Pueblo de referencia: Rute
Punto de encuentro 1:
9.00 am (ya desayunados) Paseo del Fresno (plaza muy popular en la parte
alta del pueblo, desde donde parte la carretera que se dirige a Priego y
Carcabuey).
NOTA: No especificamos ningún bar para desayunar, porque no
tienen horario fijo y nunca sabes cuál te vas a encontrar abierto a las 8.30 am
(mejor venir ya desayunados o con tiempo suficiente para desayunar por el
camino).
Punto de encuentro 2:
9.30 am (inicio de ruta)
Cómo llegar al inicio
de ruta: Al llegar a Rute hay que tomar la carretera CO-220, dirección
Carcabuey, esta carretera no debe ofrecer dudas porque es la misma que
cogeríamos si fuésemos hacia el cortijo Vichira, la carretera discurre paralela
al pie de monte de la Sierra de Rute, que en todo momento llevamos a nuestra
derecha y a la izquierda vamos dejando las aldeas de Palomares y Burbunera. Poco
después nos encontramos con otro cruce que nos indica a Carcabuey a la
izquierda, y que a partir de aquí debemos ignorar, pues en todo momento hay que
tomar el ramal de carretera que vaya hacia la derecha y nos mantenga pegados al
pie de sierra.
Unos 13 km mas allá de Rute, (¡ojo con el cálculo del tiempo
en llegar, porque es carretera estrecha y de mucha curva que nos obliga a ir
muy despacio), llegamos al cruce que nos señalará “Los Villares” a la izquierda,
pero que ignoraremos, un poco mas adelante dejamos una era a la derecha de la
carretera, que sería un lugar ideal para aparcar, de no ser porque el inicio de
ruta, erstá unos 800 m carretera mas adelante, que localizaremos en un pequeño
ensanche de carretera junto a dos casitas blancas, de allí parten dos carriles
a la derecha de la carretera, el primero que nos encontramos (normalmente con
una baliza) es nuestro camino a seguir por donde discurre el GR.E-7, y el de
unos 40 m mas adelante, que sale otra pista mucho mejor marcada y transitable
para vehículos es el que nos lleva hasta el Cortijo del Puerto del Cerezo, que
es por donde finalizaremos la ruta.
Desnivel aprox. 850 m
Punto de partida: pista (vereda) terriza del GR.E-7 junto a las
casitas blancas, cercanas a otro ramal de pistaque se dirije al cortijo del puerto
del Cerezo.
Punto mas elevado: pico Bermejo, (1.474 m)
Tiempo aprox. Entre 7 y
8 horas
Nivel dificultad: Alto, pero es muy gratificante, posiblemente la
ruta de montaña mas bonita y espectacular de toda la provincia de Córdoba.
Tipo suelo: pista de tierra, senderos con matorral alto y campo
través con bastante roca y algunos tramos de lascas sueltas (imprescindibles
botas de trecking).
Tipo de recorrido: Circular.
Mapa: IGN
Bibliografía: Las mejores excursiones por la Sierras Subbéticas
Cordobesas
Crónica y fotografías: Juan Ignacio Amador, con la colaboración de José Manuel Vázquez e Inma Balbastre.
Fecha de realización: sábado, 7 de noviembre de 2015
Participantes: Gran ruta la que nos tenía preparada hoy sábado 7 de
noviembre Don Mariano Navarro "El Ingeniero de Telecomunicaciones",
que con mano experta guío al grupo formado por 18 prestonianos: Paco "El
Generoso", Fali "El Artista Hiperrealista", Paqui "La
Pacificadora", José Manuel "El Coleccionsta de vértices
geodésicos", Marita "Mucha Marcha", Manuel y Ana, Inma Balbastre
"Revelde sin causa", Mari Carmen López "La coleccionista de
cumbres continentales", Fidel "El Senderista Romántico", Javi
"El Hombre Tranquilo", Margarita "La holandesa que caminaba mas
alto", Maria Luisa "El Duendecillo de Sierra Horconera", Lena
"La Amazona Bielorrusa", Rafa Castillo "El REy de las
panorámicas" y el Comandante.
Resúmen itinenario: Tramo del GR.E-7, carretera Los Villares-Priego (dirección
Rute), Dehesa de Vichira, cortijo
Vichira, boquete del arroyo de Las labores, jardín del Moro, cordal hasta el
pico Bermejo, puerto del Cerezo, descenso hasta el inicio de ruta.
A tener en cuenta: Se trata de una ascensión que se hace especialmente dura
desde el inicio del boquete del arroyo de Las Labores hasta alcanzar la
crestería donde se encuentra el Jardín del Moro, pues a la fuerte pendiente hay
que añadir la dificultad de discurrir sobre piedra que intentamos sortear por
difuminados restos de senderos de cabra. Resultando muy recomendable los
bastones, así como un mínimo de tres litros por persona (saliendo bien
hidratados) y como de costumbre a partir de estas fechas el chubasquero.
Alicientes principales: Este itinerario nos muestras algunos de los rincones mas
recónditos de Sierra Horconera, con magníficas vistas de las principales
montañas y subsierras de este parque natural que aglutina las cumbres mas altas
de la provincia de Córdoba: como La
Tiñosa (1.568
m) techo de Córdoba o hacer cumbre en el pico Bermejo (1.474 m), segundo techo
provincial.
El
cortijo Vichira, es más bien una cortijada formada por tres grandes casas de
dos plantas, que aún conserva el porte de antiguo señorío y una época de
esplendor que conocieron los centenarios nogales, álamos, almendros,
encinas, eucaliptos, y palmeras, de su entorno, en
esta especie de oasis al pie de Sierra Horconera.
Una vez estacionados los coches en la carretera hacia Priego, (cerca del cruce de Los Villares), iniciamos el
recorrido dirección S-O por una pista que coincide con el trazado del GR.E-7 y
que a su vez discurre por el pie de monte de la vertiente occidental de Sierra
Horconera, cuyos majestuosos farallones rocosos iremos contemplando allá arriba
a nuestra izquierda, mientras atravesamos preciosos caminos de frondosa
vegetación, donde predomina la encina, siendo los primeros hitos de este inicio
de recorridos el cortijo de Los Arraiganes, el cortijo del Soto Bajo, la dehesa
de Vichira. Al llegar al cortijo de Vichira cambiamos la
dirección S-O, que hemos traído hasta aquí por la dirección E, caminando ahora de frente hacia unos imponentes tajos, siendo el que tenemos justo delante de nosotros, donde se encuentran las ruinas del Jardín del Moro, en lo as alto.
Echamos
andar en dirección este por una pista terriza que pasa junto a su fuente y una antigua
alberca, con la interesante sierra Gallinera que se alza a nuestra espalda,
cual islote rodeado por el mar de olivos que lo circunda todo hacia Poniente. Mientras que a nuestra derecha, tenemos el
cordal de la Sierra de Rute a nuestra derecha, suroeste, caminamos entre las
monumentales encinas por la que discurre este primer tramo de suave ascensión, destacando
una encina cuyo tronco tiene más de 5
m de diámetro y que está catalogada como árbol singular
de la provincia de Córdoba. Mas adelante, dejamos a nuestra derecha lo que parece un antiguo burladero o corralón para el ganado.
La imponente
crestería que tenemos ante nosotros desde el inicio ya deja muy a las claras
que esta va a ser una ruta de grandes sensaciones. A unos 500 m del cortijo Vichira, el camino
viene a morir afrente al espectacular boquete por el que baja el arroyo de Las
Laborales, que
normalmente
no suele llevar agua.
Entre las paredes de este peculiar boquete iremos
superando empinadas rampas formadas por roca caliza que puede resultar muy
resbaladiza e incluso peligrosa en días de lluvia, por lo que en algunos puntos
es recomendable recurrir a la ayuda de las manos y antes de darnos cuenta
saldremos a una especie de valle.
Nada mas dejar atrás el boquete del arroyo de Las Labores,
rebautizado por Paco “El Generoso” como “El cañón del Infierno”, cruzábamos al
margen derecho de dicho arroyo (generalmente seco), izquierdo en el sentido de
nuestra marcha y comenzábamos a remontar una de las pendientes mas duras que
recuerdo en mucho tiempo, en paralelo a la base del tajo, que mientras subíamos
por el Boquete llevábamos a nuestra izquierda y que ahora, por haber rodeado
unos 180º a nuestra izquierda, lo seguíamos llevando a este mismo costado,
remontando la empinada ladera sin mas referencia que algunos tenues senderos de
cabra, cualquier espacio medianamente despejado entre matorral y matorral,
grandes lascas y peñascos, que aunque hacían de obstáculos, eran propicios para
una fácil trepada y entre resoplido y resoplido, recuperando el resuello poco a
poco, metro a metro fuimos avanzando metro a metro, cada pequeño tramo era una
gran conquista y así poco a poco, cada uno a su ritmo fuimos llegando a la
crestería, desde la que se accede a los restos de lo que se conoce como “Jardín
del Moro”, un estratégico recinto militar de vigilancia en época de dominación
musulmana, donde se encuentran unos restos de muralla de ápoca almohade, la
base del antiguo torreón y lo que mejor conservado se encuentra, justo en la
parte mas alta de la peña, su aljibe de planta cuadrangular en cuya pared sur
(interior del aljibe, es decir, orientado hacia el norte) colocamos con
discreción de la placa de Valentín García Vioque “El Rey de la Montaña”,
teniendo en cuenta que este un lugar muy poco frecuentado por senderistas por
su difícil y muy escarpado acceso.
El historiador Don Pedro Alcalá-Zamora había indicado hace
más de un siglo que esta fortificación se encontraba "sobre un tajo
horroroso de la sierra Jalconera... a donde no suben sino alguno que otro
cabrero de poca aprensión al riesgo de despeñarse". Antonio Arjona fue el
primer investigador moderno que accedió, hacia mediados de la década de 1970, a
las ruinas del Jardín del Moro, siguiendo datos ofrecidos por el escritor
decimonónico Ramírez y las Casas-Deza. Después presentó, previa sugerencia de
M. Nieto Cumplido, la posibilidad de que las ruinas del Jardín del Moro
correspondieran a las del castillo de la villa medieval de Tiñosa, citada en
las fuentes medievales cristianas del siglo XIII y abandonada en esa misma
centuria.
También Nieto Cumplido recogió la identificación de ambas realidades
en su Corpus Mediaevale Cordubense (tomo I, de 1979). Asimismo, R. Carmona
Ávila, Arqueólogo Municipal de Priego de Córdoba, se inclina en la actualidad
por identificar Tiñosa con el Jardín del Moro, aunque en un principio (1987) no
aseguraba este hecho, vinculándolo con los episodios de sublevación de los
muladíes acaecidos en los tiempos del Emirato. Pero, como ha indicado más
recientemente (1997), esta hipótesis está pendiente de revisión crítica,
careciéndose por el momento de fuentes para su contrastación al haberse perdido
las cerámicas de una colección particular que podían adscribirse a esa época
procedentes del lugar. Por el momento, lo único claro es, como indica Carmona,
que el recinto cuenta con numerosas evidencias de ocupación en época almohade,
siendo especialmente significativos el conjunto de dirhemes, los tipos de
cerámica (estampilladas bajo cubierta,...) y las puntas de flecha de
cuadradillo -en hierro, para arco y ballesta- de estos momentos que han
aparecido en el yacimiento.
Según nos ha comunicado este investigador, una vez conocidos
las asentamientos existentes en los valles y montañas de la zona, parece ser
que el Jardín del Moro es el único de ese entorno que puede identificarse con
la antigua villa de Tiñosa. Si consultamos los datos históricos o documentos
que hacen referencia a esta entidad poblacional, no tendremos dudas de su
localización en la zona suroeste de Priego, como veremos a continuación.
Incluso el mismo topónimo de Tiñosa, que alude a un lugar de rocas peladas,
cuadra bien con las características del lugar donde se asienta el Jardín del
Moro. Por último, hay que tener en cuenta que, como recoge el Catastro de
Ensenada, la sierra donde se asienta el Jardín del Moro (Sierra de la
Horconera) se llamaba a mediados del siglo XVIII Sierra de Tiñosa, lo cual
puede ser concluyente para aceptar que en ella se asentó la villa homónima y
que puede tratarse del "Jardín". El nombre de Tiñosa aún no se ha perdido
del todo: ha quedado para designar el pico más alto de la provincia de Córdoba,
situado a unos 4 km al Este del Jardín del Moro, al otro lado de la crestería
de Sierra Alhucema..
Tras la colocación
de la placa se pronunciaron unas palabras en honor a Valentín, que mas tarde
serían repetidas en la cumbre del pico Bermejo, así como este improvisado
acróstico:
Iniciamos el camino por el GR.E-7, entre frondosas yedras,
olivares y dehesas
Crestones, chimeneas y pedreras hacen justicia a tu grandeza
Odisea montañera vivirá quien tú cumbre intente conquistar
Boquete del arroyo de Las Labores, mal hará quien tu
dificultad ignore
Empinadas laderas remontamos, cual conquista de un tesoro en
el Jardín del Moro
Recordamos con añoranza, del Rey de la Montaña sus andanzas
Marineaba por las crestas Valentín, apareciendo y
desapareciendo cual Mago Merlín
Entre la Gallinera al Oeste;
Alhucema y La Tiñosa al Este
Justificada queda nuestra ascensión a este pico tan agreste
Observamos tu paisaje con deleite bajo un inmenso cielo
celeste.
Una vez
visitado el Jardín del Moro, retornamos sobre nuestros pasos hasta la zona
donde alcanzamos la crestería y continuamos por la misma dejando a nuestra
izquierda unos espectaculares pináculos rocosos (otra de las señas de identidad
de sierra Horconera). Continuamos dirección norte-noreste, por el cordal, hasta
que llegamos al siguiente collado (1.204 m), girando en este punto, levemente a la derecha, dirección este, para
ir ganando altura por un sendero que en sucesivos zig-zags nos dejara cerca de
la siguiente crestería donde ya se encuenta el pico Bermejo (1.474 m), al que llegamos sin dificultad manteniéndonos
paralelos a la línea de crestería, dejando esta vez los afilados crestones de
la misma a nuestra derecha, si bien unos 200 m antes de la cumbre el sendero se bifurca,m ofreciéndonos la opción de afrontar un paso aéreo realmente precioso, si bien no apto para personas con mucho vértigo, debido a su caída por los tajos que flanquean la vertiente izquierda del encajonado valle del arroyo del Puerto (del Cerezo). Una vez superado este paso, aéreo de a penas 20 m de longitud, ya estamos a tiro de piedra de la cumbre a donde llegamos remontando un último repecho de redondeada pendiente, bastante mas llevadero que otros tramos del inicio de la ascensión.
En los alrededores del v.g. del pico Bermejo suelen
encontrarse grandes socavones de tierra removida por los jabalíes en busca de
raíces y cualquier tipo de animalillos.
Abandonamos la cumbre volviendo a caminar sobre nuestros pasos hasta mas
allá de 1 km
de distancia, una vez que dejamos atrás un morrión muy grande de la crestería,
que ahora llevábamos a nuestra izquierda, iniciamos la ascensión hacia la
divisoria de aguas tomando como referencia una zona redondeada y de suave
perfil desde donde descenderemos sin dificultad por la vertiente contraria
hasta el mítico puerto del Cerezo.
Al
llegar al puerto del Cerezo iniciamos el descenso entre quejigos, majuelos,
encinas y rosales silvestres por un carril que se construyó para un antiguo
proyecto de reforestación que nunca se llevó a cabo. Poco a poco el camino se
encajona en un bonito cañón formado por las paredes de Sierra Horconera a
nuestra izquierda y sierra Alhucema a nuestra derecha, donde también podemos opbservar una gran covacha, que nuestro amigo Paco "El Generoso" bautizó como la Cueva del Lobo.
que durante mas de una
hora nos harán disfrutar con sus espectaculares cortados, covachas, salientes y
grandes espolones riscosos como si de pequeños Naranjos de Búlnes se tratara, en
esta zona suelen ser frecuentes pequeñas piaras de cerdos. Mas adelante nos
encontramos con olivos, mientras el cauce del arroyo del Puerto nos va acompañando todo el camino. Mas abajo
comienzan a aparecer chopos, membrilleros, higueras, olmos y de nuevo los
olivos que se alternarán con encinas de gran porte que nos acompañarían hasta
el final del recorrido con un sin fin de umbrías y rincones con embrujo.
Esta es de las rutas que más se recuerdan!
ResponderEliminarUn abrazo!
JM
:-)
ResponderEliminarEstimados y admirados compañeros de Comando Preston. Soy Juan Carlos Bono del Club Alcalareño de Montaña de Alcalá de Guadaíra, Sevilla. ¿Podeís enviarme el track de esta fabulosa ruta?. Me haría mucha ilusión poder compartir vuestra ruta con mis compañeros de club. Muchas gracias por el esfuerzo de manener este estupendo blog y la divulgación de nuestra espléndida tierra.
ResponderEliminarJuani, eres un crak! Me encantaria poder asistir a alguna ruta contigo.
Saludos
jcbono66@gmail.com