Localidad de referencia: en el
término municipal de Zahara de la Sierra, dentro de los límites del Parque
Natural de Grazalema. Por tratarse de zona protegida en necesario un permiso de
la A.M.A. Se puede pedir por teléfono al 956.727029 o pedirlo por fax al n1
956. 716339.
Entrada al cañón: coger la
carretera de Zahara de la Sierra, hacia Grazalema y a
unos 4 km de Zahara, dirección Puerto de Las Palomas, a la derecha
de la carretera, han habilitado un pequeño aparcamiento, junto al puesto de los
guardas forestales y escasos metros de la verja de entrada al sendero.
LOGÍSTICA PARA DEJAR LOS
COCHES APARCADOS EN EL FINAL DE RUTA:
Nosotros
hicimos lo siguiente: En
los días previos llamamos al Ayuntamiento de Zahara de la Sierra donde nos
confirmaron que la pista que llega desde las cercanías del cuartel de la
Guardia Civil de Zahara de la Sierra hasta el Puente de los Palominos, situado
a la Salida del Cañón, actualmente es de uso exclusivo para Empresas de Turismo
Activo (CON LA "IGLESIA" HEMOS TOPADO). Por lo tanto el lugar donde
dejaremos varios coches de enlace será en el Puente de la carretera que se
encuentra a unos 2 km de Zahara de la Sierra, dirección Prado LLano.
Pero como la distancia es
relativamente corta por carretera. Fuimos en primer lugar hasta el inicio de
ruta, propiamente dicho, allí se quedaron todos los compañeros/as (no
conductores), con todas las mochilas y todo el material para realizar la
actividad. Una vez descargados los pasajeros y material, todos los vehículos
nos desplazamos en vacío, hasta el área recreativa de la Pasada del Moral,
situado junto al puente de la carretera Zahara-Prado del Rey, sobre el mismo
arroyo Bocaleones, para regresar todos los conductores en un único vehículo
hasta el inicio de ruta y empezar todos juntos desde el inicio de ruta. De esta
forma al finalizar el recorrido ya teníamos allí todos los coches y sólo
tuvimos que recoger el de Manuel Limón, que fue quien nos hizo el transfer
desde la Pasada del Moral, hasta el inicio de ruta.
Material y equipamiento: cuerda
para descenso de 20 ms de longitud, arneses, mosquetones, ochos, etc... El
traje de neopreno no es imprescindible si la excursión se hace al final de la
primavera o en verano. En Otoño o Invierno es casi indispensable, salvo que no
haya llovido en muchas semanas. Todos los rappels tienen anclajes y ofrecen
buen aspecto en cuanto a solidez. Dentro del cañón no hay fuentes de agua por
lo que hay que ir provisto de ella. Llevad un mínimo de 2/3 litros por persona,
pues aunque siempre vamos hacia abajo, los destrepes y el ejercicio es continuo
y se suda bastante, sobre todo si llevamos neopreno.
Época para la excursión: Todo el
año, salvo en época de lluvias torrenciales, donde intentar hacer este descenso
se convertiría en una auténtica temeridad, para salir en el Telediario. En
invierno el agua de las pozas está muy fría por lo que el traje largo de
neopreno es necesario. Una vez que se llega a la surgencia del Río Bocaleones y
el agua corre, ya no está tan fría.
Duración: Es muy
relativo porque depende si lo
hacemos en plan deportivo (rápido) o en plan fotográfico (más pausado); Desde
la entrada del cañón a la salida en plan tranquilo se tardar 4 horas y media,
pero el lugar se presta a hacerlo mucho mas lento porque cada rincón es una
maravilla y el caos de bloques es muy abundante el 80% del recorrido. A este
tiempo hay que añadir, una hora aproximada desde el parking de entrada hasta la
entrada en el cañón, y unos 45-50 minutos para la logística de coches. el
tiempo para situar el coche a la salida del cañón.
Dificultad: Sólo tiene tres rápeles significativos de entre 7-9 m y uno final del
recorrido, de poco mas de 5 m. Se puede calificar de barranco fácil e incluso
ideal para la iniciación. Pero desde luego se requiere de experiencia en
terrenos muy abruptos, porque la mayor parte de nuestro recorrido por el cañón
se realiza sobre un bloque de caos, no apto para personas muy acostumbrados a
la montaña y terrenos escarpados.
Distancia total: Unos 6,5 km: 2 km de sendero + 2,1 km de barranco + 2,4 km de sendero
paralelo al arroyo Bocaleones.
Fecha: Sábado 21 de Julio 2018, fue el típico día caluroso de Verano.
Afortunadamente en el interior del cañón la temperatura suele ser cerca de 10ºC
menos que en el exterior, pero aún así con los neoprenos y sin agua hasta casi
el final, sudamos bastante con el neopreno.
Participantes: Monitor:
Juan Antonio Villalba, Fali "El Retorno de Elvis", Mabel "Libre
y Salvaje", Nono "El Soltero de Oro", Marga Espejo, Manuel Limón
"Premio Nobel de Senderismo", Lena "La Amazona Bielorrusa",
José Manuel Vázquez "El Coleccionista de Aventuras", Salvador El Ornitólogo". Los debutantes:
"Madelman Javier", Milagros "Encarna de Noche" y Mª José
Fernández "La Peregrina que llegó hasta Finisterre" que lo hicieron
fenomenal y un servidor: Juan Ignacio
Amador, que pasaba por allí.
Algunas
pinceladas sobre La Garganta Verde:
La Garganta Verde es una cañón
que ha sido excavado por el arroyo del Pinar, formado a su vez por el Arroyo
Ballesteros y otros arroyos que nacen en la vertiente Norte de la Sierra del Pinar,
más concretamente a los pies del San Cristóbal. Al que se le van uniendo otros
torrentes que bajan del margen izquierdo del Cañón, como el arroyo de Los
Volcanes, que nace cerca del Puerto del Horno de la Miera, y que están secos la
mayor parte del año, pero que en época de lluvias bajan muy cargados y tienen
un gran poder erosivo.
Su nombre se debe a la frondosidad de la
vegetación que alberga su interior. En las zonas más escarpadas sus paredes
alcanzan los 400 metros de verticalidad.
Tiene una vegetación en la que predomina el laurel, ya que es el único lugar del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, donde se desarrolla de forma silvestre. El resto de vegetación está compuesto por: olmos, sauces, álamos y gran cantidad de higueras. Además existe una gran diversidad de especies animales. Numerosas especies de aves habitan en la zona, siendo un lugar idóneo para la reproducción del buitre leonado, pero al mismo tiempo una trampa mortal para algunos buitres que quedan atrapados en su interior, descendiendo hasta el fondo del cañón y con enormes problemas para después remontar el vuelo, como uno que vimos durante unos minutos por delante nuestra en el tramo central del recorrido al que quisiéramos haber podido ayudar, pero al que perdimos de vista (ojalá encontrara el impulso adecuado para salir de allí). En esta zona habita una de las colonias más grandes de Europa.
Tiene una vegetación en la que predomina el laurel, ya que es el único lugar del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, donde se desarrolla de forma silvestre. El resto de vegetación está compuesto por: olmos, sauces, álamos y gran cantidad de higueras. Además existe una gran diversidad de especies animales. Numerosas especies de aves habitan en la zona, siendo un lugar idóneo para la reproducción del buitre leonado, pero al mismo tiempo una trampa mortal para algunos buitres que quedan atrapados en su interior, descendiendo hasta el fondo del cañón y con enormes problemas para después remontar el vuelo, como uno que vimos durante unos minutos por delante nuestra en el tramo central del recorrido al que quisiéramos haber podido ayudar, pero al que perdimos de vista (ojalá encontrara el impulso adecuado para salir de allí). En esta zona habita una de las colonias más grandes de Europa.
ES
OBLIGATORIO SOLICITAR AUTORIZACIÓN PARA REALIZAR LOS SENDEROS DE: La Garganta
Verde, Pinsapar, Torreón, Crestería de la Sierra del Pinar, o Llano de Ravel
Esta medida se viene llevando a cabo desde hace años,
para evitar masificaciones, de
modo que debemos solicitar los permisos correspondientes de entrada en
ciertas áreas. Para solicitar el permiso se requieren los siguientes datos: nº
de DNI o pasaporte, día de la visita, itinerario escogido y número de personas.
Número de contacto para los Permisos de Entrada.
Tel: 956 70 97 33 (Centro de visitantes P.N Sierra de Grazalema. (El Bosque)
Tel: 956 70 97 33 (Centro de visitantes P.N Sierra de Grazalema. (El Bosque)
Oficina Municipal Grazalema. 956 13 20 52
Por correo electrónico a la siguiente dirección: cv_elbosque@agenciamedioambienteyagua.es
¡OJO, en los meses de verano sólo se puede solicitar
el permiso para la Garganta Verde en la versión barranquista, es decir, solo
hacemos la ida, siempre hacia abajo, hasta salir del cañón. Sin regresar sobre
nuestros pasos, como en la versión barranquista, que una vez se llega a
"La Ermita", ya hay que ascender regresando sobre nuestros pasos.
Tramo 1 (terrestre), Sendero
de la Garganta Verde (Desde el inicio hasta "La Ermita de la Garganta"):
Distancia
total recorrida (Ida y vuelta):
Unos 2,5 km hasta la Cueva conocida como "La Ermita",
Desnivel
(sólo del tramo senderista, hasta la Ermita): Unos 250 metros de bajada, la mayor parte en poco más de
1 km que mide el tramo de las escaleras.
Dificultad: Técnicamente fácil, pero debemos
calificarla de nivel físico Medio/Alto, ya que si sólo se hace la versión
terrestre, hay que tener buena preparación física (y mental), para volver a
ascender 220 m en poco más de un kilómetro.
Pues el primer kilómetro es
de perfil suave, casi llano o con una ligera subida antes de llegar al tramo de
las escaleras.
Tipo
de sendero: Lineal
bien marcado, muy pedregoso, casi llano o con suave pendiente el primer kilómetro
y medio, con un desvío a la izquierda, para asomarnos a un magnífico mirador
(optativo). Una vez que llegamos al tramo escalonado, hay que poner las
rodillas en modo ahorro, encarando casi
500 m de desnivel en poco más de kilómetro, bastante machacón.
A
Tener en cuenta:
Abstenerse de hacer este
sendero en época de lluvias, no sólo porque pueda ir crecido el arroyo,
impidiéndonos llegar hasta la Ermita, sino porque descender el tramo de
interminables escalones excavados en roca viva sería una auténtica temeridad. Para
personas con las rodillas en mal estado o un esguince reciente esta ruta puede
ser un calvario.
A unos 400 m del inicio nos encontramos con una
baliza, que nos propone asomarnos a un mirador que tan solo dista 100 m. desde el que se disfruta de una
grandiosa panorámica del entorno. Allí nos encontramos con dos paneles didácticos: uno donde se nos habla de "Las Buitreras de la Garganta Verde" y otro que resume algunas de las peculiaridades del cañón.
Retomado el sendero
principal, que nos lleva en suave ascensión hasta los 744 msnm, no tardaremos
en ver un cartel que nos ruega que mantengamos silencio, ya que pasamos cerca
de posaderos de buitres y zona de nidificación de rapaces, que no tardarán en sobrevolarnos o que
veremos posadas, a escasa distancia.
Unos 700 m más allá del desvío al
mencionado mirador, iniciamos el descenso por un prolongado sistema de
escaleras rudimentariamente excavadas en roca viva, que en el tramo más
escarpado de los pasamanos metálicos, me
recuerda a la mítica escena de "El Retorno del Rey", cuando
Frodo, Sam y Smeagol van subiendo por Escaleras de Cirith Ungol.
Al llegar al tramo del
pasamanos metálico hay que extremar la precaución e incluso es recomendado
bajarlo sentado, para las personas que lleven mal el tema vértigo. Sobre todo
al encarar algunos escalones especialmente altos, nos resultará más cómodo
sentarnos y estirar el pie hasta tocar el siguiente escalón. No podemos bajar la guardia en ningún momento
pues una caída o resbalón podría tener fatales consecuencias, sobre todo en las
zonas con mas vuelo. Desde el inicio del descenso en muchos tramos del descenso nos llamará la atención la visión de una cueva en la pared de enfrente del cañón, que bien podría hacernos pensar si se tratará de la famosa "Ermita de la Garganta". La respuesta es que no, pero bien merece recrearse con la belleza de su entrada.
Antes de continuar por el
mismo lecho del barranco hacia la gruta conocida como "La Ermita",
bien merece la pena hacer un alto en el camino para dejarnos sorprender por el
cañón. Sentados sobre las enormes y pulidos cantos del lecho o a los pies de
las grandes adelfas arborescentes que crecen en las orillas podremos admirar la
majestuosidad de las paredes de la garganta, techada por la estrecha tira azul-celeste
a la que se reduce el cielo visible desde aquí.
Aunque guardemos silencio
absoluto, no dejaremos de escuchar los graznidos o incluso aleteos de las aves
que viven en las paredes del cañón o gotas de agua aquí y allá cayendo sobre
los travertinos. En las orillas donde se
acumula algo de suelo, crece una vegetación totalmente distinta a la que hemos
venido observando durante el descenso, de marcado carácter xerófilo. En este
caso de tipo umbrófilas e hidrófilas. Las adelfas, que forman el trecho
arbóreo, alcanzan en muchos lugares un tamaño sorprendente, que hace sombra al
resto de los arbustos. Entre las rocas crecen higueras altísimas, que anclan
sus raíces en las mismas fisuras. Más raros son los laureles, que sin embargo
encontramos aquí creciendo espontáneos como no sucede en ningún otro lugar de
estas sierras y una gran variedad de pequeños helechos.
Clematides, nuezas o hiedras proliferan en estos setos umbrosos que flanquean las
orillas de la Garganta. La vinca, de bellas flores lilas, que nos han
acompañado también durante el descenso crecen ahora bajo la sombra de las
adelfas. No faltan tampoco otras especies propias de zonas húmedas y umbrosas y
así hallamos aráceas como los candilitos, el aro o rejalgar (Arum Itálicum) reconocible
por su llamativo espádice amarillo, cuyos frutos son venenosos, al igual que
las adelfas.
Pero sin duda la herbácea que más nos llamará
la atención es el acanto, planta inmortalizada para siempre por el arquitecto
griego Calímaco en los capiteles de las columnas corintias, posteriormente imitadas, posteriormente imitadas en el Románico, Renacimiento, Rococó, etc.... Las hojas del
acanto son de gran tamaño y poseen un intenso color verde, que les permite
aprovechar mejor la escasa luz que llega hasta estos rincones. Si tenemos la
suerte de ver los acantos florecidos (hacia mayo-junio) comprobaremos como sus
flores blancas o azulado-violáceas se disponen en grandes espigas que pueden
sobrepasar 1 m de altura.
Unos
200 m nos separan de nuestra llegada al fondo del Cañón con respecto a la famosa Cueva de la Ermita, nada mas entrar ya comenzamos a esquivar y destrepar entre enormes bolos redondeados.
A penas a 100 m del inicio, merece la pena detenerse para recrearnos con otra pequeña Cueva Ermita, en el margen izquierdo del cañón, que bien puede pasar desapercibida para mucha gente, pero que nos sorprenderá por su magnífica sistema de estalactitas e incluso una gran estalgmita, que bien pudo estar unida en su día, a la parte superior.
El suelo es de arena fina, pero
entre las estalagmitas encontramos diminutas pilitas donde el agua filtra gota
a gota. Es un agua purísima, lustral, a punto de solidificarse en cristal de
roca» (José y Jesús de las Cuevas, 1979). Nuestro amigo y Maestro Manuel Limón
defiende la teoría de que la erosión superficial llevada a cabo por el río
provocó el hundimiento de su lecho al enlazar con formaciones subterráneas de
origen cárstico. Esta explicación podría tener relación con la existencia de la
gruta de la Ermita. Esta gruta y tal vez, la mayor parte del cañón, formaría
parte de otra mayor, cuyo techo se hundió por acción del río, de hecho a lo
largo del recorrido tenemos la impresión de estar recorriendo una cueva
gigantesca sin techo. (Teoría que también defendían Mabel y José Manuel). Mientras que Fali y yo, nos inclinábamos por
la teoría de que su origen puede deberse a la acción de las aguas superficiales
que aprovechando una falla existente en la zona irían profundizando el cauce en
un lento y largo proceso de erosión vertical, con prolongados procesos de
disolución sobre las paredes verticales y extra plomadas, de travertinos que
hoy vemos cubiertas por estalactitas y estalagmitas. Ni que decir tiene que
"La Ermita" es lugar de obligada parada para recrearnos con la
monumental formación geológica que tenemos ante nosotros, así como la tremenda
magia y magnetismo del lugar y ya de paso, hacernos la foto de grupo y nos colocarnos
los aperos de barranquismo, pues el primer rápel se encuentra a escasos 200 m.
Tramo 2 (Barranquismo), De
la Ermita (510 msnm) al Puente de Los Palominos (312 msnm) sobre el Arroyo
Bocaleones (a la salida del Cañón):
Una vez que nos hemos deleitado con la Ermita, comenzamos a caminar
100 m mas allá abajo, en la pared de la derecha y casi a ras de suelo, nos
encontramos con la peculiar formación imitativa de "La Manita o el
Puño", tras el cual ya afrontamos el primer tramo de caos rocosos, que
casi siempre suelen ser grandes y medianos bolos redondeados, hasta que unos
150 m mas allá, después de una curva del cañón, nos sitúan ante el primer rapel de 7 m, el más vertical de
los tres, en el que entramos con el costado derecho pegado a la pared y
comenzamos a soltar cuerda. Este primer rapel es bastante peculiar, ya que no
descendemos sobre una pared al uso, sino sobre un caos de bloques que han
quedado encajonados y apilados uno sobre otro, en una especie de angostura.
El
siguiente hito es un tobogán de 8 m.
que se puede descender en autoculín si ha llovido recientemente, el agua cae
sobre el mismo y sobre todo, si la poza sobre la que cae tiene la suficiente
profundidad. De lo contrario, lo suyo es hacerlo rapelando. Estos son los
rápeles más fáciles para los novatos, porque sólo tenemos que empezar a caminar
hacia atrás soltando la cuerda poco a poco, al ritmo que vamos caminando,
despacito y recreándonos con este auténtico monumento geológico por cuyas
entrañas nos estamos adentrando. ESte segundo rápel se divide en dos partes: un tobogán de unos 5 m y salida del tobogán en volado de 3 m hasta el agua de la poza.
Al llegar al borde del tobogán, nos quedará una altura de unos 3 m (completamente verticales) para llegar al agua. La forma más fácil para seguir progresando para los novatos es ponernos de rodillas, al llegar al borde para cambiar a la posición vertical, evitando pillar el ocho y la cuerda al final del tobogán. O bien, seguir apoyando la planta de los pies, por el reborde de unos 30 cm, que existe por debajo del final del tobogán, formando un ángulo recto entre nuestras piernas (abiertas para una mayor estabilidad) y la espalda, para finalizar haciendo un pequeño trecho volado, muy limpio, hasta aterrizar en el agua, suavemente.
Al llegar al borde del tobogán, nos quedará una altura de unos 3 m (completamente verticales) para llegar al agua. La forma más fácil para seguir progresando para los novatos es ponernos de rodillas, al llegar al borde para cambiar a la posición vertical, evitando pillar el ocho y la cuerda al final del tobogán. O bien, seguir apoyando la planta de los pies, por el reborde de unos 30 cm, que existe por debajo del final del tobogán, formando un ángulo recto entre nuestras piernas (abiertas para una mayor estabilidad) y la espalda, para finalizar haciendo un pequeño trecho volado, muy limpio, hasta aterrizar en el agua, suavemente.
Si bien es
cierto, que la poza sobre la que aterrizamos siempre está estancada en los
meses de verano (tuvimos la suerte de encontrárnosla mejor de lo que
esperábamos), el lugar donde se encuentra tiene aspecto de cueva, y mientras
esperamos que vaya descendiendo el resto del grupo podemos recrearnos con esta
especie de tramo cueva, tanto hacia su salida, como hacia su entrada, por la
que estamos realizando este fácil y bonito rapel.
El tercer rapel es de unos 9
m de altura, y a penas, dista unos 150 m del primero. Es decir, en un palmo
de terreno, lo más difícil ya está hecho. Y salvo un pequeño rapel muy cercano
al final, ya no se necesita echar mano de las cuerdas. Este último rapel es
algo más técnico, pero tampoco es muy complicado.
Tiene una doble trayectoria, los tres primeros metros, vamos por una especie de cornisa tobogán, que mantiene el contacto visual perfectamente con nuestro monitor y los compañeros que estén más cerca de la reunión, hasta que llegamos al borde donde ya iniciamos la vertical, con un pequeño saliente a media bajada, que nos ayudará a corregir nuestra trayectoria en caso de necesidad. Aterrizando en una pequeña poza, que podría resultar algo repugnante para un "senderista de salón" con alguna que otra sanguijuela que le da algo de emoción, pero que un "espartano" con dos cojones es como un baño en "tinto de verano", ¡eso sí!, bien cargadito, porque el tono oscuro de agua es intenso.
Tiene una doble trayectoria, los tres primeros metros, vamos por una especie de cornisa tobogán, que mantiene el contacto visual perfectamente con nuestro monitor y los compañeros que estén más cerca de la reunión, hasta que llegamos al borde donde ya iniciamos la vertical, con un pequeño saliente a media bajada, que nos ayudará a corregir nuestra trayectoria en caso de necesidad. Aterrizando en una pequeña poza, que podría resultar algo repugnante para un "senderista de salón" con alguna que otra sanguijuela que le da algo de emoción, pero que un "espartano" con dos cojones es como un baño en "tinto de verano", ¡eso sí!, bien cargadito, porque el tono oscuro de agua es intenso.
Unos
metros de este tercer rapel, cuya poza abandonamos por una especie de
"Madriguera de Conejo" de Alicia en el País de las Maravillas,
pequeño orificio, a modo de ventana, entre un caos de bloques, llegamos a otra
especie de "Shangrila", donde en las paredes de la izquierda del
cañón se ha desarrollado un sistema de estalactitas y estigmitas, realmente
fascinante de tonalidades rosadas y verdes, que a mí me recordaban a la mítica
portada del álbum "Relayer" (1974) del grupo de Rock Sinfónico y
progresivo de los 70s "YES". Cerraba los ojos y fantaseaba con la
posibilidad de vivir el concierto del
mítico teclista Rick Wakeman "Journey to the Center of the Earth"
(1974) en este increíble escenario con una acústica que es realmente magnífica,
sobre todo en algunos lugares como "La Ermita" del principio del
cañón.
Seguimos
avanzando a veces por tramos llevaderos de pequeñas piedrecillas, pero la mayor
parte del tiempo guardando el equilibrio caminando o destrepando sobre grandes
bloques redondeados. El siguiente hito es un pequeño paso donde las paredes del
desfiladero vuelven a juntarse tanto que pasamos por lo que parece una cueva, el
frescor, la humedad y la pequeña hondonada que hay en su interior han
propiciado la formación de una poza, de escasos 15 m de longitud, pero donde el
agua puede llegarnos fácilmente a la altura del pecho incluso en verano.
El cañón ha sido excavado por el arroyo del Pinar y
otros torrentes que forman su cabecera, entre materiales calizos y dolomíticos
del liásico inferior, pertenecientes a la unidad de la Sierra del Labradillo - Sierra de Zafalgar,
cuyos estratos presentan aquí una estructura casi tubular, habiendo sido
fallados en algunos lugares tal como podemos apreciar en las paredes de la
Garganta Verde constituye
un profundo cañón abierto entre la Loma de La Breña (794 msnm ) en el margen
izquierdo y en el margen derecho, los tajos del Monte Cambronera (876 msnm).
Con una longitud superior a los 3 km sus desniveles iníciales son suaves pero aumentan progresivamente hasta formar un cañón estrecho hasta el punto que a veces dista 4 m entre pared y pared, cuyas altitud alcanza los 400 m desde el fondo del cañón hasta las zonas mas altas de sus paredones. Esta configuración se mantiene hasta que bruscamente las paredes del cañón, comienzan a perder altura progresivamente a partir del nacimiento del arroyo Bocaleones , donde ya más que un cañón vamos descendiendo por una sucesión de cahorros, a la salida del mismo ya se le une por la izquierda el torrente conocido como "Garganta Seca" y el paisaje encañonado da paso a aun dócil valle abierto.
Con una longitud superior a los 3 km sus desniveles iníciales son suaves pero aumentan progresivamente hasta formar un cañón estrecho hasta el punto que a veces dista 4 m entre pared y pared, cuyas altitud alcanza los 400 m desde el fondo del cañón hasta las zonas mas altas de sus paredones. Esta configuración se mantiene hasta que bruscamente las paredes del cañón, comienzan a perder altura progresivamente a partir del nacimiento del arroyo Bocaleones , donde ya más que un cañón vamos descendiendo por una sucesión de cahorros, a la salida del mismo ya se le une por la izquierda el torrente conocido como "Garganta Seca" y el paisaje encañonado da paso a aun dócil valle abierto.
Al llegar a una zona algo más abierta
del cañón, donde nos encontramos un buitre que iba huyendo por delante de
nosotros (al que no volvimos a ver mar), decidimos almorzar a la sombra de las
paredes que ya comenzaban a mostrar tonalidades anaranjadas de dióxido de
hierro, bajo la sombra de altas adelfas e higueras. Retomada la marcha el cañón
se encajona y volvemos a deleitarnos con la especular fusión entre la
verticalidad de las paredes y la altura que alcanzan higueras y adelfas
intentando encontrar la luz, así como enormes enredaderas que le dan un aspecto
selvático a algunos rincones. Llegando
al último rapel de apenas 3 m de altura, unos 1,5 Km escaso mas allá (tal vez
menos), de los tres primeros rápeles muy cercanos entre sí . Este último rapel
es muy facilito y rápido de hacer.
Poco después de este último rapel,
afrontamos un último tramo de unos 300 m de caos de bloques, hasta que de
repente como por arte de magia, bajo un promontorio rocoso comienza a brotar un
agua cristalina de tonalidades celestes y turquesas que son una auténtica
maravilla.
Se trata del Nacimiento del arroyo Bocaleones, el que riega las huertas al oeste de Zahara de la Sierra y que pone la guinda a nuestro recorrido, transformando el último kilómetro (o tal vez menos) por el Cañón de la Garganta Verde en una sucesión de cahorros, donde nos iremos deleitando con cada poza, con cada rápido, con cada angosturas por las que a pena cabe una sola persona, con cada pequeño meandro, donde el poder erosivo del agua en época de crecidas ha ido moldeando tremendos bloques de caliza marmolizada con sus betas y estrías de distintos tonos y colores, donde se refleja la superficie del agua, en los pocos rincones donde penetra el sol, con el agua meciéndose suavemente a nuestro paso, o bien de forma más rápida, al descender por cada pequeño rápido, en una sucesión de pocitas idílicas y pequeños jacuzzis naturales.
Se trata del Nacimiento del arroyo Bocaleones, el que riega las huertas al oeste de Zahara de la Sierra y que pone la guinda a nuestro recorrido, transformando el último kilómetro (o tal vez menos) por el Cañón de la Garganta Verde en una sucesión de cahorros, donde nos iremos deleitando con cada poza, con cada rápido, con cada angosturas por las que a pena cabe una sola persona, con cada pequeño meandro, donde el poder erosivo del agua en época de crecidas ha ido moldeando tremendos bloques de caliza marmolizada con sus betas y estrías de distintos tonos y colores, donde se refleja la superficie del agua, en los pocos rincones donde penetra el sol, con el agua meciéndose suavemente a nuestro paso, o bien de forma más rápida, al descender por cada pequeño rápido, en una sucesión de pocitas idílicas y pequeños jacuzzis naturales.
Nuestro paso bajo un desvencijado
puente mediaval (mal llamado "puente romano"), marca el final del
recorrido teórico, pudiendo acceder al camino terrizo que nos encontramos por
el margen derecho del río y que inmediatamente después nos lleva al cercano
Puente de Los Palominos, donde las empresas de Turismo Activo, tienen el
privilegio de llegar desde Zahara de la Sierra.
Tramo 3 (Anfibio), Por el
Valle del arroyo Bocaleones, del Puente de los Palominos al Puente de la Ctra.
de Prado LLano.
En nuestro caso, habiamos
dejado los vehículos en el área recreativa de la Pasada del Moral, junto al
arroyo Bocaleones en la carretera CA8102, Zahara de la Sierra-Prado del REy, a
unos 2 km al oeste de Zahara, distante unos 2,5 km al Norte respecto al Puente
de Los Palominos. De modo que tomamos la pista que pasaa por dicho puente en
sentido ascendente a nuestra izquierda, llevando a partir de este momento el
arroyo Bocaleones a nuestra derecha.
Después de recorrer unos 200 m ascendiendo por una loma que nos aleja momentáneamente del arroyo, tomamos el primer desvío que nos encontramos a la derecha, marcado por una desvencijada baliza de madera, y a parir de este momento vamos llaneando o manteniendo un perfil de suaves pendientes, en paralelo al arroyo Bocaleones que siempre llevaremos a nuestra derecha, hasta llegar sin margen de error al punto donde habíamos dejado nuestros vehículos en la Pasada del Moral.
Como de costumbre, en los últimos 500 m no pude resistir la tentación a volver a caminar por el mismo cauce del arroyo Bocaleones de aguas, tan cristalinas como en el tramo de su nacimiento, pero ya sin el aliciente de sus mágicos cahorros, pues discurre permanentemente en un bosque de galería entre huertas muy llanas o alomadas, entre cañaverales, adelfas, enredaderas, algunos fresnos y eucaliptos, enormes y higueras, pero, sin mayor aliciente que el placer de caminar por aguas limpias que apenas cubren mas allá de las rodillas en este tramo final y el mágico rumor del agua, de efecto casi terapeútico en las calurosas jornadas veraniegas.
Después de recorrer unos 200 m ascendiendo por una loma que nos aleja momentáneamente del arroyo, tomamos el primer desvío que nos encontramos a la derecha, marcado por una desvencijada baliza de madera, y a parir de este momento vamos llaneando o manteniendo un perfil de suaves pendientes, en paralelo al arroyo Bocaleones que siempre llevaremos a nuestra derecha, hasta llegar sin margen de error al punto donde habíamos dejado nuestros vehículos en la Pasada del Moral.
Como de costumbre, en los últimos 500 m no pude resistir la tentación a volver a caminar por el mismo cauce del arroyo Bocaleones de aguas, tan cristalinas como en el tramo de su nacimiento, pero ya sin el aliciente de sus mágicos cahorros, pues discurre permanentemente en un bosque de galería entre huertas muy llanas o alomadas, entre cañaverales, adelfas, enredaderas, algunos fresnos y eucaliptos, enormes y higueras, pero, sin mayor aliciente que el placer de caminar por aguas limpias que apenas cubren mas allá de las rodillas en este tramo final y el mágico rumor del agua, de efecto casi terapeútico en las calurosas jornadas veraniegas.
NOTA:
Este último tramo es perfectamente apto para todos los públicos hasta el mismo
nacimiento del arroyo Bocaleones como ruta acuática (o anfibia). ¡Eso sí!,
cuidando y respetando siempre al máximo el entorno. Y reprendiendo o/y
denunciando a cualquier persona que dañe o profane los cahorros de este
auténtico Santuario Natural.
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