lunes, septiembre 21, 2015

Sierra de Las Cabras: De la Fuente de la Yedra al Nacimiento de La Villa.

Entorno: Sierra de las Cabras y ladera norte del Torcal.
Pueblo de referencia: Antequera
 
Punto de encuentro 1: 7.55 am. Para desayunar en el Restaurante-Hostal Casabermeja o a las 8.20 am (ya desayunados)
Punto de encuentro 2: 9.00 am. (ya desayunados) explanada terriza, junto a las antiguas ruinas de la Ventilla, a 100 m de la Venta El Molino Blanco, dirección al Torcal, o a 300 m de la entrada del Camping nacimiento de la Villa, dirección Antequera, carretera Antequera-Torcal (antigua C-3310, actual A-7570)
 
Cómo llegar al punto de encuentro: Al tratarse de una ruta lineal, como solemos hacer en estos casos, lo ducho es quedar en el final previsto de ruta con idea de dejar allí algunos coches.
Si venimos desde la costa o cualquier zona al sur del Torcal, lo recomendable es venir por la carretera que desde Casabermeja, se dirige hacia Villanueva de la Concepción, continuamos dirección al Torcal, cuya entrada dejaremos a nuestra izquierda, continuando hacia Antequera y unos 4 km mas allá de las curvas que nos encontramos a la altura del puerto de La Boca del Asno, nos encontramos con la entrada del camping a la izquierda de la carretera, a la derecha para quien llegue desde Antequera.
Una vez que dejemos uno o varios vehículos en el camping nacimiento de la Villa, nos dirigiremos con el resto de vehículos dirección Antequera, tomando la carretera del Romeral, para venir a salir cerca del Hotel La Sierra, ya subiendo hacia Las Pedrizas y mas tarde el hotel Fuente de La Yedra, que será nuestro inicio de ruta propiamente dicho.
 

Distancia aprox. 16 km
Desnivel subida aprox. 800 m
Desnivel bajada aprox. 900 m
Punto de partida: km 136, (N-331), Hotel Fuente de la Yedra, vía de servicio de la autovía de Las Pedrizas.
Punto mas elevado: cumbre de la sierra de Las Cabras (1.283 m)
Tiempo aprox. Entre 6 ó 7 horas (sin contar el tiempo de traslados de coche entre final e inicio de ruta).
Nivel dificultad: Medio-Alto
Tipo suelo: prácticamente toda la ruta discurre por senderos de cabra, lapiaz y campo través, excepto el último tramo, a partir del cortijo de La Alhijuela ya discurre por pista terriza y un kilómetro de carretera.
Tipo de recorrido: Lineal.
Mapa: Villanueva del Rosario (1.039-I) y Valle de Abdalajís (1.038 II)
 
 
Fecha de realización: sábado 19 de septiembre de 2015
Participantes: El Padre Carras que protagonizó una espectacular escapada en el primer tramo de ascensión a Las cabras, aunque fue absorbido por el pelotón al llegar al Embudo, , Eduardo "El Último Samurai" gran sufridor donde los haya, Rafa "El Califa" que este año viene muy fuerte dispuesto a conseguir la Bota de Oro, Javier Ruiz "El Hombre Tranqquilo" que ha firmado una magnífica pretemporada, a pesar de "la pájaara" del pico del Cuervo , Mariano "El Ingeniero de Telecomunicaciones" que en las próximas semanas se enfrenta a un gran reto,, Mari Carmen "La Coleccionista de techos continentales" quee después de su espectacular escapadfa estival a Alpes y Andes Peruanos ha venido en un impresionante estado de forma, Marlen "La Perla de Venezuela" se le notan las horas de gimasio, Irving su juventud lo lleva en volandas, Lena "La Belleza del Silencio" a su ritmo y su manera disfruta por igual del deporte y la fotografía, Pepe Guerrero "El Maestro Geobotánico" que volvió a deleitarnos con sus clases de geología y un servidor: Juan Ignacio Amador siempre aprendiendo de los maestros y tomando cada vez más conciencia de que “solo sé que no sé nada”.

A tener en cuenta:
Esta ruta requiere de buena preparación física para encarar la empinada ascensión por la chimenea sur de la Sierra de Las Cabras y experiencia previa para caminar campo través y terrenos accidentados con bastante zona de canchal. Hasta el cortijo de La Alhajuela, tan sólo hay difuminadas sendas del ganado. 
Aunque este itinerario está en proyecto de establecerse como SL “sendero local” Fuente de la Yedra-Nacimiento de La Villa, de momento no existe ni una sola señalización ni sendero desbrozado en todo el recorrido. 
Normalmente podemos aprovisionarnos de agua en la Fuente de la Yedra, donde iniciaremos nuestra caminata.

Descripción de la ruta:
Comenzaremos la marcha a unos 740 metros de altitud en el aparcamiento del hotel La Yedra, junto al cual nos encontramos con un quiosco ambulante de artesanía, melones, sandías y pan artesanal, custodiados por un simpático chuchillo de mirada noble. Pasamos por delante de la Fuente de La Yedra, de donde toma nombre el hotel, un buen chorro denota la riqueza del manantial, a pesar de que estamos a finales de verano. Continuamos por la vía de servicio dirección este, pasamos por delante de una gasolinera, situada a unos 200 m. del comienzo, pronto nos encontramos con una angarilla que en su día se abría fácilmente, pero la han cerrado a conciencia, por lo que resulta recomendable continuar en paralelo a la alambrada, hasta que unos 100 m mas allá, nos encontramos con una portezuela de hierro, también cerrada, pero fácilmente salvable, una vez dentro del vallado, caminamos dirección S-E, dejando a nuestra derecha un angosto barranco, que es una opción escogida por algunos senderistas para acceder de forma mucho mas directa a la cumbre o finalizar la ruta descendiendo por ahí, pero no resulta recomendable, pues hay que atravesar al filo de algunas zonas expuestas con bastante vuelo y caída en un mar de zarzas.


Caminando en todo momento dirección S-E nos vamos a ir abriendo paso entre un mar y algunos majuelos hasta encontrarnos con las torretas metálicas de un tendido eléctrico, que llevaremos en todo momento a nuestra izquierda, mientras vamos ganando altura, sin más referencias que tenues senderos de cabras, a veces alguna retama o majuelo se interpone en nuestra trayectoria, pero normalmente la salvamos con un pequeño rodeo, escogiendo siempre las zonas más despejadas y con la cercana referencia visual del tendido eléctrico que llevamos a escasa distancia a nuestra izquierda, pasando incluso por debajo de él, o llegando a pasar muy cerca del mismo, a media subida.

 
Cerca de la tercera torreta, nos encontramos con una pequeña dolina modo de plazoleta, conocida como el Hoyo de Juan Díaz, donde la tenue senda se bifurca en dos. Si tomamos el ramal que parte a la derecha, remontaremos una zona de lapiaz hasta alcanzar la dolina situada a los pies de los tajos Negros, desde donde podemos encontrar una cómoda subida al pico Cabras. Sin embargo, nosotros optamos por mantenernos del senderillo que coincide con la trayectoria del tendido eléctrico, hasta que unos 200 m mas allá llegamos a un collado conocido como Puerto Lucena (970 msnm), que reconoceremos fácilmente porque desde allí ya comenzamos a trasponer hacia la vertiente sur de la sierra de Las Cabras y a poco mas de un kilómetro a nuestra izquierda vemos el transitado nudo de carreteras existente en El Puerto de Las Pedrizas.


Desde el Puerto Lucena, continuamos por la estela de color marrón que el paso del ganado ha dejado sobre terreno muy rocoso, que coindice con el inicio de una parte del recorrido de perfil escalonado, donde se alternan pequeñas bajas, subidas y tramos de faldeo, quedando la parte alta de la Sierra a nuestra derecha y la caída hacia el puerto de Las Pedrizas a nuestra izquierda. Se trata de uno de los tramos más intuitivos de la ruta, sirva como norma, perder la menor altura posible y si algún roquedo nos obliga a ello volver a recuperar altura tan pronto nos sea posible, siendo nuestro objetivo alcanzar la lengua de tierra que distinguimos en la distancia, conviene llegar a este gigantesco tobogán a la altura de la mitad, ganando altura poco a poco conforme nos acercamos a la misma.


En cualquier caso, una pequeña torrentera, nos facilitó bastante la ascensión para ganar altura poco a poco, hasta remontar esta gran chimenea, que acaba en un angosto embudo, con un par de pasos escalonados que hace necesario el uso de las manos, encontrándonos mas arriba con una rudimentaria alambrada que salvamos sin dificultad.


Superada la alambrada, ya trasponemos a la parte Oeste y Suroeste de la Sierra, pudiendo distinguir Villanueva de la Concepción en lontananza a los pies del Torcal o la pequeña pedanía de Las Pilas a nuestros pies y casabermeja al sur.


Aunque llegados a este punto, todavía quedan unos 80 m de desnivel, lo mas duro con diferencia ya ha quedado atrás, y el terreno de lapiaz que tenemos que salvar hasta la cumbre nos resulta fácil en comparación con la fuerte pendiente que hemos remontado, pues la zona de cancha de cumbre, no ofrece mayor dificultad que alguna grieta, pero a poco que tengamos paciencia, siempre encontramos pequeños callejones o tramos escalonados que nos permiten hacer cumbre sin la ayuda de las manos.


Las vistas desde el vértice geodésico de la sierra de Las Cabras (1.283 msnm) son realmente bonitas, ya que a pesar de su modesta altitud, al ocupar un lugar privilegiado en el corazón de la provincia nos brinda una panorámica privilegiada sobre la línea de cumbres de la sierra de Camarolos, con la doble cumbre de La Peña Negra en primer plano dirección ESTE, Los Montes de Málaga al SUR, El Torcal y el Camorro Alto hacia el OESTE como hitos geográficos mas cercanos, aunque también se contempla hasta la Sierra de Las Nieves y al Norte la parte alta de La Peña de Los Enamorados, asomando por encima del cordal del pico Yedra, que nos impide la visión hacia la Hoya de Antequera.

 
Una vez en la cumbre de Las Cabras, podemos descender dirección Sur, zigzagueando a través del lapiaz hasta aterrizar en la idílica dolina conocida como los llanos de Tajo Prieto que en los meses de invierno y primavera suele presentar un precioso manto verde y pequeños manantiales y lagunitas que cobijan a varias especies de anfibios como la salamandra amarilla y negra. 


O bien, la opción que escogimos nosotros, descendiendo en paralelo a la dorsal N-O, que durante los próximos kilómetros sería nuestra dirección predominante con preciosas vistas frontales hacia el Torcal, recortado por el perfil de Las Vilaneras Altas y el Camorro Alto a su derecha, mientras la velocidad del viento cercano a los 40 km/h en zona de cumbre arrastraba un buen número de nubes sueltas de gran tamaño, que daba lugar a un constante juego de luces y sombras, donde el paisaje parecía estar en constante movimiento, al ritmo de las nubes que pasaban por encima de nosotros a gran velocidad. Aunque todo el descenso se hace por lapiaz, la dorsal N-O, tiene un perfil relativamente suave y esto unido a la existencias de pequeños corredores alfombrados por las huellas y cagarrutas del ganado que ha permitido que crezca la hierba, nos permite una bajada muy llevadera, hasta la dolina donde ya pisamos tierra firme, desde donde nos dirigimos al estratégico collado de Los Lastonares, antiguo lugar de paso para trasladar el ganado de un extremo a otro de la sierra, algo parecido a lo que estábamos haciendo nosotros en versión senderista.
La dolina existente entre el pico de Las Cabras (o cerro de Los Lastonares) y el pico Yedra, conocida como los llanos de Tajo Prieto inspira una sensación paz infinita, con su pequeño bosquecillo de fresnos, quejigos, olmos, arces de Montpelier y espinos majoletos. Se trata de un paraje absolutamente lleno de magia, donde nace el arroyo de la Yedra. Esta dolina está dedicada al pastoreo de ganado bovino.


Desde el estratégico puerto de Los Lastonares, son varias las opciones que se presentan ante nosotros, por un lado podemos emprender el regreso hacia el inicio de ruta, atravesando el “Hoyo de Juan Diaz” hasta venir a salir al tendido eléctrico por donde iniciamos la ascensión; encaminar nuestros pasos hacia el barranco de La Yedra donde debemos encarar un descenso muy pronunciado con pasos algo aéreos que nos llevarían de forma muy directa hasta las inmediaciones del hotel la Yedra (inicio de ruta); Por otro lado, si tomamos dirección Oeste, podemos descender hasta la pista terriza que nos llevaría hasta el cortijo de Los Migueles; O bien nuestra opción que consistió en continuar dirección Noroeste por la dorsal del pico Yedra que nos sitúa en un segundo collado, al que mas tarde regresaremos, desviándonos ahora a nuestra derecha, dirección ESTE, para remontar la redondeada ladera que nos sitúa en las dos pequeñas cumbres de similar altura (1.264 msnm) que son el punto más alto del pico Yedra, una cumbre muy agradecida y de dócil ascensión, que a diferencia del pico Cabras, nos permite una visión amplia y completa hacia el Norte de la Hoya de Antequera con la zona de media montaña por donde discurre la antigua carretera del Romeral a nuestros pies, coincidiendo las vistas al Este y al Oeste con el pico Cabras, mientras que al Sur contemplamos la cara norte del pico Cabras y parte de Los Montes de Málaga con Casabermeja a sus pies. 

 
Si bien, la mayoría de los compañeros estuvieron el tiempo justo para hacerse la foto de grupo sobre el peñasco que marca el punto mas alto, aunque unos pocos demoramos algunos minutos el descenso, mientras intentábamos sacar varias fotos panorámicas 360º luchando contra el viento, que en esta segunda cumbre nos azotaba con rachas intermitentes que ya superaban los 60 km/h. Y es que no hay que olvidar que El Puerto de Las Pedrizas es uno de los lugares más ventosos de la provincia de Málaga.


Una vez de regreso al anterior collado donde se habían quedado a esperarnos “El Califa” y “El Último Samurái” que renunciaron al pico Yedra para no forzar la máquina y no recaer en sus recientes lesiones, retomamos rumbo N-O, iniciando un prolongado descenso por una ancha vaguada,
  
mientras contemplábamos gran parte de la localidad de Antequera en lontananza, caminábamos llevando a nuestra derecha, el fondo de una modesta cañada que preside el centro de esta vaguada, pasando junto a un antiguo abrevadero de cinco pilones construidos en 1905, y una caseta de agua con el tubo correspondiente que supuestamente surte a los pilones, pero que ya hacía semanas, tal vez meses, que ya no daba agua.

 
Unos 100 m mas allá, en el margen derecho de la vaguada, un curioso pináculo, presidido por una gran yedra y una cuevecilla en su base, que no sólo nos regaló unas fotos muy curiosas, sino el lugar perfecto para el almuerzo que ya tocaba, porque aunque el viento seguía soplando con fuerza, aquel rincón además de precioso, nos ofrecía el lugar ideal para refugiarnos del viento.


Una vez finalizado el almuerzo, el viento había dejado de soplar con intensidad y abandonábamos este precioso rincón del pináculo con la cuevecilla y la yedra palma, bajo un radiante cielo azul y las nubes ya mucho mas dispersas y lejanas. De nuevo retomamos el margen izquierdo de la vaguada, que minutos mas tarde se estrechaba cada vez mas, llegando a una especie de balconada, desde donde el descenso se convertía en una empinada bajada tipo montaña rusa, en continuos zig-zags a los pies de la cara norte del farallón rocoso de Los Lastonares, cuya sombra nos protegía del intenso sol del mediodía de aquel último sábado del verano 2015.

 
A lo largo del descenso vamos pasando junto a un gran número de majuelos en el apogeo de sus frutos rojos, tan importantes para la fauna de la zona, especialmente para las aves. A nuestra derecha, nos acompañan algunos farallones rocosos rematados por curiosos pináculos a modo de formaciones imitativas. Frente a nosotros tenemos un paisaje de media montaña, característicos de los redondeados cerros que predominan en la zona del Romeral y que aportan la mayor densidad de pinar y bosque de dehesas de todo el término municipal de Antequera.

 
Conforme vamos virando a nuestra izquierda, cambiando el rumbo N-O, por rumbo O, comenzamos a ver parte de la empinada ladera norte del Torcal que viene a caer al Nacimiento de La Villa, coincidiendo con el final de nuestra ruta, pero todavía se antoja relativamente lejano (al menos a unos 4 km, “a ojo de buen cubero”). Llega un momento que el descenso se hace muy largo, pero afortunadamente en la parte final se suaviza, una balsa de agua contraincendios y un helipuerto justo al lado, delatan la cercana localización de las ruinas del histórico cortijo de La Alhajuela, el tamaño de sus ruinas y la cantidad y variedad de árboles, algunos de ellos frutales y de porte centenario, nos hablan de una época de esplendor y de la importancia que este cortijo debió tener en su día. Además de encinas y algarrobos, nos encontramos con  numerosos frutales y varias especies ornamentales como el árbol del amor, cipreses, moreras, almecinos, nogales, y un gran pino piñonero que formaban los jardines del Cortijo.

 
Este cortijo llegó a albergar un contingente de 40 milicianos del bando Republicano, en los primeros meses de la Guerra Civil, que defendieron con uñas y dientes los pasos estratégicos entre Antequera y Villanueva de la Concepción, junto con un amplio contingentes de camaradas acantonados en “Los Peligrillos” (zona alta de las laderas norte del Torcal, por encima del nacimiento de La Villa) y pequeñas patrullas apostadas por las inmediaciones del puerto de La Boca del Asno.

 
En la actualidad el histórico cortijo de La Alhajuela, es una finca pública de la Consejería de Medio Ambiente, el tamaño y la variedad de los árboles que allí se encuentran han formado un rincón mágico, presidido por un manantial cuyas aguas proceden de uno de los acuíferos de la Sierra de Las Cabras, con un abundante caño que abastece con generosidad el abrevadero de seis pilas situado junto a un fresno, donde más de uno disfrutamos bebiendo su agua fresca, como antaño lo hicieron aquellos héroes anónimos, muchos de los cuales, murieron emboscados o fusilados a sangre fría en los paredones de las casas de peones camineros, cuyas ruinas aún se conservan diseminadas, a lo largo de la carretera que va desde Antequera al Torcal. Una pila de lavar, situada junto al abrevadero nos habla de antiguos hábitos no tan lejanos, que llegamos a conocer en nuestra infancia los que tenemos cierta edad, de hecho, hasta principios de la década de los 80, no había pueblo que no tuviera lavadero y señoras mayores que hicieran uso de él, al menos, un par de veces por semana frota que te frota.

 
Un pequeño panel informativo, nos resume la importancia y la utilidad que el abrevadero tiene en su día para el hombre y el ganado, aunque hoy más para el ganado, pero también para el hombre, de hecho antes de abandonar el lugar llegó una familia expresamente desde Antequera para aprovisionarse de agua con numerosas garrafas. Este abrevadero también da de beber a gran parte de la fauna de la zona y es hábitat de varios anfibios.
 
 
A partir del Cortijo de la Alhajuela enlazamos con la pista terriza que da acceso al mismo y a lo largo de un kilómetro y medio aproximadamente, siempre dirección Oeste, en suave pendiente ascendente, caminamos entre fincas donde pasta ganado vacuno, equino y bovino, que nos observaban con cierta indiferencia, mientras cubríamos la distancia que nos separaba de la carretera de Antequera a

 
Villanueva de la Concepción  A-7075 cruzando la misma, para caminar por su margen izquierdo, siempre en dirección OESTE, con las laderas norte del Torcal a nuestra izquierda, hasta que unos 500 m mas allá, podíamos abandonar la carretera, por el mismo margen izquierdo, adentrándonos en la pista terriza por donde discurre el GR.E-7, coincidiendo con el antiguo Cordel de la Dehesilla del Colmenar, cuyos monótonos márgenes plagados de retama, contrasta con la espectacularidad de lo abrupto de los tajos y empinadas laderas de la cara norte del Torcal, que llevábamos en todo momento a nuestra izquierda, dejando a nuestra derecha, la zona de atrás del camping El nacimiento de la Villa, su pequeño laguito aledaño, mas tarde su rudimentario campo de fútbol, su segundo lago, mayor, pero vacío (pues depende mucho mas de épocas de lluvia), y por último las ruinas de La Ventilla, muy cerca de la explana terriza donde habíamos estacionado los vehículos a primera hora de la mañana, a escasos 100 m de la popular venta El Molino Blanco.

Alicientes principales:
Esta sierra es uno de los eslabones menos conocidos del Arco Calizo Central, que va desde Sierra Tejeda y Almijara hasta Los Reales de Sierra Bermeja pasando por Camarolos, Torcal, Sierra Chimenea, Valle de Abdalajís, Monte Huma, Alcaparaín, Prieta, Cabrilla y Sierra de las Nieves. Esta cordillera encierra formaciones geológicas de relieve kárstico propias de los macizos calizos, con lapiaces, torcas, marmitas, fisuras  por fragmentación, dolinas, uvalas, navas o lapiaces de gran belleza.

La vegetación de esta cordillera está representada por sabinares, pinares, encinares, olmedas y formaciones mixtas de encinas, quejigos y arces. Entre las especies zoológicas se encuentran: Buitre Leonado, Águila Real, Águila Perdicera, Búho Real, Acentor Alpino, Chochín, Avión Roquero, Roquero Solitario, Golondrinas, Mirlo Capiblanco, Alcaudón Real y el Autillo que se deja escuchar en verano.
Entre los mamíferos destacan: jabalíes, zorros, tejones, meloncillos, garduñas, y la cabra montesa. Y entre los anfibios: la rana bermeja, sapillo moteado y salamandra común. También habitan estas sierras las víboras, culebra bastarda y de escalera.

1 comentario :

  1. Eduardo Campos9:38 a. m.

    El Domingo fueron unos amigos míos al cortijo de la Alejuela y les encantó. Ya se ve que nos quedan sitios por descubrir en la provincia.

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