lunes, octubre 18, 2010

Ascensión al Pico Bermejo (1.474 m), Parque natural Sierras Subbéticas Cordobesas

Distancia aprox. 15 km.
Desnivel aprox. 725 m
Punto de partida: cortijo Vichira (750 m)
Punto mas elevado: pico Bermejo, (1.474 m)
Tiempo aprox. Entre 7 y 8 horas
Nivel dificultad: alto
Tipo suelo: pista de tierra, senderos con matorral alto y campo través con bastante roca y algunos tramos de lascas sueltas (imprescindibles botas de trecking).
Tipo de recorrido: Circular.
Mapa: Junta de Andalucía, P.Nat. Sierras Subbéticas (1:50.000)
Fecha de realización: sábado 16 de octubre de 2010
Participantes: 14 compañeros entre los que se encontraban: Gabriel “Taxi Driver” y Ana desde El Coronil (Sevilla), Rafa Sancho “El Capitán de Fragata” desde Sevilla capital, El Gran Maestre desde Alhaurín el Grande, Yoli “como corre” desde Ronda y desde distintos puntos de la costa del Sol: Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta”, Vicky “La Princesa Druida”, María “Sentido y Sensibilidad”, Juanlukita, Costas “El Pirata Chipriota”, La Rosa de Manilva, Ilse “La Gacela de la Selva Negra”, Valentín “El Héroe del puerto de la Refriega” y un servidor Juan Ignacio Amador.
Recomendación: Se trata de una ascensión que se hace especialmente dura desde el inicio del boquete del arroyo de Las Labores hasta las proximidades de la crestería donde se encuentra el Jardín del Moro, pues a la fuerte pendiente hay que añadir la dificultad de discurrir sobre piedra que intentamos sortear por difuminados restos de senderos de cabra. Resultando muy recomendable los bastones, así como un mínimo de dos litros por persona (saliendo bien hidratados) y como de costumbre a partir de estas fechas el chubasquero.
Alicientes principales: Este itinerario nos muestras algunos de los rincones mas recónditos de Sierra Horconera, con magníficas vistas de las principales montañas y subsierras de este parque natural que aglutina las cumbres mas altas de la provincia de Córdoba: como La Tiñosa (1.568 m) techo de Córdoba o hacer cumbre en el pico Bermejo (1.474 m), segundo techo provincial.

Breve descripción de la ruta:
Una vez en el cortijo Vichira, con tress grandes casas de hasta dos plantas, que aunque en estado de semi abandono mantienen un porte de antiguo señorío rodeado de árboles frutales, palmeras y algún que otro eucalipto como si fuera un pequeño oasis al pie de Sierra Horconera. Echamos andar en dirección este por una pista terriza que pasa junto a su fuente y la antigua alberca en la que Chuckie no pudo evitar la tentación de darse un buen baño mañanero sin tener en cuenta que el nivel del agua estaba medio metro por debajo del borde, ayudándole a salir su hada madrina María a quien puso chorreando tras enloquecida sacudida, poniendose a correr como al ma que lleva el diablo para arriba y para abajo. Con la modesta sierra gallinera a nuestra espalda, al noroeste y la Sierra de Rute a nuestra derecha, suroeste, caminábamos bajo un cielo momentáneamente despejado entre las monumentales encinas por la que discurre este primer tramo de suave ascensión, concretamente una encina cuyo tronco tiene mas de 5 m de diámetro esta catalogada como árbol singular de la provincia de Córdoba. La imponente crestería que tenemos ante nosotros desde el inicio ya deja muy a las claras que esta va a ser una ruta de grandes sensaciones. A unos 500 m del inicio el camino viene a morir frente al espectacular boquete por el que baja el arroyo de Las Laborales, que normalmente no suele llevar agua. Entre las paredes de este peculiar boquete iremos superando empinadas rampas formadas por roca caliza que puede resultar muy resbaladiza e incluso peligrosa en días de lluvia, por lo que a veces incluso podemos recurrir a la ayuda de las manos y antes de darnos cuenta saldremos a una especie de valle encajonado donde existen dos opciones:

La mas fácil consiste en continuar de frente tal y como dejamos atrás el boquete, manteniéndonos en todo momento por un angosto sendero que discurre junto al cauce del arroyo de Las Laborales, sendero que unos 200 m mas adelante ha quedado muy cerrado por los matorrales, pero que presenta un suave perfil que nos lleva hasta una zona abancalada desde la que se llega al puerto del Cerezo de una forma muy cómoda.

La otra opción que fue la que escogimos consiste en justo antes de dejar atrás el boquete, girar a nuestra izquierda, atravesando el cauce seco del arroyo, es decir situándonos en su margen derecho, que sería el izquierdo según la dirección de nuestra marcha y comenzar a subir por la ladera que tenemos a nuestra izquierda, aprovechando los restos de sendas de cabra que nos vamos encontrando aquí y allá. Iniciada la ascensión nuestro objetivo es aproximarnos a la crestería que hay en la zona alta de la ladera. Aunque la trayectoria teórica de nuestra ruta consiste en ir subiendo hacia la derecha, es decir dirección norte. Merece la pena realizar la ascensión haciendo zig-zags con un ataque directo hacia la crestería e incluso un tanto hacia la izquierda, para alcanzar el senderito que se encuentra cerca de la crestería dejándonos a tiro de piedra del Jardín del Moro, que merece la pena visitar, una inexpugnable fortaleza militar de origen árabe, que se encuentra en el extremo sur de esta crestería (es decir, subiendo hacia la izquierda) y que aún conserva la base de su antiguo torreón de vigilancia, un aljibe y lienzos de muralla. Un auténtico nido de águilas al que llegamos sin ninguna dificultad varios compañeros, aprovechando para hacer un pequeño reportaje del lugar, mientras el resto de compañeros nos esperaba en un punto mas avanzado de la crestería hacia donde habían dirigido sus pasos en la ascensión.

Una vez reagrupados y manteniéndonos en el sendero casi borrado que discurre cerca de la línea de crestería con los espolones rocosos a nuestra izquierda, continuamos dirección norte-noreste, hasta que llegamos al siguiente collado (1.204 m), donde alcanzamos a Costas que como buen “Pirata Chipriota” se nos había adelantado a la jugada. En aquellos momentos un mar de nubes que entraba por el sur amagó en un par de ocasiones con mermar nuestra visibilidad. Pero como por arte de magia, el cielo volvió a abrirse parcialmente permitiéndonos contemplar prácticamente todo el trayecto que teníamos que realizar hasta alcanzar nuestro objetivo. Girando en este collado levemente a la derecha, dirección este, para ir ganando altura por un sendero que en sucesivos zig-zags nos dejaría cerca de la siguiente crestería donde ya se encontraba el pico Bermejo al que llegamos sin dificultad manteniéndonos paralelos a la línea de crestería, dejando esta vez los afilados dientes de la misma a nuestra derecha. Como de costumbre Valentín hizo su particular exploración trepando a rocas imposibles que incluso desde la distancia ya imponían respeto, mientras que el resto del grupo íbamos llegando al vértice geodésico del pico Bermejo (1.474 m), donde hicimos la primera parada de comida de la mañana entre grandes socavones de tierra removida por los jabalíes en busca de raíces y cualquier tipo de animalillos. A juzgar por las muchas huellas y señales de estos animales deben ser abundantísimos en este parque natural.

Una vez hecha la foto de rigor en la cumbre la abandonamos volviendo a caminar sobre nuestros pasos hasta mas allá de 1 km de distancia, una vez que dejamos atrás un morrión muy grande de la crestería, que ahora llevábamos a nuestra izquierda, iniciamos la ascensión hacia la divisoria de aguas tomando como referencia una zona redondeada y de suave perfil desde donde descendimos sin dificultad por la vertiente contraria hasta el mítico puerto del Cerezo.

Al llegar al puerto del Cerezo iniciamos el descenso entre quejigos, majuelos, encinas y rosales silvestres por un carril que se construyó para un antiguo proyecto de reforestación que nunca se llevó a cabo. Poco a poco el camino se encajona en un bonito cañón formado por las paredes de Sierra Horconera a nuestra izquierda y sierra Alhucema a nuestra derecha, que durante mas de una hora nos hicieron disfrutar con sus espectaculares cortados, covachas, salientes y grandes espolones ricosos como si de pequeños Naranjos de Búlnes se tratara, tampoco faltó una pequeña piara de cerdos que tuvo sus mas y sus menos con Chuckie al que estuvieron a punto de comerse. Mas adelante nos encontramos con olivos, mientras el cauce del arroyo del puerto nos va acompañando todo el camino. Mas abajo comienzaron a aparecer chopos, membrilleros, higueras, olmos y de nuevo los olivos que se alternarán con encinas de gran porte que nos acompañarían hasta el final del recorrido con un sin fin de umbrías y rincones con embrujo. Al llegar a la altura de la carretera, nos desviamos a nuestra izquierda, manteniéndonos junto a la misma unos para abandonarla unos 300 m mas allá hasta encontrarnos con otro desvío desde el cual la única referencia serán las balizas roja y blancas del GR-7 en un precioso tramo que discurre a los pies de la cara oeste de Sierra Horconera y que nos llevó de vuelta hasta el cortijo Vichira, sorprendiéndonos con preciosos túneles de vegetación bastante frondosa, bosquetes de encinas, varios cortijos, algunos en ruinas y otros aún en funcionamiento con las paredes de Sierra Horconera a nuestra izquierda, Sierra gallinera a la derecha y la Sierra de Rute cerrando el horizonte en dirección sur, completando de esta manera una preciosa ruta circular de unos 17 km de gran belleza paisajística con bastante sensación de altitud y una nitidez de visión en esta jornada inolvidable en la que no nos encontramos absolutamente a nadie, lo cual .no deja de ser un lujo en los tiempos que corren.

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