Distancia aprox. Entre 19 y 21 km dependiendo de si nos vemos obligados a dar un rodeo por las vacas retintas y toros sueltos al atravesar (o rodear) la finca del Cortijo de Líbar, que en teoría tiene servidumbre de paso por el "GR E-7" (Tarifa-Atenas), pero este suele ser un punto conflictivo del recorrido.
Desnivel aprox. de subida: 617 m
Desnivel aprox. de bajada: 800 m
Inicio: Parte alta de Benaoján (740 msnm)
Puntos más elevados: Puerto Cufría (1.025 msnm) y Cercanías de la Fuente del Moro (1.081 msnm).
Final de recorrido: Instituto de Cortes de la Frontera
Nivel dificultad física: Medio-Alto por la distancia
Nivel dificultad técnica: Medio-bajo, esta ruta no presenta ningún paso complicado, más allá de algunos tramos de caminos empedrados, que en cualquier caso no debería hacer nadie que haya padecido o padezca alguna lesión de rodillas o similar recientemente.
Tipo suelo: Sendero terrizo o empedrados y pista forestal.
Tipo de recorrido: Lineal
Breve descripción del recorrido:
Tramo 1: De Benaoján al Camino de los Llanos de Líbar
Partimos del Barrio Alto de Benaoján de inequívoca traza árabe, con empinadas y serpenteantes calles, cuyo subsuelo alberga uno de los sistemas de cuevas más importantes de toda España, el Sistema Hundidero-gato, cuyas ramificaciones se extienden hasta el subsuelo de su núcleo urbano.
Benaoján es pueblo de referencia para El senderismo, la escalada, las vías ferratas, los kayaks por el río Guadiaro o la espeleología en la Cueva del Gato o para disfrutar de las bellas formaciones geológicas y del arte rupestre Cuyeva de la Pileta, una de las más importantes de España por la antigüedad y el gran valor de algunas de sus pinturas. La gruta contiene restos arqueológicos pertenecientes al Paleolítico, el Neolítico y la Edad del Bronce, y está declarada Monumento Nacional desde 1924. Además de las pinturas rupestres más importantes de Andalucía, descubrirás impresionantes estalactitas y estalagmitas en sus salas.
Dentro de su núcleo urbano destaca, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario conserva de su construcción original en el siglo XVII una bóveda gótica en el presbiterio. Y por otra parte destaca la Torre del Moro. Levantada por los musulmanes para vigilar el transitado paso del Valle del Guadiaro, así como para servir de refugio en caso de ataque. Si bien en la actualidad, solo quedan algunos restos.
Tal y
como íbamos diciendo, el inicio de recorrido se encuentra a la entrada del Barrio
alto de Benaoján. Tal y como llegamos por la carretera desde Cortes, a la
derecha. Y a la izquierda, de la carretera un cartel de Sendero Benaoján-Llanos
de Líbar marca el inicio del recorrido que afrontamos subiendo una empinada
rampa. Dejando a nuestra espalda las últimas casas del pueblo y algún que otro
desvencijado corralón entre gallinas y ladridos de perros que delatan nuestra
marcha. Poco a poco vamos ganando altura entre bancales de almendros y olivos,
llegando en pocos minutos a una verja de hierro, que sorteamos por la
izquierda. Pronto empezamos a contemplar
atrás y nuestra izquierda, dirección N-E, la ciudad de Ronda.
Conforme vamos ganando altura, comenzamos a tener vistas hacia el Cancho del Conio al S-E, así como de la carretera Cortes-Benaoján ladera abajo; Atrás, a nuestra izquierda: la Estación de Benaoján a orillas del río Guadiaro. Poco antes de completar el segundo kilómetro de recorrido, enlazamos con una pista terriza donde el perfil se suaviza y atravesaremos dos llanos o poljes seguidos, al primero se le conoce como Llano de San Bartolomé, donde nos encontramos con un primer cortijo a nuestra derecha, a los pies de los tajos del imponente cerro Ventana, conocido como "Cortijo del Pozuelo". Y al segundo, mucho mayor, se le conoce como Llano del Pozuelo, presidido por el Cortijo de Gloria, (a la izquierda del camino), junto al cual llama la atención el esqueleto de un Renault 4, frecuentado por vacas retintas. Continuando por la misma pista, unos 100 m más adelante, nos encontramos con una verja de hierro que dejaremos cerrada a nuestro paso, y también a la izquierda del camino, las ruinas del Cortijo de Monte Prieto (antigua denominación del Cerro Ventana), frecuentado por una pequeña yeguada de caballos marrones y un par de mulos, también de color marrón. Justo en el margen izquierdo del camino, tras la alambrada que marca el perímetro de este cortijo nos encontramos con un pozo y dos pilones tallados sobre la roca del terreno. Mientras que a la derecha del camino, una hondonada del terreno ha propiciado que se forme una profunda laguna tras los días de abundante lluvia, que a buen seguro hará las veces de abrevadero para la fauna y ganadería de la zona.
Una vez que dejamos las ruinas de cortijo del Monte Prieto a nuestra izquierda, atravesamos una verja de hierro, que dejamos cerrada a nuestro paso y continuamos por la pista terriza. A nuestra derecha, al pie de unos tajos podemos observar la presencia de un murete de piedra, en su día utilizado como refugio para el ganado, y unos 300 m mas allá de la mencionada verja, abandonamos la pista, para iniciar la ascensión por un angosto sendero terrizo, que comienza a ganar altura, actualmente señalizado con una rudimentaria tablilla ladeada donde se puede leer, a la derecha, Llanos de Líbar. Conforme vamos ganando altura entre altas retamas, y grandes palmitos, comenzamos a encontrarnos con algunos tramos de camino empedrado, correspondiente a la Vereda de “La Escalereta”, que nos recuerda al famoso camino del Puerto de la Escaleruela situado entre el Camorro Alto de Sierra Chimenea y el Torcal de Antequera. A la izquierda, allí abajo podemos observar una dolina presidida por un cortijo, esta dolina es conocida como el "Hoyo del Niño Fernando" y al Este de la misma se encuentra un camorro conocido como "El Canchón". Esta zigzagueante vereda que en algunas zonas conserva su empedrado original, parece tener origen andalusí, y algunos tramos se conservan en muy buen estado, incluidos sus escalones, construidos con gran esmero, para superar el desnivel existente entre el Llano del Pozuelo y el Puerto de la Cufría. Junto con la del Puerto de Los Empedraos (Ronda-El Burgo) y el Camino de la Ermita de Montejaque, es una de las veredas mejor conservado de la Serranía de Ronda. Existen referencias de la Vereda de la Escalereta desde el año 1.575, en el libro de Apeo y Repartimiento de la villa de Benaoján.Tal y como vamos ganando altura por la vereda de La Escalereta, a veces a nuestra izquierda, a veces a nuestra espalda, siempre en dirección ESTE, tenemos vistas hacia el Cancho del Conio, la Sierra del Oreganal y gran parte de la divisoria Guadiaro-Genal: Castillejos-Espartina, Peñón de Benadalid-cerro Poyato y Hacho de Gaucín . Ya en la parte alta, desaparece el empedrado y el sendero terrizo se bifurca se difumina de vez en cuando entre pequeñas cárcavas flanqueadas por el cerrado matorral de retamas, grandes palmitos, matagallo, gamones, majuelos, jaguarzos, aulagas y algunos chaparros dispersos. Atravesando poco después un par de pequeñas dolinas, conocidas localmente como hoyos, poco después de dejar atrás el Camino empedrado de la Escalereta el sendero se desdobla entre matorral formando una "Y", que puede pasar fácilmente desapercibida, porque anteriormente el sendero se desdobla y se vuelve a unir unos metros más adelante. Pero hay un punto donde se desdobla de forma definitiva, de tal manera que el ramal que se va desviando hacia la izquierda se dirige al Puerto de la Cufría y el que va hacia la derecha, que fue el que cogimos nosotros, hacia el Puerto de "la Era de los Cigarrones", en el que hicimos la parada de fruta poco después de habernos cruzado con un numeroso rebaño de ovejas en el que llamaba la atención la cantidad de crías que acompañaban a las adultas.

Poco después de dejar atrás el Puerto de la Era de los Cigarrones, cambiamos el terreno donde predominan los matorrales anteriormente mencionados con un precioso paisaje de dehesa, salpicado de quejigos tan característico del Parque Natural de Grazalema, viniendo a salir a los "Llanos del Pozuelo de Montejaque", cuyo perímetro fuimos rodeando, quedando la valla siempre a nuestra izquierda, hasta venir a salir al camino de los Llanos (pista forestal, que aparece en los mapas como "Vereda de la Fuente de Líbar"). Que tomaremos a nuestra izquierda, dirección S-O hasta el final de los Llanos de Libar. De tomar a la derecha (dirección N-E), pondríamos rumbo a Montejaque, que es donde comienza este histórico camino.
Tramo 2: Por el Camino de los Llanos de Líbar:
Una vez
por en el "Camino de los Llanos" la progresión puede ser tan rápida
como nos apetezca porque al tratarse de una pista forestal podemos alcanzar
buen ritmo, si bien el perfil alterna tramos llanos con otros en subida, pero
casi siempre suaves. A pesar de ser pista el paisaje no es monótono, porque
estamos rodeados de quejigos y encinas centenarias, algunos de ellos con
troncos dignos de ser catalogados como "monumentos naturales
vivientes", pasaremos junto a dos cortijillos y antiguos corralones o
majás en ruinas, una fuente abrevadero, de vital importancia para la fauna y
ganadería de la zona. Y nos vamos deleitando con el paisaje de montaña que nos
acompaña de principio a fin de la ruta, llevando a nuestra izquierda la Sierra
del Palo, concretamente, a esta altura las Pilas (Cara) del Tunio y a la
derecha, el agreste canchal del cerro Zurraque (1.292 msnm). una auténtica
fortaleza pétrea de aspecto desafiante y dificultosa e incluso peligrosa
progresión por parte de quienes lo han intentado o conseguido, saltando o
marineando sobre grandes bloques de roca, grietas abismales o impenetrables
coscojas.
Tramo 3: De los Llanos de Líbar a Cortes de la Frontera:
Una vez que dejamos atrás la finca correspondiente al Cortijo de Líbar, volvemos a adentrarnos en otros precioso paisaje de dehesa que discurre por el pié de monte de Sierra Blanquilla, coronada por el cerro Martin Gil, cuya cumbre va a ir quedando a nuestra izquierda, mientras que a la derecha iremos dejando en la distancia la Sala Madre y cada vez, más cercano a nosotros, el desafiante Peñón de Líbar, de apariencia inexpugnable.
La primera parte de este tramo mantiene un perfil ascendente
por una angosta, pero bien señalada vereda con hitos de piedra, donde nos
encontramos con algunas charcas, hasta que llegamos a un puerto de montaña,
tras el cual tenemos un tramo de tregua con ligero perfil descendente, para
poco después volver a ganar altura hasta otro puerto donde se unen nuestro
sendero y el que desciende al Cortijo de Edmundo, que ya vemos abajo a nuestra
derecha, que es precisamente hacia donde empieza a descender nuestro camino, ya
con el sendero, transformado en la pista forestal que desciende hasta el
estratégico Puerto de Líbar "992 msnm", desde donde parte el
zigzagueante ramal de pista que se dirige a la Sierra de los Pinos, ascendiendo
en dirección Oeste.
Cortes de la Frontera puede presumir de albergar el mayor bosque de alcornoques de toda España, de gran riqueza botánica, faunística y geológica, hasta el punto que su amplio término municipal, es uno de los pocos de toda España que tiene el privilegio de contar con una gran cantidad de hectáreas dentro de dos parques naturales como son el de la "Sierra de Grazalema" y el de "Alcornocales"
Cortes de la Frontera es de de origen fenicio y con un pasado nazarí aún muy presente. Como principales monumentos de su casco urbano destacan su Plaza de Toros, la segunda con mayores dimensiones de la Serranía de Ronda. Su actividad ganadera hacen que el arte taurino sea una tradición muy afincada en el municipio. El ruedo cuenta con 30 metros de diámetro y fue inaugurado en 1894.La Casa y Capilla de los Valdenebros. Actualmente convertida en vivienda, también como la "casa de las Tetitas" debido a la forma de los remaches del portón. Esta casa perteneció a un militar que adquirió el título de noble por las armas. En la fachada encontraremos el escudo heráldico y su blasón. Un pasadizo subterráneo comunicaba la casa con la iglesia. A pocos metros se encuentra la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, construida a fines del siglo XVIII. Otras dos casas famosas en este municipio son la Casa de Piedra y la Casa Consistorial. El Ayuntamiento es un edificio construido con materiales de arenisca en el año 1784 por orden del Rey Carlos III. Destaca la amplitud de su fachada, con un total de diez arcadas. Pero si queremos adentrarnos en el pasado andalusí, la Casa de Piedra cercana a la barriada de la Estación, es de visita obligada