viernes, junio 01, 2007

Miércoles 30 de mayo de 2006
Área Recreativa de La Sauceda, Pico del Aljibe y Laguna del Moral
(Parque Natural de Los Alcornocales)

En la era de la sobre explotación urbanística y los escándalos de corrupción por los que cada día se ven salpicados nuevas constructoras, nuevos alcaldes, tenientes de alcaldes y concejales corruptos de urbanismo y medio ambiente, que se vuelven ciegos, sordos y mudos al ritmo que sus cuentas corrientes aumentan alimentadas por los cheques y maletines que se intercambian en los despachos; pocos son los parajes que escapan a esta nueva corriente devastadora, complementada por campos de golf con la excusa del “Desarrollo Sostenible”, ya ni siquiera los Parques Naturales, catalogados como Reserva de la Biosfera están a salvo. Sin embargo, afortunadamente, todavía quedan rincones demasiado alejados de cualquier población importante ó cualquier carretera principal. Sin duda, el lugar mas recóndito de la provincia de Málaga, de hecho es un “piquito” de la provincia de Málaga que se mete dentro de la provincia de Cádiz. Basta decir que perteneciendo al término municipal de Cortes de La Frontera, se tarde mas de media hora en llegar desde esta localidad, que nos servirá de referencia si venimos del interior (por Málaga), siendo su referencia Ubrique ó Alcalá de Los Gazules, si se viene de Cádiz ó San Roque-Jimena de la Frontera si se viene de La Costa del Sol. El caso es que a no ser de que vivas por unos de estos pueblos de alrededor las dos horas de coche y la última de curvas sin tregua, no hay quien te las quite. Aún así y siendo día laborable, “El Aprendiz de Mago” que aquel día figuraba como persona de contacto, se las ingenio para reunir a once homo sendericus, que puntualmente nos encontramos a las 9,15 am. en la gasolinera de calle Sevilla (Ronda), mientras nuestro compañero Juan Carlos Bernal de Málaga city, ya estaba de camino por la carretera de la costa, recibiendo la brisa del Mediterráneo a lomos de su harley davinson.

Vengas desde donde vengas el camino hacia “La Sauceda” hay que tomárselo con tranquilidad, recreándote en el paisaje y en la frondosidad de la vegetación que va en aumento conforme te vas acercando a este auténtico paraíso natural, y para ello que mejor que hacerlo en compañía de los grandes maestros de la montaña. Fue todo un privilegio escuchar las explicaciones que nos iba dando por el camino, el mítico Rafa Márquez “El Aristóteles de la Senda” que no sólo nos amenizó el recorrido con la toponimia de los montes y demás accidentes geográficos que nos íbamos encontrando por el camino entre los que me llamó la atención la mole caliza del “Berrueco”, sino con la historia de cada uno, las civilizaciones que allí se asentaron, sus restos arqueológicos, los accesos para llegar a cada uno y de propina las distintas rapaces y aves en general que nos fuimos encontrando por el camino, así como las distintas especies de árboles y plantas que íbamos viendo. Otra de las cosas que mas me llamó la atención conforme nos acercábamos a “La Sauceda” era la cantidad de enredaderas que trepaban alrededor de los troncos de los alcornoques, como fiel testimonio del alto índice de humedad que se concentra en esta zona del Parque de los Alcornocales, donde además de sus frecuentes nieblas, se da uno de los índices mas altos de pluviosidad de toda la península, originando además un ecosistema casi único en Andalucía, denominado “bosque de galería” favorecido por estar situado estratégicamente en el punto de mayor confluencia de vientos del Atlántico con los del Mediterráneo.

Cuatro kilómetros antes de llegar paramos en “La Venta del Puerto de Galiz” donde nos zampamos unas magníficas tostadas de aceite con ajo, acompañadas de un cafelito por gentileza de “Andrés CSI”. Tras la breve pausa otra vez a los coches y antes de darnos cuenta ya estábamos en el parking del área recreativa de “La Sauceda” coincidiendo con la llegada de cuatro autocares con alumnos, padres y profesores del “Colegio La Salle de Arcos de la Frontera” que dejamos pasar delante de nosotros entre las risas y el griterío por la euforia contenida del día de campo que les esperaba.

Una vez que hubo pasado el “desfile colegial” entramos por el arquito que nos da la bienvenida y junto al pequeño artilugio metálico (500 m, hito 1) nos hicimos la única foto de la jornada donde aparecemos los doce integrantes de esta expedición ya que Rafa Flores “El Mago Gandalf de la Serranía” y “Geyperman Salvador” venían a tiro hecho para recrearse haciendo un especial “National Geographic de La Sauceda”, quedándose a su aire en busca de la foto soñada. Así que una vez que cruzamos el puentecillo que nos encontramos a 50 m. de la entrada, ya se quedaron atrás enfocando con sus sofisticadas cámaras las maravillas que nos ofrece este auténtico paraíso natural a cada paso que das, mientras el grupo avanzaba en fila india por el sendero hacia el área recreativa propiamente dicha, donde nos encontramos con los restos de la antigua ermita (585 m. hito 2) a la que accedemos por unas escaleras de piedra semiocultas por la vegetación que nos rodea, se trata de una explanada donde también nos encontramos con unas casas de piedra rehabilitadas hoy para el turismo rural, siendo en sus orígenes refugio de bandoleros, prófugos de la justicia en general ó republicanos que fueron bombardeados durante la Guerra Civil, y posteriormente sirviendo como refugio para “los makis” y contrabandistas. Ni que decir tiene que en La Sauceda se han encontrado restos arqueológicos de casi todas las civilizaciones que se asentaron en el sur de la península. Al llegar a la ermita, “Don Fernando el Diácono”, aprovechó para cambiarse, mostrando unos abdominales que ya quisiera “Silvester Stallone” en sus mejores tiempos, mientras se colocaba la estola para darnos su bendición antes de empezar la subida, ante la atenta mirada de su compadre “Alfonso el Monaguillo”.

A unos 100 m. de la ermita nos encontramos con una alambrada y la correspondiente angarilla (600 m., hito 3), donde nos encontramos con la curva que forma la pista forestal a la que accedemos, de tal manera que a la derecha tienes la indicación de “Laguna del Moral” y a la izquierda “Pico del Aljibe”, nuestro objetivo. Nada mas echar a andar todavía en suave pendiente, una gran vaca castaña de imponente cornamenta nos cortaba el paso protegiendo a su ternerillo, hasta que decidió proseguir su camino que por coincidir con el nuestro, nos obligó a aminorar la marcha mientras íbamos detrás a modo de procesión, respetando religiosamente la distancia de seguridad a la velocidad que nos marcaba, hasta que decidió salirse de la pista y bajar al cauce del arroyo Pasadallana, que durante esta primera parte de la ruta llevamos a la izquierda, presumiendo de estar engalanado por la mayor concentración de rododendros que existen en el sur de Europa, preciosa flor con intensos tonos de rosa a violeta, prima hermana de la adelfa, típica de los países tropicales y subtropicales, convirtiendo esta ruta en un auténtico espectáculo visual desde el punto de vista botánico especialmente en primavera que es cuando esta planta alcanza su esplendor.

Abandonaremos la pista, con el “Arroyo Pasadallana” siempre a nuestra izquierda, en un punto donde vemos una senda que se abre paso por el mar de helechos que nos rodea por todas partes, dejando a nuestra izquierda una impresionante roca de arenisca, (645 m.,hito 4) tapizada en gran parte por una amplia alfombra de musgos, que aumentan el aire de misterio de este precioso paraje digno de los elfos y demás criaturas mágicas de los bosques encantados, que tantas veces hemos visto en los cuentos. Poco después se llega a un enorme alcornoque con el tronco semihueco (670 m., hito 5), donde aprovechando una gran grieta en su base, se pudieron introducir: Andrés CSI y Reme, protagonizando el momento simpático de la jornada. La estrecha senda nos conduce pendiente arriba, mientras caminamos por la alfombra de hojarasca, atravesando de vez en cuando pequeños arroyitos tributarios que nos obligan a sortear los humedales entre las piedras y los barrizales que se forman aquí y allá, alimentando en gran medida los alcornoques centenarios y “quejigos canadienses” que proliferan por todas partes alcanzando una altura sorprendente, resultando casi impenetrable para la luz del sol, que van buscando las enredaderas mientras trepan por troncos y lianas como si estuviéramos en la selva. Y sin dejar de subir alcanzamos otra pista forestal justo a la altura de un depósito de agua ó aljibe (765 m., hito 6), alimentado por la pequeña cascada que cae justo al otro lado del carril. Aquí aprovechamos para hacer una nueva pausa y echar un trago, si bien, la sombra que nos protege durante la mayor parte de esta subida hace muy llevadera la caminata.

Mientras tanto en otra zona del parque “El Mago Gandalf de la Serranía” y “Geyperman Salvador” vivían el momento mágico de la jornada encontrándose con un pequeño cervatillo de apenas unos días, al que ayudaron a saltar una valla metálica, para que pudiera seguir el rastro de la madre, consiguiendo de esta manera la foto del día.

Al llegar a este carril y desde el mencionado depósito de agua, podemos leer el rotulo de “Sendero del Aljibe” sobre cartel indicativo de madera situado unos 15 m. a la derecha (dirección oeste), justo al otro lado del carril, que prácticamente solo tenemos que cruzar para seguir subiendo, ahora comienza la zona de mas fuerte pendiente de la ruta, pero como casi todo el tiempo vamos protegidos por la sombra, a penas cuesta trabajo ascender por este bosque encantado, donde como bien me adelantó el “Duque de Juanar” muchos de los árboles parecen estar sacados del bosque de los ents en el “Señor de los Anillos” con la increíble forma y grosor de sus troncos y ramas a modo de brazos que parecen querer cogerte y que intentamos inmortalizar con nuestras cámaras, haciendo mención especial al video reportaje que iba grabando nuestro compañero Rafa Ríos “El Hombre que marcaba los caminos”, filmando el avance del grupo tanto en la subida como en la bajada, aún estando convaleciente de su rodilla izquierda.

Antes de llegar a la ante cumbre, justo a nuestra izquierda, dirección este, ya podemos ver gran parte de la Sierra del Aljibe y en línea recta hacia el “Hacho de Gaucín” un roquedo en forma de avioneta, como bien nos ayudó a identificar “El Aristóteles de la Senda”. Desde aquí sólo quedaba superar una pequeña pero fuerte pendiente, flanqueada por sendas hileras de alcornoques a modo de pasillo, que ya te dejaban en la altiplanicie donde se encuentra esta peculiar cumbre, donde nos encontramos con abundante matorral de jara y rebollo a ambos lados del camino, adornando ambos lados del camino de blanco y amarillo, perdiéndonos por tan sólo unos días el espectáculo del brezal morado que también abunda muchísimo en la cumbre pero que ya se había marchitado. Siendo, sin embargo, testigos de su esplendor, los compañeros que habían estado allí dos semanas antes. Cuando llegas al final de la senda te encuentras una piedra triangular a la que se puede subir con relativa facilidad, encontrando junto a su zona mas alta, un hueco excavado de forma rectangular de donde, según dicen, recibe esta montaña el nombre de “El Aljibe”.




Sin embargo, no es esta la cumbre, sino el roquedo triangular, casi gemelo que se encuentra detrás a unos 50 m. sobre el que podemos observar el punto geodésico (1.095 m., hito 7) y al que llegamos con Reme coronando en primera posición para hacernos la foto de grupo en la cumbre, desde donde se obtienen una magnífica panorámica de 360º destacando el cercano observatorio militar en otra cercana cumbre al sur, el pantano de “Los Hurones” al norte y el de Charco redondo con el campo de Gibraltar, el mediterráneo y la costa de Marruecos al sur y hacia Málaga (éste) el Hacho de Gaucín, Los Reales, Crestellina y la omnipresente Sierra de Las Nieves .

Una vez finalizada la breve sesión y panorámica 360º de “El hombre que marcaba los caminos” disfrutamos de nuestras viandas a los pies de la primera pirámide rocosa, mientras la brisa del Atlántico mezclada con a del Mediterráneo nos traía un inconfundible olor a porro que por su intensidad debían haber aliñado a tope, la peculiar pareja de homo sendéricus que también se encontraba por allí.

Al abandonar la cumbre: Don Fernando el Diácono y Aristóteles quedaron algo rezagados y mientras los esperábamos, el amigo Andrés, nos deleitó con el fantástico análisis de la caca que según él debía tratarse de un meloncillo, yendo mas allá para intentar analizar de qué otro animal (presunta víctima) procedían los pelos que se encontraban en la caca, siendo bautizado desde aquel momento como “Andrés CSI”.
La bajada la realizamos todos juntos de forma homogénea por el mismo camino de subida, excepto por un pequeño desvío a través del cual llegamos a las ruinas de un espectacular molino, desde donde volvimos a retomar el camino original, llegando hasta la angarilla próxima a la ermita, donde ya se retiró “Rafa Ríos” para no tentar la suerte con su maltrecha rodilla. Continuando el resto de compañeros hasta “La Laguna del Moral” guiados por la mano experta del mítico Rafa Márquez, que reconoció inmediatamente el punto exacto (no señalizado) donde que abandonar el carril para llegar de forma directa hasta esta peculiar “laguna endorreica” denominada así por encontrarse en una zona cóncava sobre terreno arcilloso, desprendidote la arenisca del Aljibe. Completando de esta manera una ruta de lo mas completa, en este auténtico paraíso de la laurisilva, único en Europa, teniendo en cuenta que el que existe en Canarias, geográficamente pertenece a África.

El largo camino de vuelta en la furgoneta de rafa Ríos, estuvo amenizado por la tertulia deportiva mantenida a tres bandas entre: Alfonso “El Monaguillo”, Don Fernando “el Diácono” y Carlitos “El Poeta Matemático”.

Con esta ruta debutaba "Chuky" en Pasos largos oficialmente.

1 comentario :

  1. ¡¡¡Un hurra por Chuky!!! Y yo sigo sin unirme al Comando en sus salidas...

    ResponderEliminar