jueves, febrero 22, 2007

Domingo, 18 de febrero de 2007
“Por las Cañadas de Ronda”, variante por "El Puerto del Oso" de la ruta Nº4, correspondiente a la mejor guía jamás escrita sobre la Sierra de las Nieves


En la mañana del “Referéndum del Estatuto Andaluz”, unos 24 socios y simpatizantes de Pasoslargos votamos por darnos cita en el Cortijo de Quejigales, asistiendo a dicho encuentro: numerosos miembros del comité de sabios, entre los que se encontraban: el mismísimo Rafa Flores “El Mago Gandalf de la Serranía”, Rafa Márquez “El Aristóteles de la senda”, “Paco Domínguez “El Reportero de las Cumbres”, “Rosendo”, “Power-point-Fernando” y Carlos Tapia “El Aprendiz de Mago”: con sus respectivas mujeres y sus intrépidos pupilos, curiosamente todos varones y todos venidos de Ronda. Y desde Coín: Santa Claus Per Johan y Ana Cristina, desde Istán: Dario “El Magnífico” y la dulce Celia, desde Málaga: Miguel “El Hombre que sabía demasiado” y Patricia “La Chica que miraba a las Estrellas”, desde Mijas Costa: “River Plate- Roberto”, Tommy “El niño prodigio” y desde Fuengirola: Juani. Otros muchos compañeros se quedaron con las ganas de participar en esta interesantísima jornada en compañía de los mejores guías con los que se puede visitar este precioso “Parque natural”, pero los inoportunos nombramientos para las mesas electorales y otros compromisos de la mas diversa índole les impidieron venir. Camino del Cortijo de Quejigales, nos encontramos con nuestro compañero otro compañero de pasoslargos, Campeón de España de Travesía en Cueva: el intrépido “José Luis Badillo” por el “Puerto de las Golondrinas” bajando a toda velocidad con su mountain-bike, después de haber llegado desde Ronda hasta “El Puerto de Pilones” en un tiempo record.

Para evitar un final de ruta llegando a los coches con las botas totalmente embarradas, decidimos comenzar la caminata por el teórico final y de esa manera, dejar atrás los tramos de barro al comienzo del día. Dicho lo cual, empezamos a caminar desde Quejigales hacia el este por el carril del Sabinal, como si fuéramos hacia Enamorados, el grupo avanzaba a buen ritmo con las alegres voces de los chiquillos. Al llegar al primer cruce, tomamos el camino de la derecha, menos marcado, que rápidamente nos lleva hasta las ruinas de la antigua casa del primer guarda forestal del parque, un entrañable rondeño llamado Francisco Molina, conocido popularmente como “Frasquito”, del que el Gran Rafa Flores, autor del libro “P.N. Sierra de las Nieves, Guía del Excursionista” nos estuvo narrando curiosas anécdotas de la vida y obras de este personaje, incluyendo un pequeño pesebre, camuflado hoy entre aulagas y esculpido en su día sobre una roca , para dar de beber a su perro y a su caballo. Próxima a las ruinas, nos encontramos con una placa conmemorativa fruto del primer acto oficial de la Asociación Senderista Pasoslargos en honor al citado guarda.
A partir de aquí, comenzamos a ganar altura suavemente encontrándonos ya con los primeros grandes pinsapos del recorrido llegando a la preciosa balconada del “Los Coloraillos” con magníficas vistas sobre la zona norte del parque y su prolongación hacia “Sierra Blanquilla” y “Sierra Hidalga”, además de las privilegiadas panorámicas sobre el Peñón de Ronda al nordeste y el Tajo del Canalizo y Enamorados al este, vistas de las que seguimos disfrutando a lo largo de la ascensión por “La Cañada de las Ánimas”, que curiosamente hace referencia a “las ánimas de los pinsapos caídos” que si bien volvemos a ver en la “Cañada del Cuerno” y la “De Enmemedio”, en esta primera, adquieren un carácter verdaderamente místico y casi sobrenatural: Aquí, cada pinsapo es completamente diferente al hermano que tiene a su lado, tanto en el tamaño, como en su forma o inclinación, hasta el punto que una compañera del programa de Canal Sur 2 Andalucía, “Espacio Protegido” llegó a calificarlo como “El bosque caótico”. No obstante, conviene aclarar que la senda está perfectamente marcada en todo momento y en nuestro caminar, vamos pasando junto a tremendos pinsapos centenarios, intercalados con pequeños pinsapitos, que alegran el alma a nuestro paso, creciendo incluso sobre la base de algunos troncos “muertos” o sobre rocas imposibles, como símbolos de esperanza, en estos tiempos oscuros en los que nuestro medio ambiente está mas amenazado que nunca. A lo largo de esta cañada es frecuente tropezarse con las ramas de algunos pinsapos que parecen querernos hablar, precisamente en muchas de sus ramitas, todavía colgaban los últimos restos de la nevada que había caído el día anterior, a modo de perlas cristalinas. Las manchas de nieve cada vez mas presentes en las distintas zonas de umbría por las que íbamos pasando, terminaron por regalarnos un paisaje nevado a modo de broche de oro para finalizar el tramo correspondiente a “La Cañada de las Ánimas” por donde subieron con ritmo alegre y sin tregua todos los integrantes del grupo, incluidos el Benjamín Javi “El Duendecillo del Pinsapar” y Rafita “El coleccionista de minerales”, custodiados por las expertas manos de sus padres, especialmente en los tramos mas duros.

Mientras tanto, en algún lugar de esta ruta circular, nuestro gran amigo Moya (“Sumo Sacerdote de pasoslargos”) caminaba en sentido opuesto hacia nosotros a la busca y captura de la foto perfecta.

Y por fin, fue precisamente en el “Puerto de las Ánimas” donde disfrutamos del almuerzo en un escenario propio de “Las Crónicas de Narnia”, como bien comentó, en varias ocasiones, nuestro “Portaestandarte Tomy”. A nuestra derecha teníamos: “La Loma del Tejo” sobre la cual se encuentra “la caseta de Pilones” y a la izquierda el “Cerro Alto” y “La Rosilla de la Salvejana” justo en la trayectoria que había entre nuestra posición y el “Peñón Enamorados”, como testigos mudos de aquel encuentro nos contemplaban majestuosos quejigos centenarios con la nieve brizada sobre sus ramas, según el término empleado por “Terremoto Carlitos” (de tan sólo 10 años). Pero una vez mas, volvió a producirse ese fenómeno que se repite con tanta frecuencia en las proximidades de Enamorados, donde el cielo mas despejado, puede quedar cubierto, repentinamente, por un mar de nubes y un brusco descenso de las temperaturas que nos obligó a emprender el camino de vuelta con premura, mientras que a mas de un compañero, casi se le congelan los dedos con un aire frío que sentías a cada bocanada de aíre. Las imponentes siluetas fantasmagóricas de los quejigos completamente nevados, nos siguieron acompañando durante el camino de vuelta, ofreciéndonos una auténtica exposición de postales navideñas llenas de vida, que convertían el caminar en un auténtico espectáculo. Una fiesta para la mente, los sentidos y los sentimientos. Sin duda, la mejor terapia para el alma, en estos tiempos que corren, donde el estrés, la bulla y el agobio terminan comiéndonos y privándonos de esos instantes de paz para disfrutar de las cosas sencillas de la vida.

Descartada la idea original de continuar por la “Cañada de Enmedio” por donde entraba un misterioso mar de nubes, nos dirigimos hacia el famoso “Pilar de Tolox” en las inmediaciones del “Puerto del Oso”, para enlazar a continuación con la senda del “Torrecilla” desde donde pudimos contemplar su ladera norte nevada, al igual que la del Cerro Mateo o la “muela” del Alcazaba, con la inconfundible silueta del Peñón de Gibraltar al fondo y la cordillera del Rif al otro lado del Mediterráneo, también pudimos contemplar nítidamente el “Pico Castillejo” de Sierra Canucha y la crestería de Sierra Blanca con La Cruz de Juanar, El Salto del Lobo, El Lastonar y La Concha con sus laderas iluminadas por el sol que ya iniciaba su descenso hacia el atardecer.

Todavía caminando sobre la nieve, llegamos al “Puerto de Pilones” y aprovechando la breve pausa que hicimos allí, “Darío el Magnífico” y “Terremoto Carlitos” sorprendieron a todos con una memorable carrera hasta la misma cumbre del Cerro Pilones, en una auténtica exhibición de fuerza y espíritu de aventuras, justo cuando a mas de uno comenzaban a fallarle las fuerzas, regresando rápidamente al grupo para iniciar el descenso por “La Cañada del Cuerno”, donde otra vez volvimos a sumergimos en nuestros últimos bosques de pinsapos, cuya magia y belleza son dignas de los mas bellos escenarios descritos en las historias de fantasía clásica, zigzagueando cuesta abajo entre enormes pinsapos centenarios con “Correcaminos Andrés Jr.” A la cabeza, enlazamos con la “Vereda de los 1.500 m.” (que obviamente debe su nombre a la altitud media por la que discurre) y que parte del carril de Pilones hacia el que llegamos entre pinsapo y pinsapo para descender finalmente hasta el “Cortijo de Quejigales”. Completando esta bonita ruta circular que viene perfectamente descrita en la pag. 163 del libro: “Sierra de las Nieves, Guía del Excursionista”.

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