas y algún bañista, salió del agua un tío, que en principio confundí con un submarinista que acababa de pesacar un “congrio” que llevaba colgando entre las piernas, tras lo que Celia, con su melódico acento brasileiro comentó: “¡Cariño... eso sí que es un tómbolo!”. Y es que la verdad aquello no era normal, una vez recuperado de la sorpresa y con alguna que otra sonrisita fémina de fondo, comenzaron las sesiones de baños, donde no faltaron algunas fotos con la espumeante agua marina y un oleaje que convertía en una pequeña aventura superar la línea donde rompían las olas.  Una vez reiniciada la marcha en dirección El Palmar, zona de campings y lujosos chiringuitos donde los haya, comenzaron a proliferar nudistas intercaalaados sin problemas con gente que disfrutaba del lugar con su traje de baño, intercalándose esculturales cuerpos de gimnasio tanto de chicas como de chicos dignos de portada de revistas, con gente mas normal con sus barrigas cerveceras y personajes de lo mas peculiar. Tal vez de toda la fauna reinante, los mas “raros” éramos nosotros formando aquel peculiar grupo de mochileros atravesando aquellas idílicas playas de arenas blancas. En cualquier caso, como bien me comentaba "El Hombre que sabía demasiado" un día después: "Sabia decisión la del Padre Carras de evitar la tentación del diablo, pués de haber venido se hubiera sentido como en ¡Sodoma y Gomorra!, entre aquellas trancas descomunales y aquellas bellísimas chicas de portada de revista con su vello púbico estéticamente rasurado, tras las cuales el "Padre Carras" hubiera visto al Maligno, hasta el punto de que la tentación de la carne habrían puesto en peligro sus 50 años de celibato.
Entre broma y broma, Severo, otro senderista de leyenda, me decía: “¡quillo, Juani, ésto si que son vistas y no las del Torreón!” y la verdad ess que desde cierto punto de vista a cada paso que dabas,aquella ruta se iba imponiendo como la ruta con las mejores vistas del año. ¡Pero, coño!, de repente, miro para la orilla y veo salir a un nota con un descomunal trabuco que se iba meciendo “de costero a costero” con otro movimiento pendular de rodilla a rodilla, ante lo que no pude evitar el comentario que le hice a mi buen amigo Juanlukita de: “¡quillo con lo fresquita que est´ña el agua, ese tío con el bicharraco en seco tiene que dar miedo!”, a lo que Silvia-Silvestre, que llegaba desde atrás respondió: “¡que coño miedo, eso lo que tiene que ser es un gustazo!”. Unos metros mas adelante otra compañera le decía a su pareja: “¡ anda hijo, a ver también nosotros venimos un día a hacer nudismo!”, a lo que él le contesto: “¡ Coño, claro, si yo tubiera un´cacho naboasí, también haría nudismo!” y es que la verdad algunas de las visiones de aquella tarde fueron de lo mas peculiar.



Tras la playa del Palmar, atravesaamos casi sin darnos cuenta la desembocadura del arroyo Conilete, comenzándose a vislumbrar en la distancia la localidad de Conil con una antena de repetición que afea su casco urbano desde la distancia, pero sin restarle encanto a sus espectaaculares playas por cuya arena caminábamos, mojándonos los piés en muchos tramos con el mar quedando en todo momento a nuestra izquierda y un festival de lo que desde la distancia parecían cometas y que tal y como nos acercábamos a la desembocadura del río Salado, yaen Conil, pudimos comprobar como se trataba de un grupo de intrépidos surferos prácticando la sofisticada modalidad del “Skysurf” cuya campeona del mundo es una gaditana muy jovencita que reside en esta zona. 
Aquí vemos la avanzadilla del grupo, completando el recorrido en unas 7 horas, incluyendo paradas y baños, y habiendo disfrutado plenamente de un paisaje que en todos los sentidos fué completamente diferente a las rutas que solemos realizar el resto del año, en muy grata compañía, disfrutando algunas de las mejores playas de España, de la mano experta del amigo Francisco Gómez Luy, también conocido como el “Centinela del Estrecho”, al que no sólo felicito y agradezco tan magnífica propuesta, sino que animo a que las siga realizando como gran conocedor de muchos de los mas bellos rincones de los paarques naturales del Estrecho, de la Breña y Marismas de Barbvate y por supuesto de Los Alcornocales. Lo dicho, enhorabuena y muchísimas gracias.



Fotografías y crónica de: Juan Ignacio Amador Tobaja

Con la colaboración de: aéerea de Barbate de http://www.fotos.org,

foto del aatardecer sobre el faro de Trafalgar: http://losmejoresviajes.wordpress.com

aérea de caños de Meca: http://www.tobarbate.com

acantilados de Barbate: http://aumjerez.blogspot.com

lunes, julio 04, 2011

V Edición río Verde de Otívar (GRANADA)

Localidad de referencia: Otivar, por la costa se accede desde Almuñecar, por el interior desde  Alhama de Granada-Jayena.
Entorno: extremo oriental parque natural Sierra Almijara-Tejeda y Alhama, cabecera del río Verde.
Itinerario
Inicio de sendero en el Km. 31 ctra.de La Cabra Montés-Cascada del Árbol Petrificado-Vado del Barranco de los Madroñales-cuesta del cerro del Gitano- sendero barranco del lagarto- Poza central en el Barranco de Las Chorreras-Junta de los ríos (Chorreras + Nacimiento)-Cañón del río Verde del río Verde.
Tipo de recorrido: lineal.
Distancia aproximada: 10,5 km
Duración: 7 h. (incluyendo paradas para los baños, comidas y reagrupamientos)
Dificultad: Media/baja.
Desnivel acumulado: 330 m de ascensión.
Tipo de camino: 10,5 km predominantemente cuesta abajo con algunos toboganes por veredas pedregosas.
Bibliografía: Disfrutar caminando por los ríos y costas de Sierra Almijara (Editorial ARGUVAL) y cosecha propia.
Cartografía: Michelín (Costa del Sol) y Disfrutar caminando por los ríos y costas de Sierra Almijara (Editorial ARGUVAL)
Fecha de realización: sábado 2 de julio, cielos despejados y temperatura al mediodía de unos 30ºC, que con una agradable brisa colaboró a realizar la travesía de forma muy cómoda.
18 Participantes: Desde Huelva vino Teresa “Arwen de Rivendel”, desde Rota (Cádiz): Reinaldo y Manuela “Los Senescales de la Bahía”. Y desde distintos puntos de la Costa del Sol: Valentín “El Rey de la Montaña”, Patri “La Chica que miraba a las estrellas”, Migue “El Hombre que sabía demasiado”, Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta”, Vicky “La Botánica”, Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara”, Eduardo “El Padre Carras”, “El Doctor Leal”, Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza”, Antonio “El Coloso del Plaza de Armas”, Rocío “La Ninfa del castaño Santo”, su hermano , Jose María “El Titán del Pico Capilla”, su tío y un servidor: Juan Ignacio Amador.

Cómo llegar:
Poco después de entrar en el núcleo urbano de Almuñecar, (habiendo tomado anteriormente la salida que nos encontramos a la altura de la Playa de La Herradura) se llega a un cemáforo donde podemos ver el cartel hacia Jeter-Otivar (pueblo de referencia para nuestra ruta). Al llegar a este semáforo tomamos a la derecha y otra vez a la derecha hasta pasar por debajo de la carretera por la que veníamos orientándonos hacia la sierra, casi sin darnos cuenta callejeando por un barrio de Almuñecar comenzaremos a abandonar esta localidad, al tiempo que nos vamos adentrando por la carretera de la Cabra Montés (A-7106), dejando poco después a nuestra izquierda el desvío que nos anuncia la recóndita reserva natural de Peña Escrita, a 11 km (magnífico punto de partida para realizar una de las ascensiones menos conocidas para coronar el Navachica). 8 km mas allá de Almuñecar llegaremos a Jete, y 4 km después de 
Jéte llegaremos a Otivar, donde nos encontramos en el lado izquierdo de la carretera el bar “El Capricho”, buen lugar para desayunar, amén de punto de encuentro de barranquistas y excursionistas varios que solemos parar aquí antes y después de la ruta. Continuamos por esta mítica carretera de montaña con preciosas vistas de la parte más oriental de La Almijara y el valle del río Verde a nuestra izquierda, dejando a nuestra derecha el desvío hacia el recóndito pueblecito de Lentegí.
La carretera, cada vez con más curvas cerradas, rara vez nos permite pasar de tercera y nos exige conducir con los 5 sentidos al volante, unos 5 km más allá de Otívar, vemos a nuestra izquierda el desvío hacia la casa rural Palacete de Cázulas, que no tomaremos, pero ya estaremos muy atentos porque unos 400 m después nos encontraremos un llano a la izquierda de la carretera, magnífico punto de encuentro para organizarse con el tema de los coches que van a quedar abajo, previo pago de 5€ por persona y coche. 3€ si el grupo es superior a 10 personas. Recomendamos no hacerse el listillo porque las personas que controlan la puerta de entrada al carril de la cooperativa de Cázulas, viven de esto y se la saben todas y si a la hora de finalizar la ruta, comprueban que el número de personas que salimos es superior al número que se les dijo en un principio al final te harán pasar por taquilla. Ni que decir que en los coches que van a quedar abajo, sólo tienen que ir ahora los conductores con los coches vacíos para dejar en el cañón del río Verde el mayor número de coches posible. Mientras la operación transbordo se va realizando el resto del grupo ya se puede desplazar hacia el inicio de ruta, situado en el km 31 dirección Alhama de Granada, unos 4 km mas allá del Puerto de la Cabra Montés, donde en cualquier caso recomendamos para disfrutar de las vistas y hacer alguna que otra foto.
Mas allá del puerto de la Cabra Montés, nos encontraremos con el inicio de una pista a nuestra izquierda, que alguna gente podría confundir con el inicio de ruta, pero que en realidad es el carril de Las cabrerizas que las empresas de turismo activo utilizan para realizar la aproximación al inicio del barranco de Las Chorreras. Nuestro punto de partida está unos 2,5 km mas adelante donde nos encontraremos un ensanche de cuneta a nuestra izquierda con un pequeño cartel de inicio de sendero y a la derecha unas vistas espectaculares de la crestería de Los Pollos del Pescao, con su peculiar color blanquecino, fruto de la descomposición de los mármoles dolomíticos.
A tener en cuenta:

1º) Si bien es cierto que no debe ser considerada una ruta familiar, quien lo desee tiene la opción de realizar una versión lineal (ida y vuelta): Cañón del río Verde, junta de ríos-Barranco de Las Chorreras hasta la Poza Central, donde esperarían a la llegada del resto del grupo para volver juntos por el mismo camino. Perdiéndose la primera parte de la Cascada de los Árboles Petrificados.

2º) Todo aquel que tenga pensado hacer la travesía completa no debe venir con mas de tres personas por coche, para agilizar el tema de los transbordos de coche a la hora de dejar algunos en el final previsto de ruta y desplazarnos con el resto hasta el inicio.

3º) Para participar en esta ruta hay que estar en un buen estado de forma física, para salvar la larga cuesta arriba que hay después del vado del  barranco de Los Madroñales, previo a la Poza Central.

4º) Además del baño en la poza central se pueden  recorrer algunos tramos por el río, quien lo desee siempre tendrá la opción de seguir por la vereda. Por lo que en esta ruta no es imprescindible nadar, si bien es recomendable llevar bote estanco si deseamos realizar algún tramo acuático, que en ningún caso es obligatorio, sino optativo.

5º) El 99% de la ruta se hace por pistas, senderos pedregosos que van por fuera del agua y los puentes colgantes que sobrevivieron a las últimas riadas por lo que se recomiendan botas de montaña ó unas buenas zapatillas de deporte, bastones, protección solar, bañador ó/y pantalones cortos, gorra, gafas de sol, cámara fotográfica y prismáticos.

6º) No olvidar agua en gran cantidad, (mínimo 3 litros por persona, a ser posible llevándola bien fría) y lo que cada uno tenga por costumbre para el almuerzo mochilero. Ensaladas, pastas y fruta fresca es muy recomendable para el verano, así como evitar chocolate que se puede derretir fácilmente o cualquier otro derivado lácteo que puede quedar cortado.


1ª parte. Sendero del Barranco de los Chortales: El púlpito del Padre Carras y la cascada de los Árboles Petrificados:
A unos 100 m al norte del panel del sendero del río Verde ubicado en el km. 31 carretera de la Cabra Montés (a 4 km del puerto de la Cabra Montés, dirección Jayena), parten dos sendas que vienen a unirse poco después para llevarnos a la cascada del Árbol Petrificado de allí iremos vadeando en alguna ocasión el Barranco de los Chortales.
El primer tramo del recorrido tiene una serie de suaves toboganes con varias subidas y bajadas. Superado el segundo kilómetro de ruta, un pequeño ramal de sendero a nuestra izquierda, nos sitúa sobre un extraordinario mirador, conocido como el Púlpito del Padre Carras, disfrutando de unas vistas privilegiadas sobre el Navachica al oeste, el pico del Cielo al suroeste y el cerro Lopera al noroeste que podemos distinguir fácilmente por la pequeña caseta blanca para prevenir incendios que preside su cumbre.
De vuelta al sendero, rodeamos el mirador, pasando bajo su pared norte y oeste, y continuamos el descenso ya de forma mucho mas pronunciada, pasando junto a un tajo que queda a nuestra derecha y a continuación tras un zig-zag de la senda, seguimos descendiendo, hasta que superamos un pequeño tobogán que nos sitúa en un collado desde donde parece imposible que la senda pueda seguir bajando, las vistas que se obtienen desde este punto sobre el “Barranco de Las Cabrerizas” son preciosas, de repente, como por arte de magia, aparece ante nosotros una escalera excavada en la roca, con algunos peldaños de mas de medio metro no aptos para enanos, por los que descendemos con la ayuda de pasamanos de madera en algunos tramos, desde el inicio de la escalera ya tenemos allí abajo la bella estampa que nos ofrece la peculiar “Cascada de los Árboles Petrificados” que recibe su nombre de la curiosas formas que han ido adoptando las “tobas calcáreas” moldeadas por la acción erosiva del carbonato cálcico que en gran medida contienen las aguas de Sierra Almijara, tal y como podemos leer en el panel informativo que allí se encuentra para ilustrarnos sobre el monumento natural que tenemos ante nuestros ojos. A la derecha de esta cascada, tal como la miramos de frente, existe una preciosa cuevecilla, donde nos sorprenderá el desarrollado sistema de estalactitas y estalagmitas, que no deberíamos dejar de visitar.

2ª parte: De la Cascada de los Árboles petrificados a la Poza Central:
A muy poca distancia de la cascada se encuentra el final de uno de los dos ramales que tiene el “Carril de las Cabrerizas” que de momento vamos a obviar. Ahora tenemos una sucesión de toboganes para vadear varias veces el “Barranco de Los Chortales” hasta que llegamos al punto donde se le une el “Barranco de los Madroñales” por el oeste, es precisamente a partir de aquí donde pasa a tomar el nombre de “Barranco de Las Chorreras” excavando un valle profundísimo, con una prolongada sucesión de pozas y cascadas, que hace de este tramo el lugar mas atractivo y espectacular para todos los amantes del barranquismo, de hecho suele ser frecuente encontrarnos en este punto algún grupo que viene con una empresa de turismo activo. Mientras nosotros, comenzamos una prolongada subida de poco mas de un km sin tregua, con el recién nacido “Barranco de Las Chorreras” a nuestra izquierda, cada vez mas abajo, pero superada la subida por la pedregosa pista comenzamos a faldear el cerro del Gitano que en todo momento queda a nuestra derecha, según cómo hayan sido las lluvias de cada año, así nos encontramos en medio del camino enormes peñascos procedentes de algunos derrumbaderos, de repente la pista describe una amplia curva a la derecha y en medio de dicha curva hacia nuestra izquierda un precioso senderito desciende en paralelo al “Barranco del Lagarto”, pequeño arroyo que sólo lleva agua en época de lluvias torrenciales, por el que llegaremos hasta la mítica poza Central en poco mas de 15 minutos de bajada continua, con los imponentes farallones rocosos del “Haza del Quejigo” y “Las Minillas” frente a nosotros como telón de fondo. No será raro encontrarnos con otros excursionistas en la mítica poza central, que hayan optado por la tradicional ruta lineal y con uno o varios grupos de barranquista, que pasan por allí, recién realizado el imponente salto previo a la Poza central, que podemos ver a poco que remontamos ésta 20 m aguas arriba.

3ª parte: El Barranco de las Chorreras, la junta de ríos y el cañón del río Verde:
Una vez en la “Poza Central” la ruta se convierte en un parque temático del agua, con una sucesión de cascadas y pozas de aguas turquesas y cristalinas, que hace de este lugar un auténtico santuario para los amantes del barranquismo, del senderismo y la Naturaleza en general. A partir de aquí la diversión con los baños está asegurada. A la sensación de privilegio por tan paradisiaco lugar se unirá el éxtasis que nos producirá la espectacular belleza de los impresionantes desfiladeros que flanquean el barranco.

A partir de aquí, la ruta se puede plantear de dos maneras: por un lado la versión acuática que sería descenderlo por el mismo cauce del río propiamente dicho disfrutando de cada una de sus pozas y cascadas. Aunque hay que tener en cuenta que a penas completaremos un kilómetro aguas abajo de la Poza Central, porque llegaremos a un salto de mas de 8 m, donde se hace necesario un equipo de descenso. Viéndonos obligados a retroceder unos 20 m aguas arriba para enlazar con un un punto del sendero que saliendo de la orilla izquierda, nos llevará a la zona de los dos miradores, previos a la última poza grande, donde nos encontraremos con otro puente colgante, que aparece junto a estas líneas. La opción mas tradicional tomando como punto de referencia la Poza central, consiste en continuar  por el elaborado y entretenido sendero, donde no faltan escaleras con sus barandillas correspondientes en las zonas mas expuestas y un conjunto de puentes colgantes que le da a este recorrido un toque a lo Indiana Jones. Aunque por desgracia las lluvias torrenciales con las que fue castigada toda esta zona en septiembre de 2007, hace ya 4 años, destrozaron tres de los cinco puentes que tenía, Afortunadamente los dos mas emblemáticos que son el primero y el últimos, fueron los únicos que se salvaron. Senderistas anónimos y gente de buena fe, han improvisado algunos vados, para salvar los pasos mas delicados. El recorrido nos sorprenderá con un espectacular mirador cercano a una antigua era en la parte alta, así como el sistema de estalactitas que las mismas tobas calcáreas han creado en el lugar que conocemos como La Bóveda. Nada mas cruzar el vado donde al barranco de las Chorreras, se le une el del Nacimiento, en el lugar conocido como “Junta de los ríos” que ha quedado muy erosionado y estropeado tras la tremenda riada de septiembre de 2007, comenzamos a acompañar el recién nacido río Verde propiamente dicho que llevaremos a nuestra izquierda, mientras que nosotros completamos los dos últimos kilómetros de la ruta por una pista que pasa a través del impresionante Cañón del río Verde, formado por las paredes de los cerros del Charquito y las Majadillas a nuestra izquierda y las Grajillas a nuestra derecha. El final del cañón o desfiladero coincide con el paso por el popularmente conocido puente de hierro tras el cual llegaremos al emplazamiento de los vehículos que se dejaron por la mañana para ahorrarnos los 4,5 km de subida por la polvorienta pista de la Cooperativa de Cázulas, hasta salir de nuevo a la carretera de la cabra montés.

Crónica y fotografías: por Juan Ignacio Amador Tobaja (salvo la que estoy pegando el salto hecha por Juan Antonio Villalba).