Punto de
encuentro: 10.00
explanada cementerio de Montejaque.
Cómo llegar: Si venimos desde Málaga,
normalmente lo haremos a través de la carretera que une Ronda-Sevilla (A-374),
poco después de salir de Ronda dirección Sevilla, nos desviamos a la izquierda
para tomat la MA-7401, Ronda-Benaoján-Cortes, tomando posteriormente el desvío
a Benaoján, junto a la cual pasaremos para llegar inmediatamente después a
Montejaque por la MA-8402. Justo antes de entrar en Montejaque tras una última
curva de izquierda a la derecha sale una pista asfaltada por donde se accede al
cementerio nuevo (680 msnm), que coincide con el inicio de ruta, ya que aquí
parte el sendero que nos lleva a la ermita. Justo a los pies del curioso
zig-zag que veremos a la derecha de la carretera, muy cerca ya de la entrada
del pueblo, es un hito visual lo suficientemente llamativo, para que lo
localice a la primera cualquier persona, aunque sea la primera vez que va a
Montejaque.
Si venimos
desde Sevilla o Cádiz, unos 15 km antes de llegar a Ronda por la A-374, nos
desviaremos a la derecha por la derecha MA-8403, que pasa por delante del hotel
rural Cortijo Las Piletas, y unos kms mas allá entre el peñón del Mures y el
imponente cerro Tavizna, llegando finalmente a Montejaque.
Entorno:Perímetro Nororiental P. Nat. Sierra
de Grazalema
Desnivel aprox. 785 m
Punto mas
elevado: Pico
Ventana (1.298 m)
Punto mas
bajo (final de ruta): Benaoján
(680m)
Tiempo aprox. Unas 6 horas (sin
incluir pausas)
Nivel
dificultad: Medio-Alto
(asequible a cualquier persona que esté en forma y muy acostumbrada a realizar rutas
de montaña por terreno kárstico similar al Reloj, Simancón).
Tipo suelo: 65% sendero pedregoso por zona de
lapiaz. 15% carretera Benaoján-Montejaque, pista terriza o semi asfaltada al
inicio y final de ruta. 10% directamente canchal en zona de cumbre. Por lo que
las clásicas botas de trecking resultan muy recomendables en esta ruta.
Fecha de
realización y meteorología: sábado 3 de octubre de 2015,
cielos parcialmente cubiertos la mayor parte del día, que acompañados de una
agradable brisa del suroeste, fueron nuestros mejores aliados a la hora de
atravesar y explorar ese enorme canchal que es la Sierra de Juan Diego.
Desde Cádiz capital vinieron: Manuel Limón “Premio Nobel de Senderismo” y
Ana Diánez “la Arqueóloga”.
Desde Sevilla Capital: Ángel González “El Gladiador de Itálica” y Maria
Jesús Benítez “la Campesina Bolchevique”. Desde Cabra (Córdoba”: Rafael García
Aguyó “El Califa”.
Desde distintos puntos de la provincia de Málaga: Ilse Bullerdiek “La
gacela de la Selva Negra” (Medallaa de Plata en la maratón de las Olimpiadas de
Munich 1972), Pepe Guerrero “El Maestro Geobotánico”, El Doctor Leal, Lena “La
Amazona Bielorrusa”, Paco Castillo “El Generoso”, Miguel Fortes “El Marqués de
la Viñuela”, Rafael Bravo “El Retorno de Elvis”, Mariano “El Ingeniero de
Telecomunicaciones”, Sonia Castro “Catwoman”, Javier Ruiz “El Hombre
tranquilo”, Marlise y Manuel Esteban.
NO SOCIOS: Ana Martínez, Manuel Álvarez, Daniel Fernández y Amaya Flores.
(Esta foto fue hecha por Manuela y Reinaldo desde la ferrata de Montejaque)
Resumen del
itinerario: en el enlace
de abajo tenéis la crónica de la última ascensión al ventana, que va a
coincidir en gran parte con nuestra ruta, si bien en esta ocasión el inicio y
final serán diferente. En vez de acceder a La Canchuela por el inicio
del Camino hacia Los Llanos de Libas, accederemos al cordal de la sierra,
directamente desde el barrio nazarí de Montejaque, y desde allí a un bonito
mirador que domina el espectacular entorno montañoso del pueblo, presidido por
el imponente cono del cerro Tavizna al Norte de nuestra posición.
Y en el tramo
final al llegar a Benaoján continuamos por el tramo de 2 km de carretera que la
separan de Montejaque.
A tener en
cuenta:
La ascensión
al pico Ventana o “La Ventana” como la llaman los lugareños, se puede realizar
con inicio desde Benaoján, Montejaque, los Llanos de Líbar, desde el km 3 de la
carretera MA-501, Benaoján-Cortes de La Frontera, circular o líneal dejando
coches en el final previsto de ruta. Por ejemplo empezando en Montejaque y habiendo
dejado previamente coches en Benaoján como hicimos en diciembre 2012.
Al llegar al punto de encuentro fijado aquel día en la explanada del
cementerio de Montejaque, nos llevamos la sorpresa de coincidir con nuestros
compañeros de Pasos Largos que estaban preparando los últimos detalles para
iniciar la “Travesía Arriera Montejaque-Grazalema” vestidos de bandoleros y
bandoleras en numerosos grupo y acompañados por varios borricos en homenaje a
la Andalucía Romántica de Antaño. Travesía de gran popularidad en la Serranía
de Ronda camino de convertirse en atracción turística en los pueblos escogidos
para la ocasión cada año.
Ni que decir tiene que después de tantos años de amistad y rutas
compartidas, no dudamos en hacernos una improvisada foto de grupo con los
compañeros que se encontraban más cerca de nosotros, cuando Don Fernando Ruiz
ya había iniciado la charla oficial de inicio de ruta. Minutos después nos
despedíamos en medio de un ambiente de gran cordialidad deseándonos ambos
grupos una buena jornada senderista.
Minutos mas tarde de que partieran nuestros compañeros de Pasos Largos y
una vez repartidos los mapas y ficha de ruta y dada la charla de introducción a
la misma, echábamos a andar dejando atrás el serpenteante camino empedrado de
la Escarigüela que remonta los tajos de la sierra del Algarrobo y pasábamos
junto al cartel de Bienvenidos a Montejaque con dicho pueblo ya a tiro de
piedra y el imponente telón de fondo del Hacho popularmente conocido como “La M
o las tetas de Montejaque”, entramos al pueblo por la calle del Poeta Cristóbal
Benítez, con azulejo incluido donde una placa reza:
Vivencia que en la flor de mi desvelo,
Al alma enraizada vas conmigo,
Montejaque otra vez estoy contigo,
Bajo la luz radiante de tu cielo.
Por ti este recio amor. Por ti este anhelo.
Y en mí llevo al paisaje y al amigo.
Por cuanto eras en mi yo te bendigo,
De mi honda raíz cálido suelo.
Los vientos de tu monte y de tu sierra,
Me dieron este amor para quererte,
Y este alma de afanes campesinos.
Y prendido al regusto de tu tierra,
Llevaré tu recuerdo hasta la muerte,
Cantándolo por todos los caminos.
Y una coplilla popular decía:
Virgen de la Soledad
Extiende tu manto blanco,
Dale vino a Montejaque
Y agujeros al pantano.
La calle principal de Montejaque tiene el curioso nombre de Knittlingen,
localidad del sur de Alemania situada en el Estado de Baden-Württemberg, y hermanada con
Montejaque por la especial relación que ambas mantienen desde que en la
década de los 60 un grupo numeroso de montejaqueños emigrara a dicha localidad en
busca de nuevas oportunidades. El siguiente azulejo es el artesanal mapa con la
fauna y flora del interesantísimo t.m. de Montejaque, unos metros más allá
llegamos al lavadero de la Fuente Vieja, cuyo interior está perfectamente
cuidado y remozado cual pequeño museo etnográfico, el manantial sigue
alimentando dicho lavadero de aguas cristalinas, hasta el punto que muchos
vecinos siguen viniendo a recoger agua para su consumo cotidiano, tal y como
tuvimos oportunidad de comprobar a nuestra llegada. Unos metros mas allá en la
acera de enfrente llama la atención un azulejo dedicado a la accidentada
orografía de Montejaque, que como no podía ser de otra manera está situado
junto al “Centro de Interpretación de la Espeleología del Parque Natural Sierra
de Grazalema” donde entramos unos minutos para conocer este interesante Centro
donde además del Sistema Hundidero-Gato y otras cuevas del Parque, también se
habla sobre la historia de cómo se construyó el embalse de Montejaque y por
supuesto la Fauna y la Flora del parque.
Todo
ello situado en la misma Avenida de Knittlingen por la que
seguimos avanzando en dirección a la plaza del Ayuntamiento, por encima de la
cual ya destaca el pequeño cerro en cuya cumbre destaca un pequeño pinar de
repoblación donde se encuentra el mirador del Karst. Seguimos viendo mas
azulejos uno habla de la Emigración, otro de los bandoleros y las guerrillas
contra los franceses, otro de la “mujer montejaqueña”, sobre un viejo ladrillo
de adobe aún se puede leer: “Se prohíbe lavar bajo la multa de una peseta, año
de 1870”, llegamos a la Plaza de la Constitución, donde un grupo de abuelos del
pueblo nos mira con cierta curiosidad, tras el respetuoso saludo, pasamos entre
el Ayuntamiento que dejamos a nuestra izquierda y la iglesia de
Santiago el Mayor que dejamos a la derecha y tomamos la primera calle a la izquierda,
siguiendo la flecha que nos indica, la dirección a seguir entre las empinadas
callejuelas del barrio Nazarí, popularmente conocido como “El Castillo” hasta
que llegamos al estratégico mirador del Karst, que corona el denominado cerro
del Castillo.
Éste no es un mirador al uso con su barandilla y panel
informativo, además de eso está equipado con una fuentecilla, varios banquitos
de madera al amparo de unos pinos de repoblación, varios paneles informativos y
además nos permite disfrutar de unas vistas privilegiadas del entorno que
aprovechamos para hacernos un par de fotos de grupo con el hacho de Montejaquea
la izquierda (N-O), el cónico y desafiante cerro Tavizna (N), y a la derecha
(E) los tajos de la sierra del Algarrobo por donde discurre la espectacular vía
ferrata de Montejaque. Bajo el cerro Tavizna, el peñón del Mures y su
prolongación por la sierra del Algarrobo discurre el sistema Hundidero-Gato, a
los pies de los tajos de la sierra del Algarrobo, también podíamos contemplar
parte de la Nava o poldje de Benaoján con
su impecable campo de fútbol de hierba artificial que ya quisieran para sí
muchos distritos de capitales de provincia.
Y allí estábamos nosotros con unas bonitas vistas de Montejaque a
nuestros pies, rodeado de una orografía espectacular para los amantes de la
montaña, aunque bastante dura y áspera para vivir de la agricultura. La palabra
Montejaque deriva de la unión de la palabra castellana “Monte” y la palabra árabe “Xaquez” que juntas
significan "montaña perdida",
aunque en una traducción mas libre sería: (pueblo) “perdido entre las montañas”. Durante los
siglos de ocupación musulmana, en el lugar donde hoy se encuentra el mirador
del karst hubo una alcazaba medieval, con sus minaretes, desde donde se
vigilaba todo el entorno que desde aquí podemos contemplar, en una época en la
que tuvo notable importancia dentro de la zona. Esta construcción desapareció
completamente, quedando sólo su nombre “cerro del Castillo”.
De la época romana queda el lugar
conocido como "El Puente", donde aún podemos ver los restos de un
puente romano sobre el río Campobuche (ó Gaduares). En este mismo lugar, los
montejaqueños ganaron una pequeña batalla a las tropas napoleónicas, estando
comandados por el vecino José de Aguilar.
Montejaque perteneció al señorío de
Don Miguel de Mañara. El pueblo se puede dividir en dos zonas: la parte alta,
denominada "El Castillo", que es un laberinto de estrechas
callejuelas donde se observa la huella árabe, donde se encuentra una de las
cuatro fuentes con las que contó la localidad. Con sus casitas blancas, con
cubiertas a dos aguas y tejas árabes, guardando casi todas ellas el tipismo
serrano. Y la parte baja, que tiene un trazado más regular, con calles
paralelas y simétricas. En esa zona está la iglesia y la plaza Mayor, que es el
eje de unión entre ambos barrios. Con su vecino Benaoján (apenas a dos
kilómetros) comparte geografía e historia. Y también el agua potable del
Fresnedilla y las cuevas del Hundidero (t.m. Montejaque) y la del Gato (t.m.
Benaoján).
Su término municipal es de unas
4.800 hectáreas con bastantes dificultades topográficas y, a veces incluso
climáticas, siendo raro el invierno que no incluya alguna jornada en la que no
amanezca nevada dicha localidad y todo su entorno. La despoblación que
paulatinamente ha ido sufriendo desde finales del siglo XIX ha empezado a
superarse gracias al impulso del turismo que ha logrado que alguna empresa de
la zona se dedique a rehabilitar casas antiguas para su alquiler. También en su
economía influye la modesta industria local ya que la agricultura es insuficiente,
pues tan sólo el 25% del territorio es cultivable y apenas cuatro hectáreas son
de regadío. Los principales cultivos son el olivar y el cereal, que se completa
con los rebaños de cabras, ovejas, vacas y cerdos. Tiene gran arraigo la caza
del conejo, no exenta de polémica con los
responsables del Parque Natural Sierra
de Grazalema. Gracias a su atractiva y espectacular orografía se ha convertido
en todo un referente para el senderismo, la escalada y la espeleología, siendo
numerosos los grupos que acuden cada fin de semana a Montejaque y Benaoján,
además de las casas habilitadas para el Turismo Rural.
2ª Parte.
Ascensión al pico Ventana desde Montejaque:
Una
vez nos recreamos con las magníficas vistas
que nos ofrece el mirador del karst, retroecedemos sobre nuestros
volviendo a pasar junto a las últimas casas del barrio nazarí y en uno de los
últimos callejones que continúan ladera arriba nos encontramos con una
angarilla-somier, tan típica de la España rural donde casi todo se aprovecha y
nos adentramos en el antiguo camino de la Sierra, adentrándonos de esta manera
en la Sierra de Juan Diego, en este enorme canchal el color pardo dejado por el
paso de las pezuñas del ganado sobre la abundante roca son nuestra mejor referencias para no perdfer la
estela de los tenues senderos en medio de tan enorme canchal. Siendo nuestro
primer hito la era de La Niña Chica donde Ángel González “El Gladiador de
Itálica” da una magnífica charla sobre cuándo, cómo y porqué se escogían las
primeras horas de la mañana y las últimas horas de la tarde para trabajar en la
era.
Una
vez finalizada la charla en esta primera era, que forma parte del antiguo
camino de la sierra, siendo el acceso mas directo hacia El Ventana, que se
mantiene en dirección S,SO pasando por encima del agrio lapiaz del Rodadero.
Pero nosotros giramos a la derecha, dirección OESTE, para salvar una elevación
que nos separa de la siguiente dolina a la que llegamos, conocida como Los
Lagunejos, donde visitamos una segunda era. Regresamos sobre nuestros
pasos al punto donde accedimos a esta segunda dolina y volvemos a encarar una
segunda elevación rocosa, dejando a nuestra izquierda un precioso castillete
presidido por una yedra, rebasada esta segunda elevación, llegamos a lo que
podríamos denominar la Vaguada Central de la Sierra, enlazando de este modo con
el sendero que utilizamos la última vez para ascender a La Ventana.
Rápidamente
este sendero “de huellas de ganado” se bifurca en dos, manteniéndose mas o
menos por el centro de La vaguada el primero, que fue el que utilizamos la otra
vez y otro que discurre en paralelo a la derecha, mucho mas cerca de la base de
los Castilletes, que dominan la parte derecha en el sentido de nuestra marcha
(vertiente occidental) de la Sierra de Juan Diego), siendo esta segunda la
opción que escogemos para ver mas de cerca las maravillas del Torcal
de la Romanadero por donde empezamos a ganar altura para acceder a una
bonita elevación conocida como El
Fuerte, pasando antes junto a otra era en un lugar bastante insospechado, siguiendo los sabios consejos de Don Manuel Limón “Premio Nobel
de Senderismo”.
Una vez nos recreamos
con las vistas, para no perder nuestra trayectoria predominante S,SO,
atravesamos una recóndita dolina y llegamos a un escalón que pone a prueba el
límite de nuestra adrenalina a quienes peor llevamos el tema del vértigo con un
destrepe escalonado de unos 4 m muy aéreo y aterrizaje sobre un tobogán con
fuerte pendiente. En buen ambiente de camaradería, compañerismo y mucho humor:
“El Hombre Tranquilo” y “Catwoman” aseguran mi posible zona de aterrizaje
forzoso mientras la mano del Doctor Leal me agarra desde arriba la trabilla de
la mochila, mientras sigo las instrucciones sobre donde ir colocando los pies
en cada momento. Quien esté leyendo esta crónica con intención de emular este
recorrido, no debe preocuparse mucho, si tiene la misma habilidad que el resto
de mis compañeros que con gran soltura y osadía pasaron por allí como si nada,
volviéndome a quedar con la sensación de ser “El Gordito de la clase” (si bien
me sorprendo a mí mismo de mi modesta evolución de los primeros tiempos a hoy
en día).
Después del mencionado destrepe, accedimos a una vía
de descenso en suave pendiente
Nos devolvió al sendero principal que discurre por la parte central de la gran vaguada o alargado lapiaz
que preside esta zona de la sierra de Juan Diego, por donde volvimos a
recuperar buen ritmo de marcha llegando en escasos minutos hasta las
inmediaciones de Los Hoyos de la Terrona, desde donde
nos volvinos a desviar a la derecha, en busca de la denominada “Piedra Tortuga”
que nuestro amigo Ángel González “El Gladiador de Itálica” especializado en
localizar formaciones curiosas localizó a la primera, a pesar de ciertas
reticencias por parte del grupo a perder momentáneamente lo comodidad del
sendero principal, para evitar otro pequeño desvío y otra subidita extra. Pero
como la exploración de las maravillas de la Sierra de Juan Diego, formaban
parte principal del aliciente de esta jornada al final la mayor parte del
grupo, fue en busca de la Piedra Tortuga y Vive Dios que la encontramos.
Donde quiera que posáramos nuestra mirada podíamos
recrearnos con las formaciones kársticas de la misma Naturaleza, forma y
dimensiones del Torcal de Antequera. De hecho, la mayor parte de las sierras
que forman parte del Conjunto del parque Natural de la sierra de Grazalema,
pertenece a las sierras ubicadas en las zonas externas de la Cordillera Bética,
que tuvo su origen en los sedimentos calcáreos, depositados en el fondo del mar
de Thetys, a partir del periodo Jurásico. Estos sedimentos fueron elevados
durante la orogenia alpina, como consecuencia de la colisión de la microplaca
de Alborán y la placa ibérica durante el mioceno inferior.
(Esquema de Salvador Pérez González)
Durante toda esta ruta caminamos
sobre calizas jurásicas. Este imponente conjunto calcáreo se vio sometido a la
acción erosiva de los agentes ambientales. Esta zona del parque alberga algunas
de las cuevas mas espectaculares de Andalucía como el Sistema Hundidero-Gato, o
la misma cueva de La Pileta, que desde
un principio actuaron como vía de drenaje de las aguas del cercano río Guadiaro
y Campobuche (O Gaduares) aprovechando las aguas las grietas abiertas en la
roca durante el plegamiento de las montañas bajo las cuales se encuentran. De
este modo las cuevas se han ido formando y ensanchando sus galerías progresivamente
desde el Plioceno.
A lo largo
de la ruta en lo referente a la botánica, destacaríamos: Pastizal por toda la
Sierra de Juan Diego, con algunas yedras sobre grandes paredones rocosos, así
como algunas pequeñas encinas, higueras y acebuches. Matorral muy degradado con
palmito, matagallos, retamas y aulagas en las zonas desforestadas.
Respecto a
la fauna nos encontramos con varias cabras montesas a lo largo del recorrido,
así como algunas ovejas en los lugares mas insospechados del Torcal del
Romanadero, algunas chovas piquirrojas, roqueros solitarios y numerosos buitres
pasando muy cerca de nosotros en las zonas mas altas de la sierra.
Un poco más allá de Los Hoyos de
la Terrona, superamos una angarilla de forma limpia y respetuosa, accediendo
a otra altiplanicie desde donde ya divisamos el boquete que entre dos tajos
forma una especie de ventana con vistas al valle del Guadiaro, de donde toma su
nombre esta montaña, pero unos 200 m antes de la misma, a unos 70 m del sendero
que llevamos, nos asomamos a la entrada de una sima.
Después nos asomamos a la
mencionada Ventana y unos 150 m, mas allá dirección S-E, manteniéndonos siempre
cerca del borde de los tajos, nos asomamos a una segunda ventana, algo mas
ancha donde podemos distinguir una desvencijada placa metálica de coto de caza.
Desde aquí a la cumbre, tan sólo nos quedaba superar, unos 100 m de distancia,
por un terreno muy accidentado completamente cubierto de lapiaz, donde hay que
negociar muy bien donde vamos dando cada paso y que roca escoger para dar el
paso siguiente hasta alcanzar el escalonado pódium donde se encuentra el
vértice geodésico de esta preciosa montaña conocida localmente como “La
Ventana” (1.298 msnm), donde soplaba una agradable brisa, que invitaba a
disfrutar del almuerzo montañero, siendo ya una hora prudencial, después de tan
entretenida ascensión.
Las vistas
desde la cumbre del pico ventana, son realmente magníficas, haciendo un resumen
360º (S, O, N, E) podemos enumerar: Sierra
Crestellina de Casares, Campo de Gibraltar, con el peñón y el Yabel Musa en los
días claros, extremo meridional del
poldje de Líbar “Los Llanos de Líbar”, que se extiende a lo largo de un
sinclinal relleno de cretácico superior (“capas rojas” y flysch en el mapa
geológico E. 1:200.000) limitado a E y O por dos anticlinales de las
mencionadas calizas jurásicas, que dan lugar a una doble alineación de sierras
según la dirección NE-SO. También
podemos ver las sierras de Cortes, la sierra del Caíllo (Navazo de Villaluenga)
con los tajos a cuyos pies discurre la
carretera de Villaluenga a Benaocaz . sierra de Ubrique - sierra del Endrinal con
el Reloj, el Simancón y la Corona de Los Yedrales, sierra del Pinar (crestería
del San Cristóbal al Torreón, techo de la provincia de Cádiz), a nuestros pies
Los Llanos del Pozuelo, en la distancia la sierra de Líjar, parte de la cola de
un pantano de Zahara de la Sierras,
cerros Lagarín y Las Grajas, cerro Malaver con Olvera al Norte Sierra del
Tablón (Terril, techo de la provincia de Sevilla), la meseta de Acinipo, la meseta
de Ronda con el pueblo de Arriate - Ronda con su Tajo, hacia el oeste, la
sierra de Ortegícar con el Jarastepar y el pico del Conio en primer plano, por encima
la sierra de Las Nieves, peñón de
Benadalid, valle del Guadiaro y Jimera de Líbar y Sierra Bermeja.
3ª Parte,
Descenso desde el pico Ventana hasta Montejaque pasando por Benaoján:
Abandonamos el vértice geodésico, descendiendo por los escalonados
bloques que nos sitúan en una zona abancalada al oeste del vértice geodésico,
con vistas frontales a Los Llanos del Pozuelo y la sierra de Montalate y Mojón
Alto frente a nosotros, una vez en la plataforma llana al oeste del v.g.
giramos a la izquierda y afrontamos el primer tramo de descenso con un cómodo
tramo escalonado de bancal, en bancal a lo largo de su cordal sur con vistas
hacia los Llanos de Pozuelo que ahora quedan a nuestra derecha (oeste) y al sur
(de frente, en el sentido de nuestra marcha) el cordal de la Sierra de Líbar
que va del Pilón de La Zahíbe y las Pilas del Tunio hacia El Palo y el Martín
Gil, que queda oculto por este último, disfrutando de uno de los paisajes de
montaña más bellos y variados de Andalucía. Si bien, en la distancia las nubes
que cubrían gran parte del cielo nos impedía disfrutar de la nitidez que nos
hubiera gustado para poderle sacar más partido a las fotografías de
localizaciones montañosas con zoom.
No tardamos en abandonar esta sucesión de planicies abancaladas por donde
iniciamos el descenso disfrutando de un paisaje montañoso espectacular, pasando
junto a preciosas piedras de calcita cristalizada. Y empezamos a encarar un
pronunciado descenso donde la zigzagueante senda se puede perder fácilmente, si
no estamos atentos a seguir el habitual reguero de color pardo que deja sobre estas calizas el paso del
ganado.
EN TEORÍA:
Tan pronto como llegamos a esta empinada pendiente con abundante piedrecillas
sueltas, teniendo como principal referencia visual un pequeño cerro calizo de
marcado perfil cónico allí abajo, debemos empezar a girar a la derecha, de modo
que durante un trecho vamos teniendo vistas frontales hacia Los Llanos del Pozuelo dejando a nuestra
derecha los restos de una edificación, quizá una antigua vivienda-refugio de
pastores, de la que se conservan los muros, de mampostería sin argamasa. En su
interior se levantan un par de pilares de madera que en alguna época
sostuvieron una techumbre. Mas abajo llegamos a una segunda alambrada que se
supera sin dificultad, ya en el otro lado de la valla, disminuye la presencia
de plantas nitrófilas y toman el protagonismo las retamas, los matagallos y los palmitos.
Al pie de la
ladera por la que vamos descendiendo podemos ver la pista que de NE a SO se
dirige desde el cortijo del Pozuelo a Cortes de la Frontera. Tal y como vamos
descendiendo debemos ir girando a la derecha, rodeando el pequeño cerro cónico
que veíamos desde arriba por su vertiente occidental, es decir, por la derecha
en el sentido de nuestra marcha, llegando por fin a la era de Los Cigarrones.
Lugar donde abandoné la Primera Edición de La Translíbica allá por octubre de
2004. Desde la era de los Cigarrones, tomamos dirección ESTE, enlazando con una
antigua calzada empedrada del cortijo
Baldío, con tramos muy bien conservados. Desde aquí se disfruta de
hermosas vistas hacia el Valle del Guadiaro con la mole caliza del cerro del
Conio, al otro lado del valle. A la izquierda de la calzada empedrada,
concretamente al borde de un talud nos encontramos una pequeña pila de sección
circular labrada en una piedra.
Mas adelante enlazamos con la pista terriza del cortijo del Pozuelo,
siendo nuestra trayectoria predominante la N-E, por lo que por aquí llevaremos
el sol a nuestra espalda, no muy lejos de aquí, ladera abajo, se encuentra la
cueva de La Pileta, que va quedando atrás y a nuestra derecha. A la altura de la
uvala tapizada de verde hierba donde pastan las vacas y nos encontramos con el
esqueleto de un coche, lugar conocido como Hoyo del Niño Fernando, iremos
caminando por una pista terriza por la
que caminamos flanqueados de altas retamas, marcharemos en una trayectoria
paralela a la carretera NA 501,
Benaoján-Cortes de la Frontera, pero todavía muy por debajo nuestra, arriba a
nuestra izquierda, podemos ver las dos aberturas desde donde nos asomamos poco
antes de llegar a la cumbre y que debido a estar encajonadas entre dos tajos,
se asemejan a la ventana de donde toma el nombre esta preciosa montaña.
EN LA PRÁCTICA: Al poco de abandonar la zona abancalada todavía cercana a
la cumbre y descendido el primer tramo de ladera empinada todavía con vistas
frontales hacia El Tunio y El Palo, no sé cómo ni por qué, pero el caso es que
giré demasiado pronto a la izquierda, siguiendo lo que parecía una antigua
senda de ganado que en algunos trecho parecía perfectamente marcada. Hasta el
punto de que concentrando en no perder el rastro de la senda mirando el suelo
entre el matorral, no me di cuenta de que ya no íbamos por la senda correcta y
cuando me di cuenta ya habíamos descendido demasiado como para dar marcha atrás
y ya nos mantuvimos firmes el pronunciadísimo descenso, por lo que parecía una
escalera interminable, tomando dirección predominantemente OESTE, hasta venir a
salir directamente al retamar de la uvala conocida como “Hoyo del Niño Fernando”, saltándonos el tramo de la Era de Los
Cigarrones y la calzada empedrada del cortijo Baldío. Nos encontrábamos justamente por debajo de las dos "ventanas" a laas qque nos habíamos asomado poco antes de llegar a la cumbre.
La pista terriza que atraviesa Los Llanos (uvala) del Pozuelo no tarda en
transformarse en sendero terrizo y pedregoso. Tal y como vamos llegando a
Benaoján se puede adivinar porqué la empinada ladera sobre la que se asienta es
conocida como El Rodadero y es que en más de una ocasión enormes rocas han
rodado ladera abajo, cayendo sobre las casas del pueblo, varias de ellas han
sido literalmente aplastadas tal y como pudimos comprobar cuando empezamos a
caminar por las primeras calles del pueblo.
Noticias al respecto de grandes bloques de piedra que han rodado ladera abajo y caído sobre el pueblo de Benaoján:
(Septiembre
de 2010) Benaoján traslada los 38 féretros que recibieron el impacto de una
gran roca de mas de dos toneladas que rodó hasta el cementerio
La catástrofe
del 22 de abril de 1945 (hay que darle una página hacia atrás de la que
sale en el siguiente enlace):
Otra de las cosas que te llama la atención cuando pasas por Benaoján es
mirar arriba y ver a los pies de un tajo en la parte alta del Rodadero, un montón de cruces
blancas pintadas o labradas en roca, allí arriba según me contó mi amigo Manuel
Becerra Parra de Benaoján,autor de muchos libros de botánica en la provincia de
Málaga y mas concretamente de la Serranía de Ronda, el origen de las cruces se
remonta a los primeros pobladores castellanos para cristianizar el territorio
tras la reconquista.
Y Durante los últimos 200 años, han sido exvotos que se
pintaban allí, sobre todo por las mujeres del pueblo, cuando se hacía una
promesa, se hacía una petición y también cuando “los quintos” se iban a la mili,
para que hicieran el servicio militar lo mejor posible. Se pintaban con cal y
se subía desde el pueblo a pintarlas. Es el tajo conocido como “Las Cruces”,
como me contó mi amigo Carlos, también se puede entender como un vía crucis
versión Benaoján..
El nombre de
Benaoján parece que deriva del árabe “Ben Oján”, que significa: "Hijos de
Ojan", posiblemente una tribu Bereber, aunque hay otra hipótesis menos
probable que apunta a que podría venir de Ibn Uyan "Casa de
Panaderos".
Muy
cerca del pueblo de Benaoján, a escasos kilómetros, dirección Cortes, nos
encontramos con el desvío que nos lleva a la Cueva de La Plieta, uno de los yacimientos prehistóricos mas importantes del Sur de España, si no, el que mas en lo referente al arte
parietal del Paleolíticoy restos del neolítico,
descubierto en 1905 por José Bullón Lobato, y
explorado y estudiado por los más prestigiosos arqueólogos europeos de
principios de siglo XX, como: Willoughby Verner o Hugo Obermaier.
La cueva reúne numerosas pinturas y grabados de estilo francocantábrico con
representaciones de cérvidos, caballos, peces, cabras, toros, una foca, un
bisonte, signos abstractos y figuras indeterminadas. Se trata de un importante
conjunto que aporta interesantes datos sobre la expansión del arte paleolítico fuera de sus áreas clásicas de
desarrollo (N de España y SO de Francia). Asimismo se han hallado también figuras negras
esquemáticas del Eneolítico y restos materiales neolíticos (cerámica pintada e
incisa). No por casualidad, es uno de los principales atractivos turísticos de
la Serranía de Ronda. Debido a la importancia de
sus pinturas rupestres, fue declarada Monumento Nacional por el estado español
en 1924. Su visita transcurre entre amplias salas y galerías con las
formaciones más diversas y de coloridos naturales más variados: de lagos
cristalinos, hasta la Gran Sima, impresionante abismo situado al final de la
Sala del Pez. Las pinturas más antiguas son las de color amarillo: animales y
signos.
La
cronología de las pinturas abarca varios milenios, desde hace aproximadamente
20.000 años pudiéndose observar la evolución en la técnica pictórica desde las
más antiguas representaciones naturalistas
hasta las más tardías esquemáticas. Aún con esto suelen repetirse los
motivos zoológicos representados como puede constatarse en el caso concreto de
los cápridos
cuyas primeras manifestaciones se corresponden al solutrense medio y las
últimas al magdaleniense superior
En
la actualidad se puede visitar cualquier día del año del 1 de enero al 31 de
diciembre, siendo su horario habitual es de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 18.00
horas. Entre octubre y marzo el mismo horario, pero el último pase es a las
17.00 horas. Previa reserva al 952. 16.73.43 La tabla de Tarifas (2015):
Adultos: 8 € Niños (5 a 10 años): 5 € Estudiantes o grupos de más de 15
personas: 5 €
En Valle del
río Guadiaro, encajonado entre las sierras de Libar y de El Oreganal, el Peñón
de Benalauría y esa sierra intermedia entre Genal y Guadiaro que se prolonga
hasta el Hacho de Gaucín, fue escenario de multitud de luchas por la supervivencia del hombre prehistórico. La
Cueva de La Pileta está considerada como un santuario de la pintura rupestre.
La evidencia adicional de la presencia de colonos prehistóricos fue encontrada
en el sistema Hundidero-Gato.
El castillo
de Benaoján fue mandado destruir por los Reyes Católicos junto con los de
Montecorto y Audita en 1487. Benaoján es
un tesoro arqueológico que podemos visitar siguiendo diferentes puntos de
interés. Algunos de sus mosaicos-azulejos repartidos por el pueblo nos ilustran
sobre su historia y tradiciones. Entre sus rutas de senderismo mas destacadas
se encuentran la ascensión al Pico Ventana por donde hemos ascendido y los
idílicos paseos junto al Guadiaro desde su Estación hasta Jimera de Líbar o
prolongación hasta Cortes, aguas abajo. O bien desde su estación hasta la Cueva
del Gato, aguas arriba.
Benaoján es
un lugar muy rico en cuanto a cultura, con una historia que se extiende en el
tiempo ha dejado leyendas que se transmiten de generación en generación, como
la leyenda de la cueva de Benaoján que según cuenta la tradición tiene su entrada
en algún lugar bajo la plaza del pueblo y penetra bajo la montaña conectando
con las antiguas ruinas del castillo árabe. Se dice que esta cueva tuvo un alto
valor estratégico mucho tiempo atrás, y que los habitantes del pueblo habían
tomado refugio dentro de sus paredes para protegerse del asedio de las tropas
cristianas. Se habla también de un gran tesoro escondido entre sus paredes de
roca antes de que el acceso a la cueva fuera ocultado para siempre. Dicen que
dentro de sus grandes pasillos se escuchaban los ecos de la plaza del pueblo,
se describían grandes galerías donde uno se podría perder caminando.
Hay un dicho
popular que dice que: “Las mujeres de Benaoján le pusieron un pleito al sol,
porque al ir a Ronda lo tenían de frente y al volver por la tarde también (se
entiende que en el Puerto de Ronda). La picaresca está en que ganaron el pleito:
quedándose a dormir en Ronda.
EN
TEORÍA, una vez en Benaoján, era nuestra intención continuar por el trazado que
coincide con la etapa Nº24 Ronda-Estación de Benaoján, correspondiente al
GR.249. Para ello nos dirigiríamos al final de la travesía principal, (Av. De
La Constitución), como si fuésemos dirección Montejaque, tomaríamos a la
derecha por la calle cementerio, que a lo largo de unos 300 m discurre paralela
a la carretera que se dirige a Montejaque y que iría quedando a nuestra
izquierda. Llevando a nuestra derecha la nava identificable como uvala
cárstica, conocida como el Poldje de Benaoján, atravesada por el Arroyo de la
Vega, localmente conocido como arroyo de Benaoján, junto al cual se encontraba
el antiguo vertedero de Benaoján, actualmente aprovechado como zona de huertas
en la zona conocida como La Vega. Tomando el camino recientemente asfaltado que
gana altura a través de unos pronunciados zig-zags hacia la sierra del Algarrobo (también
conocida localmente como de Los Pajareros)hasta alcanzar el Puerto de Ronda, tomaremos
el ramal de pista que sale a la izquierda y que en apenas 300 m nos lleva a una
cortijo habitado que queda a la izquierda del camino que remonta una prolongada
pendiente y que lleva a una inclinada planicie que coincide con la parte alta
donde finalizan las vía ferrata de Montejaque, donde ya se toma un sendero que
nos lleva hasta la ermita de la Escarigüela, desde donde teníamos pensado
iniciar el serpenteante descenso por el camino empedrado del mismo nombre hasta
la explanada donde habíamos dejado nuestros vehículos al inicio de la jornada.
EN
LA PRÁCTICA: El tiempo dedicado a recrearnos con las maravillas de la Sierra de
Juan Diego y en concreto con el Torcal del Romanadero, hicieron que el tiempo
de paso por Benaoján fuera ya a las 18.00 pm luz solar justa para llevar a cabo
el extra que nos habíamos planteado. Pero la larga subida y el agreste terreno
de lapiaz por el que habíamos caminado la mayor parte de la jornada, así como
un descenso bastante directo pero machacón, invitaban a la prudencia (mucho mas
en estos comienzos de temporada y con más de un compañero aún en fase de
recuperación de alguna articulación castigada). Por lo que optamos por
completar los dos kilómetros que en continua pendiente nos llevan hasta
Montejaque, sin dejar de disfrutar con los tajos de la sierra del Algarrobo,
pasando justo en frente del lugar donde se encuentra instalada la espectacular
vía ferrata de Montejaque, llegando los coches poco después de las 18.30 y
trasladándonos hasta el bar La Palma de Benaoján para tomarnos la copa de
despedida, donde entre risas y bromas quedó patente la satisfacción y el buen
sabor de boca que nos dejó tan bonita y agradecida ruta montañera.
Y me quedé con las ganas de ir
ResponderEliminarCasualidades de la vida.precisamente ese día pasamos por la localidad de montejaque en dirección a cortes de la frontera para hacer la ascensión al pico de la sierra de los pinos.y pasando por dicho pueblo vimos un grupazo de personas que se disponían a realizar una rutita de senderismo.claro te fijas pk comparten mi misma afición.bien.pues después por la tarde cuando volvíamos vimos a dichas persona de camino por la carretera de benaojan a montejaque y pensé de donde vendrán.y hoy me meto aquí para ver vuestras pedazo de explicaciones y mi sorpresa es que vosotros estabais allí ese día.Enhirabuena por vuestro grupazo .
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