Entorno: (Sierra
del “Co” o del “Cojo”, extremo occidental de la sierra de Camarolos, al este
del puerto de Las Pedrizas)
Pueblos de referencia: aldea
de Villanueva del Cauche, muy próxima al puerto de Las Pedrizas.
Punto de encuentro: a las 9.00 am
para desayunar o a las 9:30 am (ya desayunados) en el Hostal-Restaurante
Casabermeja.
Inicio de ruta: a pocos metros de la señalización punto
kilómetrico 38 de la carretera 7204, frente a unas covachas hacia las que
debemos dirigir nuestros primeros pasos y que son el primer hito de nuestra
ruta.
Cómo
llegar al inicio de ruta: Desde Málaga tomaremos la
autovía de las Pedrizas A-45 (dirección Antequera), poco antes de llegar al
final de la cuesta que nos lleva hasta el puerto de Las Pedrizas, a la derecha,
una montaña de aspecto imponente, con escarpadas laderas grises salpicadas de
vegetación llamará poderosamente nuestra atención. Impresionante cumbre, que
junto con la sierra de Las Cabras a la izquierda, parecen formar las columnas
de entrada al valle del Guadalmedina. Para situarnos a sus pies, tomamos la
desviación hacia Villanueva del Cauche, aldea que quedará a la derecha de la
carretera A-7204 que no vamos a abandonar en ningún momento, mantiendo
dirección Colmenar y un par de kilómetros mas allá de esta pequeña aldea, la
carretera pasa justo frente a la entrada de la cortijada de La Fresneda, que
quedará a la izquierda y otros dos kilómetros mas alla, estacionaremos los
vehículos en el margen derecho de la carretera, frente a la señalización
punto kilómetrico 38 de la carretera 7204, desde donde podremos ver unas
covachas hacia las que debemos dirigir nuestros primeros pasos y que son el
primer hito de nuestra ruta. A unos 400 m al sur del lugar donde dejamos
estacionados los vehículos se encuentra la cortijada de Chacón.
Si venimos desde Granada o Antequera, la desviación
hacia Villanueva del Cauche la tenemos, inmediatamente después de iniciar el
descenso del puerto de Las Pedrizas.
Distancia aprox. 4-6 km. Dependiendo de la ruta que escojamos
para el descenso, a decidir en la cumbre.
Desnivel aprox. 540 m
Punto de partida: carretera (829 m)
Punto mas elevado: cumbre de La Peña
Negra
Tiempo aprox.
puede ser de entre 3 y 6 horas, ya que depende de muchos factores, aquí el
desnivel y la corta distancia no son referencias a tener en cuenta, ya que
sobre todo depende de la pericia de cada cual para progresar por algunas zonas
muy karstificadas, siendo mas fácil progresar con grupos pequeños que con
grupos relativamente numerosos, donde las posibilidades de accidente son
mayores, además de los distintos niveles de pericia, resistencia, etc…
Nivel dificultad: alto y a veces muy
alto por lo agreste del terreno y pequeñas trepadas muy próximas a zonas
expuestas.
Tipo suelo: 99% rocas y canchales que llegan a ser muy
agrestes y afilados en algunos tramos de la crestería con grandes grietas que
obligan a no bajar la guardia en ningún momento.
Tipo de recorrido: en forma
de V invertida, con tramo lineal en la parte alta.
Mapa IGN: 1/50.000,
Colmenar (1.039)
Toponimia: La denominación de Peña Negra, alude a las sombras que proyectan sobre esta montaña los frentes nubosos que pasan por el puerto de Las Pedrizas y quedan
retenidos en sus crestones, si bien existe otra hipótesis y es que tal vez se
debe a la frondosa vegetación rúpicola y la gran zona de umbría que proyectan los imponentes paredones de su cara norte. Si bien paradójicamente, su color predominante es el blanquecino de sus calizas jurásicas, tan sólo oscurecidas por sus grietas y covachas o la famosa pared rojiza de la cara sur donde se practica la escalada.
Hora puesta de sol y ciclo lunar: 20.10 pm, luna llena.
Previsión meteorológica: máxima de 15ºC en zona de cumbre, con nubes y claros viento
noroeste de 25 km/h en zona de crestería, que finalmente se cumplieron
propiciando una temperatura ideal, en medio de un constante juego de luces y
sombras.
Fecha de realización: Domingo, 30
de septiembre de 2012
Participantes: Desde Huelva vino Teresa “La Doctora Quinn”, desde Sevilla: Paco
Maravillas. Desde tierras cordobesas: Héctor el Caimán de Puente Genil y Anabel
Rompesuelas. Desde Alhaurín El Grande: Antonio “La Locomotora de Alhaurín”. Y
desde distintos puntos de la Costa del Sol: Ilse “La gacela de la Selva Negra”,
pepe “El Maestro Geobotánico”, la
Imparable Rosa, Paco Rico, El Doctor Leal, Vicky la Botánica, Juan Antonio Mena
“El Elfo de la Malagueta”, Irene, Juan Antonio Villalba “El Corsario de sierra
Almijara”, Chuckie y un servidor Juan Ignacio Amador.
A tener en cuenta:
1º) Una
vez en la cumbre se pueden plantear tres posibles alternativas para el
descenso: A) descenso tradicional por la cara sur hacia los acebuches. B) ruta
de Reinaldo y Manuela por la pedrera de la cara norte. C) Opción Translíbica
hacia el Morrón de Gragea y la sierra del Enebral, siguiendo la crestería de la
montaña hacia su segunda cumbre en dirección este. Éstas dos últimas opciones
sólo para gente muy experimentada en montaña
2º)Absténganse
personas con problemas de vértigo. Hay algunos pasos complicados, que además de
peligrosos en algunos puntos, requieren de un buen estado de forma. Si bien la
mayoría se pueden evitar, si preferimos progresar por el caos de rocas a la
derecha de la crestería en sentido ascendente..
3º) El
uso de botas de trecking es prácticamente obligatorio para esta ascensión, ya
que la mayor parte se realiza por canchal puro y duro y tan sólo existen tenues
senderos de cabras en la falda de la sierra.
4º) Para
piernas delicadas mejor llevar pantalón largo porque algunas rocas tienen
aristas cortantes, que unidas a la abundancia de majuelos y pequeños pero
robustos chaparros harán casi imposible no regresar sin heridas de guerra.
Características y alicientes principales:
Una de
las singularidades de esta ruta es el magnífico bosque de acebuches que se
encuentran en la base de su vertiente sur. Algunos ejemplares alcanzan un porte
considerable y muchos de ellos son centenarios. Cerca de la cresta se
desarrolla un encinar rupestre con un denso matorral y algunas encinas aisladas
llegan hasta cerca de la cumbre.
Entre
las rocas resguardadas del sol, podemos ver helechos, musgos y hepáticas que
crecen utilizando el suelo de descomposición de las calizas. En la falda del
monte son abundantes, los espárragos y en primavera los lirios, las varitas de
san Pedro, jaras y aulagas que le aportan una nota de color al paisaje.
Desde el
punto de vista geológico cabe destacar la impresionante falla que ha provocado
el plegamiento de sus dos cumbres, como si fuera un acordeón gigante, que
podemos observar de forma privilegiada tal y como nos vamos llegando a la cima
a través de su crestería.
En lo
referente a su fauna, es frecuente observar el vuelo de aves rapaces, como el
ratonero común, halcón peregrino, cernícalo y búho real. Así como la chova
piquirroja, el vencejo pálido y el avión roquero que también nos puede
acompañar en la ascensión a poco que estemos atentos.
La Peña
Negra es el centinela oriental del puerto de Las Pedrizas, a pesar de su
altitud, relativamente modesta de 1.360 msnm, cuando está libre de nubes, su
estratégica situación en la zona media del arco calizo central, nos proporciona
unas vistas grandiosas sobre todas las cumbres de la sierra de Camarolos, los
tajos del río Sábar, La Maroma y parte de la Almijara hacia levante. Y hacia
poniente nos regala una panorámica privilegiada de su vecina la sierra de Las
Cabras en primer plano, mas allá El Torcal y sierra Chimenea recortada y mas al
fondo el Huma y Capilla.
Ni que
decir tiene que las sensaciones aéreas que nos proporciona esta ascensión, no
tienen nada que envidiarle a montañas mucho mas altas o mas renombradas.
La Peña
Negra es de esas ascensiones que dejan una huella imborrable en la memoria de
cualquier amante de la montaña.
Escuela de escalada Villanueva de Cauche:
Por increíble que parezca la pequeña
aldea de Villanueva de Cauche es sede de una escuela malagueña conocida también
como Yugoslavia, ya que el equipador que más vías ha montado allí le llaman “el
yugoslavo”. Lo más popular allí es la famosa pared roja, sector central de
placa con ese color tan peculiar, listo para poner las pilas al más entrenado
ya que la escalada en Yugoslavia es mayormente de placa. Pero no todo es tan
duro allí, a la izquierda de la pared y por detrás de esta, tenemos otros
sectores más accesibles y con vías muy bonitas. Al estar en el puerto de las
pedrizas, hay que andar con cuidado con los cambios climáticos que allí
acontencen, ya que de estar a pleno sol, de buenas a primeras pueden llegar
nubes descargando un buen chaparrón e incluso en ocasiones alguna nevada
repentina.
Descripción de la ruta:
Desde
las proximidades de la señalización punto kilométrico 38 de la carretera
7204, encontraremos un tenue senderillo de cabras entre la retama de la cuneta
y matorral bajo que nos llevará hacia las covachas que se encuentran al pié de
la montaña y hacia ellas encaminamos nuestros pasos, aprovechando la ocasión para
hacer una pequeña exploración de la entrada de un par de ellas donde observamos
algunos remaches para la práctica de escalada y de camino aprovechamos para
hacer una primera foto de grupo.
Tomando como referencia estas cuevas,
seguimos el tenue sendero que en todo momento se mantiene cerca de las paredes
que quedan a nuestra izquierda, dejando la caída de la ladera y la carretera a
nuestra derecha, mientras que poco a poco vamos ganando altura, evitando algún
que otro resbalón ya que tras las lluvias de los días previos el suelo se
encontraba especialmente resbaladizo a primera hora de la mañana.
Una vez que dejamos atrás las paredes
donde se encuentran las covachas, remontamos la ladera de forma perpendicular
para suavizar un tanto la pendiente entre los abundantes acebuches.
Poco a poco
van quedando atrás los acebuches y conforme nos acercamos a lo que sería la
divisoria de aguas, veremos una cruz de hierro a nuestra izquierda y que fue
hacia donde nos dirigimos todo el grupo, porque podríamos decir que esta cruz
estratégicamente situada marca el inicio de la crestería por la que la fuimos
íntegramente hasta la cumbre. Salvo algunos compañeros que en ocasiones
puntuales tuvimos que echar mano del comodín, del gran canchal que hay a la
derecha de la cresta, ya que a la izquierda la caída es bastante vertical.
Al inicio de la crestería nos
encontramos con algunas nubes de alúas, ¡ya sabéis! esas hormigas con alas que
salen después de la lluvia. En cualquier caso la claridad de atmósfera que
tuvimos en esta jornada fue espectacular, así como las cambiantes tonalidades
de paisaje, debido a la intermitencia de nubes sueltas que fueron pasando por
encima nuestra en un constante juegos de luces con sol radiante y sombras en
constante movimiento. Desde nuestra posición ya se obtienen unas
vistas privilegiadas sobre el cortijo de la Fresneda a nuestra espalda, la sierra de Las cabras y el Torcal a nuestra espalda a nuestra espalda, OESTE y a nuestra izquierda, NORTE, allí abajo vemos perfectamente dibujado el
precioso camino que desde dicho cortijo parte hacia Villanueva del Rosario, pasando al pie
de la cara norte de la peña Negra, las ruinas del cortijo de Los Enebrales por donde
hicimos una preciosa ruta de relax el pasado mes de mayo, pasando también muy
cerca de la base de la Cruz de Camarolos.
Pronto comienza a adivinarse la cumbre
al fondo, sin embargo, entre la cumbre y nuestra posición se interpone una
primera elevación o gran joroba de la crestería hacia la que nos debemos
dirigir. Hay que tener muy claro en todo momento que aunque el camino teórico
es la misma crestería, en caso de puro podemos progresar por el canchal.
Una de las anécdotas de la jornada llegó
al encontrarnos con un sapo en un punto de la crestería próximo a los 1.000
msnm, a consecuencia de las abundantes lluvias de los días anteriores, que
también propició el que nos encontrásemos con la primera seta del otoño, en la imagen de abajo: así
como abundantes florecillas de azafrán silvestre “crocus serotinus” mientras
atravesábamos el acebuchal al final del descenso.
Para quienes llevamos peor el tema del vértigo el tránsito por la crestería se convierte en una auténtica aventura, pero las vistas son impresionantes, el compañerismo generoso en todo momento con el compañero cercano, siempre dispuesto a echarte una mano y la tranquilidad de saber que cuentas con el comodín del canchal a tu derecha, que si bien te aleja de la caída hacia la cara norte, hace muy penosa la progresión hacia la cumbre.
Llega un momento en que tenemos que atravesar una alambrada colocada en el lugar mas inverosímil, pues ¡manda huevos!, haber traído hasta aquí arriba la malla de alambres y las correspondientes barras para colocarlas, sin olvidarnos de alguna que otra plaza de coto privado de caza, pues por aquí no me imagino yo ni a los geos fusil de asalto en ristre.
Pasada la alambrada vemos o mas bien intuimos a nuestra derecha ladera abajo, una lengua de tierra, donde sin dejar de haber abundante canchal, han proliferado los acebuches, siendo esta la vía tradicional de ascenso, que posteriormente cogeríamos para descender. No obstante, sin perder la referencia de la crestería en ningún momento, incluso en el tramo de la misma donde todavía hay instalada una vieja y oxidada valla metálica sobre la que no podemos apoyarnos deforma fiable porque está de mírame y no me toques.
Para quienes llevamos peor el tema del vértigo el tránsito por la crestería se convierte en una auténtica aventura, pero las vistas son impresionantes, el compañerismo generoso en todo momento con el compañero cercano, siempre dispuesto a echarte una mano y la tranquilidad de saber que cuentas con el comodín del canchal a tu derecha, que si bien te aleja de la caída hacia la cara norte, hace muy penosa la progresión hacia la cumbre.
Llega un momento en que tenemos que atravesar una alambrada colocada en el lugar mas inverosímil, pues ¡manda huevos!, haber traído hasta aquí arriba la malla de alambres y las correspondientes barras para colocarlas, sin olvidarnos de alguna que otra plaza de coto privado de caza, pues por aquí no me imagino yo ni a los geos fusil de asalto en ristre.
Pasada la alambrada vemos o mas bien intuimos a nuestra derecha ladera abajo, una lengua de tierra, donde sin dejar de haber abundante canchal, han proliferado los acebuches, siendo esta la vía tradicional de ascenso, que posteriormente cogeríamos para descender. No obstante, sin perder la referencia de la crestería en ningún momento, incluso en el tramo de la misma donde todavía hay instalada una vieja y oxidada valla metálica sobre la que no podemos apoyarnos deforma fiable porque está de mírame y no me toques.
Hasta que por fin llegamos a la cumbre propiamente dicha con unos últimos 100 m bastante dóciles entre el último collado y el pequeño hito metálico, que hace las veces de
vértice geodésico. En contraste con el agreste perfil de esta montaña, al
llegar a su cumbre nos encontramos con un pequeño pradito donde estuvimos
almorzando disfrutando de una temperatura lo suficientemente agradable para que
Héctor almorzara sin camiseta igual que Rosa.
Mientras Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara” aprovechaba para hacer una escapada en tiempo record, emulando al Gran Valentín, al que desde aquí le enviamos recuerdos con todo nuestro cariño, deseándole una pronta recuperación. El caso es que siguiendo el cordal de la montaña, hacia el este, El Corsario descendió hasta el collado donde se encuentra el inicio de La Pedrera de la cara norte por donde descendieron Reinaldo y Manuela en 2006 y prosiguió hasta la segunda cumbre, desde donde hizo la foto que aparece arriba, en la que se nos ve a nosotros recortando el horizonte, esta segunda cumbre desde la que hizo la foto, es algo mas baja.
Al regresar nos confirmó lo resbaladiza que se encontraba aún, toda la vertiente norte, especialmente el empinadísimo descenso hasta el collado y la posterior bajada por La Pedrera, que un principio teníamos pensado llevar a cabo, por lo que las circunstancias nos obligaron a optar por el descenso tradicional.
Mientras Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara” aprovechaba para hacer una escapada en tiempo record, emulando al Gran Valentín, al que desde aquí le enviamos recuerdos con todo nuestro cariño, deseándole una pronta recuperación. El caso es que siguiendo el cordal de la montaña, hacia el este, El Corsario descendió hasta el collado donde se encuentra el inicio de La Pedrera de la cara norte por donde descendieron Reinaldo y Manuela en 2006 y prosiguió hasta la segunda cumbre, desde donde hizo la foto que aparece arriba, en la que se nos ve a nosotros recortando el horizonte, esta segunda cumbre desde la que hizo la foto, es algo mas baja.
Al regresar nos confirmó lo resbaladiza que se encontraba aún, toda la vertiente norte, especialmente el empinadísimo descenso hasta el collado y la posterior bajada por La Pedrera, que un principio teníamos pensado llevar a cabo, por lo que las circunstancias nos obligaron a optar por el descenso tradicional.
Pero antes de abandonar esta preciosa
cumbre, no desaprovechamos la ocasión de hacernos varias fotos de grupo hacia
poniente y hacia levante, con las vistas anteriormente mencionadas en el
apartado “alicientes”. A las que habría que añadir al sureste pueblos como La
Viñuela, Alcaucín o Canillas del Aceituno, al sur: Riogordo y Colmenar, al
suroeste: Casabermeja con los Montes de Málaga. Al noroeste: La Peña de los
Enamorados de Antequera, al norte: la sierra de Archidona con su ermita y
antigua alcazaba y las sierras subbéticas cordobesas un tanto a la derecha. Y
al nordeste: parte de Villanueva del Rosario y mas alejado en la misma
trayectoria Villanueva del Trabuco con el Jibalto al fondo.
Para el descenso, regresamos sobre
nuestros pasos por la misma crestería, hasta la zona de la alambrada mas
cercana a la zona de acebuches por la que fuimos perdiendo altura, sin bajar la
guardia en ningún momento, ya que la empinada ladera y el accidentado terreno,
se prestaban a un resbalón en cualquier momento.
Conforme nos vamos acercando a la carretera, con la cortijada de San Isisdro en lontananza, la inercia natural es la de seguir recto hacia la misma a través de unos campos de cereal.
Sin embargo, nosotros optamos por seguir un tenues sendero que mas bien faldeaba la parte baja de la montaña, de forma perpendicular y en suave descenso mientras atravesábamos la zona de transición entre los acebuches y la retama hasta devolvernos a la carretera, unos 500 m al este de donde teníamos estacionados los vehículos, a los que llegamos recreándonos con los escaladores que ascendían por el impresionante paredón vertical que hay en la base de la cara sur de La Peña Negra de la que todos regresamos con la sensación compartida de haber vivido una magnífica jornada montañera.
Conforme nos vamos acercando a la carretera, con la cortijada de San Isisdro en lontananza, la inercia natural es la de seguir recto hacia la misma a través de unos campos de cereal.
Sin embargo, nosotros optamos por seguir un tenues sendero que mas bien faldeaba la parte baja de la montaña, de forma perpendicular y en suave descenso mientras atravesábamos la zona de transición entre los acebuches y la retama hasta devolvernos a la carretera, unos 500 m al este de donde teníamos estacionados los vehículos, a los que llegamos recreándonos con los escaladores que ascendían por el impresionante paredón vertical que hay en la base de la cara sur de La Peña Negra de la que todos regresamos con la sensación compartida de haber vivido una magnífica jornada montañera.
Incidentes:
tras varios días de lluvia, incluido el día anterior que nos había obligado a
pasar la ruta al domingo, el día amanecía despejado en gran parte de Málaga,
excepto en la zona del puerto de Las Pedrizas, donde las nubes cubrían la
cumbre de La Peña Negra produciendo ese efecto de oscuridad de donde le viene
el nombre. Mientras esperábamos la llegada de es compañera, que por primera
vez se retrasaba en el punto de encuentro, algo inusual en ella, la temperatura
era lo suficientemente baja para que algunos tuvieran que echar mano de toda
las capas que habían traído consigo.
Las dos
veces que le dejé la cámara a un
compañero para que me hiciera una foto, fue al suelo, con el objetivo abierto,
pero milagrosamente, aunque con persistentes problemas de apertura y cierre de
objetivo, siguió haciendo fotos.
La
totalidad del grupo consiguió llegar a la cumbre la mayoría con gran pericia y
desenvoltura, otros a cuatro patas, haciendo autoculin o la técnica del
cangrejo, como la que provocó un monumental roto en el pantalón del Comandante,
que consiguió saldar la deuda pendiente que con esta montaña tenía desde
octubre de 2004.
Irene,
que hizo una magnífica ascensión, 2ª a la peña Negra desde el pasado mayo para
acá, tuvo problemas con las rodillas en el descenso, pero pudo finalizar por su
propio pié.
Bibliografía: Por las montañas de Málaga, ediciones PRIMTEL, 2001 y respecto a la
información sobre escalada: www.bloqueaorevienta.com
Crónica y fotografías: Juan Ignacio Amador con la colaboración del Corsario de sierra Almijara y el Doctor Leal.
Crónica y fotografías: Juan Ignacio Amador con la colaboración del Corsario de sierra Almijara y el Doctor Leal.
una cronica estupenda en honor a un día maravilloso, entre eminencias, plazoletas y muchas risas y buen rollo.
ResponderEliminarQuerido amigo Antonio:
ResponderEliminarComo en anteriores ocasiones fué un auténtico lujo tenerte cerca como gregario en los tramos mas chungos.
Un fuerte abrazo y hasta nuestro próximo encuentro.