lunes, junio 09, 2008

Circular Higuerón-Chillar por Puerto Umbrales

Sábado, 7 de junio de 2008
Ruta circular Frigiliana-Río Higuerón-Base del Cerro Cisne-Puerto Umbrales-Barranco de Pradillos-Alto Chillar-Cuesta Jiménez-Senda Sierra de En medio-Alberca Pozo Batán-Frigiliana

Distancia aprox. 24 km.
Tiempo (sin contar pausas) 8 horas
Altitud de partida (zona superior, Plaza del Ingenio de Frigiliana): 290 m.
Altitud mínima (Alberca Pozo Batán): 250 m.
Altitud Máxima (“Puerto Umbrales”): 1.030 m.
Altura total ascendida: 1.171 m.

Esta claro que cada ruta tiene su encanto, pero hay algunas a lo largo de la temporada que por un cúmulo de circunstancias son de esas que no se olvidan fácilmente. La ruta circular que hicimos aquel sábado 7 de junio de 2008 fue de esas que se serán largamente recordadas por quienes participaron en ella. Para esta ruta reaparecía por primera vez desde su marcha a Barcelona, nuestro queridísimo amigo Sean, El “Canadiense Errante” que en el emotivo reencuentro en la “Plaza del Ingenio” de Frigiliana nos hacía entrega de una bandera canadiense. La resplandeciente mañana bajo aquel cielo azul primaveral, prometía grandes sensaciones, con esa luz tan especial que irradia la Sierra Almijara, que con el Valle del Genal, tiene el privilegio de albergar los pueblos mas auténticos y representativos de lo que durante tiempo fueron, el arte y la tradición de la cultura árabe en Al-Andalus.

En esta ruta se estrenaba Sonia, una chica de Málaga que salía por primera vez con Pasos largos, al igual que una familia que venía con chavales a quien ya se le había comentado en los días previos que podían venir con nosotros sin problemas hasta Los Cahorros del Higuerón. Finalizados los saludos y presentaciones de rigor, tras el desayuno en el bar “Las Virtudes” nos pusimos en marcha por el denominado “Sendero de Las Clavellina” que en escalonado y aéreo recorrido nos sitúa en el cauce del Higuerón, muy próximo a la alberca del “Pozo Batán” donde hicimos nuestra primera parada de reagrupamiento, mientras “Chuckie” y “Money” aprovechaban para darse el primer baño en la acequia que vierte sus aguas a dicha alberca de casi 7 m. de profundidad.

Reiniciada la marcha, no podía dar crédito a mis ojos por el lamentable estado del camino paralelo al cauce, que se encontraba totalmente removido por maquinarias. Por no hablar del tremendo espoleo y la atrocidad que se está cometiendo con el cauce de este humilde riachuelo, del que no vimos una sola gota hasta el km. 4,7 de ruta justamente a la altura del comienzo de la “Acequia de Lízar”. Por lo que hasta este punto, de no haber sido por la ilustrativa expliación que nos hizo “Vicky” sobre sus tatuajes y sus significados, la ruta habría resultado verdaderamente desoladora gracias a la desidia y el abandono por parte del ayuntamiento de Frigiala para preservar el entorno natural de su término municipal. Prueba de ello pueden ser las “fotos denuncia” que realicé de la basura que nos encontramos a la altura de las dos áreas recreativas que se encuentran unos 500 m. después de pasar junto a la alberca del “Pozo Batán”.

Afortunadamente, una vez superado el comienzo de la acequia de Lizar, ya pudimos cambiarnos de calzado, para disfrutar caminando por las aguas del Higuerón, que tal y como vamos remontando se va encajonando en una sucesión de diminutos rápidos, pequeñas pocitas y cascadas, hasta llegar a sus famosos cahorros, que comienzan a la altura de la cascada del tronco petrificado, seguida de otra de mayor altura, donde ya hay que usar las manos para poder continuar, a continuación hay otro salto que en la actualidad se puede salvar gracias a una cuerda con nudos estratégicamente situada y por fin la cascada de 7 m. que ya nos cierra el paso, pero que nos brinda una de las imágenes mas bellas y fotografiadas de todo el recorrido de todo el recorrido. Tal es la belleza de la cascada que el grupo se quedó extasiado y casi hipnotizado durante mas de media hora en la que dio tiempo a darse mas de un baño, a que a nuestra querida compañera “Vicky” se le cayera la cámara al agua ó a que nuestro compañero Juan Antonio Mena, mas conocido como “El Elfo de la Malagueta” nos demostrara (involuntariamente) que no siempre es verdad que ciertas partes del cuerpo encojen con el agua fría y que la famosa “anaconda” que se encontraba suelta en el Guadalhorce, ya tiene dueño, ¡menudo “vicharraco”!.

Una vez dada la obligada marcha atrás en ese callejón sin salida que forman “Los Cahorros del Higuerón”, tocaba cambio de calzado, de nuevo para seco, ya que teníamos que abandonar el cauce del río, para ponernos a buscar la “casi perdida” senda alternativa que teóricamente se encuentra a la entrada de los cahorros, remontando el río a la izquierda, pero por mas que buscamos y rastreamos. Al final, optamos por hincarle el diente, a través de una torrentera que ofrecía algún claro entre los pinos, las rocas y la densa vegetación que nos rodeaba. Siendo Jon Webstrer “El Huracán de Sheffield” y Paco Leal “El Tejón del Pico Mijas” los voluntarios para realizar la misión exploratoria de avanzadilla, mientras que los demás los íbamos siguiendo, sin dar crédito a nuestros ojos cuando vimos a Sean “El Canadiense Errante” coronando una espectacular aguja rocosa situada en la vertiente opuesta de los cahorros por donde ya estábamos iniciando la que a la postre sería la subida mas difícil de la jornada. En poco mas de cinco minutos habíamos superado los 100 m,. de altura sobre el cauce del Higuerón, que cada vez iba quedando mas abajo, conforme íbamos ganando altura primero por una empinadísima torrentera, cuyas inestables piedras salían rodando a cada paso y después superando intermitentes tramos de trepada por afiladas rocas, que en alguna ocasión se fueron desprendiendo a nuestro paso, pasando peligrosamente muy cerca de los compañeros que venían por debajo nuestra. La verdad es que en algunos momentos daba hasta miedo mirar para atrás, por no decir para abajo. Mientras que sin perder el humor y ese espíritu de aventura fundamental para encarar tramos tan agrestes como estos, nos fuimos dando ánimos hasta reagruparnos arriba, ya en un terreno mucho mas despejado, tras el infernal tramo de pinchos y rocas que habíamos dejado atrás, quien mas y quien menos llevaba arañazos tatuados por todo el cuerpo. No obstante, mientras el grupo aprovechaba para tomar algo, fuimos explicando lo que quedaba de ruta sobre el espectacular panorama montañero que teníamos delante, presidido en ese tramo por el imponente “Cerro Cisne”. Retomadaa la marcha, descendimos campo a través, entre alto matorral, pero con menos pendiente, hasta enlazar con la senda que sin duda, debía ser la que no encontramos en su momento. ¡Por fín! nos encontrábamos en una senda en condiciones y era el momento de decidir, quién seguía adelante y quien decidía comenzar el regreso. Sonia y Guillermina, que superaron el tramo de dificultad con gran destreza no se lo pensaron dos veces teniendo en cuenta lo que aún nos quedaba por delante y en el último instante Ruth “La Ninfa del Pisuerga”, completó el trío que iniciaba el regreso, tomando la senda a la derecha (dirección) sur para situarse al pie de “Los Cahorros” disfrutando del traqnuilo y reconfortante paseo que las llevaría sin ningún problema de vuelta a Frigiliana. Mientras que el resto del grupo, tomamos la senda a la izquierda, es decir, dirección norte, acercándonos a cada paso a la base del imponente “Cerro Cisne” mientras íbamos bajando hasta retomar el cauce del Higuerón que a esa altura es poco mas que un pequeño regato, lo justo para refrescarse ó tumbarse un poquito sobre su cauce como hicieron algunos compañeros.

Mientras íbamos remontando el Higuerón con el telón de fondo del “Cerro de la Mota”, el “Lucerillo” y el “Lucero” buscábamos siempre a nuestra derecha la senda hacia “Puerto Umbrales” cuya ubicación exacta pudimos encontrar gracias al “track” del recorrido que nos había enviado en los días previos, nuestro amigo Severo “El Artesano del GPS” que finalmente se quedó con las ganas de venir. Un rudimentario hito de piedra así nos lo confirmó y tras una breve pausa para refrescarnos y despedirnos del Higuerón,, iniciamos la subida por la senda perfectamente limpia y cuidada que nos llevaría hasta “Puerto Umbrales” faldeando la soleada ladera sur del Cerro Cisne, superando previamente tres collados en una sucesión de toboganes, que a la hora de mas calor del día, llegaron a poner en jaque las fuerzas del trío de escapados del grupo, formado por “El Indomable Jaime”, Jon “El Huracán de Sheffield” y Paco Leal “El Tejón del Pico Mijas” que tras coronar en primera posición el mítico “Puerto Umbrales” protagonizarían la gran escapada del día, lanzándose en tumba abierta en busca del Chillar y posteriormente volver a remontar la Sierra de En medio” para regresar hasta el río Higuerón, y la “Alberca del Pozo Batán” donde se dieron un baño memorable a eso de las 19,40 pm. tras el cual llegaban sin problemas a Frigiliana, donde se dieron el correspondiente homenaje.

Mientras tanto, el resto del grupo, cada vez mas estirado, aunque respetando siempre la máxima de mantener el contacto visual con los compañeros que vienen mas rezagados, fuimos superando entre resoplido y resoplido las interminables rampas, hasta reagruparnos todos bajo la sombra del pino que preside “Puerto Umbrales”, donde uno a uno fuimos llegando como mejor pudimos: nuestra compañera Ana “La Psicóloga”, con su aparatosa rodillera en la pierna izquierda, que reaparecía tras la ruta de La maroma, “Darío El Magnífico” llegaba con un preocupante dolor en el costado, que a penas le permitía mantenerse erguido ó Celia “La Hechicera de Iguazú” que tuvo que echar mano de su tremenda fuerza de voluntad para superar mas de una hora de subida continua que se le hizo eterna, llegando a “Puerto Umbrales” casi extenuada, reconociendo que tras sus largos años de ausencia en Brasil, ya no tiene tanto aguante para soportar el calor como antes. En uno de los muchos gestos de compañerismo que hubo a lo largo de la jornada, Vicky “La Botánica” le practicó una serie de masajes revitalizantes, sobre hombros y laespalda, a los que se le unió el “Elfo de la Malagueta” con otros tantos en las piernas, que parecieron tener un efecto mágico, dado los conocimientos druidas de ambos. Al tiempo que “Darío El Magnífico” comenzaba a recuperar el resuello, tras unos angustiosos e interminables minutos de sufrimiento, en los que el costado le dolía a cada paso que daba.

Tras unos obligados minutos para recuperarse del esfuerzo, iniciamos la bajada enviando a nuestro gran amigo Sean “El Canadiense Errante” para que hiciera de enlace con el trío de escapados y así podernos reagrupar todos. Con el “Cortijo del Imán” al pié de “Los tajos del Sol” y “El Almendrón” mas al norte, iniciamos el acusado descenso camino del Chillar por la prolongación de la senda que por suerte se encuentra en perfecto estado de mantenimiento, a pesar de ser una de las zonas mas recónditas de Sierra Almijara, pasando junto a afiladas agujas rocosas y bajando por imposibles zig-zags al pie de las impresionantes paredes que flanquean el cauce del “Barranco Pradillos” por donde Sean continuó sin darse cuenta que se dejaba a la derecha la continuación de la senda, llegando a un salto tremendo, que lo obligó a dar marcha atrás, para retomar la senda por donde íbamos el resto, habiendo pasado durante un buen rato, de ser cabeza de grupo a convertirse en la cola.

Resultan muy de agradecer los hitos de piedra que han colocado en esos puntos del “Barranco Pradillos” que nos señalan los puntos donde tenemos que abandonar su cauce y que por lo general comienzan con una pequeña subida, para bajar a continuación, evitando de esa manera los tramos mas escarpados de un barranco, que aunque seco, a juzgar por lo pulida que se encuentran sus rocas, es de suponer que en época de lluvias, tiene una tremenda fuerza en su caudal. Así que, a veces por el pedregoso cauce del Barranco Padrillos, esquivando enormes rocas y con algún que otro destrepe, y otras veces por la intermitente senda marcada por hitos que nos ayudan a descender en paralelo, llegamos al cauce del chillar, a la altura de un pequeño pinar situado en una zona llana, poco después de dejar a nuestra derecha tres antiguos corralones de piedra al abrigo de algunas covachas que se encuentran al pie de los pequeños tajos que por allí nos encontramos. ¡Por fín! estábamos en el “Alto Chillar”, al que parecía que no íbamos a llegar nunca, aunque de todas las veces que he pasado por allí, jamás me lo había encontrado tan abandonado y con la senda totalmente perdida por la maleza, aún así, en poco mas de 20 minutos llegamos a la mítica “Casa de La Presa” de donde parte la famosa presa del Chillar, donde todo el grupo se dio un baño reponedor con las últimas luces de la tarde cayendo sobre nosotros, para afrontar el último tramo de subida, que nos esperaba.

Unos quince minutos después de reemprendida la marcha tras el baño en “La Casa de la Presa”, Chillar abajo, llegamos al enlace con la mítica senda de La Sierra de Enmedio, que comunica el “Área Recreativa de La Fuente del Esparto” con Frigiliana hacia donde nos dirigíamos nosotros. Y junto cuando estábamos a punto de explicar lo que faltaba del recorrido y el perfil del mismo, nuestro entrañable compañero Fernando de Granada, protagonizó la caída mas aparatosa del día, cayendo hacia atrás y de cabeza hacia el cauce del chillar, sobre un mar de matorrales, que a pesar de los pinchazos, le amortiguaron lo justo para que no diera con su cabeza contra el tronco de un pino con el que no chocó por milímetros. Mientras “El Canadiense Errante” y “El Elfo de la Malagueta” lo sacaban rápida y eficazmente del atolladero. A pesar del cansancio acumulado, el reciente baño y hecho de saber que la subida hasta el “Collado del Alto de la Garza” aunque empinada y continua era relativamente corta, nos llenó de ánimos y subimos a un ritmo espectacular, pudiendo contemplar un precioso atardecer, al llegar a dicho collado, con la luces de Nerja y Frigiliana ya en el horizonte.

La sucesión de suaves, pero continuos toboganes que separan los casi 4 km. que existen entre el collado del “Alto de la Garza” y el “Collado del Higuerón”, los cubrimos en un tiempo record, si bien la bajada hasta el “Higuerón” ya la hicimos de noche cerrada. Con la ayuda de una tímida luna en cuarto creciente y los ojos que se fueron adaptando a una gradual oscuridad, donde el hecho de que la senda fuera predominantemente blanquita ó muy clara, gracias al inconfundible color de los mármoles fragmentados de Sierra Almijara, nos ayudaron bastante, para llegar hasta Frigiliana sin ningún incidente, donde llegábamos a eso de las 23.15 pm. después de haber iniciado la caminata en el mismo punto a eso de las 9.50 am. Pero una vez mas con la gran sensación que deja el haber compartido una jornada verdaderamente épica, que no hubiera sido posible sin el espíritu de aventura, el buen rollo y el gran compañerismo de sus componentes.

A todos ustedes va dedicada esta crónica escrita con todo cariño, aunque a penas refleje la cantidad de sensaciones que experimentamos a lo largo de aquel día y la agreste belleza que nos rodeo mientras atravesábamos algunos de los parajes menos conocidos y mas agrestes de Sierra Almijara, mi santuario natural.

1 comentario :

  1. Pedazo de ruta mi comandante, algún día la haré y si es en tu compañía, mejor que mejor.

    A tus ordenes

    Rafafló

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