jueves, julio 19, 2018

XX Descenso Angosturas Guadalmina (BENAHAVÍS)


Hora y punto de encuentro recomendado: Antes de las 10.00 am en el aparcamiento junto al paseo fluvial. Al llegar a la rotonda de entrada a Benahavís, tomamos el ramal de la derecha, permaneciendo siempre junto al río y unos 200 m mas allá de la rotonda, llegamos a un pequeño espacio de aparcamiento junto al Parque de la Torre Leonera. En caso de que esté completo, debemos seguir adelante hasta encontrar aparcamiento. Antes de iniciar la ruta ya nos colocaremos el neopreno (hasta la cintura), para terminar de ajustarlo al llegar a la Poza de las Mozas. Si bien, el neopreno no es imprescindible en verano, pero si altamente recomendable para personas muy frioleras o delgadas.
Hora prevista de finalización: Entre las 14.00 y las 15.00 am (paradas incluidas)
Localidad de referencia: Benahavis
Distancia aprox. 4 km (2 km ida + 2 km vuelta),
Tipo de recorrido: circular (paralelo)
Desnivel aprox. de descenso 50 m.
Nivel dificultad técnica: bajo para personas acostumbradas a descenso de barrancos. Medio para personas no acostumbradas.
Tiempo aprox. Unas dos horas ida y  menos de una hora la vuelta, a lo que habría que añadir: pausas, comida, etc...
Tipo suelo: El mismo lecho del río es un terreno bastante rocoso, con zonas resbaladizas, que requiere de buen calzado para caminar, preferentemente botas de trecking o unos tenis fuertes y resistentes con suela que tenga bastante agarre.
Se recomienda: Bote estanco para proteger comida y cámara, botas de trecking y neopreno, al menos uno corto, tipo surfero, de los que cuestan 18€ en DECATHLON (no imprescindible, pero a partir de la primera media hora en el agua se empieza a pasar frío).
No te olvides traer toalla y muda de ropa y calzado cómodo (por ejemplo: unas chanclas) para dejar en el maletero y cambiarte al final de la ruta.
En los meses de Verano: este paraje está muy masificado los fines de semana. Lo ideal es hacerlo de lunes a jueves y si solo dispones del fin de semana, te merecerá la pena madrugar para no encontrarte masificación de senderistas y exploradores improvisados a lo largo del recorrido.
Fecha de realización: Sábado 7 Julio 2018, típico día de Verano, cielos despejados.
22 Participantes Nacho Amador "El Diablo de Lanzarote", Juanjo "Big Bang Theory", Sonia, Heriberto, Mayte, Rafa Castle "El Hombre de las Mil Cámaras", su hija Sofía, mas su primo y una amiga, Amaya Flores "Dora la Exploradora", Nono, Abel Saavedra, Mª José Fernández, Juan José García Quiles, Miguel Ángel Dueñas, Mabel Hidalgo, Marga Espejo, Marlis Hoffer, Manuel Esteban, Manuel, Isabel Diaz Morales, su hija Malena y un servidor: Juan Ignacio Amador
Breve descripción del recorrido:
Sin lugar a dudas es una de las rutas acuáticas mas divertidas y agradecidas de toda la provincia, por sus características mas que una ruta se podría calificar como un pequeño desafío de iniciación al barranquismo en un nivel muy básico comparable a lo que sería un juego del tipo “Super Mario Bros” con sus distintas fases.
1ª fase: La Poza de las Mozas, y el destrepe al siguiente tramo: tras la charla de bienvenida y breve explicación de la ruta, es el lugar de entrada para acceder al denominado descenso de Las Angosturas, la ubicación de esta amplia y profunda poza al pie de magníficos tajos y su inmediato acceso desde la carretera la han convertido en el lugar mas fotografiado de la zona tal y como podemos comprobar en cualquier buscador de internet. Aunque por desgracia, también es el lugar mas saturado de visitantes, especialmente los fines de semana y no todo el mundo tiene la misma conciencia cívica a la hora de cuidar del entorno. Éste es el lugar ideal para disfrutar de una primera toma de contacto con el agua, que será la gran protagonista de nuestro recorrido.
Conviene advertir que las rocas que rodean esta poza son especialmente resbaladizas desde el momento que la suela de nuestras botas o zapatillas de deporte entran en contacto con el agua. Por lo que los amantes de los saltos deben extremar su precaución a la hora de dirigirse a la roca a la que se vayan a subir, debiendo asegurarnos siempre de que saltamos en un lugar profundo y si es posible después de haber visto a alguien que haya saltado sin problemas a ese mismo punto.
A esta poza podemos entrar escogiendo  distintas alturas para saltar, un pequeño tobogán muy dócil o incluso evitar el contacto con el agua, pasando por encima del roquedo de la izquierda (que es el saltadero tradicional de esta poza), pues por detrás de este roquedal, cabe la posibilidad de un destrepe escalonado, bastante mas asequible de lo que puede parecer a primera vista.
Abandonaremos la Poza de las Mozas a través de un destrepe escalonado, bien directamente por donde desciende el agua el verano, algo vertical y que conviene hacer con la ayuda de alguien, si no lo vemos claro. O bien, por un tobogán bastante pulido por el agua del río en época de crecidas, que se encuentra a la izquierda y que identificaremos rápidamente.
2ª fase: Pasillos y pozas: En el siguiente tramo se intercalan pozas y pasillos o cahorros con abundancia de ranas, adelfas, avifauna de ribera y grandes bloques de marmoles y conglomerados, a modo de gigantescos trozos de turrón de guirlache, entre los que iremos nadando o caminando según la profundidad, a través de las denominadas angosturas (encajonamientos), que le dan nombre a este monumento natural. 
En ningún momento debemos bajar la guardia a la hora de pisar sobre rocas mojadas, especialmente en los tramos poco profundos, donde el estancamiento del agua en verano, favorece la proliferación de algas y el predominio del resbaladizo verdín.
3ª fase: “La Cueva”: Sin duda alguna nos encontramos en el lugar mas emblemático del recorrido, que en realidad no es una cueva propiamente dicha, lo que ocurre, es que el desfiladero llega a estrecharse tanto sobre nuestras cabezas, que nos da la impresión de estar en una cueva, hasta el punto que mientras vamos nadando, pasamos bajo un sistema de estalactitas, formado a partir de las tobas calcáreas que ha ido originando la acción del agua durante milenios sobre los mármoles dolomíticos que nos rodean por todas partes. Una experiencia mágica para la mayoría de mortales no acostumbrados a la espeleología y donde la belleza del paraje se multiplica por cada rayo de sol que se filtra desde arriba, regalándonos un auténtico caleidoscopio de color donde el agua adquiere unos tonos verdes cuando penetra el sol del mediodía, realmente alucinante. Por cada brazada que vamos dando en este pequeño santuario natural, tenemos la sensación de estar atravesando un paraje realmente mágico.
Desde estas líneas animamos a todos sus visitantes a que lo respeten y cuiden al máximo y no dudéis en reprender o incluso denunciar, a cualquier persona que lo dañe, ensucie o contamine deliberadamente. 
A mediación del paso de "La Cueva" existe una especie de tobogán al que podemos ascender mediante una rudimentaria cuerda por donde pueden subir los mas habilidosos para saltar como Sofía en la foto de abajo.
 La salida de la Cueva es una preciosidad. Casi da pena abandonar este lugar, pero todavía nos quedan algunas angosturas preciosas entre grandes mármoles con un bonizo zig-zagueo. O el tramo de la "Poza de la Brisa" previa a la pequeña presa.
4ª fase: “La Presa”: Unos 300 m, mas allá de la cueva, llegamos a una pequeña presa, con una pared de unos 4 m de altura, donde vuelve a subir la adrenalina para personas no acostumbradas a descensos de ríos, que hasta hace unos años, se solía realizar por una rudimentaria cuerda que casi siempre nos encontrábamos amarradas a uno de los peldaños de la vieja vía ferrata que vemos en el margen derecho. Sin embargo, de un tiempo para acá, alguna de las Empresas de Turismo Activo, que comercializan Las Angosturas, la ha quitado argumentando evitar accidentes. Siempre tenemos la opción de llevar nuestra propia cuerda (bastaría con una de 8-10 m. O bien, coger la opción mas fácil, que la que hace la mayoría de la gente de un tiempo a esta parte, descendiendo por el tobogán que hay a la izquierda de la Presa, por donde nos deslizamos fácilmente hasta llegar casi abajo del todo, donde debemos realizar un breve desplazamiento lateral final, para aterrizar en la poza de escasa profundidad, donde entrando con las rodillas flexionadas, no hay ningún problema.
5ª fase: La Poza de los Tubos (tramo final): Superada la presa, ya estamos en los  últimos 200 metros del cañón o desfiladero, antes de que éste se abra definitivamente, por lo que siempre recomendamos recorrerla sin prisas mientras nos recreamos con la exótica vegetación que crece en sus paredes de travertinos sobre las que caen constantes gotitas que han favorecido la proliferación de aguajas de la viudad, helechos y algunas plantas rupícoras de zonas húmedas, que también se repiten en otras zonas del recorrido.

Hasta la vieja tubería oxidada que se mantiene unos 4 m por encima del agua, en el margen izquierdo, a pesar de ser un elemento artificial, con el paso del tiempo, parece haberse fusionado con el entorno, como si siempre hubiera formado parte del paisaje. Añadiéndonos un toque histórico, respecto a los antiguos usos y costumbres del lugar.
6ª fase: El puente de Madera y el regreso por la Acequia:
 Antes de que se construyera el actual Puente de madera, sobre la Poza de los Tubos, solíamos prolomgar nuestros pasos, donde finaliza el desfiladero y se ensancha el río unos 200 m mas allá para tomar un camino que salía a la izquierda y que conducía hasta la acequia, que discurre paralela a este tramo del Guadalmina por su margen izquierdo.

Sin embargo, desde la inauguración del Puente de Madera en Octubre de 2014, invirtiendo la Diputación de Málaga mas de 600.000€ en dicho puente y la adecuación del sendero de la Acequia; al salir del Cañón, abandonamos el río por su margen derecho, accediendo rápidamente a la carretera, junto a la cual recorremos el pequeño trecho que nos lleva hasta este espectacular Puente de Madera, que atravesamos para pasar a la margen contraria del río, remontando el sendero que nos conduce hasta la mencionada acequia.
De manera que, el camino de regreso se convierte en una relajante paseo por la acequia (o junto a ella), que discurre entre un frondoso túnel de vegetación donde se alternan pequeñas encinas, pinos, algarrobos, matagallos, menta, tomillo, hierba buena, que nos irán aportando sombras y agradables fragancias.
Después de pasar sobre un pequeño puente acueducto donde la acequia salva una barranquera,  este sendero acuático nos sorprende con un par de encajonamientos y algún paso soterrado, hasta que ya podemos intuir que nos encontramos a la altura del aparcamiento donde dejamos estacionados nuestros vehículos. Momento éste de abandonar el camino de la acequia, cruzar al otro lado del Guadalmina, ya por una zona mas llana y asequible y remontar una especie de espigón de rocas colocadas artificialmente que separa el cauce del río de la zona de aparcamiento, regresando a nuestros vehículos con la sensación de haber vivido una pequeña gran aventura, poor un lugar realmente precioso.

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