Punto de encuentro clásico: a las 9.00 am (ya desayunados) en la Plaza del Ingenio de Frigiliana.
Cómo llegar al punto de encuentro: Por la N-340,
dirección Motril, tomaremos la primera salida que nos señala Nerja-Frigiliana y
nada mas llegar a la rotonda giramos a la izquierda, hacia el interior, dándole
la espalda a la costa y llegaremos a Frigiliana en poco menos de 10 minutos. Al
entrar en el pueblo podemos llegar a la plaza del Ingenio tanto por la calle de
abajo como la de arriba, pero la de abajo es mas directa.
Cómo llegar al inicio de ruta (aldea del
Acebuchal): Una
vez en la plaza del Ingenio cogemos la calle que va hacia la izquierda
dirección OESTE, saliendo de Frigiliana en dirección Torrox y a unos 3´5 km
debemos estar atentos a un desvío que nos señala aldea del Acebuchal, donde
llegamos siguiendo siempre el ramal principal de la pista. Al llegar a un cruce
en “Y” vemos la bonita aldea del Acebuchal asentada en un angosto valle a
nuestra izquierda, por lo que tomamos el carril que desciende hacia la
izquierda encontrándonos en pocos minutos en la recóndita aldea del Acebuchal
que está resurgiendo de sus cenizas gracias al turismo rural, que también está
cuidando del mantenimiento de la pista terriza medianamente aceptable, para
cualquier tipo de turismos.
Itinerario: Aldea del
Acebuchal-venta Cebollero-collado Blabquilla-cabecera del río Higuerón-senda de
Los Maquis-chimena cara norte-lapiaz de cumbre
Localidad: Frigiliana
Localidad: Frigiliana
Recorrido: Lineal
Dificultad: Alta
Longitud aproximada: 17,7 km
Punto de partida: aldea del Acebuchal (550 m)
Punto de partida: aldea del Acebuchal (550 m)
Punto mas elevado: cerro Cisne (1.484 m)
Desnivel acumulado aprox: 1.240 m (tanto de subida como de bajada)
Tipo de caminos: Senda , pista terriza, vereda y lapiaz por la chimenea, y zona de cumbre.
Mapa: Iberpix, sectores: Torrox (1.054-II) y Canillas de Albaida (1.040-IV)
Tipo de caminos: Senda , pista terriza, vereda y lapiaz por la chimenea, y zona de cumbre.
Mapa: Iberpix, sectores: Torrox (1.054-II) y Canillas de Albaida (1.040-IV)
Fecha y meteorología prevista en la zona
para ese día:
Sábado
1 de noviembre de 2014,cielos despejados con nubes altas de evolución, una agradable temperatura de unos 20ºC al medidodía y una suave brisa norte al llegar a la cumbre.
14 Participantes:
10 Socios: “Santa Teresa de
Sierra Mágina” (Aunque venía desde Huelva),
Javi
" El hombre tranquilo" en fase de recuperación de su reciente lesión
de rodillas que le echó bastantes huevos al asunto, al igual que el
incombustible “Padre carras” que tiene la ventaja de tener a Dios de su parte,
Mari Carmen " la coleccionista de techos continentales", Antonio
"Cocodrilo Dundee", Rafa "El Califa”, Pepe "El Maestro
geobotánico", Ilse “La Gacela de la Selva Negra”, Paco Castillo "El Generoso" al frente de la clasificación de “pichichis”
como el asocio con mayor número de rutas en su haber esta temporada. Y como
guía de lujo, nuestro coordinador de la sección de Alta Montaña: Fidel “El
Senderista Romántico”.
4 NO Socios, entre los que
se encontraba gente mítica como el mísmisimo Kostas “El Pirata Chipriota” ex
socio de Pasos largos, que precisamente no venía con nosotros desde la última
vez que estuvimos en el Cisne con Valentín; Mariano Navarro de la “Sociedad
Excursionista de Málaga” y del club de Montaña Almoradú de Mijas: Juan Luis
Vega y Salvador Gómez.
Recomendación:
Es
imprescindible estar en muy buena forma para realizar esta exigente ruta.
Llevar
botas de trecking y un par de bastones mejor que uno.
Tan poco está de
mas llevar gorra, gafas de sol, protección solar y frontal (siempre).
Se recomienda
refrescarse bien en la cabecera del río Higuerón antes de la ascensión y volver
a llenar las botellas a tope después de haber bebido todo lo que podáis.
Alicientes principales: La
ascensión al cerro Cisne está considerada como la mas dura de todas las cumbres de Sierra Almijara, de ahí que
entre los amigos se la conozca como el K2 de la Almijara, no tanto por su
dificultad técnica sino física. Las dos jorobas que forman su cumbre nos
brindan unas vistas magníficas del entorno. Éste hecho fue sin duda alguna la
clave para que esta mítica montaña que se yergue desafiante ante el caminante
fuera escogida como principal refugio para los makis en los duros años de
represión y persecución durante la postguerra.
Aproximadamente
a las 9.30 el grupo se ponía en marcha desde la curva cerrada que hay justo
antes de la aldea del Acebuchal
donde una baliza ya nos indica que el camino a seguir el remontando el mismo
cauce del arroyo del Acebuchal, a
media pasamos al lado de una antigua calera que queda a la derecha del sendero. Es este un tramo de ascensión muy suave, por el cauce normalmente seco o con muy modesto caudal, con pequeños bancales arenosos y algunas marmítas de gigantes (curiosas
concavidades cilíndricas provocadas por el efecto de la erosión del agua, en
las pocas ocasiones que baja por aquí, sólo en épocas de lluvias torrenciales). La mayor parte de este tramo de ascensión se realiza bajo la sombra de los
abundantes pinos de esta zona.
Conforme
vamos aproximándonos a la pista, la vegetación se torna mas pobre y debemos
abandonar el cauce, remontando la ladera de la derecha, entre matorral bajo con
abundante aulaga, esparto y romero. Antes de las 10.00 ya habíamos alcanzado la
pista forestal que une a la aldea del Acebuchal con Cómpeta por el cortijo del
Daire. Viniendo a salir a la altura de las ruinas del cortijo del Jaro o Cebolleros construida en el s. XVIII como reza
su maltrecho panel informativo, con el correspondiente logo del Ayuntamiento de
Frigiliana, al que se le agradece la colocación de este panel, pero al que le
tenemos que recordar la importancia de una eficaz y periódica labor de limpieza
y mantenimiento de senderos, balizas, señales y paneles informativos de la que
tanto nos queda por aprender de otras comunidades autónomas, que saben cuidar
de su entorno y el mantenimiento de sus caminos bastante mejor que aquí, donde
las autoridades se vanaglorian los días de las inauguraciones, pero después se
olvidan del mantenimiento de los paneles y las señalizaciones
Desde
la venta de Jaro ó de Cebolleros,
vamos a seguir caminando por la pista hacia nuestra izquierda, dirección norte
y un poco más adelante, tomamos un ramal a la derecha por una pista de arenas
blanquecinas, que al principio discurre en paralelo a la cabecera del arroyo
del Acebuchal, dejando a nuestra derecha las ruinas de otra antigua venta,
hasta aquí la pendiente que hemos traído por el carril es muy suave, pero en
los próximos minutos el ramal de pista se transforme en sendero y este discurre
directamente por el mismo cauce del arroyo del Acebuchal, mientras que la
pendiente se va tornando cada vez mas empinada, pero el grupo iba a un ritmo
tan rápido que a las 10.30 am ya estaba en el collado Blanquilla, donde quien haya llegado por primera vez se
quedará impresionado por la desafiante silueta del cerro Lucero al ESTE de
nuestra posición y si ya hemos otras veces, nunca dejaremos de maravillarnos.
En este punto comenzamos a tomar conciencia de la exigencia física de nuestro
desafío, pues la silueta del cerro Cisne, se va haciendo progresivamente mas
puntiaguda conforme iniciamos el descenso hacia su base, hasta el punto de
hacernos pensar que es imposible llegar allí arriba sin cuerdas de escalada, (como se puede comprobar en la fotografía de aquí abajo).
Es
el collado Blanquilla, un lugar
ideal para hacer una pausa y recrearnos ante la imponente y desafiante del
cerro Cisne frente a nosotros. Reiniciada la marcha, la pista nos da una tregua
encarando ahora un prolongado descenso hacia la base del coloso. Poco a poco
vamos ganando vistas sobre la cabecera del río Higuerón, cuyos tributarios se
unen a los pies del cerro Cisne, donde observamos una gran balsa de agua, junto
a un helipuerto. Ni que decir tiene, que nos encontramos ante un escenario
digno de Dioses, porque aunque siempre tendemos a destacar las vistas desde la
cumbre, desde aquí abajo, al mirar hacia arriba, tomamos aún sin cabe mayor
conciencia de nuestra insignificancia al lado de los grandes colosos que tenemos
ante nosotros.
A lo largo del descenso tenemos una preciosa panorámica del los
cerros Lucero y Lucerillo frente a nosotros, dirección NORTE, que nos acompañarán
durante toda la ascensión y que seráa nuestro hito mas significativo en esta
dirección. Destacan también este tramo tregua de descenso, la presencia de los
tajos del cerro de las Tres Cruces bastante mas cercanos a nuestra izquierda,
llevando de momento el Cisne a nuestra derecha.
Sobre
las 11.20 am el grupo ya estaba en la base del cerro Cisne, desde donde el
grupo iniciaba la mítica ascensión por el denominado sendero de “Los Maquis”,
una ascensión de poco mas de 2,5 km, que nos separan de la cumbre, salvando un
desnivel de 750 m por lo que conviene tomarse la ascensión con mucha calma. Sin
embargo, Antonio Cano “Cocodrilo Dundee”, mari Carmen López “La coleccionista
de techos continentales” e Ilse “La gacela de la Selva Negra” impusieron un
ritmo demoledor, que provocó el estiramiento del grupo, quedando un poco mas
rezagados. Salva, Santa Teresa de Mágina, Paco el Generoso y el padre Carras,
que iban con una marcha menos, pero sin perder el buen ánimo, ni la sonrisa y
posiblemente disfrutando mucho mas del paisaje. En medio, avanzaban el resto de
compañeros haciendo de puente y nuestro guía Fidel, haciendo de enlace intentaba
tener controlada la rapidísima cabeza de grupo y motivaba a la cola del grupo
al grito de: “¡preparaos para La Gloria!”.
Conforme
vamos ascendiendo el sendero atraviesa varias veces una cañada de manera que el
sendero se transforma en cañada o la cañada en sendero, las cumbres
circundantes e imponentes pináculos dolomíticos a media ladera, contemplan indiferentes
nuestra esforzada ascensión, mientras mas de uno podría pensar, “como esto siga
así de empinado todo el tiempo, no sé yo si seguiré”. En el primer tramo de
ascensión pasamos junto a un imponente pináculo conocido como “La Peña del
Centinela”, el nombre nos habla de aquellos años en que los maquis (también
conocidos como “la gente de la Sierra”) se habían establecido en el cerro
Cisne, por ser una de las atalayas mas difíciles e inexpugnables de toda sierra
Almijara en aquellos años bárbaros de la postguerra en que numerosas patrullas de
la guardia Civil, organizaban batidas por el monte, como quien organiza una
cacería, con la consigna de disparar a matar.
Y es que Sierra Almijara por su
intrincada orografía, fue uno de los últimos reductos de los maquis hasta bien
entrada la década de los 50, convirtiéndose todos ellos en auténticos
supervivientes, que bajo la permanente amenaza de la muerte se convirtieron en
los mejores conocedores y montañeros que haya conocido esta sierra jamás, los
mas viejos del lugar, dicen que la gente de la sierra subían y trepaban los
riscos por lugares imposibles. ¡Quien les iba a decir que 70 años después,
estos lugares donde ellos vivían refugiados a la fuerza, serían visitados por
grupos de excursionistas, por el mero hecho de hacer deporte, disfrutando de la
Naturaleza y de sus maravillosas vistas.
La
ascensión tiene una muy marcada trayectoria ESTE, por lo que llevamos el sol a
nuestra derecha o nuestra espalda según las curvas del serpenteante sendero.
Conforme
nos vamos acercando a las dos jorobas de esta montaña, que se observan mucho
mejor desde el sur, a la altura del cerro Pichirri, (junto a los cahorros altos
del río Higuerón), la montaña nos da una tregua, encontrándonos en una zona de pequeños
pinares dispersos, encontrándonos con un
ramal con varios hitos que se dirige a la derecha, hacia la base de los tajos
que vemos en esa dirección y que debemos ignorar, ya que en todo momento
debemos continuar de frente en dirección ESTE, caminando en paralelo a la base
de las paredes, que van quedando a nuestra derecha, pero sin acercarnos a ellas.
Poco antes de llegar al collado de Los maquis, donde disfrutaremos de unas vistas privilegiadas hacia el profundo valle del río Chillar, debemos paras por encima (o por debajo) de un par de enormes troncos de pino caídos,
sobre el desdibujado sendero, desde este collado podemos distinguir el cordal que va del imponente Almendrón a los Altos de la Mina y por encima la alomada silueta del Navachica, a los pies del Almendrón distinguimos las ruinas del cortijo del Imán.
Llegados
a este punto con una gran caída ante nosotros, el sendero gira a la derecha en
una curva de horquilla, adentrándonos en un gran embudo encajonado, entre dos
de los tres picos que tiene esta peculiar montaña.
Dejando una covacha a
nuestra derecha, que suele ser el hito mas destacable, en este precioso tramo
de ascensión por esta chimenea, donde nos topamos con la pendiente mas fuerte
de todo el tramo de ascensión, pero afortunadamente se compensa gracias a lo
compacta que está la roca caliza en algunos tramo, si bien en otros caminamos
por algunos embudos donde el suelo que pisamos está compuesto por tramos mas
arenosos con abundantes piedrecillas sueltas que lo hacen muy resbaladizo en el
descenso.
La
fuerte pendiente, en mas de una ocasión, nos obliga a hacer uso de las manos,
para ir superando los grandes escalones que tenemos que ir superando y que en
el posterior tramo de descenso, nos obligan a redoblar la precaución para
evitar resbalones. No hay ningún paso expuesto, pero la pendiente es muy fuerte
pendiente, y una caída en este tramo nos haría rodar muchos metros ladera abajo
y en caso de lluvias se puede tornar muy peligrosa.
Por
unos momentos, la ascensión por este tramo de chimenea, nos recuerda al embudo
de la cara norte de La Sagra, aunque mucho mas corto, apenas 200 m de discurrir
entre paredes, pero la pendiente es igual de fuerte.
Tras
superar el tramo final de ascensión por esta chimenea, estando ya a tiro de
piedra de la cumbre, nos sorprende un insospechado valle salpicado de pinos
dispersos, severamente castigados por las fuertes rachas de viento. De este
modo la montaña nos vuelve a sorprender, reglándonos este pequeño tramo de
tregua, a muy pocos metros ya de su cumbre. LLegados a este punto la cumbre o joroba
mas pequeña la desechamos, pero nos asaltará la duda entre la joroba de la
izquierda, noreste tiene 1.482
m ó la de la derecha, sureste 1.484 m por lo que podemos
considerarlo la verdadera cumbre del cerro Cisne.
De la que tan sólo nos separan
unos 150 m de distancia y poco mas de 40 m de desnivel. Siendo la opción mas
recomendable, un sendero que serpentea entre el caos de rocas, por la derecha,
que entre arenilla y lapiaz, nos lleva de forma muy cómoda hasta la misma
cumbre, pasando junto a un pino aislado, que salvando algún paso delicado nos
llevan hasta la angosta cumbre que a
modo de aguja a penas puede albergar mas de 4 personas hay un buzón montañero.
Donde
fueron llegando todos los compañeros poco a poco, hasta que a las 13.30, todos estaban
disfrutando de un merecidísimo almuerzo montañero, en el punto mas alto de esta
emblemática cumbre, huérfana de vértice geodésico.
Desde
la cumbre las vistas son espectaculares al NORTE: el cerro Lucero, donde estaba
situada la dotación de la guardia civil, mientras que el cerro Cisne era por su
situación y difícil acceso el inexpugnable nido de águilas que durante los años
de la postguerra fue el principal refugio de los maquis tras la guerra civil.
Sobre estas línea observamos el Lucero y la doble joroba del Lucerillo o cerro Bartolo a su izquierda.
Al ESTE: el Navachica, los tajos del Sol y el Almendrón y a sus
pies el valle del Chillar y la peculiar ubicación del cortijo del Imán. Al SUR
toda la prolongación de la Sierra de Enmedio a la que pertenece el cerro Cisne,
con el Alto de la Garza o Pandera Garzón como segundo gran apéndice de esta
subsierra que separa los valles del Chillar a nuestra izquierda este y el
Higuerón a la derecha oeste, avanzando en su camino hacia el Mediterráneo que
con sus azules aguas cierra el horizonte al SUR. Y al OESTE: el collado
Blanquilla por donde hemos llegado, la
vertiente oriental del cerro Verde y la mítica crestería de Los Civiles sin
duda alguna todo un espectáculo.
El
descenso, a pesar de su empinado tramo por el embudo, se hizo, al igual que la
ascensión, sin ningún incidente digno de regresar, y a las 17.30 todo el grupo estaba
disfrutando de unas cervecitas en la Plaza del Ingenio de Frigiliana, brindando
por tan magnífica jornada montañera y las que están por llegar. Desde estas
líneas aprovechamos para felicitar a nuestro compañero Fidel, responsable de la
sección de Alta Montaña, que no sólo es un guía de lujo, sino una magnífica persona
con grandes valores, muy amante de la aventura, pero siempre con prudencia y
sentido común.
Sí que fue un día bonito. La última y larga subida desde la pista se las trae en lata por la pendiente pero ell rato que pasamos arriba rodeados de montañas con el mar al fondo revalorizan este monte
ResponderEliminar