lunes, septiembre 12, 2011

Ruta circular de las playas de Cantarriján, las Doncellas y El Cañuelo

Cómo llegar al punto de inicio de ruta:
Viniendo desde Málaga por la autovía N-340, una vez que hemos dejado atrás el viaducto del Chillar y túnel del Capistrano, tomamos como referencia la salida que nos anuncia Maro-Nerja, ¡ojo no hay que entrar en Nerja para nada!. Una vez en la antigua nacional tomamos dirección Almuñecar y unos 5-6 km mas allá de la localidad de Maro, llegamos a la explanada de aparcamiento donde comienza el carril de bajada hacia la playa del Cañuelo. ¡Si por casualidad!, llegamos al carril que nos anuncia playa naturista de cantarriján, tenemos que volver para atrás, dirección Maro, llegaremos a la explanada donmde se nos anuncia playa del Cañuelo.

Tiempo: Unas dos horas y media, a lo que hay que añadir las obligadas paradas en las calas.

Tipo de ruta: circular, aunque por su forma la podríamos calificar de triangular. Siendo la punta de arriba el aparcamiento de la parte superior del carril de acceso a la Playa del Cañuelo. El extremo inferior derecho la playa naturista de Cantarriján y el derecho la playa del Cañuelo, pasando antes por la paradisiaca calita de Las Doncellas.


Desnivel: 275 m

Distancia: Unos 4,7 km

Dificultad: media por las empinadas rampas y tramos de solana.

Altura máxima: Torre de Maro, ubicada a 232 msnm

Accesos: Antigua carretera nacional N-340

Fecha de realización: sábado 10 de septiembre de 2011

5 participantes: María, Nieves, Cristina, Rafamar, Eduardo, Valentín y un servidor. El resto, que en su mayoría venía acompañado de niños con buen criterio se quedaron disfrutando de la playa naturista de Cantarriján.

Bibliografía:
Apuntes de campo de rafa Flores.
Libro: Disfrutar caminando por los ríos y costas de Sierra Tejeda y Almijara (Editorial Argúval)

Observaciones:
Habiendo realizado previamente todo el grupo, una ruta por la Torre de Cerro Gordo que se alargó mas de lo previsto. Para ganarle tiempo al día, nos dirigimos directamente en los coches hasta La Playa naturista de Cantarriján, cuyo acceso no está restringido en septiembre y desde allí se decidiría quien se aventuraría a realizar la segunda ruta y quien no.
Tan sólo los que iban en mi coche: Valentín, mi hijo Nacho y su amigo Alex, realizamos el camino de 1,4 km de bajada andando desde la antigua N-340. Para ver si localizábamos el camino que supuestamente parte desde el aparcamiento de entrada al carril de la playa del Cañuelo y que obviamente, no encontramos hasta que la pista asfaltada por la que íbamos bajando (sin ningún ramal de sendero a la vista), se pone a la misma altura que el arroyo cantarriján, donde ya comenzaban a adivinarse restos de pintura roja y blanca (aunque nada tenga que ver con un G.R.). Reagrupándonos todos en la playa de Cantarriján, donde incluso los seis compañeros que realizaríamos mas tarde la segunda ruta, estuvimos mas de una hora entre baños y almuerzo.

A continuación, siguiendo principalmente las pautas del libro “Disfrutar caminando por los ríos y Costas de Sierra Tejeda y Almijara” pasamos a describir la ruta, desde su teórico inicio con nuestras impresiones desde el punto donde nos incorporamos a la misma.

1ª parte: del aparcamiento de acceso al carril de la playa del Cañuelo (junto a la antigua N-340) hasta la playa naturista de Cantarriján:

Nos encontramos en el aparcamiento de acceso al carril por el que se baja hasta la playa del Cañuelo. 155 m, (0 km, 0h 00m). Bajamos al carrilillo que hay en el bancal al este del aparcamiento, (mirando el mar, a la izquierda) que nos acerca al pinar de pino carrasco que se encuentra en lacara norte del cerro Caleta, que describe una curva de 180º al noreste, a través de una incipiente senda que sale a la derecha. El sotobosque está poblado de vegetación variadísima que aprovecha la frescura del pinar. La senda primero va casi llana y luego desciende decididamente (125 m, 0,3 km) pasando cerca de una calera muy bien conservada que queda a la izquierda y llegando poco después a los cañaverales que delatan el cauce del arroyo Cantarriján (70 m, 0,5 km) que suele estar seco en verano, mientras tanto los tajos del Cerro Caleta, asoman de vez en cuando por entre los pinos a nuestra derecha. 
Continuamos paralelos al arroyo hasta que la sendilla nos introduce en el arroyo (50 m, 0,6 km): las cañas y las zarzas dificultan el paso, pero es un trecho muy corto porque enseguida (45 m, 0,75 km) aparece un carrilillo que va a salir al que baja de la carretera a Cantarriján. Pudiendo bajar por éste carril mas asequible, o bien continuar a través del mismo cauce del arroyo, que en los últimos 300 m discurre junto a la pista asfaltada que nos lleva al aparcamiento de la playa de Cantarriján. Nuestro consejo es realizar el último tramo hasta llegar a la playa, a través del arroyo ya que unos 400 m antes de llegar a la playa, se encuentra el sendero que marcado con pintura roja y blanca (y mas adelante con puntos azules), comienza a remontar la ladera del cerro caleta por su cara sur llevándonos hacia la torre caleta y posteriormente la cala de Las Doncellas y playa del Cañuelo. 
Una vez que lo hemos localizado, lo marcamos en el GPS o simplemente lo grabamos en nuestra memoria  y seguimos por el cauce del arroyo hacia la playa. Un pino de grandes dimensiones, caído sobre el cauce, bajo el cual pasamos sin necesidad de agacharnos. Nos indicará que estamos a menos de 100 m del aparcamiento y el chiringuito “La barraca” de la playa de Cantarriján.

Curiosamente, el arroyo Cantarriján, que además le nombre a la playa, hace de improvisada línea interprovincial, correspondiendo a la provincia de Granada la vertiente este y esta playa propiamente dicha, a Málaga el margen oeste, por donde ya discurre el resto de la ruta. Un saliente rocoso separa a la playa en dos partes, la que estamos y la del otro lado del saliente que suelen utilizar los nudistas. En los paredones del saliente medra el curioso romero blanco. Pero tal y como pudimos comprobar, había gente haciendo nudismo por todas partes intercalados con gente que llevaban sus trajes de baño. Todo con una naturalidad magnífica, incluso dentro del chiringuito, donde mas de un cliente entraba con el “salchichón” colgando, mientras alguna que otra señora poco acostumbrada a esa contagiosa naturalidad, se atragantaba con la cervecita fresquita, al tiempo que se preguntaba si aquello era “pulpo o calamar”.

Si bien, parte del grupo, entraba en el chiringuito en busca de una cerveza fresquita, un platito de paella o jibia a la plancha entre otras especialidades. La mayoría formamos un pequeño campamento, sombrilla en ristre, llevando a cabo un improvisado encuentro gastronómico, con tapperwear cargados de platos ingeniosamente condimentados, a cual mas rico. Y entre deliciosas viandas, las curiosas vistas que teníamos alrededor y las cristalinas aguas en las que nos dimos un prolongado baño, con las gafas, tubos y aletas que se llevaron varios compañeros entre los que sorprendieron Mónica con un sofisticado equipo, casi tan profesional como el de Fernando. Por no hablar de la super cámara acuática qque se compró Eduardo el año pasado, tras su último viaje a Japón, gracias a la cual pudimos hacer algunas fotos increíbles de los abundantes bancos de peces que se pueden casi tocar con las manos, tal y como podemos apreciar incluso con unas sencillas gafas de natación.

2ª parte: de la playa naturista de Cantarriján hasta la playa del Cañuelo:
Después de disfrutar la playa nos despedimos de la mayor parte del grupo, que al venir acompañados por un gran número de niños, decidieron con muy criterio, seguir disfrutando del privilegiado enclave y las cristalinas aguas de esta playa que te ceduce por su belleza y de la que tanta pereza te da marcharte.

Tal y como dejamos atrás la playa, regresamos sobre nuestros pasos por el mismo cauce del arroyo Cantarriján, hasta el ramal de sendero, que señalizado con pintura roja y blanca, nos indica el lugar desde donde iniciamos la ascensión por la cara sur del cerro Caleta, alrededor del cual, pivota toda la ruta. El ramal de senda se encuentra a unos 25msnm, 2,2 km. Se trata de una cómoda ascensión entre pinos, coronillas de fraile y launaeas o rascamoños hasta llevarnos al collado de Cerro Caleta (110 m, 2,5 km) con hermosas vistas sobre la playa de Cantarriján y hacia Cerro Gordo a nuestra espaalda.

Superado el collado, la senda comienza a descender suavemente en dirección predominantemente oeste, atravesando una pequeña llanura la llanurita, con los imponentes tajos de la cara sur del cerro Caleta a nuestra derecha, que poco a poco van a ir quedando cada vez mas atrás, hasta que encontramos el ramal de sendero que sale a la izquierda, y que en apenas 200 m nos lleva al pie de la torre Caleta, pasando al filo de una enorme Cárcava. 50 m, 3,0 km, 1h 10m. 
Ni que decir tiene que las vistas sobre la línea de acantilados que van desde la playa de Cantarriján, hasta la colosal mole de cerro Gordo, por donde había discurrido nuestra primera ruta, son impresionantes. 

Así como igualmente seductora resulta la vista sobre la cercana calita de Las Doncellas, que vista desde la torre, queda justo a nuestra derecha, oeste, y que será nuestro siguiente hito del camino.

Una vez decidimos abandonar torre caleta, regresamos sobre nuestros pasos hasta retomar el sendero principal en dirección oeste, vadeamos el erosionado cauce del arroyo que baja hasta la calita y continuamos por el sendero que durante un corto trecho discurre junto al filo del erosionado cauce del margen derecho, por donde podríamos llegar hasta la calita de Las Doncellas, pero cada año, el camino está mas deteriorado y mas perdido con fuertes pendientes y un poco fiable suelo de arenisca, que invita a mantenernos en el sendero principal, de manera que vamos caminando en paralelo a la calita que tenemos a la izquierda, que presidida por la estampa de torre Caleta nos muestra la imagen de postal que escogieron en su día para la portada del libro “Disfrutar caminando por los ríos y costas de las sierras Tejeda y Almijara” hasta que llegamos a un collado desde donde ya podemos ver parte de la cercana playa del Cañuelo, de frente, dirección oeste. 

Siendo nuestra sugerencia, la de girar a la izquierda, dirección sur, hasta llegar a las ruinas de una antigua casa de carabineros que podemos rodear por ambos lados, unos metros mas adelante, caminando sobre la lengua de tierra que forma el pequeño peñón del Fraile, podemos descender de forma escalonada por una zona acantilada que con un mínimo de precaución no tiene mayores dificultades, tratándose de un sencillo destrepe, que merece la pena realizar pues la calita de las Doncellas está muy poco frecuentada y con sus cristalinas aguas y esa sensación de soledad, nos hace sentir seres verdaderamente privilegiados.


3ª parte: De la cala de las Doncellas o desde la playa del Cañuelo hasta el aparcamiento superior del carril dfe acceso.
La cala de las Doncellas (3,4 km) es uno de los principales atractivos del recorrido por su soledad, sus transparentes aguas, su tamaño ideal, su islita en el centro, sus pececillos...una auténtica delicia, donde debería estar prohibido mirar el reloj. Tras nuestro efímero paso por esta auténtica morada de los Dioses, abandonamos la calita, regresando sobre nuestros paasos, remontando el pequeño acantilado de la cara este del Peñón del Fraile (30 m, 3,5 km) por donde regresamos al mencionado collado del sendero principal donde tenemos dos opciones. O bien continuar de frente, en dirección oeste, descendiendo de forma suave hasta llegar a la ya cercana playa de los Cañuelos (0 m, 3,8 km), de mayor tamaño y normalmente mas concurrida que la de Cantarriján. 
O bien tomar el ramal de sendero que primero zig-zaguea ladera arriba, pero poco después nos remonta la ladera de manera bastante rectilínea, pasando junto a dos antiguas cortijadas, hasta enlazar con la parte alta del polvoriento carril por el que suben y bajan los coches hasta la playa del Cañuelo  y que precisamente conviene recorrer lo antes posible, por fortuna, tan sólo es un tramo de poco mas de 300 m, hasta que por fin llegamos a situarnos al pie de la antigua N-340, regresando así al inicio de ruta y completando de esta forma esta preciosa ruta, corta en distancia, pero rica en empinados desniveles con su entretenido perfil tipo montaña rusa y absolutamente grandiosa en cuanto al espectáculo paisajístico.

domingo, septiembre 11, 2011

Ruta: Torre de Cerro Gordo

Cómo llegar al punto de encuentro:

Viniendo desde Málaga por la autovía N-340, tenemos dos opciones, pasamos de largo las dos salidas de Nerja, hasta llegar a La Herradura y tomamos la antigua N-340, en dirección Nerja, llegando en unos minutos hasta el Mirador de cerro Gordo. O bien, una vez que hemos dejado atrás el viaducto del Chillar y túnel del Capistrano, tomamos como referencia la salida que nos anuncia Maro-Nerja, ¡ojo no hay que entrar en Nerja para nada!. Una vez en la antigua nacional tomamos dirección Almuñecar, dejando atrás la pequeña localidad costera de Maro, continuando siempre dirección Almuñecar, pasaremos junto a la explanada del aparcamiento que sirve tanto para bajar a las playas del Cañuelo, como Cantarriján. Pero nosotros seguiremos dirección Almuñecar, hasta adentrarnos un poquito en esta provincia y llegar al Mirador de Cerro Gordo junto al restaurante del mismo nombre, donde podemos estacionar los vehículos siendo este nuestro punto de inicio y final de la primera ruta. Basta decir, que las vistas que se obtienen a ambos lados del aparcamiento son tan espectaculares, que mientras terminaban de llegar los últimos participantes, mas de un compañero dijo aquello de: "Sólo por lo que estamos viendo desde aquí ya ha merecido la pena llegar".

Viniendo desde la zona de Almuñecar: Justo antes de llegar al túnel de Cerro Gordo, hay que tomar el desvío en el km 305 para adentrarnos en la antigua carretera nacional, que discurre en todo momento mas cerca de la costa, hasta llegar al Mirador de Cerro Gordo (km 304).

Tiempo: hay dos versiones circulares, la corta lleva una hora, la mas larga que amplia el círculo acercándonos mas a la línea de costa y al nivel del agua, ampliando también el desnivel de subida para regresar al punto de inicio, dura unas dos horas.

Desnivel: 275 m

Distancia: versión corta, menos de 2 km, versión larga, unos 4 km.

Dificultad: versión corta: baja. Versión mas larga: media, ya que a pesar de que sigue siendo una diostancia relativamente corta, algunas rampas de ascensión son duras y las bajadas se hacen por senderos con mucha piedrecilla suelta.

Altura máxima: Torre de Cerro Gordo, ubicada a 232 msnm

Accesos: Antigua carretera nacional N-340

Fecha de realización: sábado 10 de septiembre de 2011

37 participantes: Incluyendo varios amigos de Ronda como: Rafa Márquez "El Aristóteles de la Senda", María Ortiz y Salvadora. Desde Sevilla vino nuestro amigo Paco y su hija que debutaba en ruta familiar con nosotros. Rosa y Rusik. Héctor y Mª Luisa junto con Ángela, Elisa y la RR.PP. de la familia Nandi. Los Duques de Juanar: Fernando y Ana con Dani, magnífico Padawyn de la orden jedi. El incombustible Valentín, Eduardo "El Profe", nacho "El Diablo de Timanfaya", su amigo "Alex", Rafa, Mª José, Pedro, Isabel, manolo, mateo, Mónica, Jose Luis "Super Tivolino", Paco batista, carmen, Cristina y un montón de niños que aquel día salían de toads partes, hasta completar con un servidor un total de 37 homo sendericus.

Bibliografía: Apuntes de campos de Rafa Flores "El Maestro Gandalf de la Serranía.

Encontrándonos en la pequeña explanada que hace las veces de parking frente al restaurante Mirador de cerro Gordo, caminamos unos metros por la carretera hacia el norte donde nos encontramos con dos paneles informativos. Uno sobre el pequeño tramo de sendero, que en a penas 300 m nos lleva hasta la Torre de Maro y otro mas esquemático y rudimentario que nos muestra la ruta circular que nos disponíamos a realizar, iniciando el recorrido hacia La Torre de Maro.

Al poco de iniciar este primer paseo sale a nuestra izquierda la vereda por la que regresaríamos completando esta primera ruta circular, sin embargo, mejor hubiera sido comenzar la ruta en este sentido para evitar ampliar el recorrido de forma involuntaria como nos ocurriría mas tarde. Pero tal y como teníamos previsto continuamos de frente, ascendiendo pequeños tramos de fuerte pendiente, pero por un sendero perfectamente señalizado que sin ningún margen de error y tras 325 m recorridos desde el inicio, nos llevaría hasta la espectacular atalaya donde se encuentra ubicada la torre de Maro, que se encuentra situada sobre el acantilado mas alto de todos los que se extienden en este precioso paraje natural que se extiende desde Maro hasta la Herradura. Su estampa es una de las imágenes mas emblemáticas del paraje y a sus pies nos hicimos la foto de familia.

Se trata de una de las cinco torres almenaras incluida en los límites del Paraje Natural junto con las que podemos ver hacia poniente que por orden de proximidad hacia nosotros son: Torre Caleta, del Pino, del río de la Miel y la de Maroa las de Maro. Todas fueron construidas entre los siglos XV y XVI, con la misión de vigilar la incursión de los piratas berberiscos que sistemáticamente asolaban las poblaciones costeras. Desde este mirador natural descubrimos al oeste los acantilados que se suceden hasta Torre Caleta, por donde va a discurrir nuestra segunda ruta.

Aquí acaba el sendero de uso público y si vamos con prisas, podemos regresar de vuelta a los coches, con la tranquilidad de haber estado en uno de los lugares mas emblemáticos y sin duda alguna en el punto mas alto del paraje, con vistas espectaculres del mismo hacia poniente y de la cercana playa de la Herradurua hacia levante, que recibe su nombre por la forma semicircular de su bahía con dos espolones de tierra muy destacados que penetran en el mar a sus extremos como son La Punta de la Mona, tras la que se oculta el puerto Deportivo de marina del Este y la localidad de Almuñecar, en cuyo termino municipal ya nos encontramos y cerro Gordo, propiamente dicho. A pesar de la altura a la que nos encontramos, llega hasta nosotros la pureza de sus aguas y sus cristalinas aguas que según el estado de la mar, nos permiten ver incluso el fondo marino en las pequeñas calitas que rodean al cerro entre grandes roquedos desprendidos del mismo.

No obstante, tal y como finalizamos la sesión de fotos y acorde con el plan previsto, rodeamos la base de la torre por la derecha y empezamos a descender por un sendero, bien marcado, que poco a poco se va separando de unas barandas de madera que durante un tramo han instalado en el mismo cordal del cerro. Invitando a los visitantes a no sobrepasar sus límites para no acercarse al filo de los impresionantes tajos, que ahora tenemos a tan solo unos cuantos metros a nuestra derecha (oeste). A pesar de la piedrecilla suelta, con un poco de precaución y los bastones, el sendero es perfectamente transitable, si bien es cierto, que conviene estar atentos, porque en algunos de los muchos zig-zags que tiene en bajada, salen ramales secundarios, que vienen a morir a los pocos metros. 
Tal y como nos habían recomendado, en cabeza de grupo íbamos comprobando unas viejas manchas de pintura roja, que nos confirmaban ir en el buen camino. Con vistas ya hacia levante, es decir, hacia la playa de La Herradura, de nuevo nos aproximamos al borde de otro acantilado bajo el cual quedaba la cueva de La Paloma, el sendero seguía bien marcado, pero, a pesar de estar muy atrentos en todo momento, a un posible ramal que debería haber salido a la izquierda, para empezar a cerrar y reducir el círculo, 
seguíamos descendiendo y descendiendo y por lo tanto acercándonos cada vez mas al nivel del agua. Lo cual no debería ser motivo de preocupación, pero en este caso si lo era porque todo lo que descendiéramos después habría que subirlo y aquel día venían muchísimos niños y la mitad con menos de 8 años, si bien es cierto, que todos aguantaron la posterior ascensión como auténticos espartanos.

Siguiendo las indicaciones que llevábamos caminamos dirección norte, cerca del borde de los acantilados, pero no llegamos a encontrar el ramal del sendero  que debería salir hacia la izquierda, oeste, remontando la margen derecha de un barranco, por el que hubiéramos llegado al mirador de Cerro Gordo. Sino que vinimos a salir a un carril cercano a la playa de La Calaiza, desde donde accedimos a la parte de debajo de la urbanización que se encuentra justo al este de cerro Gordo, por cuyas calles fuimos zig-zagueando para remontar altura, hasta llegar a una curva, desde donde accedimos al sendero, que habíamos visto a la izquierda, al inicio de la ruta. Llegando en unos minutos a los coches, tras una corta, pero dura ascensión.

La parte positiva fue que casualmente descubrimos una interesante ruta de unos 4 km con vistas espectaculares sobre la playa de la Herradura y las sierras de Cázulas y Contraviesa.