jueves, junio 07, 2007

Domingo, 3 de junio de 2007
Sierra de Enmedio y Descenso del Río Chillar(Parque natural Sierra Almijara)
Cuatro años después de realizar esa misma ruta en una lluviosa mañana de octubre con mi buen amigo “Andrew Webster”, nos dábamos cita en la rudimentaria “Parada-Estación de autobuses de Nerja” un grupo de 13 amigos/as, por primera vez en la temporada, mayoría chicas, que con el patrocinio de decathlon aquel día estrenaban bañadores de las mas prestigiosas marcas, como comprobaríamos mas tarde en el tramo acuático de esta preciosa y variada ruta anfibia donde las haya.

Si bien esta ruta se puede iniciar perfectamente desde la misma urbanización de San Juan del Capistrano (Nerja), nosotros dejamos los coches directamente en “La Cantera” a 1,4 km. de la citada urbanización y que además suele ser el tradicional punto de partida de la mayoría de excursionistas que realizan esta bonita ruta, eso sí, cada vez mas popular y masificada, especialmente los fines de semana de primavera y verano. Por otra parte la mayoría de la gente la realiza de forma lineal, dejando el camino de vuelta sin aliciente, por aquello de que a la vuelta estás viendo lo mismo que a la ida, y convirtiendo la ruta en una romería entre los que van subiendo ó vienen bajando. Sin embargo, existen tres rutas alternativas, prácticamente desconocidas, que nos permiten combinar tramos de montaña casi inexplorados, con largos tramos del idílico río Chillar.

Así que una vez en “La Cantera” (80 m., km. 0, hito 1), en vez de tirar río arriba, subimos por la pista de hormigón que en dirección sur sube en fuerte pendiente, girando inmediatamente a la derecha, casi 180º de manera que nos orienta en dirección noroeste atravesando una zona de fincas y huertas denominada “Los Almanchares”, salpicada de casas, probablemente, muchas de ellas ilegales, con los huertos repletos de aguacates, nísperos y otras frutas subtropicales. Aunque hay varios cruces vamos siempre por el principal y en caso de duda a la derecha y siempre subiendo, hasta que llegamos a una especie de “tridente” ya terrizo y con las últimas casa a nuestra espalda, donde hay que tomar el camino que sube a nuestra derecha, marcado por un rudimentario hito de piedras amontonadas en forma piramidal. Si no estamos seguro de si vamos por el camino correcto, basta decir que a menos de 50 m. del comienzo, el carril se convierte en senda y sube paralelo a una pequeña cañada que llevamos a la izquierda, aunque la pendiente es fuerte vamos protegidos por la sombra de los pinos que nos acompañan. A media subida hicimos la primera parada de reagrupamiento, para echar un trago mientras “La Rosa de Casarabonela” aprovechaba para peinarse, con el cepillo en la derecha, el espejo en la izquierda y la orquilla entre los dientes. Rápidamente reemprendimos la subida afrontando ya el último tramo de “La Cruz del Pinto” por su vertiente sur siguiendo la serpenteante senda que se abre paso, entre matorral de romero y aulagas, hasta que llegamos a la pequeña cruz que sobre un pequeño pedestal blanco, con un mini sagrario en su inerior le da nombre a este peculiar cerro, conocido como “La Cruz del Pinto” (hito 2, km. 2) que a pesar de sus 398 m. de altitud es un magnífico mirador 360º a la redonda, que nos sirvió para ir enumerando toas las cumbres almijareñas que desde allí se ven, además de Nerja a orillas del Mediterráneo al sur y Frigiliana con el “Cerro del Fuerte” al noroeste.

A continuación descendimos por la cara norte del cerro, a través de una bonita senda, con espectaculares visas a los grandes colosos de Sierra Almijara y el estrecho valle del Chillar unos 300 m. por debajo de nosotros a la derecha, a nuestra misma altura identificamos fácilmente la denominada “Presa del Salto Grande” donde definitivamente le roban todo el caudal al Chillar, para el teórico uso de regadío y de forma encubierta para los campos de golf, como bien nos aseguraba Miguel “El Hombre que sabía demasiado”. Por este motivo, además del irreparable daño que se le hace al cauce bajo del Chillar, el primer tramo que se suele hacer entre “La cantera” y está presa, donde nos encontramos la famosa rampa de cemento, el río siempre va seco y seco llega hasta Nerja, salvo en esas extrañas ocasiones de lluvias torrenciales, en las que a muy poca gente se le ocurrirá venir por aquí.

Y disfrutando del espectacular paisaje, llegamos al “Puertecillo de La Cruz del Pinto” (hito 3, km.3,7, a 300 m. de altitud). En este punto tenemos la opción de bajar al río Higuerón por un desdibujado carril, casi conquistado por la vegetación, ofreciéndonos a su vez la opción de remontar su cauce, para retomar esta ruta, subiendo por el denominado sendero de “La Sierra de En medio” que parte desde el Área Recreativa del Pinarillo (¡ojo!, no confundir con la del carril que entra en Sierra Almijara desde Las Cuevas de Nerja), también se enlaza con un carril asfaltado que sube hasta “La Plaza del Ingenio” de Frigiliana, de donde parte la bonita ruta, que nos lleva por el cauce del río Higuerón. Pero como íbamos diciendo, al llegar al “Puertecillo de la Cruz del Pinto”, nosotros nos dirigimos hacia una pequeña torreta de electricidad, para continuar nuestro tramo de crestería, tal y como vamos avanzando la senda se va haciendo intermitente, llega un momento en que el matorral nos rodea por todas partes, pero hay que aproximarse a la cresta lo máximo posible, dejando a nuestra derecha un pequeño espolón rocoso y buscando en cada paso el mejor sitio para penetrar entre los matorrales. Nuestros amigos “Paco” y “Mari Nieves” que esos días debutaban con nosotros ponían cara de pócker, mientras, en medio del grupo se iban escuchando a cada paso los: ¡ay, que me pincho el culo!…de Lali “La Corsaria de levante”, que nunca lee mis emails de advertencia (y traía pantalones cortos a l igual que “La Rosa de Casarabonela”... los ¡ui, por Dios! de Patri “La Reportera de Chef Chauen”, acostumbrada a su mountain bike...ó los ¡ojú que caló! de Magda “La Pimentonera de Águila” que ya decía que hasta después del verano no volvía a salir de su piscina privada.

A todo esto, “Carlitos” no paraba de preguntarme, con la cara descompuesta: “¡Juani, tio!, ¿tú estás seguro que era por aquí?”, mientras yo le contestaba: “¡Mira Sancho, que lo importante no es la posada, sino el camino!”, y recuerda las palabras de Machado: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y así continuamos avanzando lo mas cerca posible de la cresta que siempre teníamos a nuestra izquierda, hasta que alcanzamos un pequeño bosquete de pinos, unos 400 m., as de uno/a llegó hecho un Cristo, por fin pudimos reagruparnos después de salir de este tramo que algunos denominaron como “La Antesala del Infierno”, del que sólo salió indemne Angus (“La dalia Negra”) que fue la única que consiguió pasar entre los matorrales sin tocar ni uno solo. A partir de aquí, manteniéndonos siempre sobre la misma cresta ó a muy pocos metros de la misma, seguimos avanzando dirección norte, protegidos aquí y allá por la sombra de algún pino, la senda cada vez mejor marcada y unos intermitentes puntos azules, nos confirman que nos encontramos en el buen camino, con el valle del río Chillar siempre a nuestra derecha, muy por debajo de nosotros. Hasta que ¡por fín! Llegamos al “Collado del Higuerón” (hito 4, km. 4,5, situado a 454 m. de altitud). Donde enlazamos definitivamente por un sendero homologado “P.R. Frigiliana-Fuente del Esparto”. En este punto con vistas a la cuenca del río Higuerón, aprovechamos para hacer la segunda parada oficial de la jornada, protegidos por la sombra de los pinos y la agradable brisa que mitigaba el calor que ya empezaba a castigar a mas de uno/a.

A partir del “Collado del Higuerón”, siempre siguiendo este “P.R. de la Sierra de En medio”, continuamos dirección nordeste como si fuéramos hacia Fuente del Espato, aquí se abandona definitivamente la cresta que ya va a ir quedando a nuestra izquierda, las montañas van adquiriendo mayor altura a nuestra izquierda, mientras nosotros empezamos a faldear por la arenosa y pedregosa senda, que da vistas al siempre seco “Barranco de Los Garzón” que viene a desembocar en el primero de Los Cahorros del Chillar, sin embargo, nosotros continuamos por la senda que va recortando todos los salientes de las laderas que vamos dejando a nuestra izquierda. Hasta este punto Juani y “Chuky” habían sido desde el comienzo “cabeza de carrera”, con “Carlitos” siempre pegado a rueda, pero aprovechando que paré un minuto para atarme los cordones y dejar que el grupo que venía mas atrás contactara con nosotros, “Carlitros” que iba a pecho descubierto en plan Tarzán, se llevó a Chuky a rueda, protagonizando lo que a la postre se convertiría en la gran escapada del día. Mientras tanto, el grupo se reunificaba y avanzaba sin prisas pero sin pausas, por las pequeñas barranqueras escalonadas por donde se abre paso la senda con la esperanza de encontrarnos a los dos escapados, esperándonos sentados a la sombra de algún pino, detrás de la siguiente curva. Hasta que sin el mas mínimo rastro de ellos llegamos al denominado “Collado del Chillar” (hito 5, km. 7 a unos 520 m. de altitud). A nuestra izquierda tenemos el “Alto de la Garza” ó “Pandera Garzón” que con sus mas de 1.100 m. es una preciosa montaña, en cuyas laderas nos encontramos ahora, teniendo magníficas vistas hacia el noroeste con “Los tajos del Sol” frente a nosotros eclipsándonos la visión del Navachica y el Almendrón, mientras que allá abajo a nuestros pies contemplamos un gran farallón rocoso, conocido como “El Rincón de los hermanos” por el que se abre paso la senda que nos deja en el mismo cauce del río Chillar. Y en la orilla contraria vemos como la senda sube de forma decidida, cruzando la gran acequia, procedente de “Las casas de la Presa”, para llegar hasta el área recreativa de “La Fuente del Esparto”.

La bajada hasta el río Chillar se hizo en un tiempo record y para celebrar que ya habíamos escapado de la tremenda solana a la que habíamos estado expuestos, durante la mayor parte del recorrido por la Sierra de En medio. Que mejor, que celebrarlo con una buena comida, protegidos por las sombras de la frondosidad subtropical del río Chillar y su estrechísimo valle, disfrutando a continuación de una refrescante multi sesión en grupo en los abundantes jacuzzis naturales que nos ofrece el Chillar en este tramo al que afortunadamente suelen llegar muy pocos, teniendo la sensación de estar en un lugar prácticamente virgen.

Una vez finalizada la gran comida del día y estrenados los bañadores, comenzó el desfile masculino y femenino de trajes de baño, Verano 2007, Especial Travesías Acuáticas, con el patrocinio de decathlon y las mas prestigiosas marcas deportivas, convirtiendo en improvisada pasarela el descenso por el río Chillar, que en nuestro caso comenzaba en el único cruce de sendas que existe en todo el recorrido (hito 6, km. 7,5, a 380 m. de altitud, es decir tan sólo 15 m. bas bajo que “La Cruz del Pinto”). Llegamos a este cruce de sendas tras descender por la cara este del “Alto de la Garza”, teniendo la opción de cruzar el río para proseguir por la “Cuesta de Los galgos” hacia “La Fuente del Esparto”, seguir río abajo, hacia “las casas de la Presa y Los cahorros Altos” ó bien continuar río abajo que por ser la opción prevista, fue la que llevamos a cabo, atravesando un tramo de escalonados saltos de agua, que se van haciendo cada vez mas agrestes, hasta obligarnos a abandonar el cauce del río, con varias zonas de destrepe, entre grandes bloques marmóreos donde tuvimos que utilizar las manos y los cinco sentidos. Precisamente fue en este punto donde “La Rosa de Casarabonela” aprovechó para hacer un tremendo demarraje, soltando al grupo, mientras yo fotografiaba, el lento avance del pelotón en tan escarpado terreno. Poco después llegábamos a una primera poza con cascada que yo confundí con la denominada “Poza Grande”, donde Rosa y Carlitos, ya estaban haciendo lo propio formando un trío con Chuky, al estilo: “Tú Tarzán, yo Jane y ésta (este) “La Mona Chita”, mientras que nosotros creíamos estar en ese mismo lugar, sin percatarnos que estábamos dos cascadas mas arriba. El grupo constantemente animado por Lali “La Corsaria de Levante” siempre dispuesta a darse un chapuzón, nos arrastró a casi todos a darnos un gratificante baño bajo la cascada al estilo del antiguo anunció del “Fa”, especialmente inolvidable resultaría el baño para Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta” que ese día tocó el cielo con los dedos y algo mas...

Unos 50 m. mas abajo llegamos a otra poza de similares características, donde también nos bañamos y por fin descendimos hasta la tercera poza (en el sentido de bajada), conocida popularmente como “La Poza Grande” (hito 7, km. 8,6 a unos 305 m) y que suele ser el lugar escogido por el 95% de los excursionistas que hacen la ruta del río Chillar para darse un buen baño y emprender el camino de regreso por el mismo sitio que han venido. Cuando llegamos ya eran casi las 16.00 pm. y dado que aún quedaban casi 5 km. de tramo acuático y al día siguiente era lunes, tan sólo paramos ya para hacer la foto de rigor.

Poco después llegaba otra de las zonas abruptas, donde los grandes bloques de roca te obligan a abandonar el cauce, salvándolo fácilmente con la ayuda de las manos por el lado izquierdo al igual que en la ocasión anterior (esto hay que interpretarlo al contrario si venimos desde abajo). Este paso de cascadas sucesivas donde el Chillar baja entre preciosos saltos de agua que van cayendo de bloque en bloque, se encuentra donde el río gira bruscamente para cambiar la orientación sureste por la suroeste. A partir de aquí el río se hace cada vez mas dócil, combinando amplios tramos rectos y muy llanitos, con pequeñas cascadas, que no ofrecen ninguna dificultad para ir bajando continuamente casi sin darnos cuenta, disfrutando durante todo el recorrido de una exuberante vegetación subtropical, o de la constante música del agua por la que vamos caminando durante la mayor parte del recorrido, salvo pequeños tramos intermitentes de sendas paralelas a la orilla que nos permiten abandonar el cauce en algunos puntos si lo deseamos.

Otro factor digno de tenerse en cuenta en este itinerario, es el espectacular juego de luces y sombras que nos ofrece el angosto valle del Chillar, con los rayos del sol abriéndose paso entre la selvática vegetación que nos envuelve, reflejándose en la superficie de las cristalinas aguas, como un millón de diamantes en constante movimiento. El grupo avanzaba compacto encabezado por Magda, Juani y Ruth, “La Ninfa del Pisuerga” que haciendo honor a su nombre disfrutó de lo lindo en esta ruta acuática, sintiéndose como pez en el agua, nunca mejor dicho. Pero la belleza y el encanto de este modesto río, deja totalmente boquiabierto al senderista que por primera vez se encuentra con la magia de sus cahorros (hito 8, km.12, a 150 m.), angostas paredes rocosas a modo de pequeños desfiladeros, entre los que se abre paso el río, mientras en algunas ocasiones podemos tocar ambas paredes con los brazos extendidos. En este punto el juego de luces y sombras es una auténtica maravilla, todo un desafío para el fotógrafo que pretende recoger en una imagen la impresionante belleza del lugar, entre estas verticales paredes rocosas, donde el sol se refleja, tras rebotar en el agua que por los cahorros corre aún mas alegre y cantarina. Tres son los cahorros por los que vamos a pasar, entre el primero y el tercero no habrá mas de 400 m. de distancia y en medio la única zona donde el cauce del Chillar se ensancha un poquito, a esta zona se la conoce popularmente como “La Laguna”, siendo junto con las pequeñas pozas la única zona de baño en todo el río, aún así a una persona adulta a penas le cubrirá mas allá de la cintura por su parte mas profunda.
Tras “La laguna” el último cahorro (primero si se está remontando el río), no tan bonito como los anteriores (ó posteriores, según el sentido de la marcha), por no tener sus paredes tan juntas y de ahí, a penas unos 900 m. río abajo, llegamos a la anteriormente mencionada “Presa del Salto Grande” (hito 9, km. 12,9, situada a 135 m. sobre el nivel del mar), escenario y maquinaria con la que se perpetra el tremendo crimen de robarle al río al río el 100% de su caudal. Razón por la cual, a partir de este punto y hasta su desembocadura en Nerja el río Chillar no es mas que un cauce seco, sin que nadie pueda sospechar que el cauce de este río es el mas constante y con menor porcentaje de oscilación de su caudal a lo largo del año en toda la provincia de Málaga. Y por el carril, que transita paralelo al cauce seco del Chillar llegamos a “La Cantera”, donde ya nos esperaban “Rosa” y “Chuky” que habían entrado en meta en 2ª y 3ª posición respectivamente, tras disputar un emocionante sprint final con “Carlitos”, que salió a nuestro encuentro, después de haberse proclamado vencedor de la jornada, con sus ya clásicas escapadas en solitario. De esta manera, complementábamos los 15 km. de los que consta esta bonita, variada y prácticamente inédita ruta circular de dificultad media, que comenzamos sobre las 10,00 am. y finalizamos sobre las 18,30 pm. dado que fueron numerosas las sesiones de baños entre jacuzzis y pozas, así como el tiempo que nos estuvimos recreando en nuestro tránsito por los cahorros y el lento caminar por el ya conocido tramo de “La Antesala del Infierno”.

Antes de subirnos a los coches el tradicional cambio de muda entre la que no podemos pasar por alto, el impresionante conjunto con falda vaquera de Angus con sus impecables zapatos de tacón como bien pudo plasmar Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta” en la última foto de su reportaje. Y antes de emprender el camino de regreso por la N-340, la cervecita de despedida en Nerja, donde pasamos un ratito muy agradable antes de emprender definitivamente el camino de regreso dirección Málaga por la N-340.

1 comentario :

  1. Cuando haya una ruta en domingo (de las que tú consideras "insultantemente fácil") que tenga piscinas para poder darse un remojón, avisame...

    ;-)

    ¡Qué bien lo pasáis, joder!

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