martes, mayo 29, 2018

Circular Benaocaz - Arco y Túnel del Horgazal

Entorno: (P.Nat. Sierra de Grazalema, Sector Sierra del Endrinal, zona del Horgazal o Jauletas)
Pueblo de referencia: Benaocaz
Breves reseñas históricas de Benaocaz:
Tal y como nos recordó nuestra anfitriona Ana Diannez "la Arqueóloga" en la charla de introducción de ruta, los primeros vestigios de presencia humana desde la prehistoria  se encontraron en la Sima de la Veredilla, y datan del VI Milenio a.C.). Los siguientes vestigios datan de época ibera y romana. De esa época es la calzada que comunica Benaocaz con Ubrique, de las pocas que se conservan en la zona.
Como aldea la fundaron los árabes en el año 715 oño fue tomada para los cristianos en 1485 por el mítico Rodrigo POnce de León, que también conquistó Archite, Ubrique, Grazalema y Villaluenga del Rosario. En 1490 pasó a ser propiedad de este mismo noble dentro del señorío de Villaluenga que le otorgaron los Reyes Católicos.
Cómo llegar al inicio de ruta: Viniendo desde Villaluenga sería la cuarta y última entrada a Benaocaz, unos metros antes de hacer la carretera un giro y descenso de 90º a la izquierda, en una especio de polígono sin urbanizar pero que conserva las calles distribuidas en varios bancales. Allí puede llegar un minibus sin problema.
Nivel de dificultad física: Medio-alto en esfuerzo
Nivel de dificultad técnica: Medio/Alto, la llegada al rincón que denominamos “Shangri La” y la salida del mismo requieren de ciertas trepadas sencillas, pero requieren experiencia previa. Y la salida del túnel del Horgazal requiere de mucha sangre fría, afrontando un destrepe con mucho vuelo, que aunque rápidamente te permite situarte en una zona escalonada, la salida del túnel impone mucho respeto. Absténganse personas con vértigo.
Nivel de dificultad orientativa: Alto, hay algunos tramos de esta ruta que son muy difíciles de encontrar si no fuera por la ayuda de un GPS. Como la llegada a Shangri La o encontrar el Arco y el Túnel del Horgazal.
Tipo de suelo: 80% senderos terrizos o pedregosos, 20% lapiaz puro y duro.
Tipo de recorrido: Circular
Distancia aprox: 13 km
Tiempo aprox:  8 h.
Desnivel acumulado de ascenso: 850 m.
Atura en el punto de salida: 790 m. (Benaocaz)
Punto más alto: 1260 m. (Túnel del Horgazal)
Crónicas de referencia:
http://www.rutasyfotos.com/2012/01/benaocaz-jauletas-coargazal-puente-del.html
http://senderismotercertiempo.blogspot.com.es/2017/04/benaocaz-tunel-del-horgazal.html
A tener en cuenta: esta ruta no es apta para personas con vértigo o que no estén muy acostumbrados a trepadas y trepadas por zonas calizas.
Absténganse de hacerla, personas con vértigo.
En caso de no llevar el track cargado en el GPS el tramo central de esta ruta es muy difícil de seguir y en el acceso a Shangri-La, si no se acierta a la primera, nos veremos a regresar en varias ocasiones sobre nuestros pasos, destrepando lo trepado.
Fecha y meteorología: Sábado, 26 de Mayo de 2018, cielos despejados al inicio de la jornada, que se fue cubriendo de nubes conforme avanzaba la mañana, arrastrados por una suave brisa de poniente, que nos vino muy bien para aportarnos la sombra y la frescura necesaria en los tramos de ascensión.
26 Participantes: Doctor Leal, Paco El Generoso, Dolo “La Reina del Trivial Pursuit”, Serrato “El Juglar de los Montes”, Juani, Lena “La Amazona Bielorrusa”, Mariano “El Ingeniero”, Nono “El Soltero de Oro”, Javier Dfucas, Alicia en el País de las Maravillas, Fran de la Jungla, Pepi Rebollo, Alejandro, Manuel Álvarez Osorio, Ana, Encarna de Noche, Javier Andrés Diaz, Paqui Zafra, Julio Rodríguez “El Dron zumbador”, Pepe Guerrero “El Maestro geobotánico”, Elena “La Chica que hablaba con los árboles”, Dan “Silver Surfer”, Romualdo Estévez “El Trovador de la Senda”, Maria Jesús Rider “La Duquesa”, y nuestros fantásticos guías y anfitriones Ana Dianez “La Arqueóloga” y Manuel Limón “Premio Nobel de Senderismo”.
Breve descripción de esta ruta circular por el sector occidental de la Sierra del Endrinal.
Partimos de las explanadas de aparcamientos que hay al norte de la localidad, dejando a nuestra izquierda el inicio/final del sendero que conduce al Salto del Cabrero por donde tenemos previsto regresar y a nuestra derecha la calle Pajaruco (referencia del nombre del arroyo que atravesaremos a la ida y a la vuelta por dos puntos distintos), pasamos por detrás de unas casas adosadas, a la izquierda dejamos una construcción antigua de piedra aparentemente reformada y rápidamente accedemos al sendero que nos lleva hacia el Dornajo y Casa Fardela.
Desde el inicio del sendero las vistas son magníficas y nuestro guía, Don manuel Limón, tuvo a bien hacer una primera pausa para explicarnos lo que desde allí contemplábamos en dirección Oeste: con Sierra Alta a la izquierda  y el extremo sur de la Sierra del Endrinal a la derecha, por en medio del cual pasa el arroyo del Pajaruco, que a partir de ese punto gira al N-O para unirse al río Tavizna que poco después desemboca en el embalse de Los Hurones. 
No tardamos en encontrarnos con una primera angarilla, a la altura del pequeño arroyo del Señorito, modesto tributario del Pajaruco, generalmente seco, que atravesaremos, sin apenas darnos cuenta de su presencia. Unos 300 m mas allá, el sendero que al principio lleva dirección N, gira a la derecha dirección Este, mientras que a nuestra izquierda llevamos el valle del arroyo Pajarucos al que poco a poco nos vamos acercando, 
justo donde el sendero nos conduce por un descenso escalonado para vadear el arroyo, unos metros a la derecha, merece la pena desviarse para contemplar la denominada fuente de “Ojito Nogal”, formada por un pilón de dos senos labrado sobre la misma roca del lugar de forma totalmente artesanal. Regresamos unos 10 m sobre nuestros pasos y cruzamos el arroyo Pajaruco, que aquel día llevaba algo de agua. Por el carácter calizo de estas sierras, el agua en superficie suele durar muy poco y la mayoría de los arroyos suelen presentarse secos, pocas semanas después de las lluvias por mucho que haya llovido anteriormente.
Una vez que vadeamos el arroyo Pajaruco, nos volvemos a orientar dirección N, que será nuestra dirección predominante hasta el Arco del Horgazal. Aunque las pendientes son relativamente suaves no dejamos de ganar altura entre abundante matorral de jaras, matagallos, esparto, aulagas, romero o las espectaculares peonías que aquellos días de finales de mayo se encontraban en su esplendor, igual que la flor de los majuelos, así como muchas florecillas silvestres entre las que no faltaban distintos tipos de orquídeas o la peculiar sylene colorata. 
El siguiente hito es una antigua fuente que pasa desapercibida, unos 20 m a la derecha del sendero, pero un pequeño reguero de agua nos da la pista para llegar a su ubicación, se trata de la Fuente del Majano, protegida por un murete de piedra parcialmente invadido de zarzas de cuya base brota un manantial. Nos encontramos en lugar que los vecinos de Benaocaz conocen como “El Encinarejo”, no por casualidad la encina, junto con el quejigo son el tipo de árbol más representativo a lo largo de nuestro recorrido, junto con algunos alcornoques y acebuches.
Sin dejar de ganar altura pasamos al siguiente valle, por el que tan sólo perdemos alturas a lo largo de un corto trecho para cruzar el cauce seco del arroyo de Las Piletas, que parece ser que hace referencia a unas piletas excavadas en roca viva, que se encuentran cerca de su confluencia con el arroyo Pajaruco.
Seguimos ganando altura, caminando en paralelo a unas elevaciones rocosas que vamos llevando a nuestra izquierda y llegamos a un angosto valle conocido como "El Hoyo", que par las curiosas formaciones que nos encontramos al poco de llegar a su izquierda bautizamos como "Dolina de las Hornacinas", en un corto espacio de terreno nos encontramos con las formaciones imitativas de "El Gorila" (que es una gran cabeza de perfil, a ras de suelo) y un poco más adelante "La Tortuga" sobre un farallón rocoso, ambas a la izquierda del sendero y concretamente "La Tortuga", justo antes de llegar a un gran quejigo achaparrado, que preside el centro del angosto valle.
Este gran quejigo achaparrado, que reconoceremos fácilmente con el tronco a ras de suelo, nos sirve de referencia para abandonar el sendero, que en dirección N-E, nos llevaría hacia la Casa del Dornajo. Y lo haremos desviándonos a la izquierda para afrontar una escalonada ascensión, donde tendremos que usar las manos con mucha frecuencia, la mayor parte del tiempo se trata de una ascensión segura porque ascendemos encajonados entre bloques de caliza que nos protegen, pero otras veces, tenemos que afrontar pequeñas trepadas y algunos pasos de fe, que aunque generalmente son fáciles, te obligan a dar cada paso asegurándote muy bien y con los cinco sentidos, para evitar algunas caídas sobre grietas o pasos con mucho vuelo. Aunque a grandes rasgos la ascensión la podemos describir como muy directa de frente hacia arriba y tendiendo a desviarnos hacia la derecha, a partir de la mitad, lo suyo es llevar el track instalado en nuestro GPS, porque de lo contrario nos veremos a hacer varias rectificaciones por un terreno muy agrio, que además de la dificultad técnica, también conlleva un esfuerzo físico.
Después de superar un intrincado sistema de corredores, chimeneas y salvar numerosas grietas entre grandes bloques calizos, llegamos a un collado que sin margen de error nos conduce a una especie de Shangri-La paradisiaco, formando un torcal precioso, donde nos encontramos con dos pequeñas dolinas contiguas, en la primera nos encontramos con dos arcos pétreos y en la segunda destaca una abertura vertical que el Doctor Leal bautizó como "La Dolina del Clitoris". Este lugar es una auténtica pasada, no sólo desde el punto de vista geológico como botánico, si bien tuvimos la suerte de disfrutarlo en el esplendor primaveral de una gran variedad de plantas rupícolas, helechos, musgos, líquenes, varios tipos de orquídeas y florecillas silvestres de los más diversos colores. Este lugar debe ser una explosión de color en Otoño.
Tomando como referencia el Arco de mayor tamaño, que se encuentra a la izquierda, (OESTE), de la primera dolina a la que llegamos, iniciamos un segundo tramo de ascensión, que volverá a poner a prueba nuestra pericia para afrontar una nueva sucesión de trepadas y algún que otro paso expuesto, hasta que comenzamos a descender hacia el fondo de una cañada, que tomamos a la izquierda y que en continua ascensión por un cerrado sotobosque dejóvenes chaparros, nos acerca hasta la base del Alto de Jauletas (1295 m), que dejamos a nuestra izquierda, pasando junto a la figura de "El Caballo".
Mantenemos dirección N, sin dejar de ganar altura, pero ahora, de forma mucho más gradual, afrontando una sucesión de grandes dolinas (o pequeñas uvalas o navazos), que me recordaban a la ruta tradicional de la Cruz de Camarolos, por aquí nos encontramos con un enorme rebaño de cabras. Se trata de "Los Llanos de Charaván", a partir de aquí comenzamos a encontrarnos con una sucesión de flechas azules que nos van poniendo sobre la pista del túnel del Horgazal, y que coinciden con nuestra trayectoria, llegando casi al final de esta zona, nos encontramos con una formación rocosa, en una posición elevada a unos 100 m del sendero, que señalé como "La Hornacina de Charaván".
Poco después de dejarla, atrás y a nuestra derecha, estaremos atentos a una sucesión de hitos de piedra, que nos conduce por una zona muy rocosa, parcialmente cubierta de musgos y líquenes y un sotobosue con las ramas cubiertas de "barbas de fraile" hasta el "Arco del Horgazal". Una pequeña, pero preciosa formación rocosa, que marca el punto más lejano del inicio.

Descendemos del Arco del Horgazal, sobre nuestros mismos pasos, hasta la base del tramo escalonado por donde ascendimos al mismo y tomando a la derecha, dirección Oeste, caminaremos unos 250 o 300 m en paralelo a las gradas rocosas que llevamos a nuestra derecha, estando atentos a una sucesión de hitos y pinturas azules (recuerdo también alguna verde), que nos encontramos muy pronto, volviendo a afrontar otro tramo escalonado en ascensión, similar al que nos condujo al Arco del Horgazal, pero esta vez, mas  del doble de largo y con algún vericueto que se presta a confusión, a pesar de que cada pocos metros nos vamos encontrando con hitos, que se agradecen bastante en esta zona tan recóndita y remota de la Sierra del Endrinal, hasta que por fin nos encontramos con el famoso túnel del Horgazal, desde donde podemos disfrutar de un paisaje espectacular, a través del mismo. 
Allí estuvimos almorzando y después nos acercamos a la crestería que se encuentra justo encima, coincidiendo con uno de los puntos mas altos de este tramo de crestería de la Sierra del Endrinal, que discurre en paralelo con el Corredor del Boyar, sobre el que podemos disfrutar de unas vistas extraordinarias. Destacando como principales hitos orográficos la impresionante falla del Salto del Cabrero al S-O y la Crestería de la Sierra del Pinar, coronada por el Torreón (1.654 m), techo de la provincia de Cádiz al Norte.
Desde allí arriba, Manuel Limón, haciéndonos de Cicerones de lujo, al pequeñó grupo que le acompañamos allí arriba, mientras el resto terminaba de almorzar, nos estuvo explicando que las distintas alineaciones montañosas comprendidas en el Parque Natural Sierra de Grazalema constituyen una barrera natural para los vientos atlánticos. Los vientos de Poniente, cargados de vapor de agua, procedentes del Atlántico, discurren pos las tierras gaditanas hacia Levante, sin obstáculo, hasta encauzarse en el llamado Corredor del Boyar, que desde allí arriba teníamos a nuestros pies, por cuya pendiente van ascendiendo hasta encontrarse en el seno de la herradura que forman las sierras del Pinar que teníamos a nuestra derecha (NORTE) y del Endrinal sobre cuya cresta nos encontrábamos. Esto provoca una lluvia orográfica, sobre todo en la falda norte de la Sierra del Pinar donde se encuentra el famoso pinsapar de Grazalema y en la ladera este del Endrinal, laque da hacia Villaluenga del Rosario y el tramo de carretera que la une con Grazalema al Norte y Benaocaz al sur, que explica que en estas sierras se den uno los mayores índices pluviométricos de la Península Ibérica y sin lugar a dudas donde más llueve de la mitad sur de la Península. En los últimos cincuenta años la precipitación media anual de Grazalema ha sido de 2.223 mm., muy por encima de la media nacional. No obstante, estas cantidades pueden bajar de los 2.000 en años de sequía, como los últimos que hemos padecido.
A esta anomalía pluviométrica para latitudes tan meridionales se le suma otra: la provincia de Cádiz presenta el índice heliográfico más alto de la península, con más de 3.150 horas 

de sol al año.
Está demostrado que las zonas con mayor precipitación media anual (superior a 2.000 l/m2) se localizan en: Galicia, cordillera Cantábrica, Pirineo Vasco Navarro, Sistema Central y Sierra de Grazalema. Destaca en estas áreas como localidades más lluviosas, los municipios de Arruazu (Navarra) con 2.800 mm. y en Articuza (Navarra) con 2.654 mm. Visuña y Villarbacu ambas de la provincia de Lugo con 2.369 y 2.346 mm. respectivamente y Grazalema (Cádiz) con 2.093 mm.; en cuanto a ciudades importantes las más lluviosas son Vigo y Santiago de Compostela con 1.952 y 1.915 mm".
Una vez finalizado el almuerzo, procedimos a descender por el Túnel del Horgazal, que a quien no esté acostumbrado a los destrepes puede impresionar bastante por la sensación de altitud y la inmensidad del paisaje que desde allí podemos contemplar, si bien es cierto que lo único un poco expuesto es la salida, que debemos hacer preferentemente de cara a la pared, bien agarrados y estirando los pies hasta encontrar un paso escalonado que ya nos permite girarnos y mediante una sucesión de pasos escalonados, que van pegados a la pared de la derecha, llegamos a tierra firme, en menos de cinco minutos de laborioso destrepe. Digna de mención fue la magnífica labor solidaria (una vez mas) de los compañeros más intrépidos en el arte del destrepe con quienes llevamos peor el tema del vértigo, si bien es cierto que todo el mundo bajo con una soltura increíble, menos quien escribe esta crónica, que parecía "El Recluta Patoso de la Chaqueta Metálica" al lado de sus intrépidos compañeros/as, que parecían estar realizando un ejercicio rutinario de "West Point".
Una finalizado el destrepe por el Túnel del Horgazal, nos espera un largo descenso intuitivo, a lo largo de la empinada ladera Suroeste de la Sierra del Endrinal, si bien en los primeros compases del descenso íbamos girando perpendicularmente a la derecha, buscando siempre el terreno más llevadero, No tardaríamos en cambiar de rumbo, perpendicularmente a la izquierda, S-O, por un terreno de tierra muy blanda que parecía mantillo, abundante lapiaz de pequeñas piedras sueltas o rocas medianas y un tipo de vegetación muy resbaladiza, donde abundaban los ramilletes de peonías, aportándole gran belleza a este terreno, ante nosotros el corredor del Boyar, hacia el que descendíamos pocoa poco ya nuestra espalda y a nuestra izquierda los grandes farallones rocosos que forman los tajos de la vertiente S-O de la Sierra del Endrinal, que poco a poco vamos dejando cada vez mas atrás y a nuestra izquierda. Al principio unos tenues senderos de cabra montesa nos dan treguas con pequeños tramos intermitentes que se agradecen bastante.
Más adelante, serán antiguos senderos de ganado, que se conservan en muy buen estado, en la dirección que llevamos (S-O) nos vamos recreando con la parte alta de la Falla del Salto del Cabrero, donde destaca en segundo plano el perfil alpino de la Silla de Ubrique y a la derecha el Embalse del Gastor, por encima del mismo se ve el embalse del Guadalcacín (el mayor de la provincia de Cádiz) y mas a nuestra derecha (OESTE), el embalse de Bornos. 
El sendero, nos conduce sin margen de error hasta el Pilón de los Carboneros, tras el cual afrontamos una sucesión de numerosos zig-zags, volviendo a aumentar la pendiente de bajada, hasta llevarnos a una angarilla, que dejaremos siempre cerrada a nuestro paso,  para en apenas cinco minutos enlazar con el antaño, popular sendero "Puerto del Boyar-Salto del Cabrero", actualmente cortado a la altura del Cortijo Albarrán, donde muchos excursionistas se dejaban angarillas abiertas a su paso, dejando escapar el ganado, retratándose con chivitos y aunque seguramente no todos, ni mucho menos con malas intenciones, más bien por despiste o desconocimiento, el caso es que alteraban bastante la vida de los rebaños de ese cortijo al que pertenece el camino privado que va desde el Puerto del Boyar hasta el mismo, a pesar que durante años estuvo anunciado como sendero público, sin que realmente lo fuera, hasta que el propietario se hartó de tanto excursionista desaprensivo y cortó por lo sano.
Una vez en este, antaño, popular sendero, lo tomamos a la izquierda, dirección S-O, dejando a la derecha, el desvío que nos llevaría a asomarnos a la Falla del Salto del Cabrero. Y poco después a los Llanos donde se encuentra el Puerto de San Fernando, normalmente frecuentado por vacas, alguna de las cuales imponía respeto con su generosa cornamenta, concretamente una de ellas se arrancó cuando Ana muy confiada, pasaba por allí, pero Mariano estando muy atento al quite le echó un capote para despistarlo y ponerlo de frente hacia el Maestro Geobotánico que completó una faena brillante, saliendo por la puerta grande.
Esta zona de los Llanos es de gran tradición ganadera, pero aparentemente monótona en su orografía, sin embargo, el torcal que se encuentra a la derecha del sendero, al Oeste del mismo, bien merecería una jornada exploratoria, complementada con la visita a la espectacular falla del Salto del Cabrero, que vamos dejando a nuestra espalda. A partir del Puerto de Don Fernando comenzamos a tener vistas hacia Benaocaz, recostado en la base de la ladera norte del Cintillo, y a su izquierda, la imponente silueta del coloso calizo denominado Navazo Alto (1.395 m), justo al otro lado se encuentra la localidad de Villaluenga.
Pasado el Puerto de Don Fernando, hacia el final de Los Llanos, nos encontramos con una antigua calera, junto a la cual un panel informativo nos ilustra sobre su antiguo cometido y funcionamiento. Unos metros más allá comienza un zigzagueante sendero por un terreno muy rocoso y escalonado, que se bifurca en dos, siendo más recomendable el ramal de la derecha, que aunque parece escorarse algo mas hacia unos tajos de belleza telúrica, es mucho más llevadero que el de la izquierda, mucho más escarpado.
A media bajada de este último tramo rocoso nos encontramos con otra angarilla, que dejamos cerrada a nuestro paso y ya desde allí, en apenas siete minutos, llegamos a una zona de fincas, cuya valla metálica vamos a llevar siempre a nuestra izquierda, dejando atrás una última angarilla, coincidiendo con un precioso campo de lirios.  

Llegando al pueblo el sendero vuelve a sumergirse en otro precioso encinar, siendo el último hito significativo del itinerario, el puente de piedra del Arroyo Pajaruco, donde parte del grupo hizo una última foto para inmortalizar tan bello rincón, por esta zona el sendero se hace empedrado, las últimas rampas son suaves, pero el cansancio se deja sentir, mientras vamos completando el último medio kilómetro antes de regresar a Benaocaz, por la misma calle donde habíamos abandonado esta localidad al inicio de la jornada.
Completando de este modo una ruta realmente preciosa, candidata a una de las mejores rutas de 2018 sin lugar a dudas, guiados por la manoexperta de Ana Dianez "la Arqueóloga" y Manuel Limón "Premio Nobel de Senderismo", que fue la primera persona que dejó referenciado en internet fotografías y la ubicación del Arco y el Túnel del Horgazal en 2012, como en su día hiciera con el "Arco del Niño" en Los Alcornocales y otros rincones que bien podrían ser declarados como monumento natural, si bien es cierto, que nos ha confesado que en más de una ocasión se ha arrepentido de publicarlo, porque por desgracia siempre hay algún descerebrado que acude a estos rincones que son auténticos santuarios naturales con un bote de espray o pintura, para profanar lugares que deberían considerarse como auténticos monumentos naturales y que desde estas líneas rogamos sean respetados y cuidados y que se reprenda o denuncie, cualquier acción de la que seamos testigos que suponga un daño al medio, ya sea fauna, flora o geología.
Dos días después, nuestro querido amigo Romualdo Estévez "El Trovador de la senda" me escribía lo siguiente:
Querido Comandante:
Todavía estoy bajo los efectos del orgasmo sostenido que supuso para mí la ruta del sábado pasado. Y aunque es tarea inútil intentar describir con palabras lo vivido, he creído necesario expresar mi reconocimiento y gratitud a quiénes hicisteis posible el milagro. Pero ante una intención tan noble,  me ha salido este poema pobre.
Un abrazo

GRAZALEMA