sábado, agosto 30, 2014

Barranco de Zarzalones

Pueblo de referencia: Yunquera

Cómo llegar a Yunquera: Si venimos desde Málaga capital hay que tomar la carretera A-357 dirección Campillos. Tras recorrer unos 14 kilómetros se llega Cártama, e inmediatamente después de este pueblo hay que acceder por la A-355 hasta Coín. O bien seguimos y a la altura de Pizarra tomamos el desvío que nos indica a la Sierra de Las Nieves, pasando por Zalea, dejando a nuestra derecha Casarabonela y continuando hasta Alozaina, donde empieza el tramo paisajístico que nos llevará hasta Yunquera. Si venimos desde la zona de Ardales o Teba hacia Ronda, tomamos el desvío que nos lleva hasta Serrato y después continúa hasta El Burgo, que también es el pueblo de referencia si venimos desde Ronda por la A-366, El Burgo se encuentra a unos 25 km de Ronda y 9 km mas allá llegamos a Yunquera.

Entorno: sector oriental P. Nat. Sierra de Las Nieves

Hora y punto de encuentro: 11.00 am en la gasolinera de Yunquera.

TRAMO EN COCHE:

¿Cómo llegar de Yunquera hasta el inicio de ruta?

Existen dos maneras, pero ambas requieren de 4x4 o coches altos todo terrenos por el estado de los dos carriles por el que podemos llegar:

Existe una primera forme que es tomando el ramal de pista que sale a nuestra izquierda, una vez que pasamos la zona de camping y campo de fútbol de Yunquera, conocido como camino de Los Bueyes y que en dirección Sur, suroeste, nos deja hasta un punto elevado de uno de los tributarios de su cabecera, de hecho está uno 2 km por encima de la gran surgencia y teórico nacimiento del Zarzalones, pero esta opción es sólo recomendables para barranquistas que sean grandes conocedores de esta zona.

La opción mas recomendable para llegar al tradicional inicio y final de ruta situado en la central eléctrica o fábrica de luz de San Pascual, también conocida como fábrica de luz del río Grande o de Yunquera. La forma mas directa (unos 5 km desde Yunquera) consiste en tomar la pista, asfaltada en sus primeros metros que parte desde una curva cerca de la entrada de Yunquera, tal y como llegamos de Alozaina, y que en dirección oeste, sur, suroeste, desciende en primer lugar hasta el arroyo del Plano entre fincas y huertas que nos hablan de la tremenda riqueza de agua de la zona, tras cruzar este primer arroyo llegamos a un cruce, tomamos la curva de horquilla a la izquierda y remontamos una loma, hasta trasponer al siguiente valle que ya es el que pertenece al barranco de Zarzalones, siempre por el tramo de pista principal que coincide con las balizas roji-blancas del GR.-243 Sierra de las Nieves, llegaremos sin margen de error hasta la explanada donde se encuentra la central eléctrica de San Pascual, donde podemos dejar los coches perfectamente aparcados.
TRAMO DE APROXIMACIÓN DE TRECKING AL INICIO DEL BARRANCO:
¿Cómo llegar de la fábrica de Luz de San pascual a la presa de Zarzalones?

Una vez que nos encontramos ante la fábrica de luz, preparados para transportar los equipos (pero todavía en bañador o ropa cómoda), rodeamos el edificio por la izquierda, sorteamos como mejor podemos el barrizal de su perímetro oeste y encaramos un tramo larguísimo de escaleras de cemento, por el que remontamos cerca de 100 m de altitud, en poco mas de 200 m distancia. Magnífico entrenamiento para cuádriceps, pero asfixiante y un auténtico suplicio para cualquier persona que no esté en forma.

Poco después remontamos un último trecho hasta situarnos a la altura de una gran alberca tipo “Pozo Batán” de Frigiliana, que es desde donde se controla el agua que cae a toda velocidad por la tubería que discurría paralela a las escaleras que acabamos de subir para producir la energía eléctrica allí abajo en la central.

Una vez ante esta gran alberca, la rodeamos por su bordillo izquierdo, hasta pasar al otro lado de una puerta metálica, por el que accedemos a un último tramo de subida, donde enlazamos con un sendero que sale a la izquierda, desde donde ya comenzamos a ganar vistas sobre el frondoso paraje donde se encuentra la emblemática y tremenda surgencia de agua, señalada como el nacimiento del barranco de Zarzalones, bajo la cual hay una pequeña presa con un gran orificio en su muro para las épocas de fuertes lluvias en que sale una enorme cantidad de agua de la cueva.
Los muros de la presa y sus albercas adyacentes, son el lugar perfecto para colocarnos los neoprenos, botas de barranquismo o trecking (mejor que zapatillas), arnés, cascos, cámaras acuáticas, etc…
 TRAMO ACUÁTICO DEL BARRANCO ZARZALONES:
Desde la presa de Zarzalones, bajo la surgencia hasta la fábrica de Luz de San Pascual:

Distancia aprox: caminando hasta llegar al inicio del descenso, poco mas de 1,5 km km. Lo que es el tramo de barranco del Zarzalones por su cauce propiamente dicho unos 2 km, aunque muy disfrutones.

Desnivel aprox (descenso): 90 m.

Duración aprox: unas 4 horas contando con la aproximación caminando y el descenso por el barranco, aunque siempre dependerá del ritmo de progresión del grupo y número de participantes.

Tipo de ruta: circular, ida por fuera del agua y retorno por el barranco Zarzalones.

Dificultad: Se trata de un barranco ideal para la iniciación, sólo tiene dos rápeles significativos, pero muy asequibles para iniciación, si bien requieren de monitor o persona con experiencia en las reuniones. También nos encontraremos con varios saltos de escasa altitud.

Rápeles mas significativos: el primero de 30 m (tipo tobogán muy inclinado, pero no vertical) y el segundo de unos 25 m, pero mucho mas escalonado, una larga cascada muy escalonada, que se desciende como si fuera el tobogán de un parque acuático, sentado, pero siempre controlando la cuerda que iremos soltando poco a poco, aunque en esta ocasión por delante, no por detrás, ya que para hacerlo mas fácil y disfrutando a tope del agua, lo hacemos de cara. Mientras que el primero de 30 m se realiza al modo clásico descendiendo de espaldas y con la mano puesta atrás.

Tipo de río: dada la procedencia de estas aguas subterráneas que según cuentan llegan a estar en contacto incluso con sima GESM, la primera impresión es de una frialdad tan sólo comparable al arroyo de la Ventilla en Arriate o al laguito de la salida de la Cueva del Gato. Pero es tan fresca y cristalina que casi invita a beberse directamente (cosa que nunca debemos hacer). Su cauce es extremadamente pedregoso, con cantos normalmente redondeados de tamaño mediano, pero casi siempre resbaladizos.

Información del caudal: variable según la época, pero siempre con agua. ¡Ojo!, en época de crecidas sólo es apto para personas con amplia experiencia barranquista.
Combinación de vehículos: No es necesaria
Material necesario por participante: dos cuerdas de 40 m para el monitor o guía responsable y lo habitual para barrancos por cada participante: arnés, casco, vaga, “ocho”, culeras y neopreno largo, necesario incluso en verano, ya que el agua está bastante fría sobre todo al principio.
Material de instalación: aconsejable llevar cordino y cintas.
Época recomendada: Cualquier época, incluso en verano lleva un caudal bastante aceptable.
Vías de escape: hay salidas laterales para subidas inesperadas de caudal en la mayor parte del recorrido.
Fecha de realización: viernes 29 de agosto de 2014.

Participantes: Paco García Batista, Paco Pérez Mariscal, Juan, Kathryn, Covi, Juan Ignacio Amador y como monitores de Al-Andalus Activa: Javier y Gonzalo.

Breve descripción del recorrido:

Los dos kilómetros de barranco que realizamos se dividen en tres tramos: el primero y el tercero son como muchas rutas acuáticas por la que simplemente vamos caminando sobre las rocas, en medio de gran frondosidad, con bonitos rincones, pero donde en ningún caso es necesario material de cuerdas.

Y el tramo central es donde se encuentran los dos rápeles mencionados alternados con varios tramos de cahorros de gran belleza.


Como ya hemos comentado, el tramo de aproximación a pie, finaliza en la presa superior, a escasos 100 m distancia de la cueva donde se encuentra la espectacular surgencia de la cueva Zarzalones. Si queremos practicar el rapel, la barandilla de esta presa nos ofrece un lugar ideal para instalar el primer rápel o bien en uno de los sistemas de aperturas de agua, tal y como había hecho semanas antes nuestro amigo Manuel Limón. Pero nosotros optamos por bajar por las escalerillas que nos conducen a la alberca inferior, que recorreremos hasta su otro extremo, para seguir descendiendo por un serpenteante senderillo que en una corta distancia nos conduce hasta el mismo cauce del barranco que a partir de este momento ya es nuestro camino a seguir. No sin antes haber aprovechado la magnífica poza de la presa para darnos un primer baño y provar por primera vez las bajas temperaturas de estas cristalinas aguas.


Este primer tramo del río, es poco menos que una ruta acuática al uso, donde el agua a penas cubre mas allá de las rodillas o en todo caso por la cintura, pero sin dejar de sorprendernos con rincones de gran belleza. La transparencia y pureza del agua, ya te hace sentir un ser privilegiado desde el primer instante. 
Superado este primer tramo que se puede cubrir en poco mas de media hora llegamos a la zona de cahorros y de los dos rápeles. El primero es de 30 m y está equipado con dos reuniones en su cabecera: Una es por el agua, margen derecho, para barranquistas con mas  experiencia, ya que cae a una poza algo incómoda de salir. Y la otra por una pendiente suave que está a la izquierda, que fue la que escogimos nosotros. Se trata de un empinado tobogán, aparentemente fácil que no obstante requiere de cierta práctica para no resbalar al pisar por la zona mojada por donde corre el agua, donde yo me caí nada mas pisar, sin poder recuperar la verticalidad, hasta llegar al descanso que hay unos 5 m antes de llegar al final, estos últimos metros consisten en un rápel volado, que curiosamente me resultó mucho mas fácil.


Nada mas salir de este primer tramo que finaliza en una poza idílica, el agua se encajona entre las rocas y la velocidad que adquiere el cauce, nos avisa, de la inminente presencia del segundo rapel (prácticamente están seguidos). En su cabecera nos encontramos con una rudimentaria reunión, formada por dos chapas sin cadeneta por lo que deberíamos llevar algo para unirlo. 
Se trata de un rápel de unos 26 m sin mucha pendiente formado por una sucesión de pequeñas cascadas, con un perfil parecido a las pistas blandas de un parque acuático, donde se alternan, toboganes medianos, con pequeños descansitos, que durante todo su trayecto, se suele encarar sentado de frente, y soltando la cuerda de forma intermitente con la mano por delante de nosotros. 
Al final de este segundo rapel nos encontraos con la poza mas espectacular de todo el recorrido, que con el telón de fondo del rapel por el que acabamos de descender es el lugar ideal para la foto de grupo.

A partir de esta idílica poza, comienza la tercera parte, que al igual que la primera consiste en una ruta acuática al uso, donde se van alternando pozas de escasa y mediana profundidad, que rara vez nos cubrirán por encima de la cintura, a través de un bosque de galería muy selvático, que nos conduce hasta la gran poza que se encuentra junto a la central de san Pascual donde hemos dejado nuestros vehículos previamente.

 En caso de necesidad, al llegar a la poza mágica que se encuentra al final del segundo rapel, según el sentido de la corriente y por lo tanto de nuestro descenso, podemos tomar un sendero que sale a la izquierda y que nos lleva hasta la central hidroeléctrica, si bien, atraviesa una propiedad privada que coincide con uno de los huertos en bancales, tan frecuentes en la mayor parte de las laderas existentes entre el barranco Zarzalones y Yunquera.

sábado, agosto 09, 2014

Necrópolis de Las Aguilillas

Distancia aprox. 8 km versión lineal, 10 km versión circular
Desnivel aprox. 150 m de ascensión
Punto de partida: 370 msnm, inicio de la pista cercana a la casa que hay antes de cruzar la presa Guadalhorce-Guadalteba
Punto mas elevado: 495 msnm Necrópolis de Las Aguilillas
Tiempo aprox. entre 3 y 4 horas, según el tiempo que queramos recrearnos en la Necrópolis y la opción que escojamos para regresar.
Nivel dificultad: bajo
Tipo suelo: pista terriza 80% y 20% sendero en la zona de la Necrópolis.
Tipo de recorrido: lineal o circular, según la opción que escojamos.
Época recomendada: Cualquiera, incluida el verano, la haceos la ruta a primera hora de la mañana.
Mapa: 1038-I (Pantano del Chorro)
Cómo llegar: Tomando como referencia el Parque Ardales, dejamos atrás la zona de restaurantes El Mirador y El Kiosko, atravesamos la Presa del Conde de Guadalhorce, pasamos por delante del hotel Posada del Conde, y a penas 2 km después vemos una pista terriza que sale a la izquierda y que coincide con nuestro inicio de ruta.  Una Casa de la Confederación Hidrográfica del Sur, unos 50 m mas delante de esta misma carretera, también en el margen izquierdo y una zona de aparcamiento a la derecha, justo antes de la presa Guadalhorce-Guadalteba, serán referencias mas que suficiente para confirmar que nos encontramos en el inicio de ruta.
Fecha de realización y meteorología: viernes 8 de agosto de 2014, 34ºC cielos completamente despejados, con ligera brisa de poniente que al mediodía, coincidiendo con nuestra sesión de kayaks y baños, donde a veces el aire paarecía arrastrar intermitentes olas de calor.
2 Participantes: Eduardo "El padre Carras" y un servidor. Juan Ignacio Amador.
A tener en cuenta: Sé respetuoso en todo momento con el entorno y muy especialmente al entrar en la zona de la Necrópolis de Las Aguilillas de gran importancia arqueológica.
Alicientes: Además del gran interés arqueológico e histórico del lugar, esta ruta que se puede complementar perfectamente con la actividad de kayaks en el camping Parque Ardales o bien plantearse como una ruta de paseo, para cualquier época del año, nos recompensa con bonitas panorámicas sobre la zona de los embalses 360º a nuestro alrededor.
Descripción del recorrido:
A la entrada de la pista nos encontramos con una señal de carretera que nos recomienda velocidad de “50” y un “STOP” para los vehículos que salgan de la pista y se incorporen a la carretera por la que hemos llegado. Desde el inicio avanzamos en ligera ascensión, a penas a 120 m del inicio llegamos a una bifurcación, siendo la opción mas directa y recomendable la de la izquierda, que con perfil predominantemente ascendente y algún que otro tobogán en bajada, va serpenteando entre el denso pinar que nos rodea, donde se está llevando a cabo un tratamiento selvícola preventivo, como podemos comprobar en algunos puntos del camino, con abundantes troncos y ramas apilados, procedentes de árboles caídos o enfermos. 
Al inicio del recorrido podemos observar a nuestra derecha, nordeste los perfiles de sierra Llana, los tajos Ballesteros y la Huma. De vez en cuando algunas paredes y abrigos de arenisca en las proximidades del camino, nos van dando una pista del tipo de roca que nos vamos a encontrar mas adelante.
Cuando ya llevamos mas de 3 km nos encontramos con un ramal de pista que desciende claramente a nuestra derecha, pero nosotros nos mantenemos en el principal que es el que gira ligeramente hacia la izquierda. Sirva también como referencia, que durante toda la ida llevamos la caída hacia el embalse del Guadalteba a la derecha y el cerro donde se encuentra la Necrópolis de las Aguilillas a nuestra izquierda. De hecho poco después de la mencionada bifurcación, ya nos encontramos a la izquierda del camino con una alambrada y dos accesos (aún sin puerta) a unos 40 m de distancia, un acceso de otro, siguiendo la alambrada. Junto al primer acceso nos encontramos con una placa metálica que nos recuerda que el recinto al que estamos a punto de acceder forma parte del “plan de dinamización turística entorno de los embalses Guadalhorce-Guadalteba”.
Y junto al siguiente acceso nos encontramos con el panel informativo de la Necrópilis de las Aguilillas, que entre otras cosas nos recuerda que su ubicación se encuentra en un promontorio de areniscas del Mioceno de unos 500 msnm, situado entre los valles del Turón y del Guadalteba. La Necrópolis se descubrió a finales de los años 80 y fue estudiada en 1991. Alberga siete estructuras funerarias, excavados en las rocas que han conservado las cámaras sepulcrales y numerosos nichos a su alrededor, tal y como vamos a comprobar poco después, accediendo por cualquiera de las dos entradas, que confluyen inmediatamente en el mismo sendero, encarando una ascensión algo mas empinada que la que hemos traído hasta ahora, comenzando a pasar junto a los distintos paneles ilustrativos de este didáctico recorrido, que nos invita a transformarnos en improvisados arqueólogos, imaginando como debió ser la vida de los primeros habitantes de aquel lugar. 
El recorrido interior por el recinto es de unos 2 km, prácticamente lineales, señalizados con balizas de madera. El primer panel nos informa sobre las características generales del itinerario y nos recuerda la prohibición de arrojar basura, realizar grafitis, o cualquier canallada por el estilo. El segundo panel, nos subraya la importancia estratégica de estar ubicado en la confluencia de dos valles. Y los siguientes paneles: tiempos de grandes cambios, los habitantes de este territorio hace cuatro mil años. Poco después quedan a nuestra izquierda los paneles 8 y 9, que en teoría forman parte del camino de vuelta y que hacen referencia a los aspectos arquitectónicos de las tumbas que se encuentran unos cuantos metros por debajo y el control del territorio por los poblados.
Uno de los puntos álgidos de este itinerario, viene al superar un collado que se encuentra unos metros mas allá de los paneles 8 y 9. Donde nos encontramos con unos abrigos de arenisca que albergan tres estructuras funerarias, dos de ellas con dos magníficos ejemplos de cámaras sepulcrales.
Seguimos adelante, por el incipiente sendero que remonta una loma, al final de la cual nos encontramos sorprendentemente con una trinchera en toda regla y un panel sin numerar titulado “Un recuerdo para olvidar” y que nos recuerda que en otoño de 1936 e invierno de 1937, cuando las tropas nacionales sitian la provincia de Málaga y se establecen en la población de Peñarrubia, desde allí intentan la toma del pantano del Chorro y del pueblo de Ardales. Mientras que un destacamento del bando republicano organiza la defensa del frente desde el cerro de Las Aguilillas, aprovechándose las tumbas como refugios o nidos de ametralladoras, tal y como se pudo comprobar en los estudios y excavaciones que se llevaron a cabo a principios de los 90. Por lo que nos encontramos en un lugar cargado de historia. De hecho unos metros mas adelante nos encontramos con una especie de bocamina que se comunicaba con las trincheras.
Y realizando un suave descenso que nos lleva hasta el extremo sur de la Necropolis llegamos a las tumbas seis y siete, según las numeras los paneles que se encuentran en sus proximidades. A partir de aquí podemos regresar sobre nuestros pasos, realizando pequeñas variantes que estimemos oportunas siempre y cuando respetemos el entorno.
Una vez fuera del recinto, lo mas fácil para regresar, obviamente será regresar sobre nuestros pasos, o bien, si nos apetece incrementar el nivel de dificultad o alargar eel recorrido, podemos descender campo a través, en paralelo al margen derecho de una cañada, que coincidía aproximadamente con el segundo kilómetro de nuestro recorrido y ladera abajo, llegaríamos a una pista que se mantiene paralela a la orilla del embalse del Guadalteba, cuyas aguas irán quedando siempre a nuestra izquierda, hasta que regresamos a la bifurcación de pistas, muy cercana ya, al inicio de ruta.
Después de esta interesante ruta, nos desplazamos hasta la zona Nº1 del Camping Parque Ardales, desde donde nos dirigimos hasta el embarcadero de http://www.indiansport.es/  donde el amigo Germán amablemente puso a nuestra disposición dos kayaks individuales que tras unas rápidas prácticas y un espectacular vuelco del padre Carras, fueron suficientes para coger la suficiente soltura como para recorrer la mayor parte del entorno con sus distintas calitas e islas, hasta la emblemática Casa del Administraador. Intercaladas con varias sesiones de baños y la paella tradicional en el restaurante el Mirador.

jueves, agosto 07, 2014

Descenso del río Guadaiza, cauce medio y bajo

Punto de encuentro: 8.30 Gasolinera BP, junto a una de las rotondas del inicio de la carretera San Pedro-Ronda (dentro de San Pedro de Alcántara).
Entorno: Sector suroriental de Sierra Palmitera. Esta sierra forma parte del Macizo de Sierra Bermeja, de hecho su componente principal es la roca peridotita. La Sierra Palmitera comienza en el puerto del Madroño (km, 22 carretera San Pedro-Ronda) y mantiene una trayectoria NO-SE, hasta las inmediaciones de La Quinta Golf, junto a San Pedro de Alcántara.
Por su vertiente occidental discurre la serpenteante carretera San Pedro-Ronda y el valle del río Guadalmina y por su vertiente oriental el muy poco conocido río Guadaiza y el famoso carril que va desde la Fuenfría al puerto de La Refriega-Castaño santo y La Quinta Golf, urbanización que es nuestra referencia para llegar al inicio de esta ruta.
Localidad de referencia: San Pedro de Alcántara
Inicio de ruta: explanada previa a la presa del Guadaiza (lugar ideal para dejar los vehículos.
Cómo llegar al inicio de ruta: la referencia a seguir es el inicio de la carretera de San Pedro-Ronda, A-423. Desde la N-340, tomamos dirección Ronda y a penas en sus dos primeros kilómetros, todavía en la zona del polígonos industrial de San Pedro, al llegar a la tercera Rotonda (justo antes de pasar bajo la autovía de peaje). Tomamos el desvío a la derecha que nos indica “La Quinta Golf”, a continuación nos adentramos en un pequeño laberinto de urbanizaciones de lujo, con alguna que otra rotonda, siendo nuestro camino a seguir, el principal en, dirección predominantemente Este-nordeste, al final de un tramo mas o menos recto llegamos a una rotonda donde hay que tirar a la derecha y al poco a la izquierda, a partir de aquí vamos llevando a nuestra izquierda la valla metálica del campo de golf. Pronto la pista pasa a ser terriza, de momento en buen estado y poco después de cruzar por primera vez con el erío Guadaiza (generalmente seco por ahí, ya que requisan todo su caudal para los campos de golf), hay un carril que asciende por una ladera hacia el ESTE, es el que deberíamos tomar si fuésemos hacia el Castaño Santo, pero éste no es nuestro caso.
Nosotros nos mantendremos en el carril que en todo momento discurre junto al cauce del expoliado río Guadaiza, que atravesaremos varias veces, pasando alternativamente a uno y otro margen, hasta que un par de kilómetros mas allá, llegamos a una gran explanada ideal para poder aparcar los coches. Hasta aquí podemos llegar con cualquier tipo de turismo, sin la menor dificultad. La pista continúa unos 200 m mas allá hasta situarse a la altura de la presa que es donde finaliza, pero si no se dispone de un 4x4, mejor dejar los vehículos en la mencionada explanada y comenzar la ruta a pie, propiamente dicho.
Distancia aprox.  Unos 15 km mas lo que decidamos caminar aguas arriba al llegar a la altura del cortijo “casa de Las Máquinas”.
Desnivel aprox. subida y bajada 400 m.
Punto de partida: Explanada justo antes de la presa del Guadaiza (150 msnm).
Punto mas elevado: punto donde accedemos a la pista que faldea la sierra.
Tiempo aprox. Entre 6-7 horas hasta la casa de Las Maquinas, mas lo que decidamos remontar a partir de allí río arriba, con los baños y paradas correspondientes.
Nivel dificultad física: Medio por el esfuerzo a realizar, pero alto por la incomodidad de todos los tramos que hagamos caminando por el cauce del río debido a la abundancia de rocas, algunas de ellas muy resbaladizas, con el permanente riesgo de caída o resbalón. (Mejor llevar botas de trecking y bastón/es).
Tipo de río: Una vez dentro del cauce del río Guadaiza, su cauce es muy rocoso, salvo en el tramo final donde el lecho del río ya es mas arenosos y de piedras pequeñas. No obstante, conviene llevar como calzado botas de trecking o zapatillas de travesía con suela gorda. Salvo alguna poza de cierta profundidad, la mayor parte del tiempo iremos caminando con el agua por debajo de la cintura o incluso por debajo de las rodillas.
Tipo suelo: senderos y pistas terrizas con algunos tramos pedregosos 50%. (ida) hasta el cortijo “Casa de las Máquinas” 50% lecho del río.
Tipo de recorrido: circular-anfibio, primer tramo terrizo, segundo tramo acuático, por dentro del lecho del río.
Mapa: IGN Marbella (1.065-IV)
Hora puesta de sol 21.24 pm y ciclo lunar: inicio de cuarto creciente.
Fecha y meteorología: 2 de agosto de 2014, 32ºC y suave brisa de poniente de unos 15 km/h
Participantes: Celia “la Hechicera du Sao Paulo”, Sonia “Catwoman”, Rafa “El Califa”, Jorge “El Titán del Guadalevín”, el Doctor Leal, Fernando “El Duque de Juanar”, Chuckie y Juani “El Comandante”.
Material recomendado: bañador, botas de trecking o calzado de travesía con suela fuerte. Tubo estanco o algo parecido para proteger comida, cámaras, móviles, llaves, etc… del agua. Para evitar resbalones con las piedras mojadas del río, siempre viene bien un bastón y si son dos mejor. Muda de ropa y calzado cómodo para dejar preparado en el coche al final de la ruta y muchas ganas de disfrutar del agua y el sol. No os olvidéis protector solar (crema, gafas, gorra, etc…).
¡Y para que ningún bicho te pique no te olvides de AFTER BITE!
Breve descripción de la ruta:
Una vez en la explanada mencionada en el inicio de ruta, accedemos al puente sobre la presa tomando cualquiera de los senderos que existen al fondo y a la derecha de esta explanada tal y como llegamos a la misma. Atravesamos la presa e inmediatamente después vadeamos el cauce de las aguas derivadas que proceden de la presa del Guadaiza y Guadalmina, para sumarse a las aguas del Guadalmansa y desde aquí por un sistema de bombeo próxima a la torreta de control, suben hasta una tubería desde donde descienden hasta el embalse de la Concepción cercano a Istán. 
Nuestra referencia a seguir es el sendero terrizo que discurre paralelo a la orilla occidental del pequeño embalse del Guadaiza, cuyas aguas llevaremos de momento a nuestra derecha y a cierta altura respecto a nosotros. El sendero poco a poco se va estrechando y cerrando cada vez mas entre la abundante vegetación de ribera que flanquea en todo momento el cauce del río Guadaiza. Podemos continuar río arriba, tanto por este sendero, como por el mismo cauce, estando atentos a l llegar a la altura de una poza, a penas 1 km mas allá de la presa, para tomar un ramal de sendero que sale a la izquierda, siempre en sentido ascendente. Pronto llegamos a una bifurcación, siendo el ramal de la izquierda el que debemos tomar y después de unos 20 minutos o media hora de ascensión continua, llegamos a un ramal de pista que faldea la vertiente occidental del valle del Guadaiza que siempre irá quedando a nuestra izquierda.
Cuando llegamos al ramal de pista, debemos tomar a la derecha, dirección norte, la angosta pista terriza, a veces se intercala con tramos de sendero, atravesando un par de cañadas, atravesando un bonito bosque de encinas, alcornoques y algún que otro pino y algarrobo, que van añadiendo distintas tonalidades verdes a la paleta de colores que nos rodea. Sirva de referencia un tendido eléctrico bajo el que pasaremos como un par de kilómetros después de haber accedido al sendero por el que vamos. Al este destacan la sierra de Las Apretaderas en primer plano y por detrás las sierras Blanca y Canucha. Al norte de izquierda a derecha, el cerro Abanto, la muela del Alcazaba y el emblemático Torrecilla.
Unos dos kilómetros después de haber dejado atrás el tendido eléctrico, llegamos a una bifurcación de caminos, el que llega a nosotros por la izquierda es por donde descendimos para emprender el regreso en la ruta que realizamos a finales del mes de abril de 2014. Mientras que el que continúa de frente y pronto empieza a descender hasta el río zigzagueando, es el que en unos quince minutos nos conduce hasta el río Guadaiza, que vadeamos para acceder al amplio huerto y las ruinas de lo que en su día debió ser el monumental cortijo de “la casa de Las Máquinas”. 
Por el tamaño del cortijo fueron varias las familias que debieron vivir en él, llaman la atención sus grandes albercas de poca profundidad, donde parece ser se lavaba la tierra del río para la extracción del platino, para lo cual se trasladaron hasta aquí unas máquinas y artilugios, que finalmente por los que finalmente fue conocido este cortijo. El promedio oscilaba los 40  miligramos por cada metro cúbico de arena del río. La búsqueda se hacía por medio de sondeos, dividiendo el lecho del río en fajas longitudinales y en cada una se iban realizando los sondeos a mayor o menor profundidad.Una vez finalizada nuestra exploración alrededor del cortijo de la Casa de las Máquinas (¡que pena el actual abandono de tan monumental caserón!). Continuamos aproximadamente un kilómetro aguas arriba, hasta que la vegetación empezaba a cerrarnos cada vez mas el paso y el terreno se hacía cada vez mas agreste y escarpado, tal y como nos había descrito nuestro amigo Isi, en su épico descenso integral hace pocos años. Por lo que decidimos poner fin a nuestra remontada del cauce en una zona de abundante sombra donde estuvimos almorzando, mientras nuestro amigo Fernando, “El Duque de Juanar” sufría el ataque de “Los gusanitos del Guadalmina” que empezaron a treparle por la pierna camino de “los huevos”
Finalizado el almuerzo, iniciamos el descenso, volviendo a pasar un kilómetro después junto al cortijo de Las Máquinas, donde estuvimos probando sus dulces naranjas, a pesar de ser principios de agosto. Continuando con el entretenido descenso por su resbaladizo cauce, salvo alguna poza de cierta profundidad, la mayor parte del tiempo el agua a penas llegaba a las rodillas, lo cual siempre resulta mas incómodo porque el riesgo de caídas o resbalones es mucho mayor, que cuando el agua cubre mas y esta te ayuda a mantener el equilibrio.
En cualquier caso el río nos sorprendió con algunos rincones de gran belleza, llegando a crear en ocasiones un par de pequeños cahorros, coincidiendo con algunos tramos de pozas con cierta profundidad, donde se hacía preciso nadar, aunque siempre tramos de escasa longitud. Mientras el Maestro Geobotánico Don José Guerrero, nos iba explicando la naturaleza de algunos afloramientos pizarrosos intermitentes, destacando los extensos afloramientos del manto Alpujárride, que aparecen en las zonas bajas, aun cuando se consideren tectónicamente cobertera de la intrusión, hecho que puede explicarse por la formación de una fosa a partir de una serie de fallas, o quizá porque la peridotita no surgiera totalmente rígida, lo que supuso que la cobertera metamórfica quedase englobada dentro del macizo. 
Estos afloramientos son, primeramente, micaesquistos paleozoicos, que constituyen una verdadera ventana tectónica, con tonos ocres y niveles de cuarzo, con grafito, granates y andalucita. Los gneises granitoides, de edad precámbrica, se conforman a partir del contacto con las peridotitas, formando una aureola a su alrededor, en ambas laderas, y a continuación de los micaesquistos.
Al sur del valle hace su aparición una estrecha tira de gneises bandeados también precámbricos, cuarcitas del Paleozoico, del complejo Alpujárride, y más al sur encontramos retazos de filitas, cuarcitas y grauwacas paleozoicas, así como areniscas del permotrías, todas ellas pertenencientes al manto Maláguide.
La litología del valle se completa, ya en el curso bajo, con unas manchas de conglomerados pliocénicos, pertenecientes a la unidad del Aljibe, y los depósitos aluviales cuaternarios del fondo de vaguada. Existen igualmente una serie
de conos de deyección situados en el curso medio, en la ladera derecha, donde se instalaron los caseríos del Daidín y Las Máquinas.
Cuando ya llevábamos muchos minutos seguidos caminando concentrados con qué piedra pisar en cada momento, aprovechábamos para darnos una tregua del cauce y avanzar por fuera, caminando sobre algunos tramos secos, por donde sólo circula el agua en época de crecidas, que a veces superaban los 2 m de altura con respecto al cauce del río. Lo que debe servirnos para hacernos una idea de las tremendas crecidas que se producen cada ciertos años en este río de montaña. La mas reciente fue el 17 de febrero de 2010,, llegándose a desbordar a partir del viaducto de la A-7, lo que provocó la inundación de cinco viviendas del edificio Los Pinos de la urbanización Cortijo Blanco. Los graves daños materiales causados por la riada en una de estas casas obligaron a bomberos, Protección Civil y Policía Local a evacuar a la familia que la habitaba, formada por un matrimonio y sus dos hijos pequeños.
El desbordamiento se produjo sobre las cinco de la mañana tras una fuerte tormenta, cuando la maleza y la basura acumuladas durante muchas horas obstruyeron los ojos del puente próximo a la urbanización que conecta ambos márgenes del río. El agua tomó la dirección de las casas sorprendiendo a los vecinos que en esos momentos dormían.
De pronto, la tromba, con olas de hasta un metro según el relato de estos vecinos, traspasó las puertas y las ventanas de las viviendas hasta derribarlas; llevándose por delante todo lo que se encontraba a su camino, incluidos los coches aparcados en la entrada.
En nuestro caso, tras una Primavera muy escasa en lluvias, nos encontramos con un cauce muy modesto, que por fortuna, en la infinita generosidad de la naturaleza, nos recompensó con rincones de gran belleza y llenos de vida, con las cristalinas aguas de este río, cuyas aguas no son profanadas desde su nacimiento hasta la presa. Contando también con abundantes pececillos en la mayoría de sus pozas, libélulas que sólo frecuentan ríos de aguas limpias, el canto de los paajarillos y la abundancia de helechos y tarajes en muchos tramos del Guadaiza.
Localización geográfica y paisaje:
Situado al suroeste de la provincia de Málaga, el valle del Guadaiza se enmarca en la zona interna de las Béticas, más comúnmente llamada Penibética, y se extiende, desde el puerto del Robledal, al norte, hasta la desembocadura del río del mismo nombre, cerca de San Pedro de Alcántara, al sur, quedando enmarcado por los interfluvios de las Sierras Palmitera, al oeste, y del Duque y de Las Apretaderas, al este. Son sus coordenadas, 36º 30’ 04’’ y 36º 57’ 30’’ de latitud N, y 4º 57’ y 5º 0 5’ de longitud oeste.Situado en la parte central del gran antiforme que constituye Sierra Bermeja, se eleva hasta el picacho de Las Encinetas (1474), en la sierra Palmitera, y el cerro de Abanto (1508 m), su máxima altura, justo en la cabecera del río, y en el contacto con los materiales calcáreos de la Sierra de las Nieves. La disposición continua de las sierras permite muy pocos pasos desde esta cuenca a la Sierra de las Nieves, o a los valles adyacentes del Guadalmina y Verde. Destacan los puertos del Robledal (entre la Fuenfría y el alto Guadaiza), y el de la Refriega (entre el arroyo del Bote y el río Verde), al sur de la Sierra de las Nieves. 
La superficie toda de este macizo sería de 45’6 Km2, ocupandoparte de los términos de los municipios de Benahavís, sobre todo, Istán, en muy escasa medida, y Marbella. Pero, a pesar de la relativa cercanía de alguno de estos pueblos, estamos en presencia de un valle despoblado en los tramos alto y medio en los que, debido a las elevadas pendientes, pobreza de suelos y la masividad y toxicidad del substrato, no existen zonas de cultivo, ni núcleos de población, a no ser unos pocos caseríos dispersos y abandonados de tradición silvopastoril y, excepcionalmente, algunas explotaciones agrícolas en las aureolas metamórficas, y otras que aprovechan los coluviones cuaternarios, como fue el caso del poblado del Daidín, donde aparecen castaños, frutales y algunos bancales.El paisaje, lejos de ser monótono como correspondería al dominio de las formas estructurales que acusa esta montaña, presenta espectaculares vallonadas que se abren entre los arroyos, desde los escarpados cordales de los interfluvios, algo masivos en las alturas, pero con profundos barrancos cuajados de arboledas o de matorral en las laderas asoladas por los incendios recurrentes.Tampoco presenta este “desierto” un aspecto desolado o desprovisto de vida como pudiera deducirse de la estructura y composición del roquedo; antes bien, se halla poblado por unaextraordinaria cubierta vegetal adaptada a las exigentes condiciones de la roca, con extensos y nutridos bosques de pinos negrales, con coscoja, madroños, jarales y aulagares, acompañados de numerosos relictos y especies endémicas de extremada fragilidad ecológica, un rodal edafogénico de encinas en las cumbres de la sierra Palmitera, y con restos de un abetal de pinsapos sobre las peridotitas del Abanto. Por otra parte, en las orlas gneísicas y los micaesquistos se desarrolla muy bien el alcornocal con quejigos, y los restos del rebollar en las altas cumbres del norte. Los arroyos de aguas permanentes están ocupados con saucedas y juncales con brezos.
Hemos de añadir que, a pesar de las dificultades extremas que el medio ofrece, no fue nula la presencia humana en un territorio tan aparentemente inhóspito. Podemos hablar de usos silvopastoriles, que dieron lugar a algunas explotaciones ganaderas, sobre todo de ganado cabrío, y del aprovechamiento del pinar: madera para traviesas, “pinocha” para los hornos de cal y los alambiques de los viñedos, que se cortaban o recogían en temporada, y que eran transportadas por nutridas partidas de arrieros y recuas. Hubo además otros aprovechamientos notables, como la obtención de la resina, y, sobre todo, la extracción de mineral, como la magnetita que se obtenía
de las minas del Robledal, o la niquelita, con un programa de investigación reciente, y el platino que halló Domingo Orueta en los aluviones del río. En resumen, estamos en presencia, como en todo el macizo de peridotitas, de un  territorio repulsivo para la población humana, al menos en lo que respecta a una  presencia constante, y para la mayoría de los cultivos. Pero estas dificultades han  sido precisamente las garantes de una conservación más que notable. Aislamiento, inaccesibilidad y pobreza de los suelos han sido las tres premisas para que estemos  en presencia de una montaña milagrosamente preservada, a dos tiros de piedra de una de las mayores aglomeraciones humanas del mediterráneo.