Travesía del Valle del Genal 2018, Parauta-Igualeja-Pujerra-Júzcar
6ª Ruta
Homenaje a Valentín García Vioque "El Rey de la Montaña"
Por tratarse
de una ruta lineal y siendo un grupo de tan sólo diez personas, decidimos
quedar a las 8.30 am, en el punto previsto de final de ruta, concretamente en
la zona ancha del arcén de la carretera cercana al Hotel "El
Bandolero" de Júzcar, donde dejamos dos vehículos, para irnos juntos en la
furgoneta de "El Vigilante de la Playa" hasta la entrada de Parauta,
desde donde iniciamos esta preciosa ruta sobre las 9.10 am
LOCALIDAD
DE REFERENCIA: Parauta (inicio) y Júzcar (Final), Igualeja y
Pujerra serán los puntos intermedios por este orden.
ENTORNO: Havaral,
Alto Valle del Genal, Serranía de Ronda.
TRAZADO: Lineal.
DISTANCIA: 19 km
DESNIVEL
ASCENDIDO ACUMULADO: 970 m
DESNIVEL
DESCENDIDO ACUMULADO: 810 m
DIFICULTAD: Alta, por
el desnivel a salvar y la distancia a recorrer. (Unos 1.100 m acumulados de
ascensión y unos 900 de descenso).
DURACIÓN
aprox: 8 – 9 horas, según paradas
ALTURA
MÁXIMA: 1034 msnm
ALTURA
MÍNIMA: 500 msnm
TIPO DE CAMINOS: el 60% es por pista y el 40% por senderos. El Valle
del Genal es de terreno irregular en el que tendremos continuas subidas y
bajadas con breves tramos llanos y siendo un 80 % del recorrido por un bosque
de castaños. El punto de dificultad del recorrido es vadear el río Genal ya en
el último tramo del recorrido, entre Pujerra y Júzcar hay que cruzar el río por
unas rocas sin mucha dificultad.
BIBLIOGRAFÍA: Valle del Genal, guía del Excursionista (Edit. La Serranía, Autor: Mi gran amigo y Maestro Rafa Flores "El Mago Gandalf de la Serranía")
FECHA Y METEOROLOGÍA: Sábado 17 de Noviembre de
2018. Las previsiones meteorológicas horarias oscilaban entre 0.3 y 0.7mm que
afortunadamente se vieron reducidas a un par de lloviznas suaves de poco más de
cinco minutos en el tramo de Parauta a Igualeja y otras dos en la subida del
Puente de Río Seco hacia el Puerto del Monte.
Bibliografía: La Biblia del Valle del Genal, o lo
que es lo mismo "Valle del Genal, guía del excursionista".
10 Participantes: Muchos fueron los llamados
pero pocos los que acudieron, en parte por convalecencias, en parte por Viajes,
en parte por mudanzas, y en parte por la "cagalera colectiva" que
suele tener lugar cuando hay un mínimo riesgo de lluvia, a pesar de comprarnos
botas goretex y prendas de montaña especial para lluvia, viento, frío...¡pero
coño, caen tres gotas y el "acojonamiento masivo"!, provoca una
interminable ristra de excusas para no venir, el caso es que los que no
fallaron en esta jornada ABSOLUTAMENTE MÁGICA fueron: Nuestros anfitriones
Carmen "La Bandolera del Burgo", Jorge "Aterriza como
puedas" (guía de lujo y mejor persona); desde Sevilla vino Ángel "El
Gladiador de Itálica", escoltado por José (grupo de senderismo de
Guillena); y desde distintos puntos de la Costa vinieron: Mercedes González
"La senderista micológica", Antonio Pascual "El Último
Patriota", los míticos senderistas de Leyenda: Antonio Francisco gallego
"La Locomotora de Alhaurín", José Antonio Luque "El Vigilante de
la Playa", el omnipresente espíritu de Valentín García Vioque "El Rey
de la Montaña" y quien tuvo la suerte de compartir mas de cien rutas con
Valentín entre 2008 y 2012: Juan Ignacio Amador "El Comandante".
Pinceladas de Parauta:
Como de
costumbre dejamos el vehículo estacionado en el margen derecho de la carretera,
a escasos 30 m antes de llegar al cementerio, donde nos encontramos una piedra
tallada con la siguiente inscripción: "A los parauteños fusilados en la
Guerra Civil, gente noble que creía en la paz y en la libertad". A escasos
metros nos encontramos con un cartel de bienvenida a Parauta, información
comarcal, un cartel de "contramano, tuneado en forma de corazón" con
la inscripción "No a la violencia machista" (por desgracia tan
presente en estos tiempos) y unos metros más abajo, en una pequeña explanada,
también ideal para aparcar un rudimentario mapa de la Serranía, donde vienen
todos los PR del Valle del Genal, del Guadiaro, Llanos de Líbar y sendero de
Ronda a Arriate. Unos metros más adelante, merece la pena descender por las
escaleras que quedan a la derecha de la carretera, pasando junto a otro panel
informativo, en esta ocasión dedicado al "Castaño", una alberca que
queda a la derecha y así llegamos a una preciosa Fuente Alquería, que no
veríamos en caso de seguir bajando todo el tiempo por la carretera, que
retomamos, pocos metros después para entrar en Parauta por la calle Calvario.
Los
pueblecitos del Valle del Genal se caracterizan por sus casitas encaladas
y calles estrechas, pero de todos
Parauta, es el que aglutina un mayor número de calles estrechas por superficie,
desde la misma entrada del pueblo, donde no podría entrar ni una minibús,
¡claro que lo bonito de estos pueblos es recorrerlos a pie!. El caserío de Parauta se recuesta en una ladera inclinada y
presenta una estructura netamente morisca; todas su calles, sin excepción, son
absolutamente irregulares. Se divide en lo que podría llamarse dos barrios, muy
conectados entre sí por la zona en que se encuentra la Plaza de la Constitución.
En el barrio que mira más al norte se encuentra la iglesia de la Purísima
Concepción, una de las más antiguas del Valle del Genal.
Parauta
tiene la peculiaridad de ser uno de los únicos cuatro pueblos que existen en
toda España con el certificado AENOR, que le otorga la denominación de “pueblo
ecológico” al estar toda su producción enfocada a los cultivos ecológicos y los
pequeños rebaños de cabras y ovejas que aún podemos encontrarnos por sus
alrededores pastando a la antigua usanza nos hace remontarnos a tiempos
pretéritos, por desgracia cada día menos frecuentes. Es una lástima que estos
pueblecitos no reciban más subvenciones para frenar la marcha de la gente joven
y el envejecimiento de una población cada día más mermada en la mayoría de los
casos.
Su
término municipal es tan amplio como diverso abarcando gran parte de la zona
occidental del parque natural sierra de las Nieves con sus montes calizos y sus
bosques de pinsapos, como el de la ladera norte del Alcojona, parajes
paradisíacos como el “Cambullón de Vélez” y numerosos tramos de bosques de
castaño, encinas y alcornoques del alto Genal, tal y como podremos comprobar en
la primera parte de nuestro itinerario.
Tramo 1, De Parauta (710 m) a Igualeja (706 m) por el PR. A226
Distancia: 4,5 km
Desnivel: 250 m (de ascenso) y 180 m (de
descenso)
Punto más bajo: Arroyo de los Granaos (550 m)
Punto más alto: Loma de Igualeja (840 m)
Dificultad (por tramo): Media
Track de referencia (incluye la opción
circular de Igualeja a Parauta:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-igualeja-parauta-ruta-de-la-castana-valle-del-genal-igualeja-parauta-malaga-29-10-2017-20633450
Se trata de un corto recorrido, de poco mas de 4 km
por el antiguo camino que unía ambos pueblos, que en Parauta se conoce como
"Camino de Igualeja" y en Igualeja se conoce con el curioso nombre de
"Camino de la Tetona"; Al poco de hacer nuestra entrada en Parauta
por la calle Calvario, tomaremos la tercera calle a la izquierda, que en apenas
un minuto nos sitúa en la parte alta del pueblo, pudiendo observar un pinsapo
que preside el centro de esta localidad.
La pista al comienzo asfaltada, está flanqueada por
fincas de castaños y olivos; el primer hito emblemático de este itinerario, nos lo encontramos a la salida de Parauta, concretamente a la derecha del camino, se trata de la mítica "Encina del
Vallecillo", una encina considerada árbol singular, ya que, además de sus 26 metros de altura, su
tronco tiene un diámetro de 1,30 metros y una circunferencia de alrededor de 5
metros, lo que da muestra de las dimensiones de este árbol. Mención especial
requiere su increíble edad, ya que se estima que esta encina puede superar los
400 años, aunque a simple vista no lo parezca.
La
mayor parte de este precioso camino discurre entre fincas de castañosa veces flanqueado de zumaque cuyo tono rojizo se suma al espectáculo de la primavera de cobre, que se
han visto obligadas a proteger de vallas metálicas, para impedir la recolección
de castañas y setas en estas fincas privadas, por parte de muchos senderistas,
que no se conforman con dos o tres, sino que a veces parece que vienen a
recolectar todo lo que pillen.Antes de finalizar el primer kilómetro de recorrido, a la derecha del sendero nos sorprenderá un castaño, parcialmente hueco, asemejando una especie de
hornacina que invita a hacer una simpática fotografía si alguien se mete dentro del tronco.
La pista que pronto se hace terriza, mantiene un
suave perfil, casi llano, algo inusual en el Valle del Genal, donde lo que no
es subida, es bajada. A la derecha preside el paisaje la Sierra del Oreganal,
presidida por la imponente silueta de la Cancha Almola, también nos llamará la
atención, la bella estampa de la localidad de Cartajima, a los pies del mágico
paraje de Los Riscos.
Una vez que completamos el primer kilómetro de recorrido,
con predominio de castaños centenarios a ambos márgenes del camino, con algún
que otro madroño, altos alcornoques ganan en protagonismo, donde el carril vira
al Este y comienza a descender, al fondo vemos la carretera de Igualeja y sobre
nosotros aparecen las enormes torretas del cable de alta tensión que desde
Marruecos atraviesa España y llega a Francia.
Único punto negativo que se le
podría poner a este precioso sendero.
Durante la bajada observaremos tres alcornoques de
retorcidas formas, pronto vadeamos el arroyo de los “Granaos” que presentaba un
caudal de aguas cantarinas, pero que vadeamos sin dificultad gracias a una
improvisada hilera de piedras.
Este arroyo nace a los pies de la vertiente
oeste del cerro de La Tala (en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves) y
viste sus márgenes de frondosa choperas, también hay un pequeño huerto junto a
lo que sería la prolongación de la pista que nos ha traído hasta aquí, y que
comienza a subir a la izquierda, salvando más de 150 m de desnivel en poco más
de 1 km, hasta enlazar con la carretera de Igualeja, y que nos puede inducir a
error, pero nosotros continuamos dirección sur cambiando la pista, por un
angosto sendero terrizo tapizado de hojarasca de castaños, que se interna en el
bosque de castaños, nos acompaña a la izquierda un vallado, otra subida nos
deja junto a un arroyo de escorrentería, seguimos por el sendero que sube hasta
que de nuevo la trocha aparece mejor marcada.
Tal y como comenzamos a ganar altura, volvemos a
tener como telón de fondo la localidad
de Cartajima a los pies de Los Riscos, mas a la derecha, el Cortijo de Las
Aguzaderas, a los pies del cónico cerro del Malahacer, y más a la derecha, ya Norte-Noroeste,
la imponente mole caliza de La cancha Almola, el omnipresente centinela del
Alto Genal.
Retomamos el sendero entre la fronda de castaños,
ahora llaneando. Por la loma se esparcen algunas albercas y casitas donde los
serranos guardan los aperos del trabajo; justo por debajo de una nueva
escorrentería y cercanos a un pozo, si estamos atentos, veremos una curiosa
piedra rectangular de medio metro de altura con una cruz tallada en la
superficie, que marca el lugar donde discutieron dos cuñados, matando uno al
otro con un hocino; el que quedó con vida murió años después en la cárcel.
Hasta hace pocos años se podía acceder a algunas
parcelas colindantes, pero por los motivos explicados anteriormente, hoy en
día, casi la totalidad del trayecto, el camino está vallado a ambos lados.
Afrontamos una pequeña subida, pasamos junto a un castaño subido en el borde
del camino, también podremos admirar otro castaño colosal con forma de cruz
latina, y poco después alcanzamos la denominada "Loma de Igualeja",
por donde discurre una pista terriza que conecta la carretera de Igualeja a
nuestra izquierda con fincas de castaño, que quedarán a nuestra derecha.
Nosotros, simplemente atravesamos la mencionada pista terriza, que marca el
punto más alto de este primer tramo del recorrido e iniciamos el descenso por
un angosto sendero, que debido a las última lluvias presentaba una profunda
cárcava en su parte central, se trata de la parte final de la que siempre se
conoció en Igualeja, como "Cuesta de La Tetona".
Al fondo del barranco ya aparece Igualeja; el camino
pasa a ser un sendero donde en plena eclosión de la Primavera de Cobre, destaca
el color rojizo del zumaque, que se une a la fiesta de los colores de
cromatismos otoñales, tampoco faltan quejigos que parecen haber brotado a
manojos desde las piedras, plantas trepadoras, vincas, etc. La cercanía del
pueblo se advierte con la presencia de huertos gallineros, cultivos de vides y
acequias que cruzan nuestro camino llevando el líquido elementos por los
bancales.
Entramos en Igualeja por su Barrio Alto, de profundo
trazado morisco; por la calle de “La Tetona”, pasando junto a dos fuentes de
bella factura escalonada.
Unas
Pinceladas de Igualeja:
Tal
y como nos recordaba nuestro guía Jorge Castrillo Orellana "El Titán del
Guadalevín": en Igualeja nacieron bandoleros como: El Zamarra, El Zamarrilla
y Flores Arrocha. Su enclave más conocido es El Nacimiento, donde en teoría
nace el Genal, uno de los parajes más emblemáticos y misteriosos de toda la
comarca. Las sombras de los chopos y de las rocas, la fresca brisa que corre
siempre por la cañada, el recelo y la incógnita que produce la boca de una
cueva, se suman a la conciencia de que el agua que por ella sale es la madre de
todo nuestro valle. En la antigüedad se divinizaba a los ríos y algo de esto
puede haber aquí. No hay pareja de novios en Igualeja que no haga fotos de su
boda junto a la cueva del Nacimiento ¡Cuántas no habría colgadas en paredes de
Alemania, Suiza, Francia, y en todos los rincones de España, donde quiera que
viva una familia de Igualeja!.
La Serranía de Ronda no se puede entender sin el río Genal. Aunque algunos
consideran el paraje del "Nacimiento", como teórico nacimiento del
río Genal, en realidad es el nacimiento del arroyo Hiladero, que a su vez es un
afluente del río Seco; De hecho podríamos considerar al río Seco como el
auténtico río Genal, si tenemos en cuenta que el nacimiento de un río se suele
situar en el arroyo tributario más alejado a su desembocadura. De hecho, el
denominado Río Seco, se forma en el tramo de la carretera de San Pedro-Ronda,
entre el Puerto del Madroño y el cerro Cascajares, concretamente de la unión
del arroyo del Muerto y el arroyo del Horcajo, ambos descienden en paralelo
desde Sierra Palmitera, uniéndose a la altura de la Casa de Francisco Gil, que
es donde se encontraría el auténtico Nacimiento del Genal, en cualquier caso
dentro del t. m. de Igualeja. Aunque otros sitúan el Nacimiento del Genal a
partir de la unión del arroyo de Los Granaos que es el arroyo que salvamos en
el sendero que une las localidades de Igualeja con Parauta y el arroyo Algorma,
que es el que se forma de la unión del Bolones que viene de La Cancha Almola y
el Almargen que baja desde la localidad de Parauta. Pues bien el vado donde se
unen el Algorma y el de Los Granaos, punto más bajo del sendero que une Parauta
con Cartajima es donde algunos sitúan el Nacimiento del Genal.
Mas
del 67% del t.m. de Igualeja es forestal. El resto es terreno de rocas y
pedregral, tan solo un 10% de su t.m. está cultivado, siendo en su mayoría
parcelas ce castaños y en menor cantidad dedicado a los olivos, almendros,
cítricos y otros frutales, hortalizas y tubérculos.
Igualeja
adquiere aires de capitalidad de la subcomarca del Alto Valle del Genal al ser,
de todos los pueblos que la integran, la de mayor población. Su proximidad a la
Costa hace que muchos de sus habitantes se desplacen a la misma para trabajar.
Pero esto no suple su enorme profundidad rural. Paseando por el casco urbano
veremos que las calles son estrechas, pavimentadas con cemento y piedra vista,
algunas son de fuertes pendientes y bellos rincones que muestran la pasión de
los lugareños por mantener bien cuidado su pueblo. El ambiente que se respira,
como en casi toda la zona, es el forestal, con el castaño como protagonista
principal. Destaca la iglesia de Santa Rosa de Lima, con el Alminar (figura
paralepípeda rectangular con cuatro arcos de medio punto en el cuerpo de
campanas) o con la ermita del Divino Pastor, del Siglo XVIII. Todos estos edificios
se proyectan a través de una plaza cuadrada, con fuente, que divide a la
localidad en dos barrios, Barrio del Albaicín que ocupa el margen izquierdo del
río, donde se encuentra la IGlesia y el núcleo principal del pueblo y el Barrio
Alto, margen derecho del pueblo, donde se encuentra la popular calle de La
Tetona, por la que salimos o entramos en Igualeja, si venimos desde Parauta.
Las casas,de
una y dos plantas, tienen paredes encaladas, balcones y rejas de hierro, y
están cubierta por teja árabe.
Distancia: 10 km
Desnivel: 440 m (de ascenso) y 350 m (de
descenso)
Punto más bajo: Puente sobre el Río Seco (630 m)
Punto más alto: puerto del Monte (1.095 m), carretera
Puerto del Madroño-Cooperativa de castañas de Pujerra.
Dificultad (por tramo): Media
Track de referencia (sin tener en cuenta el tramo de
carretera):
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pujerra-igualeja-pujerra-5717062
Bajo la
amenaza constante de la lluvia, que amagaba sin mojarnos, dejamos atrás
Igualeja, que cruzamos de norte a sur por la Travesía de Pío XII, que coincide
con la carretera comarcal MA-527 (ó MA7300), que durante el siguiente kilómetro
y medio (casi dos kilómetros), va a ser nuestro camino a seguir con las debidas
precauciones, dejando a nuestra izquierda el desvío de la carretera local que
sube hasta la cantera de Mármoles Aguilera y poco después conecta con la
carretera de San Pedro.
A nuestra derecha tenemos el fértil valle que forma el
arroyo Hiladero, que muy pronto se unirá al río Seco y como telón de fondo
siempre los castaños. Este tramo de carretera descendente finaliza en el Puente
sobre el río Seco de cantarinas y caudalosas aguas en aquella jornada otoñal y
continúa ganando altura suavemente en dirección a Pujerra, después de haber
dejado dos ramales de pista a nuestra izquierda, cogeremos el tercero que sale
ladera arriba, siendo nuestra referencia unas torretas de cables de alta
tensión que son la única nota negativa del espectacular bosque de castaños por
el que vamos a ir ganando altura remontando, sobre todo en sus primeros
compases, duras rampas de ascensión, que pronto se suavizan gracias a los
zig-zags que va dibujando en la ladera, mientras vamos pasando junto a enormes
castaños centenarios, algunos de los cuales son auténticos monumentos
naturales.
Poco después
de dejar a nuestra derecha una pequeña casa blanca de recolección de castaña en
el margen derecho del camino, pasaremos junto a las ruinas de la antigua Venta
Guaitará, a partir de aquí, sin dejar de ganar altura, la pendiente de va
suavizando y los tramos rectos son cada vez mas largos, pronto pasaremos cerca
de dos casas de recolección de castañas que mas o menos vienen a encontrarse la
una frente a la otra, la de la derecha está encaramada arroba en la ladera y la
de la izquierda hacia el fondo de una vaguada.
El siguiente hito es un cruce de
caminos en forma de tridente que suele prestarse a confusión, siendo nuestro
ramal el del centro, pues el ramal de la izquierda, que desciende, se dirige
hacia el cuatricentenario Castaño Rebeco, un auténtico monumento natural de
esta zona (a unos 500 m de distancia y descendiendo mas de 100 m que después
toca volver a remontar). Y el ramal de la derecha que asciende por la ladera,
acorta innecesariamente nuestro recorrido, viniendo a enlazar con el Camino de
Estepona por el que mas tarde vamos a descender hasta Pujerra.
Pero como
íbamos diciendo, nosotros, continuamos de frente, a partir de aquí progresamos
en suave descenso hasta que unos 600 m mas allá de este último cruce venimos a
salir a la carreterilla paisajística que une el Puerto del Madroño (en la
carretera de San Pedro), que quedará a nuestra derecha y la cooperativa de
Castaña de Pujerra, que será hacia donde tomemos, cambiando en este punto el
rumbo S-E que nos ha traído hasta aquí, por rumbo Oeste. Se trata de un tramo
muy frecuentado por turistas y senderistas en Noviembre por su fácil acceso por
carretera, de hecho no debemos olvidar que aunque estrecha y generalmente
solitaria, es una carretera y de vez en cuando deberemos echarnos a un lado
para dejar pasar coches que pueden venir en cualquiera de los dos sentidos. Al
cambiar de vertiente, en días despejados podemos contemplar el Mediterráneo en
la franja litoral que va de San Pedro a Estepona, los castaños pasan a
compartir su protagonismo con pinos, encinas y alcornoques.
Unos 300 m
mas allá del Puerto de Juan Agustín (1.004 msnm), dejamos a nuestra izquierda
dos ramales de pista forestal con un cartel de "Peligro de Incendio",
el ramal principal es el que nos serviría para llegar al Nacimiento del río
Guadalmansa, uno de los descensos de río mas salvajes de la provincia de
Málaga. Pero nosotros nos mantenemos en esta angosta carretera paisajística, e
inmediatamente después vemos dos ramales de pista a nuestra derecha, siendo el
nuestro, el que mantiene un trazado rectilíneo, dirección OESTE de frente (y no
el ramal secundario de la derecha que se dirige en dirección ESte hacia una
casita de apero). A partir de aquí, ya hemos enlazado con el Camino de Estepona
a Pujerra, localidad hacia la cual comenzamos a descender a partir de este
momento sin margen de error.
Pudiendo optar entre mantenernos en el camino
principal, bastante rectilíneo y hasta monótono o bien, continuarlo hasta que
unos 400 m después de pasar bajo los cables de alta tensión, tomemos un camino
que desciende casi paralelo por la derecha, generalmente colmatado de hojarasca
de castaños que con frecuencia nos llegarán por encima de los tobillos. Este
precioso camino se va separando paulatinamente de principal para volverse a unir
al mismo un kilómetro mas allá, pasando junto a impresionantes castaños
tricentenarios, como uno de los que se encuentra por encima del talud que
tenemos a la izquierda, donde siempre nos solíamos hacer la foto de grupo y
donde se nos apareció el espíritu de Valentín en forma de gato negro.
Eran ya cerca
de las 14.30 cuando entrábamos en las empinadas calles de Pujerra, donde
improvisamos el almuerzo en la minúscula plaza que precede a una especie de
"Callejón Diagón" cuyo nombre no recuerdo en este momento.
Tal
y como nos enseñaron nuestros profesores de Historia a los que ya tenemos
cierta Edad, lista de los Reyes Godos
llegaba hasta 33, siendo los más notables Ataulfo, Teodoredo, Eurico,
Leovigildo, Recaredo, Wamba y don Rodrigo, que fue el postrero, en cuyo
reinando como saben, se abrieron subrepticiamente las puertas de Hispania a la
Media Luna, que ahora vuelven a reconquistarnos con la actual invasión
silenciosa permitida y fomentada por la Junta de Andalucía.
¡Pero
bueno, no nos desviemos del tema!, el caso es que Historia y leyenda se
entrecruzan y de la nomenclatura de los Reyes Godos siempre me atrajo la figura
de Wamba, que llegó al trono no porque lo ambicionara, sino porque ya anciano y
retirado al sosiego del campo y dedicado al cultivo de sus tierras fue
reclamado por la nobleza para ser coronado legítimo rey. Aprendí que Wamba fue
considerado uno de los mejores reyes godos, y que gracias a su energía, a su
talento militar y a la dura disciplina que implantó en el ejército, pudo evitar
la descomposición de la monarquía goda y frustrar el primer intento de invasión
árabe en Hispania.
Su
advenimiento al trono, cumpliéndose lo acordado en el Concilio VIII de Toledo,
se debió al veredicto del Aula Regia que lo reconoció como sucesor del rey,
fallecido en el 672. Su coronación, sin embargo, estuvo precedida de toda una
odisea. Empezó ésta cuando una doncella de la corte, natural de Buxarra, (hoy conocida
como Pujerra, rodeada de monumentales castaños centenarios), quedó encinta por
amores ilícitos, viniendo a dar a luz al mismo tiempo que una damisela de la
nobleza. Temiendo la pujarreña que le arrebataran su hijo, decidió regresar a
su pueblo llevándolo consigo. Cuenta la leyenda que, en la precipitación de la
fuga, confundió los hatillos que arropaban a los recién nacidos y huyó no con
su vástago sino con el de la noble dama.
Deshecho,
tras luengos años, el error por la matrona que asistió a ambas parturientas,
una embajada regia se apostó en el pueblo serrano, pero sus escasos y temerosos
habitantes rehuyeron las inquisidoras pesquisas de la milicia. Fortuitamente,
se vino a dar, en un apartado rincón montuoso con una mujer que vivía con su
joven hijo al cual llamó por su nombre, Wamba, ocupado en abrir grandes surcos en
tierras de labor merced a unos bueyes a los cuales dirigía con mucha maña. No
les cupo duda de que estaban ante el sucesor legítimo de Recesvinto.
A
grandes rasgos, la historia coincide con la leyenda en torno a la vida del
noble godo, aunque difieren en su edad en el momento de ser requerido para
ocupar el trono. Históricamente, fue obligado a enarbolar el cetro, amenazado
por el acero de una espada; pero se silencia, no obstante el hecho de que el
joven cuando fue reclamado como rey dijo que sólo lo sería si del cayado que
sostenía y con el que guiaba la yunta de bueyes, floreciera. El relato
tradicional argumenta que la vara de chopo floreció en efecto, así que se vio
obligado a cumplir con la demanda.
No
retornó jamás Wamba a su predio de Pujerra. Fue destronado tras ocho años de
reinado. Dicen que el noble Ervigio, que aspiraba a ocupar su lugar, le dio un
narcótico, le cortó el cabello, le vistió de monje y le colocó en un ataúd. Al
despertar, se retiró a un monasterio, renunciando a la corona. Una novelesca
vida la del rey pujarreño que sigue esperando que alguien le imprima color y
forma.
No
obstante lo que si salta a la vista es el trazado morisco de su intrincado
casco urbano encaramos a la ladera del castañar.
Cuentan
las lenguas antiguas que el nacimiento del pueblo tuvo lugar en el siglo
segundo, por las inscripciones que figuran en algunas de las fachadas de sus
casas, en las que se ven incrustados unos ladrillos con el monograma Cristo,
compuesto por las letras griegas de las iníciales del nombre Yesous Christos,
que eran las que marcaban las sepulturas de los cristianos en esa época.
Siglos
más tarde, Pujerra también sufrió los acontecimientos provocados por la
rebelión de los moriscos a causa del incumplimiento de las promesas que le fueron
hechas por sucesivos reyes españoles tras el final de la guerra entre árabes y
cristianos.
En
el archivo municipal existen documentos de los siglos XVI, XVII y XVIII que
aportan datos sobre lo que afectó a la villa la situaciones de conflictos
creada entre la población morisca y los cristianos viejos, relacionados con las
expulsiones y los nuevos asentamientos.
Urbanísticamente
se puede decir que hay dos Pujerras: la vieja, con fuertes pendientes de hasta
el 45 por cien; y la nueva, en torno a una carretera que circunvala el pueblo
por su parte alta. La primera se conserva tal y como siempre fue. La segunda
traslada los modelos arquitectónicos más modernos, aprovechando más el suelo
(tres o cuatro plantas) en perjuicio de la estética rural. Es por ello que la
primera es la que ofrece más atractivos al visitante, y es la zona a partir de
la iglesia del Espíritu Santo, edificio con armadura mudéjar, que abre paso a
una de las plazas más coquetas del Havaral o Alto Genal, cerca de esta plaza
nos encontramos con una estatua (medio cuerpo) dedicada al Rey Wamba, que hace
pocos años, saludaba al visitante con un rollo de pergamino en la mano, hoy
desaparecido por "algún descerebrado" que en esta España nuestra son
legión. Las calles que descienden al valle son estrechas, quebradizas y están
empedradas. Las casas, de mampostería con teja árabe, son de una o dos plantas.
En algunas de ellas, como antes decíamos, encontramos, en la fachada,
incrustadas las iniciales de Yesous Christos.
La
proximidad a la Costa favorece las posibilidades de trabajo pero sin perder el
contacto directo con los sentimientos nativos de este pueblo del Genal. De
todos modos el sistema de vida es complejo ya que tan sólo el 28% de su
territorio es productivo, dedicado al cultivo (apenas 97 hectáreas) y unas 610
hectáreas son de masa forestal. El resto es improductivo. La ganadería tampoco
es relevante con apenas unas 300 cabezas de caprino deambulando por Sierra
Bermeja.
Distancia: 4,5 km
Desnivel: 280 m (de descenso) y 145 m (de
ascenso)
Punto más bajo: Puente sobre el río Genal (500 m)
Punto más alto: Pujerra (780 m).
Dificultad (por tramo): Media
Track de referencia:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pujerra-juzcar-16359809
Nuestro
amigo Jorge nos tenía preparado un espectacular final de ruta con la versión
extendida que va de Pujerra a Júzcar, pasando cerca de la antigua fábrica de
Ojalata y vadeando más tarde el río Genal, sin embargo, el primer vado de la
jornada, el del Arroyo de Los Granaos, ya iba lo suficientemente crecido para
hacernos una idea de cómo bajaría el río Genal, por lo que activamos el Plan B,
recurriendo al tradicional sendero PR.A-225.
Van Valentín, amigo grande, insigne,
ya amigo bueno, van para seis años,
los caminos de la vida, de quienes
tuvimos el privilegio de caminar junto a tí,
se van separando, pero te seguimos recordando.
Van ya seis años y no te olvidamos.
Te queremos amigo. A sangre y fuego
va tu memoria sobre nuestros labios.
El otoño se viste de amarillo,
grises y lluvia por el castañar.
Tú vas unido hermano siempre en vilo,
sobre nuestra conciencia, Eternidad.
Al verte por la ruta de Igualeja,
que a Parauta seguías con pie firme,
me parece mentira tu caida, el suelo
pedregoso, que en Cazorla vió tu derrumbe.
¿Dónde fuiste a parar?, ¡explorador,
Rey de las rutas, Séneca del bosque!.
¿A dónde ha ido a parar tu corazón?,
¿Por qué llanuras andas, por qué montes?.
Ya tu duelo ha mermado en mi garganta,
ya te escribo sereno, dulce y firme.
Recuerdo tu voz sabia, tus consejos,
en la brisa tenue por los árboles.
¿De dónde sacabas tanto arrojo?
Fuerza y coraje, vueltos en ternura?,
ternura de aquel niño que tú eras,
grande y chiquito, vueltos en un todo.
Mi amigo Juani, me pide que te verse,
en unos pocos trazos torpemente,
¿Qué mas decir de tí, joven hermano?,
¿Qué más, Ulises de los prados?.
Eras el pionero de las cumbres,
eras la luminaria del sendero,
eras el prócer de ríos y arroyelos,
eras niño-grande, de alma errante.
El duelo ya pasó, tú no querías llantos,
tu sueño azul va por los riachuelos,
por los bosques, los montes y los prados.
Arrullando tu silueta en el roquedo,
canta mi verso, como canta el pájaro.
Valentín García Vioque, guía de montaña,
en esta travesía del Genal,
tus amigos van gemelos con tu alma,
tus amigos recordando tus hazañas,
tu coraje, tu estoicismo, tu bondad.
Carlitos Torres Pastor "El Poeta de las cumbres"
Después de hacernos la típica foto de grupo, y recordando a Valentín, en cuyo honor colocamos una placa "ya casi despintada" bajo el tejado de una vieja casa cercana, protegida actualmente por un zarzal, iniciamos el descenso por una empinada rampa que en sus primeros compases está hormigonada con el riego que conllevaba en aquella jornada en la que había llovido bastante durante la noche y que durante el día nos respetó, reduciéndose a pequeños chaparrones intermitentes de escasa duración.
A los
castaños que comienzan a desaparecer conforme vamos descendiendo, se le
alternan frutales como nísperos, alguna higuera, algunos cítricos y hasta algún
olivo y almendro, pero conforme nos vamos alejando de Pujerra, descendiendo
hacia el fondo del Valle nos adentramos en el típico bosque mediterráneo de
encinas, alcornoques yalgarrobos, algunas bolitas rojas por el camino, delatan
la presencia de madroños, el último tramo de descenso, nuestro sendero se
cruza en un par de ocasiones con la carretera que conecta Pujerra con Júzcar, antes de
finalizar este pronunciado tramo de descenso el rugido procedente del crecido
cauce del Genal, nos confirmaba que habíamos hecho muy bien en evitar el primer
plan previsto, que consistía en vadear el Genal, en aquella jornada,
literalmente imposible sin que el agua nos hubiera llegado como mínimo hasta
los cataplines y mas allá.
Impresionaba
ver la cantidad de troncos que había arrastrado la corriente pocas semanas
antes, concretamente aquel fatídico fin de semana en el que en la noche del
sábado al domingo se produjeron unas lluvias tremendas entre Grazalema, Campillos
y Ardales, y que tantos daños causaron, como aún podíamos comprobar en
numerosos caminos y senderos que habían quedado dañados o casi cuarteados por
enormes cárcavas. En la travesía Otoñal que realizamos en Noviembre 2014, al
pasar por aquí, procedentes de Cartajima, nos detuvimos a explorar las ruinas
de los cercanos molinos harineros del Molino del Puente, el Molino de
Enrique o el Molino de la Maquina, pero las recientes crecidas del Genal hacía
imposible el acceso.
Una vez que acabamos de recrearnos
con el tremendo caudal que presentaba el Genal aquella jornada, cruzamos el
puente que hoy sustituye al antiguo "Vado Capilla" e iniciamos la
ascensión por la carretera que en algo mas de 2,5 km ya nos llevaría sin margen
de error hasta Júzcar, dejando a nuestra izquierda: el Huerto Capilla, el lugar
donde el Arroyo de los Majales que nace cerca de Los Riscos y que pasa muy
cerca de Júzcar, entrega sus aguas al Genal, así como bonitas vistas de lejanos
caseríos blancos como el de Las Zahurdillas, por encima del Moclón y algunas
lomas pertenecientes ya a Sierra Bermeja al sur. Mientras íbamos ganando altura
por la carretera, corrimientos de tierra y graba, que la invadían parcialmente,
ayudaban a hacernos una idea de las tremendas lluvias que cayeron en la
Serranía a finales de Octubre de 2018. Echando la vista atrás destacaba la silueta de Pujerra encaramada a su ladera.
Llegando al pueblo de Júzcar al color
amarillo de los castaños y el rojo del zumaque, se unía el azul-celeste de sus
casas, como contrapunto al predominante verde oscuro de los bosques de encina y
alcornoques de su entorno, llegando así al final de esta travesía otoñal 2018,
que con tanto cariño y esmero nos preparó, nuestro ínclito amigo: Jorge
Castrillo Orellana "El Titán del Guadalevín", al que siempre le
estaremos agradecidos por una jornada tan inolvidable para todos los que
tuvimos el privilegio de participar en ella y por haber tenido la valentía de
mantenerla, a pesar de las predicciones de lluvia, que afortunadamente,
quedaron en mucho menos de los que algunos esperaban.
Pinceladas
de Júzcar "la aldea azul":
Parece
ser que Júzcar ya estuvo poblado con anterioridad a la época árabe. Tras la
conquista cristiana los asentamientos que existían dispersos por la zona se
despoblaron totalmente y se reunieron en el lugar actual, en donde se levantó
la iglesia parroquial en el año 1505. Como era habitual, en torno a ella,
surgió la organización urbana.
Con
el paso del tiempo, esta localidad tomó gran importancia en la comarca, a
juzgar por los numerosos poblados que caían bajo su jurisdicción, entre los que
se hallaban, según Pascual Madoz en su Diccionario
geográfico-estadístico-histórico de España (1845 a 1850), Faraján y los anejos
de Alcapana, Capanza, Moclón, La Fábrica y Los Molinos.
Sin
embargo, al igual que los demás pueblos de la zona, Júzcar se vio muy
perjudicada por la expulsión de los moriscos y las consiguientes repoblaciones,
en las cuales encontramos las raíces de la población actual.
La
accidentada orografía sobre la que se asienta Júzcar aporta como novedad la
relativa diseminación urbana que, por lo demás, es caprichosa en su trazado irregular, típica herencia de la época morisca.
Júzcar
presenta una cierta similitud con las vecinas localidades de Faraján y
Alpandeire, características no sólo territoriales sino también sociológicas; y
es que, los tres viven prácticamente situados a la misma altura del mar (600
msnm). Pero aquí la masa forestal es algo menor al 40% del territorio,
aunque los paisajes son casi idénticos a los que encontramos en los otros dos
pueblos: castaños, pinos, encinas, quejigos y encinas, con un monte que ofrece
la misma caza y un río Genal con idéntica pesca. Al margen del paisaje, los
juzcareños viven, básicamente, del olivar y los castaños, aunque también van
adquiriendo importancia las leguminosas, los cítricos y los cereales, sin olvidar
los esporádicos trabajos forestales.
No podíamos faltar a la ruta del Genal, homenaje a Valentín, Rey de la Montaña. Me viene a la memoria Sergio Ramos recordando a Antonio Puerta, o nuestro Iniesta de mi vida a su amigo Dani Jarque. También mi añorado primo Jose Antonio, que también nos dejó el mismo año que Valentín. No queremos darnos cuenta, o no sabemos, pero la vida es algo efímero, como la belleza de esta época en el Genal, paisaje de ensueño que tanto le gustaba a Valentín, y a ti de disfrutar con él. Orgulloso puede estar, donde quiera que esté, de tenerte como amigo, alumno aventajado del maestro Valentín. Muchas personas pasarán por nuestra vida, la real y la de internet... sin embargo, pocas serán las que dejen huella tan profunda como la que dejan los verdaderos amigos o familiares. Disfrutemos de lo efímero, lo mejor que podamos, honrando a los nuestros, presentes y pasados. Tu amigo y escudero, Antonio F. Gallego.
ResponderEliminarQuerido amigo Antonio: Has conseguido emocionarme. Sabias y sentidas palabras de un gran amigo
EliminarJuan I.
ResponderEliminarA la cámara de Google Maps se le escaparían detalles de la ruta que describes a la perfección en todas las dimensiones, pero además, le añades un valor histórico, cultural, paisajistico y emocional, que nos ayuda a comprender un poco más la grandeza de la ruta que nos preparó Jorge y al mismo tiempo permite a cualquier lector disfrutar un poco de semejante experiencia.
Supiste recoger bien las hierbas que te fue entregando tu MAESTRO y seguro que estará muy orgulloso de ti.
Muchísimas gracias por tus generosas y elogiosas palabras. Un lujo y un placer siempre compartir rutas tan maravillosas con Mercedes y contigo.
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