Ruta: IV Travesía Costa Tropical,
Itrabo-Sierra de Los Guajares (versión circular de coleccionistas)
Hora y punto de
encuentro: 7.00 am, Colegio Miguel de Cervantes
Entorno: Sierra del Chaparral, al norte de la
localidad de Molvízar.
Pueblos de referencia: Molvízar (comarca
Costa Tropical).
Cómo llegar al punto
de encuentro: lo mas fácil es tomar
la antigua nacional N-323, Motril-Granada, antes de llegar a Motril, entramos
en una gran rotonda y cogemos el desvío que nos indica Lobres y/o Molvízar. A
los 100 m atravesamos el rio Guadalfeo por un puente, 500 m más adelante
dejamos a la derecha el desvío a Lobres y seguimos por la carretera en
dirección a Molvízar e Itrabo.
A los 4 km aproximadamente del cruce de
Lobres dejamos la gasolinera de Molvízar a nuestra izquierda y 100 m más
adelante tenemos la primera entrada a Molvizar. Lo suyo es aparcar a la entrada
del pueblo, porque sus calles son tortuosas y muy empinadas, resultando
complicado maniobrar con el coche si nos metemos en un embudo, por lo que lo
mejor es continuar andando.
Distancia aprox.
19,5 km
Desnivel acumulado
subida 1.270 m
Punto mas elevado:
cruce de Jurite (1.035 msnm)
Tiempo aprox. 7 horas
Nivel dificultad:
Medio-Alto
Tipo suelo: 80%
sendero y 20% pista y calles de Molvízar.
Tipo de recorrido: Circular
con forma de manzana, siendo el rabo el ramal lineal de inicio y final. El
tramo circular se hizo en sentido inverso a las agujas del reloj.
Participantes:
Unos 40 participantes en su mayoría miembros del club el Sendero de Motril, siendo el segundo grupo mas numeroso el de Santopítar de Málaga, por parte de Pasos Largos, fuimos Vicky y yo.
Fecha y meteorología: Domingo, 29 de septiembre de 2013. Tras un sábado lluvioso el campo amanecía con el agradable olor a tierra humeda y la mayor parte del día con cielos muy cubiertos e incluso algún que otro negro nubarrón, que no llegó a descargar, realizando casi toda la ruta a la sombra de esas nubes con una temperatura muy agradable, que ayudo bastante a mitigar el esfuerzo de esos 1.200 m de desnivel.
Unos 40 participantes en su mayoría miembros del club el Sendero de Motril, siendo el segundo grupo mas numeroso el de Santopítar de Málaga, por parte de Pasos Largos, fuimos Vicky y yo.
Fecha y meteorología: Domingo, 29 de septiembre de 2013. Tras un sábado lluvioso el campo amanecía con el agradable olor a tierra humeda y la mayor parte del día con cielos muy cubiertos e incluso algún que otro negro nubarrón, que no llegó a descargar, realizando casi toda la ruta a la sombra de esas nubes con una temperatura muy agradable, que ayudo bastante a mitigar el esfuerzo de esos 1.200 m de desnivel.
A tener en cuenta:
1º) Se trata de la versión
circular del sendero Sierra del Chaparral, perfectamente señalizado, con forma de
“Y”, de manera que el ramal de la derecha llega hasta el Mirador de la Vega
Tropical y el de la izquierda al Nacimiento y Mirador de Las Minas. En este caso nosotros
unimos los dos extremos recorriendo la parte alta de la sierra del Chaparral,
con unos senderos preciosos y muy aéreos no aptos para personas con vértigo en
algunos puntos. No obstante, según el mapa IGN, Molvízar (1.055-II), la sierra delk Chaparral, quedaría un poco mas al oeste del lugar por donde discurre la ruta que mas bien sería la sierra de Los Guájares.
2º) Si bien la ruta no tiene
ninguna dificultad técnica, sus 1.270 m de desnivel acumulado de ascensión,
requieren estar en un buen estado de forma física y bien acostumbrado a rutas
de montaña. Sobre todo si es un día caluroso donde el sol pega de plano, porque
laa mayor parte del tiempo discurre por la vertiente sur de la sierra con
tramos de bastante solana, en tal caso habría que llevar al menos 3 litros de
agua por persona.
3º) Conviene llevar el track o
venir documentado con mapas de la zona, porque hay varios cruces de sendero que
pueden llevar a confusión.
1ª parte: de Molvízar al mirador
de la Vega Tropical:
Una vez reunidos todos en el
Colegio Miguel de Cervantes, entregadas las bolsas de regalo con una preciosa
camiseta turquesa con el logo del evento y desayunados en el aula que se
acondicionó para el evento. Nuestro amigo Paco Béjar, nos daba una breve charla
introductoria micrófono en mano, haciendo una breve descripción del itinerario,
recordando puntos de avituallamiento y arengando a la tropa, que rápidamente se
ponía en movimiento atravesando numerosas calles de Molvízar que aún dormía en
la oscuridad previa al amanecer, las farolas iluminaban las solitarias esquinas
y algunos gatos y perros callejeros nos miraban con curiosidad, mientras
caminábamos con sonido de botas y bastones, sin elevar demasiado la voz. Antes
de darnos cuenta ya comenzábamos a ganar altura por el sendero que discurre en
paralelo por el barranco del Pueblo o del Lugar, que a lo largo de éste primer
tramo de subida llevamos a nuestra derecha.
El grupo avanzaba a un ritmo
cómodo frontal en ristre, mientras las primeras luces del día comenzaban a
despuntar, el sendero comenzaba a zigzaguear de vez en cuando, especialmente
desde el momento en que pasábamos junto a una alberca. A ambos lados del
sendero se intuía la presencia de huertos abancalados donde crecen almendros, aguacates y otros
frutales y conforme el día clareaba ya comenzábamos a distinguir los primeros
tajos de la sierra del Chaparral, hacia la que nos íbamos aproximando.
En un momento determinado la
senda se aleja del barranco, que siempre llevamos a nuestra derecha y comenzamos
a remontar la Loma de Los Pinillos, pasando junto a una pequeña fuente, que
también se aprovecha para el riego de las huertas colindantes que ya van
quedando atrás y ahora comenzamos a adentrarnos en una zona de roquedales, a
partir de esta zona, nuestro sendero pasa a denominarse senda de Minchar y
antes de darnos cuenta llegamos al cruce de sendero, donde se forma esa especie
de “Y” que forma el sendero de la sierra del Chaparral, que parte de la zona
norte de Molvízar por donde hemos venido.
Los organizadores tuvieron a bien realizar el
tramo circular en sentido inverso al de las agujas del reloj, por lo que
tomamos el ramal de la derecha (predominantemente ESTE, de momento). Llegados a
este punto el día comenzaba a despuntar y la presencia de las nubes, que a la
postre se convertirían en nuestras mejores aliadas para mitigar el esfuerzo en
la ascensión, comenzaban a cubrir todo el cielo sobre nosotros. A partir de
aquí, casi toda la ruta discurre por una magnífica red de senderos que se
construyó a principios de siglo XX para repoblar esta sierra, magnífico
proyecto mediante el cual se consiguió que durante muchas décadas esta sierra
albergara uno de los pinares mas espectaculares de la provincia de Granada,
hasta que un terrible incendio que comenzó en Itrabo, arrasó toda la sierra en 2002,
arrastrado por los vientos de poniente, que incluso llegó a causar la muerte de un hombre que acudió a salvar a su padre en su 4x4 a través de las pistas por donde pasa parte de esta ruta. Al comienzo de la jornada, Paco Béjar
nos recordaba que la Delegación de Medio Ambiente de Granada, ha dado luz verde
recientemente a u nuevo proyecto de reforestación que a juzgar por el magnífico
estado de conservación de la red de senderos y los muros y contrafuertes que
los sostienen, hace pensar en que el proyecto podría llevarse a muy buen
término.
Mientras tanto, la presencia de
abruptos tajos en las proximidades del sendero le van aportando cada vez mayor
belleza agreste al paisaje. Unos 20 minutos después el sendero desembocaba en
la pista que faldea la cuesta de la caída, donde ya nos esperaba el coche de
apoyo y protección civil, donde se nos proporcionaban frutas y bebidas isotónicas.
Unos 10 minutos de pausa, reagrupamiento y avituallamiento, para que la
serpiente de color, predominantemente turquesa y de amarillo por el peto
fosforito de los guías, se volviera a poner en movimiento por un ramal de
sendero que partía desde allí mismo y que pasa a los pies de los impresionantes
tajos que tenemos ante nosotros, cuya base vamos faldeando.
Un kilómetro y
medio después el sendero vuelve a pasar muy cerca de la pista, que ha ido
quedando montaña abajo a nuestra derecha, y de repente, nos adentramos en un
ramal de sendero que comienza a describir amplios zig-zags, tomando un pequeño
ramal a la derecha que nos lleva al mirador de la Vega Tropical, donde hicimos
una segunda parada técnica.
Que marca el extremo oriental del sendero anunciado
como “Sierra del Chaparral” y que proponen como punto de retorno sobre nuestros
pasos, ciertamente lo visto hasta aquí bien merece la pena, pero, lo mejor está
por llegar.
Después de disfrutar de unas
magníficas vistas del tramo de costa que va de Salobreña al puerto de
Almuñecar y mas allá con la
desembocadura del Guadalfeo y todas las extensiones de huertas, invernaderos y
paisaje de monte Mediterráneo a nuestros pies, retomamos el sendero, que a
partir de aquí se convierte en una sucesión de zig-zags, predominantemente
norte, en dirección hacia los impresionantes tajos y peñones que tenemos ante
nosotros, mientras una vocecilla nerviosa pregunta entre risas “¿hasta allí
arriba no habrá que subir, no?”.
Y la
pregunta es razonable, pues parece imposible que el sendero pueda continuar
subiendo por un terreno cada vez mas escarpado, pero eh ahí, que empezamos a
quedarnos boquiabiertos con el ingenio y la habilidad de la gente de antaño,
para construir un sendero, que en su día debió ser una labor ciclópea y que
cien años mas tarde, no deja de causarnos gran admiración, respeto y por
supuesto agradecimiento. A quienes lo construyeron entonces y a quienes lo
mantienen ahora, pues sin un concienzudo trabajo de desbroce y mantenimiento
sería imposible que el sendero tuviera el impecable aspecto que presenta en la
actualidad.
El esfuerzo de la ascensión,
quedaba mitigado por la espectacularidad del paisaje y la impresionante caída
que teníamos a la izquierda, caminando en muchos tramos al filo de vertiginosos
tajos ó al borde de empinadísimas laderas, por donde una caída podría tener
fatales consecuencias. No obstante, el sendero tiene un metro de ancho
aproximadamente y se encuentra en tan buen estado, que uno puede caminar
tranquilamente, a poco que se tenga un mínimo de precaución. Así que a buen
ritmo llegábamos arriba, con una única pausa obligada por una chica que tuvo un
pequeño bajón a media subida y que gracias a la labor solidaria de varios
compañeros y los guías de cola, además de un enorme coraje, pudo continuar,
llegando a un collado mágico, que queda a poca distancia del pico Columba, mítica
atalaya que en tiempos de ocupación musulmana, estaba coronada por un
torreón de vigilancia, que hacía las
veces de centro de palomas mensajeras, para mantener una fluida comunicación
entre la Alhamabra, el corredor del valle del Lecrín, el valle de Los Guajares
y Salobreña, cuyo peñón rematado por la fortaleza árabe se encontraba
completamente rodeado por el agua del mar en aquella época. Como testimonio de
aquel torreón quedan sus cimientos en la misma cumbre del pico Columba, cuya
localización resulta un tanto confusa desde la perspectiva del sendero, al
contrario que ocurre visto desde el río Guadalfeo, llegando a Vélez de
Benaudalla, pues su cara ESTE es una pirámide espectacular.
En cualquier caso, superado el
mencionado collado, ya empezábamos a dejar atrás la zona de crestería donde se
encuentra el pico Columba, mientras que caminamos en ocasiones, por la divisoria
de aguas de la sierra, que coincide con el límite de los términos municipales
de Molvízar al sur, a nuestra izquierda, y al norte a nuestra derecha, la zona
de Los Güajares, que ocupa el norte
de la comarca de la Costa Tropical Granadina. Limitando con los municipios de
Albuñuelas, El Valle , El Pinar, Vélez de Benaudalla, Molvízar, Lobres y
Lentegí.
Guájar Faragüit, Guájar Fondón y Guájar Alto fueron tres municipios
independientes hasta que, se fusionaron en uno solo llamado Los
Guájares, recayendo la capitalidad municipal en el núcleo faragüilero.
Tal
y como podíamos observar desde allí arriba, el valle de Los Guájares constituye
todavía un enclave natural y paisajístico privilegiado, de hecho la vertiente
norte de la sierra a cuya divisoria de agua teníamos acceso en algunos
momentos, como suele ser habitual en la mayoría de las sierras litorales es
mucho mas verde y frondosa en su zona de umbría, aumentando la sensación de
espesa vegetación en todo el valle de Los Guajares, aún mas por laa oscuridad
de los nubarrones que por momento se cernían sobre nosotros, aaunque lo
suficientemente altos, como para no impedirnos disfrutar de tan magníficas
vistas 360º alrededor.
Esta maravilla de sendero, que sin duda alguna es de los mas bonitos y
mejor conservados que he pateado en mucho tiempo, discurre cerca de la
divisoria de aguas, pero la mayor parte del tiempo, se deja caer ligeramente
hacia la vertiente sur o litoral (en este caso).
Unos 500 m mas allá de una pronunciada curva del sendero, que pasa por lo
alto de un imponente tajo, regalándonos una de las imágenes mas espectaculares
de la ruta, llegábamos a un segundo collado, donde se hacía otra parada de
reagrupamiento, tras la cual dejábamos momentáneamente atrás los tajos, para
retomar la divisoria de aguas, pero esta vez por un perfil mucho mas alomado;
atravesando una extensión de terreno tapizado por matorral bajo de espartos,
aulagas y romeros, que comenzaba a ser colonizado por esperanzadoras manchas de
pino, afrontando un pequeño tramo escalonado, nos íbamos acercando a una de las
zonas mas altas de la sierra caminando por la misma divisoria, con preciosas
vistas al valle de Los Guajares a nuestra derecha, mientras que al fondo ya
veíamos el antiguo cortijo junto al cruce de Jurite donde ya nos esperaba de
nuevo el coche de apoyo y el de protección civil, para facilitarnos el
siguiente avituallamiento, que esta vez engullimos con mayor avidez, pues el
cuerpo empezaba a demandar gasolina, no sólo líquida, sino sólida.
Finalizado el generoso
avituallamiento, recreándonos con vistas del tajo de Los Vados y parte de Vélez
de Benaudalla al ESTE, e incluso Órgiva y parte de las Alpujarras al NE (Sierra
Nevada, se encontraba cubierta de nubes). Al norte el valle de Los Guajares y
al oeste el Peñón de Itrabo y parte del cordal Peña Escrita-Navachica,
reemprendíamos la marcha, con perfil que a partir de aquí sería descendente la
mayor parte del trayecto hasta el final del itinerario, tomando el ramal de
pista que desde allí sale dirección SO con vistas al litoral, presidido en todo
momento por Salobreña, que es el principal hito geográfico de esta ruta al sur,
por encima de Molvízar, que también se deja ver en mayor o menos medida, según
los tajos y laderas que se interponen en nuestra trayectoria.
La pista
resultaba muy cómoda, abriéndose paso entre bancales, cultivados con viñedos a nuestro
alrededor en una zona conocida como El Minchar, tampoco faltaban chumberas y
las flores amarillas de la altabaca, como grandes protagonista de la flora
silvestre en esta travesía.
Un kilómetro y medio después la
pista se transforma en sendero, sin perder su trayectoria predominantemente
O-SO, cuando el sendero comienza a descender hacia un pequeño pinar con unos
espectaculares tajos, nos lleva a caballo entre los términos municipales de
Itrabo (a nuestra derecha) y Molvízar (a nuestra izquierda), hasta que gira
claramente a la izquierda, ESTE, iniciando una sucesión de zig-zags que en
pocos minutos nos sitúa en una pista conocida antiguamente como camino del
Tesoro, donde volvíamos a encontrarnos de nuevo con el coche de la organización
y el de protección Civil, para proporcionarnos el último avituallamiento, hasta
nuestra llegada a Molvízar por cuyo término municipal volvíamos a caminar.
A penas habíamos tocado la pista
para aprovechar el tercer y último avituallamiento, nos adentrábamos en un
sendero, que aunque en principio se mantenía en paralelo a la pista, poco a
poco se iba alejando de la misma, comenzando a rodear la loma de las Minas, que
quedaban a nuestra izquierda, mientras que a la derecha, allí abajo,
disfrutábamos de unas vistas privilegiadas sobre la localidad de Molvízar, que
se antojaba ya muy próxima. Sin embargo, el sendero volvía a faldear una
espectacular sucesión de tajos, dignos de un paisaje pirenáico, en contraste
con el suave perfil de la colina sobre la que se asienta Molvízar. En un
momento dado el espectacular sendero, realizado con el mismo esmero que el de
la parte alta de la sierra y mantenido con la misma eficacia y dedicación que
los anteriores (desde aquí felicitamos al Ayuntamiento y a todas las personas
que han participado en esta magnífica labor),
pasábamos junto a una especie de balcón
semicircular presidido por lo que nos pareció un joven ciprés, desde donde
obteníamos vistas sobre el recién nacido arroyo del Pueblo o del Lugar.
Al otro lado del barranco, queda
dibujado perfectamente la prolongación del sendero por el que mas tarde
caminaremos, una vez mas faldeando los tajos.
Pero conforme nos acercamos a la
confluencia con el barranco, vuelve a
surgir la pregunta de cómo salvará el sendero la hondonada que tenemos ante
nosotros, sin embargo, el sendero diseñado con la sabiduría y el ingenio de los
hombres de antaño, se orienta sabiamente hacia el nacimiento de Molvízar, que a
juzgar por la fuente que allí nos encontramos y la frondosidad de la ribera
donde predominan los eucaliptos, envolviéndonos momentáneamente en un paisaje casi
selvático, debe contar con magníficos acuíferos de los que durante décadas
brotaba un agua riquísima que venían a recoger en cantaros y botijos los
hombres y las mujeres del pueblo a las que se les dedicó una canción muy
popular en Molvízar, si bien habría que recordar que los eucaliptos son los
árboles menos recomendables para tener cerca de una fuente o nacimiento, por la
cantidad de agua que son capaces de absorber.
Cruzamos la frondosa ribera del
recién nacido arroyo del Pueblo o del Lugar y continuamos por el sendero que
flanquea las impresionantes paredes que llevamos a nuestra izquierda, mientras
que la caída del valle va quedando a nuestra derecha, pasamos por un pasillo
rocoso;
que es una de las estampas mas curiosas de este tramo, donde nos seguimos
recreando con los elaboradísimos muretes de sillares de piedra que han
permitido que la senda se mantenga durante largos tramos, casi perfectamente
horizontal, sobre una misma curva de desnivel.
A penas un kilómetro después el
tramo de los tajos finaliza, regresando al cruce de sendero al que habíamos
llegado por la mañana, completando de este modo el tramo circular y repitiendo desde aquí el tramo lineal que
ahora recorríamos en sentido contrario, es decir, en sentido descendente y
hacia el pueblo de Molvízar, donde
llegábamos minutos después directamente a la casa Museo de la Compañía;
recientemente inaugurada, todo un Museo etnográfico, que bien merece la pena
visitar, donde una guía local nos hablo de la historia, usos y costumbres del
lugar.
Finalizada la charla,
reemprendimos la marcha por las calles del pueblo hasta regresar al colegio
Miguel de Cervantes, con todas las duchas y vestuarios a nuestra disposición y
el aula que por la mañana se había acondicionado para el desayuno y la entrega de
bolsas y dorsales, con las mesas y sillas, perfectamente preparadas para darnos
de almorzar y la posterior entrega de premios y sorteo, que al igual que todas
y cada una de las pausas y avituallamientos, se llevó a cabo con exquisita
puntualidad suiza, teniendo como Maestro de ceremonia a Paco béjar, poniéndole por nuestra parte una nota de sobresaliente a él y a toda la
organización y dándole nuestra mas sincera enhorabuena a todos los guías, gente del Ayuntamiento y Protección Civil. Porque desde el punto de vista organizativo fue perfecta y el
trazado de la travesía sencillamente espectacular, gracias a vuestra labor disfrutamos de una de las mejores travesías de lo que va de año.
Una semana mas tarde, concretamente el sábado 5 de octubre de 2013, con una temperatura mas calurosa y un cielo bastante mas despejado, volvíamos a realizar la misma ruta un grupo compuesto por. Teresa "La Doctora Quinn", La Insaciable Vicky, La Gacela de la Selva Negra, Paco Jaime "El Marqués de Cáceres", el Doctor Leal, El padre carras, El Elfo de la Malagueta, el Caimán de Puente genil, el Duendecillo de Sierra Horconera, El Comandante, el Cartógrafo de su Majestad y un nutrido grupo de discípulo/as suyos de distintas asociaciones como SEnda Verde de Alhaurín de la Torre.
En esta ocasión para Vicky y un servidor, que habíamos repetido la misma ruta el domingo anterior, el principàl aliciente, además de realizarla con lo amigos que pudieron venir en esta 2ª ocasión fué el hecho de que al llegar al cruce de Jurite, completamos el kilómetro y medio hasta alcanzar el vértice geodésico, que si bien queda dentro de un chalet, de hecho éste último kilómetro y medio se realiza por una pista bastante insulsa que discurre por lo alto de una loma, nos sorprende con un pino achaparrado muy castigado por los vientos;
hay que recordar que avanzamos por la divisoria de aguas de la sierra, aunque aquí sea mas alomada;
el pequeño bosque de castaños que se encuentra junto al vértice geodésico, donde estuvimos almorzando o el curioso dolmen que ha montado el propietario de la finca donde se encuentra el vértice geodésico de La Guindalera.
Por cierto que a pocos metros del mismo venía el ramal de pista por donde discurre el PR.A que viene de Ítrabo y que en este punto coincide con el tramo mas alto de la ruta de las Minas y Jurite-Molvízar, perfectamente trazada sobre dos mapas topográficos en distintos puntos del recorrido.
A pesar de lo heterogeneo del grupo la ruta se realizó sin incidentes destacables, comenzando puntualmente sobre las 9.30 y estando de regreso en Molvízar poco después de las 17.30 pm donde un grupo de mujeres del pueblo nos deleitaron cantanddo a coro "la canción de las mozas de Molvízar que iban aa por aguaa a la fuente del Nacimiento" (por donde acabáabamos de pasar un rato antes), mientras una vecina salía de su casaa garraafa de agua y jarrillo en mano para darnos de beber a quienes tuviéramos sed. Mientras tanto en otro bar del pueblo uno de los nuevos compañeros nos invitaba a unaa generosa ronda de cervezas y tapas y en la terraza de fuera un antiguo Guardia Civil retirado nos recitaba de memoria toddos los pueblos y pedanía de Andalucía para asombro del respetable (riánse ustedes de la Wikipediaa).
Por último poco antes de llegar a los coches, asistíamos al eficaz método de recvogidas de basura y reciclaje a lo "Starky y Hush" que se practica en Molvízar, tal velocidad llevaban los dos chavales que iban en la "camioneta de recojida" que con dos mas serían capaces de recojer toda la basura de cualquier capital de provincia en un abrir y cerrar de ojos ¡que manera de trabajar, ¡que maravilla de eficacia y eficiencia en estos tiempos de crisis, vaya gente mas culta y hospitalaria, por no hablar del chaval que se nos arrancó a cantar por soleares een el bar de la casa del PSOE cuando pasábamos por allí, sin duda alguna Molvízar, capital de Andalucía ya!.
Una semana mas tarde, concretamente el sábado 5 de octubre de 2013, con una temperatura mas calurosa y un cielo bastante mas despejado, volvíamos a realizar la misma ruta un grupo compuesto por. Teresa "La Doctora Quinn", La Insaciable Vicky, La Gacela de la Selva Negra, Paco Jaime "El Marqués de Cáceres", el Doctor Leal, El padre carras, El Elfo de la Malagueta, el Caimán de Puente genil, el Duendecillo de Sierra Horconera, El Comandante, el Cartógrafo de su Majestad y un nutrido grupo de discípulo/as suyos de distintas asociaciones como SEnda Verde de Alhaurín de la Torre.
En esta ocasión para Vicky y un servidor, que habíamos repetido la misma ruta el domingo anterior, el principàl aliciente, además de realizarla con lo amigos que pudieron venir en esta 2ª ocasión fué el hecho de que al llegar al cruce de Jurite, completamos el kilómetro y medio hasta alcanzar el vértice geodésico, que si bien queda dentro de un chalet, de hecho éste último kilómetro y medio se realiza por una pista bastante insulsa que discurre por lo alto de una loma, nos sorprende con un pino achaparrado muy castigado por los vientos;
hay que recordar que avanzamos por la divisoria de aguas de la sierra, aunque aquí sea mas alomada;
el pequeño bosque de castaños que se encuentra junto al vértice geodésico, donde estuvimos almorzando o el curioso dolmen que ha montado el propietario de la finca donde se encuentra el vértice geodésico de La Guindalera.
Por cierto que a pocos metros del mismo venía el ramal de pista por donde discurre el PR.A que viene de Ítrabo y que en este punto coincide con el tramo mas alto de la ruta de las Minas y Jurite-Molvízar, perfectamente trazada sobre dos mapas topográficos en distintos puntos del recorrido.
A pesar de lo heterogeneo del grupo la ruta se realizó sin incidentes destacables, comenzando puntualmente sobre las 9.30 y estando de regreso en Molvízar poco después de las 17.30 pm donde un grupo de mujeres del pueblo nos deleitaron cantanddo a coro "la canción de las mozas de Molvízar que iban aa por aguaa a la fuente del Nacimiento" (por donde acabáabamos de pasar un rato antes), mientras una vecina salía de su casaa garraafa de agua y jarrillo en mano para darnos de beber a quienes tuviéramos sed. Mientras tanto en otro bar del pueblo uno de los nuevos compañeros nos invitaba a unaa generosa ronda de cervezas y tapas y en la terraza de fuera un antiguo Guardia Civil retirado nos recitaba de memoria toddos los pueblos y pedanía de Andalucía para asombro del respetable (riánse ustedes de la Wikipediaa).
Por último poco antes de llegar a los coches, asistíamos al eficaz método de recvogidas de basura y reciclaje a lo "Starky y Hush" que se practica en Molvízar, tal velocidad llevaban los dos chavales que iban en la "camioneta de recojida" que con dos mas serían capaces de recojer toda la basura de cualquier capital de provincia en un abrir y cerrar de ojos ¡que manera de trabajar, ¡que maravilla de eficacia y eficiencia en estos tiempos de crisis, vaya gente mas culta y hospitalaria, por no hablar del chaval que se nos arrancó a cantar por soleares een el bar de la casa del PSOE cuando pasábamos por allí, sin duda alguna Molvízar, capital de Andalucía ya!.
Bueno, esto promete, sobre todo el sendero por los muretes y las zonas altas
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