martes, abril 16, 2013

Estación Los Abades-CRUZ DEL PERIQUETE (1010 msnm)-SEMILLA (1480 msnm- vértice geodésico) -TAJO DE LAS ZORRERAS-Estación de Los Abades





Entorno: Vertiente norte sierra de Loja.
Pueblo de referencia: 
Loja, localidad de gran importancia estratégica situada a medio camino entre Málaga y Granada y perfectamente comunicada por tren y por la A-92. Su Ayuntamiento se encuentra situado a 485 msnm. Cuenta en la actualidad con mas de 21.000 habitantes, siendo una de las localidades mas importantes de la provincia de Granada. En la economía de Loja destaca principalmente el sector agrícola y de servicios, contando con una importante industria del mármol, está planteada la constitución del primer centro de reproducción para la agricultura ecológica de la comunidad.



Escudo heráldico: Escudo en forma de elipse. Cortado, el primero en un campo de azur un puente alomado de oro sumado de un castillo dorado. En jefe y por timbre del castillo una cadena de la que pende una llave dorada y el lema: “Loxa Flor entre espinas”. A diestra y siniestra sendos montículos escarpados de plata. En el segundo el río Genil de su color natural. Timbrado con corona real cerrada y rodeado del collar de la Orden del Toisón de oro.
Pasajes de la Historia: Loja ha determinado históricamente la comunicación interior entre Granada y Málaga, es la cabecera de su comarca, tanto por su milenaria historia y gran riqueza monumental, como por su número de habitantes y la gran extensión territorial de su término municipal. Situada en el estrecho y pintoresco valle que forma el río Genil al abrirse paso entre la Sierra Gorda y el Monte Hacho, conserva abundantes vestigios arqueológicos de la Edad del Bronce y de época musulmana, entre los que figuran los restos de su alcazaba medieval y el recinto fortificado que envolvía su antigua medina arábigo-andaluza



Un historiador de aquel tiempo describía así Loja: «Es agreste y pintoresca, hallándose construida en la falda de una árida montaña. Las ruinas de un alcázar moro coronan un rocoso montículo que se yergue en el centro de la ciudad. El río Genil baña su pies».
Se comprende que Loja fuera «puerta y llave del reino granadino» para los Reyes Católicos. El nombre árabe de Loja, Medina Lauxa (“la Ciudad Guardiana”), remite a su enorme importancia estratégica y al trascendente papel militar jugado durante la conquista cristiana del Reino de Granada. Tal fue la estima e importancia que le concedieron los Reyes Fernando e Isabel tras su caída, ocurrida en 1486 tras tres días de asedio, que en su escudo heráldico el monarca de Aragón mandó otorgarle: un castillo de oro sobre un puente de plata con la leyenda inscrita de “flor entre espinas”.

En el promontorio bajo la Alcazaba reposan los vestigios de los primeros pobladores de la actual ciudad de Loja, hombres prehistóricos de la Edad del Bronce. En el siglo VII a C. Fecha en que llegan los fenicios y fundan el primer asentamiento mas o menos estable en lo que hoy conocemos como Loja. Durante los posteriores periodos Íbero o Romano comienza a adquirir mayor importancia, denominándosela Tricolia (entre tres colinas). Parece ser que las primeras extraacciones de mármol de la sierra de Loja ya datan de época romana.
Su florecimiento como núcleo urbano importante tiene lugar con la llegada del Islam, donde se le da el nombre de Medina Lawsa, siendo la cultura islámica la que ha influido en mayor medida en aspectos tanto culturales como en el patrimonio monumental. A comienzos del siglo XIV nace en Loja Ibn-Aljatib, que con el paso del tiempo llegaría a convertirse en un influyente personaje durante los reinados de Yusuf I y Muhammad V, aunque las intrigas palaciegas lo obligaron a vivir la última etapa de su vida perseguido y condenado por herejía. Murió estrangulado en prisión en la primavera de 1375. Su obra literaria, más de setenta obras, que tratan sobre aspectos que reflejan el saber de su tiempo, le han valido para que cuando nos refiramos a él lo hagamos con el sobrenombre del "Historiador de Granada".




En cuanto a los testimonios de la presencia árabe reflejados en edificios y construcciones cabe destacar el recinto de la Alcazaba, que domina la ciudad, con sus murallas, su Torre del Reloj y su aljibe.
Después de haber sido arrasada la ciudad en el año 1226 por las tropas del rey Fernando III, y de otros dos intentos por parte de los Reyes Católicos, que fracasaron por hacer los preparativos muy rápido, el primero, y por las condiciones climáticas, el segundo, la ciudad cae definitivamente, después de un corto asedio que duró tres días finalizando el domingo 28 de Mayo de 1486. Los cambios se producen rápidamente tras de la conquista, intentando adaptar la ciudad al renacimiento cultural y a una nueva forma de administración con el fin de constituir una ciudad moderna.
El siglo XIX supondrá otro interesante hito en el transcurrir histórico de Loja, motivado por dos acontecimientos de singular relevancia: la rebelión del los campesinos de 1861 y la figura del General Narváez. Como precedente de lo que habría de ser los movimientos revolucionarios de la década de los sesenta, la rebelión campesina de 1861, encabezada por Rafael Pérez del Álamo, supuso la ocupación de la ciudad durante cinco días como una muestra de la desesperación reinante ante la detentación caciquil del poder por parte de la oligarquía local. Con la llegada a la presidencia del gobierno de Isabel II, el General Narváez, Loja pasaría nuevamente a ocupar un papel de cierto protagonismo dentro del transcurrir de la vida nacional, aunque excesivamente personalizado en la figura del Duque de Valencia. El General nos dejó como legado y símbolo de su riqueza y poder, varios edificios que aún perduran en nuestros días: los Jardines, el Mausoleo y el Palacio, actual edificio consistorial.
 
Sobre la orografía del término municipal de Loja: es bastante variada y está compuesta de una mezcolanza de valles, sierras, fértiles vegas, cañones escarpados, sotos de riberas, dehesas alomadas y montes cubiertos de olivares, que la convierten en un lugar ideal para la práctica de deportes en la Naturaleza. Su término municipal está condicionado por la cuenca del río Genil, que divide al término municipal en dos quedando al norte la Sierra del Hacho (1025 m) que forma una bella estampa junto con la localidad de Loja a sus pies y el redondeado cerro Corona detrás, ambas pertenecen a las sierras Subbéticas. Mientras al sur del Genil nos encontramos con las sierras que pertenecen al Sistema Penibético, como son la Sierra de Gibalto (1468 m), pico de los Tres Mogotes (1225 m)  y la Sierra de Loja propiamente dicha.
La Sierra de Loja, al sur de la localidad que le da su nombre, destaca en el paisaje con su sólida mole, considerada uno de los macizos karstico más complejos de Andalucia, según los científicos que han estudiado estas montañas en todos los aspectos, geológicos, botánicos, etc... Alberga un parque de autogeneradores de energía eólica visible desde muchos kilómetros de distancia. Por otra parte se trata de una sierra que abarca una gran superficie llegando hasta el puerto de Los Alazores y mas allá como es el caso de la sierra de San Jorge, como en toda sierra eminentemente caliza posee una amplia red de simas, ríos subterráneos y por supuesto es muy rica en aquíferos. Vista desde laa distancia se presenta como una sierra muy alomada a modo de gran meseta, que también es una de sus características, sin embargo, la mayor parte de su superficie presenta un terreno muy kárstificado y accidentado, con picos que si bien no superan los 1.700 m, tienen altitudes dignas de tenerse en cuenta como por ejemplo los cerros: Santa Lucia (1669 m), de Las Cabras (1642 m), de la Vibora (1572 m), Sillón Alto (1488 m) ó Sillón Bajo (1468 m) entre otros. Una de las curiosidades de la sierra de Loja es lo que hoy se conoce como Charco del negro, que tiene su origen en un antiguo lago glaciar. Lugar de alto valor ecológico por habitar en él, el anfibio llamado gallipato.






Cabe mencionar el gran número de ríos que cruzan el municipio, especialmente el Genil, aunque también el Manzanil, el Frío (con sus famosas piscifactorías de truchas y esturiones), así como el río Salado, que nace en Fuente Camacho, cuyo nombre proviene de la alta salinidad de sus aguas.
Sobre la sierra de Loja: 

La superficie del término de Loja abarca espacios geográficos en los que se alternan fértiles vegas, cañones escarpados, sotos de riberas, dehesas alomadas y montes cubiertos de olivares y entre todos, destaca en el paisaje la sólida mole constituida por el Karst de la Sierra de Loja, considerada uno de los macizos karstico más complejos de Andalucia, según los científicos que han estudiado estas montañas en todos los aspectos, geológicos, botánicos, etc...
Los principales accidentes geográficos del territorio lojeño son la Sierra del Hacho (1025 mts) , Sierra de Gibalto (1468 mts),zona oriental de la Sierra de San Jorge, Pico de los Tres Mogotes (1225 mts) , y la Sierra de Loja que dispone de una larga lista de simas y cumbres como el cerro de Santa Lucia (1669 m), cerro de las Cabras (1642 m), cerro de la Vibora (1572 m), Sillón Alto (1488 m), Sillón Bajo (1468 m), etc...



La Sierra de Loja está muy bien considerada por los aficionados al vuelo libre, gracias a la predominancia de sus vientos y a la ausencia de obstáculos naturales que permiten vuelos largos en las cuatros direcciones. Los distintos puntos de despegue fueron acondicionados hace años por el Patronato Municipal de Turismo. Dos de estos saltos se sitúan cercanos al trazado de esta ruta, en el Morro de la Cabra y en la falda de Cerro Quemado, a la que se accede desde el cruce que encontraremos tras pasar el aljibe del puerto, estando su acceso señalizado.
Tampoco debemos pasar por alto el elevado valor etnográfico de la zona, puesto de manifiesto por la presencia de los restos de majadas, campamentos de maquis y los neveros en los que se almacenaba la nieve para sus posterior venta en la ciudad.
El trazado amarillo en el mapa se corresponde con la ruta descrita en este artículo, el trazado en color rosa, corresponde a una propuesta mas corta, mencionada en un párrafo de la descripción.
Fecha de realización: sábado 13 de abril de 2013, temperaturas que rondaron los 23ºC al mediodía, coincidiendo con una de las primeras jornadas calurosas del año, calor que se dejó notar mas, dada la ausencia de viento y de sombras en la mayor parte del recorrido, salvo el tramo final.
Algo mas de 20 participantes: desde Huelva vino Teresa “Arwen de Rivendel”; desde Sevilla vino: Ilde “El Vendaval del Moncayo”; desde Ronda: María Ortiz, Herminia “La Centella de O Cebreiro”, Rafa Márquez “El Aristóteles de la Senda” y Don Fernando “El Diácono” con nuevo look a lo Monje Tibetano. Desde Puente Genil (Córdoba): vino Héctor “El caimán de Puente Genil” acompañado de su sobrino, joven aprendiz de Padawyn y su novia. Desde Granada: Yoli “Como corre”; Desde distintas zonas de la Costa del Sol: Eduardo “El Padre Carras”, Romualdo “El Trovador de la Atalaya”, Mª Jesús, Eduardo “El Profe”, Ilse “La Gacela de la Selva Negra”, Pepe Guerrero “El Maestro Geobotánico”, El Doctor Leal, Juan Ignacio Amador (un servidor) y en funciones de guía: Manuel manzanares “El Cartógrafo de su Majestad” que tuvo a bien invitar a cuatro amigos federados de otro club.
 anunciando LOS ABADES, cual cartelón de “Hollywood” de la comarca del Poniente granadino, en este caso, a los pies del pinar por donde discurrirá el último tramo de nuestro recorrido. Tras dejar atrás los campos de almendros que nos acompañan a nuestra derecha, será el bosque de pino que predomina en esta falda de la sierra el que gana protagonismo, así como abundantes agrupaciones de orquídeas amarillas que han encontrado en esta zona su hábitat ideal.
Un cartelón del Ayuntamiento de Loja nos advierte sobre el peligro de incendio en este pinar, donde no tardaremos en ver un sendero que se adentra en el mismo señalizado como “Vereda de Los Enamorados”;
 que coincidirá con el final de nuestro trazado circular, es decir: cuando regresemos a este punto ya sólo nos quedará por desandar el primer kilómetro que nos ha traído hasta aquí.

"Charco del Negro + Estación de vuelo libre, pista de despegue (de poniente)", que es el camino a seguir que debemos tomar si venimos con los coches para cubrir los 12-13 km de carril, hasta las inmediaciones del Charco del Negro, donde comienza la ruta de la zona central de la sierra, que esta temporada, nos hemos visto obligados a posponer tres veces, quedando ya pendiente para la próxima temporada. Y que está muy bien descrita en el blog de nuestro amigo Juan Morente:
Primer tramo de ascensión: hasta la Cruz del Periquete:
Nosotros, de momento, seguimos manteniendo trayectoria predominantemente ESTE, en paralelo a la autovía, por un ramal secundario de pista, que poco a poco empieza a virar a la derecha (SUR), iniciando, de momento, una suave ascensión, que nos orienta momentáneamente hacia el cerro de Las Monjas. La pista viene a morir junto a un muro de contención que queda a la derecha, tomando aquí un sendero que en permanente ascensión nos va a llevar a una puerta metálica con el razonable cartelito de: “cierren la puerta, gracias”.
Arriba a nuestra derecha ya empezamos a divisar con gran nitidez la cruz metálica que le da el nombre al cerro de La Cruz del Periquete.
Una vez atravesada esta puerta metálica, afrontamos una zigzagueante ascensión, por el denominado sendero de las eses, debido a sus constantes curvas, que nos ayudan a mitigar el esfuerzo en este primer tramo de ascensión, mientras que poco a poco vamos superando la línea mas alta del pinar a nuestra derecha y el paisaje urbano de Loja y los barrios de su periferia con la sempiterna silueta del Hacho y el cerro Corona a su izquierda.
Ruta altamente recomendable, que realizamos en noviembre de 2009, de la que os dejamos reseña en el siguiente enlace:
El sendero en su zigzagueante trazado va ascendiendo entre los tajos de margocalizas anaranjadas, veteadas de negro por las tobas calcáreas pertenecientes al cerro de Las Monjas a nuestra izquierda y la cañada que llevamos a nuestra derecha, y que se forma de la unión del cerro de las Monjas con el de la Cruz del Periquete a nuestra derecha.
Conforme vamos ganando altura nos vamos acercando al cauce (seco) de la cañada que nos ha venido acompañando todo este tiempo a nuestra derecha, cuando el perfil se suaviza haciéndose prácticamente llano, gira a la derecha OESTE, atravesando un pequeño llano con abundante hierba verde que alberga un pequeño bosquete de almendros que, como podremos comprobar a lo largo de esta ruta, podría considerarse todo un vergel debido a la escasez casi total de vegetación de porte arbóreo en toda su superficie.
Estamos en la zona conocida como Los Llanos de La Cruz, tras el cual el sendero gira, levemente a la derecha, NOROESTE, orientándonos hacia La Cruz del Periquete, de la que ya estamos muy cerca y a la que llegaremos mediante otro sendero, bastante mas pedregoso y también con muchos zig-zags, en esta ocasión, no tanto por el desnivel, sino por abrirse entre el gran canchal en el que nos estamos adentrando, hasta alcanzar el pequeño mirador de La Cruz del Periquete. Donde nos encontramos con la cruz que le da nombre actualmente a este cerro, cruz, en sus orígenes de madera, que se colocó allá por los años 60 del pasado siglo XX, por un grupo de jovenes capitaneados por unos misioneros que tenían su sede en el Palacio de Aliatar de Loja y que actualmente ha sido sustituida por una de metal para soportar mejor las inclemencias meteorológicas.
Desde su mirador, primera parada obligada de avituallamiento, disfrutamos de una amplia panorámica de la vega  del Genil, con la ciudad a nuestros pies cerrando la vega de Granada y la omnipresente silueta del Hacho que la protege de los vientos del norte, pudiendo distinguir perfectamente parte de su precioso sendero cerca de la cumbre. En las tierras bajas, la silueta del río se adivina por la sinuosa línea de árboles, que rompe la monotonía de las poligonales parcelas antes de perderse por el paraje de Puente Quebrada, buscando las tranquilas aguas del Pantano de Iznájar. Una vez finalizada nuestra tradicional identificación de hitos geográficos a la vista, aprovechando que entre ellos habíamos comentado la relativamente cercana presencia del parque natural de las sierras subbéticas cordobesas, nuestro compañero Romualdo “El Trovador de los paisajes andaluces” se marcó una bonita poesía dedicada a Córdoba, para deleite de los compañeros.
Volviendo sobre nuestros pasos, regresaremos al Llano de la Cruz para tomar el camino que asciende por un corto tramo antes de comenzar a descender buscando la Majada de Las Tamayas, pasando poco después junto a un pilar cercano a un aljibe donde se acumula el agua de lluvia y una pequeña cota donde una antena delata la presencia de un sismógrafo.
Desde aquí ya vemos la línea de autogeneradores (de energía eólica) que se encuentran ubicadas en la parte mas alta de un cordal de la sierra en dirección sur, en esa misma línea pero mas a la derecha, aún oculto por la ladera occidental del cerro del Pozuelo, se encuentra la cumbre del Semillas.
En este punto enlazamos con una pista que desciende hacia una hondonada donde se forma la cabecera del barranco de las Tamayas. Poco después de pasar junto a una antigua era, donde también vemos un puesto de caza (para la perdiz), muy comunes a lo largo de esta sierra, hecho a base de las abundantes piedras que nos rodean por todas partes, como si estuviésemos adentrándonos en un paisaje lunar, que me recuerda a mis años de Lanzarote, sólo que en Timanfaya la roca era negra de la lava y aquí gris clara, pero salvo algunos almendros y dispersos la vegetación arbórea es casi inexistente y el matorral muy pobre.
No tardamos en dejar a la izquierda un ramal, NE, que nos llevaría hacia el cerro de las Monjas, mientras que nosotros proseguimos en suave descenso, hasta que nuestra pista se bifurca, de modo que el ramal que sigue de frente SUR, concretamente hacia La Majada de las Alizonas, lugar habitual de descanso y retozo de los abundantes grupos de cabra montesa en esta sierra, desde donde la pista vira casi 150º hacia el norte-noreste, pasando por numerosas canteras y retornando a nuestro punto de inicio, ésta es una interesante variante a la ruta que aquí describimos y que viene a salir por unos 12 km y a penas llega a los 600 m de desnivel (marcada en rosa en el mapa principal).
Segundo tramo de ascensión: hasta el llano de la Majada de La Cañada del Chaparral:
Mientras que nuestro camino a seguir es el que  continúa por el ramal de la derecha, SO, que comienza a ascender, para morir unos 300 m después en la Majada de las Tamayas.
Justo antes de llegar a este cortijo, donde muere la pista, abandonamos la pista, tomando ladera arriba, a nuestra izquierda, para iniciar el segundo tramo de ascensión continua de la jornada, que al igual que en el primer tramo de ascensión, previo a Los Llanos de la Cruz, discurre en paralelo a una cañada, que también llevamos a nuestro costado derecho, manteniendo dirección SUR y esta vez de forma mucho mas directa, sin a penas zig-zags, ni sendero, si bien, se trata de un terreno dócil, donde podemos caminar sin problemas en cualquier dirección que nos propongamos, mientras vayamos subiendo y en dirección SUR, vamos bien.
En nuestra trayectoria de subida, alcanzamos zonas abancaladas, que parecen ser un collado, donde finaliza nuestra ascensión, pero sólo es una ilusión óptica, pues la ascensión continúa unos metros mas allá, en uno de estos bancales se encuentran las ruinas de la Majada probablemente denominada del Pozuelo, igual que el nombre del cerro que nos acompaña por la derecha y un charco o laguna que no llegamos a ver pero que quedaría a unos 500 a nuestra derecha, rodeando la ladera.
Junto a los restos de esta antigua majada (o cortijillo con corral), que dejaremos a nuestra derecha, curiosamente orientada hacia el norte, al fondo de la dolina sobre la que se ubicó, observamos un abrigo rocoso, que parece la entrada de una cueva, pero que realidad no tiene mas de 5 m de profundidad.
Llegados a este punto la pendiente comienza a suavizarse, pronto dejaremos la cumbre del cerro del Pozuelo a la derecha y a partir de ese momento, y en nuestra ascensión pasa de ser continúa a intermitente, alternándose en nuestra subida, tramos llanos de verdes dolinas, que nos vendrán muy bien para recuperar el resuello, mientras que el siguiente cerrillo que dejamos a la derecha es conocido como de Las Muchachas, donde ya dejamos una primera hilera de autogeneradores;
Mientras vamos atravesando otra preciosa dolina, de la que salimos sin dificultad, tomando como referencia las huellas de barro de las cabras sobre la roca, que siempre nos ayudan a progresar sin dificultad por este terreno, que aunque muy rocoso, sabiendo donde pisar en cada momento, no nos impedirá en ningún momento improvisar el recorrido en cualquier dirección que nos propongamos. 
No obstante, la dirección que nosotros llevamos en este tramo es predominantemente SO, hasta que alcanzamos una amplia llanura donde en el mapa aparecen: Majada de la Cañada del Chaparral y Majada de Cardenilla, cerca de la cual podemos ver, unos 300 m a nuestra derecha, dos grandes casetas de moderna construcción y de una sola planta para el mantenimiento y control del gran parque eólico que alberga esta sierra y cuyo epicentro podemos considerar este llano donde nos encontramos y que ahora atravesaremos en dirección SE, desviándonos unos 90º a nuestra izquierda, con respecto al rumbo SO que traíamos.
Tercer tramo de ascensión: hasta el cerro Semillas:
Al llegar al mencionado llamo donde las dos casetas de mantenimiento y control quedaban unos 300 m a nuestra derecha, hicimos la consiguiente parada de reagrupamiento y desde allí iniciamos nuestro último tramo de ascensión, como ya hemos dicho en el párrafo anterior, atravesando el llano en dirección SE, desviándonos unos 90º a nuestra izquierda, con respecto al rumbo SO que traíamos. Por lo que orientamos nuestros pasos hacia la línea de autogeneradores que observamos en esta dirección y aunque todavía no divisamos el vértice geodésico que aalberga la cumbre del cerro Semillas, oculto por la propia ladera que empezamos a subir, debemos tomar como referencia la antena de un sismógrafo, que casi pasa desapercibida, entre los enormes soportes de la línea de autogeneradores hacia la que nos encaminamos, cruzando la pista que hacia su base se dirige.
Si bien, nosotros, continuamos ladera arriba, como bien nos recomendó Manuel Manzanares cuando estábamos en el llano, porque aunque desde allí parezca muy cercana y asequible, conforme vamos subiendo la pendiente se va haciendo mas dura y el terreno mas escarpado;
debiendo negociar en mas de una ocasión donde colocar el pie, para salvar el accidentado lapiaz que se interpone entre nosotros y nuestro objetivo, el vértice geodésico del cerro Semillas (1.480 m), al que llegamos, no sin antes haber sudado bien la camiseta, especialmente en aquella jornada de sábado que coincidió con cielos completamente despejados, a penas una ligera brisa, basta decir que las aspas estaban paradas y las temperaturas al mediodía rondaban los 25ºC, aún así, decidimos escoger la cumbre del Semillas, como lugar para disfrutar del almuerzo y de las vistas del entorno, destacando:

al OESTE: El Peñón de los Enamorado ó “Indio” de Antequera, junto con la sierra del Conjuro a su derecha y al fondo Terril y Peñón de Alñgámitas. Al NORTE: parcialmente cubierto por los cerros mas cercanos: las sierras Subbéticas Cordobesas e incluso parte de la provincia de Jaén. Al ESTE: parte de Sierra Nevada, parcialmente oculta por los cerros que nos circundan, aunque ya desde la Cruz del periquete se obtienen mucho mejores vistas al norte y este. Y al SUR: algunas de las cumbres mas emblemáticas de esta sierra de Lojaa, como los cerros de Las Cabras (1642 m); de la Vibora (1572 m)  y del Fraile (1605 m) que forman parte del próximo itinerario que tenemos pensado realizar en un futuro, con punto de inicio y final en las inmediaciones del Charco del Negro, cuya ubicación podíamos distinguir aproximadamente 1,5 km al sur, aunque mas bien lo que veíamos era la parte superior de los tajos que circundan el perímetro sur y oeste de este antiguo circo glaciar, que estuvimos apunto de llegar, pero que finalmente decidimos posponer para una futura ocasión, pues el grupo que llevábamos era relativamente grande y heterogéneo, así como accidentada la ladera que teníamos que bajar campo través si hubiésemos decidido prolongar hasta allí, aunque a punto estuvimos.
Descenso desde el cerro Semillas hasta Los Abades de Loja:
El descenso lo realizamos sobre nuestros pasos de vuelta al llano, volviendo a dejar a la derecha las dos casetas de control y mantenimiento, cruzando la pista terriza central, que volvemos a retomar, unos 400 m, mas allá, después de haber pasado junto a las ruinas de la Majada de Cardenilla con su curiosa era cuadrada.
Durante algo mas de 500 m iremos avanzaremos en dirección noroeste, norte, a través de la pista central, que tras el llano pica un poco hacia arriba, pero inmediatamente después inicia un prolongado descenso pasando junto a unas balizas de madera que nos indican: “Charco del Negro” (por el camino que traemos):
 

y hacia la “Estación de Vuelo Libre, zona de despegue”, por un ramal que dejaremos a nuestra izquierda, mientras que nosotros continuamos en suave descenso abandonando la pista
 
y avanzando en paralela a la misma, de manera que ésta va quedando cada vez mas alejada a nuestra izquierda, mientras nosotros avanzamos por un canchal a través de tenues senderos de cabra, donde a veces nos sorprende alguna bella orquídea o peonías que estaban a punto de florecer. Tomando minutos después una pista secundaria, que se mantiene durante un buen trecho bajo un tendido eléctrico que nos irá acompañando sobre nuestras cabezas durante un buen rato.




















Al final de esta pista secundaria, por la que hemos mantenido rumbo N, giramos unos 45º a la derecha, rumbo NE, volviéndonos a adentrar en terreno pedregoso, atravesando una de las zonas mas bonitas de la ruta, pues a nuestra izquierda van quedando los tajos de Las Zorreras, por encima de los cuales vamos pasando, con vistas mucho mas áereas, y sin ningún tipo de peligro, pues el tenue sendero de cabras por el que vamos, se mantiene a una distancia prudencial.
Conforme vamos rodeando la ladera por la que vamos con la caída de los tajos a la izquierda y la parte alta del cerro a la derecha, el sendero, va a ir subiendo hacia un collado que se encuentra al final de la línea de paredones que nos acompañan por la derecha, sin alterar nuestra trayectoria NE, hasta que lo trasponemos, y comenzando a divisar la localidad de Loja, allí abajo a nuestra izquierda, a la que poco a poco vamos a ir aproximándonos.
Aprovechando los tramos de hierba para ir caminando de forma mas cómoda, entre la abundante roca que nos acompaña casi de principio a fin, con la referencia de algún tenue  sendero de ganado, que siempre nos sirve de referencia. Llega un momento que nos quedamos a escasos 900 m de La Cruz del Periquete, que tendremos momentáneamente de frente con la bonita estampa de Sierra Nevada de frente;
 siendo éste el lugar desde donde debemos afrontar el descenso en zig-zag o de la forma mas directa que nos permitan las rodillas, hasta por fin, alcanzar la parte alta del pinar por donde discurre el último tramo del recorrido, donde se hizo la última parada de reagrupamiento.
Al llegar al pinar nos encontramos con el serpenteante sendero de Los Enamorados, que veíamos anunciado al principio de nuestro recorrido y que nos lleva bajo la agradable sombre del pinar; mientras algunos compañeros nos demorábamos en la cola del grupo poniendo el macro de nuestras cámaras a prueba para fotografiar las bellas florecillas que aquí véis, destacando una amplia variedad de orquídeas, para una sierra aparentemente tan desolada. Y bajo la reconfortante sombra de los pinos, fuimos perdiendo altura hasta regresar sin dificultad, ni margen de error, hasta la pista que discurre paralela a la alambrada a la autovía A-92 y que en esta ocasión tomamos a la izquierda, dirección O, para desandar unos 800 m sobre nuestros pasos hasta regresar a la Estación de Servicio Los Abades, donde nos estuvimos tomando la cervecita de despedida y desde donde algunos compañeros, aprovechando que habíamos acabado relativamente pronto, nos trasladamos con los coches a la cercana localidad de Loja, para conocer el famoso paraje de la cascada de forma el río Genil en la denominada, Cola del Caballo del paraje conocido como Los Infiernos Altos.

Al que se llega a través de un “sendero” que cruza una plantación de trigo.