martes, julio 17, 2018

De Ronda a la Cueva del Gato por el Río Guadalevín y Guadiaro


Hora y punto de encuentro recomendado: A las 9.30 am en la explanada terriza que hay a pie de la carretera de Benaoján, frente a la Cueva del Gato. Aquí dejaremos nuestros vehículos y una minibús (u otro/s vehículo/s), nos llevará/n hasta Ronda para empezar la ruta desde un punto cercano al Puente Árabe, pasando también bajo el Puente Viejo.
Entorno: Curso Bajo del Guadalevín y Alto Guadiaro
Pueblo de referencia: Ronda.
Distancia aprox. 15 km (6 km seco + 9 km anfibio)
Punto de partida y estimación horaria: 10.15 am Puente Árabe de Ronda
Tiempo aprox. (mínimo 9 horas).
Nivel dificultad física: Medio
Tipo río (caudal, aguas, lecho y márgenes):
CAUDAL: Previsiblemente medio/bajo, aunque también habrá zonas de cierta profundidad donde será imprescindible saber nadar.
AGUAS y LECHO: Las aguas del Guadalevín  se vuelven muy fangosas por dentro del cañón de Ronda y más claras aguas abajo..
Una vez que lleguemos al río Guadiaro el fondo alterna tramos rocosos y otros con fondo arenoso.
Términos transitados: Ronda, prácticamente toda la ruta discurre por la zona que queda a los pies del famoso mirador de la Alameda de Ronda, hasta el río Guadiaro. Sólo los dos últimos kilómetros pertenecen al t.m. de Benaoján.
Tipo de recorrido: lineal
Breve descripción del recorrido: El primer tramo discurre por el mismo Cañón de Ronda, siendo nuestra intención pasar bajos los tres Puentes el Puente Árabe, el Puente Viejo y el Puente Nuevo. una vez lleguemos al Salto del Puente Nuevo, tomaremos el sendero de la acequia y caminaremos por fuera del río hasta la confluencia del arroyo Sijuela con el Guadalevín, enclave realmente precioso, desde donde empieza el tramo anfibio propiamente dicho.
A partir de aquí, es nuestra intención, progresar la mayor parte del tiempo por dentro del cauce, alternando nuestro avance con otros tramos por fuera, haciendo uso de caminos paralelos al río Guadalevín. Manteniendo la misma pauta una vez lleguemos al río Guadiaro, hasta nuestra llegada a la Cueva del Gato.
VÍAS DE ESCAPE: En la primera mitad de recorrido siempre tenemos la opción de retornar a Ronda y en la segunda mitad, existen numerosos puntos desde los que podemos acceder a la MA-7401 (carretera de Benaoján).
Material IMPRESCINDIBLE: BOTE ESTANCO (como los del DECATHLON, por ejemplo), que nos servirá para cualquier tipo de rutas acuáticas o anfibias.  Además de hacernos de flotador en los tramos profundos, nos sirve para llevar a buen recaudo nuestra cámara, móvil, comida, llaves del coche, etc…). Aunque también nos puede servir un bote de colacao o similar que se puede comprar en “los chinos”. Un par de bastones resultarán de gran utilidad hasta para el senderista mas habilidoso que casi siempre prescinda de ellos en rutas de montaña, aquí le vendrán muy bien, y aquel que no los lleve, no tardará en improvisar un par de bastones a base de cañas, varas secas de adelfas o alisos que siempre podemos encontrar en muchos tramos del recorrido.
¿Es IMPRESCINDIBLE el NEOPRENO?: En esta época del año, no es imprescindible. Aunque una vez que lleguemos al río Guadiaro, puede ser recomendable  un neopreno, cortito, tipo surfero, donde el caudal aumentará considerablemente y a veces atravesaremos largas pozas de cierta profundidad. 
Se recomienda: Cámara acuática o pequeña compacta con cajita o funda protectora; gorra, protector solar, dos bastones, botas de trekking con suelas resistentes que tengan buen agarre. Las de primer o segundo precio del DECATHLON suelen ser las mejores, incluso para hacer barranquismo. Con zapatillas normales de deporte no vamos tan protegidos para posibles golpes, arañazos o esguinces.
A tener en cuenta:
1º) Esta ruta se presta a que muchos tramos del río sean optativos, es decir, se trata de una ruta casi a la carta, donde en muchas zonas se podrá elegir entre ir por la orilla o caminos paralelos o ir por dentro del cauce.
2º) Esta ruta no requiere de ningún equipo específico de barranquismo. En los tramos que hay que ir por dentro del agua, el río suele tener poca profundidad o en todo caso por la cintura, pero también tendremos que afrontar algunas pozas de nado obligado con mas de 2 m de profundidad.
3º) Es recomendable llevar pomada para las picaduras de insectos.
4º) No olvides dejar en el maletero de tu coche, muda de calzado y ropa cómoda para cambiarte al final de la ruta.
ACCIDENTES/INCIDENTES MAS FRECUENTES EN ESTE TIPO DE RUTAS ACUÁTICAS/ANFIBIAS:
A NIVEL FÍSICO: esguinces, rozaduras, golpes en rodillas o espinillas, contracturas (normalmente por caídas, resbalones o dejarnos deslizar por pequeños rápidos traicioneros).
A NIVEL TÉCNICO: cámaras rotas, cámaras o móviles (no acuáticos) que terminan yendo al agua, gafas de sol extraviadas o que se nos caen al fondo de una poza profunda. Botes o bolsas estancas que dejamos mal cerrados después de una parada para comer algo y en la siguiente poza de profundidad se nos mete el agua dentro, mojando todo lo que llevamos (y amargándonos el día). Calzados inapropiados que convierten la progresión por el río en un calvario o se nos rompen a mitad de recorrido, etc... 
Fecha de realización: Sábado 14 de Julio de 2018, típico día de verano de cielos despejados, pero no excesivamente caluroso. A penas se alcanzaron los 30ºC y una ligera brisa de Poniente hizo muy llevadero los tramos por fuera del río.
22 Participantes: Jorge "Aterriza como puedas" que fue nuestro guía y fantástico anfitrión. Desde Sevilla vinieron: "El Sherpa Carmona" acompañado por "Blancanieves";  Desde Puente Genil (Córdoba): Maria Luisa "El Duendecillo de Sierra Horconera" y Héctor "El Caimán de Puente Genil". Y desde distintos puntos de la Costa del Sol: Manuel, Isa "La Loba de Wall Street" con su hija Malena, Elena "La Chica que hablaba con los árboles" con sus dos hijos: Marcos "La Ardilla del Torcal" y Pablo "El Sivarita", Paqui "La Enfermera Hana", Fali "El REtorno de Elvis", Lena "La Amazona Bielorrusa", Rafa Castle "El Hombre de las Mil Cámaras", Mabel "Libre y Salvaje", José manuel Vázquez "El Coleccionista de Aventuras",  Juanjo "Sheldom Cooper", Sonia "Desde Japón con Amor", Diego "¡Qué bueno que viniste!", Nacho "El Demonio de Tasmania" y un servidor que pasaba por allí: Juan Ignacio Amador.
Alicientes principales y Sensaciones tras la ruta:
José Manuel Vázquez: ¡Sorprendente, superando con creces todas las expectativas! Enhorabuena a Juan Ignacio Amador Tobaja y a su colaborador: Jorge Castrillo Orellana,  ruta inédita no hecha por ningún club que ya está en el currículum de Comando Preston en un lugar destacado y en nuestras retinas y rinconcitos escogidos de nuestra memoria
Mabel Hidalgo Berutich: Ha sido una ruta de espartanos pero bella y llena de matices cromáticos. Esas “cama de rana” nos esposaban los pies, dificultando el avance... pero mereció el castigo por contemplar las entrañas del cañón y puentes de mi Ronda natal, las idílicas pozas prístinas, el saturado verde de las algas infinitas, el intenso color de las adelfas... una sinfonía sin igual, y un grupo divertido, avanzando cada uno como pudo. Ruta acuática 10! Gracias Juani y Jorge.
Breve descripción la ruta:
1ª Parte, TRAMO ACUÁTICO: Por el Cañón de Ronda (Río Guadalevín)
Una vez que dejamos nuestros vehículos en el Parking de acceso a la Cueva del Gato (final previsto de ruta), nos recogió la minibús y nos llevó hasta la confluencia de la Av. Juan Pablo II y Camino de los Tejares, muy cerca de la Piscina Municipal, con sus dos cúpulas acristaladas, que veíamos a nuestra izquierda, mientras comenzábamos a bajar por la calle Tomilla, cuya prolongación es la calle Molino de Alarcón, que abandonamos a nuestra izquierda tan pronto como el cauce del Guadalevín ya lo tuvimos a tiro de piedra, previo sendero de gran verdor por la cercanía del agua, por la que empezamos a caminar al principio con el agua por debajo de las rodilla, pero unos 20 m mas allá a la altura de la cintura, arrastrando a nuestro paso grandes cantidades de algas, que mediada la ruta ya sería una constante hasta el final.
Poco después de pasar bajo el Puente Viejo, a nuestra derecha veíamos una gran surgencia de agua que según nos explicó nuestro guía y anfitrión Jorge Castrillo: fue clave para que la población morisca aguantara durante años el largo asedio a la ciudad de Ronda, hasta que el lugar fue descubierto por el enemigo: "las tropas cristianas" que consiguieron la rendición de la ciudad de Ronda, pocos días después de descubrir uno de sus secretos mejor guardados. Y es que adentrarse por el Cañón de Ronda, no es sólo una extraordinaria experiencia desde el punto de vista paisajístico, monumental e incluso místico, sino también sumergirse en los pasajes de su milenaria historia.
Unos metros más adelante en una enorme grieta de la pared de la izquierda nos llama la atención los restos de dos pequeños arcos de inconfundible traza mudéjar y unos metros más allá una plataforma metálica, un metro por encima del agua a modo  de terraza, a la 
que se accede por una puerta morisca, que en realidad marca  la salida de la denominada: "Mina de Ronda", que tal y como nos contó Jorge, es otro de los Secretos mejor guardados de la ciudad, cuyo entrada superior se encuentra en los Jardines de la Casa del Rey Moro, ubicados justamente por encima nuestra, en el margen izquierdo del cañón.
La Mina es una estructura que data de la Edad Media tardía, de entre los siglos XIV y XV, que fue excavada en la piedra de las paredes del Tajo aprovechando una grieta natural. Consta de más de 200 escalones y permite bajar al fondo de la garganta, al pie del río Guadalevín. Su función era defender una captación de agua  y una puerta secreta, para salir de la ciudad. «Es una coracha de aguada, es una extensión de la muralla hacia el río para coger agua; y a la vez, una torre, que defiende una poterna, que es una salida secreta de la ciudad, que siempre es una puerta de traición, en cuanto deja de ser secreta para los enemigos, alguien de dentro se vende al enemigo para decirle dónde está el agua». La Mina presenta muy  buen estado de conservación y su singularidad en España es única.
Entre las leyendas más populares destaca la que cuenta que el inmueble fue la residencia de uno de los últimos reyes musulmanes de Ronda, Abomelic, que mandó a construir la Mina para que su hija pudiera bajar al río a bañarse y que la escalera constaba de 365 escalones, que los sirvientes de Abomelic excavaron en un año, a razón de uno por día.
Actualmente, la Casa del Rey Moro , y por lo tanto, sus Jardines y la Mina, declarados Bien de Interés Cultural (BIC), son propiedad de un empresario alemán, que quiso habilitar en el inmueble un hotel, un proyecto que encontró trabas, por lo que ahora, mientras que el Ayuntamiento exige al dueño la rehabilitación de la Casa, en muy mal estado, y con el anuncio del cierre de la actividad, Jochen Knie quiere poner en valor la Mina.
Tras la amena exposición histórica de Jorge, retomamos la marcha atravesando la poza más larga y profunda del cañón,  las aguas se tornaban tan cristalinas como frías, de aguas gélidas que a primera hora de la mañana, puso a prueba la capacidad de aguante, de los compañeros que no llevaban neopreno. La mayoría alucinando en medio de tan impresionante escenario, como sacado de un Mundo de fantasía, aunque algún que otro adolescente, se fijaba mas en algunas curiosidades del fondo de la poza como un condón usado.
El siguiente hito es una pequeña presa a modo de tobogán de 4 m de altura y una pendiente del 33-40%, que la mayoría descendimos en modo autoculín para evitar resbalones, aunque su superficie hormigonada, pero ya muy erosionada tiene buen agarre, aunque cubierta en su totalidad por una fina capa de agua que descendía sobre ella, optamos por bajarla despacito y con buena letra, aquí hicimos la primera pausa y foto de grupo. 
Tal y como nos sugirió el bueno de Jorge, este habría sido el lugar "más prudente" para abandonar el cañón, tomando como referencia otra "terraza cercana" a la izquierda de la presa donde comienza una toma de acequia. Sin embargo, estando ya tan cerca de los pilares del Monumental Puente Nuevo, sentimos el impulso de continuar adelante, hasta la base del mismo, cuyo acceso no es fácil, porque el cañón nos obliga a afrontar un par de destrepes, no muy complicados, pero si lo suficiente para ralentizar la marcha del grupo y formar alguna que otra "cadena de ayuda" en un par de escalones de casi dos metros de altura, bajo los cuales había poca profundidad y no nos permitían saltar al agua, sino descenderlo lentamente hasta volver a caminar por el fondo del barranco, entre enormes bloques de arenisca, que ya nos avisan del mítico rápel de casi 40 m de altura que se encuentra a los pies del Puente Nuevo, enclave mágico para los amantes del barranquismo. Experiencia inolvidable que vivimos algunos componentes del grupo en agosto de 2017:
http://comandopreston.blogspot.com/2017/08/vias-ferratas-de-ronda-y-barranco-del.html
Siete curiosidades sobre el Puente Nuevo:
Junto a la Plaza de Toros, el Puente Nuevo es un símbolo de Ronda. Salva un abismo de 100 m sobre el río Guadalevín (Wadi-al-Labaiem>: “río de leche”) y une la ciudad (barrio antiguo) con el Mercadillo (barrio nuevo), las dos zonas históricas.
Las mejores vistas del Puente Nuevo están tras recorrer un pequeño camino que parte desde la Plaza de María Auxiliadora.
Además de ser hermoso, el Puente Nuevo de Ronda guarda algunos secretos y leyendas dignos de ser contados.
1. Los intentos fallidos:
Primero los árabes y después los cristianos, construir un puente que salvara el acantilado siempre fue anhelo de los rondeños. La villa, pacificada tras los convulsos años de conquista cristiana (1485) se desarrolló rápidamente. El aumento de población requería un puente nuevo, además del antiguo.
Se intentó construir un puente en el s. XVI. Pero la dificultad técnica era enorme. No fue posible.
En 1735 (reinaba Felipe V), se construyó un arco de 35 m de diámetro. Fue una tragedia: se derrumbó cinco años después y mató a casi 50 personas.
Finalmente, un arquitecto excepcional del s. XVIII consiguió elevar y mantener el actual Puente Nuevo.
2. El efecto Mímesis:
El Puente Nuevo se construyó entre 1759 y 1793, más de tres décadas. Se considera una obra maestra de ingeniería. Mide 98 de altura y 70 m de longitud.
Pese a sus dimensiones, el puente parece un elemento natural de la roca. El color se diluye con el de las paredes del acantilado. El material utilizado se extrajo del fondo de la garganta del río. Así se consiguió un efecto mímesis.
3. El Arquitecto y los Pilares de la Tierra:
El arquitecto del puente fue José Martín de Aldehuela. También se le atribuye, sin confirmación, la construcción de la Plaza de Toros de Ronda, otro de los símbolos del lugar.
José Martín de Aldehuela (Teruel, 1729 – Málaga, 1802) llegó a Málaga requerido por el obispo (Molina Larios) para construir los cimientos de la catedral de la ciudad. Ya había trabajado en la catedral de Cuenca.
Como el protagonista de Los Pilares de la Tierra, la novela de Ken Follet, José Martín se mueve de catedral en catedral. En Málaga proyectó, además del Puente Nuevo, el Acueducto de San Telmo, para abastecer de agua a la ciudad, y la Casa del Consulado de Málaga, declarada hoy Monumento Histórico Nacional.
La leyenda dice que Martín de Aldehuela se suicidó en el Puente Nuevo por no poder concebir un puente más bonito que el Puente Nuevo. Sus restos están bajo la plaza del Convento de San Pedro de Alcántara, en Málaga.
4. La estancia oculta:
Sobre el arco principal del Puente Nuevo hay una ventanita. Es una estancia oculta. Primero fue una cárcel (los reos estaban colgados en la nada) y luego un mesón (lo mismo que sirvió como condena se consideró un privilegio).
Hoy es un centro de interpretación del entorno, de la historia y de la ciudad. Muestra fotos y vídeos que recogen la historia sobre el Puente Nuevo.
5. El Puente Viejo fue el puente Nuevo:
El Puente Viejo fue “La Puente Nueva” hasta que se construyó el último, el que nos ocupa.
El Puente Viejo comunicaba la ciudad y el barrio del Mercadillo. Se considera de época árabe. Tras la conquista cristiana a finales el s. XV, el puente viejo quedó destrozado.
Lo volvieron a levantar delincuentes considerados “buenos maestros”. En 1616 se lo llevó una riada. El que hoy podemos ver se eleva a 31 m del río y su arco mide 10 m. Se restauró en el s. XX.
6. LLuvia hacia arriba:
Algunos días el viento sopla con ferocidad bajo los arcos del Puente Nuevo. Esos días, entre silbidos, el viento eleva el agua del río y llegan arriba algunas gotas. En Ronda dicen que aquí, a veces, “llueve pa’arriba”.
7. El Balcón del "¡Coño!":
Sí. Un poco fuerte, pero el mirador cerca del Puente Nuevo se conoce como “el balcón del Coño”. Es la sensación que produce asomarse traducida en una palabra concisa, fuerte y desbocada. A los intrépidos que se asoman se les resbala, como sin querer. Este mirador está en el Paseo de la Alameda. Sobre los pájaros. 
2ª Parte, TRAMO SECO: Del Puente Nuevo hasta el vado del Camino del Puerto de la Muela:
Abandonamos el cañón, al llegar al Puente Nuevo, remontando una fuerte pendiente arenosa por debajo de una higuera y alguna que otra rama de zarza que incomoda una corta, pero empinadísima pendiente, hasta situarnos en el Camino de la Acequia, desde donde no tardamos en encontrarnos con algunos turistas que se aventuran por este sendero propiedad de Endesa, desde el que se pueden disfrutar de unas vistas impresionantes de la cascada que se forma a los pies del Puente Nuevo. Sendero de anchura suficiente, pero donde hay que extremar la precaución, pues un resbalón hacia el abismo sería nuestra última caída.
En apenas tres minutos por este sendero, llegamos a una primera explanada muy cercana al final de una de las dos vías ferratas del Tajo de Ronda, ambas muy cercanas una de otra, hacia la caída que hay a nuestra derecha. LLegamos a una confluencia de senderos donde siempre solemos encontrarnos algún grupo de guiris con calzado generalmente muy poco apropiados para estas pendientes y este terreno. El ramal de la derecha lleva a una antigua puerta morisca, que a su vez enlaza con la Cuesta del cachondeo y el acceso a las mencionadas vías ferratas. 
Pero nosotros tomamos el ramal de la izquierda que pasa bajo la arcada de La Puerta del Viento desde donde venimos a salir en suave descenso al Camino de los Molinos, justo a la altura de un panel informativo de las vías ferratas que en aquel preciso instante estaba limpiando el mítico Rafa Flores, más conocido como "El Mago Gandalf de la Serranía" o "El Santo Padre" (de la Asociación Senderista Pasos Largos), con quienes mantuvimos una breve pero entrañable charla, estando ya en capilla del Camino de Santiago que él y Patro tenían anunciado desde hace meses para la empresa "RAFA NATURA". 
Tras despedirnos con la intención de volver a coincidir muy pronto, tomamos el camino de los Molinos, en sentido ascendente a nuestra izquierda, como si subiéramos hacia la barriada de San Francisco, con las murallas de Ronda y el Palacio de Mondragón, por encima nuestra, momentáneamente a nuestra izquierda, hasta tomar el primer cruce a la derecha por el denominado Camino del Puerto de la Muela en suave descenso. No tardamos en llegar a una bifurcación que en principio teníamos pensado tomar a nuestra izquierda, llegando a la confluencia del Arroyo Sijuela y el Guadalevín, después de dejar a la derecha el Cortijo del Almendrál, sin embargo, nuestro amigo Jorge, nos informó que en la ruta preparatoria se había encontrado este camino (teóricamente público) "ilegalmente vallado". 
Por lo que tomamos el ramal de la derecha, que es el principal y que se mantiene en dirección N-O, poco después de la bifurcación dejábamos a nuestra derecha, los viñedos del "Samsara Wine Experience" donde traen a los guiris, también a nuestra derecha (ESTE), durante todo este trayecto de descenso hacia el Guadalevín, podemos disfrutar de una espectacular panorámica del perímetro de la Meseta de Ronda donde podemos distinguir de izquierda a derecha, lugares tantas veces fotografiados y enviados a todos los rincones del Mundo en forma de postal: Los Balcones de la Alameda del Tajo con sus árboleda y sus cenadores, el Balcón de Ronda, el Parador Nacional, El Puente Nuevo, el impresionante pináculo de arenisca conocido como "La Picha del Moro", el Palacio de Mondragón y amplios lienzos de muralla extendiéndose hacia el barrio de San Francisco.
Impresionantes matas de cardos borriqueros de un intenso color morado, adornaban los márgenes de este Camino (terrizo) del Puerto de la Muela por dónde íbamos descendiendo, aumentando la pendiente conforme nos íbamos aproximando al río Guadalevín, donde volvimos a reagruparnos para dar una serie de consejos básicos antes de volver a retomar el contacto con el agua, mientras aquellos que se habían cambiado específicamente para seco, volvían a cambiarse para adaptarse al modo anfibio. 
3ª Parte, TRAMO ACUÁTICO: Del vado del Camino del Puerto de la Muela al Nacimiento del Guadiaro (unión del Guadalevín y Guadalcobacín):
Desde pocos metros antes de llegar al vado, llama la atención el sonido de las cantarinas aguas del arroyo Guadalevín, por el que vamos a comenzar a descender entre pequeños rápidos y alargadas pozas de escasa profundidad la mayor parte del tiempo, pero que de vez en cuando  puede llegarnos a la altura del pecho, o incluso de más de 2 m de profundidad, al llegar a una poza que comienza con un pequeño salto de agua, justo donde nuestra queridísima amiga Elena se llevó cuatro picotazos de avispa, tres en la frente y uno muy cerca del ojo izquierdo, aguantando estoicamente tan infame ataque de estos odiosos insectos, a los que no se les conoce ninguna propiedad beneficiosa mas allá de servir de alimento a los abejarucos y otros insectívoros.
Cuando el río se dirige hacia la base de una pequeña Sierrezuela, podemos vislumbrar parte del enclave donde se encuentra  el conjunto rupestre mozárabe de la Virgen de la Cabeza ( S. IX-X d.c.), también denominado como Cuevas de San Antón (no confundir con la Ermita de la Virgen de la Cabeza enclavada en el mismo casco urbano de Ronda).  Tal y como nos estuvo comentando nuestro guía Jorge: Tras la conquista musulmana de la Península (711d. C.), muchas de las comunidades hispanovisigodas, que habían capitulado con los consquistadores, continuaron habitando la tierra de sus ancestros, conservando, al mismo tiempo, sus creencias y costumbres. A este sector de la población se le conocía como "mozárabes" (que eran los cristianos que vivían en territorio dominado por los musulmanes).
(Fotografía de Juan Antonio Rodríguez Ortega)
Se pueden distinguir tres áreas bien diferenciadas. Una dedicada al culto, otra destinada a la vivienda de los religiosos que la habitaban y una tercera, como zona de almacenaje de alimentos y albergue de ganado. En sus inicios este conjunto acogió una pequeña comunidad de monjes, no siendo su número superior a diez personas. El recinto siguió ocupándose a lo largo del tiempo como lugar de culto hasta aproximadamente el S. XVIII, fecha en la que la Ermita entra en un periodo de abandono. En la década de los 80 del pasado Siglo XX, y gracias a la intervención de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza, su uso religioso se recupera y culmina con la restauración por parte del Ayuntamiento de Ronda del citado conjunto en 1.997. 
La zona eclesiástica abarca una superficie de 272 metros cuadrados, estando compuesta por una nave principal en la que se incardina un altar. Adosada a ésta nave se localiza un espacio menor que se identifica como sacristía. Existen también dos naves laterales, ambas con altar y una de ellas que dispone de acceso a la cripta.  Según los estudiosos la cripta pertenece a una época posterior (Siglos XVII-XVIII).
La zona domestica del conjunto dispone de cuatro habitáculos que podrían haber sido utilizados como celdas. En el exterior de estos espacios y al borde del tajo se localiza una amplia terraza excavada en la roca, desde donde se contemplan excelentes panorámicas de  la meseta donde se ubica la ciudad de Ronda.
En el exterior de la zona de culto y habitación se localiza un gran silo para la conservación de alimentos y un espacio que a lo largo de la historia han tenido múltiples usos: albergue de ganado, lagar, etc. 
Todo el conjunto rupestre mozárabe tiene adosada una interesante capilla barroca donde se venera la Virgen de la Cabeza, motivo de una tradicional romería  que se celebra cada  mes de Junio en Ronda. A pesar de que pasamos relativamente cerca de esta Ermita rupestre, que más nos recordaría a Bobastro que a una "ermita tradicional", su camino de acceso se realiza por el ramal que sale a la derecha, al principio del camino que conduce hasta el Tajo del Abanico.
Justo cuando el río Guadalevín conecta con la base de la Sierrezuela que tenemos ante nosotros, llama la atención como el poderoso efecto erosivo del río se ha comido recientemente gran parte del talud del margen izquierdo del río, que comienza a girar la derecha, cambiando el rumbo S-O por OESTE, y unos 300 m mas allá, nos encontramos con una de las mayores salvajadas que recuerdo haber visto en mucho tiempo, una alambrada que corta la misma trayectoria del río Guadalevín, algo totalmente prohibido en nuestra Constitución. 
Donde aprovechamos para hacer la primera parada de avituallamiento. No obstante, el río y la fuerza de su caudal en crecida se han encargado de mermar parte de la valla metálica de manera que se puede salvar sin problemas, continuando nuestro trayecto por el río Guadalevín alternando tramos con muchas algas con otros de aguas mas cristalinas, entre pequeños tramos de bosque de galería, con otros tramos más abiertos donde tenemos contacto visual con el bonito bosque de dehesesas que nos rodea.
Al unirse por nuestra izquierda el arroyo Sijuela, que llevaba poco caudal, el río Guadalevín gira a la derecha, dirección Norte, a ambos márgenes se encuentran una serie de estratos superpuestos a modo de graderío que nos permite ir por fuera del río si lo deseamos, unos 150 m mas allá el río vira a la izquierda, recuperando su trayectoria OESTE, para volvernos a sumergir en un precioso encinar y algunos alcornoques, tremendas enredaderas le dan un aspecto casi selvático a la zona donde se encuentra, el puente de Lourdes, bajo el cual fuimos pasando, construido para acceder a la aristocrática Finca del Duende, de lujosa mansión y panteón familiar, que también alberga una Virgen a la que le llaman de Lourdes (de la que toma nombre el puente). 
Esta finca, aparece en los mapas topográficos como "Huertas de La Reala" (toponimia que creemos erróneamente vuelve a repetirse más adelante, cerca de la carretera Ronda-Benaoján". Poco después del puente salvamos una de las pozas más profundas y largas del río, salvando incluso algún tronco atravesado.
Para progresar un poco más rápido abandonamos momentáneamente el curso del río por una acequia que discurría paralela al mismo, por su margen izquierdo, pero en pocos minutos llegamos a una pequeña cortijada vallada, viéndonos obligados a regresar sobre nuestros pasos, para volver a nuestro sendero teórico que no es otro que el mismo cauce del río Guadalevín. Unos 500 m más allá del mencionado puente, el paisaje alrededor del río se hace mas llano y diáfano, progresando ahora entre hileras de adelfas de un rojo y un rosa muy intenso, tras las cuales se adivinaban las ya muy cercanas huertas de La Indiana.
Pronto llegamos a un hito que va a condicionar bastante la proliferación de algas a partir de este momento, la salida de la "Depuradora de Aguas Residuales de Ronda", que a pesar de pasar periódicamente todos los controles sanitarios, no deja de proceder, que es de lo que sale del culo de todos los rondeños. 
Por lo que a partir de este momento, el agua aumenta sutilmente la temperatura a partir de aquí, las algas se adueñan en muchos tramos de la totalidad de la superficie del arroyo hasta el punto de que literalmente hay momentos que parecen atraparnos como en una película de terror. Y los galápagos que se han adaptado como nadie a las aguas residuales, comienzan a ser cada vez más frecuentes y en algunos casos de gran tamaño.
Por suerte, también nos encontramos con algunos tramos de bosque de galería realmente preciosos donde proliferan grandes fresnos, álamos y alisos, que nos regalan algunos rincones de gran belleza y así llegamos al Puente situado a la altura del Km 2,5 de la carretera Ronda Benaoján MA 7401, bajo el cual estuvimos almorzando, cómodamente sobre sus pilares hormigonados o junto a ellos.
Finalizado el almuerzo, continuamos unos 400 m longitudinales por el río Guadalevín, al principio entre grandes juncos, después atravesando, en parte a nado, una ancha y profunda poza con vistas frontales hacia el Peñón del Mures, para poco después virar a la izquierda llevándonos hacia una pequeña presa que salvamos sin problema, llegando cinco minutos después a la confluencia con el río Guadalcobacín, procedente de Arriate, que nos encontramos prácticamente seco. 
Muy posiblemente debido a la sobre explotación ilegal de bombas de agua para regadío hasta cometer la "SALVAJADA" de haberlo dejado prácticamente seco y sin tan siquiera el denominado "caudal ecológico". Aprovechamos estas líneas para denunciar este hecho, bien a Los Ayuntamientos de esta zona, que corresponde todavía al t.m. de Ronda, bien a la Concejalía de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Al no traer agua el río Guadalcobacín, en este punto donde se une con el Guadalevín y por lo tanto considerarse el auténtico nacimiento del Guadiaro. El Guadiaro, que es nuestro "camino a seguir" a partir de este momento, seguía manteniendo el mismo caudal que el Guadalevín.  4ª Parte, TRAMO ANFIBIO (o SECO, a elegir): Del Nacimiento del Guadiaro (unión del Guadalevín y Guadalcobacín) hasta la Cueva del Gato:
Tras los últimos kilómetros luchando contra el peso de las algas que lastraban y ralentizaban nuestros pasos. Decidimos abandonar el río al llegar al Nacimiento del Guadiaro, cruzando con la debida precaución la vía del tren, para tomar la pista terriza que discurre llaneando y en paralelo a la vía del tren, coincidiendo este tramo del camino con el GR 141 (Gran Senda de la Serranía), GR 249 (Gran Senda de Málaga) y con el PR-A 251 (Pequeño recorrido Andalucía: Ronda-Benaoján). ESta fue la opción que en principio escogimos todos los compañeros. LLevando a nuestra derecha la Sierrezuela del Algarrobo, horadada por esa impresionante galería que es el Sistema Hundidero-Gato. Y llevando a nuestra izquierda los cercanos railes de la vía del tren y al otro lado el ininterrumpido bosque de galería que delataba la presencia del río Guadiaro. Unas veces más cercano y otras mas lejano a nuestro camino bastante rectilíneo en dirección S-O, según los meandros del río. Que riega a su paso abundantes campos de cultivo, especialmente de cereal, como los que se encuentran a la altura de Huertas Nuevas.
En la única pausa de reagrupamiento que realizamos en este tramo aprovechando una solitaria hilera de árboles, Jorge nos contó que nos encontrábamos en el lugar exacto donde los extraperlistas recibían los fardos de tabaco procedente de Gibraltar en la época del extraperlo y que operarios del tren descargan ilegalmente del mismo en este enclave, por donde el tren pasaba a menor velocidad. Pocos minutos después completados estos 2,5 km de pista terriza, por donde progresamos bastante rápido, parte del grupo optó por seguir a Jorge por la opción de secano hasta llegar a la Cueva del Gato y el resto del grupo continuamos  por el río Guadiaro, que desde este punto, dista unos 2 km de la Cueva del Gato, sin embargo, una vez mas la tremenda proliferación de algas y la escasa profundidad en muchas zonas donde no podíamos ni nadar, ni caminar rápido por lo resbaladizo de las piedras o las ingentes cantidades de algas enredadas en nuestras piernas y bastones, hicieron que aquellos dos últimos kilómetros se hicieran interminables, hasta el punto que el grupo de Jorge, en poco más de dos kilómetros de distancia, llegó una hora y cuarto antes que nosotros. Una barbaridad. 
Pero ya era cuestión de orgullo, acabar el último tramo por el río según lo previsto, entre las risas y las caídas tontas, mas por el cansancio acumulado, que por la dificultad.
Como si de la final de una Maratón se tratara, fuimos llegando como mejor pudimos, destacando lo maravillosamente bien que marcharón en todo momento en cabeza de grupo: Malena, Marcos y Pablo, las ayudas de Fali en los tramos mas duros, siempre pendiente de todos, y el espíritu espartano del grupo en general, reagrupándonos en la poza lago frente a la entrada de la Cueva del gato, para asombro de los visitantes allí presentes que nos veían llegar como auténticos extraterrestres. Y ante tan mágico enclave nos hicimos la mejor foto de grupo de la jornada.
La Cueva del Gato s en realidad la boca sur del Sistema espeleológico Hundidero-Gato. Tanto la boca (entrada) de Hundidero al Norte, cerca de Montejaque, como la Cueva del Gato (salida del sistema) al sur, cercana a la Estación de Benaoján son muy fotografiadas. Se trata del sistema más importante de Andalucía, con más de 9000 m topografiados y uno de los mayores de España, con agua permanente, simas, lagos, sifones, y cierta peligrosidad debido a que las intensas lluvias de la zona hacen variar el cauce subterráneo con gran rapidez, unido a la temperatura de sus aguas, ha provocado la muerte a numerosas personas. El sistema se desarrolla en un total de 7818 m y un desnivel de -219 m, con un recorrido principal de 4500 m en dirección norte-sur hasta la boca sur o inferior de la cueva del Gato a una altura de 423 msnm.
Como toda la Sierra de Grazalema, se trata de una zona kárstica (roca caliza) donde el agua ha generado un impresionante mundo subterráneo. El sistema Hundidero-Gato recoge el agua de una amplia y relativamente llana cuenca, que forma el río Gaduares, también llamado «Campobuche», que nace cerca de la localidad de Villaluenga del Rosario, , unos 15 km al suroeste de la cueva de Hundidero, donde dicho río desaparece, con sus aguas que se filtran rápidamente por el fondo del pantano, de la fallida presa de Los Caballeros, para volver a aparecer en la cueva del Gato y tributar sus aguas, unos 50 m más allá en el río Guadiaro, al que entrega sus aguas inmediatamente. Obviamente, a partir de este punto el caudal y el tamaño de las pozas aumenta considerablemente, sobre todo, a partir de que se le una el caudal del Molino del Santo y el Nacimiento de Los Cascajales, muy cerca de la Estación de Benaoján.

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