Entorno: Parque
natural Sierras Subbéticas (sector sierra Horconera, Córdoba)
Pueblos
de referencia: Rute-Priego de Córdoba-aldea de Los Villares.
Hora y punto de
inicio ideal:
No más tarde de las 9.00 am en el inicio de la pista terriza que va al Cortijo
del Cerezo, a 2 km escasos del cruce: Rute-Carcabuey-Priego de Córdoba,
dirección Priego.
Cómo llegar al punto
de encuentro:
Al llegar a Rute hay que tomar la carretera CO-220, dirección Carcabuey (sólo
al principio) y Priego de Córdoba, esta carretera no debe ofrecer dudas porque
es la misma que cogeríamos si fuésemos hacia el cortijo Vichira, a nuestra
derecha llevamos la imponente mole de Sierra Horconera en todo momento y a la
izquierda vamos dejando las aldeas de Palomares y Burbunera. Poco después nos
encontramos con otro cruce que nos indica: Carcabuey a la izquierda, y que a
partir de aquí debemos ignorar, pues en todo momento hay que tomar el ramal de
carretera que vaya hacia la derecha y nos mantenga pegados al pie de sierra.
Desde
que dejamos atrás la Plaza del Fresno de Rute, iremos disfrutando de un paisaje
ligado al hombre desde siempre y donde se asientan cortijadas o bucólicas
aldeas como Palomares, Burbunera, con sus casas encaladas que viven al ritmo
tranquilo que impera en el ambiente de estas sierras. Un agradable paréntesis
contemporáneo. Fruto de la relación humana con la naturaleza de estas montañas
surgió su catalogación como parque
natural de las Sierras Subbéticas desde 1988, que además de poseer grandes
valores botánicos o faunísticos, nos sorprende también por sus valores y recursos geológicos, de primer orden
mundial.
18
km más allá de Rute, (¡ojo con el cálculo del tiempo en llegar, porque es
carretera estrecha y de mucha curva que nos obliga a ir muy despacio), llegamos
al cruce que nos señalará “Los Villares” a la izquierda y Priego a la derecha
(es muy fácil pasarse de largo y tomar dirección Los Villares, porque es la
inercia de la misma carretera), aquí tomamos a la derecha, dirección Priego y
estamos atentos al inicio de la segunda pista, que nos encontraremos a la
derecha de la carretera y espacio en el margen derecho de la carretera, para al
menos 5 o 6 coches. Éste será nuestro inicio y final de ruta.
Distancia aprox. Unos 12 kms, la mayor parte de pura adrenalina y gran belleza
paisajística.
Desnivel ascendido: 1.038 m
Desnivel descendido: 1.090 m
Track de referencia: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pico-bermejo-sierra-alhucema-cresta-2289755
Puntos más elevados: pico Bermejo (1.474
m) y crestería de Sierra Alhucema (1.429 m).
Tiempo aprox. 8 horas
Nivel dificultad
Físico:
Alto por el desnivel a superar, sin apenas tregua desde el inicio hasta el Pico
Bermejo. Especialmente por la extenuantes Chimeneas 1 y 2.
Nivel dificultad
Técnico:
Medio/Alto, pues si bien las pequeñas trepadas y destrepes son fáciles en
general, hay tramos de crestería muy aéreos en Sierra Alhucema, no aptos para
personas con vértigo con caídas vertiginosas a ambos lados a través de una
cresta con tramos intermitentes de más de 40 m de largo y a penas 1 m de ancho,
donde sólo tenemos abismo a nuestro alrededor.
Tipo suelo: sendero pedregoso y
sobre todo mucho pedrera, terreno muy rocoso y abrupto.
Tipo de recorrido: circular
Mapa: IGN
Fecha de
realización y meteorología: sábado 6 de Noviembre de 2018, cielos despejados
y temperaturas que sobrepasaron los 25ºC en algunos momentos, pero que
afortunadamente pudimos sobrellevar gracias a una brisa que llegó a los 20 km/h
y que nos dió la vida en los momentos de mayor esfuerzo físico.
19 Participantes: Desde Sevilla:
vinieron Ángel González "El Gladiador de Itálica", Mari y Pepe
"El Torpedo de Utrera"; desde
Algeciras (Cádiz): Rubén "Kinante del Sur; desde Casarabonela: Juan
"El Coloso de Casarabonela" y Lourdes "La Flor de Sierra
Prieta"; y desde distintos puntos de la Costa del Sol: José Manuel Vázquez
"The Explorer" con el brazalete de capitán, Migue "El Yeti de
Sierra Nevada", Inma "La montañera sonriente", Salva "El
Ornitólogo", Mabel "Libre y Salvaje", Nono "El Soltero de
Oro", Maria José "La Alpinista", Marcos "El Goliat del
Cartujo", Lourdes "La Ardilla de Sierra Alhucema", Aurelio
"Doctor Zhivago", Julio "El Rey del drone", Alejandro
"The Gentelman" y un servidor Juan Ignacio Amador, que no pudo
superar su vértigo al llegar al tramo más angosto de la crestería de Sierra
Alhucema.
A tener en cuenta:
1º)
Cualquiera de estas ascensiones ya sean en conjunto o individuales, deben ser
automáticamente descartadas en días de lluvia, pues se pasa por tramos que en
caso de estar mojados pueden ser muy resbaladizos con empinadas laderas y
algunas zonas de cierto vuelo que pueden convertirse en una trampa mortal en
una jornada de lluvia, en las que además las nubes se suelen meter allí arriba
y ni siquiera podríamos disfrutar de sus vistas. (Esto es aplicable a cualquier
ascensión por montañas calizas).
2º)
Material recomendado: Botas de trecking, bastones (dos), mínimo 3-4 litros por
persona, protección solar y sobre todo una buena preparación física y mental,
preferentemente para personas con muchas horas de vuelo en rutas de montaña, con
vértigo, al Pico Bermejo llegaréis, pero al llegar a Sierra Alhucema, tal vez
os quedéis bloqueados como me pasó a mí. Aunque llevaba arnés, mosquetón, vagas
de anclaje, cuerdas de 20 y 10 m, al igual que algunos de mis compañeros, mas en
solidaridad conmigo, que por necesidad. Al llegar allí arriba, la verdad es que
si allí arriba no hay un cable de acero instalado (como en las vías ferratas),
todo lo que te lleves es para nada, de lo contrario el compañero/s que sujeten
la cuerda, si tú caes, ellos también. Así que como bien me dijo el Doctor Leal,
al llegar a casa en esas situaciones no hay mejor cuerda que la confianza en
uno mismo y la tranquilidad. Una penas porque alrededor mía tenía un grupo de
amigos magníficos montañeros todos, dispuestos a ayudarme, pero aquel lugar me
dejó paralizado y no podía evitar que la vista se me fuera para el abismo. Por
más que quería aplicar la lógica y la tranquilidad, el pánico me podía.
3º)
Llevar linterna, pues según la época del año en que la hagamos o el ritmo que
llevemos podemos acabar de noche. De hecho habría que descartarlo para los
cortos días de diciembre y enero y por supuesto para los días calurosos de
verano ya que es una ruta de gran exposición al sol, una vez que nos situamos
en las proximidades del pico Bermejo y dejemos atrás la grata umbría de las
chimeneas 1 y 2.
Cual fue el origen de
las montañas que forman las Sierras Subbéticas Cordobesas:
Del Triásico al
Cretácico
En
primer lugar, tendríamos que trasladarnos del Triásico al Cretácico. Todo
comenzó hace unos 250 millones de años, en el Triásico, cuando el mar cubría el
sur de Sierra Morena y la Subbética era una plataforma bañada en parte por el
Mar de Tethys y en parte era la orilla emergida con ríos generosos y lagunas
someras dominadas por sustrato de arcillas, arenas y limos. En tierra firme
aparecen los primeros dinosaurios y bajo el cálido mar abundan los cefalópodos
(ammonites y belemnites fundamentalmente).
Hace
200 millones comienza el Jurásico, periodo caracterizado por la aparición de
nuevas especies de dinosaurios y un mayor desarrollo en tamaño de estos
animales. El mar ha aumentado su nivel y llega hasta las faldas de Sierra
Morena. La llanura de la Subbética está completamente inundada y así permanecerá
durante los próximos millones de años. Se forman sedimentos de sales en el
lecho marino que darán lugar a las rocas calizas.
Los
ammonites, una especie de calamares con concha externa en espiral, dominan el
fondo marino de un mar cálido, luminoso y poco profundo.
Hace
180 millones de años, diferentes movimientos tectónicos fracturan el fondo
marino y surgen hundimientos y elevaciones a modo de escalones irregulares.
Estos escalones submarinos evolucionan independientemente en cuanto a
biodiversidad y sedimentos debido a las diferentes profundidades. La parte más
próxima a Sierra Morena (más cercana a la orilla del mar de Tethys) formaría el
Prebético y la parte más alejada el Subbético. En la parte alta de los
escalones se depositan arenas blancas conocidas como oolitos (característico de
la Sierra de Cabra) y el movimiento de la placa terrestre emergió algunos de
estas cimas escalonadas, con base caliza y recubiertas de oolitos (Paleokarst).
En
los millones de años siguientes el mar sube y baja de nivel en varias
ocasiones, lo que permite nuevos y diferentes depósitos de sedimentos, y la
creación de nuevas especies de animales marinos. Distintas especies de Ammonites
surgen y desaparecen pero siempre dominan una fauna en la que viven también
nuevos crustáceos. En el Cretácico, hace unos 95 millones de años, una intensa
actividad en el interior de la Tierra produce la mayor subida del nivel del mar
en nuestro planeta (se calcula que por encima del nivel actual) y continúa la
disgregación de los continentes. Hace unos 65 millones de años el impacto de un
gran meteorito provoca la extinción de buena parte de la vida en la Tierra, no
sólo los dinosaurios, sino el resto de la fauna terrestre y marina (ammonites
incluidos...). Es ese momento el que nos ha dejado los últimos fósiles.
La Era Terciaria
En la Era Terciaria (hace 65 millones de años) una serie de movimientos
tectónicos (plegamientos, hundimientos, levantamientos, etc.) van configurando
las montañas, los continentes y los océanos actuales. Las placas de Europa y
África se aproximan hasta
colisionar
y la zona de la Subbética (perteneciente al bloque de Alborán) se va plegando
hasta elevarse mil metros por encima del mar. Surge la Cordillera Bética.
Hace
entre 16-7 millones de años se produce el hundimiento del Prebético y el
levantamiento sobre éste del Subbético. La zona hundida dará lugar a la
depresión del Guadalquivir. Hace 5 millones de años, una fecha muy reciente en
lo que a Edades Geológicas se refiere, se produce la mayor elevación de la
Cordillera Bética y en los posteriores millones de años los agentes de la
erosión externa comienzan a hacer su trabajo y a configurar (y seguir modelando
a diario) el paisaje actual de la Subbética. Destaca la actividad erosiva
durante el Cuaternario. Al igual que ocurre en las sierra calizas de Málaga y
en todo toda la Penibética en general.
En
este contexto de la historia geológica de la Subbética Cordobesa os podemos
asegurar que os quedaréis maravillados al visitar estas sierras, que se elevan
cual gigantescas islas, sobre un mar de olivos, como si se tratarse de un auténtico museo geológico al aire libre
sobre la formación y evolución de esta parte del planeta, con sus lapiaces,
dolinas, poljes, galerías subterráneas, cañones fluviales, etc... que son
jóvenes muestras de un ajetreado pasado geológico. Buena parte de estos
paisajes actuales se deben al karst. La Subbética Cordobesa es además un gran
yacimiento mundial de ammonites. Toda esta visión geológica se disfruta desde
la perspectiva del Geoparque de las Sierras Subbéticas, creado en 2006.
Breve descripción de
la ruta:
1ª
parte, Ascensión al pico Bermejo por las chimeneas 1 y 2:
Era
nuestra intención haber aparcado los coches junto al cortijo del Cerezo, pero
la placa que nos encontramos al inicio de la pista terriza de "sólo
vehículos autorizado", hace recomendable dejar los vehículos frente a la
entrada de dicho carril, en el margen derecho de la carretera, por donde
iniciamos la caminata, en dirección Oeste, llegando en apenas un minuto al
cortijo del Chaparral (no confundir con la aldea de Los Villares, que es la
referencia para la Sierra Gallinera, pero no para esta ruta). Junto al cortijo
del Chaparral, que se encuentra junto a la mencionada carretera, tomamos la
pista terriza por la que nos adentramos en el mar de olivos que circundan todos
los montes que tenemos a nuestro alrededor, y apenas 80 m más allá del inicio,
justo antes de una curva a la derecha, remontamos un pequeño talud a la
izquierda del camino, por el que nos adentramos de lleno en el olivar, momento
a partir del cual, ya comienza la ascensión sin tregua, prácticamente hasta
coronar el Pico Bermejo, por el medio de un olivar, núnca es fácil dar
referencias, pero en este caso, la referencia más clara es mantener dirección
Sur, mientras vayamos subiendo vamos bien, y en nuestro caso, unas rodadas de
tractor u "oruga", nos sirvió muy bien de referencia, para llevarnos
de forma casi rectilínea hacia la entrada de la Chimenea, que ya se adivina,
por encima del olivar, sirviéndonos de referencias los enormes tajos y pináculos
calizos, que flanquean la primera chimenea.
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Al
llegar a la línea superior del olivar, abandonamos el mismo, superando un
talud, que nos adentraba en el sotobosque de coscojas y pequeñas encinas que
existe entre el olivar que ya dejamos atrás, y la Chimenea hacia la que nos
aproximamos. Es este un terreno aparentemente fácil, pero al caminar sobre
multitud de pequeñas piedrecillas descompuestas, el suelo tiende a resbalar con
facilidad, especialmente cuando la pendiente se torna más acusada o las ramas
bajas de los chaparros, nos obligan a caminar agachados y subiendo, siempre
subiendo. Hasta que por fin llegamos a la "Chimenea 1" formada por
una gran pedrera, que se presta a ser afrontada de muy distintas maneras.
Aquellos que están en un peso ideal, pueden caminar, prácticamente por donde
quieran, pero los de talla grande, debemos escoger bien la trazada, siendo
recomendable caminar bien sobre las rocas más grandes, bien sobre el margen
derecho o bien por el izquierdo de la pedrera, a ser posible, buscando la zona
de ladera donde hay algo de tierra más compacta, aliviando mas la ascensión
haciendo zig-zags, que trazando largos rectos.
Un
factor a favor de quienes ascendemos por esta chimenea a primera hora de la
mañana, es que al encontrarse flanqueada
de grandes tajos y estar situada en la cara norte de Sierra Horconera, la mayor
parte está en sombra y el frescor de las rocas, compensa parcialmente el
calentón del esfuerzo que tenemos que realizar con mucha paciencia, ya que
serán numerosas las ocasiones en que las piedras se muevan bajo nuestros pies,
o que incluso demos un paso hacia delante y dos hacia atrás. Es este uno de
esos tramos donde conviene poner en práctica el dicho de "Sube como viejo
achacoso, para llegar como joven mozo" y es por ello que el grupo hizo una
primera parada táctica a mitad de esta primera pedrera, donde el grupo tiende a
estirarse bastante. Esta pedrera en forma de embudo, que conforme vamos
ascendiendo se va estrechando, me recuerda al embudo de la cara norte de la
Sagra, aunque en este caso sea más corta.
La
belleza de los pináculos que flanquean esta primera pedrera y la segunda, bien
merecen el esfuerzo, con sus paredes calizas, parcialmente cubiertas de yedras,
sabinas, enebros, coscojas y alguna pequeña encina desafiando la gravedad. Tal
y como vamos ascendiendo, debemos ir pegándonos al lado derecho en busca de un
promontorio rocoso que requiere de una pequeña trepada, que da acceso a una
segunda chimenea.
Superado
este pequeño tramo escalonado, que requiere de una pequeña trepada escalonada,
sin apenas dificultad, encaramos la segunda chimenea, igual de empinada y aún
mas angosta, pero de progresión mucho más cómoda y segura, pues aquí ya no
caminamos sobre una pedrera, sino, sobre bloques calizos escalonados y tramos
de tierra compacta, que favorecen nuestro avance, llegando a un segundo
collado, donde ya da el sol de la mañana.
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Desde aquí, si miramos a nuestra
izquierda, es decir, al ESTE, ya podemos ver la Tiñosa y el Morrión, asomando
por encima de la crestería de Sierra Alhucema.
Mientras que de frente a nosotros, dirección SUR, tenemos un conjunto de
tajos y pináculos, distribuidos en cascada desde la divisoria de aguas, que a
partir de aquí llevaremos a nuestra izquierda y la vertiente Oeste, cuya caída
llevaremos todo el tiempo a nuestra derecha, hacia el OESTE, con vistas a
Sierra Gallinera, con sus dos cumbres, que vista desde allí arriba, parece una
modesta sierrezuela, a pesar de su indudable belleza.
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Retomada
la marcha tras la breve pausa en este segundo collado, nos ponemos en marcha,
encarando la sierra por su flanco derecho, es decir, hacia el conjunto de tajos
y pináculos que por su verticalidad y agreste perfil diríase, que es imposible
que se pueda seguir progresando. Aunque ya había hecho este mismo tramo en
Noviembre 2013, no dejaba de asombrarme cómo era posible continuar por el
sendero de cabras montesas, por el que estábamos a punto de adentrarnos, y
rodeando grandes tajos y pasando junto a gigantescos pináculos, fuimos
sorteando uno de los tramos más agrestes y desconocidos de Sierra Horconera,
haciendo uso de las manos con frecuencia, no tanto por la dificultad de los
pasos, sino por la altura de algunos escalones y la precaución lógica de tener
bien sujeto tres puntos de apoyo, a la hora de pasar por tramos con mucho
vuelo.
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Uno de los hitos orográficos más representativos de este espectacular
tramo en el que vamos flanqueando la vertiente Oeste de la Sierra Horconera es
un precioso peñón de tamaño medio, que emerge altivo al cielo de Córdoba, con
la parte superior ya soleada y la inferior todavía en sombras, parcialmente
salpicado de yedras y chaparros. Entre balcones naturales, tramos de cornisas y
algún que otro embudo donde podremos ganar altura entre pasos escalonados, nos
ayudarán a alcanzar el siguiente collado, ya al sol, donde por fin vislumbramos
el Pico Bermejo, pero aún no su vértice geodésico, que preside el pequeño
llanito, que lo corona y que aún no veremos hasta que estemos prácticamente ,
allí arriba.
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Tan
solo resta eludir un último espolón, perteneciente a la divisoria de agua, que
tenemos muy cerca a nuestra izquierda, y que volveremos a rodear, por el margen
derecho, es decir, por la vertiente Oeste, hasta alcanzar un último collado,
desde donde ya sólo resta remontar el último repecho, que aunque es de
pendiente muy pronunciada, resulta muy asequible teniendo en cuenta la dureza
de todo lo que ya hemos dejado atrás, además esta última loma cimera, está
compuesta de roquedos sueltos, piedrecillas descompuestas, piornal, esparto que
vamos esquivando fácilmente, con la referencia de algún sendero de cabras,
también utilizados por los jabalíes, que frecuentan esta cumbre, como delatan
algunas de sus "camas" a escasa distancia del vértice geodésico,
donde nos hicimos la foto
de cumbre junto al v.g. del Pico Bermejo (1.474 m),
2º techo de Córdoba, tras la Tiñosa (1.568 m), que podemos contemplar apenas a
4 km hacia el ESTE, con la característica joroba del Morrión (1.488 m) a cuyos
pies se encuentra una covacha de ganado de grandes dimensiones, de obligada
visita, bien a la ida, bien a la vuelta de la cumbre de esta emblemática
cumbre. que asoma por encima de la mítica crestería de Sierra Alhucema (1.429
m), nuestro segundo objetivo del día. Al OESTE destaca la Pequeña Sierra
Gallinera cual islote en medio de un mar
de olivos y mas allá, la localidad de Lucena. Al NORTE destaca Carcabuey, a la
izquierda de Los Pollos o de Jaula y Baena, que a pesar de la distancia se
adivina como una localidad grande, asomando por encima del
"Lobatejo"; Al SUR nosoculta la visión la propia divisoria de aguas
de Sierra Horconera, por donde vamos a continuar nuestra ruta, y al SUROESTE
toda la cordal de la Sierra Alta de Rute, con vistas parciales sobre el embalse
de Iznájar, mas allá. Así como un buen número de Sierras Malagueñas del Arco
Calizo Central, entre las que distinguiremos fácilmente, de izquierda a
derecha: El Jobo, Camarolos, el Co, Las Cabras, el Torcal o La Chimenea.
Abandonamos
la preciosa atalaya del Pico Bermejo (1.474 m), en dirección S-E, teniendo
frente a nosotros los espolones rocosos que coronan la divisoria de aguas, por
la que vamos caminando, más allá, los tajos mas verticales de la Crestería de
Sierra Alhucema, y a la izquierda por encima de la misma la Tiñosa.
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Pero unos
200 m mas allá de la cumbre que ya hemos dejado a nuestra espalda, llegamos a
la altura de unos farallones rocosos sobre la crestería, excesivamente agreste,
perdiendo ahora algo de altura, para faldear la vertiente Oeste (una vez mas),
por el sendero que viene desde "El Jardín del Moro", imponente
Atalaya, que ya hemos coronado en ocasiones anteriores, cuando hemos ascendido
al Pico Bermejo, desde el Cortijo Vichira, este sendero es de fácil tránsito,
no exento de algo de vuelo hacia el valle, pero muy dócil en comparación con
todo lo que ya hemos dejado atrás.
Unos 800 m más allá del vértice
geodésico, los espolones rocosos de la
divisoria de aguas, que en todo momento llevamos a nuestra izquierda, son
sustituidos por un perfil más suave, los agrestes pináculos son sustituidos por
roquedos mas aislados o la loma desnuda, tapizada por modestas matas de esparto
y piornal de alta montaña, que nos permiten trasponer en dirección E, hacia el Puerto de los Cerezos, hacia el que
descendemos en zig-zag con la referencia de senderos de cabra o campo través,
pues aunque la ladera es algo empinada, el terreno es relativamente dócil, más
allá de las abundantes piedrecillas, que nos obligan a no bajar la guardia para
no resbalar en el momento que menos nos esperemos.
2ª parte, Crestería
de sierra Alhucema
Llegados
al Puerto de Los Cerezos (aunque en
los mapas del IGN, aparezca como del Cerezo, en singular), era intención de
nuestro guía José Manuel Vázquez, tomar a la derecha, dirección SUR, continuando
hasta el Puerto de Las Chozas, y empezar la crestería desde su extremo sur, desde
donde debemos alcanzar un pequeño collado donde da comienzo la cresta, con unos
primeros tramos de trepada hasta alcanzar la parte alta. Esta primera parte, que no hicimos es muy
entretenida, con alguna que otra trepada, pero sin tramos expuestos, donde a cada paso, vamos descubriendo nuevas vistas hacia la parte alta de la
crestería.
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Sin
embargo, como la ascensión al Bermejo no es ninguna mariconada y ya había
consumido toda la mañana, había que optar por lo más práctico, que es acceder a
la crestería de Sierra Alhucema por una falla con forma de tobogán, que uno no
se puede imaginar al llegar al Puerto del Cerezo, pero que conociendo su
ubicación se adivina bien, desde la distancia. Para llegar a ella, tal y como
descendemos al Puerto del Cerezo, comenzamos a ascender por la ladera de
enfrente, encaminando nuestros pasos a un cerezo solitario, cuya sombra nos
permite recuperar resuello, para continuar, ganando altura por una empinada
ladera compuesta de piedra descompuesta, piornal y pequeños roquedales, escalonados,
por los que iremos ganando altura directamente, o bien, zig-zagueando, hasta
alcanzar la base de los tajos mas lisos, desde cuyos pies parte una falla en
forma de inverosímil tobogán, por el que, en apenas un minuto ya accedemos a la
crestería de Sierra Alhucema.
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A
partir de este momento, finaliza la ascensión, al menos de forma continua, y
más allá de algún corto sube y baja típico de crestería o alguna lomilla
intermedia, más allá de los pasos más afilados, llega el momento del disfrute
para los grandes amantes de la montaña. Allí abajo a nuestra derecha, a los
pies de la Tiñosa vemos el modesto valle del arroyo de Iznájar, las ruinas de
"Gañatienda", las instalaciones ganaderas del Cortijo Alto de Torres.
Y siguiendo la prolongación de la crestería de Sierra Alhucema al S-E podemos
contemplar el cerro de la Cruz, coronada
por una cruz de hierro, trasladada desde la iglesia de las Lagunillas cuando se
acometió la reforma de la misma.
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Y comenzamos nuestra progresión por la
crestería en dirección N-E con el sol a nuestra espalda, al principio hay cierta anchura, que con un mínimo de
precaución se recorre sin problemas, otras veces hay algún espolón sobre la
cresta que podemos esquivar a veces por la izquierda y otras veces por la
derecha, obligándonos a recuperar altura para volvernos a situar otra vez sobre
la misma, hasta que llegamos al temido "Paso del Caballo" (por
aquello de que en algunos tramos tienes que tener un pie colgando por cada lado
de la afilada cresta con caídas que a mí me resultaron abismales a ambos lados.
Al llegar al inicio de este primer paso para mí casi afilado, no sé que me
impresionó mas, si el ver la facilidad con la que ya lo había superado las tres
cuartas partes de los compañeros, entre risas y con una tranquilidad y soltura
impresionante, como quien baja un momento de casa, a comprar el pan.
O lo que
para mí era una imagen de pesadilla con caídas tremendas a los dos lados, a
pesar de que la mayor parte de este tramo de cresta ofrece un metro de anchura,
con sus correspondientes roquedos escalonados y sus grietas que hay que salvar,
pero hasta donde yo recuerdo, todos los compañeros la pasaron de pie y casi
corriendo, obviamente con principios tan básicos como no mirar núnca hacia
abajo, siempre de frente o en todo caso mirando la roca sobre la que vas dar el
siguiente paso. Y haciendo buena la frase de que no hay cuerda más segura, como
la tranquilidad y la confianza en uno mismo. La teoría es muy simple y fácil de
entender, pero cuando el vértigo te supera no puedes evitarlo. Allí estaba yo
con mi arnés, mi mosquetón, mis vagas de anclaje (inútiles sin un cable de
vida, que ¡ojalá instalaran algún día en esta crestería). Allí estaba yo
rodeado de grandes montañeros y mejores amigos insuflándome ánimo, calma y toda
la ayuda que fuera necesaria, Mabel había traído una cuerda de 10 y otra de 20
m. La idea era instalar un pasamanos amarrando la cuerda a cada extremo, pero
allí no había donde amarrarla, ni tampoco era plan de poner a los compañeros
más fuertes en cada extremo, corriendo el riesgo de arrastrarlos al abismo, en
caso de que yo cayera.
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El
caso es que las manecillas del reloj avanzaban, ya había quien tenía hambre y
con buen criterio se había acordado que el almuerzo se llevaría a cabo cuando
quedara atrás el tramo más expuesto de la crestería. Así que entendí que era el
momento de renunciar y quisiera dar las gracias tanto a los compañeros que
estaban allí de no insistirme para que no continuara (para no meterme presión)
y también doy las gracias a Ángel por intentar tranquilizarme para que lo
intentara. Al pobre le pedí que me acompañara hasta la entrada del
"Tobogán de la falla", unos 100 m atrás, pero ya una vez allí no
quiso dejarme solo aunque el Puerto del Cerezo ya lo tenía a tiro de piedra y
el camino hasta el inicio de ruta, que tantas veces había realizado en años
anteriores me lo conocía de memoria.
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Y así fuimos descendiendo por el camino
del Puerto del Cerezo hasta el cortijo del mismo nombre en improvisada tertulia
futbolera entre sevillistas, planificaciones de rutas y fines de semana
temáticos inminentes, efemérides con antiguos compañeros con los que hacía
tiempo que no coincidíamos y deteniéndonos de vez en cuando para ver si veíamos
la silueta de nuestros compañeros asomando por el perfil de la crestería de
Sierra Alhucema que en todo momento llevábamos a la derecha, pero que ya
imaginábamos disfrutando de la pausa del almuerzo o bien progresando
cómodamente por la vertiente ESTE del cordal, menos escarpada que los tajos y
saliente de la vertiente OESTE, que da vistas al Camino del Puerto de los
Cerezos, por dónde veníamos descendiendo nosotros: Ángel como "El Buen
Samaritano" y yo cabreado conmigo mismo por no haber podido vencer mi
vértigo.
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Mientras
tanto nuestros compañeros ya habían dejado atrás la parte más afilada y
estética de la crestería con pasos que
en teoría no revierten mayor dificultad
que vencer el vértigo, pues una vez arriba, prácticamente todo el esfuerzo
físico ya está hecho y es entonces cuando comienza la recompensa del disfrute y
la sobredosis de adrenalina de la ruta con tramos de una espectacularidad
brutal. Aunque algunos pasos, resultan aparentemente imposibles, mis compañeros
me confirmaron en la posterior cerveza de despedida en Rute, que en casi todos
los casos había vía de escape (yo desde aquel punto sólo veía abismo a ambos
lados). Pero el caso es que la mayoría coincidían al afirmar que algunos se
salvan bien por la arista, en otros les obligaba a sentarse sobre el afilado
perfil, pero otros se podían evitar, teniendo opciones más cómodas para avanzar
a nuestra izquierda según el sentido de la marcha. Si impresiona cuando tienes
la crestería ante tí, más impresiona cuando lanzas la mirada atrás, un paraíso
de rocas. Y así llegaron al punto más alto de
la crestería conocido localmente como
"Las Buitreras". Un
paseo, casi literalmente por el Cielo de
Córdoba con la Tiñosa a la derecha y el recién conquistado Pico Bermejo, a la izquierda. Sierra Mágina
al N-E y Sierra Nevada al S-E.
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Una
vez superado los tramos de cresta mas afilado, disfrutaron del almuerzo con la
alegría de haber superado los tramos más expuestos con gran éxito y sin el
menor incidente. Continuando sobre el cordal de Sierra Alhucema, siendo el siguiente
hito un espolón rocoso conocido como "El Picacho", que una vez
superado, nos vuelve a reorientar dirección N-E, manteniéndonos por la línea de
cumbres hasta que unos 2,5 km más allá de Picacho (y después de haber
descartado a medio camino la posibilidad de descender hacia "Puerto
Mahina" a la derecha), estando siempre sobre la cordal de Sierra Alhucema
o a escasa distancia de la misma, el grupo se sitúo a la altura de una pedrera,
que ya da vistas al camino del Puerto de Los Cerezos, hacia donde emprendieron el
largo y sinuoso descenso con técnicas de "esquí" sobre la
interminable y empinada pedrera que conviene tomarse con humor hasta por fin,
alcanzar la pista, que pocos minutos después ya los situaba a la altura del
Cortijo de Los Cerezos y su fuente, que a buen seguro, a más de uno/a le debió
saber a gloria. Restando ya tan solo un tramo, de poco mas de 400 m de pista
llana hasta desembocar en el punto de la carretera donde habíamos dejado los
coches por la mañana. Completando de este modo una de las rutas montañeras más
espectaculares de los últimos años.
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