lunes, octubre 17, 2011

Sierra de Rute (versión circular)

Ruta circular por la Sierra de Rute (Parque Natural Sierras Subbéticas Cordobesas)
Punto de encuentro recomendado: Paseo del Fresno, antigua Plaza Alta de Rute (frente al Museo del Anís de Rute, en la zona alta del casco urbano). O bien, media hora antes quedar en el cortijo Vichira para dejar allí algunos coches, acortando la ruta.
Como llegar al punto de encuentro: Una vez en la localidad de Rute, dirigirse a la zona alta del pueblo. Donde nos encontraremos con la Plaza Alta, actualmente conocida como paseo del Fresno (desde donde comenzaremos la caminata).
Distancia según guía: 28 km (a nosotros nos salió 25 km)
Tiempo aprox.: 10 horas
Desnivel según guía: 635 m (a nosotros nos salieron algo mas de 1.000 m de ascensión).
Dificultad media-alta: Por la fuerte pendiente de la primera parte del recorrido hasta Sierra Alta, la distancia y por la distancia.
Itinerario: Ida por la zona alta de la Sierra de Rute, el giro lo hacemos al enlazar con la primera parte del recorrido del Pico Bermejo, de hecho llegamos hasta cerca del Puerto del Cerezo y desde descendemos por el arroyo de Las labores hasta el pié de monte de la vertiente oeste de la Sierra, manteniendonos en todo momento por la falda de la sierra hasta regresar a Rute.
Tipo de camino: Pista, sendero y campo través.
Agua potable (si llueve antes de esa fecha): En Rute, Fuente de la Higuera, fuente del Espino y Fuente Vichira
Fecha de realización: sábado 15 de octubre de 2011, cielos despejados con suave viento de levante que
ayudo a mitigar los mas de 25ºC que se llegaron a alcanzar en algunos momentos. Con aparición de algunas nubes aisladas a partir del medio día.

19 Participantes: Desde La Línea (Cádiz): Juan Luis España “Juanlukita”. Desde Sevilla: Ilde “El Vendaval del Moncayo”, Felix “El Lector”, Pepe “El Koete”, Ignacio “El Soltero de oro” y los también solteros: El Indomable Jaime, Mati “La Musa de las nieves”, Magda “La Pimentonera de Águilas”, Cristina “La Dama de Itálica” y Alvaro “El guardaespaldas”. Desde distintos puntos de la Costa del Sol: Ilse “La gacela de la Selva Negra”, Silvia-Silvestre, Valentín “El Rey de la Montaña”, Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara”, Paco Batista, Iván “El Terrible”, Paco Jaime “El Sabio de Hortaleza”, Sean “El Canadiense Errante” y un servidor: Juan Ignacio Amador.
Cartografía: Mapa del parque natural Sierras Subbéticas Cordobesa (Editado por la Junta de Andalucía) u Hoja 989-IV
Libro de referencia: Las mejores excursiones por las Sierras Subbéticas Cordobesas (Edit. El Senderista, ruta 15, pág. 143), donde no se advierte que durante el largo trecho de ruta que faldea la Loma de las Chozas, no hay el menor rastro de sendero y que la mayor parte del GR 7 entre Rute y el Boquete del arroyo de Las labores está muy mal señalizado y prácticamente perdido o abandonado.
A tener en cuenta:
Aunque teóricamente esta ruta es circular, dado el lamentable estado de abandono y la prácticamente inexistencia de señalizaciones y caminos claros por los que supuestamente discurre el GR. E-7 entre Rute y las inmediaciones del cortijo Vichira, mas concretamente la entrada/salida del boquete del arroyo de Las Labores. Lo ideal es dejar un coche en el cortijo Vichira (+/- km 16 de ruta) para acabar la ruta en este punto.

Cómo llegar al cortijo Vichira:  
Tenemos que salir de Rute  por la CP-220, siempre dirección Carcabuey, en el km 9 de esta carretera llegaremos a un cruce en “Y” que nos indica a la izquierda Lucena, pero nosotros tiramos a la derecha, dirección Carcabuey, que en todo momento nos mantiene cerca de la falda de Sierra Horconera a nuestro costado derecho. Y pocos minutos después de este cruce, entre los km 10 y 11, sale una pista terriza, a nuestra derecha que se adentra en un olivar y en poco mas de un kilómetro con algún que otro vache, llegamos al Cjo. de Vichira.

Para no tener dudas de que hemos llegado al lugar correcto: El cortijo Vichira está formado por tres grandes casas de dos plantas, que aunque se encuentran semi-abandonadas mantienen un porte de antiguo señorío y está rodeado por multitud de árboles variados entre los que nos encontramos con: nogales, álamos, almendros, encinas, eucaliptos, y palmeras, como si fuera un pequeño oasis al pie de Sierra Horconera. Si duda alguna podría transformarse en un precioso hotel rural en un futuro y de camino dar trabajo a varios vecinos de la zona ahora que hay tanto paro.

Resumen de la ruta:
1ª parte: La ascensión desde Rute hasta la Sierra Alta

Nuestra caminata comienza y finaliza en la misma localidad de Rute, mas concretamente en el Paseo del Fresno que abandonaremos en dirección noreste por las escaleras que nos llevan a la calle de Los Cortijuelos que en menos de cinco minutos ya nos lleva al inicio del pinar de Rute por donde discurre la primera parte de nuestra ruta. Encontrándonos con un cartel que nos anuncia: casa del burro (ruta senderista) de frente: ladera arriba y otras dos balizas: GR 7 hacia Priego de Córdoba a la izquierda y PR (sin numeración): Sendero Sierra de Rute a la derecha por donde nosotros tomamos, sin adentrarnos todavía en el pinar. Hasta que a unos 50 m de las balizas, por cierto, las únicas que nos encontramos en la Sierra de Rute, comenzamos a ascender perpendicularmente hacia el pinar, dejando a la derecha lo que parece ser un gran depósito de agua.

En escasos minutos, nos ponemos a la altura de la reserva conocida como la casa del burro y que queda a nuestra izquierda, nos desviamos momentáneamente del sendero, para acercarnos a su valla metálica y a través de ella le hicimos unas cuantas fotos a tan entrañables animales, que también están acompañados de cabras domésticas. Las instalaciones pertenecen a ADEBO (Asociación de defensa del borrico) con los teléfonos para pedir citas y poder visitar sus instalaciones. En dicho recinto hay burros apadrinados por numerosas personalidades entre ellas la Reina Sofía de España o la Duquesa de Alba que tienen apadrinado un burrito.

Retomado el sendero, enlazamos con una pista asfaltada, que iba haciendo zig-zags para salvar el desnivel de la pendiente, mientras que nosotros continuamos por el sendero, atrochando por en medio, siempre ladera arriba, hasta que perdimos de vista la pista quedando esta a nuestra derecha. Siempre ladera arriba, protegidos en todo momento por la sombra del pinar, llegamos a lo que parecía una especie de alberca, por cuya derecha continuaba claramente el sendero, sin embargo, nos pareció mas interesante coger el ramal que ascendía por la izquierda, por una zona rocosa un tanto escalonada sobre la que se encuentra una misteriosa higuera. El sendero cada vez quedaba mas desdibujado y no tardamos en encontrarnos con unos pequeños farallones rocosos, que tuvimos que superar entre varias filas de troncos caídos. Estaba claro que el sendero bueno, era el que continuaba a la derecha de la mencionada alberca, pero al fin y al cabo teníamos claro, que mientras fuéramos subiendo íbamos bien, de hecho volvimos a retomar la senda buena, poco después hasta que vinimos a salir a un ramal de pista.

En dicho ramal de pista había que tirar a la derecha para hacer la aproximación al sendero que ya nos pone en la crestería de la sierra, pero, mereció la pena desviarnos a la izquierda para recorrer los 300 m que nos separaban de las antenas de televisión, 
que son la antesala de la antigua torre vigía de origen musulmán, que corona el cerro del Hacho también conocido como el Canuto de Rute y que consiste en un modesto, pero estratégico espolón de la sierra, que a modo de mirador nos ofrece unas vistas magníficas de la localidad de Rute, a nuestros piés en dirección oeste, 
asomando parcialmente entre los pinos, siendo mas amplias las vistas en dirección sur con el embalse de Iznajar, presidiendo el paisaje junto a la localidad que le da su nombre, rodeado por un mar de olivares, también identificamos fácilmente la Falla del Camorro y a sus piés la localidad de Cuevas de San Marcos, donde empieza la interesantísima ruta que sube a la falla y ya mas difuminado por la calima que arrastraba el viento de poniente gran parte del Arco Calizo Central Malagueño, concretamente el tramo que va de la Sierra de Camarolos a la Sierra Chimenea de Antequera. 
Como no podía ser de otra manera éste fue el lugar escogido para hacernos nuestra doble foto de grupo: con el fondo de la torre y con el fondo del embalse.

Tras la visita al torreón musulmán, retrocedimos sobre nuestros pasos y continuamos por la pista, siempre ascendiendo  hasta aproximadamente 1,5 km mas allá de la torre, abandonando la pista por un ramal de sendero que sale claramente a la izquierda y que en cómodos zig-zags nos acerca hasta la crestería, dejando atrás los últimos pinos, para salir a campo descubierto entre roquedos y lastones.
Alcanzando la cresta por encima de un conjunto de antenas de repetición que quedan a unos 200 m a nuestra izquierda.
Mientras que nuestro camino a seguir ya es la crestería que queda a nuestra derecha y que a pesar de no contar con ninguna vereda o senda clara es uno de los tramos mas bonitos y entretenidos de la ruta, además de  inofensivo en lo que a pasos vertiginosos se refiere. 
Ya que quien lo desee puede ir caminando por encima de la parte alta del roquedo y quien quiera evitarlo, unas veces por la derecha y otras por la izquierda, podemos caminar manteniéndonos cerca de la cresta, pero no necesariamente sobre ella.
Hasta allí arriba han proliferado pequeños bosquetes de encina y pinos que de forma increíble consigue sobrevivir año tras año a las fuertes rachas de viento invernal y las tormentas. En cualquier caso se trata de una de los grandes atractivos de esta ruta, llevando el embalse de Iznajar a nuestra derecha y el mar de olivos que se extiende desde Rute hacia Lucena a nuestra izquierda. 
Poco antes de alcanzar el vértice geodésico, la cresta describe un descenso de unos 40 m, para encarar una última rampa ascendente de unos 60 m de desnivel que nos llevan hasta el el vértice geodésico de la denominada Sierra Alta (1.326 m).
2ª parte: Por la dorsal de la Sierra, desde Sierra Alta hasta el boquete del arroyo de Las Labores.
Desde el vértice geodésico de Sierra Alta reanudamos la marcha por la divisoria de aguas en dirección nordeste esquivando los tramos de roquedo como mejor podamos, pues durante varios kilómetros, a penas encontraremos restos de sendero, tan solo marcados de forma intermitente por el paso de cabras y jabalís. Como norma general nos mantendremos en la medida de lo posible por la parte alta de la loma, dando vistas a las dos vertientes de la sierra, embalse de Iznajar al sur (derecha) y el mar de olivos que rodea a las Sierras Subbéticas Cordobesas a nuestra izquierda con las aldeas de Palomares y Burbunera a la orilla de la carretera A-2302 Rute-Carcabuey.
Sobre estas lineas la aldea de Burbunera, vista desde la crestería.
Ahora tenemos por delante un suave perfil ondulante, donde se alternan subidas y bajadas, entre algunos bosquetes de pinos y encinas con abundante presencia de gamones que entre los meses de febrero y abril alcanzan su mayor esplendor. No tardaremos en encontrarnos con dos vallas metálicas, que probablemente delimitan un coto de caza, pero que no presentan ninguna dificultad para ser superadas. 
Poco a poco nos vamos aproximando a las cumbres mas emblemáticas de las subbéticas cordobesas, desde cuyo extremo sur ha comenzado nuestra caminata, a la izquierda vemos el pico Bermejo con los grandes escarpes de Sierra Horconera y el boquete del arroyo de Las Labores por donde abandonaremos, en el centro la desconocida inédita Sierra Alhucema y a la derecha La Tiñosa. Sortearemos unas veces por la derecha y otras por la izquierda los roquedos que nos encontramos por la loma y que a veces presentan formas curiosas.
Intentando no perder altura, la siguiente elevación significativa es el Morrón de Salvador (1.119 m), ,que reconoceremos porque sus laderas están cubiertas por una gran masa arbórea de pinos y encinas. La parada del almuerzo la hicimos en el siguiente alto que superamos después del Morrón de Salvador, disfrutando de la plácida sombra de unos chaparros, sentados sobre un roquedo razonablemente cómodo.

Poco después llegamos a un puerto situado a 1.012 m, entre el Morrón de Salvador y Loma de las Chozas que ya tenemos frente a nosotros. Por este puerto pasa un sendero, que parece comunicar ambas vertientes de la sierra y que de hecho utilizó nuestro compañero Paco Batista, que comenzaba a tener problemas con los ligamentos externos de su rodilla derecha, descendiendo por el sendero que bajaba hacia el noroeste para enlazar con el presunto GR 7 y de esa manera regresar hasta Rute acortando la ruta. Sabia y oportunísima decisión teniendo en cuenta lo que se avecinaría muy pronto.

Llevando como referencia la descripción que viene en el libro: “Las mejores excursiones por las Sierras Subbéticas Cordobesas” (Editorial El Senderista). Tras el collado nos anunciaba lo siguiente: A partir de aquí vamos faldeando entre las curvas de desnivel 1.000 y 1.050 m, a la vez que dejamos a nuestra izquierda la empinada Loma de las Chozas. Nos adentramos por un extenso matorral de aulaga y romero que nos lleva hacia el nacimiento del arroyo de la Higuera. Desde este lugar continuamos por un collado que da vistas al cortijo de La Higuera, que distinguiremos por albergar una pequeña chopera, además de contar con una fuente. Nos dirigimos hacia la pista que pasa cerca del cortijo y continuamos ascendiendo por ella hasta situarnos en el collado de Las Chozas, que separa a la loma del mismo nombre del Espolón de las Buitreras.

Sin embargo, al autor de esta guía editada en 2005: Agustín García Martínez, se le olvidó especificar que ese extenso matorral de aulaga representa un tramo de mas de 2 km, caminando por una empinada ladera que te obliga a caminar con el pie izquierdo mucho mas alto que el derecho (o viceversa), sin a penas rastro de sendero, que si vas en pantalón corto sales con pinchazos por todas partes y que en vez de mantenernos entre los 1.000 y 1.050 m, trae mas cuenta faldear la loma entre los 950 y 1.000 m para acceder al cortijo de la Higuera, en cuya fuente nos hubiera venido de maravilla refrescarnos para recuperar fuerzas y no que manteniéndonos entre los 1.000 y los 1.050 m dicho cortijo quedó tan por debajo nuestra que sólo Valentín y unos pocos mas se percataron de su existencia, 
pero en todo caso, demasiado lejos de nuestra posición, por lo que para llegar hasta él hubiéramos tenido que afrontar una empinadísima ladera cuesta abajo, plagada de aulagas. 
Así que decidimos seguir faldeando sobre los 1.050 m, pasando a la otra vertiente de las cabeceras de las dos cañadas que teníamos a nuestra derecha, viniendo a salir a la parte alta de la pista que pasa junto al cortijo de  la Higuera, que finalmente quedó muy por debajo nuestra, hasta el punto que en escasos minutos estábamos ya en el collado de Las Chozas, con el puerto del Cerezo y el inicio de sierra Alhucema a nuestra derecha y frente a nosotros la cabecera del arroyo de Las Labores, por cuyo maltrecho sendero fuimos descendiendo como mejor pudimos. Acordándome de aquel día de octubre de 2007, en que Manuela, Rei y yo hicimos nuestra aproximación al pico Bermejo, subiendo por este mismo lugar en dirección contraria a la que ahora llevábamos.

Para acceder a la cabecera del arroyo de Las labores desde el collado de Las Chozas, abandonamos el carril, hacia nuestra izquierda para dirigirnos hacia las ruinas de un cortijo, donde la presencia de unos juncos delatan la fuente del Espino. En el inicio del descenso descendemos cómodamente por unos bancales, pero no tardamos en encontrarnos con una pedrera, donde costaba mantener el equilibrio, de maanera que a veces descendemos varios metros sin dar un paso, simplemente deslizándonos sobre las piedras. Nuestro ínclito amigo Ilde “El Vendaval del Moncayo” demostró su gran destreza en estos terrenos inestables. 
El descenso continúa por una empinada ladera de ladera por la margen derecha del arroyo, que queda a nuestra izquierda y que suele bajar seco, con aulagas por todas partes, pero los pequeños tramos de sendero, semi abandonado, nos parecían una maravilla en comparación con lo que habíamos dejado atrás. 
De manera que el descenso se hacía llevadero y el espectacular entorno de Sierra Horconera con sus pináculos rocosos incluso invitaba a la contemplación del paisaje, con algunas rocas que parecían dedos gigantes, águila o cualquier otra forma imitativa, con el Jardín del Moro, recortando su silueta en la atalaya a cuya base nos acercábamos, hasta que antes de darnos cuenta, iniciamos el definitivo descenso por esa majestuosa puerta de entrada o salida de la sierra que es el Boquete del Arroyo de Las Labores.
Un puequeño pero espectacular desfiladero que sin duda alguna es uno de los grandes hitos geológicos del parque natural de las Sierras Subbéticas Cordobesas.

Llegados a este punto, Mati que había dejado su coche en el cortijo Vichira gracias a la cobertura que le había ofrecido Juanlukita preparando la jugada una hora antes de la que habíamos quedado en el paseo del Fresno de Rute, se convirtió en la gran heroína de la jornada. Ofreciéndose a llevar a todos los conductores que quisieran hasta Rute, para regresar a por el resto de compañeros/as que habían venido con ellos en los coches. Mientras que tan sólo un tercio del grupo continuó la caminata hacia Rute por el inexistente GR 7.

3ª parte, del Cortijo Vichira hasta Rute por el GR. E-7
Tomando como referencia la baliza que nos encontramos nada mas dejar atrás el boquete, nos adentramos en el extenso olivar que teníamos por delante con la esperanza de encontrar pronto un camino, o al menos otras balizas que nos certificaran encontrarnos en el camino correcto. Y aunque los seis compañeros avanzamos cada uno por distintas hileras de olivar como si se tratara de una batida de caza en busca del GR 7. Moviéndonos en todo momento entre el pié de sierra a nuestra izquierda y alejándonos todo lo que podíamos de la carretera que llevábamos en paralelo a la derecha, no vimos en ningún momento el menor rastro del GR 7, que supuestamente debería estar muy bien señalado entre dos localidades tan importantes como son Rute y Priego de Córdoba.
Así que las huellas de los tractores entre las líneas de olivar hicieron las veces de camino, con el consuelo de que al menos la dirección era perfecta en dirección suroeste, hacia la puesta de sol. La Casería de las Ubadas fue un improvisado oasis, fuente y piscina incluida, del que salimos bien fresquitos, con las energías renovadas y las botellas a tope. Fuimos a salir a la carretera superado el cortijo Villa María, volviendo a incorporarnos poco después al olivar, hasta que tras la puesta de sol, sin encontrar ningún camino claro y con la noche cayendo sobre nosotros optamos por finalizar los 3 últimos km por la carretera A-2302 Rute-Carcabuey y que al menos desemboca directamente en la antigua Plaza Alta, actualmente conocida como Museo del Fresno, dándonos el merecido homenaje en un bar de la plaza.

Sin embargo, el día después de la ruta, mirando el mapa con detenimiento, me di cuenta de que tal vez el GR 7 ó mejor dicho lo que quede del mismo debe de discurrir mucho mas pegado al pie de monte de lo que hicimos nosotros, adentrándonos demasiado en el corazón del olivar, aunque en todo momento estuvimos atentos a cualquier señal o camino que discurriera a pie de monte y no vimos absolutamente nada.

En la descripción de la guía ponía: Nada mas salir por el Boquete de Las Labores, hay estar atentos a una baliza que se encuentra junto a unos majuelos, éste será el punto donde debemos abandonar el camino que se dirige al cortijo, desviándonos a la izquierda, (cosa que hicimos, pero sin encontrar una sola baliza mas), tomando ya como única referencia las balizas que nos van señalando el GR. 7 hasta Rute, adentrándonos en una bonita dehesa que es una zona de gran importancia para la nidificación en primavera, caminando entre quejigos, encinas, espinos blancos, cornicabras, coscojas, pinos, labiérnago, zarzaparrilla, madreselva, lentiscos, matagallos, salvia amarga, endrinos, etc… donde entre otros mamíferos representativos de la fauna mediterránea habitan el gato montés, la garduña o el jabalí.

Tras una larga prolongación de suaves subidas y bajadas nos adentramos en un denso pinar y llegamos a una especie de mirador natural, continuando siempre en dirección suroeste, pasamos junto a cuatro caleras cilíndricas, parcialmente hundidas en el terreno. Llegará un momento que nos encontramos con una pista terriza que continua hacia Rute, poco después de dejar a nuestra izquierda el desvío que se dirige al área recreativa de la Fuente Alta, momento a partir del cual ya caminaremos sobre los primeros pasos que dimos por la mañana hasta regresar al Paseo del Fresno. Tras leer atentamente esta descripción ahora me doy cuenta de que caminamos a unos 500 m a la derecha del supuesto GR 7. Si volviera a retroceder al momento en que nos encontramos la primera baliza nada mas dejar atrás el boquete del arroyo de Las Labores, nos hubiéramos mantenido mucho mas tiempo en la misma curva de desnivel donde se encontraba la baliza y no que tal vez fuimos cayendo hacia abajo demasiado pronto hacia abajo, si bien fuimos en todo momento paralelos al camino correcto ó a lo que en su día fue un camino. Porque junto a aquella baliza solitaria no encontramos el menor rastro de sendero.

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