Entorno:
Paraje natural Desfiladero de los Gaitanes-El Chorro
Pueblo
de referencia: Ardales.
Cómo
llegar: Si venimos desde Ardales hacia el Chorro, al
llegar al puerto de las Atalayas, continuaremos recto hacia el parque Ardales, llevando a nuestra
izquierda la orilla del embalse del Conde
de Guadalhorce enmarcada entre los pinos que pueblan estas laderas. La
carretera atraviesa un pequeño túnel excavado en arenisca, sobre el que se
encuentra el restaurante El Mirador,
a continuación dejamos a la derecha un pequeño tunelillo peatonal, a pie de
carretera por donde comenzamos nuestra travesía, y unos 200 m después pasamos por delante del
restaurante El Kiosko, aparcando unos 100 m mas adelante. Concretamente junto al famoso
Sillón del Rey esculpido en piedra. El restaurante El Kiosko suele estar abierto desde las 7.00 de la mañana por lo que se puede desayunar allí mismo o por supuesto tomar algo al final de la ruta.
Tipo
de ruta lineal: Se requiere dejar coches en el final previsto de ruta
Distancia
total: 20 Km
Dificultad
por esfuerzo físico: Alta
Dificultad
técnica (trepadas, canchales, etc…): Media (tan sólo se dan en un par de zonas
puntuales, que apenas representan el 5% del recorrido). Si bien en el primer
tramo de ascensión hasta el pico de La Cueva, la ladera tiene tramos muy
empinados y resbaladizos, donde mas de uno/a tendrá que progresar a cuatro
patas.
Zonas
o pasos de riesgo: En algunos momentos se pasa cerca del borde de algunos tajos
y desfiladeros, con algunas zonas de mucho vuelo, si bien casi siempre con la
opción de retirarse tanto como uno estime oportuno. Cada uno pone sus propios
límites.
Dificultad
por orientación: Media/Alta pues hay tramos muy poco frecuentados donde el
sendero desaparece.
Desnivel
acumulado (sólo subida): 1.000 m
Tipo
de calzado recomendado: Botas de trecking
Altura
máxima: 663m balcón natural por encima de la ermita de Villaverde. Si bien no
se asciende ninguna cumbre significativa, tan sólo el pico de La Cueva y la
Mesa de Villaverde, las dos ascensiones suman unos 1.000 m de desnivel.
Bibliografía:
El libro finalizado desde hace dos años, pero aún no publicado “El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del
excursionista”.
A
tener en cuenta:
1º)
Para concertar la visita a la iglesia rupestre de Bobastro o cueva de Doña
Trinidad Grunch en Ardales contactar con:
Isabel
B. Ayuntamiento de Ardales
CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA PREHISTORIA EN GUADALTEBA y CUEVA DE ARDALES
patrimonio@ardales.es
Avenida de Málaga, 1. 29550 - Ardales (Málaga)
Tel: 95 245 80 46
CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA PREHISTORIA EN GUADALTEBA y CUEVA DE ARDALES
patrimonio@ardales.es
Avenida de Málaga, 1. 29550 - Ardales (Málaga)
Tel: 95 245 80 46
Actualmente el precio de la visita es de 3€ por
personas, precio para niños, jubilados o precios de grupo: 2€/persona
2º) Aproximadamente en la mitad de esta travesía
pasamos por la Venta la ermita de la Virgen de Villaverde donde tienen
magníficos platos combinados a muy buen precio, además de tapas frías y
refrescos a 1€ y tapas calientes y cervezas o aquarius a 1,50€ Actulamente la
venta la lleva un chaval joven llamado José, móvil: 615014391
3º) Como en toda ruta lineal conviene dejar uno o
varios coches de apoyo al final de la ruta, en nuestro caso fue un autobús que
nos devolvió al inicio de ruta. En autocares Olmedo de Málaga siempre nos han
dado muy buenos precios y servicios, para mas información:
Guillermo Olmedo
Herederos de Francisco Olmedo Gutiérrez S.A.
C/ José Calderón, 114 - 29590 Campanillas (Málaga)
Teléfono 952433043 Fax
952433081
Email: info@autocaresolmedo.com
Desde
Huelva: Teresa “Arwen de Rivendel” (Huelva)
Desde
Cádiz: Manuel Limón “Premio Nobel de Senderismo”, Ana Dianez “La Arqueóloga”,
Migue Becerra “El Maestro Jedi” y Paco Pérez Mariscal (Jerez).
Desde
Sevilla: Ángel González “El Gladiador de Itálica”, Fernando Díaz Moran “El
Guepardo de la Lagunilla Seca”, Estela Alvarez Herrera,
Desde
Córdoba: Rafael García “El Califa” (Cabra, Córdoba), Mª Luisa “El Duendecillo
de Sierra Horconera (Puente Genil, Córdoba) y Héctor “El caimán de Puente Genil”.
Desde
Ronda y otras localidades del interior: Vicente Astete “El Llanero Solitario”,
Isabel Terroba “El Corazón”, Isabel Mª Carrasco Sanchez, Jorge Castrillo
Orellana “El Titán del Guadalevín”, Rafa Flores “El Mago Gandalf de la
Serranía”, Pedro Aguayo “El Vietnamita del Valle del Genal”, Antonio Franciosco
Gallego “La Locomotora de Alhaurín”, Macarena Romero “La Ninfa de la Laguna
Dulce” (Campillos), Lourdes del Río López (Casarabonela), Juan Gómez González
“El Coloso de Casarabonela”, Bartolome Ortega, Rosa Blanco “Rosa de la
Comarca”, María Ortega “Hasta donde el corazón te lleve”, Gustavo Durán
(Arriate), Juan González Carrasco “Gonza”, Fran “Batman returns” (Campillo),
Don Fernando “El Diácono”, Rafa Márquez “El Aristóteles de la Senda”, Nieves
Lobato “La Ninfa de la Torre Caleta”, José Jiménez Tirado, María “La
Fisioterapeuta”, Paco Bastida “El Triatleta”, Sonia Castro Alcarazo, Herminia
Carballo “La Centella de O Cebreiro”, Judit Mingorance y Ana Bastida (junior).
Desde Costa del Sol: Patricia López “La
Chica que miraba las Estrellas”, Miguel Ángel Buitrago “El Hombre que sabía
demasiado”, Doctor Leal, Fernando Jiménez “El Duque de Juanar”, Vicky “La
Princesa Druida”, Juan Antonio Mena “El Elfo de la Malagueta”, Manuel
Manzanares “El cartógrafo de su Majestad”, Carmen “Galadriel”, Marlem “La perla
de Venezuela”, Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara”, Fidel
González Barrionuevo, Eduardo Campos Montañez “El padre Carras”, Ilse “La
Gacela de la Selva Negra”, Eduardo Campos González “El Último Samurai”, Sancho
Adam “Master Chef”, Andrés Alonso, Maria del Mar Castellon, Paco Jaime “El
Marqué de Cáceres”, Javier Ruiz Reina, Romualdo “El Trovador de la Senda”, Mª
Jesús Rider “La Duquesa de Baqueira Beret”, Julio Andrés, y un servidor: Juan Ignacio
Amador.
Descripción de la ruta:
1ª parte: un paseo por el parque Ardales:
Este primer tramo coincide
en parte con la ruta Nº 6 “Sendero del Gaitanejo” del libro (no publicado): El
Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del Excursionista.
Una vez aparcados los
vehículos en las inmediaciones del restaurante El KIOSKO, repartimos los mapas
y nos acercamos hasta el histórico "Sillón del Rey";
conjunto
formados por dos bancos, un sillón y una mesa todo hecho de piedra, donde el
rey Alfonso XIII firmó la terminación de las obras del embalse Conde de
Guadalhorce el 21 de mayo de 1921. Aquella mañana casi 93 años después, subida
en el sillón nuestra compañera Patri iniciaba la charla de bienvenida, haciendo
una introducción y recordando algunas normas a tener en cuenta a lo largo de la
travesía, mientras su voz luchaba contra las rachas del viento de poniente para
hacerse oír por todo el grupo. Mientras tanto, la "Casa del
ingeniero" o "Casa del Conde", nos contemplaba desde la otra
orilla del embalse bajo el cielo cristalino que lució durante todo el día de
aquel sábado 8 de marzo de 2014, en aquellas primeras horas de mañana el viento
de poniente era tan fuerte que se formaban pequeñas olas que venían a morir en
la orilla en la que nos encontrábamos.
Aprovechando
la ocasión de estar todos reunidos en tan histórico lugar nuestros guías
tuvieron a bien dar unas pinceladas históricas recordando que las obras del
“embalse Conde de Guadalhorce” se iniciaron en el otoño de 1914, siendo
Presidente del Gobierno Don Eduardo Dato (Partido Conservaador), año en que
también se lleva a cabo un referéndum, bajo sufragio universal masculino para
ver si España entra en la 1ª Guerra Mundial o si se mantiene neutral,
imponiéndose la opción de permanecer neutrales. Las obras del embalse fueron
encargadas al sevillano Don Rafael Benjumea Burín, también conocido como “El
Ingeniero Poeta”, un ingeniero enamorado de la Naturaleza que fue un pionero de
la época a la hora de diseñar sus obras de ingeniería pensando en el medio
ambiente. La obra fue de tal magnitud en su día que el Rey Alfonso XIII,
impresionado por el resultado de las obras llevadas a cabo entre los embalses
del Chorro, el Gaitanejo y La Encantada, le otorga el título de Conde del
Guadalhorce. Y es que este embalse fue denominado, en un principio, Pantano del
Chorro, pero en 1953 pasó a llamarse Embalse del Conde de Guadalhorce.
Cuando el embalse es inaugurado en 1921
estaba considerado como una obra colosal a nivel nacional, de hecho, durante
muchos años fue el de mayor capacidad de España. En su construcción se usaron
técnicas bastante novedosas para la época como emplear maquinaria eléctrica,
embalses parciales para la obra, y el suministro de materiales a través de un
ramal de ferrocarril entre El Chorro y la desaparecida estación de Gobantes, en
medio de un paisaje de cerros y laderas casi desérticas que nada tiene que ver
con el de los densos pinares que hoy nos encontramos en la zona.
Como no podía ser de otra manera también
recordamos la importancia y el mérito que tuvo la construcción de la cercana
presa del Conde del Guadalhorce, empelando hormigón ciclópeo cuyas caras
exteriores se recubren de sillares de canteras, sus dimensiones son 75 m de
alto y más de 50 de ancho en su base, el arco que forma mide 130 m y su
capacidad actual es de 83 hm3, su longitud afecta a 12 km del río Turón que
nace en la vertiente norte de la sierra de Ardales y después de atravesar los
términos municipales de El Burgo y Ardales, viene a desaguar muy cerca de esta
última localidad donde se comienza a formar la cola del embalse que encuentra
su final en esta magnífica presa.
Sus sillares
son dignos de las mas extraordinarias obras de ingeniería de principios de siglo
XX. De hecho el conjunto de farolas y barandillas sobre la presa está blasonado
de escudos conmemorativos de la España Monárquica, aunque no sean precisamente
estos tiempos, los mejores para sacar el tema a relucir, si bien conviene ser
en todo momento, respetuosos con la historia, de hecho este paisaje está
cargado de historia.Al otro lado de la presa de Gobantes se encuentra la
Iglesia, que al igual que la del poblado de la Estación del Chorro, también fue
utilizada como colegio.
Todo
el perímetro del embalse del Conde del Guadalhorce, así como la sierra del
Almorchón, el arroyo de Los Granaos y la Mesa de Villaverde por donde discurre
nuestra ruta se encuentran dentro del término municipal de Ardales, a excepción
del último kilómetro de ruta donde entramos en contacto con el embalse inferior
de La Encantada y la zona de la Estación del Chorro que ya están englobados
dentro de la esquinita noroccidental del término municipal de Álora.
Tal
y como estaba previsto, iniciamos el paseo pasando por delante del Rte. El
Kiosko hasta llegar a la entrada del túnel de unos 150 m de longitud, que a
principios de S. XX excavaron los operarios de la presa a pico y pala como
acceso mas directo y rápido para trasladarse desde el embalse del Chorro que
dejamos momentáneamente a nuestra espalda, hasta el embalse del Gaitanejo, que
nos encontramos a nuestros pies al salir del túnel.
Enlazando poco después con
el sendero del mismo nombre pero en vez de seguir en dirección al pico del
Convento, tomamos la pista terriza a la derecha, como si fuésemos hacia el
restaurante El Mirador, desviándonos poco mas tarde, otra vez a la derecha,
asomándonos a los miradores naturales que nos brindan unas formidables vistas
aéreas sobre los meandros del embalse del Gaitanejo;
encajonado entre sierra
Parda a nuestra izquierda (NORTE) y la sierra del Almorchón a nuestra derecha
(SUR), donde destacaba la ganchuda silueta del pico del Convento y al fondo, de
frente al ESTE: la impresionante entrada del Desfiladero del Gaitanejo, los
tajos ballesteros y por encima, la trapezoidal silueta con la base superior
inclinada del Huma, la montaña mágica.
Un paisaje precioso, a penas a 500 m
del inicio de ruta y para empezar la jornada con unas vistas grandiosas.
Lástima que el sol de la mañana lo tuviésemos justo de frente.
Dirigiendo
a continuación, nuestros pasos hacia la pista que lleva al mirador, simplemente la cruzamos
para asomarnos a la vertiente OESTE, mas concretamente hacia otro mirador
natural que nos muestra otras impresionantes vistas aéreas sobre el entorno del
embalse del Conde del Guadalhorce a nuestros pies con la idílica “Casita del
Conde” a nuestros pies.
A nuestra izquierda al SUR, la interesante sierra de
Alcaparaín a modo de gigantesco portaviones, con su cumbre sur “El Grajo o
Valdivia” a la izquierda y su cumbre norte a modo de quilla gigante el “tajo de
La Canana”. Siguiendo hacia el OESTE, podemos ver parte de la sierra de Las
Nieves, el pico del Viento o Cancho de La Pepa, la cumbre del Almorchón Gutiérrez,
sierra Ortegícar y mas a la derecha, la parte alta de esa impresionante falla
que es el Castillón de Teba o Peñarrubia.
Una
vez finalizada la charla sobre los distintos hitos geográficos que desde allí
contemplábamos, y aprovechando la ocasión para que mas de uno hiciera algunas
fotos aprovechando tan espectacular mirador, regresamos a la pista terriza
llegando en unos instantes al mirador erróneamente catalogado como mirador del
Desfiladero de Los Gaitanes.
Pido disculpas a quien así haya etiquetado el
panel paisajístico descriptivo que allí se encuentra, ya que en todo caso
debería catalogarse como mirador del poblado de Los Embalses o de la presa del
Conde del Guadalhorce que es lo que desde allí tenemos a nuestros pies en
dirección OESTE. No obstante, las vistas hacia el NORTE, también son
interesantes, aprovechando la ocasión para darle otra breve charla al grupo explicando
el origen de la gran presa que desde allí contemplamos en dicha dirección. Y es
que, las obras de los embalses de Guadalhorce y Guadalteba comenzaron en la
primavera de 1966, semanas antes del mítico Mundial de Inglaterra, cuando la
música de los BEATLES y BEACH BOYS era la última moda y sonaba por todas
partes.
La construcción de estas dos nuevas presas se llevaron a cabo para
regular el agua de los ríos Guadalteba y Guadalhorce, que en época de crecidas
tendían a desbordarse en la zona conocida como “Junta de ríos”, inundando gran
parte del antiguo trazado la vía del tren y de la carretera que pasaban por las desaparecidas localidades
de Peñarrubia, que se encontraba a los pies del Castillón de Teba o Peñarrubia,
actualmente bajo las aguas del embalse del Guadalteba por encima de la cual
asoma la espadaña de la iglesia de Peñarrubia en años de sequía. Así como la
barriada de Gobantes bajo las aguas del embalse del Guadalhorce, donde existía
una estación de Ferrocarril, muy cerca de aquí. Por donde pasa el denominado
sendero de Los Embalses.
La
presa de Guadalteba no comenzó a embalsar agua hasta octubre de 1971;
siguiéndola la presa de Guadalhorce en junio de 1973. Al construir estas dos
presas, se vieron también obligados a renovar la línea de ferrocarril y a
construir tres tramos de carreteras que son las que hoy utilizamos para
desplazarnos alrededor de los embalses y desde ellos, llegar a Campillos, Teba
o el valle de Abdalajís. De manera que tanto un tramo de la línea de
ferrocarril como varios tramos de carretera quedarían para siempre bajo el
fondo de los embalses. Estas dos últimas presas, (Guadalhorce- Guadalteba) unen
sus aguas para luego adherirse a las aguas ya reguladas del embalse Conde de
Guadalhorce; las cuales se recogen en angosto pantano del Gaitanejo donde a su
vez se encuentra la presa del mismo nombre que tiene el honor de ser a la
primera central hidroeléctrica que se creó en España. Y ya mas debajo de la
presa sus aguas se introducen en el espectacular Desfiladero de Los Gaitanes.
La
explotación de los embalses del Guadalteba y especialmente del Guadalhorce está
condicionada por la existencia de importantes aportes salinos al vaso del
Guadalhorce; el más importante es el conocido, pero mal llamado,
"Manantial de Meliones", que es uno de los puntos donde se genera más
salinidad.
Aunque
la mano del hombre normalmente tiende a estropear el medio ambiente la creación
de los tres embalses que se encuentran en esta zona han contribuido
poderosamente en la actualidad a llenar de vida todo el entorno. Los otros dos
grandes embalses son el del Guadalteba y del Guadalhorce, cuyas aguas se unen
en la presa Guadalhorce-Guadalteba, que es la que contemplamos desde este
mirador, ambos embalses son compartidos por los términos municipales de
Campillos, Antequera y en menor medida Teba.
Abandonamos
el mirador, atrochando un tramo de unos 100 m de ladera campo través,
descendiendo en dirección OESTE, hasta enlazar con el final del sendero del
Gaitanejo, por el que rápidamente llegamos al corto y ancho túnel que viene a
salir a un costado del restaurante El KIOSKO, junto al cual volvíamos a pasar,
completando un “nudo de corbata”, aprovechando la ocasión mas de uno de
nosotros, para dejar los chaquetones gordos en el maletero de los coches. Por
lo que de nuevo, estábamos en el punto de partida, después de completar este
tramo a modo de introducción, que seguimos adornando un poco mas, llegando
ahora hasta el restaurante EL MIRADOR, tomando como referencia el senderillo
que sale a la derecha de laa máquina de refrescos que nos encontramos en su
escalera de acceso. Unos 20 m mas allá este sendero enlaza con las escaleras
que desde este restaurante desciende hasta la misma orilla del embalse a donde
dirigimos nuestros pasos, para empezar a orillear, unos 2 km en dirección SUR,
caminando en todo momento tan cerca del agua como la pendiente del terreno nos
permitía y así teníamos previsto haberlo hecho hasta la zona de camping Nº1.
Pero un servidor, que en ese momento, iba de guía, intuyendo que este adorno
comenzaba a cobrarse su tiempo tal y como demostraba la lenta marcha de un
grupo cada vez mas estirado, decidió acceder a la carretera del parque Ardales,
viniendo a salir a la zona de acceso Nº3 del camping, para de esta forma
avanzar mas rápido y en escasos minutos reagruparnos frente a la zona de acceso
Nº1, frente a la cual se encuentra el sendero donde comenzaría la 2ª parte de
esta travesía, donde tomaba el relevo como guía de cabeza nada menos que Don
Manuel Manzanres “El Cartógrafo de su Majestad”.
2ª parte: ascensión al pico de la Cueva por el sendero
escalonado de Los Camorriles (vertiente suroeste de la sierra del Almorchón)
Justo
al otro lado de la carretera, frente a la entrada de la zona 1 del camping,
tomamos un sendero que en zig-zagueante subida nos lleva en escasos minutos al
cordal suroeste de la sierra del Almorchón, desde donde continúa en descenso
hasta el puente de los “Siete ojos” de la carretera que va del puerto de las
Atalayas hasta la estación del Chorro”.
Al llegar a este primer collado, coincide en parte con
la ruta Nº 9 “Del parque Ardales a la iglesia
rupestre de Bobastro” del libro (no publicado): El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del
Excursionista.
Desde este collado tomamos a la izquierda por el mismo cordal hacia
arriba, encontrándonos a los pocos minutos con una sucesión de rudimentarios
escalones tallados en la piedra, aunque muy desgastados por el paso del tiempo
y la erosión alveolar que es muy poderosa en esta sierra del Almorchón o de la
Pizarra, que junto con la Mesa de Villaverde atesora una de las mayores
concentraciones de tafonis por metro cuadrado de todo el sur de Europa. Digamos
que los tafonis son una denominación geológica que utilizamos para referirnos a
esas formaciones
cóncavas o huecos redondeado, de un tamaño que puede oscilar entre varios
decímetros ó varios metros, tallada por la erosión en rocas cristalinas o
arenisca, en climas secos o en algunas costas.
Los tafoni se pueden encontrar en todas las áreas del mundo, pero son
más comunes en las zonas marítimas, lugares que han sido antiguos fondos
marinos como la mayor parte del paraje natural del Desfiladero de Los Gaitanes,
aún que también en las zonas áridas y en los desiertos.
Hay muchas explicaciones sobre el origen de
los tafoni: erosión eólicia, también conocida como corrasión, debido a las
sales, diferencias en la cohesión interna y en la permeabilidad de la rocas,
duración del período seco entre varios períodos húmedos, etc.
Este accidente se confunde a veces con los nidos
de abeja, diferenciándose tanto en escala como en las condiciones de
desarrollo: los taffoni tienen un volumen de unos pocos centímetros cúbicos
hasta varios metros cúbicos, mientras que el panal de abeja es un conjunto de
agujeros de orden centimétrico; y los taffoni parecen ser favorecidos por la
presencia de humedad y sales, mientras que los nidos de abeja requieren una
cierta predisposición estructural: la presencia de microfisuras en la roca, la
distribución de minerales frágiles en grupos sobre los que forman los agujeros.
A medida que crecen, los taffoni crean un microclima húmedo que favorece su
crecimiento. Los nidos de abeja a su vez se convierten en nichos favorables
para la instalación de micro-organismos (líquenes) que, a su vez, agravan la
meteorización.
La etimología de la palabra tafoni
es incierta, pero se acepta que es de origen mediterráneo. Puede derivar del
griego taphos, «tumba», o del corso taffoni, que significa
«ventana», o de tafonare, «perforar». Incluso en siciliano, el término tafoni
significa «ventana». La primera publicación en la que se encuentra el término tafoni
es de 1882. En Italia se puede encontrar tafoni en Cerdeña, por ejemplo, en la
isla de La Maddalena, donde son creados por la erosión del viento y por la sal
marina que disgrega la roca, y en otras regiones, en particular donde se
encuentra piedra arenisca.
El caso es que mientras vas pasando junto a
los tafonis, te da la impresión de que vas caminando sobre un gigantesco queso
de gruller, si bien estas concavidades se quedan en eso, huecos que no llegan a
formar galerías como cuevas, aunque algunos son tan pronunciados que parecen
covachas o entradas a una cueva.
Conforme vamos ascendiendo, nos
encontramos con una especie de cañada a través de la cual podemos ganar altura
de forma cómoda y zig-zagueante, a nuestra espalda, SUR, las vistas son cada
vez mas amplias sobre el entorno del puerto de las Atalayas, Ardales a los pies
de la sierra Alcaparaín con la cola del embalse del fondo del Guadalhorce al
fondo.
A nuestra derecha comenzamos a ganar vistas hacia la Mesa de Villaverde
y a nuestra izquierda, OESTE, llega un momento que desde el sendero empedrado
disfrutamos de unas perspectivas tan amplias como espectaculares de todo el
embalse del Conde del Guadalhorce desde su cola hasta la presa del mismo
nombre.
Antes de llegar a la parte mas alta, el
sendero, aunque casi siempre muy tenue, discurre paralelo al cordal que en
dirección norte nos lleva hasta el pico de la Cueva.
Si bien, nosotros optamos
por llegar hasta la plataforma cimera desde la cual fuimos caminando hasta el
pico de la Cueva por el mismo cordal inmersos en una densa vegetación de
palmitos, romero, lentisco y un denso bosque de pinos, cuyas ramas mas bajas
fuimos esquivando hasta coronar el pico de la Cueva, cuya cumbre está compuesta
por unos cuantos bloques de lajas de gran tamaño, bastante inestable, a modo de
pódium rudimentario, donde tuvimos que ir subiendo por turnos. No obstante, la
vista que desde allí se obtienen sobre el conjunto de los tres embalses bien
merece la pena.
Una vez hechas las fotos de rigor
regresamos sobre nuestros unos 200 m hasta enlazar con el inicio o final de un
antiguo cortafuegos, que con el paso del tiempo ha sido colonizado por la
vegetación mas característica de la zona, es decir: pinar de repoblación o pino
carrasco, palmitos, romero, retama, matagallos, lentisco y gamones.
No
obstante, el corredor es lo suficientemente ancho, como para reorientarnos en
dirección ESTE, siguiendo un difuminado sendero con la referencia de la
inconfundible silueta del Monte Huma en lontananza;
el cortafuego pasa por un tobogán de suave bajada y subida encajonado entre pinar de repoblación, y mas tarde conforme vamos
girando dirección SE, el embalse superior de la Encantada, sobre cuya lámina
acuática brillaba el sol reflejándose como en un espejo sobre esa curiosa
meseta, denominada Mesa de Villalverde. El perfil por esta zona es muy suave
porque en todo momento vamos caminando por el alomado perfil de la meseta de
cimera de la sierra del Almorchón, no tardamos en encontrarnos con un ramal de
cortafuegos, en este caso mucho mas marcado al estar desbrozado de forma mas
reciente, por donde vamos a desviarnos poco después, pero nosotros continuamos
de frente hasta el final del ramal del cortafuego por el que veníamos
caminando, disfrutando de un magnífico mirador natural sobre la Mesa de
Villalverde, la ermita del mismo nombre y arroyo de Los Granaos a nuestros
pies, así como parte de los tajos y pedreras del entorno de la Estación del
Chorro.
Una vez hechas las fotos de rigor,
regresamos sobre nuestros pasos, para seguir la caminata hasta el punto mas
alto del cortafuegos mas desbrozado que desde allí parte en dirección norte hasta
que llegamos a la parte más alta del mismo, desde donde se une a nuestra
trayectoria, otro cortafuegos, que viene desde las proximidades del pico del
Convento, que desde esta posición, tenemos a tiro de piedra a escasos 700 m de
distancia.
3ª parte: descenso desde el collado del Buitre hasta
la ermita de Villaverde (zona central de la sierra del Almorchón)
El tramo que se describe a
continuación coincide con la ruta Nº 10 “sierra del Almorchón” del libro (no
publicado): El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del Excursionista.
Desde el collado del Buitre,
parte alta del cortafuegos, por donde veníamos, bajo el cual hay un tafonis a
modo de covacha, donde Valentín se hizo en su día una foto con Chuckie,
descendemos a
penas descendemos unos 20 m por este nuevo ramal de cortafuego, como si nos
dirigiésemos hacia el pico del Convento (dirección NORTE), pero inmediatamente
después tomamos un desdibujado senderillo de cabras donde enlazamos con la
travesía del Jurásico 2010, que a partir de este punto realizamos en sentido
inverso.
El
sendero aparece y desaparece de forma intermitente, pero se sigue fácilmente a
poco que se tenga un mínimo de experiencia en montaña, sirva de referencia el
cableado del tendido eléctrico bajo el que discurre el sendero sobre todo al
inicio y mas tarde acercándonos hacia el borde de los tajos del Almorchón desde
el que disfrutamos de unas vistas alucinantes de los tajos que componen el impresionante
Desfiladero de Los Gaitanes, cuya visión resulta mas amplia y cercana conforme
nos vamos aproximándonos a ellos a cada paso que damos, atónitos ante la
grandeza de un paisaje dolomítico digno de las mas espectaculares cordilleras
de Europa.
A la izquierda sus majestades los tajos del Estudiante o de Las Tres
Cruces, a la derecha el imponente peñón del Cristo, por encima del tajo del
Estudiante, la sempiterna silueta del monte Huma, que como techo del paraje
preside la mayor parte de este itinerario grandioso. Por encima del Monte Huma,
el espíritu de Valentín reencarnado en luna creciente parecía contemplarnos,
siempre sabio y sonriente desde las alturas celestiales.
Aunque
el sendero no pasa en ningún momento por lugares expuestos, a veces invita a
acercarnos al borde de los tajos, con la consiguiente prudencia y precaución
que ello requiere, pues en muchas ocasiones la caída es de mas de 200 m en
vertical hasta el siguiente resalte. Lugares llenos de magia y
espectacularidad, escenarios grandiosos dignos de películas como El Señor de
Los Anillos.
En
contraste con la verticalidad de los tajos que llevamos a la izquierda, el
sendero se desvía unos 200 m mas allá, alejándose unos 50 m del borde de los
mismos, volviendo a sumergirnos entre abundante pinar de repoblación cuyas
ramas bajas vamos esquivando como mejor podemos, matorral de palmito, romero y
lentisco principalmente hasta que venimos a salir a un dócil pradito a los pies
del imponente peñón del Cristo, por cuya vertiente contraria discurre el
Caminito del Rey.
Por
estos lares, Vicente Astete “El Llanero Solitario” y rafa Flores “El Mago
Gandalf de la Serranía” estuvieron fotografiando varias orquídeas presagio de
la inminente llegada de la Primavera, mientras algún que otro buitre de los que
anidan en el desfiladero de Los Gaitanes, sobrevolaba por encima nuestra.
Desde
el mencionado pradito, ya tenemos a la vista la ermita de Villaverde a una
distancia de poco mas de kilómetro y medio en línea recta, pero el descenso se
hace lento hasta la ermita, ya que debido al accidentado terreno, la línea
recta es lo mas lejano al trazado que nos vemos obligado a realizar,
describiendo largos zig-zags para mitigar la sucesión de curvas de desnivel que
vamos a tener que ir descendiendo, primero teniendo como referencia las
torretas del tendido eléctrico y mas tarde dejando éstas a nuestra izquierda,
descendiendo perpendicularmente hacia la derecha, teniendo como referencia la
vivienda rupestre excavada en un gran tifoni existente unos 100 m ladera arriba
desde la ermita.
Poco
antes de llegar a esta casa cueva, antiguo refugio de pastores y del ganado,
pasamos una angarilla tras la cual tenemos dos opciones: la mas fácil es girar
aa laa izquierda y comenzar a descender hasta enlazar con una pista que pasa
por la huerta que se encuentra por detrás de la ermita a la que llegamos sin
mayores dificultades.
La otra consiste en seguir rectos, pasando justo por
delante de la casa cueva, pero esta opción tiene el inconveniente de que debido
a un arroyo, con galería de zarzas a nuestra izquierda, que nos impide el
descenso directo hacia la ermita, nos obliga a dar un rodeo pivotando alrededor
de la ermita que en todo momento va quedando a nuestro costado izquierdo, hasta
que por fin, la pendiente de la ladera es lo suficientemente dócil como para
acceder a la ermita o mejor dicho, en este caso, a la venta La Ermita donde tal
y como estaba previsto estuvimos almorzando.
4ª parte: de la ermita de Villaverde a la iglesia
rupestre de Bobastro (zona central de la sierra del Almorchón)
Una vez finalizado el almuerzo, había que
caminar un kilómetro en dirección SO, por la carretera paisajística que nos
lleva hasta el desvío hacia Bobastro y Mesa de Villaverde. Pero antes de eso,
algunos nos desviamos unos 50 m por esta misma carretera, como si fuésemos
hacia la estación del Chorro, para situarnos sobre el puente de barandillas
verdes que salva las aguas del arroyo de Los Granaos, que nos ofrece la mejor
perspectiva de la ermita de Villaverde, erigida
en honor de la imagen de Nuestra Señora de Villaverde, y que constituye uno de
los edificios civiles más importantes dentro del Paraje natural del Desfiladero
de Los Gaitanes.
Ha sido objeto de sucesivas ampliaciones
sobre la base de un templo primitivo mozárabe. Su situación al pie de la sierra
del Almorchón o de La Pizarra, sobre un mogote rocoso, realza su silueta en un
entorno perfectamente armónico con el precioso enclave paisajístico en el que
se encuentra.
La festividad de la Virgen, se celebra con
una romería cada 8 de septiembre pero debido al gran número de personas que
congregaba y la falta de espacio que hay en esta zona para que puedan aparcar
muchos coches, en la actualidad la romería se ha trasladado al Parque Ardales.
Una vez completado el kilómetro que nos
lleva hasta el desvío hacia Bobastro, seguimos unos 50 m mas, por el ramal de carretera que se ve a la derecha de la foto, en dirección al puerto de Las Atalayas donde un desvío nos indica, adentrándonos en un incipiente carril, de a penas 50 m que pasa junto a tres preciosos tafonis consecutivos, encontrándonos
además con el correspondiente panel informativo donde se habla de los mismos y
un segundo panel paisajístico, orientado al norte donde destaca el corredor del
Sabucón encajonado entre el Huma a la izquierda y la Pedrera de los Castillejos
a la derecha.
Poco después regresábamos sobre nuestros
pasos, caminando a penas unos 40 m, por el ramal de carretera que nos indica
hacia Bobastro y que abandonamos a la derecha de la misma, para hacer un
pequeño adorno, pasando bajo el puente de la misma carretera, vadeando el
arroyo un par de veces en escasa distancia. A partir de este puente volvemos a
enlazar con la
ruta Nº 9 “Del parque Ardales a la iglesia
rupestre de Bobastro” del libro (no publicado): El Chorro y Comarca del Guadalteba, guía del
Excursionista. Desde dicho puente, caminamos unos 200 m junto al arroyo
de Los Granaos que nos acompaña a nuestra derecha, hasta que lo cruzamos y
comenzamos la ascensión ladera arriba, caminando sobre un sendero angosto, pero
perfectamente marcado incluso sobre la roca de arenisca al formar parte de un
circuito utilizado con mucha frecuencia para bicicletas de descenso, como
tuvimos oportunidad de comprobar mas arriba.
A nuestra izquierda van quedando de
nuevo espectaculares tafonis, el que aparece a la derecha de la imagen lo bautizamos el día que por allí pasamos con valentín (de amarillo) como "la tienda del indio". Estos tafonis, como ya hemos comentado son
esculpidos por la acción erosiva del viento sobre la frágil roca de arenisca. A la derecha la carretera va a quedar muy cerca
de nosotros durante unos instantes, pero de las bifurcaciones de sendero que
nos encontramos de vez en cuando, siempre cogeremos la que se alejen de la
misma, es decir la que nos lleven hacia la izquierda, siempre en sentido
ascendente manteniéndonos lo mas cerca posible de la base de los pequeños tajos
que nos vamos encontrando;
a veces con restos de antiguas viviendas ocupadas al
menos desde tiempos de los mozárabes que vivían al amparo de la fortaleza
superior, donde se refugiaban en épocas de asedio y también habitadas en
tiempos mucho mas recientes, distinguiendo perfectamente un antiguo horno de
leña en una de estas antiguas viviendas rupestres.
Llega un momento que debemos escoger entre
un sendero terrizo bastante dócil que sigue ascendiendo entre la abundante
retama de esta zona o bien, tomar un sendero escalonado que va ganando altura
sobre grandes rocas redondeadas a la izquierda que obviamente, resultan mucho
mas seductoras para cualquier amante de la montaña de hecho con las oportunas precauciones
progresamos por ella de forma muy asequible hasta que unos tajos a laa derecha,
nos invitan a continuar ganando altura por un derrumbadero de grandes bloques
de piedras sin mayor peligro que la precaución de no doblarnos un tobillo, o
pisar malamente alguna que se mueva mas de la cuenta.
Desde el final de la parte alta de la
pedrera-derrumbadero, vemos a nuestra derecha el dócil sendero que comentábamos
anteriormente que utilizan los chavales para bicicletas de descenso, pero no
podemos acceder al mismo porque seguimos teniendo un talud a nuestra derecha de
unos 4 o 5 m de altura, por lo que continuamos de frente, dirección SUR,
adentrándonos en un enmarañado bosquete de pinos, donde de forma intuitiva y
perpendicular comenzamos a descender desviándonos ligeramente a la derecha,
aprovechando algunas pequeñas cañadas que se forman por aquí para ir
descendiendo a través de ellas, hasta enlazar con el mencionado sendero, que
siguiendo siempre en sentido ascendente y dirección SUR, un kilómetro mas allá
nos lleva directamente hasta la carretera que sube a la Mesa de Villalverde,
concretamente a la zona llana, donde por el otro lado de la carretera viene a
unirse la pista que llega desde Ardales, por lo que a partir de este momento y
hasta el final del recorrido vamos a caminar sobre el trazado del GR.E-7 en su
etapa Ardales-Estación del Chorro, que al mismo tiempo coincide con la etapa
Nº21 del GR-249 Gran Senda de Málaga (la ruta de las Tres Culturas).
A penas a 200 m de allí, carretera arriba,
justo frente a la entrada del recinto vallaado que protege el entorno de la
iglesia Rupestre de Bobastro, ya nos estaba esperando puntualmente nuestro guía
Gerardo, que se adaptó perfectamente a las limitaciones horarias del grupo para
poder llegar a la Estación del Chorro según el horario previsto, acortando el
número de paradas a lo largo del recorrido que se suele realizar dentro del
recinto, pero sin dejarse atrás ninguno de los aspectos mas interesantes tanto históricos
como arqueológicos informándonos entre otras cosas de que:
Desde la fortaleza de Bobastro,
Omar, inicia una etapa de conquista de un territorio propio, capturando una
serie de plazas fuertes como son: Awta, Comares, Mijas, Archidona, Casabermeja
y Fuengirola. Se establece así, el territorio base de Omar Ibhn Hafsun,
estableciendo así una zona de influencia en torno al mismo, mediante alianzas
con otros rebeldes.
Omar aprovecha una tregua con el
emir para levantar en armas a toda la Serranía, atrayéndose a toda la población
y las fortalezas de la zona. Así mismo fortifica aún mas Bobastro,
convirtiéndola en una fortaleza inexpugnable, rodeando la zona de castillos cercanos.
De hecho llega a dominar mas de 30 castillos entre toda la Serranía y la línea
de costa.
Desde este nido de águilas que era
la inaccesible fortaleza de Bobastro, situada no lejos de los llanos de
Antequera, Omar Ibn Hafsun tiene fácil acceso a las campiñas del Guadalquivir y
a la Vega de Granada, de modo que durante medio siglo tuvo en jaque a los
emires al-Mundhir y Abd Allah. Los próximos años se van a convertir en una
partida de ajedrez entre Omar Ibhn Hafsún y el emir de Córdoba, entre alianzas
con otros rebeldes, sobornos y falsas treguas y pactos con el propio emir de
Córdoba, llega un momento en que domina gran parte de la actual Andalucía desde
los límites con Murcia hasta Algeciras. Una época de apogeo empañada por
episodios negros como la masacre que produjo en Baena ó el engaño a los
habitantes de la ciudad de Priego.
En unos años el poder central
andalusí llegaría a sentir la clara amenaza que suponía el alzamiento de Omar,
hasta el punto de que los emires fueron incapaces de mantener el orden en estas
tierras ubicadas entre Ronda y Antequera. Las dificultades para la recaudación
de los tributos fueron pronto insalvables, pero lo que en un principio se
considero como una inaceptable insolencia y en un desafío, pronto se
convertiría en desafío hasta el punto de que incluso la propia ciudad de
Córdoba se sentiría amenazada por los rebeldes.
En el año 889 ibn Hafsun como
muestra de desprecio y desafío al Califato de Córdoba decidió convertirse al
cristianismo, lo que de algún modo supuso el principio del fin de su revuelta.
De manera que aquel hombre que llegó a ser tan poderosos y que gobernaba en las
coras de Rayya, Elvira y Jaén, y que era señor de poblaciones como Archidona,
Baeza, Úbeda, Priego y Écija empezaría a ver como muchos de sus partidarios,
muladíes sinceros a las creencias islámicas, le abandonaban y quienes no lo
hicieron comenzaron a recelar y desconfiar de él, pasando en poco tiempo de ser
visto como un héroe a ser visto como un villano y traidor entre su propia
gente. No hay que olvidar la enorme importancia que se le ha dado a lo largo de
la historia a la religión, que en muchos casos ha sido el motivo y la excusa
principal para emprender muchas guerras e infinidad de conflictos bélicos. Omar,
sin embargo, falleció cuando corría el año 917 sin haber sido vencido por sus
enemigos.
A partir del año 891, el emirato de
Córdoba comienza a recuperar terreno, comenzando por el castillo de Polley
(Aguilar de la Frontera) o la propia Écija, de la que Omar se ve obligado a
huir en burro, según cronistas de la época. Poco después caerá Estepa y ya en
903 la ciudad de Jaen. Antiguos aliados como los bereberes Jali de Cañete la Real, lo abandonan, sometiéndose éstos,
al emir de Córdoba.
Tuvieron que pasar diez años de la
muerte de Omar Ibn Hafsun para que Abd al-Rahman III fuera capaz de conquistar
Bobastro a sus hijos, que seguían encabezando la rebeldía. Sería ahora, tras
tomar la ciudad-fortaleza de Bobastro, cuando el emir se proclamaría
califa de al-Andalus. Se
dice que fue enterrado en Bobastro, de acuerdo con los ritos cristianos. Pero cuando
la ciudad fue tomada por Abd al-Rahman III el cuerpo del rebelde sería
desenterrado y trasladado a Córdoba donde sus restos fueron objeto de
exposición a la chusma y escarnio de su memoria, crucificando su cuerpo ya
cadavérico en las cercanías de la Mezquita hasta que, una crecida del
Guadalquivir, se lo llevó río abajo.
La iglesia rupestre de Bobastro, mas
que tratarse de una construcción propiamente dicha, se puede considerar casi
como una escultura, por estar excavada sobre un promontorio de arenisca de 18 x
9 metros, dentro de una planta basilical, con tres naves longitudinales
dedicadas a los fieles, los religiosos y los altares. Destacan en su
construcción los grandes contrafuertes (innecesarios en una obra tallada), los
arcos de herradura de la única pared conservada y la cabecera con tres ábsides,
el central con forma de arco de herradura y los laterales cuadrangulares.
También destaca el transepto, destinado a los ritos mistéricos propios de la
liturgia mozárabe, y las cancelas que separan las diversas naves y ábsides.
Todo ello tuvo que producir en su tiempo una sensación clara de
compartimentación del conjunto, en el que sobresale igualmente la
jerarquización de los espacios, que se adaptan al propio desnivel del terreno
que desde la cabecera del templo va descendiendo hasta sus pies. Debajo de la
basílica se intentó construir una especie de cripta, solo labrada en la roca en
una fase inicial, en la que posiblemente descansarían en su momento los restos
de Omar Ibn Hafsun. Cuenta también el edificio, con una interesante tribuna,
situada en la planta superior, a un nivel más elevado (más cerca del Reino
Celeste), labrada también en la roca y decorada con bellos arcos de herradura
por los que en su día entraba la luz en la sala.
El montículo de arenisca presenta
una cripta a los piés de la iglesia y bajo la cabecera, el inicio de una puerta
o pasillo que nunca se culminó. Las obras pudieron inciarse a finales del s.
IX, en torno al año 890.
A su vez esta iglesia estaba adosada
a un monasterio del que se conservan paredes y sillares, así como elementos
excavados que demuestran la existencia de una construcción en torno a un patio
central, seguramente el claustro, donde se ubicó el gran aljibe, que se
llenaría con toda probabilidad con el agua de lluvia recogida a través de los
tejados. A su alrededor una serie de estancias donde se alojarían los monjes y
pequeños almacenes ó silos para cereales, profundos y rectangulares que
erróneamente se han identificado como tumbas. Muy probablemente este monasterio
habría sido construido antes de la llegada de Omar ibn Hafsun a estos parajes,
continuando una tradición eremítica que se remontaba a tiempos antiguos. El
conjunto monástico estaba fortificado y de las bases de sus murallas y torres
se conservan todavía vestigios muy interesantes.
Gerardo
hizo mucho hincapié en que el interés de esta iglesia mozárabe de Bobastro
radica en que, hasta el momento, es la única muestra arquitectónica que puede
definirse como puramente mozárabe, puesto que se trata de un templo levantado
por la comunidad cristiana durante el dominio musulmán y en territorio califal.
El templo está perfectamente orientado
hacia oriente, tiene una longitud de unos 17 metros por algo más de 10 metros
de ancho. Estas dimensiones puede parecer exiguas, pero tratándose de una
construcción que fue realizada horadando la roca tiene un valor inestimable.
En efecto, al rodearla por el oeste, la
forma natural de la piedra se va transformado en un conjunto de muros, arcos de
herradura y pilastras talladas en la roca, de forma que el gran peñón que vemos
desde el sur se convierte en su cara norte en los restos muy definidos de una
iglesia de tres naves formando un conjunto monolítico excavado en la roca,
sobre la que también se ha tallado un amplio patio en el que se conserva un
aljibe y restos de otras edificaciones de servicio.
Finalizada la última explicación sobre la
iglesia, el mismo Gerardo se ofreció para hacernos la foto de grupo con
numerosas cámaras que le fueron entregadas.
5ª parte: de la iglesia rupestre de Bobastro hasta la
Estación del Chorro (Mesa de Villaverde, sector oriental de la sierra del
Almorchón)
Este
tramo que se describe a continuación sale de las dos rutas que se describen en
dicha guía, concretamente en la ruta Nº8: Mesa de Villaverde; De la iglesia
rupestre de Bobastro al Mirador de la Encantada y la ruta Nº 10: De la barriada del Chorro a la Mesa de Villaverde.
Para evitar regresar a la carretera y vernos obligado a caminar
por la misma un kilómetro, Gerardo, con buen criterio y generosidad nos
autorizó para continuar ladera arriba por el roquedal que hay al este del
templo, llegando en unos en unos instantes instante al pinar que hay ladera
arriba, donde zig-zagueando un poco sobre la ladera se alcanza rápidamente la
carretera, habiéndonos ahorrado un buen trecho por la misma, que tan sólo
tenemos que cruzar, para volver a atrochar ladera arriba, viniendo a salir
directamente a la parte alta de la Mesa de Villaverde donde nos encontramos con
el curiosísimo embalse superior de la encantada, que fuimos rodeando por la
izquierda, caminando sobre la pista de hormigón que marca su perímetro, el
viento era intenso y se levantaban pequeñas olas sobre la superficie, pero al
mismo tiempo esto propició durante toda la jornada unos cielos cristalinos que
nos permitían volver a disfrutar con nuevas perspectivas de gran parte del
conjunto de los tajos iluminados por el sol de la tarde de oeste a este: tajos
ballesteros, peñón del Cristo, tajo del Estudiante, monte Huma, Pedrera de los
Castillejos, el picudo cerro de Los Hornos y mas hacia el este gran parte del
arco calizo desde El Torcal hasta La Maroma, pasando por la peña negra y el
Chamizo Alto.
Corría el año 1970, cuando de construye
sobre el río Guadalhorce el salto denominado Tajo de la Encantada, consistente
en la central hidroeléctrica reversible mas grandes de España, concretamente de
360 MW de las denominadas de ciclo puro, es decir, que el mismo volumen que se
bombea desde el embalse inferior o contraembalse al embalse superior es el que
posteriormente recorre el camino inverso produciendo energía, ya que el embalse
superior no recibe más aportación que la suministrada por el bombeo. Durante
las noches, cuando la energía es menos costosa, esas turbinas se convierten en
motores de impulsión y el agua del vaso inferior se bombea al superior. Al día
siguiente, el proceso vuelve a empezar desaguando el agua bombeada. El negocio
está en la diferencia de precio de la electricidad diurna y nocturna.
En
el situado en la cota inferior existen varias turbinas generadoras de
electricidad que funcionan con la presión del agua que proviene del vaso superior.
Presa de Villaverde o contraembalse de la Encantada, que estábamos rodeando en
aquel momento hasta que una valle nos cortó el paso para completar el rodeo que
estábamos realizando por el borde del mismo. No obstante, desde este mismo
punto ladera abajo, es decir, hacia la izquierda del mismo, accedimos a través
de un terraplen bastante asequible a la pista terriza por donde discurre el
GR.E-7 y gran senda de Málaga, que nos devolvería durante un corto trecho hasta
la pista de cemento que rodea el embalse que definitivamente abandonamos por un
sendero a la izquierda, que después de describir varios zig-zags inicia un
pronunciado descenso en dirección NE;
llevando a nuestra derecha la Cañada del
Lobo y a nuestra izquierda al principio la gran torreta de hormigón que hace de
vaso comunicante entre la presa inferior y superior a través de la gran
tubería que sube por el tajo de la Encantada, siempre a nuestra izquierda y mas
abajo, con algunos tajos plagados de tafonis, que nos hacen sentir como si
estuviésemos caminando junto a rocas de un fondo marino, como sin duda lo fue
todo este terreno en tiempos del Jurásico.
A todo esto el paisaje de los tajos
anteriormente mencionado a nuestros pies es sencillamente grandioso, hasta que
la pendiente, poco antes de llegar abajo comienza a suavizarse, llegando
dócilmente a las inmediaciones de la presa inferior del embalse de la
Encantaada, donde nos reagrupamos todos antes de completar el último kilómetro.
Una
vez reagrupados todos, atravesamos el puente-presa de la Encantada con el
impresionante telón de fondo de los tajos y desfiladeros que iluminados por los
rayos de la última hora de la tarde iban adquiriendo a veces un tono anaranjado
que fue tiñendo tan majestuoso paisaje hasta las inmediaciones de la Estación
del Chorro, donde incluso llegamos unos 10 minutos antes que el autobús que
inmediatamente nos llevó al inicio de la travesía, donde nos despedimos entre
fraternales saludos con la sensación compartida de haber disfrutado de otra
jornada muy intensa de gran belleza paisajística.
Muchísimas
gracias a todos los participantes por vuestra magnífica colaboración. Y gracias
a ti Valentín, siempre presente en nuestros corazones, por estar siempre ahí,
empujándonos cuando la pendiente se hace mas dura y el terreno masa dificultoso
Aunque son numerosas las localidades malagueñas que se atribuyen el lugar
de nacimiento de Omar Ibhn Hafun, entre el alto valle del Genal en la Serranía
de Ronda y algunas localidades de la Axarquía, parece ser que su padre Hafs,
que era un muladí de islamización reciente, descendiendo por vía paterna de un
conde visigodo llamado Alfonso. Se traslada desde la serranía de Ronda hasta la
localidad de Awta (actual Riogordo), donde edifica una iglesia en sus
propiedades, a pesar de ser musulmán. Concretamente cerca del actual cortijo de
Auta, donde parece ser que nació Omar, clásico punto de partida para la
ascensión al tajo Gómer.
Con dos hermanos menores Ayyub y Chafar, Omar se nos retrata como un
joven pendenciero que en una riña mata a un vecino, huyendo por consejo de su
padre a las ruinas de un antiguo castillo, que mas tarde se encarga de
reformar, sobre la Mesa de Villaverde. Pero una vez que se asienta la calma,
comienza a protagonizar junto a sus seguidores, saqueos a los campesinos de la
zona, hasta caer en mano del gobernador de Raya (Málaga), que tras azotarlo
severamente lo deja en libertad.
Nuestro protagonista busca probar fortuna en África, cruzando el estrecho
como polizón llegando a trabajar en una sastrería. Pero al poco tiempo regresa
a la península, concretamente en el 880 d.C., coincidiendo con una revuelta general
de varias zonas de Al-Andalus, organizada principalmente por muladíes,
enfrentados al estado cordobés, que los tenía machacados a base de impuestos,
sin tenerse en cuenta antiguos pactos que existían con la población cristiana.
Omar, con cuarenta hombres que le proporciona su tío, se dirige a
Bobastro, fortificándolo aún mas y al que se le van uniendo personajes de
dudosa reputación, con los que comienza a dar golpes de mano, incluyendo el
robo de una tienda perteneciente al gobernador de la cora de Rayya,
consiguiendo hacerse con plazas como Álora o Ardales, que se mantendrán leales
hasta su muerte.
Esta primera etapa considerada de “bandolerismo”, (por emplear un término
coloquial) finaliza en el año 883, cuando el emir Muhammad I, alarmado por la situación,
envía a uno de sus generales a pacificar los montes de Algeciras y de regreso
Bobastro. Omar Ibhn Hafsun, se entrega sin derramarse una gota de sangre y
marcha hacia Córdoba junto al general Haschim, dejando una pequeña guarnición
en Bobastro.
Omar se incorpora al servicio de la guardia de Muhammed I, participandoen
una aceifa por tierras del norte, contra Álava, llegando a destacar junto a
Pancorbo. A su regreso a Córdoba tiene un altercado con el prefecto de la
ciudad que al parecer lo tenía marginado, junto a los hombres que lo
acompañaban, dándoles peor comida y alojamiento que al resto de la guardia. Por
consejo del General Haschim, sale de Córdoba, regresando a Bobastro, donde
sorprende a la guarnición, quedándose con la concubina del oficial que se había
quedado al mando.
Desde la fortaleza de Bobastro, Omar, inicia una etapa de conquista de un
territorio propio, capturando una serie de plazas fuertes como son: Awta,
Comares, Mijas, Archidona, Casabermeja y Fuengirola. Se establece así, el territorio
base de Omar Ibhn Hafsun, estableciendo así una zona de influencia en torno al
mismo, mediante alianzas con otros rebeldes.
Omar aprovecha una tregua con el emir para levantar en armas a toda la
Serranía, atrayéndose a toda la población y las fortalezas de la zona. Así
mismo fortifica aún mas Bobastro, convirtiéndola en una fortaleza inexpugnable,
rodeando la zona de castillos cercanos. De hecho llega a dominar mas de 30
castillos entre toda la Serranía y la línea de costa.
Desde este nido de águilas que era la inaccesible fortaleza de Bobastro,
situada no lejos de los llanos de Antequera, Omar Ibn Hafsun tiene fácil acceso
a las campiñas del Guadalquivir y a la
Vega de Granada, de modo que durante medio siglo tuvo en
jaque a los emires al-Mundhir y Abd Allah. Los próximos años se van a convertir
en una partida de ajedrez entre Omar Ibhn Hafsún y el emir de Córdoba, entre
alianzas con otros rebeldes, sobornos y falsas treguas y pactos con el propio emir
de Córdoba, llega un momento en que domina gran parte de la actual Andalucía
desde los límites con Murcia hasta Algeciras. Una época de apogeo empañada por
episodios negros como la masacre que produjo en Baena ó el engaño a los
habitantes de la ciudad de Priego.
En unos años el poder central andalusí llegaría a sentir la clara amenaza
que suponía el alzamiento de Omar, hasta el punto de que los emires fueron
incapaces de mantener el orden en estas tierras ubicadas entre Ronda y
Antequera. Las dificultades para la recaudación de los tributos fueron pronto
insalvables, pero lo que en un principio se considero como una inaceptable
insolencia y en un desafío, pronto se convertiría en desafío hasta el punto de que
incluso la propia ciudad de Córdoba se sentiría amenazada por los rebeldes.
En el año 889 ibn Hafsun como muestra de desprecio y desafío al Califato
de Córdoba decidió convertirse al cristianismo, lo que de algún modo supuso el
principio del fin de su revuelta. De manera que aquel hombre que llegó a ser
tan poderosos y que gobernaba en las coras de Rayya, Elvira y Jaén, y que era
señor de poblaciones como Archidona, Baeza, Úbeda, Priego y Écija empezaría a
ver como muchos de sus partidarios, muladíes sinceros a las creencias
islámicas, le abandonaban y quienes no lo hicieron comenzaron a recelar y desconfiar
de él, pasando en poco tiempo de ser visto como un héroe a ser visto como un
villano y traidor entre su propia gente. No hay que olvidar la enorme
importancia que se le ha dado a lo largo de la historia a la religión, que en
muchos casos ha sido el motivo y la excusa principal para emprender muchas
guerras e infinidad de conflictos bélicos. Omar, sin embargo, falleció cuando
corría el año 917 sin haber sido vencido por sus enemigos.
A partir del año 891, el emirato de Córdoba comienza a recuperar terreno,
comenzando por el castillo de Polley (Aguilar de la Frontera) o la propia
Écija, de la que Omar se ve obligado a huir en burro, según cronistas de la
época. Poco después caerá Estepa y ya en 903 la ciudad de Jaen. Antiguos aliados
como los bereberes Jali de Cañete la
Real, lo abandonan, sometiéndose éstos, al emir de Córdoba.
Tuvieron que pasar diez años de la muerte de Omar Ibn Hafsun para que Abd
al-Rahman III fuera capaz de conquistar Bobastro a sus hijos, que seguían
encabezando la rebeldía. Sería ahora, tras tomar la ciudad-fortaleza de
Bobastro, cuando el emir se proclamaría califa de al-Andalus. Se dice que fue enterrado en Bobastro, de acuerdo con los ritos cristianos.
Pero cuando la ciudad fue tomada por Abd al-Rahman III el cuerpo del rebelde
sería desenterrado y trasladado a Córdoba donde sus restos fueron objeto de
exposición a la chusma y escarnio de su memoria, crucificando su cuerpo ya
cadavérico en las cercanías de la Mezquita hasta que, una crecida del
Guadalquivir, se lo llevó río abajo.
Simplemente espectacular!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar¿cuándo publicas el libro? Estoy deseando hacerme con el.
Un abrazo y felicidades.
Magnifica descripcion de la ruta.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarEn Decathlon Guadalmar, vamos a realizar un evento con Dani García (subcampeón de España de Ultratrail) el próximo sábado día 2 de Mayo a las 18:00h, en el que vamos a salir a probar las últimas novedades en relojes GPS.
Si estáis interesados, la inscripción es gratuita a través de Decathlon Sport Meeting, Facebook, o llamando a la tienda (952177020), en la sección de electrónica.
Saludos