lunes, febrero 06, 2012

VI Travesía SIERRAS LITORALES: Los Reales de Sierra Bermeja

Como llegar al puerto de Peñas Blancas (punto de encuentro): el puerto de Peñas Blancas (990 m) es el punto mas alto de la carretera MA 8301 que une la localidad de Estepona con el Valle del Genal, concretamente las localidades de Jubrique y Genalguacil, por donde pueden llegar quienes vengan de Ronda y otras zonas del interior, si bien sus interminables curvas hacen mas duro el trayecto en coche que la ruta a pi
Sin embargo, si venimos de la costa al no existir (incomprensiblemente) un acceso directo desde la autovía N-340), hay que entrar en Estepona por la entrada que se encuentra a la altura del palacio de Congresos, pasando junto al carrefour, tocamos y paseo marítimo, donde tomamos a la derecha adentrándonos en el casco urbano por una calle que va subiendo suavemente y al llegar a un MERCADONA que hace esquina, giraremos a la derecha, quedando el supermercado a nuestro costado izquierdo y subiendo ya de forma mas pronunciada por esa calle que nos pone de espaldas al mar y mirando ya a la sierra, pasando en unos instantes por unos puentes que pasan por encima de la A-7 y la N-340 encontrándonos ya en la carretera paisajística MA-8301: Estepona-Jubrique-Genalguacil.
Logística para dejar coches en el final e inicio de ruta:
Si venimos en pocos coches, lo suyo es que desde Peñas Blancas tomemos la carretera paisajística que sale a la izquierda, es decir: ni la que sube al refugio, ni la que continúa hacia Jubrique-genalguacil, sino una carretera tipo “Jeeper Screepers” que se adentra por la vertiente norte de Sierra Bermeja y que en un par de kilómetros pasa junto al inicio de un carril habitualmente cortado el paso con cadenas. Ahí se pueden dejar dos o tres coches sin problemas porque ése es el final de ruta propiamente dicho y desde allí regresaremos con el resto de vehículos hasta el puerto de Peñas Blancas desde donde descenderemos hacia Estepona, pasado el km 6 de dicha carretera, cerca ya de las líneas de alta tensión que la cruzan, y después de una curva muy cerrada a la izquierda, en el margen izquierdo de la carretera (tal y como vamos bajando hacia Estepona), nos encontramos una explanada para dejar los vehículos. Desde donde iniciaremos la caminata ascendiendo los últimos 100 m de carretera por los que hemos venido, para adentrarnos por una pista que nos lleva a unas cabrerizas cercanas (326 m).
Otra opción sería iniciar la ruta desde el cementerio de Estepona, teórico inicio del PR. A-164 Estepona-Los Reales la denominada ruta de Los Cables, que hubiera sido la versión completa de nuestra ascensión suponiendo 4 km mas de recorrido y unos 200 m mas de desnivel.
Lugar y hora de encuentro: A las 9.00 (ya desayunados) en el puerto de Peñas Blancas (990 m). 
Recorrido aprox: 15 Km.
Dificultad: Alta.
Principales escollos:
Encontrar el acceso a la carretera MA8301, una vez que entras en Estepona (mejor salir con tiempo de sobra)
Terreno muy accidentado debido a la abundancia de bloques de peridotitas y piedras sueltas en algunos tramos del recorrido. El sendero se pierde con facilidad en algunos puntos ya que suele ser poco transitado, no obstante las torreteas siempre serán nuestra mejor referencia y de hecho solemos encontrarnos pintura amarilla y blanca en cada una de ellas y rocas intermedias.
 Ascenso acumulado: 1.100 m
Altura mínima (punto de partida):  Las Cabrerizas (326 m)
Altura máxima: 1.452 m vértice geogédico Reales de Sierra Bermeja
Altura mínima: inicio/final de pista anunciada como ruta de los pinsapos 900 m (lugar recomendado para dejar los coches si venimos con pocos vehículos).
Tipo de ruta: Travesía 
Tipo de terreno: sendero muy pedregoso, a veces casi desaparecido por la abundancia de aulagas, jaras, palmitos y otros matorrales, toda la ascensión es por la ladera de la solana, al contrario que el descenso por la umbría de los pinos y pinsapos.
Mapas del IGN: Estepona 1.072-I, casares 1.071-II y Gaucín 1.064-IV
Fecha de realización y meteorología: sábado 4 de febrero 2012, anunciado como día mas frío del año debido a una ola de frío siberiano que causó el caos en gran parte de Europa durante aquel fin de semana. Al llegar al puerto de peñas Blancas a las 9.00 am hacía -1ºC, mientras mas de uno estaba plantando un pino casi se le congelan los huevos. Durante la ascensión a pesar de ser por la solana hubo momentos de mucho frío, algunos/as hicieron la ascensión con todo lo que llevaban de abrigo. Durante el tiempo del almuerzo alrededor del refugio a penas se podá parar mas de 10 minutos aunque se estuviera al sol, sin embargo, curiosamente en el momento de hacer cumbre no soplaba nada de aire y la temperatura era mas que agradable, al igual que durante todo el descenso, a pesar de ser por la vertiente norte.
Lo único que hubo que lamentar aquella jornada fue el incendio que vimos desde la distancia, procedente del término municipal de Pujerra que seguía activo al día siguiente. Ese día se produjeron mas de 100 llamadas al 112 motivadas por los numerosos incidentes que provocó el viento en Málaga capital y alrededores.
 30 Participantes: desde Huelva: Isaac “El Pirata de la Pata de Jamón”. Desde Sevilla vinieron: Ana Mª Jurado y Gabriel Tejero Caballero (El Coronil), Manuel Palomo González “Montaneitor” y Joaquina Pérez Bermudo (Olivares). Desde Cádiz: Miguel Becerra “Maestro Jedi” (Jerez), Paco Gómez Luy “El Cicerone de la costa gaditana”y José Antonio Montenegro (Algeciras) . Desde Ronda: Herminia Carballo “A Meiga das rías Baixas”, Agustín “El Bandolero del Puente Viejo”, Salvadora, Paco Domínguez “El Reportero de las cumbres” y Jorge Castrillo Orellana “Aterriza como puedas”. Y desde distintos puntos de la Costa del Sol: Ilse Bullerdiek “La gacela de la Selva Negra”, Pepe Guerrero “El Maestro Geobotánico” que realizó una magnífica labor como guía principal con una introducción memorable sobre Sierra bermeja y mas concretamente sobre la peridotita.  Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara”, Jacobo Salvado Platero “El Ecologista”, José Antonio Luque “El Vigilante de la Playa”, Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza”, Patricia López “La Chica que miraba a las estrellas”, Miguel Ángel Buitrago “El Hombre que sabía demasiado”, Eduardo Campos Montañez “El Padre Carras”,  Vicky Beltrán “La Botánica”, Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta”, Beatriz Alonso, José Manuel Alonso Bardón, Merche Núñez, Fernando Ruiz y un servidor Juan Ignacio Amador que junto con Paco Leal “Doctor Leal”, tuvimos el honor de compartir labores de guía con el Maestro Don José Guerrero.
Al llegar al refugio se unieron a la ruta: Ana “La Venus de Botichelli” que hacía mucho tiempo que no venía con nosotros, su novio y una amiga, si bien mi mermada memoria me impide recordar sus nombres. Lo que no se me olvidará fue la gran alegría que me llevé al ver aparecer por allí al bueno de Juanlukita “El Messner Andaluz” que acudió con la familia al completo tras haber hecho cumbre previamente en Los Reales para compartir mesa y mantel en el refugio tal y como ya nos había hecho saber días antes.
Sobre Sierra Bermeja: Antes de iniciar la caminata, el Maestro geobotánico Don José Guerrero, nos dio una memorable charla sobre Los Reales de Sierra Bermeja recordándonos entre otras cosas nos habló sobre:
Geología: Se trata del mayor afloramiento de peridotita existente en todo el planeta. La peridotita es una roca ígnea plutónica intrusiva, concretamente la de Sierra Bermeja se corresponde con el subtipo de las iherzolitas, compuesta por minerales máficos, esto es, silicatos con poco sílice y alúmina, pero mucho hierro y magnesio, como son el olivino o peridoto y los piroxenos, caso de la enstatita y el diópsido. A estos minerales se añaden, como accesorios, algunos feldespatos como la anortita, y otros como la magnetita, la cromita, la niquelina, el platino y en raros puntos el grafito. Es muy densa y de coloración oscura, en realidad el color rojizo del que toma el nombre la sierra se debe a su mezcla con el óxido de hierro, pero por dentro la roca es negra. Se trata de la roca que forma el manto terrestre. Estudios recientes de la universidad de Columbia (Nueva York) atribuyen a esta roca la capacidad de absorber dióxido de carbono.
 
Uno de los minerales que se suelen relacionar con la peridotita son el amianto y el talco muy frecuentes en otras sierras cercanas, de hecho en otros tiempos había minas para su extracción en las localidades de Igualeja, Benahavís, Estepona, Genalguacil o una cantera de talco en la ladera sur de sierra Alpujata (Ojén). En concreto, en el paraje conocido como Cerro de los Sauces, situado en Sierra Bermeja, el olivino se encuentra serpentinizado a un 95% de transformación. Precisamente, la serpentinización de las peridotitos, a través de los olivinos, origina los minerales de amianto o asbesto.

Sobre el origen de estas rocas hay diversas opiniones, pero la más aceptada es que las peridotitas formaban parte del Manto Superior (100 km de profundidad) y afloraron a la superficie gracias a los empujes geológicos producidos durante la orogenia alpina. Posteriormente la erosión de las rocas que las cubrían provocó su afloramiento a la superficie. Los minerales que componen la peridotita, formados a gran profundidad, se alteran cuando afloran a la superficie, hidratándose con facilidad y dando lugar a una serie de minerales llamados en sentido amplio serpentinas. Además, la acción de las aguas de lluvia y edáfica produce otros compuestos como son los óxidos e hidróxidos de hierro. Estos últimos son los que dan a Sierra Bermeja el típico color rojizo que le da su nombre. La complejidad mineralógica de estas rocas hace que sobre estos sustratos se desarrolle un suelo, cuya composición es rica en metales pesados como níquel, cromo, cobalto, magnesio, etc., crea un ambiente tóxico. De ahí la riqueza de elementos botánicos endémicos como consecuencia de la acción selectiva que ejercen tales oligoelementos sobre los vegetales.
Botánica. Éste apartado nos ofrece otro de los grandes atractivos de esta sierra, hasta el punto que se ha formado una plataforma para elevar la categoría de paraje natural a parque nacional de Sierra Bermeja y es que su vegetación alberga numerosos endemismos originados gracias a la rareza del sustrato geológico debido a la gran abundancia de peridotita y respecto al clima por su posición geográfica y su altitud a sorillas del Mediterráneo y a tiro de piedra del Atlántico que de hecho podemos contemplar desde su cumbre. En su vertiente norte, noreste y noroeste predominan los bosques de alcornoques, pinos negros y por supuesto los pinsapos al abrigo de la umbría de la cara norte mezclados con los pinos y llegando hasta el mismo vértice geodésico de la sierra. El Pinsapar de Los Reales tiene una extensión de aproximadamente 1.236 hectáreas y está protegido desde 1989 por la Junta de Andalucía como Paraje Natural. El 85% de las comunidades vegetales existentes en la Sierra Bermeja de están incluidas en la directiva HABITATS 2000 (92/43/CEE) de la Unión Europea.
La presencia de numerosos metales, pesados, tóxicos para las plantas, en los suelos desarrollados sobre las peridotitas son el factor que ha determinado que muchas de las plantas que son capaces de crecer en ellos sean endémicas de Sierra Bermeja. Es decir, que sean exclusivos de esta sierra y no se encuentren en ningún otro lugar del planeta. Como por ejemplo: Cerastium gibraltaricum, Genista lanuginosa, Arenaria capillipes, Silene fernadezii, Centaurea lainzii, Centaurea haenseleri, Staehelina baetica, Galium viridiflorum, Armeria colorata, Saxifraga gemmulosa, Iberis fontqueri ó Silene inaperta serpentinicola entre otras que ya no recuerdo.
El Pinsapo (Abies pinsapo), es una especie arbórea del género Abies, es decir: perteneciente a la familia Pinaceae y de distribución muy restringida. Se trata de una especie de abetos de distribución mediterránea, emparentados al mismo tiempo con pinos, cedros y cipreses. Los abetales naturales de esta especie (denominados pinsapares) únicamente se localizan en determinados puntos de la cordillera Bética, concretamente en la zona gaditana del parque natural de la Sierra de Grazalema, sobre todo en la vertiente norte de la sierra del Pinar y ya dentro de la provincia de Málaga en el parque natural de la Sierra de las Nieves muy repartido por las laderas norte de todo el parque, además del paraje natural de Sierra Bermeja, y pequeñas manchas en algunas zonas de preparque de estos espacios naturales con algunos intentos de replantar algunos ejemplares en las sierras Tejeda y Almijara. También existen abundantes bosques de pinsapos en el Rif marroquí, aunque algunos botánicos afirman que no es exactam,ente el mismo tipo de pinsapo, habiéndose catalogado como “Abies maroccana”.
Es un árbol robusto, de hasta 30 metros de altura, de copa piramidal (aunque su forma varía dependiendo de la edad y de las adversidades sufridas por el árbol), que presenta acículas cortas, de 10 a 15 mm, gruesas y rígidas, de ápice agudo, dispuestas helicoidalmente, lo que da a las ramas el aspecto de un cepillo para tubos. Esta morfología y disposición de las acículas facilitan una menor evapotranspiración y permite a esta especie una cierta resistencia frente a la sequía estival, típica del ámbito mediterráneo. Las piñas son cilíndricas y, como en las demás especies del género, se sitúan en la parte superior de la copa. Están formadas por escamas caducas que se desarticulan del eje leñoso (raquis) en el otoño del primer año, liberando las semillas aladas.
En el panel que nos encontramos en la plazoleta de los pinsapos se nos recuerda que fue descrito científicamente por vez primera, precisamente en esta sierra por el botánico: Edmund Boissier en 1837, al menos de forma oficial, si bien es cierto, que otros botánicos españoles ya lo habían hecho anteriormente, aunque sin la trascendencia que alcanzó a nivel internacional a través de Boissier. Por desgracia durante el siglo XVIII y anteriormente a esta fecha grandes extensiones de pinsapar fueron taladas para la construcción de la construcción naval, incluso se utilizaron para los puntales de los andamios con los que se construyó la catedral de Málaga.
Fauna: este peculiar paraje es hogar de numerosos mamíferos como: el corzo morisco, el gato montés y la gineta que prefieren las zonas más espesas. Mientras que el matorral  lo ocupa el meloncillo, el jabalí, los riscos, la cabra montés y los arroyos la nutria. En lo referente a anfibios y reptiles destacan la culebra de herradura, sapillo bético, salamandra de hocico largo, en lo referente a los peces de río: bogas, barbos, bordallo, (endémico de los ríos bermejenses) y blenio.
Sierra Bermeja es paso obligado en los flujos migratorios de aves entre los continentes africano y europeo, lo que lo hace un excelente observatorio. Las rapaces mas representativas son: el águila real y perdicera, el milano, el gavilán, el azor, el halcón peregrino o el búho real. E insectívoros o aves de grano como: el agateador, piquituerto, pinzón real, arrendajo, lugano, totovía, carbonero garrapinos, mirlo capiblanco, zorzal alirrojo, zorzal charlo, mosquitero papialbo ó el herrerillo capuchino entre los mas representativos del lugar.
Pero son los invertebrados los más particulares, ya que la serpentinización da lugar también a numerosos endemismos entre ellos: Leuctra bidula, Laemostenus bermejae, Onyxacalles bermejaensis, Geostiba bermejensis, etc.
Hasta la primera mitad del siglo XX existen noticias de la existencia de quebrantahuesos,  linces ibéricos y lobos, aunque por desgracia la caza furtiva y la inexistencia de algún tipo de legislación para la  protección de este paraje natural hasta prácticamente 1989 hacen que de por sí ya sea casi un milagro que haya llegado hasta nosotros el patrimonio que hoy conocemos, siendo nuestra obligación no sólo el mantenerlo sino regenerarlo al máximo para volver a recuperar su fauna original y las castigadas laderas de la vertiente sur históricamente arrasadas por numerosos incendios.
Breve descripción del recorrido:
1ª parte ascensión a Los Reales desde Las Cabrerizas (km 5-6, ctra MA8301 Estepona-Jubrique).
Se trata de una versión que se ahorra los primeros 4 km de recorrido y primeros 200 m de desnivel del PR. A-164 Estepona-Los Reales, que discurre por la denominada ruta de Los Cables y que lo decidimos hacer así para asegurarnos acabar bien de tiempo, recreándonos sin prisas en el descenso por el pinsapar.
Como ya mencionamos anteriormente en el apartado “Logística para dejar coches en el final e inicio de ruta”, una vez que dejamos el vehículo en la explanada iniciamos la caminata ascendiendo los últimos 100 m de carretera por los que hemos venido, para adentrarnos por una pista que nos lleva hacia unas cabrerizas cercanas (326 m). Los restos de una antigua calera a la derecha de la pista terriza certifican que vamos por el buen camino. 
Muy pronto la pista se desdobla, la principal por la que vamos gira a la izquierda en suave descenso dirigiéndose hacia una puerta metálica, tipo canadiense, mientras que nosotros tomamos la pista secundaria que comienza a ascender de forma perpendicular por la ladera, en unos instantes caminamos junto a una valla metálica por la que nos encontraremos una abertura por la que se accede a un angosto sendero por el que comenzamos a ascender ya de forma mucho mas pronunciada entre el abundante matorral y que nos hace ganar altura rápidamente hacia el tendido eléctrico que tenemos frente a nosotros, 
en menos de diez minutos iremos caminando por los restos de un antiguo camino-cortafuegos que seguramente se construyó para la colocación de dicho tendido eléctrico junto al cual iremos caminando en paralelo, llevando éste a muy poca distancia a nuestra izquierda, hasta ahora vamos caminando en dirección predominantemente suroeste y cuando a penas hemos finalizado el primer kilómetro de ruta, del gran tendido eléctrico junto al que vamos caminando, parte otro tendido secundario y de torretas mucho mas pequeñas, que van remontando la ladera en dirección noreste, siendo a partir de este momento nuestro camino a seguir.
 
De hecho no tardaremos en encontrarnos con las famosas pinturas amarilla y blanca que nos recuerdan que ya hemos enlazado con el PR A-164 Estepona-Los Reales, después de superar un segundo collado llegamos a una zona de cortafuego donde la humedad y la riqueza de agua de esta sierra han propiciado que se haya formado un pequeño prado, desde el que se puede apreciar perfectamente, prácticamente toda la trayectoria de las antenas hasta la zona del refugio, que se adivina como una minúscula construcción de color blanco desde la distancia. 
No obstante, desde nuestra posición no vemos la cumbre, siendo el principal hito vidual de Sierra Bermeja el impresionante Morrón del Zagalete y la Loma de ballesteros que nos irán acompañando a nuestra izquierda a lo largo de la ascensión, mientras que nosotros vamos ascendiendo lo que en los mapas topográficos aparece como Cuesta de Ronda.
Conforme vamos ascendiendo y echamos la vista atrás podemos comprobar como vamos ganando altura y ampliando nuestra panorámica con el Peñón de Gibraltar y Yebel Musa al suroeste y La Concha (Sierra Blanca) y otras sierras litorales hacia el este, Estepona justo al sur y el caserío del Quejigal allí abajo a la derecha. 
Sin embargo, el viento frío del norte que al menos nos hacía albergar esperanzas de unas vistas amplias y cristalinas en la distancia, se fue transformando en una creciente calima a lo largo de la franja litoral, incluso hacia el este y el oeste, excepto hacia el norte como pudimos comprobar horas mas tarde cuando hicimos cumbre.
A pesar de tratarse de una montaña muy emblemática, éste sendero parece muy poco transitado, no sólo no nos encontramos absolutamente a nadie en toda la ascensión, sino que felizmente a penas se veían restos de botellas,  latas o envoltorios y además en algunos momentos se pierde con facilidad entre el abundante manto de matorral a lo largo de la ascensión. 
No obstante, como regla general, la referencia que núnca falla es mantenernos en la estela que va de torreta a torreta y tarde o temprano recuperamos el sendero, especialmente, cuando la dirección del tendido eléctrico varía del noroeste, hacia el oeste, es decir, girando a nuestra izquierda, aumentando aquí el grado dependiente con algunos escalones donde mas de uno/a preferirá utilizar las manos para seguir ganando altura cada vez con mayor esfuerzo, hasta que llegamos a la valla metálica que marca el perímetro de nivel A de máxima protección del paraje. 
Encontrándonos con el consabido cartel de: “cierre al pasar-close behind you”. Una vez que pasamos la angarilla, la pendiente se suaviza y el sendero se mantiene perfectamente dibujado adentrándonos en un bosque de pinos, donde el Maestro Geobotánico: Don José Guerrero, tuvo a bien que el grupo se desviara unos 30 m a la derecha para llegar a una especie de plazoleta donde nos encontramos con una especie de bocamina, para lo que en su día fue una cata para la extracción de metales pesados, que no llegó a proliferar. Desde allí retomamos fácilmente el sendero que nos condujo en poco mas de cinco minutos hasta la “Plazoleta Salvador Guerrero” y que viene a quedar a medio camino del mirador unos 300 m a la izquierda y el refugio Agustín Lozano (1.300 m) unos 200 m a la derecha y hacia el que nos dirigimos caminando por el último tramo de pista asfaltada que sube hasta Los Reales, con la presencia de los charcos que se habían congelado durante la noche en el margen izquierdo de esta carreterilla de montaña. 
Al llegar al refugio, todos los que habíamos solicitado menú estuvimos almorzando a la orilla de la chimenea una ensalada, sopa, callos (garbanzos) y un buen plato de los montes, de estos que te dispara el colesterol, pero que viene bien en los días de frío y que puedes quemar con una buena caminata. 
De postre café o flan, 15 € por barba que tan sólo nos dejó en 14€, pero que aún así nos parece excesivo en estos tiempos que corren habiéndose apuntado gran parte del grupo con otro precio mas razonable, pero poco margen de maniobra hubo con el tal Paco que se encarga de gestionar el refugio con una mente muy obtusa y un trato de lo mas desagradable e ineficiente.
Tal y como estaba previsto después del almuerzo nos acercamos hasta el Mirador Salvador Guerrero (1.267 m), donde la abundante calima nos impidió disfrutar de las amplias vistas del litoral y desde allí tomamos el sendero que por dos veces nos hace pasar por sendas angarillas, de manera que al principio llevamos la alambrada a nuestra derecha y posteriormente a nuestra izquierda, pasando por destartalados y arrasados bosquetes de pino, cuya inclinación o retorcidas formas van en aumento conforme nos vamos acercando a la cumbre como fiel testimonio de los tremendos vientos y otros fenómenos meteorológicos que los azotan a esa altura y en esa latitud tan cercana al estrecho. 
Estando ya cerca de la cumbre, enlazamos con la pista, cuyos zig-zags acortamos sin problemas, separándonos definitivamente de ella a unos 200 m de distancia del vértice geodésico saliendo de la pista por el margen izquierdo de la misma para llegar a la cumbre (1.452 m) donde confluyen los tt.mm. de casares,Estepona y Genalguacil, llegamos al vértice geodésico por el cordal sur desde el que ya empezamos a disfrutar de unas vistas privilegiadas sobre Sierra Crestellina, 
Gaucín a los pies del Hacho (sobre estas líneas), Benarrabá por debajo del puerto del Espino, y por encima del mismo, asomando por el otro lado de la línea de cumbres que separa al Genal del Guadiaro, 
Cortes de la Frontera (sobre estas líneas) a los pies de la Sierra de Líbar de inolvidable recuerdo para quienes fuimos conejillos de india en la primera edición de la “Translíbica” (octubre 2004) o para compañeros que también se encontraban presentes y que habían hecho la “Transguadiaro 2011”: Herminia “A Meiga da rías baixas”, José Antonio “El Vigilante” o Isaac “El Pirata de la Pata de jamón” que hicieron buena la frase: “de hacho a hacho y tiro porque me empacho”, recreándose en la panorámica de lo que fue gran parte de su recorrido. La verdad es que las vistas eran impresionantes  sobre todo hacia el oeste, con gran parte de la línea de cumbres de la Sierra de Líbar y Grazalema detrás, así como El Montero y El Aljibe de Los Alcornocales, o Benadalid con su peñón al noroeste. Pero al norte la primera línea de pinsapos sólo nos permitía contemplar las cercanas antenas de la cumbre, hacia el sur la grandiosa panorámica del litoral y la zona del estrecho quedaba difuminada entre la abundante calima, al igual que hacia el este donde en circunstancias normales habríamos abarcado hasta Sierra Nevada. No obstante, como de costumbre, no faltó la foto de grupo en la cumbre e incluso un momento para el bonito detalle que Jorge “Aterriza como puedas” tuvo con “El Comandante” regalándole una bandera de Iron maiden que estrenarían en la siguiente foto de grupo que mas tarde se haría en la plazoleta de los pinsapos.
2ª parte: Descenso: vértice geodésico sierra Bermeja (1.452 m)-sendero de Los Realillos-Plazoleta de Los Pinsapos-cabecera del barranco del Algarrobo-inicio de pista de Genalguacil-Peñas Blancas (990 m)
El descenso lo realizamos siguiendo el sendero de Los Realillos, disfrutando de las vistas anteriormente descritas, ya que vamos cresteando en dirección noroeste hacia el cerro del Castillón 1.374 m, a nuestra derecha predomina la densa población de pinos y pinsapos, a la izquierda las laderas que descienden en empinada pendientes, presentan un paisaje desolado de lo que debió ser otro hermoso bosque calcinado ya hace muchos años, del que a penas sobreviven altísimos ejemplares de pinos muy aislados severamente azotados por el viento y las inclemencias meteorológicas.
En un momento dado, llegamos a un collado donde apreciamos por primera vez la magnitud de la gran nube de humo procedente del incendio de la zona sur del t.m. de Pujerra que no se terminaría de controlar hasta el día siguiente y que finalmente afecto a gran parte de la cabecera del río Guadalmina, arrasando una valiosa población de robles melojos. En el mencionado collado, nos encontramos con un panel informativo de las características de la peridotita y poco después iniciamos un pronunciado descenso, hacia nuestra derecha, 
mas concretamente hacia la denso bosque de pinos y pinsapos que sin duda alguna fue la guinda del pastel de esta travesía con parada obligada en la mágica Plazoleta de los Pinsapos, donde como no podía ser de otra manera nos estuvimos recreando con la magia de su entorno, 
complementada con su maltratado panel informativo sobre los pinsapos,  
el famoso azulejo con el poema de García Lorca dedicado a los árboles, la cabaña india de palitroques de pinsapos secos que alguien se debe encargar de restaurar cada poco tiempo y que ví por primera vez en el mismo lugar en febrero 2001. Desde allí se puede enlazar con la carretera que va desde el puerto de peñas Blancas hasta el refugio, faldeando la ladera en dirección este hasta por un bien marcado sendero. Pero tal y como teníamos previsto, continuamos descendiendo por el denominado sendero de los pinsapos, disfrutando de cada recodo del sendero, del caos de rocas del recién nacido barranco del Algarrobo,
cuyos primeros aportes de gua brotan a escasos metros del vértice geodésico, por cierto que nos encontramos algunas charcas congeladas. La segunda vez que lo cruzamos fue ya llegando a la pista que parte de la carretera Genalguacil-puerto de Peñas Blancas, remontando los dos primeros kilómetros de esta solitaria carretera hasta el mencionado puerto donde habíamos dejado nuestros vehículos a primera hora de la mañana desde donde el autobús nos llevó hasta el inicio de ruta. Finalizando así otra memorable jornada montañera en la que una vez mas los coordinadores lo pusimos todo de nuestra parte para que aquellos que participaron en ella la conserven durante largo tiempo en su memoria.

4 comentarios :

  1. toda una clase teorico practica de sendereismo, geología y botánica, ademas de la asignatura de educacion para la ciudadania.

    Enhorabuena una vez por esta ruta y cronica!

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  2. PEDAZO DE CRONICA Y REPORTAJE VAS MEJORANDO COMO LOS BUENOS VINOS JEJEJEJ,EL AVITUALLAMIENTO Y LA RUTA GENIAL ,PENA EL MAL SABOR DE BOCA QUE NOS DEJO EL INCENDIO.

    UN ABRAZO

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  3. Muchas gracias José, la verdad es que fué una pena lo del incendio al sur de Pujerra. Por lo demás un día muy bonito en todos los sentidos. referente al tema incendio a ver si ponen la cosa seria en el código penal y a los que pillen los tienen trabando de sol a sol encadenados (como en U.S.A.) con grilletes pico y pala, reforestando montes por un tubo hasta que dejen el monte igual de verde que estaba y los arboles igual de altos. Ni mas ni menos.

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  4. Eduardo Campos10:13 a. m.

    Me ha interesado mucho la descripción geológica. Aunquje sabía lo del asbesto no lo había reconocido en la naturaleza como tal hasta que Pepe nos lo enseñó. Es una pena que no conozca los nombres vulgares de las plantas porque son muy interesantes pero me pierdo. A ver cuando cae otra.

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