Por otro lado destacan sus encinares y pastos, cultivos de secano mediterráneo y ganadería lanar. Al igual que Montejaque gran parte de su gastronomía se basa en las chacinas y otros productos derivados del cerdo así como los frutos secos, principalmente almendras. A su almacenamiento y elaboración se dedican la mayor parte de sus pequeñas naves industriales. Actualmente cuenta con unos 1.610 habitantes cuyo gentilicio es el de benaojanos. Tiene el privilegio de albergar en su t.m. la cueva de La Piletacon importantes pinturas rupestres del Paleolítico superior. Digno de mención es el sistema Hundidero-Gato, todo un hito a nivel internacional para los amantes de la espeleología y de la naturaleza en general.
2ª parte. De la estación de Benaoján-Montejaque hasta la cueva del Gato
Distancia aprox. 2,3 km (sólo ida)
Desnivel aprox. 30 m (prácticamente llana)
Punto de partida: Estación de tren Benaoján-Montejaque
Tiempo aprox. Unos 40 minutos (ida) sin contar paradas.
Nivel dificultad: Muy bajo, ideal para iniciarse en el senderismo. No obstante, es recomendable llevar botas de trecking o como mínimo calzado deportivo, porque el camino es pedregoso y el acceso de entrada a la cueva del gato bastante rocoso.
Tipo suelo: Pista terriza, sendero terrizo y camino empedrado en algunos tramos.
Tipo de recorrido: Lineal.
Mapa: Benaoján (1.050 IV)
Fecha de realización: sábado 25 de septiembre
Partcipantes: Juan Antonio “El Elfo de la Malagueta”, Vicky “La Botánica”, Migue “El Hombre que sabía demasiado”, Patri “la Chica que miraba a las estrellas”, Silvia “La Pitonisa del Convento”, Eduardo “El Profeta del tajo Gómer “y Juan Ignacio Amador “El Comandante” que suscribe esta breve crónica.
Breve descripción de la ruta: Aunque el teórico inicio de esta ruta se encuentra en la estación de tren Benaoján-Montejaque, merece la pena acercarse al cercano nacimiento de los Cascajales, que se encuentra situado junto al Hotel Molino del Santo. A continuación cruzamos la vía, parte de la barriada de la estación y atravesamos el puente sobrte el río Guadiaro. Encontrándonos con varias balizas de PR.que nos recuerdan que debemos girar a la izquierda, por un sendero de muy fácil recorrido prácticamente llano de poco mas de 2,3 km en paralelo al río Guadiaro. ¡Que por cierto!, sigue pidiendo a gritos un S.O.S. para que el ayuntamiento de Benaoján y otras poblaciones del valle del Guadiaro controlen sus vertidos. Estimados alcaldes del valle del Guadiaro: os felicito por el buen mantenimiento de vuestros P.R. en general, por tener el privilegio de contar con un entorno privilegiado, pero que pena tan grande de tener que contemplar estos paisajes con la nariz tapada, para no oler la mierda que estáis permitiendo que arrastre el río.
Afortunadamente una vez que dejamos atrás una pequeña presa por la que pasamos en la primera parte de la ruta, el olor desaparece y nos encontramos con un chalet presido por una especie de torre del homenaje que nos regala una de las postales del camino, el detalle de la cancha de baloncesto que alberga el mismo chalet nos hace intuir que a la casita no le debe faltar de nada. Pues el entorno paisajístico en el que se encuentra hace que nos parezca la casa ideal para invitar a los amigos a pasar el fin de semana. Un poco más adelante nos encontramos con El Molino de las Cuatro Paradas, convertido en un pequeño hotel rural, con terraza restaurante a orillas del río. Y continuamos el paseo hasta llegar al otro hotel que ya se encuentra a la altura de la cueva, por cierto, por encima del mismo, se está construyendo otro edificio aún mayor. Una vez aquí ya sólo nos quedó atravesar el puente de madera que tras las crecidas de este último invierno, se ha roto, llegando a tocar el nivel del suelo y estando de mírame y no me toques, amenazando con romperse definitivamente con la próxima crecidas. De hecho estoy seguro que la próxima vez que vayamos cualquiera de los compañeros que coincidimos en esta ruta, ya habrá un puente nuevo. Lo cual me recuerda a que ya puestos podrían recolocar el otro puente de madera que también se vino abajo años atrás que era el que atravesaba el Guadiaro por el camino Viejo de Ronda que comunicaba con Montejaque por el camino de la ermita.
Una vez atravesado el río Guadiaro, pasamos bajo el puente de hormigón con forma de arco de medio punto sobre el que pasa la vía del tren y que nos deja frente a la majestuosa entrada de la Cueva del Gato por donde salen las cristalinas aguas del río Gaduares ó Campobuche formando una idílica poza de aguas cristalinas frente a la entrada de la misma, cascada incluida. El acceso a la cueva está totalmente prohibido como nos recuerda un cartel y por si a alguien se le ocurriera, su entrada está totalmente inundada de agua con rocas tan afiladas como resbaladizas que deberían disuadir a cualquier persona en su sano juicio.
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