
Desnivel aprox.
Punto mas elevado: ruinas del castillo de Turón,
Punto mas bajo: Puente romano, 360 msnm
Tiempo aprox. 7/8 horas
Nivel dificultad: media en su versión acuática, regresando por el cauce del río.
Tipo suelo: 50% pista terriza, a veces asfaltada y 10% sendero o campo través en el tramo de ascenso y descenso del castillo del Turón, 40% cauce y márgenes del río Turón.
Tipo de recorrido: Circular.
Mapa: Serrato 1.037 IV (sector Teba) y Ardales 1.038 III (sector Ardales)
Ni que decir tiene que al menos hasta ahora, se trata de una ruta muy poco frecuentada, si exceptuamos a los propietarios y trabajadores de las fincas colindantes a lo largo de este bonito y agradable itinerario. Que además podemos combinar con la visita a la cueva rupestre de Doña Trinidad y otras zonas cercanas de gran interés geológico como las que podemos encontrar en el entorno del Chorro.
Itinenerario: Para situarnos en el comienzo de este itinerario nos trasladaremos al puente de
El puente de
Nada mas cruzar el puente tomamos el camino de la izquierda, dirección oeste, desde donde ya podemos observar fácilmente la rocosa atalaya donde se encuentran las ruinas del castillo en dirección suroeste. A penas
Mientras vamos ascendiendo por la pista, ya en dirección suroeste, dejaremos a nuestra derecha un pequeño parque de placas solares, por detrás de un cortijo en ruinas, pasado y futuro se fusionan en una misma imagen. Unos dejamos a la izquierda. Entre campos de cereales, olivos, almendros, alguna que otra finca ganadera y maquinaria agrícola seguimos ascendiendo en dirección oeste la mayor parte del camino hasta que nos aproximamos a una loma por encima de la cual ya se ve en lo alto de una peña el castillo de Turón y en el margen izquierdo del camino un panel informativo donde podemos leer: fortaleza militar mediaveal situada sobre unos riscos calizos que caen en precipicio sobre la margen izquierda del río Turón. Construida durante la guerra de Frontera entre Granada y Sevilla. La fortalez de Turón fue el principal apoyo militar de la peña de Ardales en su lucha contra el empuje castellano organizado desde el castillo de Teba. Se fortificó con grandes murallas y numerosas torres en la parte mas alta de la montaña, aunque en su cara este y sur, las que caen a pico sobre el río, no se hicieron por innecesarias. Conserva la barbacana, las murallas principales, las torres y un aljibe. En su cara norte, la que vigila Ardales, se construyó un alcázar con una gran torre que era la que servía a los jefes militares. (para mas información ver capítulo dedicado a lugares de interés-castillo de Turón).
Conforme nos vamos aproximando a la loma, la primera pregunta que surge es cómo acceder al castillo sin caminar por encima de las tierras de labranza que lo rodean. Pero no hay que precipitarse, de momento seguimos avanzando por la misma pista que traemos hasta ponernos a la altura del castillo, que de momento, va quedando a nuestra izquierda, mientras que a la derecha contemplamos una cortijo y una casa recientemente reformados presidiendo un olivar, con el fondo de una bonita cañada formada por suaves cerros salpicados de pinos, tras los cuales ya se intuye la sierra de Ortegícar. Rebasada la parte mas alta de la loma por la que veníamos, iniciamos un suave descenso encontrándonos inmediatamente después con una bifurcación, donde es mas que evidente que el camino a seguir es el de la izquierda que nos aproxima al castillo, unos
bifurcación y volvemos a hacer lo mismo tomando el de la izquierda, que ya se trata de un caminillo muy secundario que comienza a ascender decididamente entre los almendros que ahora quedan a nuestra izquierda y los farallones rocosos sobre los que se asienta el castillo que ahora tenemos a nuestra derecha casi encima de nosotros. Situados ya bajo los antiguos torreones siempre subiendo, el camino se convierte en sendero y el sendero en caminillo de cabras, hasta que hacemos entrada en la plataforma cimera sobre la que se asientan las ruinas del antiguo castillo al que accedemos pasando junto a la torre situada mas al norte, que era la torre de los oficiales.
Una vez en el castillo merece la pena recrearse con los restos de murallas de la cara norte, algunas muy bien conservadas, las torres en ruinas, sus increíbles vistas hacia sierra Alcaparaín al sur, sin olvidarnos de las vistas sobre el río Turón, mas lejanas al suroeste, las sierras Prieta y Cabrilla, al oeste la sierra de las Nieves. Al este Ardales, al noreste el Huma, tajos y sierras colindantes, parte alta del castillón de Teba al norte. Y por supuesto ese magnetismo especial que siempre se puede palpar en estos lugares repletos de historia donde se libraron cruentas batallas y asedios. Restos de torreones y lienzos de murallas en alarmante estado de abandono progresivo son testigos mudos de importantes acontecimientos históricos que en tiempos de ocupación musulmana y posterior reconquista tuvieron lugar en la estratégica atalaya donde ahora nos encontramos. Cuentan los abuelos de Ardales que en tiempos de
El descenso lo iniciamos a través de un derruido lienzo de muralla, situado en el extremo suroeste de la atalaya donde se encuentra la fortaleza, prácticamente la zona opuesta a la que accedimos. Identificaremos fácilmente este lienzo de muralla, que va a quedar a nuestra izquierda, porque en él podemos contemplar una especie de puerta que da vistas al valle del Turón a modo de gran ventana. Mientras vamos descendiendo por una empinada ladera en zig zags con numerosos palmitos y con las vistas del río Turón a nuestros pies, además del tajo de
menos pendiente, giraremos a la izquierda, concretamente vamos a acercarnos a la base de un gran farallón rocoso con manchas rojizas propias de las rocas metamórficas. Caminaremos bajo estas paredes muy cerca de su base, llevando de momento el castillo a nuestra izquierda, cada vez mas por encima de nosotros. Llegará un momento, que parece que el sendero se detiene al borde de un pequeño tajo, sin embargo, manteniéndonos pegados a la pared, encontraremos un precioso sendero escalonado entre las orcas y los grandes ejemplares de palmito que han proliferado en esta zona. Ya sólo queda descender al río abriéndonos paso entre el matorral de retama, a través de las sendas de cabras que aparecen y desaparecen aquí y allá. Llegando a una pequeña
cañada debemos cruzarla para mantenernos en su margen derecho, o lo que es lo mismo, la cañada debe quedar a nuestra izquierda, en todo caso nuestra mejor referencia será una casa de nueva construcción, piscina incluida a la que llegaremos sin dificultad rodeándola por la derecha donde sus propietarios nos recibieron con gran hospitalidad la última vez que pasamos por allí permitiéndonos reponer nuestras botellas, tras el ascenso y posterior descenso al castillo, que si bien en invierno sería poco mas que un suave paseo, en pleno verano se puede hacer un poco duro. Esta casa sin nombre, a la que bautizamos como el oasís del Turón, ya se encuentra al pié de una pista que poco después se desdobla para orientarse hacia Ardales a la izquierda o descender al cercano cauce del río a la derecha.La opción mas fácil para regresar a Ardales es por la mencionada pista que se dirige a esta localidad en dirección noreste.
Sin embargo hay otras dos opciones mucho mas interesantes para regresar a Ardales: la primera opción siempre y cuando sea en época de baño y vayamos preparados para ello, consiste en descender por el mismo cauce del río, disfrutando de sus pequeños tramos de bosque de galería y sus magníficas pozas algunas de ellas de mas de
bonitas estampas de rivera con la fortaleza al fondo. Sin embargo, hay que advertir, que los idílicos tramos de pozas se intercalan con otros tramos donde la vegetación es mas cerrada y caminar se hace muy dificultoso para personas no acostumbradas a descenso de ríos. Otro inconveniente es que el río Turón suele tener un fondo muy fangoso y el agua tiende a enturbiarse rápidamente a nuestro paso, pero superados estos inconvenientes el descenso de este tramo del Turón es una auténtica maravilla, mientras que aguas mas salvajes se torna mas salvaje y cerrado con intermitentes tramos de zarzales que convierten el neopreno en una prenda imprescindible, mientras que este tramo se puede hacer tranquilamente en bañador.
NOTA: Por razones técnicas y de falta de espacio en la mayoría de los casos no coinciden textos y fotografías.
Estimado Juani, nos regalaste un ruta muy, pero que muy bonita. Muchas gracias Comandante
ResponderEliminarRafafló
En verdad fué una gran ruta, pero una vez mas lo mejor la buena armonía del grupo y el lujo de contar con tu presencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Juani
Hola, gracias apor tu comentario, jeje, estamos todos en el mismo saco y a pesar de ser muchos, este mundo es un pañuelo.
ResponderEliminarBonita ruta la tuya, yo he estado en el castillo un día de lluvia y frío, tenía un aspecto mágico y misterioso.
Saludos
Me encanta, esta ruta que mostráis aquí la he andado ciento de veces de pequeño, eso si bordeando el rió Turon en una u otra orilla, son preciosos esos lugares de mi pueblo ARDALES!
ResponderEliminarAquí mi pagina en Facebook, sobre Ardales. Saludos.
https://www.facebook.com/pages/Ardales/259366250797471