Pueblo de referencia: Cogollos Vega, balcón sobre la Vega de
Granada, que ocupa una estratégica situación sobre el límite occidental del
parque natural Sierra de Huétor. La estampa de la sierra de Cogollos, coronado
por el Peñón de la Mata con esta localidad a sus pies es una de las postales mas
bonitas que podemos obtener unos 15 km al norte de Granada capital.Su Ayuntamiento se encuentra situado a 1.009 msnm y en la actualidad
cuenta con unos 2.100 habitantes, cuyo gentilicio es cogollero/a.Su término municipal se encuentra a
caballo entre la Vega y las estribaciones del Parque Natural de la Sierra de
Huétor, con grandes masas de encinas y quejigos, magníficos paisajes y
espléndidos espacios naturales donde disfrutar de la Naturaleza en la
interesante y para muchos desconocida sierra de Cogollos, donde abundan las
encinas y quejigos.
Escudo heráldico:Escudo dividido en tres partes: toda la mitad inferior está ocupada por
el emblemático Peñón de la Mata, donde tuvieron lugar numerosos y sangrientos
enfrentamientos durante la guerra civil, el peñón aparece flanqueado por dos
granadas, bando republicano y bando nacional con fondo negro de luto y bajo el
fondo negro una cruz de gules. El tercio superior izquierdo lo ocupa un árbol
de sinople en su color natural, pero con fondo rojo sangre. Y el segundo tercio
superior derecho una torre en sus colores naturales con fondo verde esperanza.
Todo ello bajo la corona del Reino de España. Pasajes de la Historia: Existen yacimientos arqueológicos del periodo Neolítico, cuya excavación ha sacado a la luz diversos objetos que serán expuestos en un museo de próxima instalación en los Baños andalusíes de la localidad.Posteriormente fue habitada posteriormente por romanos, visigodos y árabes. Algunos historiadores opinan que el nombre de Cogollos hace referencia a cucullus que significa "situación sobre una colina" en latín y se arabizó bajo el nombre de Ququl(u)lus.
Esta localidad era la antigua alquería de Qulqullus, adscrita al distrito de la Vega junto a otras poblaciones que rodean la ciudad de Granada (Alhendín, Alfacar, Víznar…). En su término se encuentran los restos de antiguas alquerías como la de la Taucha, Lomilla de Vítar, Alcudia y el pago de las Taulas.
Su proximidad a la capital
granadina ha marcado siempre su historia compartiendo con ella los sucesos de
la Reconquista. De hecho Cogollos Vega forma parte de la ruta del Califato,
dentro de la red de rutas del Legado Andalusí. La ruta progresa por la falda de
sierra Harana, que en estos pagos toma el título de sierra de Cogollos, pueblo
que recorta su perfil blanco bajo un picacho, con aspecto de pueblo
alpujarreño. Su carácter serrano se afianza al recorrer sus calles. A la
entrada del casco se distingue, decorando el paisaje, un molino de tres rulos
que recuerda la importancia del aceite en la agricultura de la comarca.Tras la expulsión de los moriscos en 1572, quedó desierta. Ocho años más tarde ya contaba con 80 vecinos, repobladores llegados en su mayoría de la villa jiennense de Huelma y algunos de Castilla, a quienes les son entregada tierras por merced real como pago por sus servicios a la Corona. En 1752, ya contaba con 259 vecinos.
Durante la Guerra Civil: Se establece en la sierra de Cogollos uno de los frentes mas sangrientos de la provincia de Granada. Concretamente en el Peñón de la Mata, se situó el frente mas activo, que supuso la muerte de numerosos combatientes de ambos bandos. Aún se conservan varias líneas de trincheras y nidos de ametralladora, que podemos encontrar al superar el primer corredor de ascensión camino de su cumbre. En la parte superior nos encontramos con un bunker donde aún permanece la inscripción en piedra del “311 Batallón de la 78 Brigada Mixta”.
Y es que el frente de Cogollos
Vega, favorecido ésta por la situación geoestratégica del peñón de la Mata, fue uno de
los Nidos de Águilas y posición mas inexpugnable del Frente Republicano, que
con uñas y dientes ofrecieron una épica resistencia en la sierra de Cogollos.
Mientras que el frente de Los Nacionales se dedicaba a hacer incursiones desde
el sur, teniendo su centro de operaciones en la sierra de La Yedra,
perteneciente a los términos municipales de Nívar y Alfacar.
La Sierra de Cogollos es un
pequeño conjunto montañoso situado en el municipio de Cogollos Vega. A pesar de
sus pequeñas dimensiones y estar rodeada de otras Sierras, su singularidad
entre las sierras que la rodean es importante debido a su composición geológica
y a su situación estratégica. Su montaña mas representativa es el Peñón de la
Mata (1669 msnm) situado encima del núcleo de población de Cogollos Vega, y
lugar muy emblemático de este municipio, hasta el punto que su silueta aparece
en su escudo heráldico. No obstante su cumbre más elevada es el Peñón de
Majalijar (1.878 msnm) en el extremo noreste de la Sierra de Cogollos que
delimita el perímetro oeste y noroeste del parque natural Sierra de Huétor.
Sobre El Peñón
de La Mata (1670 msnm): Tan cerca, tan
aislado, tan salvaje, aparentemente inexpugnable, así es el Peñón de la Mata,
junto con el Trevenque, una de las ascensiones mas alpinas que se pueden
realizar cerca de Granada capital. Aunque a priori pueda resultar una ascensión
muy difícil, conforme nos vamos acercando a su cumbre, descubriremos que tiene
su truco y que es posible realizarla sin demasiada complicación. Esta es una de
las excursiones de senderistas que nos pueden dar mayores satisfacciones en
relación distancia-desnivel-sensaciones de altitud de toda la provincia.
Durante
los primeros años de la Guerra Civil la sierra de Cogollos Vega fue escenario. De
encarnizados enfrentamientos entre el bando de los nacionales, apostados al
sur, en la sierra de La Yedra (Nívar-Viznar) y el bando republicano apostado al
norte. Con su inexpugnable nido de águilas situado nada menos que en la cumbre
del Peñón de la Mata, defendido con uñas y dientes. Por otra parte en una de las simas que se encuentran en el Peñón de La Mata se han hallado restos arqueológicos de asentamientos neolíticos.
Cómo llegar a Cogollos Vega y continuación hasta el inicio de ruta: Existen dos vías de acceso a Cogollos Vega que al final confluyen en la misma puesto que el pueblo solo tiene una entrada. La mas liosa que parte de Granada capital de la Plaza Elvira, pasa junto al estadio de Los Cármenes y continúa por la zona norte de Granada capital, pasando por varios cruces y rotondas donde es muy fácil despistarse y hacerse un lío.
Una vez en Cogollos Vega,
continuamos por la travesía principal del pueblo a través de la carretera
GR.NE-55 y poco después de dejar atrás las últimas casas, sale a nuestra
derecha el inicio de una pista asfaltada, en ligera ascensión, que
identificaremos por unas vallas, que además está señalizada como “camino de Las
Acequias”;
por lo que no hay pérdida posible, a unos 2 km pasaremos junto a la
Fuente de la Víbora con doble caño de agua fresca y cristalina, la pista va
dejando a ambos lados fincas y huertas con numerosas albercas y acequias que le
dan su nombre a este camino que discurre en paralelo y a cierta distancia del
pie de monte de la vertiente occidental del Peñón de la Mata, que irá quedando
en todo momento a nuestra derecha, hasta incluso rebasarlo, situándonos ya al
norte de su posición y a unos 4 km del inicio de esta pista, nos encontraremos
con un pequeño llanito a la izquierda ideal para dejar los vehículos. Tipo de ruta: Circular en sentido inverso a las agujas del reloj.
Dificultad: Media/Alta, la ascensión al collado previo a la zona de cumbre del peñón del Jorobado se cobra gran parte del “bonus” de energía de cada participante, que se va a dejar notar en los posteriores sube y baja camino del “Asasanta y Majalijar” donde cualquier pendiente se hace cada vez mas dura de afrontar por el esfuerzo acumulado, aunque sin duda merece la pena.
Distancia aproximada del recorrido: 18 km
Desnivel acumulado de subida: 1.250 m
Puntos de agua para abastecernos: varias fuentes en el camino de vuelta o la misma fuente de La Víbora en nuestra aproximación hacia el inicio de ruta, en el camino de Las Acequias.
Duración aproximada: 7-8 horas
Fecha de realización y meteorología: sábado 6 de abril de 2013, nubes y claros con viento norte de unos 20 km/h en algunos momentos. Temperaturas que no superaron los 10ºC en toda la jornada, por la zona alta de la sierra, aunque temperatura muy agradable para caminar. Al llegar nos encontramos una fina capa de nieve cubriendo el cordal del cerro Gorgo y el peñón del Jorobado que se fué derritiendo a lo largo de la mañana. Las lluvias caídas en los dos días previos, sumadas a las abundantes lluvias de este invierno, se dejaron notar con algunas zonas muy embarradas, principalmente el primer tramo de acceso desde el camino de Las Acequias hasta la zona de cumbre del peñón de la Mata y prácticamente todo el camino de regreso, una vez que descendimos desde el Majalijar hasta el collado de Las Buitreras, por lo que sería la prolongación del camino de las Acequias, por donde regresamos hasta los coches completando el trazado circular.
A tener en cuenta:
1º) Para subir al peñón de La Mata son varias las versiones que podemos escoger tomando como punto de partida el mismo pueblo de Cogollos Vega, otras zonas del interior del parque como la Alfaguara. Las inmediaciones del cerro Nevado, al que accedemos por el camino que entra en el parque desde Cogollos, en paralelo a la cuenca del río Bermejo. O la versión mas corta, que es la que nosotros escogimos, porque después ampliamos la ruta haciendo dos cumbres mas, con inicio y final en el ensanche de pista anteriormente descrito en el km. 4 del camino de Las Acequias.
Sobre la Guerrilla en
Granada y Málaga:
Track de referencia
(hasta el peñón del Jorobado):
Breve
descripción del itinerario Peñón de la Mata (1.669 m)-Peñón del Jorobado (1.742 m)-Altos de Majalijar (1.878 m) :

Antes
de darnos cuenta ya estábamos en la entrada de la denominada chimenea, embudo,
colaero ó veredón principal, que no tiene mayor complicación que la pendiente a
superar, recreándonos con una yedra monumental que queda a nuestra izquierda
tal y como iniciamos la ascensión.
Para
llegar a la parte mas alta, absolutamente huérfana de vértice geodésico (1.669
m), tan sólo debemos avanzar unos 80 m dirección oeste;
desde este último
llanito, atravesando una zona de grandes bloques rocosos, que no presenta
ningún paso de vértigo comprometido, contra lo que pudiera parecer desde la
distancia, ya que en todo momento caminamos entre bloques que nos mantienen
alejados del filo de los tajos.
El
descenso lo realizamos sobre nuestros pasos recreándonos en esta ocasión con el
mencionado búnquer que nos pasó desapercibido a la ida.
Al llegar al primer
llanito, cercano a la parte alta del veredón principal Rafa y pepe Guerrero,
tiraron rectos por la chimenea secundaria, bastante mas angosta y empinada que
lleva de forma directa hacia el collado de San Agustín, tal y como suelen hacer
la mayoría de excursionistas que deciden continuar hacia el peñón del Jorobado,
para ganar tiempo.
No obstante, tal y como teníamos previsto, el reto del grupo
nos decantamos por descender por la chimenea principal por la que habíamos
ascendido y al llegar abajo, giramos unos 120 º a nuestra izquierda, para comenzar
a faldear la escarpada ladera, manteniéndonos en paralelo a la base de los tajos
y aunque los escarpes hacen difícil el faldeo, unas veces perdiendo altura,
otras veces ganándola, siempre hay restos de senderos de cabra que nos ayudan a
seguir completando el rodeo a este precioso peñón que nos muetra sus tajos mas
agrestes justo en esta cara sureste
(trazado en color verde sobre el mapa anterior), hasta
completar el rodeo y volver a descender de forma directa por la dócil loma que
nos devuelve al collado de San Agustín, donde nos reanudamos todos.
Por
lo que llegados a este collado hay que elegir entre ascender al peñón del
Jorobado por su escarpada arista suroeste tal y como hizo un Manolo “Supersónico”
que sigue haciendo honor a su sobre nombre o bien, como hicimos el resto,
ascender directamente por la pedrera, se trata de un tramo sin sendero, en plan
sálvese quien pueda, donde en poco mas de 400 m de distancia, se salvan cerca
de 170 m de desnivel;
con la referencia puesta en alcanzar el collado que se
encuentra arriba de la pedrera, hasta que por fin se llega a la parte alta
donde la roca es mas compacta y no damos un paso para adelante y dos para
atrás. Sin duda alguna, el tramo mas duro de toda la ruta.
Llegado a este
último collado, tenemos el Haza Santa a nuestra derecha y un poco mas cercano a
nuestra izquierda, la cumbre del peñón del Jorobado, al que llegamos sin mayor
dificultad que el reciente desgaste de la ascensión por la pedrera, pero ahora
por un terreno rocoso mucho mas compacto y de suave perfil, convirtiendo un
paseo éste último tramo a esta preciosa cumbre, que si bien no es tan conocida
como otras de la zona, compite en belleza con cualquiera de ellas.
con la referencia puesta en alcanzar el collado que se
encuentra arriba de la pedrera, hasta que por fin se llega a la parte alta
donde la roca es mas compacta y no damos un paso para adelante y dos para
atrás. Sin duda alguna, el tramo mas duro de toda la ruta.
Una
vez finalizado el almuerzo regresamos sobre nuestros pasos al collado, desde
donde si deseamos iniciar el descenso hacia el inicio de ruta, debemos tomar a
la izquierda, dirección norte, aprovechando trochas de ganado. Las trochas
discurren por la umbría del Peñón del Jorobajo, encontrándonos con tramos
farragosos e incómodos por la abundancia de majuelos, aulagas y zarzas. Hay que
ir negociando por donde ir, siendo casi imposible no pincharse en alguna
ocasión. Una vez superada esta franja de espinos, llegamos a un terreno más
cómodo, ya por sendero, que luego se hace carril
3ª parte:
Descenso de Los Altos de Majalijar al collado de Las Buitreras y retorno hasta
el inicio de ruta:
Éste
sendero que poco a poco se va transformando en carril, es en realidad la
prolongación del camino de Las Acequias, por el que regresamos de forma directa
a los coches,
con el único inconveniente de tener que pasar por una finca
privada, se trata del cortijo del Moralejo, al que llegamos después de
atravesar dos verjas de hierro que dejamos cerrada a nuestro paso, al llegar a
la finca nos salieron un mastín canela y un pitbull negro afortunadamente muy
dóciles, que incluso estuvieron olisqueando amistosamente a Chuckie. También
nos salió al paso el encargado de la finca recordándonos que estábamos dentro
de una finca privada, pero al que al dirigirnos con humildad y educación, se
enrolló dejándonos continuar sin dificultad hacia la tercera verja del camino,
que en cualquier caso estaba abierta y de no ser así, cuenta con una angarilla
semi oculta a tener en cuenta.
Y la abundancia de fuentes, pilones y pequeños regatos, justifican de sobras el nombre de camino de las Acequias por el que llegamos a los coches, recreándonos con la alpina silueta del peñón de la Mata y de vez en cuando, echando la vista atrás hacia el Peñón del Jorobado y la zona de crestería por donde discurrió el tramo final hasta los Altos de Majalijar, tomando conciencia de tan fantástica y entretenida ruta con perfil de montaña rusa, por la Sierra de Cogollos, que a fecha de hoy, salvo para la gente de Granada, sigue siendo una gran desconocida para los amantes de la montaña en Andalucía.
La primera vez que yo supe de la existencia de Cogollos Vega, fue en la primavera de 1987, cuando aún no había cumplido los 18 años y habiendo solicitado como destinos prioritarios: Mallorca, Benidorm y Salou, para trabajar aquel verano de 1987 como Monitor Deportivo en la agencia de Viajes Club Ovac, en la fiesta que la agencia celebraba para los monitores durante un fin de semana en la Costa del Sol donde anunciaban los destinos, con la misma expectación de quien espera conocer el emparejamiento en un Mundial, al escuchar Juan Ignacio Amador Tobaja, cruzo los dedos y el mundo se me cae a los pies cuando escucho “¡Instituto Emilio Muñoz, Cogollos Vega!”. Aquel sonido se me clavó como un puñal en los oídos, cuyo dolor aumentaba conforme crecía el volumen de laas risas de los monitores mas veteranos a mi alrededor a los que minutos mas tarde les iban concediendo mis destinos soñados. Y para colmo, de los dos meses que tenía previsto trabajar sólo me contrataban para el mes de agosto. ¡Menuda mierda!, pensé yo para mí, que me las prometía tan felices en Mallorca, Benidorm o Salou, destinos en los que años mas tardé trabajé en los que viví mil y una experiencias, pero ni por asomo llegaría al nivel de felicidad que alcancé, en el lugar que menos cabría esperar.
El caso es que nada mas llegar a Cogollos Vega en la mañana del viernes
31 de julio de 1987, me quedo alucinado con la belleza de aquellas casas
ubicadas a los pies de un tajo, pueblo con un Ayuntamiento ubicado a nada menos
que 1.009 msnm, en medio de un paisaje precioso a caballo entre el parque natural
de la sierra de Huetor (sierra de Cogollos) al norte y al este y la Vega de
Granada al sur y al oeste. Yo creía que el Instituto Emilio Muñoz, estaba en el
mismo pueblo, pero no, había que seguir un par de kilómetros mas por una
carretera que venía a morir en el Instituto, donde además de una magnífica
piscina donde le di clases a mis primeros alumnos de natación, había unas otras
instalaciones deportivas como un campo
de fútbol y pista de tenis. Al pie de una impresionante montaña que me llamó
poderosamente la atención y que días mas tardé me informaron que se conocía
como “el peñón de la Mata” tan ensimismado me tenía que una de las actividades
que programé para los clientes fue una excursión para todo aquel que quisiera
apuntarse sin mas ayuda que una vieja cantimplora donde el agua se calentaba al
poco de empezar a caminar y sin mas guías que un par de indicaciones que me
había dado el conserje del Instituto. Allí que empezamos a andar a esto de las
8 de la mañana con una familia de Madrid y otra de Jaén, to tieso y pa´arriba,
hasta que superada ya la mitad de la subida en línea recta, nos encontramos con
unas alambradas que nos cortaban nuestra trayectoria de ascensión y ante la
falta de alternativas para dar un rodeo, ni atisbar el mas mínimo rastro de un
camino o sendero que nos llevara hacia arriba, se impuso el sentido común de
los adultos que me acompañaban en aquel primer intento y dando por buenas las
vistas de las que estábamos disfrutando, bajo aquel sol de principios de agosto
que ya comenzaba a calentar, decidimos regresar sobre nuestros pasos.

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