Pueblos de referencia: poblado del Castillo de Castellar.
Si
vienes desde Málaga por la N-340, debes
estar atento al llegar a la altura de Sotogrande y tomar la salida que te
indica castellar de la Frontera, una vez en castellar de la Frontera, continúas
por la misma carretera y llegas al siguiente cruce que ya te indica: Castillo
de Castellar (a la derecha) y tras 9 km, la carretera te lleva a los pies del
cerro donde se encuentra el castillo, al que no subiremos con el coche, sino
que aparcaremos abajo, junto a la Venta Jarandilla, allí se encuentra el panel de
inicio de ruta.
Si
vienes desde Cádiz Algeciras por la N-340 ó Sevilla-jerez-Los Barrios por la
A-381, al dejar atrás Algeciras, concretamente a la
altura de Taraguilla, estaremos atentos al desvío hacia castellar de la
Frontera, llegando de forma mas directa al Castillo de castellar.
Si
vienes desde Ronda o desde el interior, la
referencia a seguir es Jimena de la Frontera, Los Ángeles y antes de llegar a
castellar de la Frontera, ya te encuentras a la izquierda con el desvío al
castillo de castellar.
Punto de
encuentro: 10.00 am Aparcamiento de la Venta Jarandilla, Km 5 de
la carretera CA-512 que va desde el pueblo de castellar de la Frontera hacia el
castillo, donde se encuentra el
panel informativo de inicio de ruta.
Distancia aprox. 14´5 Km
Desnivel
aprox. subida 350 m
Punto de
partida: 100 msnm
Punto
mas elevado: 249 msnm Castillo y cueva de Los Maquis
Tiempo aprox. 6-7 horas
Nivel
dificultad: medio-fácil
Tipo de
recorrido: circular.
Mapa: IGN
Fecha de
realización: sábado 6 de febrero, cielos cubiertos durante
la mañana con intervalos de nubes y claros a partir de las 14.00 pm,
temperatura fresca muy agradable para la caminata con ligeras rachas de viento
en algún momento.
Unos 40 participantes: Paco Jaime “El
Presidente”, Eduardo Campos González
“l Último Samurai” “El Vicepresidente”, Rafael Molina “El Retorno de Elvis”, Paqui
“La Pacificadora”, Lena “La Belleza del Silencio”, Ilse “Medalla de Plata en la
maratón de las Olimpiadas de Munich 1972”, Celia “La Hechicera du Sao Paulo”,
Guillermina”,
Ana
Montesinos Vilela, Manuel González Luna “El Pintor de Montparnase”, Silvia
Meilán “Verde Esperanza”, Isabel Guggisberg de Hoces, Juan José Blasco García,
Marlise Hofer, Manuel Esteban, Cristina Piqueras, Alicia “el el país de las
Maravillas”, Miguel Ángel D.M.
Isabel Torres Ruiz, el Padre Carras,
Maria Jesús Rider “La Duquesa de Juanar”, Romualdo Estévez “El Trovador de la
Senda”, Felix “El Guapo”, Rafa “El Califa”, Inma Marazul “La Alquimista”, Charo
Carmona, Carlos Sánchez, Paco “El Generoso”, Miguel Fortes “El Marqués de la
Viñuela”, Eduardo Ortuño “Lo que queda de Esduardo”, Fran I. Jiménez, Mabel
Hidalgo “La Renacida”, .
Como invitados (debutantes)
vinieron: Alicia García Basurte, Chele Bobillo, dos compañeras del “El Marqués de la Viñuela.
Familiares del guía: Maria del Mar "Wendy" y Juan Enrique "el
Profeta de Nervión".
Una vez repartidos los mapas con una breve descripción de la ruta e historia de Castellar, las tarjetas federativas pendientes de recoger por parte de algunos asistentes, dimos una breve explicación sobre las características del recorrido y nos pusimos en marcha pasando junto al panel informativo del SL-A 115, Sendero de la Calzada Dehesa
del Boyar, vadeamos el arrollo de La Arandilla (generalmente seco) y tras
cruzar la carretera, iniciamos la ascensión poir la calzada
empedrada, antiguo camino de herradura, de 1.300 m de longitud y una pendiente media
del 12%, construioda
en tiempos de Pompeyo en Grande y Julio Cesar, que iba desde Carteia (actual
Cartella, junto a la desembocadura del río Guadarranquebahía, en el centro de
la bahía de Algeciras) hasta Córdoba. Durante la época de colonización romana,
este pueblo tomó la Torre Lascutana,
construida previamente por los íberos, que forma parte del Castillo de Castellar,
y crearon allí un asentamiento cuya misión era la observación y defensa de la
misma. De hecho, tal y como vamos ascendiendo por la calzada, podemos observar
una amplia panorámica del entorno hasta el peñón de Gibraltar.
Los pobladores que más secuelas van a dejar y que van a marcar una etapa importantísima son los musulmanes. Fundaron la villa que se localiza en el interior de las murallas. Dado su emplazamiento en plena frontera del antiguo Reino de Granada, jugó un importante papel en las últimas décadas de la Reconquista. Asimismo en el periodo Andalusí, también en La Almoraima existió un pequeño asentamiento humano, donde habitaba la guarnición de la torre almenara, allí situada. Castellar de la Frontera fue uno de los eslabones de la cadena de fortalezas del reino nazarí, enlazando por el sur con la Torre Palmones y la bahía de Algeciras, y al norte con Jimena de la Frontera. En ocasiones era cedida con otros castillos por los reyes de Granada a los benimerines como pago de su socorro contra los cristianos. Estuvo bajo dominio árabe hasta que en 1434 D. Juan Arias de Saavedra conquistó la villa y la incorporó a la corona cristiana.
A partir de aquí, va a ser un pueblo que ha basado su economía en la agricultura, ganadería y en los recursos que el monte les proporcionaba, hasta que en 1960 comenzaron las obras del embalse de Guadarranque, lo que permitió que la población se especializara en otros trabajos. A finales de los años 60, el Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario comienza a construir a 8 Km al S-E, de la villa-fortaleza un nuevo pueblo, el Nuevo Pueblo de Castellar de la Frontera.
Una vez
arriba del cerro, se dió media hora para visitar por el pueblecito que hay dentro del Castillo Castellar de la Frontera, cuya historia
reciente se divide en dos etapas: la primera, cargada de anécdotas históricas,
se localiza en el Pueblo Viejo de
Castellar de la Frontera (el castillo). La segunda es más reciente y se
remonta a principios de los 70, fecha en la que la mayoría de los habitantes
del viejo pueblo dejaron sus casas para trasladarse al nuevo. Así, en 1971
nació el Nuevo Pueblo de Castellar,
y con él una nueva parte en la historia. Este cambio supuso para los vecinos de
Castellar mejores condiciones de vida, ya que la imposibilidad de crecimiento
del pueblo viejo y la dificultad orográfica del terreno donde estaba situado
impedían un progreso social adecuado, a lo que había que añadir las carencias
de medios higiénicos de las viviendas. Frente al trazado lineal de la nueva
villa se encuentra el Castellar monumental, encerrado en las murallas de su
majestuoso castillo, un enclave mágico. La altura sobre la que se ubica el
antiguo casco urbano garantiza una de las vistas panorámicas más atractivas de
la comarca, en la que están presentes el agua y el bosque.
Y junto a la
estación de ferrocarril existe otro núcleo de población de gran trascendencia
histórica: La Almoraima, situada
unos 9 km al Sur de castellar Viejo. La primera
evidencia documentada de la existencia de población en la zona de Almoraima es
una torre almenara construida por los musulmanes que servía como transmisora de
noticias. Esta torre estaba ocupada por una pequeña guarnición cuya misión era
defenderla y comunicar algún peligro por invasión.
En
1603 se construye el Convento de San Miguel de La Almoraima, que fue ocupado
por los frailes de la Orden de La Merced. En 1868 el Convento de San Miguel de
La Almoraima pasa a propiedad del Duque de Medinaceli. En 1982 se construye un
apeadero junto a la línea de ferrocarril Algeciras-Bobadilla, de uso exclusivo
de la casa Ducal y sus invitados. Con el tiempo, este apeadero se convierte en
la estación de Almoraima, que a su vez es también la del Nuevo Pueblo de
Castellar.
En 1945 se crea la “Empresa Corchera Almoraima”. Ésta va a ser el centro
económico de la mayoría de los habitantes del término municipal de Castellar.
Alrededor del patio de corcho se construyeron numerosas viviendas compuestas
por chabolas. Almoraima poco a poco va creciendo en número de habitantes. En
1962, los propietarios de la empresa corchera construyeron viviendas para sus
empleados, pero éstas eran insuficientes y todavía predominaban las viviendas
tipo chabolas o chozas hechas de material pobre. Por estas fechas, Almoraima
contaba con más de 1500 habitantes.
Con la construcción del Nuevo Castellar, gran parte de la población que vivía en Almoraima se trasladó al pueblo construido a tan sólo 1 kilómetro de distancia. Hoy en día, La Barriada de La Almoraima está perfectamente conectada con el núcleo urbano principal. En ella está localizada la empresa del mismo nombre que gestiona el Ministerio de Medio Ambiente, así como la estación de ferrocarril, lo que supone un plus en las comunicaciones de la localidad. La línea Bobadilla-Algeciras se instaló entre 1890 y 1892 y de entonces data la construcción de una estación a 7 km del Castillo, pero el mal estado de la calzada impidió que el pueblo llegara a beneficiarse de este apeadero. En la actualidad, aquella estación de Castellar ha sido abandonada y sus funciones las ha asumido el Apeadero de La Almoraima, que en su día se construyó para uso exclusivo del Duque de Medinaceli. cuenta con unos 200 habitantes.
Con la construcción del Nuevo Castellar, gran parte de la población que vivía en Almoraima se trasladó al pueblo construido a tan sólo 1 kilómetro de distancia. Hoy en día, La Barriada de La Almoraima está perfectamente conectada con el núcleo urbano principal. En ella está localizada la empresa del mismo nombre que gestiona el Ministerio de Medio Ambiente, así como la estación de ferrocarril, lo que supone un plus en las comunicaciones de la localidad. La línea Bobadilla-Algeciras se instaló entre 1890 y 1892 y de entonces data la construcción de una estación a 7 km del Castillo, pero el mal estado de la calzada impidió que el pueblo llegara a beneficiarse de este apeadero. En la actualidad, aquella estación de Castellar ha sido abandonada y sus funciones las ha asumido el Apeadero de La Almoraima, que en su día se construyó para uso exclusivo del Duque de Medinaceli. cuenta con unos 200 habitantes.
El viejo pueblo de Castellar de la
Frontera
está situado en el interior de una fortaleza medieval. Por su situación estratégica en lo alto de
una montaña (conocida hoy como cerro del Castillo), el suelo de Castellar ha
sido lugar de asentamiento de numerosas culturas. Las primeras manifestaciones
que poseemos de presencia humana son una importante industria lítica (de
herramientas) que nos indica que ya por estas tierras pasó el hombre del paleolítico
y neolítico. Además, la presencia de pinturas rupestres encontradas en diversos
abrigos rocosos localizados cerca del viejo pueblo nos constata la presencia
del hombre prehistórico.
Los
orígenes de la fortaleza construida sobre un antiguo asentamiento romano, datan
del siglo X. No obstante, fue en los siglos XIII y XIV cuando se construyó el
recinto defensivo tal como se conoce hoy. A partir de estas fechas, sus
elementos arquitectónicos han sufrido transformaciones, e incluso se
introdujeron otros nuevos ya en época cristiana, a partir de que don Juan de
Saavedra la incorporó a la dinastía cristiana en el año 1434.
Antes
de acceder al interior de la villa hay que pasar por dos torres albarranas, que
servían de defensa en la entrada principal y que, junto a las barbacanas y
doble muro, formaban un bloque defensivo inexpugnable. En los muros y
barbacanas se abren unas saeteras que servían para disparar desde ellas al
enemigo.
El
acceso a la villa se hace mediante una puerta en el muro principal. Ésta, a su
vez, estaba también defendida mediante una buhedera, orificio abierto justo en
la parte superior, desde donde se arrojaba sobre los atacantes aceite o agua
hirviendo. Sobre la puerta de entrada a la villa se encuentra el Alcázar. Es el
lugar que los Señores de Castellar adquirieron como residencia para vivir. Es
un edificio de forma alargada donde se localizan dos torres, la del Homenaje y
otra de construcción reciente. Es el edificio que más transformaciones e
incorporaciones de nuevos elementos ha experimentado, aunque algunas de sus
partes son originales.
El conjunto arquitectónico está rodeado por una muralla
que varía de altura debido a la irregularidad del terreno, En esta muralla se
localizan nueve torres de flanqueo cuya misión era defender los ángulos
muertos. A su vez, estaba defendida por una barbacana, doble muro situado
delante del principal para impedir el asalto de los atacantes. Una vez dentro
de los muros, se ingresa en uno de los escasos ejemplos de núcleo habitado
dentro de las murallas de un castillo: el antiguo pueblo de Castellar. La
mayoría de sus habitantes pertenecen a un grupo de artesanos, comerciantes o
bohemios que llegaron a principios de los 70, casi todos hippies del centro y
norte de Europa. En 1973 fue declarado monumento histórico-artístico. Castellar
incluye en su término municipal, inmerso casi en su totalidad en el Parque
Natural de Los Alcornocales, el mayor latifundio de Europa, La Almoraima.
2ª parte: por el embalse del
Guadarranque, ruinas del Lagar, tumbas antropomorfas y arroyo Arandilla.
Una
vez finalizada nuestra visita al Castillo de Castellar, dejamos atrás este enclave lleno de encanto, con algunos alojamientos y precios muy razonables para disfrutar de un fin de semana en un entorno idílico, iniciando la ascensión al embalse de Guadarranque por la calzada empedrada que nos lleva hasta la “Fuente Vieja”, de gran valor
histórico-artístico, que abasteció de agua a los castellarenses hasta no hace
muchos años. Posiblemente el origen de este camino coincida con la época de
construcción de la fuente para facilitar el acceso a la misma a los aguadores y
habitantes del castillo.
Desde la Fuente Vieja, continuaremos descendiendo
hasta las ruinas del antiguo embarcadero del Tamaral, donde realizamos una breve parada de avituallamiento. El mero hecho de que la orilla se encontrara a mas de 50 m de este antiguo embarcadero, deja muy a las claras el nivel tan bajo de las aguas de este embalse y de la mayoría de los embalses de Andalucía tras uno de los otoños e inviernos mas cálidos y faltos de lluvias abundantes en los últimos 10-12 años. ¿Seguimos necesitando mas evidencias sobre las irreversibles consecuencias del CAMBIO CLIMÁTICO?.
Tal y como teníamos previsto retomamos la marchadirección N, y O, prolongando el paseo por la orilla rodear el cerro Moheda, remontando un pequeño tramo de ladera que llega hasta dicho cerro pasando por Las Lomillas por las ue fuimos ganando altura con preciosas vistas sobre la cola del embalse y su precioso entorno hasta la
pista que nos lleva hasta el cortijo de Gamero,
desde el que accedemos a la carretera
CA-512, que a penas llegamos a tocar pues rápidamente tomamos el sendero con su
baliza verde y blanca del SL-A115 que nos lleva hasta las ruinas de un antiguo
Lagar (actualmente en ruinas), en una preciosa praderita donde estuvimos
almorzando y
donde el gran Romualdo Estévez “El Trovador de la Senda” nos
sorprendió con una simpática puesta en escena y esta preciosa poesía recitada
con su insuperable arte, sentimiento y expresividad:
Alberto
Cortez
Qué
suerte he tenido de nacer,
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para tener la opción de la balanza,
sopesar la derrota y la esperanza
con la gloria y el miedo de caer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para entender que el honesto y el perverso
son dueños por igual del universo
aunque tengan distinto parecer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para callar cuando habla el que más sabe,
aprender a escuchar, ésa es la clave,
si se tiene intenciones de saber.
Qué suerte he tenido de nacer,
y lo digo sin falsos triunfalismos,
la victoria total, la de uno mismo,
se concreta en el ser y en el no ser.
Qué suerte he tenido de nacer,
para cantarle a la gente y a la rosa
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger.
Qué suerte he tenido de nacer,
para tener acceso a la fortuna
de ser río en lugar de ser laguna,
de ser lluvia en lugar de ver llover.
Qué suerte he tenido de nacer,
para comer a conciencia la manzana,
sin el miedo ancestral a la sotana
ni a la venganza final de Lucifer.
Pero sé, bien que sé...
que algún día también me moriré.
Si ahora vivo contento con mi suerte,
sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte,
cuál será en la agonía mi balance, no lo sé,
nunca estuve en ese trance.
Pero sé, bien que sé...
que en mi viaje final escucharé
el ambiguo tañir delas campanas
saludando mi adiós, y otra mañana
y otra voz, como yo, con otro acento,
cantará a los cuatro vientos...
Qué suerte he tenido de nacer.
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para tener la opción de la balanza,
sopesar la derrota y la esperanza
con la gloria y el miedo de caer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para entender que el honesto y el perverso
son dueños por igual del universo
aunque tengan distinto parecer.
Qué suerte he tenido de nacer,
para callar cuando habla el que más sabe,
aprender a escuchar, ésa es la clave,
si se tiene intenciones de saber.
Qué suerte he tenido de nacer,
y lo digo sin falsos triunfalismos,
la victoria total, la de uno mismo,
se concreta en el ser y en el no ser.
Qué suerte he tenido de nacer,
para cantarle a la gente y a la rosa
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger.
Qué suerte he tenido de nacer,
para tener acceso a la fortuna
de ser río en lugar de ser laguna,
de ser lluvia en lugar de ver llover.
Qué suerte he tenido de nacer,
para comer a conciencia la manzana,
sin el miedo ancestral a la sotana
ni a la venganza final de Lucifer.
Pero sé, bien que sé...
que algún día también me moriré.
Si ahora vivo contento con mi suerte,
sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte,
cuál será en la agonía mi balance, no lo sé,
nunca estuve en ese trance.
Pero sé, bien que sé...
que en mi viaje final escucharé
el ambiguo tañir delas campanas
saludando mi adiós, y otra mañana
y otra voz, como yo, con otro acento,
cantará a los cuatro vientos...
Qué suerte he tenido de nacer.
TRas divertida y colorida sesión de fotografía de grupo, nos encaminamos hacia nuestro siguiente hito del S.L.A-115 las tumbas antropomorfas, relativamente cercanas, situadas
en un recóndito rincón del bosque al que llegamos por un angosto sendero, que
discurre paralelo a la cabecera del recién formado arroyo de La
Arandilla y poco después de cruzarlo, después de remontar una fuerte pendiente de mas de 50 m de desnivel, en a penas 100 m de apretados zig-zags llegamos al roquedo donde se encuentran tres tumbas antropomorfas perfectamente horadadas.
Estas tumbas antropomorfas son el teórico final del SL A-115 que teóricamente es líneal, es decir, se regresaría por la carretera CA-512 que es el monótono itinerario propuesto a partir del castillo (cosa que tampoco hicimos para llegar hasta aquí).
De manera que nuestra opción para regresar hasta la Venta Jarandilla fue apostar por las trazas de sendero que habíamos descubierto en los días previos gracias al maravilloso programa Google Earth y que resultó ser un precioso sendero que en todo momento discurre paralelo y muy cercano a la orilla del arroyo Arandilla, vadeándolo en varias ocasiones con algún paso de agua y barro, que con el debido cuidado pudimos salvar en varias ocasiones entre risas y bromas hasta retornar a la Venta Jarandilla donde estuvimos disfrutando de una agradable tertulia post ruta.
Después de disfrutar del precioso sendero, en algunos tramos algo salvaje y perdido que discurre por un cerrado alcornocal con numerosos quejigos tan representativos de este paqrue natural. Con varias especies de setas de las que como de costumbre nuestro admirado amigo Pepe Guerrero "El Maestro Geobotánico" (en la imagen de abajo) nos dió una magnífica charla.
De
las cerca de 18.000 Has que componen el término municipal de Castellar, unas
15.000 están dentro del Parque Natural Los Alcornocales, rico en bosques y de
gran valor paisajístico natural. Sólo una pequeña parte situada en la zona más
oriental del término no pertenece a éste. El Parque Natural Los Alcornocales
destaca por albergar una gran riqueza de especies tanto en flora como en fauna.
En flora, podemos destacar una gran variedad de vegetación autóctona. El
elemento más representativo en este campo es el alcornoque (Quercus suber), de
ahí el nombre del parque.
Pero mención importante también merecen bosques
compuestos de acebuches (Olea europaea) y quejigos (Quercus canariensis). Otras
especies representativas características de estos paisajes son: el palmito,
(Chamaerops humilis), el jerguen (Calicotome villosa ) , el helecho, (Pteridium
aquilinum ) o el acebo ( Ilex aquifolium) entre otros muchos más. Esta gran
riqueza botánica está motivada por un clima suave y relativamente húmedo,
acompañado de un terreno orográficamente complejo. Mención especial merecen los
excepcionales bosques en galerías formados por una flora importante debido a un
microclima especial característico de estas zonas. Son conocidos con el nombre
de canutos o gargantas, y son valles en V profundos y estrechos excavados por
los ríos. Los recursos económicos que los habitantes de esta zona pueden
obtener del parque se basan en la recogida del corcho, la ganadería extensiva,
la recogida de bellotas y especialmente la caza, tanto mayor como menor. El
Parque Natural Los Alcornocales también presenta una gran riqueza faunística.
Abundan herbívoros como el ciervo (Cervus elaphus), gamo (Dama dama), corzo
(Capreolus capreolus ) y muflón ( Ovies musimon). También encontramos mamíferos
como el topillo (Pitynis duodecimcostatus), el lirón (Eliomys quercinus ) o el
meloncillo (Herpestes ichneumon) y carnívoros como el zorro (Vulpes vulpes),
tejón (Meles meles) o jineta (genetta genetta ). Además, esta zona es
sobrevolada por hermosas aves rapaces. Entre ellas destacan el águila calzada
(Hieraetus pennatus), el águila culebrera (Circaetus gallicus), el águila
perdicera ( Hieraetus fasciatus ), el halcón peregrino ( Falco peregrinus ), el
buitre leonado (Gyps fulvus), el búho real (Bubo bubo), el gavilán (Accipiter
nisus) y el cernícalo (Falco tinnunculus ) entre otros. Dentro del Parque
Natural Los Alcornocales se encuentra el latifundio más grande de Europa : La
Finca La Almoraima. Tiene una extensión de 16.000 Has. Es uno de los más
selectos cotos de caza mayor del país. La finca se puede visitar en todo
terreno y a caballo. La Almoraima también basa su riqueza en la ganadería y la
extracción del corcho.
Claramente me quedo con la foto del águila
ResponderEliminarQue pasada de ruta un grupo excelente y del guía que se puede decir solo que es único con estas crónicas
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