lunes, abril 26, 2010

IV Edición Transmijeña 2010, “El Retorno del Rey”

46 Pasos Largos procedentes de Sevilla, Cádiz, Costa del Sol y algunos puntos de Málaga interior, nos dimos cita en esta IV edición de la Transmijeña, que después de sus tres primeras ediciones por la sierra de Mijas decidimos trasladar a la vecina sierra de Coín también conocida como Sierra Negra y Alpujata, según vertiente este u oeste respectivamente, y que en la cadena de sierras litorales es su vecina mas próxima en dirección oeste.

Al llegar al punto de inicio de ruta, nos encontramos con un numeroso grupo de senderistas de otra asociación de Málaga que casualmente había planeado hacer la misma ruta pero en sentido inverso, en una versión mas llevadera, como es la de tomar toda la pista que faldea la cara norte de la sierra hasta coronar el pico Castillejos, con los que nos cruzaríamos justo antes de llegar al pico Castillejos.

Tras la ya tradicional charla de bienvenida, agradecimientos, explicación de las distintas partes de la que se compondría la travesía y pautas básicas de comportamiento. Le dedicamos una ovación a nuestro gran buen amigo Valentín que tras dos meses y medio de obligado reposo, tuvo a bien reaparecer en tan señalada fecha, para volver a caminar en cabeza de grupo junto a grandes colosos como su buen amigo Miguel “El Maestro Jedi” que coronó los dos picos de la jornada en primera posición en disputado sprint con Isaac "El Pirata de la pata de jamón" y Jon Webster “El Huracán de Sheffield”, disputándose la cuarta posición con la combativa Ilse “La Gacela de la Selva Negra” que ha formado parte del equipo olímpico alemán en la modalidad de maratón en Munich 1972, Montreal 1976, Moscú 1980, Los Ángeles 1984 y Seul 1988, está claro que la que tuvo retuvo. Está claro que igualmente podría habernos representado el amigo Valentín en alguna modalidad olímpica el caso es que en un descenso prodigioso y absolutamente lanzado a tumba abiertay el amigo Valentín "Especimen 1934" se terminaría imponiendo en línea de meta regalándonos el títular de "El Retorno del Rey".
Como coordinadores iban dos grandes maestros de la montaña como son Paco Leal y Manolo Manzanares que cada uno a su manera aportan tanto en cada ruta en la que participan desde la humildad y la sencillez. Si antes de la ruta ya se lo curran un montón para preparárselas, durante y después de la ruta crean un magnífico ambiente de convivencia que es tan importante o mas que la ruta en si misma, haciendo que todo el mundo se encuentre muy a gusto y contagiando con su entusiasmo a aquel/los compañero/s que en un determinado momento no se encuentren bien, para que recuperen fuerzas y sean capaces de completar la ruta en su totalidad.
Ascensión de la Albuquería (340 m) al Mirador de sierra Negra (900 m):
Y llegó la hora de comenzar esta travesía circular unos 21 km de distancia y 1.100 m de desnivel. Tal y como acordamos en su día un servidor, se encargaría de conducir al grupo como guía de cabeza desde el comienzo en las inmediaciones de la cantera de la Albuquería (320 msnm) hasta la crestería de sierra Negra, mas allá de los 900 msnm, a partir de los cuales comenzaríamos a disfrutar de las vistas sobre el Mediterráneo. Los primeros 500 m de esta ruta discurren por un dócil sendero de suave pendiente que se adentra en un pinar, donde nos encontraremos con alguna baliza del PR.A-338 La Albuquería-Barranco Blanco, candidata a una futura transmijeña. Poco después el sendero comenzaba a empinarse como avisándonos de lo que nos esperaba nada mas llegar a una especie de plazoleta, desde la que partía una rampa de a penas 200 m de longitud, pero de un desnivel del 30% en algunos tramos, sin un solo zig-zag, con la dificultad añadida de tener un surco en medio formado por el efecto erosivo de las aguas torrenciales. Estoicamente el grupo fue ascendiendo a buen ritmo conforme la vegetación se iba trasformando, de manera que momentáneamente los pinos iban quedándose atrás para dar paso a pequeños bosquetes de alcornoques, madroños y algún que otro quejigo. Hasta que el empinado sendero nos dejaba en una pista donde mas de uno aprovechó para quitarse una capa de cebolla en un día que de por sí, ya auguraba calor o cuanto menos, bochorno.

Tras la obligada parada de reagrupamiento continuamos ladera arriba por una vereda muy poco frecuentada que de nuevo volvería a poner a prueba nuestra forma física, pero pronto llegamos a una segunda pista por la que ésta vez, si caminaríamos poco mas de un kilómetro dirección sur-suroeste recreándonos con una preciosa cascada de un tributario del arroyo del Corcho y del bosque de alcornoques que teníamos a nuestros pies por donde discurriría la mayor parte de nuestro descenso y con tan magníficas vistas a nuestra derecha, llegamos a la altura de una gran balsa contra incendios, ubicada a la altura de una baliza recién colocada de PR. aún sin numerar donde se podía leer: Cerro del Águila 2,7 km, recordándonos el punto exacto donde debíamos abandonar la pista, a través de un empinado talud, que casi hacía necesario el uso de las manos para continuar ladera arriba.

Superado el talud, un antiguo sendero recientemente recuperado se hacía mas dócil gracias a la prolongación de zig-zags, a través del bosque de pino negral o resinero, por el que seguíamos ganando altura sin cesar. Pero cuya sombra ayudaba a mitigar el esfuerzo de la ascensión, hasta que por fin llegamos al mencionado mirador de sierra Negra situándonos ya en la crestería y comenzando a disfrutar de las vistas hacia el mediterráneo, pero perdiendo la reconfortante sombra de la arboleda. Antes de que el cielo comenzara a llenarse de nubes aquí y allá estuvimos disfrutando de las vistas de la
sierra de Mijas al este, sierra Prieta y Cabrilla al norte, las cumbres de la Sierra de las Nieves, Torrecilla, Alcojona y Abanto al noroeste. También por el oeste las crestas de la sierra de Ojén y Marbella con la Concha y la Cruz de Juanar como cumbres emblemáticas, así como la mítica crestería de Sierra Canucha. Si bien la calima que comenzaba a ir en aumento, tan sólo nos dejó disfrutar de estas vistas parcialmente.
Crestería del Mirador de sierra Negra (900 m) al pico Castillejo (1.074 m) por el cerro del Águila (1.034 m):
Aquí me tomaba el relevo en cabeza de grupo mi buen amigo el Doctor Leal, un auténtico titán de la montaña, tan buen caminante, como gran persona. Desde el mencionado mirador, continuamos dirección sur por el cordal de la sierra a través de un antiguo cortafuego dirigiéndonos hacia un cerro piramidal que a simple vista bien podría parecer el cerro del Águila, pero que dejaríamos definitivamente a nuestra izquierda superando un collado tras el cual, ya podíamos ver a la mayor parte del grupo en la cumbre cerro del Águila (1038 m), a la que llegamos con algo de demora, debido al malestar que tenía nuestro amigo Juan Luis España “Er Lukas”, al que le estaba afectando el calor reinante, una pesada cena la noche anterior y ese cúmulo de cosas que a veces hace que no nos terminemos de sentir bien. Aún así entre palabras de ánimo, dándole todo el agua que necesitara, las super galletas energéticas de Miguel Panoramix y dejándolo ligero de equipaje, con la su mochila y super cámara Nikon, transportada por otro compañero, poco a poco cabeza y mente volvían a ser uno y aunque en cola de grupo, poco a poco comenzaba a caminar mas resuelto, en compañía del padre Carras, siempre al quite por si había que dar la extremaunción o de Mati “La Musa del cerro Alcojona” por si había que hacerle un boca a boca.

Para quienes pretendan hacer esta ruta en un futuro habría que advertir que desde el cerro del Águila cuando uno mira la cresta hacia el pico Castillejo, aparentemente todo es campo través y a penas se deja entrever aquí y allá un minúsculo retazo de angosto sendero entre el abundante matorral, sin embargo, a poco que se tenga instinto montañero, la senda se puede seguir perfectamente y al llegar a uno de esos espolones difíciles de salvar, casi siempre suelo trasponer la crestería hacia la vertiente sur, es decir, la que da vistas al mediterráneo, que era la izquierda en el sentido de nuestra marcha y que sería la derecha si se viniera del pico castillejos, al cerro del Águila en sentido contrario. Aunque la aparición de las nubes tuvo su lado positivo para ahorranos el calor que habríamos pasado en un día despejado sin una brizna de brisa como teníamos, por otro lado tan sólo nos permitió disfrutar a medias de las vistas sobre la ciudad de Marbella y Puerto Banús al suroeste, así como del peñón de Gibraltar y Yabel-Musa, al nordeste: el Monte Huma, el Capilla, la Sierra Chimenea, el Torcal, al este, gran parte del Arco calizo central en su prolongación hacia Sierra Tejeda y Almijara y Sierra Nevada. Al norte gran parte del valle del Guadalhorce a nuestros pies donde distinguimos las localidades de Alhaurín el Grande, Coín, Álora, Pizarra, Carratraca, Villafranco del Guadalhorce, Casarabonela. Y a los pies de la Sierra de las Nieves, Alozaina, Yunquera ó Monda entre otros. De la misma manera que esta sierra que según su sector occidental es conocida como sierra Negra y el oriental como sierra Alpujata es fácilmente visible desde la gran mayoría de sierras malagueñas.

A través de constantes subidas y bajadas en plan montaña rusa, con un desnivel acumulado cercano a los 300 m entre grandes rocas de peridotita y abundante matorral llegamos al pico Castillejos que con sus 1.073 m de altura se distingue fácilmente desde la distancia, debido a un pequeño bosquete de encinas que se encuentra a tan sólo unos metros al norte de su vértice geodésico y que precisamente fue el lugar escogido para disfrutar de un reponedor almuerzo montañero. Desde donde ya iniciaremos el descenso para comenzar a cerrar el trazado de esta preciosa ruta circular.

Descenso del pico Castillejos (1.074 m) a la cantera de la Albuquería (320 m)
Antes de abandonar el pico Castillejos, decidimos hacernos la foto de grupo con la crestería al fondo, mientras que nuestro buen amigo Manuel Manzanares, impresionante montañero donde los haya, también conocido como ”El Cartógrafo de su Majestad” especializado en rutas inéditas, como por ejemplo esta edición de la Transmijeña que el mismo había diseñado, se había adelantado para explorar el descenso por una empinada cañada, desde el Puerto Hondo (957 msnm) que a la postre nos ahorraría mas de 3 km de insulso carril que tendríamos que haber cubierto hasta el puerto del Alcornoque, para después llegar hasta la parte baja de la cañada a la que llegamos en apenas 200 m eso sí con una fuerte pendiente, donde el único riesgo era un resbalón como pudieron comprobar “La Musa del cerro Alcojona” y “El padre Carras”.
Al final de la cañada llegamos a la pista que faldea la vertiente norte de sierra Alpujata por donde caminamos unos 2 km en dirección norte, nordeste, hasta abandonarla en una cerrada curva de derechas, que describía el carril, poco después de comenzar a aparecer el primer corredor de pinos a ambos lados del camino. Al igual que nos ocurrió el día que vinimos a preparar la ruta, todo el grupo disfrutó de lo lindo en el descenso a través de este esèctacular bosque de alcornoques que se encuentra a los pies de la ladera norte de sierra Alpujata, por donde discurre el arroyo del Corcho y pequeños tributarios, que nisiquiera vienen nombrados en los mapas topográficos, pero que sin embargo, nos deleitaron con sus aguas cristalinas, la generosidad de su cauce, incluidas pequeñas y no tan pequeñas cascadas y chorreras, preciosos praditos salpicado de una gran variedad de florecillas que en plena primavera alcanzan su esplendor, pequeños bosquetes de helechos y multitud de rincómes mágicos incluyendo la presencia de un par de jabalíes adultos cuidando en un numeroso grupo de rayones. Y que hicieron del camino de vuelta una auténtica delicia, completando la travesía todos los participantes, sin ningún incidente digno de mención y con luz y tiempo suficientes para despedirnos brindando con una buena cerveza en el bar restaurante Cruz de Piedra donde nos habíamos dado cita por la mañana a las 9.30 am como punto de encuentro para desde allí trasladarnos juntos al recóndito comienzo. Despidiéndonos con ese buen sabor de boca que siempre te dejan las grandes jornadas montañeras en tan buena compañía.

Según declaraban los coordinadores de la Transmijeña en la posterior rueda de prensa: De cara a próximas ediciones, no descartamos la posibilidad de cambiarle la denominación de Transmijeña por la de “Travesía Sierras Litorales”, así como adelantarla al mes de enero para evitar las jornadas de calor que casi siempre se han dado en esta peculiar travesía litoral.


Sobre las sierras peridotíticas en Málaga:
La Sierra Negra y Alpujata está compuesta principalmente de peridotita, un fenómeno que de manera intermitente se da en la provincia de Málaga trazando una línea perpendicular desde Sierra Bermeja entre Casares y Estepona hasta llegar rota en jirones a la sierra de Aguas entre Álora y Carratraca, volviendo a repetirse este fenómeno en la cuena del río Guadalmina de Benahavis y río Verde de Istán, la sierra Palmitera, sierra de Tolox, parte de sierra Prieta y Alcaparaín y por supuesto en la sierra Negra y Alpujata de Coín. El hierro que hay dentro de las peridotitos es el que le aporta ese color tan característico a estas sierras. Pero además, estas peridotitas son, con diferencia, las más jóvenes de todo el globo: apenas tienen unos 35 millones de años, edad que contrasta con los más de 200, 300 o 600 millones de años de otros afloramientos de importancia planetaria. Por si fuera poco, además, cuenta con algunos yacimientos minerales de gran rareza, como el filón de scheellita que se adentra en su subsuelo.


Además son peridotitas del tipo "fértil", es decir, que permiten el crecimiento vegetal aunque a decir verdad, con las duras condiciones que imponen los abundantes metales pesados. Hecho que las diferencia de otras peridotitas que sólo dan lugar a paisajes descarnados y lunares, sin apenas rastros de vida vegetal o animal. En este sentido, Sierra Bermeja es la joya de la corona pues además de ser el mayor afloramiento del planeta de rocas peridotitas, esas rocas ricas en hierro que al oxidarse, tiñen la sierra de rojo y le dan nombre, y que pueden admirarse perfectamente en sus zonas de laderas más abruptas, como las del Morrón del Zagalete. Están colonizada por un sorprendente tapiz vegetal, que arrancaron a la excelente pluma científica de Domingo de Orueta los mayores elogios de todo su trabajo sobre la serranía rondeña, cuando glosa el paisaje de Los Reales y el Morrón del Zagalete, mitad rojos de piedra, mitad verde de pinos, y pinsapos en su ladera norte como "el paraje más digno de admiración de toda la comarca".

Varias especies vegetales, alrededor de una decena, son exclusivas de estas piedras, lo que eleva a Sierra Bermeja a la categoría de "joya botánica". Especies que, por si fuera poco, son capaces de ceder suelo a otras especies no exclusivas, pero sí de notable interés científico y ecológico como pueda ser el conocido pinsapo (Abies pinsapo Boiss.), o el menos conocido, pero también muy interesante, pino resinero bético (Pinus pinaster) quedando aún sitio para que medren otras especies raras, amenazadas o de interés científico, hasta llegar a superar el centenar. Esta "doble joya", geológica y botánica, que es Sierra Bermeja, aún guarda más sorpresas naturales. Y es que la escasa aptitud de los suelos bermejos para otro crecimiento vegetal que no sea el que ha evolucionado con ella, ha impedido la colonización agrícola de la misma, generando una gran barrera "salvaje" y despoblada en la que se refugian multitud de especies faunísticas de alto interés: desde águilas reales, culebreras y perdiceras, a cabras monteses, corzos béticos y gatos monteses.

2 comentarios :

  1. Peazo de ruta!! Y qué cantidad de gente jajaja pero se nota que lo pasasteis bien, y eso es lo principal. Enhorabuena por esa transmijeña

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  2. Muchas gracias Carlos, me hubiera gustado que viniérais pero no se puede estar en todas las batallas. La vuestra del domingo por la Cueva del Agua también se veía preciosa, tenemos ahora el campo de lujo.
    Saludos montañeros.
    Juani

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