martes, diciembre 06, 2011

De Ronda a Júzcar por la sierra del Oreganal


Hora y punto de encuentro:  8:45 en la plaza del barrio de San Francisco en Ronda. Frente a las murallas, en la parte antigua de la ciudad. 
Resumen del Itinerario: Ronda-Canalizo-Llanos de la Moraleja-Puerto de Cartajima por el PR. A-221 que abandonamos al dejar atrás la Cancha Almola, para desviarnos hacia cerro Redondo, que dejamos a la derecha, desde donde nos dirigimos hacia los  Riscos de Júzcar y Cartajima, enlazando con el sendero de Las Heras a la altura del “Águila”, abandonando el paraje de los Riscos para llegar hasta Júzcar por la pista del antiguo camino de Ronda.
Distancia: 18 km
Ascenso acumulado aprox.: 800 m
Descenso acumulado aprox: 670 m
Nivel de dificultad: Alto: Por el agreste terreno del tramo de Los Riscos y sus alrededores, ya que las veredas están perdidas y caminar entre canchal durante varios kilómetros se hace muy incómodo.
Fecha de realización: sábado 3 de diciembre 2011
50 Participantes: Rafael Márquez, Fernando Ruiz , Jose Mª Ruiz, Salvador Moreno, Juan Antonio Mena , José Antonio Montenegro , Vicky Beltrán, Eduardo Campos González, Paco Aguado,  Ilse Bullerdieck, Maria Ortega, Herminia Carballo, Juan Ignacio Amador, Valentín García Vioque, Miguel Becerra, Guillermina Montañez, Paco Jaime, Carmen Pérez Hidalgo, Salvador Aguilar, Mª Carmen, Paco Leal, Aurora, Mariola Ceballos, Guillermo Fernández, Nieves Lobato, Pedro Aguayo, Eduardo Campos, Teresa González Mateos, Celia Barreira, Salvadora García, Agustín Flores, Mª José Díaz García, Ana Morales, Juan José Perales, Juan Luis de la Rosa, Paco Anaya
Rafael Flores, Salvador Sánchez, Mª del Mar Díaz, Manuel Cecilla, Rafa Ríos, María Corrales, Juan Manuel Vallecillo, Auxi Tenorio, Mª Paz Tenorio, Vicente Racero, Josefa López y Salvador Arias.
 
Coordinadores de ruta: Rafael Márquez y Fernando Ruiz, experimentados maestros del Comité de sabios de Pasos Largos, especializados en el arte de caminar por las montañas de la Serranía de Ronda a los que felicitamos por su buen hacer y que nos deleitaron con esas pinceladas de sabiduría que de vez en cuando nos regala el “Aristóteles de la Senda” mostrándonos los secretos de las pequeñas maravillas del camino y Don Fernando el Diácono con sus fantásticas homilías a caballo entre lo espiritual y lo humorístico, pero sobre todo con esa gran humanidad y el tono afable y sencillo que le caracteriza con el que volvió a deleitarnos en una de las paradas de la ruta y al final de la misma, junto al alcalde de Júzcar.
Breve descripción de la ruta:
A la hora señalada nos dimos citas en la rondeña plaza de San Francisco, frente a la shistóricas murallas de la puerta sur, donde nuestros anfitriones Rafamar “El Aristóteles de la Senda” y Don Fernando “El Diácono” nos van dando a todos la bienvenida, mientras nos reparten el mapa con la ficha descriptiva de la ruta anunciada como: “V peregrinación Ronda-Júzcar” y unas camiseta para cada participante, que como no podía ser de otra manera es azul pitufo, para llegar a Júzcar en armonía con el entorno de sus casas pintadas de azul.
Tras la foto de familia se da el pistoletazo de salida, abandonando la emblemática plaza, cuya  arboleda nos regala una bonita postal de otoño, bajo un radiante cielo azul que nos acompañaría hasta el mediodía. Primero por la calle Benarrabá y después por la calle de San Acacio, vamos dejando atrás la ciudad soñada por la pista que en dirección sur nos lleva hacia el Canalizo (no confundir con el tajo que nos encontramos en la ascensión de Quejigales a Enamorados en la Sierra de las Nieves). Pasamos junto a la baliza que nos marca “4 horas” de Ronda a Cartajima por el PR.A-221, 
que es nuestro camino a seguir hasta bien avanzada la ruta. De momento la pista discurre dócil y prácticamente llanaa, entre campos de cereal a nuestra izquierda y amplias casas con piscina, la mayoría de ellas a nuestra derecha. No tardamos en pasar junto a una antigua fuente, actualmente seca, cuyo nombre no recuerdo y a escasa distancia a la izquierda del camino “El Aristóteles de la Senda” se detiene para explicarnos el funcionamiento de un artilugio de hierro, que resultó ser lo que queda de una antigua noria, cuyo pozo de agua, prácticamente cerrado para evitar accidentes, aún sigue estando justo debajo.
Pasamos bajo la carretera A-369, poco a poco comenzamos a ganar altura, de momento de forma suave, mientras atrás van quedando la últimas casas y empezamos a adentrarnos en paisaje de ese paisaje de dehesa tan típicamente andaluz donde predomina la encina, sin que falten las fincas donde los cerdos se alimentan plácidamente de bellotas y viven como reyes, sin sospechar lo que les espera y el por qué de tan ricos alimentos a gogó.  
Al igual que los de pavos que seduciendo a una hembra compiten en coquetería a pocos metros del sendero. Al noroeste ya vemos el hacho de Montejaque, Lagarín Las Grajas, cerro Malhaver, las cumbres del Endrinal y la sierra del Pinar parcialmente cubiertas por un primer frente de nubes que se acerca por el oeste. 
Al norte, es decir, a nuestra espaldaa la ciudad de Ronda asentada sobre su meseta. Por el noreste ya empieza a aparecer el Cancho de la Pepa, que es el centinela del puerto del Viento en la carretera que va de Ronda al Burgo, por el este ya comenzamos a ver contemplar el perfil de la sierra de las Nieves y frente a nosotros, en dirección sur, el colosal Cancha Almola, que parece cerrarnos el paso.
Llegando al final de esta dehesa conocida como “El Canalizo” hacemos un alto cerca de un pilar alimentado por un manantial muy próximo. Tras remontar una pedregosa ladera, siguiendo las pinturas y balizas del PR. A-221, enlazamos con una pista que en este tramo del camino se mantenía paralela a nuestra derecha, sirviéndonos ahora de ella para adentrarnos en el bellísimo paraje de “Los Llanos de la Moraleja”,
una especia de antesala de ese gran museo geológico al aire libre que es la sierra del Oreganal, cuyas formaciones kárstikas no le tienen nada que envidiar al mismísimo “Torcal de Antequera” como podemos empezar a comprobar, nada mas adentrarnos en este llano, que recorremos cámara en mano recreándonos en la belleza de sus esculturas, cada roca desafía nuestra imaginación con formaciones imitativas a cual mas curiosa, que van cambiando de forma conforme giramos a su alrededor.
Conforme seguimos avanzando las laderas occidentales de sierra Carrasco muestran su cara mas agreste con un espectacular lapiaz difícilmente transitable, que se extiende en dirección sur, prolongándose el paisaje lunar en el que poco a poco nos vamos adentrando hacia el mítico paraje de los Riscos de Júzcar y Cartajima. Huellas de 4x4 han dejado su estela de barro a lo largo del carril por el que vamos caminando procurando pisar la hierba por el centro o por los lados en cada momento. Frente a nosotros ya tenemos la mole del Cancha Almola con su cara norte frente a nosotros, cual imponente catedral geológica, una montaña mágica donde las haya tan agreste como bella y hechicera.
Tal y como nos íbamos acercando al puerto de Cartajima, girando sobre nuestros pasos volvíamos a recuperar las vistas sobre la ciudad soñada, por encima de las primeras líneas de lapiaces que ya íbamos dejando atrás, mientras que a nuestra izquierda, la loma se suavizaba hasta llegar a los pies de los tajos que flanquean la cara oeste del Cancha Almola, cuya cumbre parecía muy cercana.
Superado ya el puerto iniciábamos el descenso con vistas al Alto Genal por encima del piramidal cerro Malhacer, mientras que a nuestra izquierda pudimos contemplar parte de la cueva del Moro, a través de la cual realizamos el descenso de la Cancha, en aquella inolvidable ascensión que realizamos a su cumbre en diciembre de 2008, que podéis ver en el siguiente enlace:
Según cuenta la leyenda del “Moro del Al-Mola” (“gran casco” en árabe): éste personaje vivía en una de sus cuevas. El moro conocía al dedillo dicho monte, pues de hecho en el vivía, cazaba y pastaban sus ovejas. Luego vendía su cacería y su lana por Ronda, Cartajima o Parauta. Tenía este moro dos novias una en Cartajima y otra en Parauta y era tal el conocimiento del monte que gozaba, que según con qué novia se peleara, le cortaba el agua a la población donde anidara la joven. Así que a veces los dos pueblos disponían de agua, otras sólo Cartajima y otras solo Parauta. El día en que murió el moro despeñado por unas rocas, el agua solo estaba abierta para el arroyo de Parauta, razón por la cual según cuenta la leyenda por eso llega en la actualidad tan poco agua del Almola a Cartajima.
Digno de mención son los magníficos ejemplares de “cojines de monja” (erinacea anthyllis), típico matorral espinoso y almohadillado de color verde oscuro que suele tapizar planicies y laderas situadas entre los 1.200 y los 2.500 m. Todo un clásico de la flora de alta montaña, que de paso  certificaba nuestro paso por el punto mas alto del recorrido, a partir del cual el perfil del mismo sería predominantemente descente, pero no exento de alguna pendiente prolongada y terreno cada vez mas pedregoso. Con vistas hacia Cartajima y al cortijo del Cura a los pies del cerro Malhacer, fuimos descendiendo hasta las cercanías de las ruinas de un cortijo, donde nuestro anfitrión Don Fernando “El Diácono” nos deleitó con una de sus famosas homilías y posterior degustación de queso de la tierra y varias botellas de vino que generosamente trajeron varios compañeros. 
Poco antes habíamos abandonado ya el dócil camino del PR. A-221 Ronda-Cartajima y
aunque aún transitábamos por antiguos caminos relativamente fáciles de seguir poco a poco se iban transformando en pedregosos senderos al mismo tiempo que el cielo azul bajo el que íbamos caminando, comenzaba a cubrirse de un gris plomizo casi sin darnos cuenta. Y así el idílico laberinto pétreo de la sierra del Oreganal, parecía transformarse de repente en un paisaje tipo Mordor, donde peter Jackson hubiera encontrado los exteriores perfectos para rodar muchas escenas del “Señor de Los Anillos”. El queso curado y el vino tinto y moscatel que muchos degustaron tras la homilía de Don Fernando, comenzaba a hacer efecto en las resecas gargantas de algunos, mientras el grupo, muy estirado iba remontando algún que otro repecho o faldeando las cañadas que se cruzaban en nuestra trayectoria.
En una de las pausas de reagrupamiento que se fueron realizando a lo largo de la jornada, nos quedamos aparentemente cerca de un cerro que con su redondeado perfil, invitaba a hacer cumbre para disfrutar de una panorámica en altura, 360º a nuestro alrededor. El Doctor House, fichaje estrella del mercado invernal en la temporada 2010/11 y un servidor, nos leímos el pensamiento con tan sólo una mirada y antes de darnos cuenta ya íbamos camino de la cumbre, que a partir de la mitad parecía estar cada vez mas lejana y empinada, con la tranquilidad de que aún no se veían venir a los últimos compañeros en el punto de reunión, que por su posición tal vez podría ser la Cancha del Risquillo. El caso es que extasiados por la belleza que nos rodeaba, fotos por aquí y fotos por allá, cuando nos dimos cuenta el grupo ya se había puesto en marcha e iniciamos el descenso tan rápido como me lo permitieron mis rodillas, mientras el “Doctor House” hacía las veces de gregario de auténtico lujo, para llevar a cabo lo que se había convertido ya en una persecución del grupo. Con la referencia de las siluetas de los compañeros que iban en cola de grupo y la inconfundible voz de Herminia con su tono potente, terminando de rebasar cada collado que nos separaba de ellos, íbamos siguiendo el rastro con bastante certeza, pero los collados daban paso a dolinas y pequeñas cañadas cada vez mas angostas, repletas de rocas por todas partes y grandes retamas que nos obligaban a hacer pequeños rodeos cada pocos metros.

Mientras nuestros compañeros se adentraban en el mítico paraje de “Los Riscos”, viniendo a salir a la emblemática formación imitativa del “Águila”, continuando desde allí por el sendero de Las Heras, para enlazar mas tarde con el antiguo camino Ronda-Júzcar, siendo recibidos por el alcalde de esta localidad a las puertas de la misma. Yo estaba convencido de que teníamos que pasar por Cartajima, craso error, pues de ser así no habríamos abandonado el PR.A-221 y en caso de duda con una simple llamada, pues a pesar de lo accidentado del terreno hay cobertura en muchos puntos de esta sierra. Incluso el “Doctor House” me recordó que le había parecido escuchar “algo de el Águila” a poco que hubiera estado con la mente despierta, rápidamente me habría dado cuenta de que se referían a “Los Riscos” y hacia allí hubiéramos llegado sin mas dificultad que los peñascos del camino. Pero se me metió en la cabeza que pasaríamos por Cartajima y con esta población a la vista, avanzamos hacia la misma a través de un sendero de cabras entre riscos y angostos callejones cada vez mas agrestes y escarpados. 
De repente, empezó a sonar la melodía de misión imposible en el teléfono del móvil donde aparecía la imagen de “Don Fernando el Diácono” a quien le dimos nuestra ubicación, confirmándole que todo estaba ok y que si no enlazábamos con el grupo antes de llegar a Júzcar, nos veríamos allí directamente, pero sobre todo que no se preocuparan, que siguieran adelante según lo previsto.
Minutos mas tarde, el Doctor House y un servidor llegábamos al borde de uno de esos tajos que se antojan imposibles vistos desde la carretera que va de Cartajima a Júzcar, descartada ya la posibilidad de regresar sobre nuestros pasos para rectificar la trayectoria y enlazar con el grupo, fuimos descartando bajadas muy expuestas entre callejones y cornisas hasta encontrar un veredón escalonado tipo tajo Gómer, por donde llegamos hasta una cañada, que aunque repletas de piedras y grandes retamas nos parecía una autopista en comparación con las escarpadas paredes que habíamos dejado atrás, por donde el Doctor House hizo gala de su destreza y pericia en los terrenos mas agrestes, con esa flama inglesa y el humor irónico que le caracteriza, todo un gentelman de la montaña. El caso es que antes de darnos cuenta ya estábamos en un punto intermedio de la carretera que va de Cartajima a Júzcar, tan pronto como nos fue posible abandonamos el monótono asfalto, para enlazar con el antiguo camino de Ronda a Júzcar, casi sin darnos cuenta en cuestión de minutos ya estábamos en el “Torricheli” copita de mosto en ristre viendo el partido de dobles de la Copa Davis: España-Argentina. Momento en el que volvimos a llamar a Don Fernando, para confirmarle que ya estábamos en Júzcar, mientras él nos informaba de que en ese momento estaban siendo recibidos por el alcalde que le estaba regalando unas gorras blancas en el punto donde se encuentra el panel de aves mas frecuentes de esta zona de la serranía, es decir 1 km antes de llegar a Júzcar.
A penas media hora después llegó el esperado reencuentro con el grupo finalizando el paseo en la plaza de la iglesia, que al igual que el resto de casas permanece pintada de azul un año después que finalizarán de rodar las escenas que aparecen en la película de “Los Pitufos” y que a modo de curiosidad tanto ha incrementado el número de visitas a esta localidad, hasta el punto de establecer dos controles policiales cada fin de semana en ambas entradas del pueblo, para evitar un caos de vehículos en sus angostas calles. De hecho los 221 juzcareños que habitan actualmente lo que ahora denominan “el primer pueblo pitufo del Mundo”, pueden ver incrementada su población cada fin de semana con mas de mil personas venidas de distintas zonas de Málaga y provincias colindantes atraídas por tan curiosa postal como la que Júzcar nos ofrece en la actualidad. 
Al preguntarle al alcalde: “¿hasta cuándo el azul?”, nos contestó que precisamente en las próximas semanas habría una asamblea popular, porque lo que está claro es que en estos tiempos de crisis el importante crecimiento de visitas que está generando el hecho de seguir con las casas pintadas de azul, está suponiendo una importante fuente de ingresos para todos los establecimientos de la localidad, además de numerosos puestos de trabajo, aunque sea para disfrazarse de pitufo en el Mercapitufo como nuestro amigo, el juzcareño: Dani “El Duendecillo de los Riscos” que ha colaborado en varias ocasiones con pasos largos como perfecto conocedor de la zona.
Tras una segunda recepción del alcalde donde Pasos Largos le hizo entrega de una placa con motivo de esta “peregrinación: Ronda-Júzcar” y posterior visita al flamante nuevo centro micológico de Júzcar (único en su modalidad en todo el valle del Genal), nos desplazamos hasta el punto de recogida donde el autobús nos llevó de vuelta hasta la rondeña plaza de San Francisco, donde empezó tan inolvidable jornada de gran disfrute para los amantes de la montaña y paisajes agrestes de coleccionistas, pues no hay que olvidar que la sierra del Oreganal sigue siendo una gran desconocida para muchos amantes de la montaña y el senderismo en Málaga, no así para los que tuvimos la suerte de participar en esta preciosa ruta preparada con gran mimo y dedicación por nuestros magníficos anfitriones Rafamar “El Aristóteles de la Senda” y Don Fernando “El Diácono” a quien una vez mas felicitamos por tan fantástico trazado y por su buen hacer”.
He aquí la última homilía que nos dio nuestro anfitrión Don Fernando “El Diácono” a modo de colofón final de ruta, frente a la iglesia de Júzcar y ante el ilustrísimo señor alcalde: David Fernández Tirado
POEMA  A LA VIRGEN DE MOCLON
Asociación senderista Pasos Largos
 quinta peregrinación,
este año vamos a Júzcar
y por mas de una razón.

La primera es evidente,
es una peregrinación,
por lo tanto vamos a ver
a la Virgen de Moclón.

Virgen, que de Júzcar es patrona
su pueblo la venera
le reza y la procesiona.

Según cuenta la leyenda
en Moclón fue encontrada
y por un joven cabrero
a Júzcar fue trasladada.

Años mas tarde un incendio
que en la parroquia aconteció
la imagen fue destruida
y Júzcar se entristeció.

Mas una nueva imagen fue construida
pequeña, pero con un gran corazón,
que son las cenizas de la imagen
que encontraron en Moclón.

La segunda razón de esta ruta,
también es evidente,
estamos en territorio pitufo
lo sabe toda la gente.

Júzcar, bello pueblo del Genal,
de un intenso azul se ha vestido
pues de no sabemos donde
los pitufos han venido.

Por sus calles corretean,
juegan, ríen y se esconden,
muchos dicen que lo han visto
pero no saben por donde.

Pero atentos a los pitufos,
que son raudos y muy tunos,
seguro que cuando lleguemos
no encontramos a ninguno.

La ruta va terminando
y se plantea la cuestión
¿Quien  ha venido a ver a los Pitufos?
¿Quien a la Virgen de Moclón?

Pues después de todo el día
recorriendo este camino
hay que saber quien va te pitufo
y quien va de peregrino.

Pero dejémonos de historias
y zanjemos la cuestión
dándoles vivas a los pitufos
y a la Virgen de Moclón.

 ¡¡Vivan los Pitufos!!
 ¡¡Viva la Virgen de Moclón!!

2 comentarios :

  1. Dr. House7:16 p. m.

    Querido Comandante. En primer lugar debo agradecerte los generosos comentarios que me dedicas en tu crónica. A pesar de esa doble amarilla que casi me conducen a dos rutas de sanción, para mí fue una travesía mágica. Esos riscos majestuosos que dibujaban esculturas naturales de bellisima factura, esos parajes enigmáticos de una ruta que bien calificabas reiteradamente como inédita y "de coleccionista", es@s compañer@s maravillos@s de Pasos Largos que como cada vez nos hacen reir y disfrutar de su compañía y una organización perfectamente calculada y llevada a cabo; hicieron de la jornada de ese tercer día de diciembre un evento digno de largo recuerdo. Me vas a permitir que rompa una lanza en tu descargo, declarando que la "sonada reprimenda" que cargaste en tu mochila -aprovechando que ya habíamos dado cuenta de la tortilla de patatas de quintal que en ella portabas- pertenece indivisiblemente a ambos y que, como bien se refleja en tu crónica, hay ´cuantiosos matices que, como en el caso de la recolección micológica, podrían analizarse con detenimiento (comentario éste que espero no me cueste la tercera amarilla o, lo que sería peor, la roja directa). En cualquier caso, para mí fue un privilegio contar con una guía experimentada y amena como la tuya, que siempre aporta seguridad en la montaña, en el trayecto que hicimos como "escapados" por causas ajenas a nuestra voluntad. Presentaste en su momento disculpas a la organización sin entrar en más discusiones, lo que desde mi punto de vista engrandece aún más la gran labor que, al menos desde que formo parte de esta gran asociación que es Pasos Largos, hace usted con las rutas que coordina, incluyendo su preparación e información previas y sus detalladas crónicas posteriores que, como queda patente en la presente, hacen que las travesías se recuerden con más añoranza aún de lo maravillosas que son en sí mismas; sin olvidar el derroche de ingenio y generosidad de que siempre hace gala ante quienes tenemos el placer de acompañarle, COMANDANTE.

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  2. Estimado Doctor House:
    Ante su generoso comentario en contenido y continente, solo me queda agradecerle una vez mas sus generosas. Todavía no hace un año que nos conocemos en persona (pues sepa usted que como ídolo televisivo de mi mujer lo conozco ya desde hace año através de su famosa serie) y ya lo considero un gran amigo y magnífico compañero de aventura con una enorme clase como persona y como montañero, que ya quisiera yo para mí tener la mitad de ese motor "Red bull" que en poco tiempo lo ha convertido en un senderista de leyenda, porque además de eso y sobre todo es usted una GRAN PERSONA.
    Reciba un fuerte abrazo.
    El Comandante.

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