Pilón de La
Zahibe, Pilas del Tunio y El Palo desde el cortíjo de Líbar
Entorno: sector
oriental Parque natural Sierra de Grazalema (Málaga occidental).
Punto de encuentro
recomendado: Explanada de cemento al inicio de la pista del camino de Los
Llanos de Líbar, justo al final de la calle del Tajo. (Imagen de abajo, al fondo el Hacho de Montejaque).
Cómo llegar al punto de encuentro: Al llegar a
Montejaque, preguntar por el camino de Los Llanos, en el extremo oeste del
pueblo. Tal y como nos adentramos en su casco urbano, tendemos a ir hacia la
derecha. ¡Ojo a los coches grandes!, cuidado no tomar alguna calleja errónea,
donde es muy difícil maniobrar, algunas callejuelas son auténticos embudos.
Desnivel aprox. ascendido:
700 m (descendidos, prácticamente igual).
Tiempo aprox. Unas 7 horas
(contando con paradas)
Nivel dificultad: Medio en lo
que se refiere a las ascensiones a Las Pilas del
Tunio y El Palo. Sólo hay que destacar la abundancia de terreno con bastante
canchal entre el Tunio y El Palo y posterior descenso hasta el puerto del
Castor.
Tipo suelo: 15% pista, 25%
sendero y 60% difuminadas veredas entre abundante canchal o directamente sobre
las rocas.
Mapa: Parque
natural de Grazalema (Junta de Andalucía)
26 Participantes:
desde Cabra (Córdoba) Rafael “El Halcón de Cabra”. De Sevilla vinieron: Ana y
Gabriel “Taxi driver”, junto con Rafa Sancho. Desde
Rota (Cádiz): Reinaldo y Manuela. Desde Ronda vinieron: Fernando III El Santo,
Javi, Rafa Márquez “El Aristóteles de la Senda” y Jenny “desde Quito con Amor”.
Desde distintos puntos de la Costa: el pàdre Carras, Pepe Guerreo “el Maestro
Geobotánico”, un compañero espeólogo de Marbella con su mujer y un servidor
Juan Ignacio Amador. Y por parte de ARACA “Asociación Rondeña Caminos
Andaluces” un grupo de once compañeros capitaneados por Vicente Astete, que fue
un anfitrión de lujo, junto con Fernando y Rafamar.
Fecha de
realización: sábado 12 de octubre 2012, la temperatura a penas superó los 20ºC
alternandose nubes y claros con una agradable brisa de poniente, haciendo muy
agradable toda la caminata.
Bibliografía:
Apuntes de campo
del profesor Andrés Rodríguez
El premio Nobel
de Senderismo, el Doctor Manuel Limón:
Y los magníficos
cronistas de Pavos Trotones de Arcos de la Frontera:
A tener en
cuenta:
1º) Toda la
sierra de Líbar y alrededores se caracteriza por su naturaleza caliza con
lapiaces en ocasiones muy agrestes e incluso afilados, por lo que se recomienda
botas de trecking. La ruta es relativamente fácil pero la parte alta de la
sierra es muy accidentada, por lo que debe ser descartada en un día de lluvia.
2º) Debido a las
fuertes lluvias de 2012 y la falta de dinero destinado al mantenimiento de
caminos, el estado actual del camino de Los Llanos está en muy malas condiciones, previsiblemente a peor si no lo arreglan pronto, con unas
cárcavas y unos hoyos sólo aptos para
4x4 o para el irreductible micra del Padre Carras. Quien se atreva a
aventurarse con un turismo normal por el camino de Los Llanos, puede dejarse lo
bajos del coche antes del primer kilómetro.
1ª parte, la
aproximación en coche al inicio de ruta, un CAMEL TROPIC por el camino de Los
Llanos: Desde el inicio de pista a las
afueras de Montejaque, hasta el inicio de ruta hay unos 8 km, sólo apto para
4x4, casualmente la mayoría de los compañeros que habían venido ese día
llevaban 4x4, por lo que quienes traíamos turismos normales, nos pudimos
acoplar en sus coches.
Adentrase por el camino de Los Llanos ya es un espectáculo visual desde el
primer momento, con la imponente silueta del hacho (ó “M” de Montejaque) y a
continuación el Cachuelo a nuestra derecha. Desde el minuto uno estamos
disfrutando de un grandioso espectáculo geológico donde las formaciones calizas
son las grandes protagonistas. A lo largo de nuestro recorrido podremos ir
identificando: dolinas, torcales, uvalas, simas, valles ciegos. A lo que
debemos añadir un alto valor faunístico, botánico y paisajístico.
Entre estas montañas, a caballo entre la vecina provincia de Cádiz y
Málaga, por cuya vertiente este discurre en paralelo el rio Guadiaro, existen
una serie de valles alargados situados a unos 1.000 metros de altitud,
conocidos como los "LLanos de Libar", en ellos, podemos comprobar
cómo la actividad ganadera se complementa con el aprovechamiento de la típica
dehesa mediterránea, que en tiempos no muy lejanos ha llevado a esquilmar gran
parte de los bosques de encinas que existían en las hoy muy peladas cumbres de
la sierra.
Los primeros 4
km discurren en suave ascensión entre campos de cultivo olivares y fincas
ganaderas donde predomina el ganado vacuno donde nos llamó la atención el gran
número de terneritos y vacas preñadas. Anuestra izquierda, este, va quedando la
Sierra de Juan Diego que alberga magníficos torcales en la cumbre del cerro
Ventana. Mientras que a la derecha, oeste, empieza a aparecer la afilada sierra
del Mojón Alto. Una vez superado el primer puerto se extienden ante nosotros
dos poljes, el de los "Llanos del Pozuelo" y el de los "Llanos
del Baldio". Los Poljes son valles situados entre montañas calizas,
rellenados de material procedente de la erosión de estas rocas y en los que la
mayoría de las veces los arroyos no tienen una salida y son absorbidos por sumideros
y grandes simas. El primer llano grande que atravesamos es el "El
Pozuelo", cerca del cortijo, a la derecha existen dos profundas simas:
Pozuelo 1 y Pozuelo 2. A partir de aquí comenzamos a encontrarnos con un
rosario de corredores que estaban participando en una maratón de Montaña.
Después de
dejar atrás Los Llanos del Pozuelo, nos adentramos en suave ascenso en una zona
cubierta de grandes encinas y quejigos de troncas huecas, en este tramo podemos
distinguir en medio de un pequeño claro a unos 20 m a la derecha del camino un
pilón conocido como la Fuente Cufría y justo donde acaba este tramo de encinar
se abre ante nosotros la imponente extensión de los "Llanos de
Libar", dejando nuestros coches aparcados a la derecha de la pista, a muy
poca distancia del cortijo del mismo nombre. Poco antes de dar la charla de
introducción de ruta, todavía junto a los coches nos encontrábamos con Herminia
“La Centella de O Cebreiro”, en plena maratón, que a la postre conseguiría la
2ª posición en su categoría.
Una breve introducción
sobre la zona: El Palo con sus 1.400 msnm es el techo del macizo de Líbar, que
se asienta sobre el perímetro oriental del parque natural de la sierra de
Grazalema. El Macizo de Líbar está compuesto de norte a sur por las sierras de
Juan Diego (cerro Ventana y las Cruces Blancas de Benaoján) , del Palo,
Blanquilla y de Los Pinos, al este discurre en paralelo el valle del Guadiaro y
al oeste los Llanos de Líbar, al otro lado de Los Llanos tenemos las sierras de
Montalate, Mojón Alto y el cerro Salamadre que en algunos mapas viene como
“Hoyo del Quejigo”, todas ellas son sierras de naturaleza caliza y albergan
canchales muy agrestes y afilados, muy agrios de transitar que en algunas zonas
son grandes cuchillos entre los cuales se encuentran profundas grietas. Otra de
las características del macizo de Líbar es la ausencia de arboleda en la zona
alta de sus sierras, en contraste con la abundancia de encinas y quejigos, que
tanto abunda en la zona de los Llanos.
Desde las proximidades
del cortijo de Líbar donde dejamos los coches, comenzamos iniciamos la marcha
por el camino en dirección norte, es decir, en sentido contrario al que
habíamos llegado con los coches y también en sentido contrario al de la marcha
que llevaban los corredores y marchadores de la maratón cueva del Gato;
con
quienes nos íbamos cruzando hasta poco antes de completar el primer kilómetro
para conocer el enclave de la Fuente Cufría.
Volviendo de nuevo a la pista,
para regresar sobre nuestros pasos unos 300 m, para tomar el desvío nuestra
izquierda (E), marcado por un discreto hito de piedras, adentrándonos en el
sendero de La Perra. A 200 m del inicio el sendero pasa junto a un pilar
conocido como Fuente Saucillo,
donde
no falta la típica higuera, que solemos encontrarnos en todos los manantiales. Desde
el inicio de este bonito sendero vamos caminando a la sombra de encinas y
fantasmagóricos quejigos centenarios, se trata de la Dehesa Boyar de Benaoján.
Conforme vamos
ganando altura, podemos contemplar a nuestra izquierda (N): Los Llanos del Pozuelo por los que
pasamos con nuestros vehículos para llegar al inicio de ruta. Del otro lado de
los llanos, la sierra de
Montalate. La vereda nos lleva hasta una angarilla, situada en un puerto
conocido erróneamente como de la Cufría. Dejamos cerrada la cancela desde donde en
teoría habríamos comenzado a girar hacia nuestra derecha, dirección SUR, sin
embargo, a sugerencia de Reinaldo, primero giramos a la izquierda, orientando nuestros pasos hacia el cerro conocido como La Zahibe, que es la siguiente elevación
en el cordal de cumbres hacia el norte.
El sendero se
identifica fácilmente por lo alto de la loma, se trata de una suave pendiente
donde el pedregal se mezcla con pequeños praditos que hacen mas fácil la
progresión, primero pasamos junto a un muerete de piedra, tras el cual ya
comenzamos a ver el peñón de La Zahibe hacia el que nos vamos dirigiendo,
mientras que a nuestra espalda podemos distingiuir perfectamente los tres
peñoncitos que coronan el alto del Tunio, hacia el cual subiremos después. Unos
metros mas allá del mencionado murete de piedra, nos llamará la atención a la
derecha del sendero una roca conocida como “La Rosa”.
Justo antes de llegar al alto de La Zahibe al que
no es necesario subir, llegamos a un pradito, donde conviene detenerse para dirigir nuestra mirada hacia el caos de rocas que hay a nuestra derecha, en cuyo
interior se encuentra el escondido pilón de La Zahibe, donde según Carlos
Guerrero, también conocido como “Cepunto”, hay que ser bautizado para
considerarse un ser “Pilotúnico”, sin embargo acceder a él de forma directa
puede resultar un tanto dificultoso. Por lo que lo mas fácil es dirigir
nuestros pasos hacia el collado que hay entre el cerro de La Zahibe, cuya
cumbre queda a nuestra izquierda y este caos de rocas que dejaremos
momentáneamente a nuestra derecha. En el mencionado collado, nos encontraremos
con otra roca curiosa, conocida como la Pinza del Cangrejo;
que dejaremos a
nuestra derecha y a partir de aquí seguiremos un ténue sendero que pivota
alrededor del mencionado caos de roca, que iremos rodeando, quedando éste a
nuestra izquierda;
hasta que justo cuando estamos a punto de rodearlo, nos
encontramos con un inverosímil nacimiento, camuflado en una especie de
hornacina de piedra, conocido localmente como Pilón de la Zahibe, un inverosímil
nacimiento en medio caos de rocas que nos rodea por todas partes.
Finalizada la
sesión de fotos y la primera parada de avituallamiento regresamos sobre
nuestros pasos hasta la mencionada angarilla que dejaríamos definitivamente a
la derecha, al igual que el murete de piedra que parte de allí mismo, con la
vista puesta en los tres peñones que coronan el Tunio;caminando de forma casi
intuitiva por una tenue senda de cabras. No obstante, en caso de duda entre
pico y pico resulta relativamente cómodo caminar por encima de las lomas.
Mientras tanto a nuestra derecha (OESTE), llevamos en todo momento la compañía
de la sierra del Mojón Alto, que en
aquellos momentos empezaban a crestear Ana, Manuel Limón y un par de amigos de
Cádiz en sentido sur-norte, al contrario que nosotros.
Estas lomas con escaso manto de vegetación arbórea, presentan una superficie muy acanchalada donde lo único que crece son
pastizales, al fondo cada vez mas cerca tenemos dos pequeños peñones que forman
parte de la cumbre del Tunio: el de
la izquierda posee una plataforma que da vistas al valle del Guadiaro, donde al
otro lado, E, destaca la cumbre del Conio
y una bella estampa de Ronda al NE,
que mas tarde veríamos.
No obstante, nosotros dirigimos nuestros pasos hacia el
peñón mas picudo (1.300 m, punto mas alto del Tunio), que es el de la derecha y
precisamente por la derecha lo rodeamos para ahorrarnos saltar la valla y dar
directamente con una angarilla, que tenía perfectamente localizada Vicente
Astete, magnífico conocedor de la zona.
En las
proximidades de este picudo peñón que rodeamos por la derecha, el entorno nos
recuerda al Torcal de Antequera, entre dolinas, estratos superpuestos y
curiosas formaciones imitativas, como la famosa cara del Tunio, que se
encuentra unos 50 m ladera abajo, a modo de mascarón de proa de una plataforma
rocosa, sobre la cual subieron varios compañeros y que se encuentra a unos 50 m
al suroeste del picudo peñón que marca el punto mas alto del Tunio.
Ni que
decir tiene que aquí nos hicimos la mas emblemática foto de grupo de la
jornada, sesión de fotos individual y una segunda parada de avituallamiento,
donde Rafa Sancho “la marmota de Katmandú” no desaprovechó para echar su ya
clásica cabezadita sobre una roca a modo de improvisada cama.
A pocos metros de
una de las pilas que han sido excavadas por la mano del hombre para recoger
bloques de hielo al quedarse el agua congelada tras la amanezida en las frías
noches de invierno, que posteriormente
guardaban en los neveros que podemos encontrar en algunas zonas de umbría o en
los puertos existentes entre cumbre y cumbre.
Al descender del
Tunio, camino del Palo, pasamos por
Los Llanos del Nevero, donde nos encontramos con los restos del famoso nevero a
la izquierda y a la derecha lo que parece ser un puesto de cazadores.
Y a
partir de aquí comienza una ascensión continua hacia el vértice geodésico del
Palo, abriéndonos paso de forma intuitiva por restos de sendas de cabra que
aparecen y desaparecen de forma intermitente, pasando junto a ruinas de viejos
corrales, alguna que otra dolina, algún majuelo aislado aquí y allá, mientras
progresamos a través de un canchal relativamente asequible, pues no es ni mucho
menos, de los mas afilados y agrestes que alberga el macizo de Líbar.
En
nuestra ascensión, llega un momento que la cumbre queda unos 100 m a nuestra
derecha, ya que la superficie que rodea al vértice geodésico si es bastante mas
accidentada, aunque asequible si se camina con paciencia y prudencia, hasta el
punto de que en pocos minutos nos reunimos todo el grupo para disfrutar de un
relajado almuerzo de hermandad Araca & pasos Largos, alrededor del vértice
geodésico, donde aún permanece la placa que colocó la Asociación Senderista
Pasos Largos en una magnífica iniciativa llevada a cabo por el mítico Rafa Márquez “El
Aristóteles de la Senda” (en la imágen de abajo);
al igual que se hizo en el Ventana, Alcojona y otras
cumbres emblemáticas de la serranía desprovistas de placa identificativas
anteriormente.
Desde la cumbre
del Palo las vistas 360º alrededor son sencillamente, espectaculares, entre los
hitos mas importantes podemos contemplar:
Al sur tenemos la agreste cumbre del Martín Gil ( sierra Blanquilla) y parte de la sierra de Los Pinos.
Al SE (imágen de arriba): el trayecto del valle del Guadiaro que va
de Cortes de la Frontera hacia Las Buitreras, las siluetas de Los Reales,
Crestellina y el cerro de Las Chapas formando una media luna, al igual que el
hacho de Saucín. Al SO tenemos la sierra
de Los Pinos y Salamadre;
Al Oeste (imágen de arriba)el Navazo
Alto de Villaluenga y la sierra del
Endrinal,y el San Cristóbal.
Al NO (imágen de arriba):Las Grajas, tapando al Lagarín, el cerro Malaver y OLvera a su derecha, por encima del Mojón Alto; al Norte, todo lo que llevamos
andado con el Tunio al fondo y por encima el cerro Ventanay a su izquierda El
Terril. Al Noroeste: Las localidades de Arriate y Ronda por encima de la cual
vemos el cancho de la Pepa, puerto del Viento y Peineta de Sierra Hidalga y al
este: la sierra de Las Nieves, por encima del Conio y la sierra del Oreganal,
al otro lado del valle del Guadiaro.
Comenzamos el
descenso en dirección S hacia el puerto
del Gastor, ubicado entre El Palo y el Martín Gil, por un prolongado canchal
que nos recuerda a la prolongada bajada del Reloj hacia la charca Verde, aunque
en este caso, ésta bajada es mas corta y menos empinada, de hecho, conforme
vamos llegando al puerto, se va suavizando.
En nuestra bajada
disfrutamos de bonitas vistas de Villaluenga del Rosario a los pies del Navazo
Alto al OESTE, al ESTE tenemos el Valle del Guadiaro y al sur la imponente
silueta del Martín Gil, que se antoja un cerro duro de subir, al igual que el
desafiante peñón de Líbar cuya cumbre asoma a su derecha.
Al llegar al
puerto del Gastor, donde se encuentra la Linde del Cordel de los Tres términos:
Jimera, Villaluenga y Cortes. Descendimos hacia nuestra derecha, OESTE, siguiendo
los restos de un antiguo sendero que discurre a la izquierda de la valla de
piedra que iremos llevando a nuestra derecha, tal y como vamos descendiendo,
mientras que a cada paso nos vamos aproximando a Los Llanos de Líbar, teniendo
frente a nosotros el puerto del Correo, paso natural entre Villaluenga y esta
zona de la serranía de Ronda.
Tal y como nos
vamos acercando a Los Llanos de Líbar, la inercia natural es salir en línea
recta hacia Los Llanos, sin embargo, poco antes de llegar a Los Llanos, antes
de abandonar el bosquete de encinas y quejigos por el que venimos descendiendo,
lo suyo es comenzar a girar hacia la derecha, virando en dirección O-NO, de
manera que ahora vamos caminando en paralelo a la base del palo que llevamos a
nuestra derecha y Los Llanos a nuestra izquierda.
De lo contrario, hubiéramos
salido muy cerca del cortijo del Correo, cuyo propietario tiene muy malas
pulgas, ya que para llegar a los Llanos habría, que pasar por su finca. De este
modo, no es necesario, siguiendo este difuminado sendero y a veces campo
través, pero siguiendo una trayectoria muy intuitiva, se llega a un paso
abierto en una valla, tras la cual giramos 90º a nuestra izquierda, ahora si,
de forma directa hacia Los Llanos, a los que venimos a salir unos 200 m mas
allá por una angarilla;
directamente al camino de Los Llanos, teóricamente
público, de hecho por allí discurre el GR.E-7 Tarifa-Atenas y por él se
realizan varias carrereas de montaña al cabo del año, como la que tuvo lugar
aquella misma mañana.
El caso es que vinimos a
salir a la altura de la Laguna que se forma en lo que se conoce como Fuente de
Líbar, clásico abrevadero para el ganado de la zona, no perdimos la ocasión
para visitarla con el telón de fonfo del Palo, del que acabábamos de descender a nuestra espalda.
Desde allí retomamos el camino de Los Llanos, en
dirección N, llegando en escasos minutos a los coches que ya veíamos aparcados
al fondo, junto al cortijo, donde habíamos empezado la ruta unas seis horas y
media antes. Pues comenzamos poco después de las 10.00 y finalizamos antes de
las 17.00 pm
De allí nos
fuimos la mayoría a tomar la cerveza de despedida en la venta de la Cueva del Gato
y por último un grupo minoritario de allí nos fuimos a la asociación de vecinos
del Barrio de San Francisco donde esa misma tarde se celebró la 2ª Junta
Directiva de la Temporada.
Me quedo con la foto de la marmota... aunque la localización de las distintas sierras es excelente
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