
Hora y punto de encuentro: 7.30 Frente a la taquilla de embarque de los ferris con destino Ceuta.
Parkingt recomendado: Frente al Pollo
Caporal, junto a la zona del Puerto de Algeciras (hay aparcamiento gratuito).
Ida en el ferry de las 8:00 am y vuelta en el de las
20.00 pm
Todos los participantes deben llevar su pasaporte,
perfectamente en vigor. Pues el pasaporte es fundamental para entrar en
Marruecos.
Precio por persona........85€ (Precio Grupo, consultar tarifas a partir de 30 pax)
Precio por persona........85€ (Precio Grupo, consultar tarifas a partir de 30 pax)
A
ingresar en:
Numero
de Cuenta: ES10 2100 1888 1902 0029 7657
Titular: Fortur Viajes Global S.L
Indicar: Nombre y apellidos
Concepto: Fecha del Viaje+nombre del club (o la persona)
Docudmentación que me tenéis que mandar por email a Rafa (móvil: 699.70.61.78) viajesfortur@hotmail.es :
-Nombre y Apellidos.
-F. Nacimiento.
-Nacionalidad.
-Ciudad Residencia.
-Profesión.
-Nº Pasaporte.
Titular: Fortur Viajes Global S.L
Indicar: Nombre y apellidos
Concepto: Fecha del Viaje+nombre del club (o la persona)
Docudmentación que me tenéis que mandar por email a Rafa (móvil: 699.70.61.78) viajesfortur@hotmail.es :
-Nombre y Apellidos.
-F. Nacimiento.
-Nacionalidad.
-Ciudad Residencia.
-Profesión.
-Nº Pasaporte.
-Nº
DNI ó NIE
Incluye:
*Billete de Barco, Algeciras / Ceuta / Algeciras
*Transporte Estanción Maritima de Ceuta / Beliounes / Estanción Maritima de Ceuta
*Guías acompañantes (Fortur)
*Actividad (Ascensión Jbel Musa)
*Gestiones Fronterizas
*Seguro asistencia en viaje.
Incluye:
*Billete de Barco, Algeciras / Ceuta / Algeciras
*Transporte Estanción Maritima de Ceuta / Beliounes / Estanción Maritima de Ceuta
*Guías acompañantes (Fortur)
*Actividad (Ascensión Jbel Musa)
*Gestiones Fronterizas
*Seguro asistencia en viaje.

NO SOCIOS: Desde Estepona vinieron: Luís Naranjo Carrasco, Carlos De Lara Garcia De La Nava, Jose
Maria Garcia De La Nava Garcia y desde Ojén: Celia Barreira “La Hechicera du Sao
Paulo” flamante fichaje para la próxima temporada 2015-16 que vuelve a
recuperar el estado de forma de los viejos tiempos.
Embarque y pasaje Algeciras-Ceuta:
Una
vez reunidos todos los compañeros en la terminal de embarque, menos Paco “El
Generoso” que estaba meditando sobre a quién votar al día siguiente (llegaría
minutos después, salvado por la campana), entramos en el ferry, que yo
recordaba muy cutre desde los años de mi infancia. Pero que me sorprendió
gratamente con asientos muy amplios y comodísimos y un bar-cafetería bastante
aceptable que ya lo quisiéramos en otros transportes públicos.
Transporte por carretera entre Ceuta y
Belione + el paso por la aduana:
Una
vez montados todos los compañeros, repartidos entre las dos furgonetas, salimos
de Ceuta, por la frontera que se encuentra relativamente cerca de la popular
barriada del Príncipe, donde ya ese curioso contraste entre dos mundos tan
cercanos y al mismo tiempo tan distintos como España y Marruecos, Europa y
África. La policía española perfectamente uniformada con un protocolo rápido y
eficaz. Y 100 m mas allá la exótica frontera marroquí. Donde son pocos los
policías que parecen ir uniformados correctamente y muchos los agentes (o
colaboradores) que visten como les parece, por ejemplo con sus clásicas
vestimentas con capucha y sandalias, por no hablar de otros que están
recostados hacia atrás sobre una desvencijada silla, a punto de quedarse
dormidos. Y con la permanente sensación de que el trámite puede llevarte desde
unos 15 minutos, hasta cerca de una hora o mas, dependiendo de quién sea el
policía que se acerca a tu coche y te pide el pasaporte. Por fortuna, y esta es
una de las cosas por las que merece la pena hacer estos viajes con una agencia
especializada, Rafa de Fortur, tenía la documentación complementarias a los
pasaportes perfectamente cumplimentada, gracias a los datos que enviamos cada
participantes, previamente, tanto para la compañía de seguros, como para el
trámite de aduana y todo fue como la seda.
Al
contrario de lo que hemos visto en otras épocas en televisión el ambiente era
muy tranquilo en la frontera, los marroquíes nos miraban con pacífica
indiferencia al pasar en nuestras impecables furgonetas, que contrastaban con
los viejos taxis, muchos de ellos arcaicos modelos mercedes, que ya en los años
70 parecerían antiguos en España. Romualdo comentó con acierto que lee
recordaba a los taxis cubanos, si bien otros modelos eran mucho mas modernos.
Antes de darnos cuenta, ya nos encontrábamos en la autovía que comunica Ceuta
con Tánger, tras una incorporación a la misma bastante rudimentaria en plan
compadre (sin el carril de aceleración de rigor). A lo largo de unos 8 km en
dirección OESTE, la carretera asciende por la sierra que existe al sur de
Ceuta, que en todo momento vamos contemplando allí abajo a nuestra derecha.
Entre la autovía por la que vamos y Ceuta, también hacia el otro lado de la
autovía nos rodea un paisaje de verdes valles y escarpados barrancos donde
abundan el lentisco y los quejigos.
Llegamos a un cruce que tomamos a la
derecha, dirección Belione (aunque ahora no recuerdo su nombre en francés tal y
como aparece en la señalización, junto con la escritura en árabe, pues en
marruecos todas las direcciones de carretera aparecen con el nombre de las
localidades en su transcripción francesa y en musulmán). La carretera sigue
subiendo, dejando a nuestra derecha una base militar, que en su entrada tiene
dos garitas pintadas con franjas perpendiculares a dos colores, creo recordar
que rosa y verde, bastante descascarilladas.
Pronto la carretera comienza a
descender por lo que debe ser el
perímetro oriental de las montañas que rodean al Yebel Musa, que vista desde la
zona de Tarifa-Algeciras parece una montaña única, pero que en realidad es el
núcleo principal de varias montañas que la rodean o apéndices de la misma, cual
estrella de mar con numerosos brazos. Aunque ahora vamos por carretera
secundaria, el firme está en perfecto estado, ni un solo bachee hasta llegar a
la pequeña localidad costera de Belione, que no vemos hasta que la tenemos
prácticamente encima tras una cerrada curva, parecida a la que nos deja en la
parte baja del pueblo de Benamahoma. Para mayor ratificación del lugar donde
nos encontramos, las furgonetas aparcan en una pequeña explanada frente a una
modesta pero bello mezquita que con el telón de fondo de las estribaciones del
Yebel Musaa ya nos regalan la primera estampa de la ruta. Dos puestecillos a
escasos metros de distancia, a caballo entre un kiosko y un ultramarinos, nunca
están de mas para que algún compañero despistado compre alguna bebida o algo de
comer que quiera incluir en su mochila.
Según la mitología
griega en la antigüedad, Europa y África estaban unidas por
dos montes, Calpe (Peñon de Gibraltar 426 msnm) y el Abyla Yebel Musa (851
msnm) pero un buen día Hércules despechado por la infidelidad de su amada tomó
en un extremo a Calpe y en el otro a Abyla y los separó formando lo que hoy
conocemos como estrecho de Gibraltar. A su amada la castigó encadenándola a una
columna a merced de los monstruos marinos y mas tarde convirtiéndola, dando
lugar a la Yebel Musa.
Las Columnas de Hércules fueron un elemento legendario de origen mitológico, situado en el estrecho de Gibraltar. Era el límite del mundo conocido por los griegos hasta que, según el historiador griego Herodoto, Coleo de Samos lo atravesó en torno al siglo VII antes de Cristo. El fin del ecúmene (Imperio romano) hacia el oeste estaba marcado por el Promontorio Sacro donde se apreciaba la puesta de Sol en el Océano. Dicho promontorio se situaba en Finisterra (Fisterra, Galicia). Sin embargo, las Columnas de Hércules sí que fueron un límite entre el exterior y el interior de la cuenca del Mediterráneo y, hasta 1492, se desconocía la existencia de un continente más al oeste de este mar, por lo que se ha relacionado a las Columnas con la frase latina Non Terrae Plus Ultra (no hay tierra más allá) y con el Plus Ultra (más allá) en el siglo XVI, en referencia a los dominios hispánicos más allá de este punto.El nombre más antiguo Στῆλαι Ἡρακλήϊαι o Ἡρακλέων στηλέω alude a las «Estelas de Heracles» y los romanos la llamaron Columnas Herculis, o sea, Columnas de Hércules. La columna norte (antiguo Kalpe o Calpe) es identificada con el peñón de Gibraltar (426 msnm). La identidad de la columna sur (antiguamente Ábila o Abila) ha sido disputada a través de la historia, siendo el monte Musa (851 m) en Marruecos.
Origen del nombre actual: la tradición dice que su nombre se refiere a Musa ibn Nusair, general yemenita que comandó l a invasión musulmana en la península Ibérica en el año 711. Si bien hay otra versión que nos recuerda que Musa significa en árabe Moisés y existen otros montes con este mismo nombre, como el monte Sinai y el Musa Dagh, ambos denominados en árabe Yebel Musa. Su apodo, "mujer muerta", con el que es conocida en España, se debe a que desde Ceuta, el territorio español más próximo a la montaña, su silueta se asemeja a la de una mujer tumbada.
Musa Ibn
Nusayr (walí de Ifriqiya y el Magrib) y Tarik Ibn Malluk fueron los dos
caudillos musulmanes que iniciaron la conquista de la península ibérica en 711.
En la batalla de Wadi Lakka (río Guadalete, Guadarranque o Barbate, no hay
acuerdo entre los historiadores para fijar el lugar concreto) desarticularon
totalmente al ejército del caduco reino visigodo de Rodericus.
Tarik es
nombre de origen germano, posible descendiente de la aristocracia vándala que
atravesó el estrecho al mando de Genserico, en el siglo V, y dominó todo el
norte de África. El bereber Tarik y sus tropas fueron los primeros en
desembarcar en la península. Musa, gobernador del Magreb, quedó inicialmente en
el lado africano del Estrecho. Desde entonces las Columnas de Hércules,
señaladas en la antigüedad clásica como Abyla y Calpe, son identificadas con el Yebel
Musa (Mujer Muerta) y el Yebel Tarik (Gibraltar).
Yebel Musa en árabe جبل موسى, Yebel Musa, en bereber Adrar Musa, es un coloso calizo a orillas del Atlántico con una altitud de 839 msnm, parte de Sierra Bullones, las últimas estribaciones de la cordillera del Rif magrebí, que se extingue en el estrecho, entre Ceuta y Tánger. Lo que la hace única es su perfil de mujer tendida con los ojos cerrados... unos la llaman dormida y otros la muerta. Muerta o Dormida siempre despertó una enorme fascinación entre los habitantes de la zona del Estrecho. Alcanzar la cumbre de esa montaña, el duro pecho de la mujer de roca, siempre fue un reto para cualquier jovencito ceutí con espíritu de montañero. Se encuentra a unos 10 km al oeste de Ceuta, desde donde llegamos por Benzú, pasamos el pequeño puesto fronterizo. Y ya en territorio marroquí, nos adentramos en un misterioso paisaje y llegamos al poblado de Belione (también conocido como Bel Younech), un pequeño pueblo costero donde existía una factoría ballenera, cuyas ruinas veremos mientras realizamos la ruta. Al Yebel Fahies, como también llaman a esta montaña, que se convierte en la Cara de la Mujer Muerta (vista desde Ceuta), se la puede considerar como las última estribación caliza de la Cordillera del Rif antes de llegar al Atlántico.
Ficha de ruta:
Mapas y perfil
altitudinal: cedidos por: Rafa Flores (Grupo Extremo)
Bibliografía: http://www.porconocer.com/marruecos/yebel-musa-la-montana-de-la-mujer-muerta.html
y Crónicas de
Villajovita
Tomando como referencia la pequeña
mezquita pintada de blanco y celeste donde aparcamos y tras una rápida foto de
inicio de ruta. Echamos a andar por el callejón que hay a su derecha, pasando
por delante de uno de los dos puestecillos que existen junto a la misma.
El
callejón se comunica con una calleja que pasa por la parte de atrás de las
casas que ocupan la parte alta del pueblo. Llegamos a una fuente donde vierte
sus aguas un generoso manantial que durante muchas decadas fue el principal
aporte de agua potable para Ceuta, a cambio de que en Ceuta se pudieran
escolarizar los niños de Belione. Esto duró fue así al menos hasta finales de
la década de los 70, en los que no existían los actuales problemas del salto de
vallas, de hecho se podía pasar andando tranquilamente de Belione a Ceuta y
viceversa por la pequeña franja costera que las une. Y que actualmente está
cerrada a cal y canto para evitar las avalanchas de inmigrantes ilegales que
cada cierto tiempo se convierte en uno de los mayores quebraderos de cabeza de
los Ministerios de Interior y Exterior.
Esta fuente nos sirve de referencia
para localizar el inicio de un incipiente sendero que parte de unos 10 m a la
derecha de la fuente (al OESTE de la misma), pero que en unos instantes se hace
mas visible y fácil de seguir. Para quien esté acostumbrado a rutas de montaña
con acusados desniveles esta ascensión resulta muy agradecida, ya que los
zig-zags del sendero mitigan mucho el esfuerzo, las nubes que cubrían el cielo
de aquella jornada arrastradas por los vientos de levante de unos 35 km/h nos
mantenían muy frescos y sin a penas desgaste y el cómodo ritmo impuesto con muy
buen criterio por nuestro guía Rafa, facilitaban que la serpiente de color
avanzará compacta y al mismo ritmo, sin perder el sitio aunque de vez en cuando
uno se parará a echar una foto, para inmortalizar tan bonito
paisaje que
durante los 3 primeros kilómetros siempre es el mismo con Belione siempre a
nuestra espalda cada vez más abajo a orillas del Atlántico también a nuestra
derecha y a nuestra izquierda unos escarpados tajos que ocultan la cumbre del
Yebel Musa. A todo esto el sendero combina tramos de ascensión tendida con
otros más pronunciados al encarar cada zigzag abriéndose paso entre un mar de
lentiscos de gran porte.
El collado 2 es parecido a un embudo que pone en comunicación el este y el oeste, un estrecho paso donde el
viento suele pegar de lo lindo.
Tramo 2: Ascensión a la cumbre desde el collado 2:
Al llegar al collado 2, hicimos
otra parada de reagrupamiento, para tomar un refrigerio y de camino, recordarle
a los compañeros que debido al mar de nubes que se cernía sobre la ya relativamente
cercana zona de cumbre, el grupo debía mantenerse lo mas compacto posible. En
este punto giramos a la izquierda ladera arriba, dirección, hacia el inicio del
gran pedregal que rodea toda la zona de cumbre.


Con un ritmo muy cómodo, sin ningún
tipo de incidencia e incluso con la sensación compartida de haber llegado muy
sobrados, iniciábamos la sesión de fotografías alrededor de la construcción de
piedra que corona esta peculiar cumbre, en un estado semi ruinoso pero que todavía
podría ser un digno refugio de montaña, concebido por el pueblo magrebí como
lugar de oración islámico: una zawiya con forma de pequeño
dolmen neolítico.
Hasta el pasado año 2014, a un metro escaso del perímetro
oeste de esta construcción de piedra existía una especie de trípode metálico,
firmemente sujeto a la roca, muy parecido al que se encuentra en el Toubkal,
pero alguien ha debido arrancarlo del lugar y echarlo ladera abajo por algún
sitio, porque no vimos ni los restos.
Pero tal y como nos imaginábamos
desde que salimos del puerto de Algeciras, rumbo a Ceuta y oteábamos el
horizonte hacia Marruecos, el largo frente de nubes arrastrado por los
predominantes vientos de levante, no nos permitirían disfrutar de sus
fantásticas vistas sobre toda la zona del Estrecho. En días despejados podemos
contemplar: Al N el Estrecho, desde el cabo Trafalgar hasta Sierra Nevada.
Incluyendo como es lógico: el peñón de Gibraltar, la Bahía de Algeciras,
Tarifa, la duna de Bolonia. Algunas zonas de Los Alcornocales como la Sierra
Luna, El Aljibe o mas al fondo la Crestería del Torreón en Grazalema. Mas a la
derecha hacia el ESTE: Los Reales de Sierra Bermeja, la sierra de Las Nieves,
las sierras litorales malagueñas. Y si seguimos girando hacia levante vemos
Ceuta allí abajo, la costa marroquí hasta el impresionante Cabo Negro. Dando
media vuelta hacia el SUR: tenemos una imagen extraordinaria del N de
Marruecos, con sus míticos bosques de cedros y de pinsapos, mucho mas verde de
lo que nos podemos imaginar. Pero el Dios Eolo jugó con nosotros aquella
jornada montañera y a pesar de tan magnífica ascensión no nos permitió
disfrutar de la guinda del pastel con amplias panorámicas en la distancia.
Sábido es que hay muchos lugares en
este Mundo, desde los que contemplar un atardecer se convierte en un placer
para los sentidos. Sin embargo, hay quien afirma que contemplar la puesta de sol
bajo en el Atlántico, desde la cumbre del Yebel Musa es un espectáculo
inolvidable. Obviamente, no iba a ser nuestro caso, porque estos viajes de ida
y vuelta en el día tipo “Pekín Express” condicionados por el horario de los
ferris no te permite quedarte allí hasta el atardecer y mucho menos, debiendo
afrontar el descenso por un gran peñascal, pero podemos imaginarnos el
espectáculo.
Descenso desde el collado 2 hasta Belione:
Si decidimos regresar a Beliones,
sobre nuestros pasos, la ruta podría estar finalizada en poco menos de dos
horas. El Yebel Musa, es una montaña que nos brinda alternativas, escogiendo en
nuestro caso, el retorno mas clásico que nos permite disfrutar de un bonito
trazado circular.

El viaje de vuelta por carretera
fue como la seda, amenizado con una pequeña entrevista con nuestra compañera
Teresa que de forma minuciosa nos narró su experiencia espiritual en la India
durante tres meses. Al igual que a la ida el paso por la aduana fue como la seda tanto con la
policía marroquí como con la española, que en una jornada de transistores
estaban mas pendientes de la última jornada de liga en la que todos los
partidos se jugaban a las 18.30 pm hora en la que pasábamos por la aduana,
llegando minutos después al puerto de Ceuta, donde nos despedimos de nuestro
magnífico guía Rafa con la sensación compartida de haber disfrutado de una
inolvidable jornada de montaña en territorio exótico para la mayoría de
nosotros.
Tiempo para disfrutar de unas
copas, tés morunos, cervezas y tapas en la agradable zona de bares portuaria de
Ceuta, desde donde nos trasladamos bajo una repentina lluvia cogiendo el barco
de las 20.45 pm desde cuya cubierta contemplamos una preciosa puesta de Sol
sobre el Atlántico, mientras el Yeebel Musa permanecía semi oculto entre
misteriosos girones de nubes que bajo un cielo crepuscular de tonos rojizo le
daba un aspecto mitológico o tolkiano, tipo Mordor. La travesía fue igualmente
como la seda, aunque el atraque en el puerto de Algeciras a mas de uno se nos
hizo tan largo y lento como cansino, tal vez por el cansancio acumulado entre
madrugón, travesías y rutón. Un día muy intenso, que a buen seguro será
largamente recordado.
