Pueblo de referencia: Cómpeta para desayunar, Canillas de Albaida para tomar el carril de la sierraa (acceso al inicio de ruta).
Hora y punto de encuentro recomendado: A las 9.00 para desayunar en la Venta de Palma ó a
las 9.30 am ya desayunados.
Como llegar a la Venta de Palma en Cómpeta: Tomando como referencia la A-7, N-340 dirección Nerja-Motril,
después de dejar atrás Vélez-Málaga, tomaremos la salida de Algarrobo, localidad que pronto dejaremos
atrás, después Sayalonga, y sin desviarnos, llegaremos a Competa, tomando un
ramal de carretera que circunvala el pueblo por la derecha (su zona alta) y que
nos lleva directamente a un mirador de estilo Gaudí, junto al cual se encuentra
la mítica Venta de Palma, que normalmente abre todas las mañanas desde antes de
las 9.00 am
Se encuentra
justo en la confluencia de la carretera de circunvalación de Cómpeta y el
inicio de la carretera que va de Cómpeta a Torrox.
Desandamos
el último tramo de carretera, adentrándonos en Cómpeta por su travesía
principal, dirección canillas de Albaida, localidad vecina a la que llegamos en
pocos minutos, siguiendo ahora la indicación de la ermita y a partir de aquí el
carril de la Sierra dejando a nuestra izquierda el desvío hacia la famosa
fábrica de Luz de Canillas de Albaida. A partir de las últimas casas de
canillas de Albaida, nos quedan 11 km que recorrer de polvoriento carril, que
aunque la mayor parte se encuentra en buen estado, no es apto para coches
demasiado bajos.
Ficha de la ruta:
Longitud: 12 km
Tipo de ruta: circular en el sentido de las agujas del reloj.
Desnivel ascenso acumulado 800 m
Dificultad: Media (para personas que hagan con frecuencia rutas
de montaña).
Alta
o Muy Alta para personas no acostumbradas a hacer rutas de montaña con
frecuencia o que hace tiempo no hacen rutas con este desnivel.
Tipo de terreno: 65 % Senderos bien definidos. 37% campo a través o
sendero casi perdidos 3% pista 5%. Casi toda la ruta discurre por terreno muy
rocoso o de piedras sueltas.
Tiempo estimado: 6-7 horas
Principal escollo: la alternativa de retorno por los cerros del Arca y Rajas Negras, requiere de experiencia en montaña porque no existen senderos y caminamos por terreno muy agreste, crestas con abundante lapiaz o caminamos al filo de laderas muy empinadas. También requiere de dominio del GPS y conocimientos del terreno si el día es nublado y caminamos entre nubes.
El cerro de Rajas Negras que es la última cumbre que coronamos antes del descenso definitivo hacia la cantera no es apto para personaas con vértigo, dejándote solo la opción de faldear cerca de la cumbre por su vertiente norte, o bien pasar directameente sobre su cumbre, tras la cual, ya nos encontramos con un descenso bastante asequible, pero donde no podemos bajar la guardia hasta el Torcal quese encuentra a sus pies, pues a veces las piedras, incluidos bloques de cierto tamaño pueden ceder bajo nuestros pies.
LO MEJOR: Las impresionantes sensaciones alpinas desde su vertiginoso sendero en zig-zags, para muchos la ascensión más bonita de la provincia de Málaga (o a caballo entre Málaga y Granada). Salvo “el coladero de Los Mosquitos” a penas presenta ningún paso expuesto más allá del propio sendero al filo de empinadas laderas, pero ninguna cornisa o paso especialmente a tener en cuenta.
LO PEOR: La mareante carretera repleta de curvas desde Algarrobo hasta Canillas de Albaida, además de Los 11 km de
carril entre Canillas de Albaida y Puerto Blanquillo (inicio de ruta), que si bien son factibles
para cualquier coche acostumbrados a hacer kilómetros por carriles.
Preferentemente es mejor hacer en 4x4 o “todo caminos”. Absténganse coches
bajos, porque aunque la mayor parte del carril está en buen estado, en algunos
puntos aislado presenta baches o socavones difíciles de esquivar.
Paisaje parecido a: Mordor (Señor
de Los Anillos)
Fecha de realización: sábado
13-Febrero-2016, cielos muy
cubiertos y con bastante lluvia por la mayor parte de Andalucía. Se cumplieron
los pronósticos de cielos muy cubiertos con algunos claros que nos permitieron
disfrutar de las vistas desde laa zona de cumbre y desde otros puntos del
recorrido, con algo de ligera llovizna y niebla en algún tramo del camino de
vuelta.
Crónica y fotografías: Rafael Molina y Juan Ignacio Amador
Crónica y fotografías: Rafael Molina y Juan Ignacio Amador
Participantes: El Doctor Leal,
el Maestro Geobotánico, Paco "El Generoso", "La Campesina
Bolchevique", "El Gladiador de Itálica", "La Amazona
Bielorrusa", "Alicia en el país de las Maravillas", Fran,
"El Retorno de Elvis", "La Pacificadora", "El Padre
Carras", Ana (de Torrox, nuevo fichaje del Mercado de Invierno, que llega
de la mano de Paco El Generoso), Miguel, Margarita.
Debutantes
en fase de prueba: Teresa, "El novio de Elenea", "la amiga de la
amaiga de Alicia".
Invitado
por el guía: "El Corsario de Sierra Almijara" que acudió con su hijo
Javi de 7 años, que consiguió con éxito la hazaña de ser el montañero mas joven
(7 años) en coronar El Lucero.
Breve descripción: Desde Puerto
Blanquillo (1.203 m), bajo un cielo de negros nubarrones intercalados con algún claro iniciamos el primer tramo de ascensión por un angosto sendero de arenas blanquecinas típicas de los mármoles dolomíticos fragmentados de Sierra Almijara, por el que superamos un desnivel de 200
m por sinuoso sendero, que en poco mas de 1,1 km nos sitúa en el Puerto de
Cómpeta (1.404 m), estratégico enclave dentro de las antiguas rutas de arrieros
entre La Axarquía y el Poniente Granadino, de hecho en los días claros llama la
atención la imagen tan nítida que desde este punto tenemos hacia Sierra Nevada.
A
continuación se desciende levemente durante otro kilómetro pasando por la
antigua cantera de la empresa Mármoles Ibéricos S.A. y las naves de ésta, el
depósito de agua del Infoca y la Fuente Barrera (a la derecha bajo el nivel del
carril), donde nos encontramos con el panel informativo del sendero del Lucero
o Raspón de Los Moriscos (1.320 m).
Junto al panel informativo nos encontramos un puentecillo que salva el cauce de un arroyo normalmente secoco, tras el cual iniciamos el sendero por donde comenzamos a ganar altura alternando tramos escalonados y otros relativamente tendidos, donde el hoto visual mas destacable al norte, (a nuestra izquierda según el sentido de la marcha), será el embalse de Los Bermejales, y también a la izquierda, pero a muy poca distancia del sendero, el cerro de La Mota, también de perfil cónico y que la primera vez que hice este sendero en marzo de 2003, creí erróneamente haber llegado a los pies del Lucero, (de hecho en aalgunos mapas el cerro de La Mota, aparece erróneamente coimo cerro Lucero).
Pero debemos continuar en todo momento por el sendero principal hasta llegar al collado de La Perdiz, donde nos encontramos con unos pinos enormes (supervivientes al gran incendio que asoló Sierra Almijara a principio de los 70 del S.XX), desde donde tenemos unas vistas espectaculares hacia las dos pirámides hermanas del Lucero o Raspón de Los Moriscos (1.774 m) a la izquierda y del Lucerillo, también conocido como cerro Bartolo ó de la Venta Panaderos (1.687 m) a la derecha, que nos regalan una postal de montaña absolutamente inolvidable y espectacular.
Junto al panel informativo nos encontramos un puentecillo que salva el cauce de un arroyo normalmente secoco, tras el cual iniciamos el sendero por donde comenzamos a ganar altura alternando tramos escalonados y otros relativamente tendidos, donde el hoto visual mas destacable al norte, (a nuestra izquierda según el sentido de la marcha), será el embalse de Los Bermejales, y también a la izquierda, pero a muy poca distancia del sendero, el cerro de La Mota, también de perfil cónico y que la primera vez que hice este sendero en marzo de 2003, creí erróneamente haber llegado a los pies del Lucero, (de hecho en aalgunos mapas el cerro de La Mota, aparece erróneamente coimo cerro Lucero).
Pero debemos continuar en todo momento por el sendero principal hasta llegar al collado de La Perdiz, donde nos encontramos con unos pinos enormes (supervivientes al gran incendio que asoló Sierra Almijara a principio de los 70 del S.XX), desde donde tenemos unas vistas espectaculares hacia las dos pirámides hermanas del Lucero o Raspón de Los Moriscos (1.774 m) a la izquierda y del Lucerillo, también conocido como cerro Bartolo ó de la Venta Panaderos (1.687 m) a la derecha, que nos regalan una postal de montaña absolutamente inolvidable y espectacular.
La
ascensión al Lucero desde el collado de la Perdiz, zigzagueando por la cara
norte del Lucerillo, el paso por el Coladero de Los Mosquitos con las vistas
impresionantes hacia la cabecera del Valle del Higuerón a nuestros pies con
todos los colosos de Sierra Almijara frente a nosotros hacen de esta ascensión
una de las más bonitas no ya solo de toda Andalacía, sino de toda la Península
Ibérica, situada en esta cadena montañosa que históricamente ha hecho de
frontera natural entre las provincias de Málaga y Granada. Dado su valor
estratégico se construyó en su cima un puesto de la Guardia Civil para vigilar
los movimientos de los maquis, actualmente casi derruido y del que sólo perdura
una de sus cuatro paredes. Este es el itinerario más popular y parece es el que
seguían los arrieros, por el collado de La Perdiz ( 1.516 m), siguiendo hasta
alcanzar el collado denominado Coladero de los Mosquitos ( 1.635 m). La siguiente sucesión de fotos tan sólo refleja una mínima parte de la espectacularidad de esta inolvidable ascensión.
El descenso se hace por el mismo lugar que hemos venido hasta el Collado de La Perdiz, y unos pocos metros mas allá de los grandes pinos, donde al igual que en la ida hicimos otra pequyeña pausa de reagrupamiento, abandonamos el sendero campo través por un terreno donde parecía que pisábamos arena de playa, desde donde empezamos a remontar, el extremo oriental del cerro del Arca, que habíamos estado contemplando desde El Lucero, tomando como referencia una ancha cañada donde se alterraban tramos arenosos y mucha piedra, a veces sueltas, por las que fuimos remontando la cañada que al llegar a su tramo final, pasábamos al lado izquierdo de su cabecera, continuando por una crestería llevando a la izquierda la imponente caída hacia el barranco del Mirlo o de la zarzadilla (zona del cortijo del daire) y a la derecha, a escasos 100 m ladera abajo, una espeecie de pequeño circo glacial, quee como plan B, también puede servirnos como referencia, siempre y cuando no nos separemos de las pequeñas cumbrecillas secundarias que vamos a ir coronando y que en realidad son las jorobas que forman el cerro del Arca, una vez que dejamos, primero a nuestra derecha y después aa nuestra espaalda este peqqueño circo Glacial, nos encontramos en un collado con una empinadísima ladera a nueestra izquierda y a la derecha la caabecera de una cañada, siendo nuestro camino a seguir coronar el cercano cono qque tenemos ante nosotros y que es el cerro de Rajas Negras, no apto para personas con vértigo, tras el cual, la pendiente (milagrosamente) se suaviza y sin dejar de ser un terreno muy agreste y pedregosos descendemos hasta llegar a un precioso Torcal, donde no resulta difícil encontrar similitudes con formaciones imitativas, desde la que acceedemos a la parte alta de la cantera, que dejaremos a nuestra derecha, descendiendo sin margen de error hasta el sendero que nos lleva al Puerto de Cómpeta y de ahí a Puerto Blanquillo.
El descenso se hace por el mismo lugar que hemos venido hasta el Collado de La Perdiz, y unos pocos metros mas allá de los grandes pinos, donde al igual que en la ida hicimos otra pequyeña pausa de reagrupamiento, abandonamos el sendero campo través por un terreno donde parecía que pisábamos arena de playa, desde donde empezamos a remontar, el extremo oriental del cerro del Arca, que habíamos estado contemplando desde El Lucero, tomando como referencia una ancha cañada donde se alterraban tramos arenosos y mucha piedra, a veces sueltas, por las que fuimos remontando la cañada que al llegar a su tramo final, pasábamos al lado izquierdo de su cabecera, continuando por una crestería llevando a la izquierda la imponente caída hacia el barranco del Mirlo o de la zarzadilla (zona del cortijo del daire) y a la derecha, a escasos 100 m ladera abajo, una espeecie de pequeño circo glacial, quee como plan B, también puede servirnos como referencia, siempre y cuando no nos separemos de las pequeñas cumbrecillas secundarias que vamos a ir coronando y que en realidad son las jorobas que forman el cerro del Arca, una vez que dejamos, primero a nuestra derecha y después aa nuestra espaalda este peqqueño circo Glacial, nos encontramos en un collado con una empinadísima ladera a nueestra izquierda y a la derecha la caabecera de una cañada, siendo nuestro camino a seguir coronar el cercano cono qque tenemos ante nosotros y que es el cerro de Rajas Negras, no apto para personas con vértigo, tras el cual, la pendiente (milagrosamente) se suaviza y sin dejar de ser un terreno muy agreste y pedregosos descendemos hasta llegar a un precioso Torcal, donde no resulta difícil encontrar similitudes con formaciones imitativas, desde la que acceedemos a la parte alta de la cantera, que dejaremos a nuestra derecha, descendiendo sin margen de error hasta el sendero que nos lleva al Puerto de Cómpeta y de ahí a Puerto Blanquillo.
Pasajes de
la Historia de Sierra Almijara: Combate en las inmediaciones cerro Lucero
Seguramente
uno de los sucesos más sonados de toda la historia de la Agrupación Guerrillera
Málaga-Granada, fue el encuentro sostenido por fuerzas de la Guardia Civil, y
del Tabor de Regulares acantonado en Frigiliana, contra guerrilleros de esta
Agrupación, en la ladera sur de cerro Lucero.
El alto
valle del río Higuerón habitualmente se constituía en un magnífico refugio para
los guerrilleros liderados por el mítico jefe de la guerrilla Roberto.
Las condiciones orográficas, con profundos barrancos, pronunciadas elevaciones
y abundantes riscos, ofrecía el ideal lugar de defensa y ocultación.
Además la
existencia de una vía natural entre la costa malagueña y la vega de Granada, a
través del puerto de Frigiliana facilitaba el trasiego constante de
arrieros que transportaban sus mercancías a una y otra comarca. A esto se unía
una buena comunicación con los valles adyacentes, a través de pasos naturales
como puerto Umbrales y el collado de los Civiles.
Esta
situación en cierto modo facilitaba el posible abastecimiento a los grupos
guerrilleros que obtenían de estos arrieros la complicidad necesaria, unas
veces por afinidad y otras por miedo, que les proporcionaba su sustento.
Asimismo la
situación estratégica de venta Panderos, parada casi obligada de los usuarios
que transitaban la vía que les comentamos, también era utilizada por los
guerrilleros para su abastecimiento.
Del mismo
modo, muchos de los guerrilleros que conformaban las filas de la Agrupación,
por aquel entonces eran originarios de Frigiliana, Torrox, o río de la Miel,
localidades cercanas a este enclave que al ser por ello conocedores del
terreno, lo hacían aún más atractivo como expertos conocedores de la zona.
Así por
ejemplo, casi desde sus comienzos, los guerrilleros establecieron sus refugios
y campamentos en esta zona. En la cueva de la Montés, en Rajas Negras, en el
barranco Sin Salida, en el cerro Cisne, en Piedra Sillada, y también en el
barranco Bartolo (cabecera del barranco del Mirlo o Zarzadilla), en la ladera
sur de cerro Lucero donde se ubicaba el campamento guerrillero que aquel lunes
6 de diciembre de 1948, la Guardia Civil intentó atacar.
Era frecuente
que en las fechas navideñas, los grupos guerrilleros, y el Estado Mayor, se
reunieran en algún lugar para celebrar estas fechas, recibir instrucciones, e
intercambio de dinero y armamento. Así sucedió a finales de 1948, cuando se
encontraban alrededor de noventa guerrilleros concentrados en el campamento
cercano a venta Panaderos.
Para
abastecer a semejante personal, se hacía necesario movilizar a un gran número
de enlaces, por lo que es más que probable, que la Guardia Civil recibiese
noticias de que algo importante se estaba fraguando. Quizás por este motivo, y
por el descubrimiento meses antes, de la base en el citado barranco Bartolo, se
diseñó el servicio que desencadenó el definitivo encuentro.
El lugar en
el se ubicaba el campamento guerrillero, ofrecía las máximas garantías para su
defensa. Buena visibilidad de casi la totalidad del valle para los centinelas,
excelente protección en un terreno muy rocoso, y lo que es más importante una
elevadísima pendiente que dificultaba el avance de las fuerzas atacantes.
Los
guerrilleros además de las armas largas, constituidas principalmente por
escopetas, no muy útiles para este combate, disponían de bastantes mosquetones
arma ideal para mantener a raya a las fuerzas atacantes.
Pero el arma
que marcó la diferencia era un fusil ametrallador que los guerrilleros
arrebataron a un pelotón de soldados del ejército, en un encuentro sostenido en
el río Verde de la sierra de Cázulas el 29 de marzo de ese mismo año (1.948).
Dispuesto en
un lugar predominante, y manipulado por un experto como era José García Muñoz
(a) Ceferino o Chendarme, guerrillero de Agrón (Granada), que había
hecho el servicio militar con ametralladoras en el norte de África. Hacía del
todo imposible el avance de las fuerzas atacantes que se vieron obligadas a
aplastarse en el terreno y desistir de su intención.
El combate
se prolongó durante toda la jornada, y al llegar la noche, los guerrilleros
huyeron por la zona noroeste dirección a la sierra del Loja, aprovechando el
error táctico del su enemigo, que no supo ocupar este sector.
Recogemos
algunos testimonios de algunos guerrilleros que participaron en el combate y
que años después manifestaron sus sensaciones de lo ocurrido.
Uno de ellos
es de José García Elena Angelillo, ya fallecido, que el día 6 de
noviembre de 1987 era entrevistado por el maestro y amigo José Aurelio Romero
Navas, diría:<<Allí había más moros…, pero gracias al fusil
ametrallador, que llevaba uno que era de Agrón, los tuvimos a raya. Yo calculo
que eran unos tres o cuatro mil.
Por cierto que de allí salimos pro un sitio que ni los
prácticos sabían que se podía. Gracias al “Canillo”, que era como un látigo
subiendo, llegó hasta la cúspide de cerro Lucero, y luego ya subimos todos con
una cuerda. Pero tuvimos que dejar abajo en el campamento casi todo, incluidas
las doce cabras que estaban lista para la comida.
Otro testimonio recogido por el mismo autor anterior
en agosto de 1984, a José López Centurión Rodolfo, nos parece revelador.
<< A las ocho de la mañana empezó el tiroteo, siendo un error táctico
de ellos lo que nos salvó, porque nosotros no habíamos sentido nada, aunque a
lo lejos si que oíamos ruido pero lo achacábamos a las cabras montesas.
También
nosotros, si en lugar de tirar para arriba, lo hacemos para abajo no la
contamos. Esa fue la equivocación que cometieron. Recuerdo que los moros nos
decían “rojillos, bajad para abajo”, y nosotros les decíamos “moros, subid a
por nosotros”.
Los muertos
que pudo haber yo no lo sé, pero sí que
veíamos bajar y subir camillas con gente sobre ellas. Allí quienes mandamos
fuimos nosotros.
Otro experto
guerrillero, Antonio García Ordóñez: Enrique, natural de Salar
(Granada), nos confesó. “Nosotros llegamos, desde la sierra de Loja, la
tarde antes, al mando de Crescencio y Mariano. Estuvimos toda la
tarde con ellos, pero como no había sitio suficiente acampamos un poco más
arriba. Luego al día siguiente sentimos los tiros y nos marchamos, pero no
intervinimos en el combate. Luego, a la noche siguiente, ya nos reunimos todos
en los campamentos de la sierra de Loja>>.
A
continuación les ofrecemos la versión oficial de lo sucedido, recogido en la
causa 3/49.
Atestado
A modo de
resumen les ofrecemos el atestado de la Guardia Civil en el que se recoge, en
líneas generales, la versión oficial de lo sucedido.
Don Pedro
Martí Serra, Teniente Jefe del Segundo Distrito del Primer Subsector del Sector
interprovincial de la Guardia Civil Granada-Málaga, por medio del presente
atestado instruido en virtud de orden del Señor Comandante, D. Francisco Alcalá
Martínez, Jefe del citado Sector, hace constar lo siguiente:
Con fecha 30
del pasado mes de noviembre, en virtud de una orden del Sector Interlímite, se
disponía el reconocimiento del terreno comprendido entre el triángulo formado
por el río Higuerón, camino de las Carihuelas, y una línea ideal que une los
puertos de Umbrales y Frigiliana. Este servicio se encomendaba a la fuerza del
Primer Distrito, y a la Compañía de Regulares acantonada en Frigiliana. A la
fuerza del Segundo Distrito se le asignaba la misión de reconocer el cerro
Lucero, desde el puerto de Frigiliana hasta venta Panaderos.
Para llevar a cabo ambos cometidos se dispuso que el
Teniente Jefe del Primer Distrito, D. Enrique Cazenave Acosta, con el
Destacamento del Imán, fuerza del puesto de Frigiliana, y Compañía de
Regulares, pernoctarán el día cinco de diciembre del año en curso, en el
cortijo del Imán. El día seis, esta fuerza debía salir del Imán con la
antelación necesaria para encontrarse a las 8:30 en puerto Umbrales, e iniciar
el reconocimiento de la parte del terreno que anteriormente se indica.
La fuerza del Segundo Distrito, al mando del Teniente
que suscribe, se debía fraccionar en dos grupos. Un grupo de veintiún hombres,
al mando del Sargento Jefe del Destacamento de barranco Moreno, D. Manuel
Flores Comitre, el día cinco debía pernoctar en el cortijo de El Daire. Y otro
grupo de igual número de hombres, a las órdenes del Teniente firmante, debía
pernoctar en la misma fecha, en el cortijo de los Pradillos Altos.
El día seis, la fuerza que pernoctó en El Daire, se
debía fraccionar en tres grupos, uno de seis guardias debía dirigirse al cerro
de los Borges, otro también de seis al a puerto Llano (Collado de La Perdiz).
Ambos grupos debían poner su atención en las estribaciones de cerro Lucero. El
resto de los veintiún hombres, con el Sargento, debían establecerse en el observatorio
que los bandoleros (makis) habían utilizado por encima de venta Panaderos, y
que está situado por debajo de una antigua base. Estas fuerzas no debían hacer
acto de presencia hasta las 8:30 horas.
La fuerza que pernoctó en los Pradillos Altos, debía
salir con la antelación necesaria para hallarse en la parte este de cerro
Lucero (altura de puerto Frigiliana), debiendo seguir este itinerario: puerto
Cómpeta, rambla Seca, y vereda de los Moriscos a dicho lugar, procurando seguir
una vereda que conduce a la mencionada base, y descubrir cualquier rastro que
pudiera conducir a otra nueva base, que pudieran haber establecido los
bandoleros por aquellos parajes.
La finalidad de estos reconocimientos, era averiguar
si se había establecido alguna base nueva, y comprobar si las ya conocidas
habían vuelto a ser utilizadas.
El Capitán del Primer Subsector, con el grupo volante,
debía encontrarse en las inmediaciones de venta Camila, atento a cuanto pudiera
ocurrir en los dos servicios que se señalan.
Desarrollado el servicio en la forma prevista, sobre
las ocho treinta, y casi simultáneamente, fueron agredidas las fuerzas que al
mando del Sargento Flores Comitre, se dirigían al observatorio indicado.
Resultando herido el guardia segundo Román Gómez Carrillo. Y las fuerzas que
con el Teniente Instructor, se encontraban en el lugar que se les había
asignado, sufrieron un violento fuego de fusiles ametralladores, y fusiles, de
los elementos bandoleros establecidos en cerro Lucero y estribaciones. Ambas
fuerzas tomaron inmediatamente posiciones y rechazaron el fuego,
generalizándose la lucha en un amplio sector, cuyas posiciones dominantes
estaban ocupadas por los forajidos.
Sobre las once horas de dicho día seis, la Compañía de
Regulares y la Guardia Civil al mando del Teniente D. Enrique Cazenave, tomaban
contacto con el Sargento de barranco Moreno y tomaban parte en la lucha,
sufriendo la baja de un Cabo de Regulares que resultó herido.
Sobre las catorce horas del mismo día, el Sargento de
Regulares, y unos doce soldados, entablaron contacto con el grupo mandado por
el Teniente Pedro Martí, quien dispuso el despliegue de sus fuerzas en un
espacio más amplio, para evitar la huida de los bandoleros por el espacio de terreno
que dominaban.
Sobre las diez y siete horas, resultó muerto de una
ráfaga de fusil ametrallador, un soldado marroquí. De esta forma, y siempre
bajo violento fuego de los bandoleros, enérgicamente rechazado por las fuerzas
de la Guardia Civil y Compañía de Regulares, se continuó el combate hasta la
entrada de la noche. Durante la cual los bandoleros aprovechando la oscuridad y
lo accidentadísimo del terreno, y que éste no era posible cercarlo por completo
sin un gran número de fuerzas, abandono el lugar de la lucha.
En la mañana del día siete, todas las fuerzas que el
día anterior habían sostenido el encuentro y la Compañía de Infantería
establecida Cómpeta, realizaron un completo reconocimiento del terreno, donde
se pudo apreciar que los bandoleros habían vuelto a utilizar de nuevo la
antigua base establecida encima de venta Panaderos, en el llamado barranco
Bartolo. Esta daba la sensación que hacía muy poco era utilizada, pues las
chabolas estaban reconstruidas y la hierba estaba aún verde, ya que
anteriormente habían sido destruidas al ser descubiertas.
Esparcido en el suelo había gran cantidad de víveres,
garbanzos, judías, harina, cebada, no pudiendo ser recogidos por estar entre
las piedras. Asimismo siete garrafas estropeadas que habían contenido aceite,
siete cabras sacrificadas, pero cuya carne tampoco pudo ser recogida por estar
en estado de descomposición debido sin duda a haber estado expuestas al sol.
Cerro Lucero y sus estribaciones presentan gran número
de parapetos construidos con piedras y todo da la sensación de que los
componentes de la partida de bandoleros serían sobre cien hombres.
Por el Teniente Jefe de la Línea de Torre del Mar, se
instruyen diligencias de carácter urgente con motivo de la herida sufrida por
el guardia del Destacamento de barranco Moreno Román Gómez Carrillo. Y por un
Oficial de la Compañía de Regulares se instruye por la muerte y heridas de dos
componentes de dicha unidad.
En el reconocimiento aludido anteriormente, fueron
hallados en los parapetos ocupados por los bandoleros, varios regueros de
sangre, que demuestran que estos sufrieron varias bajas.
Que sepamos los guerrilleros sufrieron únicamente dos
bajas. Luís Almendros Muñoz (a) Luís, sufrió un roce en el codo que
posteriormente le provocaría que uno de sus dedos le quedara inutilizado.
Además de otro guerrillero que recibió un tiro en la nalga. Ambos en la misma
acción, en la que recibieron una ráfaga por detrás cuando estaban coronando, a
cierta distancia de donde se encontraba el campamento. Los regueros de sangre a
los que se refiere el Teniente, que dice haber hallado en las proximidades del
citado campamento, probablemente buscan excusar de alguna manera el fracaso de
la operación.
Y para que conste se extiende el presente atestado que
firma el cabo auxiliar Miguel Gil Granados, y el Teniente Instructor en
Cómpeta, a los ocho días del mes de diciembre de 1948.
Como recoge en su atestado el Teniente D. Pedro Martí
Serra, para el esclarecimiento de los hechos fue comisionado como Juez
Instructor, el Teniente de la Guardia Civil D. Paulino Cordero Sánchez, quien
nombró como secretario al guardia primero Antonio Oliva Fernández.
En nuestra opinión, la planificación del servicio en
cerro Lucero no fue en nada acertada. Seguramente el mando de la Guardia Civil
no era consciente del verdadero potencial del contingente guerrillero allí
concentrado. Pero quizás debió de cerciorarse antes de enviar a ese lugar, de
una dificultad topográfica elevadísima, a un elevado número de guardias y de
soldados de Regulares que de verdadero milagro no tuvieron un final mucho más
dramático.
Creemos que hasta un profano en tácticas militares,
hubiese atacado las posiciones guerrilleras de arriba a abajo. Asegurando
primeramente las posiciones elevadas de cerro Lucero, y cerrando la posible
huída por la zona noroeste, el tan mencionado puerto Llano. Totalmente al
contrario de cómo se realizó.
Además es seguro de que el número de fuerzas que
intervinieron, eran a todas luces insuficiente, para atacar a un elevado número
de guerrilleros, bien armados, excelentes conocedores del terreno, y con un
total desprecio al peligro.
Por todas estas razones echábamos de menos la
comparecencia de los máximos responsables de la planificación de este servicio
que acabó con un fracaso rotundo de las fuerzas atacantes.
El 17 junio 1953 el Capitán General de la Novena
Región Militar en Granada, acordó el Sobreseimiento Provisional de estas
actuaciones, a tenor de lo dispuesto en el caso segundo del artículo 723 del
Código de Justicia Militar, ya que a pesar de estar agotada la investigación,
no fue posible llegar al conocimiento de quiénes fueron los autores del hecho
de referencia.
No he sido capaz de leerme 'toda' la historia guerrillera pero me encanta el mapa de Andalucía con las sierras 'rojas'
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