viernes, diciembre 07, 2007

Ascensión a Cancha Armola

Ascensión a Cancha Armola (1.407 m.), desde la Venta “El rincón taurino” (980 m.) (Sierra del Oreganal)
sábado, 1 de diciembre de 2007

Desde antes de de las 9,30 am. empezamos a llegar la treintena de amigos que aquella histórica jornada nos dimos cita en la venta “El Rincón Taurino” (carretera San Pedro-Ronda), para subir a “Cancha Armola”. A punto estábamos ya, de echar a andar, mochilas y bastones en ristre, cuando hacía su entrada triunfal en el aparcamiento “Manolo Supersónico” haciendo honor a su nombre, al mas puro estilo “Starsky & Hush” tras haber mantenido una media de 173 km./h. desde el Rincón de la Victoria hasta el punto de encuentro.

Hecha la foto de rigor con el desafiante coloso al fondo, conectados ya los “walkies” de cabeza y cola, y descartada la opción tradicional de subir desde el camino que parte frente al “Cortijo de Las Aguzaderas” para evitar la imprevisible reacción de quien primero dispara y después pregunta. Iniciamos la caminata por el primer tramo de carretera que nos lleva hacia Cartajima, bajo el cielo azul radiante que fue la nota predominante de aquel otoño tan seco. Antes de llegar al cruce de Parauta abandonamos la carretera por su margen derecho, con el coloso calizo en todo momento, frente a nosotros. Dejando la cantera a nuestra derecha y la carretera cada vez mas abajo, a nuestra izquierda para realizar la aproximación hacia su base. De tal manera, que habiendo dejado ya detrás un primer tramo algo incómodo por la aulagas, descendimos por un suave tobogán hasta una zona de areniscas donde en unos instantes nos vimos rodeados de cazadores que con sus escopetas al hombro recortaban la silueta de los collados mas próximos. Hecho el primer reagrupamiento, fuimos ganando altura con bastante comodidad por una suave barranquera que ya nos dejó situados a media ladera.

El tránsito por el canchal de mas de 500 m. que nos separaba del farallón rocoso que ya se adivinaba en la zona de antecumbre se hizo sin prisas pero sin pausas, como les gusta caminar a nuestra compañera alemana “Saskia Walschburger” ó al Suizo “Gerhard Haupt” flamantes fichajes de Pasos Largos que también nos acompañaban en esta ocasión. No obstante, fue en este tramo donde se llegó a alcanzar la mayor la mayor diferencia tanto en tiempo como en distancia entre el grupo de “los escapados” y la cola del pelotón, desde donde nuestro compañero: Juan Manuel Payán (“El Topo”), nos informaba que se veía obligado a abandonar por lo complicada que se le estaba haciendo la subida a su novia Conchi “La de los ojos transparentes”, que no tuvo mejor ocurrencia que presentarse a la ruta en “zapatillas de tenis”. Sabia decisión la de retirarse a tiempo, porque las hostilidades del canchal no habían hecho mas que empezar.

Superando la pendiente constante por un terreno bastante pedregoso llegamos a una pequeña pradera donde realizamos la segunda parada de reagrupamiento, mientras el “Gran Maestro Gandalf” desplegaba un mapa de la zona para explicarle a sus discípulos el punto donde se encontraban y la continuación del itinerario.
Tal y como fuimos subiendo, el cielo se fue cubriendo de nubes, incluida la cercana cumbre, que está formada por un tremendo canchal a modo de meseta, en contraste con las verticales paredes que circundan sus caras sur y oeste. Así que aprovechando un clarito entre nube y nube, reanudamos la marcha para afrontar el último tramo de subida, que curiosamente es el mas suave en lo que a pendiente se refiere, pero el mas complicado en cuanto al tipo de suelo por ser siempre la cumbre la zona mas expuesta al proceso de karstificación, resultando un terreno muy agreste por la proliferación de rocas afiladas, casi siempre húmedas y resbaladizas por el paso de las nubes y la gran cantidad de grietas entre unas y otras. Lo cual no fue impedimento para que minutos antes que nosotros pasaran como una exhalación el grupo de escapados entre los que se encontraban: Rafa Ríos “El Pirata de la pata de palo”, “Andrés CSI”, “Geyperman Salvador” y “Mari Paz La Francesita” que se impuso ante todo pronóstico en un espectacular sprint, para tocar en primer lugar el rudimentario punto geodésico de este coloso calizo, coronado por una rudimentaria pirámide de pedruscos, a la que fuimos llegando poco a poco todo el grupo (1.407 m.). No siendo posible recrearnos demasiado con las vistas, ya que al estar rodeados por un mar de nubes bajas, a penas pudimos vislumbrar intermitentemente, la localidad de Ronda al norte, curiosamente soleada y la cara norte del piramidal “Cerro Malhacer” al sur, hacia donde nos pusimos a caminar sin demora para evitar enfriarnos con el persistente viento que arrastraba el mar de nubes bajo el que estábamos inmersos.

Al poco de iniciar el descenso hacia la piramidal silueta del “Malhacer” por una empinada ladera, donde pequeños tramos de hierba, nos facilitaron el caminar para poder apoyar los pies entre roca y roca, llegamos a una praderita ligeramente inclinada que girando un poco a la derecha (dirección oeste) nos dejó frente a la entrada de la curiosa “Cueva del Moro”, lugar idílico, resguardado del viento, donde disfrutamos de una apacible comida montañera, en la que una vez mas, reinó la camaradería y el buen humor entre los distintos compañeros de aventura con especial protagonismo para las lentejas y el chorizo ecológico de “Manolo Supersónico”.

Tras el apacible almuerzo, reanudamos la marcha atravesando la “Cueva del Moro” una curiosa cavidad a modo de túnel, de unos 20 m. de largo y casi 10 m. de ancho (en su interior), que atraviesa un farallón rocoso y que con su juego de luces, sombras y siluetas recortadas a la salida de la misma, hizo las delicias de los mas prestigiosos reporteros allí presentes, como: Manuela “La Dama de Hierro”, Patri “La Reportera del Huma”, Rafa Flores “El Mago Gandalf” ó Angel “El Montaraz de Navacerrada” a estos dos últimos pertenecen las fotos de esta crónica. A la salida de la cueva pudimos disfrutar de una panorámica espectacular de la interesantísima y desconocida “Sierra del Oreganal” coronada por el Cerro de Jarstepar (1.425 m.) que teníamos frente a nosotros, mientras íbamos descendiendo con los pies de lado y el freno de mano echado, por una empinada pradera salpicada de rocas procedentes de “derrumbaderos”, que nos llevó hasta el borde de una de las imponentes paredes verticales que flanquean la cara suroeste de “Cancha Armola” donde nos habían llevado nuestros pasos.

Sin duda, nos encontrábamos ante el mayor desafío de la jornada: “Mari Luz Pies de Gato”, Reinaldo “El Senescal de la Bahía” Darío “El Magnífico” y Sean “El Canadiense Errante” hicieron un primer intento bajando por el centro del terraplén, pero a pesar de los pocos metros que les faltaba, para llegar a la otra pradera que se encontraba mas abajo, decidieron regresar sobre sus pasos, pensando en la excesiva dificultad del destrepe para otros compañeros. Descartada esta primera posibilidad, Rafa Flores, “El Mago Gandalf de la Serranía” optó por destrepar a través de la vertiginosa cornisa que teníamos a nuestra izquierda y de una forma verdaderamente mágica consiguió llegar abajo antes de que pudiéramos darnos cuenta, además de los compañeros anteriormente mencionados (que habían descartado la primera opción), siguieron sus pasos al filo de lo imposible, con un espectacular destrepe: Manuela “La Dama de Hierro”, Jesús “El hombre que construía los caminos” y “Manolo Supersónico” amante de las fuertes sensaciones cargadas de adrenalina.
Mientras el resto de los mortales esperaba desde arriba instrucciones del “Mago Gandalf” que buscaba sin descanso una zona mas asequible para que realizáramos el descenso: Cristina “La Dama Blanca”, “Mari Paz la Francesita” y “el que narra esta crónica” buscaban una tercera opción por el extremo derecho del terraplén (siempre en el sentido descendente), pero tras girar un primer tramo de pared por un inestable derrumbadero que parecía asequible, llegaron al límite de una vertiginosa cornisa aún mas peligrosa. Por lo que nos vimos obligados a regresar sobre nuestros pasos, uniéndonos al resto del grupo, que ya había conseguido descender por la zona central, a través de un escalonado destrepe que no estando exento de peligro, resultó ser lo mas asequible, para que todos los integrantes del grupo llegáramos al prado de abajo sanos y salvos, gracias a las instrucciones del “Mago Gandalf” y la inestimable ayuda de Fernando “El Duque de Juanar” y Ángel que haciendo honor a su nombre, nos echaron una mano en el tramo mas peligroso de destrepe, donde había que pasar por debajo de una alambrada, al filo de una pared de mas de 5 m. previos al pradito de abajo, donde ya nos esperaban el resto de compañeros animándonos entre bromas, vítores y aplausos.

Tras el celebrado reagrupamiento, reiniciamos la marcha rodeando la cumbre en el sentido de las agujas del reloj, mientras caminábamos muy cerca de la base de las paredes que circundan Cancha Armola, llegando a su cara norte, ó zona de umbría, con preciosas vistas sobre Ronda ó lo que es lo mismo: “La ciudad soñada” sobre el “Prado de La Moraleda” hacia el que fuimos descendiendo, sin dejar de rodear la cumbre, conforme las rocas de la zona de umbría se iban haciendo mas resbaladizas. Y así continuamos faldeando la ladera, esta vez con la esbelta silueta de “La Peineta de Sierra Hidalga” al nordeste, llegando por cuarta vez en la jornada a una alambrada, que en esta ocasión nos obligó a pasar al mas puro estilo “Steve McQueen”, mientras venían a mi mente los acordes del tema principal de “La Gran Evasión” (“Elmer Bernstein”).

De uno en uno fuimos haciendo el cuerpo a tierra para pasar bajo la reforzada alambrada, a partir de la cual intensificamos el ritmo de marcha facilitado por pequeñas sendas de cabras, que rodean la cara este de “Cancha Armola” por la que proseguimos faldeando hasta situarnos en un collado que ya daba vistas a la cercana cantera. La bajada desde allí a la misma hubiera sido rápida y sencilla, pero por tratarse de una propiedad privada, tuvimos que proseguir rodeando la montaña y al mismo tiempo la cantera, por una zona de denso matorral que le dio aún mayor épica a este último tramo de ruta. Regresando a la “Venta del Rincón Taurino” a eso de las 17,00 pm. donde nos despedimos con una merendola a lo grande y brindis incluido. Estando también presente, nuestros compañeros: Juanma “El Topo” y la debutante Conchi con un impresionante “tomate” provocado por un esguince de tobillo sufrido en el camino de regreso, poco después de abandonar a media subida, que le supuso, además de una “cédula” en el ambulatorio de “San Roque”, diez días de baja y escribir mil veces: “No volveré a subir Cancha Armola con zapatillas de tenis”.


Y así finalizaba esta inédita ruta circular de 11 kms. Con un desnivel acumulado de 795 m., habiendo empleado unas 7 horas, con paradas incluidas.
La guinda del pastel para aquella bonita jornada montañera, la pusieron las impresionantes tonalidades de rosa y naranja que fueron tiñendo uno de los atardeceres mas bellos que recuerdo haber visto en mucho tiempo, hasta el punto de que parecía como si los colores fueran cambiando en cada curva que íbamos trazando en nuestro descenso hacia San Pedro con el mediterráneo cada vez mas cerca.

Fotos: Ángel Romero y Rafa Flores
Datos técnicos: Reinaldo y Fernando
Crónica: Juan Ignacio Amador

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