lunes, octubre 15, 2007

sábado 13 de octubre de 2007
A la conquista de las rutas amarilla y roja

El Torcal de Antequera:
La sierra del Torcal de Antequera es uno de los eslabones del arco calizo central, que a modo de anfiteatro, circunda la hoya malagueña El Paraje Natural del Torcal de Antequera, es uno de los paisajes kársticos mas espectaculares de toda Europa. La persona que lo visita por primera vez, jamás lo olvidará. Las formaciones calizas nos ofrecen una vista única de la naturaleza. Y tienen su origen en el fondo marino hace, aproximadamente, 150 millones de años. La erosión natural ha configurado un tipo de elevación rocosa conocido como "el tornillo". De tal manera que la naturaleza kárstica de los terrenos, es decir, de formaciones calizas modeladas por el agua, confieren a este paisaje un peculiar aspecto que le hace irrepetible, caracterizado por la existencia de una red de callejones y pasadizos, puentes y depresiones que le otorgan una belleza especial y muy característica, dándole el aspecto de una ciudad petrificada. Convirtiendo la visita en un auténtico espectáculo. En cuanto a la flora existen al menos 664 especies diferentes, algunas de ellas endémicas. La fauna está constituida por 116 especies de vertebrados, entre reptiles, anfibios, aves y mamíferos como el zorro y la cabra montesa. Uno de los valores más notables de la composición faunística de El Torcal es la riqueza de aves que soporta, bien de forma sedentaria o simplemente como estación de paso en las vías migratorias o como punto de nidificación. En este sentido, la sierra fue declarada como Zona Especial para la Protección de las Aves. Los reptiles presentes, dependen en gran medida de factores térmicos, por lo que son plenamente activos en primavera y verano, momento en el que se pueden visualizar con frecuencia. No por casualidad: El Torcal de Antequera fue el primer territorio de Andalucía en ser reconocido como "Espacio Natural Protegido", al ser declarado "Sitio Natural de Interés Nacional" en 1.929. Posteriormente su calificación ha ido variando con la finalidad de salvaguardar sus importantes valores naturales: la composición de sus rocas y su fauna, flora y paisaje. Teniendo hoy el reconocimiento de “Parque natural” con algunas zonas de alto valor ecológico.

A pesar de su singularidad, el Torcal de Antequera tiene dos “hermanos” en la provincia de Málaga: “Los Riscos de Cartajima” otro paisaje de fantasía al pie de la carretera que nos lleva a esta localidad desde Parauta. Y por otra parte “El Torcalillo” del Valle de Abdalajís, en la falda éste del “Pico Capilla” a poco mas de 20 km. del Torcal.

Cómo llegar:
Tomando como referencia la localidad de Antequera, tomamos la comarcal 3310 dirección Villanueva de la Concepción y tras 12 km. de suave ascenso, dejando atrás algunas ventas que invitan a parar para comer a la vuelta. Llegamos a un cruce desde donde parte, a la derecha, la carreterilla que en permanente subida nos lleva hasta el Torcal. Antes de llegar al parking situado en las proximidades del Centro de Visitantes, actualmente en obras (por ampliación), el paisaje por el que vamos ya convierte el viaje en un auténtico espectáculo para la vista. Antes de darnos cuenta, entramos en un mundo de misterio y fantasía. Donde los caprichos de la erosión han esculpido sobre la roca caliza dando lugar a figuras tan conocidas como “El Sombrero”, “El Tornillo”, “El Champiñón”, “La Cabeza del Perro”, etc…Hasta el punto de hacernos sentir como en un auténtico museo al aire libre.
La Visita:
De no ser porque el nuevo Centro de Visitantes se encuentra aún en fase de ampliación y remodelación, nuestra intención era haberlo visitado antes de iniciar la primera ruta como manda los cánones. No obstante, una vez reunidos los 25 participantes y hechas las presentaciones de rigor con reencuentros estelares y muchas caras nuevas. Hicimos una breve introducción del doble programa que teníamos previsto realizar, recordando que: de las distintas rutas senderistas que comienzan en el área de parking, junto al "Refugio-Centro de Interpretación" situados al final de la carretera de acceso, teníamos previsto realizar en primer lugar la ruta amarilla, que tal y como se puede comprobar en el mapa adjunto es la “versión extendida” de la ruta verde y posteriormente la “ruta roja” antiguo itinerario señalizado años atrás con marcas de pintura roja, que poco a poco ha ido cayendo en el olvido, tras numerosos casos de pérdida por parte de muchos excursionistas y que unido al hecho de estar considerada como zona de alto valor ecológico, ha servido de excusa perfecta para que la “Consejería de Medio Ambiente” tenga restringido su uso.
El Torcal es un paraje de unos 11,7 km2, con cuatro zonas bien delimitadas: al este, Sierra Pelada, donde se encuentran las antenas repetidoras al comienzo de la carretera de acceso; al norte del Centro de Visitantes, el Torcal Alto, que encierra el paraje de roca caliza más especial y que cuenta con uno de las elevaciones de mayor altura del Paraje: el Camorro de las Siete Mesas (1.336 m.) y que rodea la “Ruta Roja”.; una gran cresta rocosa la separa del Torcal Bajo, de similares características al Alto pero con un paisaje menos espectacular. La última de las áreas es la que está integrada por tajos y laderas que delimitan el paraje. Y al noroeste “La Sierra Chimenea” que es una prolongación del Torcal, coronada por el “Camorro Alto”. Su grandeza y extrañas formas le dan un carácter sobrecogedor.

La Ruta Amarilla-Verde:
Dada la masificación de visitantes que se viene repitiendo en “El Torcal”, no hace falta decir que lo suyo sería venir un día entre semana y si es un lunes mejor, pero por aquello de que la mayoría tiene el fin de semana libre (algunos, de momento), no tuvimos otra opción que ponerla para este día, así que iniciamos el recorrido de esta auténtica romería en la que ya se ha convertido la ruta verde, donde el efecto erosivo de las pisadas está dejando las rocas tan pulidas como los mármoles del “Partenón de Atenas”. No obstante, en varias fuentes consultadas los días previos en Internet, coincidían en señalar que a pesar de la inexistencias de flechas amarillas, nos teníamos que separar de la ruta verde en el primer ramal de senda que viéramos a la derecha. Hecho que cumplimos al pié de la letra, llegando en poco mas de 50 m. a un callejón sin salida, por el que incluso llegamos a trepar los que íbamos en cabecera de grupo, descartando inmediatamente la posibilidad de continuidad por aquí. Hecho que provocó que los 25 participantes quedáramos fragmentados en varios subgrupos, ya que aunque todos regresamos a la ruta verde, para continuar su trayectoria: los que habían entrado últimos al callejón salieron inmediatamente y comenzaron a caminar pensando que el resto del grupo iría inmediatamente detrás, pero el hecho de que algunos tardásemos en bajar, otros se recrearan en las fotos y otros buscando algún camino alternativo, provocó que mientras íbamos retomando la ruta verde, se nos colaran numerosos grupos de visitantes que nos fueron distanciando cada vez mas.

No obstante, las consignas estaban claras y todo el mundo sabía que íbamos buscando la ruta amarilla, así que poco después de dejar atrás la figura denominada “La Esfinge” y poco después de dejar atrás la balconada donde se encuentra la figura de “Las dos Iguales” encontramos sin ninguna dificultad el desvío hacia la derecha con una gran flecha amarilla, algo descascarillada y en ocasiones casi mimetizada con el tono ocre de algunas rocas a lo largo del itinerario, que al contrario de lo que decían algunas fuentes no ofrece ningún lugar a confusión, en parte porque las pisadas por tierra y roca marcan el itinerario perfectamente y además en ningún momento nos obliga a realizar ningún tramo de trepada o destrepe.

Sin duda se trata de un recorrido muy interesante enlazando suaves subidas y bajadas a través de un fascinante sector laberíntico, abriéndonos paso entre fascinantes formaciones rocosas, grietas, dolinas y callejones que conviene recorrer sin prisas, porque estamos en lo mas parecido a un gran museo al aire libre y es por ello que merece la pena recrearse en cada una de sus salas, plazas y galerías, donde las distintas tonalidades de grises de la roca irá intercalándose con el verde de la yedra y otros árboles, plantas y arbustos que proliferan aquí y allá aprovechando la humedad de las umbrías. Uno de los primeros hitos de la “ruta amarilla” es el “Portillo de La Losa”, llegando poco depués al “Callejón Oscuro” tras el cual viene una bajada que nos deja en una especie de plazoleta llana, aquí conocidas como “Úvalas” llegando a la base de unos majestuosos farallones rocosos, justo donde la senda gira a la izquierda para situarnos frente a la entrada del “Callejón del Tabaco”, curiosa oquedad por donde no cabrían dos personas a la vez, sino mas bien una y en mi caso de lado. Por aquí la senda se abre paso de forma inverosímil, en el mismo callejón se produce un giro de 90º a la derecha que nos lleva a un pequeño túnel de vegetación en cuya salida nos encontramos con una curiosa formación rocosa que bautizamos como “El Potro”.
Tras “El Potro” a la salida del “Callejón de Tabaco” iniciamos un suave ascenso por un tramo de estrechas galerías que nos lleva a otra plazoleta ó “úvala” donde nos encontramos con tres de las figuras mas significativas de la ruta amarilla: “El Camello”, “El Adelantado” y “El Agrasol”. Poco después tuvimos la suerte de encontrarnos con una cabra montesa, si bien, las pobres están tan acostumbradas a los visitantes, que a pesar de la corta distancia que nos separaba, a penas se inmutaba por el tránsito de excursionistas. Y desde aquí llegamos al punto de confluencia con la ”ruta verde”, en el lugar conocido como “el Hoyo de la Burra” donde nos encontramos con un grupo de abuelotes alemanes botella de rioja en ristre gritando alegremente: “¡¡¡ Spanien wunderschon…Viva el vino!!!!.

Una vez que se empieza a subir último tramo que nos lleva hasta el mismo “Centro de Visitantes” que ya tenemos a la vista, a poco menos de 200 m., debemos estar atentos a un ramal que sale a la derecha y que nos lleva a unas rocas en cuya base podemos apreciar un extraordinario ejemplar de anmonite, retomada la senda, se llega al centro de visitantes y a la zona de Parking en apenas dos minutos, pero no nos podemos marchar sin antes visitar el “Mirador de Las Ventanillas”, sin duda uno de los miradores mas espectaculares de la provincia de Málaga situado sobre la cabecera del río Campanillas, donde obtendremos una maravillosa vista que abarca desde la localidad de Villanueva de la Concepción hasta la costa malagueña, aunque la mayoría de los compañeros que lo visitamos no pudimos disfrutar de las vistas en todo su esplendor, porque tuvimos durante toda la jornada una gran acumulación de nubes y temperaturas inferiores a 10ºC.
Y entre el “Mirador” y “El Centro de Visitantes” fuimos almorzando la mayoría de los compañeros mientras nos volvíamos a reagrupar dos horas y media después de haber iniciado el recorrido y es que a pesar de tener tan sólo 2,5 km. de longitud hay varios factores que condicionan bastante el tiempo que lleva realizar el itinerario, por una parte en gran medida vamos encajonados entre rocas la mayor parte del tiempo, hay lugares donde confluyen muchos visitantes y tienes que esperar que pasen los de delante porque es casi imposible adelantar y después hay tal proliferación de formaciones curiosas que no puedes evitar quedarte absorto en la contemplación. Y es que adentrarnos en el “Torcal de Antequera” supone descubrir un mundo nuevo en el que las rocas calizas que decoran este paraje natural vigilan silenciosas el paso de los visitantes que acuden a contemplar uno de los paisajes kársticos más impresionantes y espectaculares de Europa.

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