lunes, diciembre 29, 2014

Sierra de Gilena y del Becerrero (Sevilla)

Capítulo 4: Programa 8 bosques mágicos de Andalucía Sierra de Juárez / Sierra de Becerrero (Sevilla)
Entorno: Sierra de Juárez y del Becerrero (Al norte de Gilena y sur de Estepa, Sierra Sur de Sevilla).
Cómo llegar: si venimos de Antequera, dirección Sevilla por la A-92,  hay que salirse a la altura de La Roda de Andalucía, tomando la salida 123, coger dirección Pedrera, dejando este municipio a la izquierda y poco después coger a la derecha y entrar en Gilena por la calle principal, atravesándola y ya casi al final aparcar los coches en una especie de rellano.
Viniendo desde Sevilla el desvío está a la altura del km 97 de la A-92, justo después de Aguadulce, ya veremos el desvío hacia Gilena (salida 97), unos 8 km antes de llegar a Estepa.
Desde Ronda o Cádiz y otros puntos al el sur de Gilena, la mejor referencia  Campillos - Sierra de Yeguas - La Roda de Andalucia-Pedrera y Gilena.Tipo de ruta : circular Longitud: 18 km
Desnivel: 450 m
Dificultad: Media (por la distancia, pues salvo a excepción de una cuesta puntual, las pendientes son suaves y tendidas).
Tipo de caminos: sendas y veredas
Mapa y bibliografía: Biblioteca secreta de Don Manuel Manzanares “El Cartógrafo de su Majestad”
Fecha de realización: sábado 27 de diciembre de 2014, cielos despejados con bajas temperaturas al inicio de la mañana, que apenas llegaron a los 11ºC al mediodía y tendencia a nubes de transición al atardecer.
24 participantes:
Desde la provincia de Córdoba vinieron Rafa “El Califa” (desde Cabra ) y Héctor “El Caimán de Puente Genil”, Mª Luisa “El Duendecillo de sierra Horconera” y sus amigos Anabel PLaza y Javi Serrano: desde Puente Genil.
Desde Sevilla: Ilde “El Vendaval del Moncayo”, El Indomable Jaime y Juan Enrique “El Profeta de Nervión”. Desde distintos puntos de la provincia de Málaga: “Rosa de la Comarca”, “Guillermina” que aquel día debutaba con nosotros como nueva socia al igual que Jorge “El Titán del Guadalevín”, Herminia “La Centella de O Cebreiro”, Miguel Fortes “El Duque de la Viñuela”; Paco “El Generoso” que batió el record de la cesta de navidad mas grande jamás vista en una ruta de senderismo, Eduardo “El Último Samurai”, Paco Jaime “El Marqués de Cáceres”, Ilse “La gacela de la Selva Negra”, Juan Ignacio Amador “El Comandante” y nuestros anfitriones de lujo Manuel Manzanares “El cartógrafo de su majestad” y su mujer Carmen “Galadriel”, que una vez mas nos volvieron a sorprender con esta ruta de coleccionistra que superó ampliamente todas nuestras expectativas.
Las sierras de Juárez y la vecina sierra del Becerrero está cubierta de parajes de gran interés paisajístico prácticamente desconocidos en comparación con otras sierras y parques naturales mucho mas visitados, como suele ocurrir en otras zonas, a esta sierra se la conoce popularmente con el nombre del pueblo que se asienta a sus pies. En este caso, se la conoce localmente como sierra de Gilena. Aunque técnicamente son mas bien, dos sierrezuelas unidas coorespondiendo la mayor parte de la sierra de Juárez a Gilena y la sierra del Becerrero al t.m. de Estepa y en menor extensión a Lora de Estepa y Pedrera.
En ambas sierras se suceden bosques de pino carrasco y piñonero, restos de encinares y acebuchal; que albergan numerosas especies de animales y plantas. Está protegida por el Plan de Protección Especial del Medio Físico de la Provincia de Sevilla, como " Complejo Serrano de interés Ambiental", con sus 3.910 has es un referente en la comarca. 
El punto mas alto corresponde a la sierra del Becerrero con 846 msnm, un cerro alomado que se encuentra asaeteado por antenas de repetición y que debido a las bajas temperaturas invernales en la zona, suele amanecer nevado, mas de una mañana cada invierno, así como algunas montañas mas bajas de la zona, como el cerro donde se encuentra el castillo de Estepa.
La vegetación predominante es el bosque mediterráneo con encinas, acebuches, coscoja, cornicabra, madroños y pinos de repoblación pero lo que la hace un área relevante son sus especies rupícolas que se refugian en los cortados calizos entre los que destacan el "Rupicapnos africana" y "Narcissus fernandesii" en peligro de extinción. En cuanto a las especies de fauna destacan  por su variedad, las aves, teniendo como principales a las rapaces: Aguila Perdicera y Culebrera, Búho Real, Cernícalo Primilla y Halcón Peregrino y otras como Piquituerto, Collalba Negra, Pito Real, Vencejo Real, por citar algunas. En definitiva, una sierra de media o baja montaña, pero no por ello, menos interesante y que sorprenderá a muchos.
Desde el punto de encuentro ya corría con generosidad el Anis del MOno que había traido Paco Jaime "El Marques de Cáceres" 
Breve descripción de la ruta:
Como punto de referencia para el inicio y final de esta ruta nos dirigimos a la salida del pueblo de Gilena, justo al inicio de la carretera A-353 que nos llevaría hasta Estepa. Pues bien en el margen izquierdo de la carretera se encuentra un curioso recinto vallado que alberga dos de los símbolos principales de esta localidad por una parte: la ermita de Nuestra Señora de la Salud (Patrona de Gilena) y por otra parte, un cuidado parquecito con su estanque, su bar y sus patitos, donde e encuentra el manantial que allí se conoce como “El Ojo”, fuente pública que suele dar muy buen agua, manteniendo un caudal regular todo el año. 
Este manantial está considerado como nacimiento del arroyo de Gilena, que en su curso de Este a Oeste atraviesa las calles por medio de zanjas y desagua en el Salado de Osuna. Alrededor de su nacimiento hay un parque de ocio con abundante vegetación autóctona. De las aguas del "Ojo de Gilena" se utilizaba su energía hidráulica para mover los molinos de harina que construyeron los árabes a lo largo de la ribera, que una vez reconquistada la zona por los cristianos, estas tierras pasan a la Orden Militar de Santiago, siendo muy codiciados los molinos y huertas de Gilena por los alcaldes y comendadores para sus mayorazgos. Aunque es en el siglo XVII cuando realmente se origina el núcleo de población que llega hasta nuestros días.
Volviendo a la descripción de la ruta, si nos ponemos frente a la fachada de la ermita, en cuya esquina nos encontramos con el tradicional buzón amarillo de correos, la ermita hace de cuña entre dos calles, una calle a su izquierda, que será por donde llegaremos, completando el trazado circular y otra a la derecha, que es la carretera propiamente dicha Gilena-Estepa A-353, por cuyo margen izquierdo iniciaremos los primeros 400 m de recorrido, feo inicio, pero en ocasiones  inevitable con la compañía del asfalto. No es caro peaje, pues dejaremos atrás la carretera en escasos 5 minutos, tan pronto, tomamos a la derecha el Camino del Caño, una pista terriza que discurre paralela a una cantera de áridos que llevamos a nuestra izquierda. Al principio la pista llanea y poco después comienza a ganar altura, estando atentos a un sendero que sale a nuestra izquierda y se adentra en el olivar, llegando en escasos minutos a un joven bosque de pinos de repoblación. 
Encontrándonos con un cruce de balizas con el membrete “Red de senderos de la Sierra de Gilena”, coincidiendo nuestra trayectoria con la baliza que indica “Mirador” y que a partir de aquí nos llevará en tendida ascensión, en dirección N-E, el sendero está muy bien marcado, la mayor parte del tiempo caminamos bajo la sombra de los pinos, a veces los zig-zags son tan cerrados que podemos atrochar ladera arriba, siempre con cuidado de no pisar los preciosos lirios morados y narcisos blancos (Narcicus Papyraceus) que se alternaban con los lirios en los márgenes del camino.
No tardamos en salir a una pista terriza, que viene a cruzarse en nuestra trayectria y que tomaremos durante un corto trecho a nuestra izquierda, pero la abandonamos tan pronto llegamos a una curva cerrada de derecha, para tomar un marcado sendero, que continúa ladera arriba, caminando de nuevo bajo la sombra de los pinos, manteniéndonos en paralelo a una pequeña cañada y encontrándonos de vez en cuando con algunas flechas rojas pintadas en alguna roca que coinciden con nuestra trayectoria.
Conforme vamos llegando a la parte alta de la loma el bosque se va despejando y los páramos con matorral bajo, típicos de cotos de caza menor, se alternan con pequeños bosquetes o pinos mas dispersos, llama la atención de rocas calizas dispersas por la loma y a veces amontonadas artificialmente, durante un buen rato, las antenas de repetición sobre el punto mas alto de la sierra de Becerrero, se nos antojarán relativamente cercanas a menos de dos kilómetros a nuestra derecha. 
No obstante, nuestro guía “El Cartógrafo de su Majestad” desaconsejó ampliar la ruta hasta este punto para evitar un tramo de 1 km y otro de ida por un tramo de pista asfaltada que le restaría encanto, sin que el entorno, superar en belleza a lo que aún nos quedaba por lo tanto, y siendo estos días tan escasos de horas de luz, fuimos a lo práctico.
Durante un corto trecho fuimos descendiendo hacia una cañada que llega hasta la cercana localidad de Estepa, si bien esta localidad no llega a verse en todo el recorrido. La localidad que sí podíamos contemplar desde este punto era, de nuevo, Gilena a nuestra izquierda, al S-O de nuestra posición. Tras la cañada, nueva ascensión, siempre de perfil suave, esta vez llegando hasta la parte alta de la Loma de Las Flores, donde nos encontramos con una curiosa torre metálica de vigilancia contra incendios.
Desde esta loma, volvimos a descender esta vez de forma mas pronunciada y zigzagueante, viniendo a salir a la altura de una curiosa cada de piedra, junto a la carretera Ginela-Estepa A-353, entre los kilómetros 4 y 5, tomando la carretera a nuestra derecha y caminando por ella unos 200 m dirección Estepa, dejándola para adentrarnos por una pista terriza, mediante la cual comenzamos  adentrarnos en la sierra de Juárez. La pista discurre por el perímetro del bosque, de manera que la mayor parte del mismo lo llevamos a nuestra izquierda y a la derecha queda una ancha vaguada salpicada de retamas, unos 300 m mas allá de donde la pista terriza se convierte en vereda, decidimos almorzar en una zona soleada junto a unas retamas en el margen del camino.
Después del almuerzo con dulces navideños, bebidas a gogó y hasta gominolas de postre, continuamos la caminata con perfil prácticamente llano, asando junto a algunos pinos de grandes dimensiones, y después de atravesar una pequeña cañada, afrontamos el tramo de subida mas pronunciado de toda la ruta se trata de la Loma de Los Colchones, a caballo entre la linde de Estepa cuyo término municipal queda a nuestra derecha y el de Gilena que va quedando a nuestra izquierda, entre villancicos risas y bromas se fue demorando la cola del grupo hasta reagruparnos en una zona llana, previa al mirador de la Acebuchosa, emblemático enclave de la ruta, que da vistas hacia la localidad de Gilena a nuestros pies, allí nos encontramos con varias balizas de la red de senderos de la sierra de Gilena, pero nosotros nos desviamos a nuestra derecha, pasando junto a una antigua era de grandes dimensiones y continuando el sendero ladera arriba, que en suave perfil zigzagueante nos lleva hasta la cumbre de la Acebuchosa propiamente dicha, unas barandillas de madera hacen las veces de balconada con vistas a la campiña sevillana donde podemos contemplar al norte la localidad de El Rubio y al oeste las localidades de Aguadulce y parte de Osuna. Junto a estas barandillas de maadera nos encontramos con un elaborado poste, donde se ha colocado una buena colección de tablillas que en las correspondientes direcciones, lo mismo nos señala: Veleta a 172 km dirección ESTE, que cataratas de Iguazú 18.753 Km dirección suroeste o Noruega 6.124 km al norte.
La elaborada colección de tablillas bien merecen la foto de rigor, así como los restos del refugio de piedra que nos encontramos unos metros mas arriba, tras el cual se encuentra la base cuadrangular de cemento del desaparecido vértice geodésico (que tal vez haya sido derribado por un rayo o tal vez por algunos vándalos). 
Allí nos hicimos otra foto de grupo, esta cumbre tiene la peculiaridad de estar colonizada por el bosque de pinos que es el gran protagonista de la ruta, por lo que las mejores vistas del entorno las obtenemos hacia el norte y el oeste desde las mencionadas barandillas. Y hacia el sur desde el mirador de la Acebuchosa, al que regresamos en escasos minutos, esta vez descendiendo a través de un sendero, parcialmente cubierto por un curioso sistema de peldaños de madera, reforzados con una alambrada (imaginamos que para frenar su deterioro).
De regreso al mirador de la Acebuchosa, la inevitable foto de grupo con Gilena allí abajo, casi a tiro de piedra y Pedrera, algo mas alejada en la misma trayectoria. 
Podríamos haber tomado la pista terriza, conocida como el camino de Los Corralones, que en menos de un kilómetro de descenso rectilíneo, nos hubiera llevado directo a Gilena, pero como la ruta era de perfil suave y aún quedaba luz suficiente. Seguimos con el plan previsto, de regresar sobre nuestros pasos a la Loma de Los Colchones, desviándonos poco después hacia la derecha, dirección N-E, es decir, casi en sentido contrario a Gilena, adentrándonos de nuevo en el denso pinar de la sierra de Juárez, por donde los rayos de sol de la tarde se filtraban entre las copas de los pinos, regalándonos curiosos juegos de luces y sombra, que alternado con el color claro de las abundantes rocas dispersas en los márgenes del sendero, de caprichoso trazado zig-zagueante, nos recordaba a ese otro pinar con mucho encanto, donde se encuentra el camping de Villanueva del Trabuco entre las sierra Gorda y la sierra de San Jorge. 
En dirección, N-E, caminamos cerca de kilómetro y medio, girando casi 160º a la derecha, comenzando a caminar en dirección SUR, casi en línea recta con el mismo tipo de paisaje, pero de perfil descendente, hasta llegar al lugar donde unas barandillas de madera, marcan el perímetro del bosque de pinos y comienza el olivar, que rodea a la localidad de Gilena, donde llegamos bajo la luz de la tarde con la silueta de la crestería de la sierra del Torreón al sur de nuestra trayectoria, hasta ponernos a la altura de las casas de Gilena, entrando por la calle que nos llevaría de nuevo hasta el Manantial del Ojo, junto a la cercana ermita de Nuestra Señora de la Salud.

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