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domingo, agosto 30, 2009
Sendero del Gaitanejo y de de los Embalses (EL CHORRO, entorno Paraje Natural Desfildero de los Gaitanes):
Siguiendo nuestra norma habitual de los últimos veranos, para aquella jornada de sábado 29 de agosto escogimos otra ruta acuática ó mejor dicho en un entorno muy acuático, como es el de los embalses, pues además de su belleza paisajística, no sólo era el lugar ideal para disfrutar de una buena sesión de baños, sino además, combinarla con un par de rutas sencillas aprovechando que este privilegiado entorno ofrece un amplio abanico de posibilidades para poder pasar una jornada muy completa. De manera que nuestro planteamiento fue el siguiente:
1º) Sendero del Gaitanejo:
Para esta ruta circular que tiene tres posibles comienzos y finales, iniciamos nuestra caminata desde ese punto intermedio del corto tramo de carretera que va del restaurante El Mirador al Rte. El Kiosko, donde se encuentra la entrada de un pequeño tunelillo peatonal, a pie de carretera que atravesamos nada mas iniciar la ruta, dándole un pequeño toque de aventura a este agradable paseo de gran interés para pequeños y mayores. El tunelillo que mide unos 150 m de largo y por el apenas entran dos personas a la vez, fue construido para mejorar las comunicaciones y acortar las distancias que tenían que cubrir los operarios que trabajaban en los distintos embalses de la zona. Este tunelillo rectilíneo excavado en la arenisca nos llevó directamente al otro lado de la montaña con vistas al “Embalse del Gaitanejo” por cuya orilla discurriría parte de nuestro camino de vuelta, rodeados en todo momento de abundante vegetación especialmente del pino de repoblación que tiñe de verde el paisaje.
Pronto enlazamos con la pista que parte desde el acceso al Restaurante el Mirador, y no tardamos en encontrarnos con el ramal que asciende a la derecha y que nos lleva hasta el Mirador del Almorchón y la variante para ascender al pico del Convento. Una de las rutas de montaña mas agradecidas que conocemos, en relación a su relativa facilidad y a las magníficas vistas y sensaciones aéreas que nos reporta, pero esa ya es otra historia. El caso es que nosotros continuamos por la pista principal con nuevas perspectivas del embalse del Gaitanejo que íbamos viendo entre las ramas y las copas de los pinos que flanquean el camino. Pasando a través de un nuevo túnel, también excavado en arenisca, que nada mas dejar atrás nos lleva a un lugar plagado de grandes oquedades rocosas originadas por la erosión alveolar tan característica de esta zona. Hasta llegar a la que fue la central hidroeléctrica mas antigua de España que aún conserva el antiguo logo de la “S” de la compañía sevillana de electricidad, pasando junto a la valla metálica de la central que dejamos a nuestra derecha, pudiendo observar a nuestra izquierda la presa del Gaitanejo construida casi de forma artesanal a base de preciosos bloques de sillería. Unos cien metros mas adelante llegamos al comienzo o final, según se mire, del Caminito del Rey en su tramo correspondiente al Desfiladero del Gaitanejo, cuyo acceso está cortado por una puerta de hierro que frusta nuestro deseo de asomarnos mas allá. El Maestro Gandalf nos informó de que el famoso proyecto de recuperación y mejora del Caminito del Rey, que recientemente había sido aprobado por la Diputación ha vuelto a quedar aparcado. ¡Andalucía imparable!.
De vuelta a la antigua central hidroeléctrica tomamos la senda de pescadores, que discurre paralela a la orilla del embalse del Gaitanejo, que ahora llevábamos a nuestra derecha, pasando frente a un espectacular arco trazado sobre una pared de arenisca en la orilla contraria conocida como La Roseta, monumental ejemplo de erosión alveolar, que es como se le denomina a la erosión originada a partir del efecto que producen las fuertes rachas de viento sobre rocas blandas como es el caso de la arenisca formada a partir de conglomerados del jurásico. Algo mas adelante, todavía junto al nivel de las aguas del embalse tras pasar una higuera, fiel testimonio de la gran humedad que predomina en esta zona, la senda describe una prolongada curva a modo de herradura formada por un antiguo meandro del río, donde nos encontramos con lo que fueron las ruinas de antiguas viviendas rupestres, posterior refugio de pastores y mas recientemente de algún que otro hippie y porretas varios. A partir de allí la senda comienza a subir de forma suave, con el pantano siempre a nuestra derecha, hasta que los pinos que nos flanquean se abren lo suficiente para permitirnos ver el “Pico del Convento” parte de los tajos del Almorchón. El último tramo de sendero es muy tendido y suave, pasando justo por delante del “La Presa de Gobantes” que queda a nuestra derecha mientras que a la izquierda tenemos la entrada antes del corto y ancho túnel por el que regresamos al “Restaurante El Kiosko” frente al cual habíamos dejado los coches.
2º) Sendero de los Embalses:
Debido a su corta longitud, de a penas 1 km. y dada la poca distancia que nos separaba de su comienzo, iniciamos la caminata para esta segunda ruta desde el mismo “Sillón del Rey”, que esculpido en roca usó Alfonso XIII en 1921, para inaugurar el embalse del Conde de Guadalhorce, que de forma definitiva se convertiría en el gran protagonista paisajístico de la jornada. Justo en la otra orilla, la casa que en su día perteneció al ingeniero que mas tarde recibiría el título de Conde de Guadalhorce y que hoy es sede de la Confederación Hidrográfica del sur, nos brindó una imagen de postal, con el telón de fondo de la Sierra Alcaparaín y sus dos extremos el pico sur co9nocido como Grajo o Valdivia y el pico norte que a modo de gran quilla de barco cae sobre el Valle del Turón con el nombre de Tajo de la Canana.
Rodeados de belleza paisajística, fuimos atravesando la presa del Conde del Guadalhorce con el agua como principal protagonista a nuestro alrededor y una magnífica armonía, entre hombre y naturaleza, con obras de ingeniería que en la medida de lo posible han conseguido respetar el medio ambiente. Empleando además artesanales bloques de sillería de aquella época en la que la ingeniería era un arte, con farolas señoriales blasonadas de patrios escudos heráldicos tan entredichos en estos tiempos adversos. Atravesando la presa nos encontramos las diseminadas casitas del Poblado de los Embalses llegamos a la emblemática Posada del Conde. Hotel que a pesar de ser de tres estrellas, conserva cierto porte aristocrático de aquella época en la que el ingeniero sevillano Don Rafael Benjumea y Burín, tras finalizar la mayor parte de este complejo hidroeléctrico de embalses que nos rodean, recibía un 13 de septiembre de 1921 el título de Conde del Guadalhorce otorgado por el Rey Alfonso XIII en el día de la inauguración.
Del mismo aparcamiento del restaurante anexo parte una pista que en apenas un 1 km. nos llevaría por un agradable sendero rodeado de frondosa vegetación, que adquiere multitud de cromatismos ocres y amarillos en otoño. Pasando junto a magníficos ejemplos de erosión alveolar y paredes esculpidas por el efecto del Mar de Tetis que en tiempos del Jurásico inundaba toda esta zona zona. A lo largo de este agradable paseo a todo el mundo sorprenden estas fantásticas paredes de roca, arco pétreo incluido y una casita construida de forma inverosímil adosada en una oquedad al pie de una de estas paredes. Llegando finalmente a una zona de confluencia entre las aguas de los embalses del Guadalhorce y Guadalteba.
3º) Sesión de Canoas:
Volviendo sobre nuestros pasos y mas allá nos dirigimos a la zona 4 del Camping Parque Ardales donde la señorita Ana nos atendió muy amablemente reconfirmándonos la reserva que habíamos hecho para disfrutar de una hora de canoas en la que finalmente participamos: Rafa Flores “El Mago Gandalf” y Carlitos “El Poeta de las Cumbres” que aquel día se sacó su título de patrón de hidropedal, Rafa Flores Jr. “El coleccionista de minerales” y Nacho “El Diablillo de Timanfaya” que fueron la pareja revelación de la jornada. Feliz Rodríguez “El lector de periódiocos” que mostró muy buenas maneras en los primeros compases junto con su compañero de canoa, Juan Luis España que está dejando de ser “El Farolillo Rojo” no sólo por haber progresado muy adecuadamente, sino por ser el máximo realizador en esta pretemporada con Pasos Largos, coordinador de la nueva sección “COMANDO PERRO BURGUÉS”. José Luis Bote de Camino y Jara de Algeciras, coordinador de Camino y Piolet, que ese día acudía a su cita anual con su novia Vanesa por segundo verano consecutivo, mostrando ambos muy buenas maneras a los remos. Senderistas de leyenda como la mítica pareja de Pasos Largos Históricos: Francis “El Rey de la Montaña” y Elenita “La Sirenita la Sirenita del Guadalcovacín” que a diferencia de Francis comenzaba la sesión sin tener ni puta idea de remar y finalizaba brindándonos la mejor marca de la temporada, ¡vamos un caso paralelo a Usain Bolt” pero en piragüismo y finalmente el Comandante junto a su sobrinilla gallega Uxía de vacaciones en Málaga por aquellos días. A pesar de haberse anunciado al comienzo de la jornada no sólo habían quedado plazas libres que nadie quiso aprovechar.
4º) La paella:
Con alguna baja anunciada en los días previos y otras dos mas aquella misma mañana al final fuimos 20 compañeros para la paella y tres menús por libres. Siendo por tanto 23 los comensales, la mayoría Pasos Largos, seis compañeros de GRUME entre los que se encontraban Paco “El Hombre Pájaro” y Chema “El Montaraz de Navacerrada”. Encontrándose además con nosotros: José Luis Bote y Vanesa de Camino y Jara, Paco Béjar Presidente de la Asociación Senderista el sendero de Motril, para el que hacía de anfitrión y cicerone: el Doctor Manzanares mas conocido como el Tritón de las Chorreras, su mujer Carmen “Galadriel” y el Gran Valentín “El Retorno de Séneca” que a pesar de estar convaleciente de su pié acudió al almuerzo gracias a la generosidad del Tritón que después de hacer la primera ruta volvió a Málaga para recogerlo a él y a su mujer que salía de trabajar. Y es que esta generosa acción de Manolo Manzanares sería fundamental para ponerle la guinda al almuerzo con un pequeño homenaje sorpresa que Pasos Largos tuvo a bien dedicar a nuestro ínclito amigo Valentín.
5º) Sesión de baños:
Tras el prolongado almuerzo con ensalada de primero, bebidas varias, cafés y postres. La mayoría de compañeros se fueron despidiendo por tenerse que marchar por motivos varios. Quedándonos un pequeño grupo de Pasos Largos para disfrutar de una gratísima sesión de baño y tertulia montañera con temas que derivaron mas allá de lo humano y lo divino entre Carlitos, Rafa Flores, Francis, Elenita, el Comandante y como no: Rafita, Nacho y Uxía que al igual que nosotros disfrutamos de un día inolvidable con el colofón de un cafelito en la posada del conde y la puesta de sol desde una magnífica atalaya con vistas a toda la Sierra del Almorchón, Convento, Huma, etc…
lunes, agosto 24, 2009
Río Patamalara (Parque Natural Sierra Tejeda, Alhama y Almijara):
Recorrido total aprox.: 16 km. ida y vuelta, caminando la mayor parte del recorrido por el mismo cauce, por lo que es una ruta eminentemente de verano o finales de primavera.
Participantes: "La Sirenita del Cebollón", “La Ninfa del Patamalara”, Rafa Flores "el Mago Gandalf de la Serranía" a quienes teníamos el honor de acompañar para ir tomando nota de cara a su futuro libro de "Sierras Tejeda, Alhama y Almijara, guía del Excursionista", y un servidor, que había quedado con Rafa Flores en la localidad de Torrox, desde donde continuamos los cuatro + Chuckie en su coche, dirección Cómpeta, buscando llegar a “Puerto Pilido” que hasta aquellos momentos pensaba, coincidiría con el punto mas alto de la carretera que sube hacia Cómpeta, pero cual sería mi sorpresa, cuando llegados al punto mas alto, seguíamos descendiendo un kilómetro tras otro entre curva y contracurva, hasta que en plena bajada, coincidiendo entre el km 7 y 8 de esta carretera, nos encontramos con una pequeña explanada a la derecha, que resultó ser “Puerto Pulido”, que posteriormente me explicaría el Maestro Gandalf, que tenía esa denominación, por coincidir con un punto de la carretera, que da a dos valles distintos. Desde Puerto Pulido, se toma una pista que está en muy buen estado y que tras 2,5 km. nos lleva hasta el río, pudiendo estacionar los coches justo antes del vado que lo atraviesa, desde donde iniciamos la caminata, atravesando el dócil vado, por la pista que discurre paralela al río y que 100 m mas allá nos sitúa frente a la Fábrica de Luz de Competa, la pista sigue llaneando unos 200 m. mas allá, desde donde comienza a subir hasta la mítica Casa de la Mina, donde enlaza con la pista que faldea gran parte de la cara sur de Sierra Almijara y que une entre otros puntos Cómpeta con el Cortijo del Daire. Magnífico punto de partida para la ascensión al mítico Lucero o Raspón de los Moriscos.
Pero volviendo a nuestro punto de partida, frente a la Fábrica Luz de Cómpeta, restaurada con gran esmero por parte de la escuela taller de dicha localidad, iniciamos nuestra caminata por el río Patamalara, desde una plataforma de cemento a lo largo de un pequeño trecho de unos 10 m canaliza las aguas del Patamalara, utilizando un rudimentario metro pintado en una pared rocosa, que sirve para medir las aguas de este modesto pero caudaloso río, que aguas mas abajo reconvierte en el río de Torrox, con cuyo nombre desemboca en el Mediterráneo. Cual ciclistas en una contrareloj por equipos partimos de dicha plataforma aguas arriba, tan curioso grupo formado por: la debutante Mónica, a partir de aquel día también conocida como “La Ninfa del Patamalara”, su madre Maribel, “La Sirenita del río Cebollón”, el mismísimo Mago Gandalf y el Comandante que suscribe esta breve crónica. Durante los dos primeros kilómetros hay que echarle un poquito de paciencia, pues aunque con un caudal alegre y muy constante, el río es poco mas ancho que una acequia y la vegetación es tan cerrada que de no haber llevado unas tijeras de podar, nos hubiéramos llevado algún autografo de algunas de las ramas de zarzas que colgaban, pero que dejamos totalmente limpia y despejada a fecha 21 de agosto 2009. No obstante, para tranquilidad de quien pretenda hacer este entretenido y muy poco frecuentado recorrido, la mayor parte de las plantas y arbustos que flanquean el río son juncos, adelfas, culantrillos, menta, torvisco y otras plantas que no sólo no pinchan, sino que en determinados momentos, impregnan el ambiente de una fragancia deliciosamente embriagadora. Entre túnel y túnel de vegetación casi vietnamita, nos encontramos con pequeñas cascadas y rápidos que salvan algún recodo rocoso del cauce, poniendo una nota de musicalidad con el mágico fluir del agua corriendo y saltando entre las rocas y un tono de luz y contraste entre la umbría y la roca oscura eternamente salpicada por el agua con el blanco de la espuma que la rodea.
Sin prisas, pero sin pausas, después de dejar a nuestra izquierda una enorme piedra que casi ha bloqueado el cauce del río, la esquivamos por la izquierda, encontrándonos a continuación con la primera cascada de mas de 3 m. de altura y bastante encajonada, con un desvencijado tronco sobre su flanco derecho que sin llegar hasta arriba del todo, llega hasta la mitad, pudiendo ser ayuda suficiente para quienes dominan el arte de la trepada, que a excepción del Mago Gandalf no era la especialidad del grupo que lo acompañaba. Por lo que echando mano de la fotocopia que llevábamos de esta ruta muy bien descrita en el libro: Disfrutar caminando por los ríos y costas del P. Nat. De las Sierras Almijara y Tejeda” escrito de una forma muy amena y entretenida por Don Jesús Cuartero y Cayetano Casado, aunque los ríos de Sierra Tejeda brillen por su ausencia y concretamente en la ficha correspondiente al capítulo del río Patamalara a todos los datos de distancia 7,4 km., tiempo 3 horas y media, etc… hayan puesto IDA y VUELTA, cuando en realidad esos datos cuadran tan sólo con la IDA, es decir que habría que multiplicarlos por dos, detalle muy a tener en cuenta para quien vaya a realizar esta ruta con la mente puesta en quehaceres posteriores.
Tomando como referencia la gran piedra caída sobre el cauce, subimos por una empinada loma, por la que abandonamos el cauce durante algunos minutos, para situarnos al pié del Peñón de los Hornos, un curioso espolón rocoso, de no mas de 30 m. de altura, pero de paredes totalmente verticales, donde aparecen una serie de oquedades de las que parece haber tomado su nombre y que sirven de nidos para pequeñas rapaces como cernícalos. El caso es que una vez en la base del peñón, fuimos rodeando su pared , siempre en dirección norte, hasta que encontramos una mal dibujada senda entre el abundante matorral por el que retornamos al dócil cauce, habiendo dejado atrás el punto donde se unen el arroyo de Los Pradillos y el Moreno, formando el Patamalara. Que ya habíamos dejado atrás por encontrarnos ahora en su afluente mas caudaloso que es el arroyo Moreno y que a modo de bienvenida te recibe con una cascada que se ha formado artificialmente a partir de un muro que reconduce parte del cauce de sus aguas a través de la acequia que a la postre se terminaría convirtiendo en nuestra alternativa para finalizar la ruta devolviéndonos hasta la misma fábrica de Luz de Cómpeta, mostrándonos perspectivas mucho mas aéreas que las del primer tramo, que obviamente no habíamos podido ver, cuando al principio de la mañana remontamos el río por su mismo cauce. No estando exenta, dicha acequia de algún paso vertiginoso donde Maribel, volvió a revivir sus peores pesadillas que finalmente superó con mas canguelo que gloria, al contrario que Mónica, que con gran desenvoltura y valentía, pasó como si tal cosa por los tramos mas comprometidos.
Pero volviendo a nuestra llegada al cauce del arroyo Moreno, después de bajar por la loma del Peñón de los Hornos, al encontrarnos con la mencionada cascada, tras las fotos de rigor, las superamos ascendiendo por el primer lienzo del murete del que parte la acequia, llegando unos 100 m. aguas arriba con un pequeño cahorro marca de la casa “Sierra Almijara”, donde quedan encajonadas las aguas del arroyo. Y donde recomendamos recrearnos todo lo que se quiera, pues es el único cahorro de todo el recorrido y que abarca unos 100 m. de cauce encajonado, siendo su altura de no mas de 30 m en los tramos mas altos, siendo muy parecidos a los del río Chillar, pero al ir un poquito mas mermado el caudal en verano, las aguas no llegan de pared a pared, sino que el caudal, se queda pegado a la pared oriental, mientras que la base de la pared occidental al estar levemente mas elevada, queda seca en verano. Poco después dejaríamos localizado a nuestra derecha el inicio de una senda que parte desde el mismo arroyo y que llega hasta el estratégico “Puerto de Paez Blanca” importantísimo cruce de caminos de Sierra Almijara, donde confluyen dos pistas formales que formando una “X”, se convierte en punto de confluencia y al mismo tiempo punto de partida de cuatro destinos diferentes.
Aguas arriba llegábamos a la altura del mítico cortijo del Mirlo, que a juzgar por el tamaño de sus ruinas debió ser en su día de gran importancia, una de esas ventas de las que se describe en el Quijote, pero trasladada a Sierra Almijara y de la que si encontrásemos a algunos de sus antiguos propietarios, nos hubieran dado para contar mil historias y anécdotas curiosas, acaecidas en aquellos tiempos no tan lejanos en los que la vida en el campo tenía mucho mas vida y trasiego, por estos caminos recónditos, pero en muchos casos mantenidos con gran cariño y esmero por quienes lo usaban , caídos hoy muchos de ellos en el olvido, muchos cegados por la maleza y el abandono de la vida en el campo y unos cuantos mantenidos por el paso de senderistas, las autoridades del parque natural y los ayuntamientos mas implicados en la limpieza, el mantenimiento y la recuperación de los que fueron sus caminos históricos.
A partir de las ruinas de la Venta el Mirlo, cerca de la cual nos encontramos con un pino cuyo tronco está recubierto por una enredadera y a la izquierda un magnífico ejemplo de tobas, formadas a partir del agua que rezumaba la acequia que llegaba al huerto de esta antigua venta. El cauce discurre por un valle en ocasiones muy abierto que nos permite ver las impresionantes cresterías de las Lomas de la Mota, el Lucero y el Lucerillo entre otros eslabones de la principal línea de cumbres de Sierra Almijara, hacia la que ahora nos vamos acercando a cada paso, conforme seguimos avanzando en dirección norte, a veces siguiendo el mismo cauce del arroyo o su pedregosa orilla aguas arriba, combatiendo el calor con algún chapuzón entre jacuzzi y jacuzzi. De vez en cuando pasamos al pie de espectaculares paredes verticales, frente a las cuales siempre nos encontramos una loma, al llegar a cada recodo del arroyo esperamos encontrarnos ya con esa zona encajonada donde se encuentra la mítica cascada, pero otra vez volvemos a encontrarnos con el mismo tipo de paisaje por el que vamos caminando desde hace un buen rato. Hasta que por fin, vemos en la ladera izquierda, siempre en el sentido de la marcha aguas arriba, un espolón rocoso, parecido al peñón de Los Hornos, pero mas bajito, desde el cual ya queda menos de 1 km para la cascada final, a la que llegamos por una zona donde el arroyo vuelve a encajonarse esta vez entre paredes mucho mas altas, con una sucesión de pequeñas y medianas cascadas que se superan sin ninguna dificultad hasta que por fin vemos la cascada final, a la que salvo aquellos que dominen el arte de la trepada en grado sumo, no se puede llegar pues una cascada previa de unos 4 m de altura nos cierra el paso. Precisamente en este punto fue donde hicimos la parada oficial del almuerzo, el baño, sesión de fotos y hasta una trepada imposible por parte de Rafa Flores que dejó boquiabiertas a Mónica y Maribel, por parecer imposible la manera en cómo el Maestro Gándalf había remontado tan vertical cascada con todo el agua cayéndole encima, hasta conseguir situarse en el escalón superior desde donde ya pudo fotografiar la cascada final a placer. Obviamente la llamamos cascada final, porque al igual que la cascada final del Chillar, tiene una altura superior a los 15 m encajonada entre paredes de rocas que la hacen insalvables si no se dispone del material de escalada y barranquismo oportuno. Lo cual me recuerda que pare esta ruta sería muy recomendable llevar una cuerda de escalada ó escala (escalerilla de cuerda) de unos 5 m. porque si bien la cascada final no se puede superar, la cascada anterior si se puede superar si disponemos de este material, de hecho hay instalados unos anclajes de seguridad para la práctica del barranquismo, pues por muy recóndito que nos parezca este lugar, figura dentro del catálogo de barrancos deportivos de Andalucía y en la zona superior de ambas cascadas nos encontramos con sendos anclajes.
Para compensar la frustración de no poder llegar a los pies de la cascada final, por no poder salvar la cascada inmediatamente anterior, nos queda el consuelo de disfrutar de un paraje realmente precioso, entre estas altas paredes donde se encuentran las cascadas y que ha ido horadando el arroyo con el paso de los milenios. Convirtiéndose en un auténtico oasis de frescor y humedad en contraste con los calurosos días de verano y con una preciosa oquedad recubierta de un magnífico ejemplo de tobas calcareas, que tan poco escatimamos en fotografiar.
Nada mas reanudar el camino de vuelta, como el Maestro Gandalf quería completar la totalidad del sendero que partía del arroyo Moreno hasta el Puerto de Paez Blanca, quedamos en que él y yo nos adelantaríamos con paso mucho mas rápido para cubrir ese amplio tramo de senda, que resultó estar en un magnífico estado, aunque en algunos momentos se me hizo tan dura como la mítica subida a Puerto Umbrales, mientras las chicas llegaban tranquilamente hasta los pies de la segunda cascada del murete donde partía la acequia, donde ya nos katab esperando a nuestro regreso y desde donde iniciamos el ya mencionado regreso por la acequia, que resultó muy entretenido, con el final feliz de la llegada al punto de inicio con la satisfacción de haber realizado todo el recorrido mas su variante tal y como habíamos previsto y sin haber sufrido ningún percance salvo el terrorífico ataque de las arañas asesinas que pusieron al borde de la histeria a Mónica a la altura del Peñón de los Hornos. Repuesta del traumático incidente resultó ser una magnífica andarina habiéndonos sorprendido a todos, mamá incluida por tan espectacular debut, tras el cual aseguraba en rueda de prensa: no descartar la posibilidad de fichar por Pasos Largos, siempre y cuando no se volviera a encontrar con tan peludas y gigantescas arañas en otra ruta.
Aquella fue una jornada realmente inolvidable, pues al gran aliciente que supone hacer una ruta por primera vez, colaborando además como escriba para el mismísimo Mago Gandalf por tener un dedo lesionado. Se unió el hecho de que al llegar a Fuengirola me esperaban Manolo “El Tritón de las Chorreras”, su mujer Carmen “Galadriel” y el inagotable Valentín, aún convaleciente de su lesión en el pié para disfrutar de una cena montañera, donde además de contarles la recién finalizada aventura estuvimos hablando de lo humano, lo divino y cómo no, esbozando las rutas que nos gustaría realizar la próxima temporada.
Juan Ignacio Amador Tobaja
lunes, agosto 17, 2009
Sábado, 15 de agosto de 2009 DEL BARRANCO DE LOS CHORTALES A LA POZA CENTRAL Y CONTINUACIÓN POR EL BARRANCO DE LAS CHORRERAS Y CAÑÓN DEL RÍO VERDE
Tal y como habíamos quedado entre las nueve y nueve y media desayunamos en el bar El Capricho de Otivar a donde se llega desde la intrincada carretera de montaña que parte desde la localidad de Almuñecar capital turística de la costa tropical granadina. Dejando atrás Otivar continuamos ganado altura por la carretera hasta llegar a la entrada del polémico carril de
De manera que seguimos por la mítica carretera de
Al poco de unirse Magda a la caravana, dejamos a nuestra izquierda el comienzo del carril de Las Cabrerizas que en su parte mas baja íbamos a cruzar en un determinado punto de la ruta y donde a esa hora veíamos como se estaba organizando un grupo de barranquistas coordinados por la correspondiente empresa de turismo activo como suele ser habitual a esa hora de la mañana. Un par de kilómetros después llegábamos a un ensanche de cuneta que queda a la izquierda donde aparcamos los coches frente a un panel informativo con una propuesta de ruta, que coincidía parcialmente con la nuestra. Una vez preparados mochilas, bastones, gorras, cámaras, etc…Seguimos avanzando unos
Desde el inicio de este recorrido comienzas a disfrutar de la espectacularidad de las montañas que te rodean, pues a pesar de que nos encontramos rodeados por unas sierras que históricamente han estado muy castigadas por el fuego, la espectacularidad de sus crestas con algunos salientes y cresterías en forma de dientes de sierra, unidos a la profundidad de sus intrincados barrancos, flanqueados de vez en cuando por angostos desfiladeros, hace que nos sintamos unos auténticos privilegiados. Además como el punto de partida ya está muy alto de por sí, jugamos con la ventaja de comenzar viendo el paisaje desde arriba o casi al mismo nivel de las cumbres que tenemos frente a nosotros, como el Alto de los Bojes y del Humo a nuestra espalda, es decir al este, al norte, es decir a la derecha, el emblemático Cerro Lopera, que distinguiremos fácilmente por la casetilla blanca en su cumbre y frente a nosotros el Cerro de los Madroños. Los dos primeros kilómetros discurren faldeando la sierra con una sucesión de suaves toboganes con las consiguientes subidas y bajadas, que nos llevan hasta una espectacular balconada, a la que se accedimos la mayoría de compañeros por un pequeño ramal del sendero a nuestra izquierda. Se trata de un extraordinario balcón natural con paredes verticales a ambos lados que casi te hace sentir como si estuvieras volando, ni que decir tiene que las vistas desde aquí son sencillamente impresionantes.
De vuelta al sendero, rodeamos el mirador, pasando bajo su pared norte y oeste, y continuamos el descenso ya de forma mucho mas pronunciada, pasando junto a unas verticales paredes que quedan a nuestra derecha y a continuación tras un zig-zag de la senda, seguimos descendiendo esta vez con las paredes verticales a nuestra izquierda, hasta que tras un pequeño tobogán nos situamos en un collado que casi da vértigo y por donde parece imposible que la senda pueda seguir bajando, las vistas que se obtienen desde este punto sobre el “Barranco de Las Cabrerizas” son preciosas, pero la pregunta sigue siendo “cómo es posible que la senda nos lleve hasta allí abajo”, sin embargo, como por arte de magia, aparece ante nosotros una escalera excavada en la roca, que incluso nos brinda la ayuda de un pasamanos en aquellos tramos donde prácticamente se hace imprescindible, a veces los peldaños excavados en roca viva son tan altos que casi tenemos que destrepar la escalera, pero no hay ningún peligro si se hace despacio y con paciencia, ya que además cada recodo de esta intrincada escalera nos ofrece una nueva perspectiva de la famosa cascada le los “Cascada de los Árboles Petrificados” que recibe su nombre de la curiosas forma que le han ido dando a la roca, las “tobas carcarias” y los troncos de árboles que allí se han quedado encajados y casi petrificados a modo de fósiles, por la acción erosiva del agua, que por ella fluye la mayor parte del año. Nada mas bajar la escalera ya nos situamos al pie de la famosa cascada donde algunos aprovecharon para darse el primer baño o simplemente refrescarse un poco y otros, además de hacer lo propio en la cascada visitamos la pequeña pero preciosa cuevecilla, que se encuentra a unos
Cuando abandonamos la cascada de los Árboles Petrificados tenemos la opción de ahorrarnos unos
Una nueva sucesión de toboganes nos llevaría en el tramo siguiente a vadear varias veces el barranco de los Chortales, pasando por la cascada de baja procedente del embalse de Funes, hasta llegar a la confluencia entre el barranco de los Chortales y el de Los Madroñales donde las altas temperaturas del mediodía hacían muy recomendable el baño del que disfrutamos la gran mayoría antes de enfrentarnos al siguiente tramo con una empinadísima cuesta que aunque de poco menos de un kilómetro, es de una pendiente capaz de dejar sin resuello al mismísimo Manolo Supersónico, que por primera vez en nuestros últimos años de aventura, confesaba estar bajo de forma, eso sí, mientras nos pasaba de largo como un cohete, siendo el único capaz de aguantar el impresionante ritmo del Tritón de las Chorreras, que estrenaba bandera ese día. Una vez superada la fuerte pendiente, la maltrecha pista invadida aquí y allá por grandes bloques de piedra que han ido cayendo al camino arrastradas por las fuertes lluvias torrenciales que aquí se producen cada x años, comenzamos a faldear el cerro del Gitano, ya de forma bastante cómoda hasta llegar a una piedra que queda a la izquierda del camino a modo de atalaya donde nos encontramos a manolo Supersónico junto a Chukie, disfrutando de una de las panorámicas mas espectaculares del conjunto de barrancos de la cabecera del río Verde con el Haza del Quejigo al Este y la impresionante Loma de las Grajillas al sur y la divisoria de sendas que va hacia la crestería y hacia
Hay cumbres o parajes naturales de tal belleza que te hacen sentir un auténtico privilegiado, donde pierdes la noción del tiempo y te cuesta la misma vida abandonarlos,
Si bien el conjunto de cascadas y saltos que se encuentra por encima de la “Poza Central” es un auténtico espectáculo y guinda del pastel para todos los grupos que vienen debidamente autorizados con empresas de turismo activo. El sendero que llega hasta a la “Poza Central”y por el cual iniciamos el descenso hasta la unión del barranco de las Chorreras con el del Nacimiento, se convierte en un parque temático del agua, que hace de este lugar un auténtico santuario para los amantes del senderismo o de la naturaleza en general. No es raro coincidir en este recóndito lugar con senderistas o barranquistas que llegan de cualquier punto de la geografía nacional o internacional. Para los senderistas, este tramo es una auténtica gozada, pues si bien se puede realizar en su totalidad por un divertido sendero que cuenta con cuatro puentes colgantes, dos miradores y hasta una era en el lugar mas insospechado. A lo largo del recorrido tenemos numerosas pozas con sus transparentes aguas de tonos turquesas donde podemos darnos unos baños memorables bajo el constante fluir de las cascadas y para los mas intrépidos: sesión de saltos desde distintas alturas según la profundidad de las pozas. No obstante, tengo que añadir que de la primera vez que vine en septiembre 2005, donde los puentes colgantes estaban en perfecto estado hasta hoy la cosa ha cambiado mucho y parece ser que el principal motivo fue la tremenda riada de septiembre de 2007. El caso es que de los cuatro puentes, sólo se mantienen en pie: el primero y el cuarto, tiene su lógica pues por ser los mas altos no llegaron a ser arrastrados por la corriente. Si bien el que está mas cerca de
Sin embargo, la mayor decepción de esta ruta me la llevé al llegar al lugar conocido como la unión de los ríos, donde definitivamente el barranco del Nacimiento se une al de las Chorreras, considerándose este punto como el Nacimiento del río Verde y que en aquel septiembre de 2005 recuerdo como una idílica unión de ríos, donde el cauce se ensanchaba enormemente, al tiempo que el agua era muy poco profunda pero cristalina, convirtiéndose este en el primer punto de obligado contacto con el agua. Hoy totalmente desfigurado, hasta el punto que parece que unas grúas gigantescas han intentado obstaculizar el paso del río Nacimiento y para colmo el lugar afeado por la cercana represa, donde las aguas son retenidas y las cristalinas aguas del río Verde, comienzan a hacer honor a su nombre, no por los tonos turquesas, sino por el verdín que suele dar origen a las algas verdes de las aguas retenidas. No obstante, a partir de este punto, denominado unión de ríos hasta donde teníamos estacionados los vehículos en la zona baja del carril de la cooperativa de Cázulas, el río Verde, cuya música la seguimos escuchando todo el tiempo deja de ser el gran protagonista visual, ya que suele quedar muy encajonado al pie de las paredes que tenemos a nuestra izquierda y nos quedamos extasiados con la grandiosidad de las espectaculares paredes que flanquean el cañón que ha horadado el cauce del río Verde a lo largo de milenios. Me vienen a la mente grandes parques nacionales de montaña de nuestra geografía como Ordesa, Picos de Europa o Aigues Tortes y no consigo recordar una sola imagen con un cañón mas espectacular que el grandioso cañón del río Verde, que estamos recorriendo y que me obligan a ponerme de rodillas y dar gracias a Dios, porque a pesar de no poder disponer ni de vacaciones ni de medios económicos para poder disfrutar de tantos lugares como me gustaría visitar, tener este y otros muchos lugares realmente majestuosos a menos de dos horas de mi casa me hacen sentir un auténtico privilegiado. Tal vez uno de los principios fundamentales para conseguir la felicidad en esta vida y en todos sus órdenes sea saber valorar lo que se tiene y disfrutar de ello al máximo, sin obsesionarnos por lo que, de momento, no tenemos. Y por supuesto, tantos momentos mágicos e inolvidables, pequeños momentos de la vida cotidiana, o grandes aventuras compartidas con tan magníficos amigos, cosas que en definitiva no se pueden comprar con dinero, como la incalculable riqueza del patrimonio natural que por fortuna aún tenemos, a pesar de la pésima gestión de nuestros impresentables políticos.
Esta ruta está especialmente dedicada a nuestro ínclito amigo Valentín, que muy a su pesar no pudo venir, siguiendo las indicaciones del médico que le ha pedido 2 meses de reposo y que está llevandso a regañadientes con disciplina espartana. Tal es el énfasis con el que se entrega en primera linea de combate, en cada una de nuestras batallas, que al final el pie le ha pasado factura y al igual que Rafa Nadal tendrá que estar dos meses en el dique seco, aúnque pase lo que pase Valentín siempre será el número uno en la ATP de la montaña., como ya lo demuestra el constante crecimiento de su club de fans. Desde aquí nuestro mas fuerte abrazo y mejores deseos para tu pronta recuperación.
Juan Ignacio Amador Tobaja.
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