Hora y punto
de encuentro recomendado: A las 9.30
am en la explanada terriza que hay a pie de la carretera de Benaoján, frente a
la Cueva del Gato. Aquí dejaremos nuestros vehículos y una minibús (u otro/s vehículo/s), nos llevará/n hasta Ronda para empezar la ruta desde un punto cercano al
Puente Árabe, pasando también bajo el Puente Viejo.
Pueblo
de referencia: Ronda.
Distancia aprox.
15 km (6
km seco + 9 km anfibio)
Punto
de partida y estimación horaria:
10.15 am Puente Árabe de Ronda
Tiempo aprox.
(mínimo 9 horas).
Nivel
dificultad física:
Medio
CAUDAL:
Previsiblemente
medio/bajo, aunque también habrá zonas de cierta profundidad donde será
imprescindible saber nadar.
AGUAS
y LECHO: Las aguas
del Guadalevín se vuelven muy fangosas
por dentro del cañón de Ronda y más claras aguas abajo..
Una vez que lleguemos al
río Guadiaro el fondo alterna tramos rocosos y otros con fondo arenoso.
Términos transitados: Ronda, prácticamente toda la ruta
discurre por la zona que queda a los pies del famoso mirador de la Alameda de
Ronda, hasta el río Guadiaro. Sólo los dos últimos kilómetros pertenecen al
t.m. de Benaoján.
Tipo
de recorrido: lineal
Breve
descripción del recorrido: El
primer tramo discurre por el mismo Cañón de Ronda, siendo nuestra intención
pasar bajos los tres Puentes el Puente Árabe, el Puente Viejo y el Puente
Nuevo. una vez lleguemos al Salto del Puente Nuevo, tomaremos el sendero de la
acequia y caminaremos por fuera del río hasta la confluencia del arroyo Sijuela
con el Guadalevín, enclave realmente precioso, desde donde empieza el tramo
anfibio propiamente dicho.
A partir de aquí, es
nuestra intención, progresar la mayor parte del tiempo por dentro del cauce,
alternando nuestro avance con otros tramos por fuera, haciendo uso de caminos
paralelos al río Guadalevín. Manteniendo la misma pauta una vez lleguemos al
río Guadiaro, hasta nuestra llegada a la Cueva del Gato.
VÍAS
DE ESCAPE: En la
primera mitad de recorrido siempre tenemos la opción de retornar a Ronda y en
la segunda mitad, existen numerosos puntos desde los que podemos acceder a la MA-7401 (carretera de Benaoján).
Material
IMPRESCINDIBLE: BOTE ESTANCO (como los del DECATHLON,
por ejemplo), que nos servirá para cualquier tipo de rutas acuáticas o
anfibias. Además de hacernos de flotador en los tramos profundos, nos
sirve para llevar a buen recaudo nuestra cámara, móvil, comida, llaves del
coche, etc…). Aunque también nos puede servir un bote de colacao o similar que
se puede comprar en “los chinos”. Un par de bastones resultarán de gran
utilidad hasta para el senderista mas habilidoso que casi siempre prescinda de
ellos en rutas de montaña, aquí le vendrán muy bien, y aquel que no los lleve,
no tardará en improvisar un par de bastones a base de cañas, varas secas de
adelfas o alisos que siempre podemos encontrar en muchos tramos del recorrido.
¿Es
IMPRESCINDIBLE el NEOPRENO?:
En esta época del año, no es imprescindible. Aunque una vez que lleguemos al
río Guadiaro, puede ser recomendable un
neopreno, cortito, tipo surfero, donde el caudal aumentará considerablemente y
a veces atravesaremos largas pozas de cierta profundidad.
Se recomienda: Cámara acuática
o pequeña compacta con cajita o funda protectora; gorra, protector solar, dos
bastones, botas de trekking con suelas resistentes que tengan buen agarre. Las
de primer o segundo precio del DECATHLON suelen ser las mejores, incluso para
hacer barranquismo. Con zapatillas normales de deporte no vamos tan protegidos
para posibles golpes, arañazos o esguinces.
1º) Esta ruta se presta
a que muchos tramos del río sean optativos, es decir, se trata de una ruta casi
a la carta, donde en muchas zonas se podrá elegir entre ir por la orilla o
caminos paralelos o ir por dentro del cauce.
2º) Esta ruta no
requiere de ningún equipo específico de barranquismo. En los tramos que hay que
ir por dentro del agua, el río suele tener poca profundidad o en todo caso por
la cintura, pero también tendremos que afrontar algunas pozas de nado obligado
con mas de 2 m de profundidad.
3º) Es recomendable
llevar pomada para las picaduras de insectos.
4º) No olvides dejar en
el maletero de tu coche, muda de calzado y ropa cómoda para cambiarte al final
de la ruta.
ACCIDENTES/INCIDENTES MAS FRECUENTES EN ESTE TIPO DE RUTAS ACUÁTICAS/ANFIBIAS:
A NIVEL FÍSICO:
esguinces, rozaduras, golpes en rodillas o espinillas, contracturas (normalmente por caídas, resbalones
o dejarnos deslizar por pequeños rápidos traicioneros).
A NIVEL TÉCNICO: cámaras
rotas, cámaras o móviles (no acuáticos) que terminan yendo al agua, gafas de sol extraviadas o que se nos caen al fondo de una poza profunda. Botes o
bolsas estancas que dejamos mal cerrados después de una parada para comer algo
y en la siguiente poza de profundidad se nos mete el agua dentro, mojando todo
lo que llevamos (y amargándonos el día). Calzados inapropiados que convierten
la progresión por el río en un calvario o se nos rompen a mitad de recorrido,
etc...
Fecha
de realización:
Sábado 14 de Julio de 2018, típico día de verano de cielos despejados, pero no
excesivamente caluroso. A penas se alcanzaron los 30ºC y una ligera brisa de
Poniente hizo muy llevadero los tramos por fuera del río.
22
Participantes: Jorge
"Aterriza como puedas" que fue nuestro guía y fantástico anfitrión.
Desde Sevilla vinieron: "El Sherpa Carmona" acompañado por
"Blancanieves"; Desde Puente
Genil (Córdoba): Maria Luisa "El Duendecillo de Sierra Horconera" y
Héctor "El Caimán de Puente Genil". Y desde distintos puntos de la
Costa del Sol: Manuel, Isa "La Loba de Wall Street" con su hija
Malena, Elena "La Chica que hablaba con los árboles" con sus dos
hijos: Marcos "La Ardilla del Torcal" y Pablo "El
Sivarita", Paqui "La Enfermera Hana", Fali "El REtorno de
Elvis", Lena "La Amazona Bielorrusa", Rafa Castle "El
Hombre de las Mil Cámaras", Mabel "Libre y Salvaje", José manuel
Vázquez "El Coleccionista de Aventuras", Juanjo "Sheldom Cooper", Sonia
"Desde Japón con Amor", Diego "¡Qué bueno que viniste!",
Nacho "El Demonio de Tasmania" y un servidor que pasaba por allí:
Juan Ignacio Amador.
Alicientes
principales y Sensaciones tras la ruta:
José Manuel Vázquez: ¡Sorprendente, superando con creces todas las expectativas!
Enhorabuena a Juan Ignacio Amador Tobaja y a su colaborador: Jorge Castrillo Orellana, ruta
inédita no hecha por ningún club que ya está en el currículum de Comando
Preston en un lugar destacado y en nuestras retinas y rinconcitos escogidos de
nuestra memoria
Mabel Hidalgo Berutich: Ha sido una ruta de espartanos pero bella y llena de
matices cromáticos. Esas “cama de rana” nos esposaban los pies, dificultando el
avance... pero mereció el castigo por contemplar las entrañas del cañón y
puentes de mi Ronda natal, las idílicas pozas prístinas, el saturado verde de
las algas infinitas, el intenso color de las adelfas... una sinfonía sin igual,
y un grupo divertido, avanzando cada uno como pudo. Ruta acuática 10! Gracias
Juani y Jorge.
Breve
descripción la ruta:
1ª
Parte, TRAMO ACUÁTICO: Por el Cañón de Ronda (Río Guadalevín)
Una vez que dejamos
nuestros vehículos en el Parking de acceso a la Cueva del Gato (final previsto
de ruta), nos recogió la minibús y nos llevó hasta la confluencia de la Av.
Juan Pablo II y Camino de los Tejares, muy cerca de la Piscina Municipal, con
sus dos cúpulas acristaladas, que veíamos a nuestra izquierda, mientras
comenzábamos a bajar por la calle Tomilla, cuya prolongación es la calle Molino
de Alarcón, que abandonamos a nuestra izquierda tan pronto como el cauce del
Guadalevín ya lo tuvimos a tiro de piedra, previo sendero de gran verdor por la
cercanía del agua, por la que empezamos a caminar al principio con el agua por
debajo de las rodilla, pero unos 20 m mas allá a la altura de la cintura,
arrastrando a nuestro paso grandes cantidades de algas, que mediada la ruta ya
sería una constante hasta el final.
Poco después de pasar
bajo el Puente Viejo, a nuestra derecha veíamos una gran surgencia de agua que
según nos explicó nuestro guía y anfitrión Jorge Castrillo: fue clave para que
la población morisca aguantara durante años el largo asedio a la ciudad de
Ronda, hasta que el lugar fue descubierto por el enemigo: "las tropas
cristianas" que consiguieron la rendición de la ciudad de Ronda, pocos
días después de descubrir uno de sus secretos mejor guardados. Y es que
adentrarse por el Cañón de Ronda, no es sólo una extraordinaria experiencia
desde el punto de vista paisajístico, monumental e incluso místico, sino
también sumergirse en los pasajes de su milenaria historia.
Unos metros más adelante
en una enorme grieta de la pared de la izquierda nos llama la atención los
restos de dos pequeños arcos de inconfundible traza mudéjar y unos metros más
allá una plataforma metálica, un metro por encima del agua a modo de terraza, a la
que se accede por una puerta
morisca, que en realidad marca la salida
de la denominada: "Mina de Ronda", que tal y como nos contó Jorge, es
otro de los Secretos mejor guardados de la ciudad, cuyo entrada superior se
encuentra en los Jardines de la
Casa del Rey Moro, ubicados justamente por encima
nuestra, en el margen izquierdo del cañón.
Entre las leyendas más
populares destaca la que cuenta que el inmueble fue la residencia de uno de los
últimos reyes musulmanes de Ronda, Abomelic, que mandó a construir la Mina para que
su hija pudiera bajar al río a bañarse y que la escalera constaba de 365
escalones, que los sirvientes de Abomelic excavaron en un año, a razón de uno
por día.
El siguiente hito es una
pequeña presa a modo de tobogán de 4 m de altura y una pendiente del 33-40%,
que la mayoría descendimos en modo autoculín para evitar resbalones, aunque su
superficie hormigonada, pero ya muy erosionada tiene buen agarre, aunque
cubierta en su totalidad por una fina capa de agua que descendía sobre ella,
optamos por bajarla despacito y con buena letra, aquí hicimos la primera pausa
y foto de grupo.
Tal y como nos sugirió
el bueno de Jorge, este habría sido el lugar "más prudente" para
abandonar el cañón, tomando como referencia otra "terraza cercana" a
la izquierda de la presa donde comienza una toma de acequia. Sin embargo,
estando ya tan cerca de los pilares del Monumental Puente Nuevo, sentimos el
impulso de continuar adelante, hasta la base del mismo, cuyo acceso no es
fácil, porque el cañón nos obliga a afrontar un par de destrepes, no muy
complicados, pero si lo suficiente para ralentizar la marcha del grupo y formar
alguna que otra "cadena de ayuda" en un par de escalones de casi dos
metros de altura, bajo los cuales había poca profundidad y no nos permitían
saltar al agua, sino descenderlo lentamente hasta volver a caminar por el fondo
del barranco, entre enormes bloques de arenisca, que ya nos avisan del mítico
rápel de casi 40 m de altura que se encuentra a los pies del Puente Nuevo,
enclave mágico para los amantes del barranquismo. Experiencia inolvidable que
vivimos algunos componentes del grupo en agosto de 2017:
http://comandopreston.blogspot.com/2017/08/vias-ferratas-de-ronda-y-barranco-del.html
Siete
curiosidades sobre el Puente Nuevo:
Junto a la Plaza de Toros, el Puente Nuevo es
un símbolo de Ronda. Salva un abismo de 100 m sobre el río Guadalevín (Wadi-al-Labaiem>: “río
de leche”) y une la ciudad (barrio antiguo) con el Mercadillo (barrio nuevo),
las dos zonas históricas.
Las mejores vistas del Puente Nuevo están
tras recorrer un pequeño camino que parte desde la Plaza de María Auxiliadora.
Además de ser hermoso, el Puente Nuevo de
Ronda guarda algunos secretos y leyendas dignos de ser contados.
1. Los
intentos fallidos:
Primero los árabes y después los cristianos,
construir un puente que salvara el acantilado siempre fue anhelo de los
rondeños. La villa, pacificada tras los convulsos años de conquista cristiana
(1485) se desarrolló rápidamente. El aumento de población requería un puente
nuevo, además del antiguo.
Se intentó construir un puente en el s. XVI.
Pero la dificultad técnica era enorme. No fue posible.
En 1735 (reinaba Felipe V), se construyó un
arco de 35 m de diámetro. Fue una tragedia: se derrumbó cinco años después y
mató a casi 50 personas.
Finalmente, un arquitecto excepcional del s.
XVIII consiguió elevar y mantener el actual Puente Nuevo.
2. El
efecto Mímesis:
El Puente Nuevo se construyó entre 1759 y
1793, más de tres décadas. Se considera una obra maestra de ingeniería. Mide 98
de altura y 70 m de longitud.
Pese a sus dimensiones, el puente parece un
elemento natural de la roca. El color se diluye con el de las paredes del
acantilado. El material utilizado se extrajo del fondo de la garganta del río.
Así se consiguió un efecto mímesis.
3. El
Arquitecto y los Pilares de la Tierra:
El arquitecto del puente fue José Martín de
Aldehuela. También se le atribuye, sin confirmación, la construcción de la
Plaza de Toros de Ronda, otro de los símbolos del lugar.
José Martín de Aldehuela (Teruel, 1729 –
Málaga, 1802) llegó a Málaga requerido por el obispo (Molina Larios) para
construir los cimientos de la catedral de la ciudad. Ya había trabajado en la
catedral de Cuenca.
Como el protagonista de Los Pilares de la Tierra,
la novela de Ken Follet, José Martín se mueve de catedral en catedral. En
Málaga proyectó, además del Puente Nuevo, el Acueducto de San Telmo, para
abastecer de agua a la ciudad, y la Casa del Consulado de Málaga, declarada hoy
Monumento Histórico Nacional.
La leyenda dice que Martín de Aldehuela se
suicidó en el Puente Nuevo por no poder concebir un puente más bonito que el
Puente Nuevo. Sus restos están bajo la plaza del Convento de San Pedro de
Alcántara, en Málaga.
4. La
estancia oculta:
Sobre el arco principal del Puente Nuevo hay
una ventanita. Es una estancia oculta. Primero fue una cárcel (los reos estaban
colgados en la nada) y luego un mesón (lo mismo que sirvió como condena se
consideró un privilegio).
Hoy es un centro de interpretación del
entorno, de la historia y de la ciudad. Muestra fotos y vídeos que recogen la
historia sobre el Puente Nuevo.
5. El
Puente Viejo fue el puente Nuevo:
El Puente Viejo fue “La Puente Nueva” hasta
que se construyó el último, el que nos ocupa.
El Puente Viejo comunicaba la ciudad y el
barrio del Mercadillo. Se considera de época árabe. Tras la conquista cristiana
a finales el s. XV, el puente viejo quedó destrozado.
Lo volvieron a levantar delincuentes
considerados “buenos maestros”. En 1616 se lo llevó una riada. El que hoy
podemos ver se eleva a 31 m del río y su arco mide 10 m. Se restauró en el s.
XX.
6.
LLuvia hacia arriba:
Algunos días el viento sopla con ferocidad
bajo los arcos del Puente Nuevo. Esos días, entre silbidos, el viento eleva el
agua del río y llegan arriba algunas gotas. En Ronda dicen que aquí, a veces,
“llueve pa’arriba”.
7. El
Balcón del "¡Coño!":
Sí. Un poco fuerte, pero el mirador cerca del
Puente Nuevo se conoce como “el balcón del Coño”. Es la sensación que produce
asomarse traducida en una palabra concisa, fuerte y desbocada. A los intrépidos
que se asoman se les resbala, como sin querer. Este mirador está en el Paseo de
la Alameda. Sobre los pájaros.
Abandonamos el cañón, al
llegar al Puente Nuevo, remontando una fuerte pendiente arenosa por debajo de
una higuera y alguna que otra rama de zarza que incomoda una corta, pero
empinadísima pendiente, hasta situarnos en el Camino de la Acequia, desde donde
no tardamos en encontrarnos con algunos turistas que se aventuran por este
sendero propiedad de Endesa, desde el que se pueden disfrutar de unas vistas
impresionantes de la cascada que se forma a los pies del Puente Nuevo. Sendero
de anchura suficiente, pero donde hay que extremar la precaución, pues un
resbalón hacia el abismo sería nuestra última caída.
Pero nosotros
tomamos el ramal de la izquierda que pasa bajo la arcada de La Puerta del Viento
desde donde venimos a salir en suave descenso al Camino de los Molinos, justo a
la altura de un panel informativo de las vías ferratas que en aquel preciso instante
estaba limpiando el mítico Rafa Flores, más conocido como "El Mago Gandalf
de la Serranía" o "El Santo Padre" (de la Asociación Senderista
Pasos Largos), con quienes mantuvimos una breve pero entrañable charla, estando
ya en capilla del Camino de Santiago que él y Patro tenían anunciado desde hace
meses para la empresa "RAFA NATURA".
Tras despedirnos con la
intención de volver a coincidir muy pronto, tomamos el camino de los Molinos,
en sentido ascendente a nuestra izquierda, como si subiéramos hacia la barriada
de San Francisco, con las murallas de Ronda y el Palacio de Mondragón, por
encima nuestra, momentáneamente a nuestra izquierda, hasta tomar el primer
cruce a la derecha por el denominado Camino del Puerto de la Muela en suave
descenso. No tardamos en llegar a una bifurcación que en principio teníamos
pensado tomar a nuestra izquierda, llegando a la confluencia del Arroyo Sijuela
y el Guadalevín, después de dejar a la derecha el Cortijo del Almendrál, sin
embargo, nuestro amigo Jorge, nos informó que en la ruta preparatoria se había
encontrado este camino (teóricamente público) "ilegalmente vallado".
Por lo que tomamos el ramal de la derecha, que es el principal y que se
mantiene en dirección N-O, poco después de la bifurcación dejábamos a nuestra
derecha, los viñedos del "Samsara Wine Experience" donde traen a los
guiris, también a nuestra derecha (ESTE), durante todo este trayecto de
descenso hacia el Guadalevín, podemos disfrutar de una espectacular panorámica
del perímetro de la Meseta de Ronda donde podemos distinguir de izquierda a
derecha, lugares tantas veces fotografiados y enviados a todos los rincones del
Mundo en forma de postal: Los Balcones de la Alameda del Tajo con sus árboleda
y sus cenadores, el Balcón de Ronda, el Parador Nacional, El Puente Nuevo, el
impresionante pináculo de arenisca conocido como "La Picha del Moro",
el Palacio de Mondragón y amplios lienzos de muralla extendiéndose hacia el
barrio de San Francisco.
Impresionantes matas de cardos borriqueros de un intenso color morado, adornaban los
márgenes de este Camino (terrizo) del Puerto de la Muela por dónde íbamos
descendiendo, aumentando la pendiente conforme nos íbamos aproximando al río
Guadalevín, donde volvimos a reagruparnos para dar una serie de consejos
básicos antes de volver a retomar el contacto con el agua, mientras aquellos
que se habían cambiado específicamente para seco, volvían a cambiarse para
adaptarse al modo anfibio.
3ª
Parte, TRAMO ACUÁTICO: Del vado del Camino del Puerto de la Muela al Nacimiento
del Guadiaro (unión del Guadalevín y Guadalcobacín):
Desde pocos metros antes
de llegar al vado, llama la atención el sonido de las cantarinas aguas del
arroyo Guadalevín, por el que vamos a comenzar a descender entre pequeños
rápidos y alargadas pozas de escasa profundidad la mayor parte del tiempo, pero
que de vez en cuando puede llegarnos a
la altura del pecho, o incluso de más de 2 m de profundidad, al llegar a una
poza que comienza con un pequeño salto de agua, justo donde nuestra queridísima
amiga Elena se llevó cuatro picotazos de avispa, tres en la frente y uno muy
cerca del ojo izquierdo, aguantando estoicamente tan infame ataque de estos
odiosos insectos, a los que no se les conoce ninguna propiedad beneficiosa mas
allá de servir de alimento a los abejarucos y otros insectívoros.
Se pueden distinguir tres áreas bien
diferenciadas. Una dedicada al culto, otra destinada a la vivienda de los
religiosos que la habitaban y una tercera, como zona de almacenaje de alimentos
y albergue de ganado. En sus inicios este conjunto acogió una
pequeña comunidad de monjes, no siendo su número superior a diez personas. El
recinto siguió ocupándose a lo largo del tiempo como lugar de culto hasta
aproximadamente el S. XVIII, fecha en la que la Ermita entra en un periodo de
abandono. En la década de los 80 del pasado Siglo XX, y gracias a la
intervención de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza, su uso religioso se
recupera y culmina con la restauración por parte del Ayuntamiento de Ronda del
citado conjunto en 1.997.
La zona eclesiástica abarca una superficie de
272 metros cuadrados, estando compuesta por una nave principal en la que se
incardina un altar. Adosada a ésta nave se localiza un espacio menor que se
identifica como sacristía. Existen también dos naves laterales, ambas con altar
y una de ellas que dispone de acceso a la cripta. Según los estudiosos la
cripta pertenece a una época posterior (Siglos XVII-XVIII).
La zona domestica del conjunto dispone de
cuatro habitáculos que podrían haber sido utilizados como celdas. En el
exterior de estos espacios y al borde del tajo se localiza una amplia terraza
excavada en la roca, desde donde se contemplan excelentes panorámicas de
la meseta donde se ubica la ciudad de Ronda.
En el exterior de la zona de culto y
habitación se localiza un gran silo para la conservación de alimentos y un
espacio que a lo largo de la historia han tenido múltiples usos: albergue de
ganado, lagar, etc.
Todo el conjunto rupestre mozárabe tiene
adosada una interesante capilla barroca donde se venera la Virgen de la Cabeza,
motivo de una tradicional romería que se celebra cada mes de Junio
en Ronda. A pesar de que pasamos relativamente cerca de esta Ermita rupestre,
que más nos recordaría a Bobastro que a una "ermita tradicional", su
camino de acceso se realiza por el ramal que sale a la derecha, al principio
del camino que conduce hasta el Tajo del Abanico.
Justo cuando el río Guadalevín conecta con la
base de la Sierrezuela que tenemos ante nosotros, llama la atención como el poderoso efecto erosivo del río se ha comido recientemente gran parte del talud del margen izquierdo del río, que comienza a girar la
derecha, cambiando el rumbo S-O por OESTE, y unos 300 m mas allá, nos
encontramos con una de las mayores salvajadas que recuerdo haber visto en mucho
tiempo, una alambrada que corta la misma trayectoria del río Guadalevín, algo
totalmente prohibido en nuestra Constitución.
Para progresar un poco más rápido abandonamos
momentáneamente el curso del río por una acequia que discurría paralela al
mismo, por su margen izquierdo, pero en pocos minutos llegamos a una pequeña
cortijada vallada, viéndonos obligados a regresar sobre nuestros pasos, para
volver a nuestro sendero teórico que no es otro que el mismo cauce del río
Guadalevín. Unos 500 m más allá del mencionado puente, el paisaje alrededor del
río se hace mas llano y diáfano, progresando ahora entre hileras de adelfas de
un rojo y un rosa muy intenso, tras las cuales se adivinaban las ya muy
cercanas huertas de La Indiana.
Por lo que a partir de este
momento, el agua aumenta sutilmente la temperatura a partir de aquí, las algas
se adueñan en muchos tramos de la totalidad de la superficie del arroyo hasta
el punto de que literalmente hay momentos que parecen atraparnos como en una
película de terror. Y los galápagos que se han adaptado como nadie a las aguas
residuales, comienzan a ser cada vez más frecuentes y en algunos casos de gran
tamaño.
Finalizado el almuerzo, continuamos unos 400
m longitudinales por el río Guadalevín, al principio entre grandes juncos,
después atravesando, en parte a nado, una ancha y profunda poza con vistas
frontales hacia el Peñón del Mures, para poco después virar a la izquierda
llevándonos hacia una pequeña presa que salvamos sin problema, llegando cinco
minutos después a la confluencia con el río Guadalcobacín, procedente de
Arriate, que nos encontramos prácticamente seco.
Muy posiblemente debido a la
sobre explotación ilegal de bombas de agua para regadío hasta cometer la
"SALVAJADA" de haberlo dejado prácticamente seco y sin tan siquiera
el denominado "caudal ecológico". Aprovechamos estas líneas para
denunciar este hecho, bien a Los Ayuntamientos de esta zona, que corresponde
todavía al t.m. de Ronda, bien a la Concejalía de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía.
Al no traer agua el río Guadalcobacín, en
este punto donde se une con el Guadalevín y por lo tanto considerarse el
auténtico nacimiento del Guadiaro. El Guadiaro, que es nuestro "camino a
seguir" a partir de este momento, seguía manteniendo el mismo caudal que
el Guadalevín. 4ª
Parte, TRAMO ANFIBIO (o SECO, a elegir): Del Nacimiento del Guadiaro (unión del
Guadalevín y Guadalcobacín) hasta la Cueva del Gato:
Tras los últimos kilómetros luchando contra
el peso de las algas que lastraban y ralentizaban nuestros pasos. Decidimos
abandonar el río al llegar al Nacimiento del Guadiaro, cruzando con la debida
precaución la vía del tren, para tomar la pista terriza que discurre llaneando
y en paralelo a la vía del tren, coincidiendo este tramo del camino con el GR
141 (Gran Senda de la Serranía), GR 249 (Gran Senda de Málaga) y con el PR-A
251 (Pequeño recorrido Andalucía: Ronda-Benaoján). ESta fue la opción que en
principio escogimos todos los compañeros. LLevando a nuestra derecha la
Sierrezuela del Algarrobo, horadada por esa impresionante galería que es el
Sistema Hundidero-Gato. Y llevando a nuestra izquierda los cercanos railes de
la vía del tren y al otro lado el ininterrumpido bosque de galería que delataba
la presencia del río Guadiaro. Unas veces más cercano y otras mas lejano a
nuestro camino bastante rectilíneo en dirección S-O, según los meandros del
río. Que riega a su paso abundantes campos de cultivo, especialmente de cereal,
como los que se encuentran a la altura de Huertas Nuevas.
En la única pausa de reagrupamiento que
realizamos en este tramo aprovechando una solitaria hilera de árboles, Jorge
nos contó que nos encontrábamos en el lugar exacto donde los extraperlistas
recibían los fardos de tabaco procedente de Gibraltar en la época del
extraperlo y que operarios del tren descargan ilegalmente del mismo en este
enclave, por donde el tren pasaba a menor velocidad. Pocos minutos después
completados estos 2,5 km de pista terriza, por donde progresamos bastante
rápido, parte del grupo optó por seguir a Jorge por la opción de secano hasta
llegar a la Cueva del Gato y el resto del grupo continuamos por el río Guadiaro, que desde este punto,
dista unos 2 km de la Cueva del Gato, sin embargo, una vez mas la tremenda
proliferación de algas y la escasa profundidad en muchas zonas donde no
podíamos ni nadar, ni caminar rápido por lo resbaladizo de las piedras o las
ingentes cantidades de algas enredadas en nuestras piernas y bastones, hicieron
que aquellos dos últimos kilómetros se hicieran interminables, hasta el punto
que el grupo de Jorge, en poco más de dos kilómetros de distancia, llegó una
hora y cuarto antes que nosotros. Una barbaridad.
Pero ya era cuestión de
orgullo, acabar el último tramo por el río según lo previsto, entre las risas y
las caídas tontas, mas por el cansancio acumulado, que por la dificultad.
Como si de la final de una Maratón se tratara, fuimos llegando
como mejor pudimos, destacando lo maravillosamente bien que marcharón en todo momento en cabeza de grupo: Malena, Marcos y Pablo, las ayudas de Fali en los tramos mas duros, siempre pendiente de todos, y el espíritu espartano del grupo en general, reagrupándonos en la poza lago frente a la entrada de la Cueva del gato, para
asombro de los visitantes allí presentes que nos veían llegar como auténticos
extraterrestres. Y ante tan mágico enclave nos hicimos la mejor foto de grupo
de la jornada.
Como toda la Sierra de Grazalema, se trata de
una zona kárstica (roca caliza) donde el agua ha generado un impresionante
mundo subterráneo. El sistema Hundidero-Gato recoge el agua de una amplia y
relativamente llana cuenca, que forma el río Gaduares, también llamado
«Campobuche», que nace cerca de la localidad de Villaluenga del Rosario, , unos
15 km al suroeste de la cueva de Hundidero, donde dicho río desaparece, con sus
aguas que se filtran rápidamente por el fondo del pantano, de la fallida presa
de Los Caballeros, para volver a aparecer en la cueva del Gato y tributar sus
aguas, unos 50 m más allá en el río Guadiaro, al que entrega sus aguas
inmediatamente. Obviamente, a partir de este punto el caudal y el tamaño de las
pozas aumenta considerablemente, sobre todo, a partir de que se le una el
caudal del Molino del Santo y el Nacimiento de Los Cascajales, muy cerca de la
Estación de Benaoján.
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