Cómo llegar a Guejar Sierra:
Una vez en la
circunvalación de Granada hay que buscar siempre en dirección a Sierra Nevada (A-395).
En el túnel
donde ya se separan las direcciones hacia La Alhambra (izquierda) y a Sierra
Nevada (de frente), continuamos por el carril derecho, siguiendo siempre la
carretera principal que continúa después del túnel, dirección Sierra Nevada, se
trata de la A-395 a Sierra Nevada/Pinos
Genil.
3,5 km.
mas allá del túnel, tomamos la salida que nos indica Güejar Sierra, cruzaremos por encima del rio Genil, que a
partir de este momento quedará a nuestra derecha y enlazamos con la A-4026 , a la altura de Cenes de la Vega, tomando a la derecha dirección Güejar
Sierra.¨
POco después pasamos por Pinos Genil, donde viven y nos encontramos con un desvío a la
izquierda que nos mete en la tortuosa carretera GR-3200 ya en dirección a Güejar
Sierra, una vez aquí ya no hay margen de error (¡ojo!, no tomar el desvío hacia
Quentar).
Cómo llegar al inicio de ruta, que podemos situar junto
a la antigua presa de "La
Fabriquilla", cola del embalse de Canales (Güejar Sierra):
Nada más entrar
en la primera calle de Güejar Sierra, nos encontramos con una bifurcación,
tomando nosotros el ramal de la derecha. El izquierdo nos llevaría al centro
del pueblo. Tomamos este ramal a la derecha en suave descenso, inmediatamente a
la izquierda. Y a escasos metros ya nos encontramos con las primeras
indicaciones de Vereda de la Estrella, Restaurante Maitena o Restaurante
San Juan, en principio todas son buenas, sirva como referencia que pronto
empezamos a descender, pero a penas 200 m mas allá de haber dejado atrás el
núcleo urbano de Güejar Sierra, tomaremos el ramal de carretera que desciende a
la derecha y que en pronunciados zig-zags nos lleva en apenas cinco minutos a
la cola del embalse de Canales, lugar conocido como "El Embarcadero",
a escasos 50 m del restaurante "La Fabriquilla".
Y es que en la
Andalucía rural del siglo XX, a la mayoría de centrales eléctricas ya fueran
grandes o pequeñas, más o menos modernas o rudimentarias se las conocía en cada
pueblo como "Fábrica de Luz" o "La Fabriquilla".
Ficha descriptiva de la ruta: Sábado 19 de
agosto de 2017
Distancia aprox.
10 km (5 km ida + 5 km vuelta) si la
iniciamos desde el Embarcadero. 12 km si la iniciamos desde el pueblo de Güejar
Sierra
Duración: el sendero del Tranvía se puede realizar
fácilmente en dos horas o menos. Ahora bien, si pretendemos regresar por dentro
del río el trayecto de vuelta puede llevar entre 4 y 5 horas a lo que habrá que
añadirle el tiempo de paradas para tapeo, almuerzo, cervecitas, café, etc...
Tipo de recorrido: lineal (paralela:
ida por sendero, retorno por el río)
Dificultad: Ida : Muy Fácil, Vuelta por el río:
Medio/Fácil, siempre y cuando vayamops con calzado adecuado (siempre recomendamos
botas de trekking, las más baratas son ideales).
Fecha de realización: sábado 19 de
agosto
Participantes: Fali Molina, Paqui Bravo, Alicia,
Fran, Mago Luna, Isabel Torres, Cris Sa To, José Antonio, Silvia Meilán, Yoli, Ramiro, Sonia, Esme Bergado,
Beatriz, Arnaud "Nono", José Manuel Vázquez, Rafael García, Eduardo Campos, Rafael Quirós, Jorge "El Titán del Guadalevín" y un servidor: Juan Ignacio Amador.
A tener en cuenta:
1º) Nosotros
planteamos esta ruta realizando la ida por el recién recientemente recuperado
sendero del Tranvía de Sierra Nevada entre la Fabriquilla y el Barranco San
Juan. Y el retorno, la mayor parte del trayecto por dentro del mismo cauce del
río Genil, que en verano discurre muy dócil y similar en caudal a otros ríos de
Sierra Nevada como el Dúrcal, Dílar, Monachil, etc...
2º)
Si realizamos esta ruta en verano se recomienda llevar bañador y
preferiblemente botas de trekking para progresar por un cauce muy rocoso (pero
no complicado, salvo unos cuantos tramos puntuales, que siempre podemos evitar
por fuera). Llevar un bote
estanco nos servirá para proteger cámars, comida, móvil, llaves, etc...
3º) Para rutas de ríos no lleves núnca una zapatillas viejas o en mal estado, como hice yo (ese día) que fuí gilipollas. En caso de dudas, lo mas socorrido son unas botas de trejkking de las baratitas (con esas núnca te equivocas).
4º) Debido a los
numerosos bares/restaurantes que nos vamos encontrando a lo largo del río y a
su sana costumbre de servirte una tapita gratis por cada cerveza. No merece la
pena traerte comida a esta ruta. Tan sólo agua para cuando la necesites, porque
cada dos kilómetros o menos tienes uno o dos bares en la misma orilla, con su
correspondiente piscina fluvial y área recreativa, donde podemos almorzar y
disfrutar de unas buenas cervezas Alhambra (y otras marcas) a precios más que
razonables, que harán de esta ruta una auténtica gozada paisajística y
gastronómica.
5º) En verano es
bueno añadir al botiquín pomada para las picaduras de insectos. Unas mallas
largas, nos pueden evitar (o amortiguar) picaduras de insecto, especialmente de
tábanos.
6º) No olvides
llevar muda de calzado y ropa cómoda para cambiarte al final de la ruta.
El impulsor de
este importante proyecto fue Julio Quesada Cañaveral y Piédrola: Duque de San
Pedro de Galatino, Conde de Benalúa y de las Villas y Señor de Láchar, un
hombre adelantado a su tiempo, polifacético en sus actividades y siempre
inmerso en proyectos empresariales que buscaron el despegue económico de la
provincia granadina. Fue el promotor del Hotel Alhambra Palace, de gran lujo
para su tiempo e inaugurado en 1910 por el rey Alfonso XIII, amigo personal del
duque.
El tranvía fue
inaugurado el 20 de marzo de 1925, con todas las
comodidades del momento, siendo el primero de España en disponer todos sus
servicios de corriente eléctrica, cuya limpieza y rapidez eran el éxito de los
hoteles de Suiza, energía que era dispensada por la sociedad fundada en 1921
por el duque “San Pedro. Eléctrica del Maitena”. Fue uno de los pioneros en lo
que a ferrocarriles españoles de montaña se refiere, junto con el ferrocarril
Eléctrico de Guadarrama y el cremallera de Ribes de Freser a Nuria (único que
continúa en funcionamiento).
Destacó por su
carácter eminentemente turístico, con la finalidad de mostrar al público en
general las bellezas del macizo penibético a través de un medio de transporte
colectivo y generar riqueza a raíz del creciente interés por las actividades de
ocio relacionadas con la montaña, mediante la construcción de hoteles y
albergues, siguiendo el ejemplo de los mejores establecimientos suizos del
momento. Hablamos de los felices años
20. Algo muy novedoso y vanguardista para aquella Andalucía eminentemente rural
de la época.
La principal
finalidad de este tranvía turístico, era la de acercar a los habitantes y
turistas de Granada hasta Sierra Nevada, cuyos caminos de accesos no estaban
aún preparados para los precarios y escasos medios de transporte de la época.
La línea unía Granada capital con la Estación de Maitena, y más tarde
prolongaría su recorrido hasta la Vegueta del Caracol (Barranco de San Juan).
El servicio se efectuaba inicialmente cada dos horas, con dos coches en la
línea, desde las seis de la mañana a las diez de la noche. El trayecto más
largo, el de Granada capital hasta la Vegueta del Caracol (Barranco de San
Juan), costaba 2,50 pesetas
De todos los
tranvías granadinos, éste fue el más popular, con un recorrido que permitía a
sus viajeros contemplar paisajes pintorescos increíbles. Pocos tranvías del
mundo en aquella época recorrían un trayecto tan accidentado, cruzando túneles
abiertos en roca, corriendo audaz por el borde de abruptas laderas y salvando
puentes.
El trayecto de nueve kilómetros, entre Pinos Genil y la estación de Maitena, era el más espectacular,
atravesando catorce túneles y más de veinte puentes. El tranvía circulaba junto
a preciosos bosques de ribera por Cenes de la Vega, Pinos Genil, el tajo de las Palomas, la
Cueva del Diablo, el Púlpito de Canales, la Cueva del Agua, El Túnel de la
Alcuza, Güejar Sierra, La Fabriquilla, Maitena, El Charcón y la Vegueta del Caracol (barranco San Juan). Denominado "del Caracol" porque al ser la última parada, fin de trayecto, era donde el tranvía daba la vuelta, aunque tal y como nos contó Alberto San Miguel, vecino de Güejar Sierra conocido como "Chumbo", conductor de tranvías en la última época. Nos contó, que no es que diera la vuelta, sino que el conductor se pasaba de la parte de delante a la de atrás, que pasaba a ser la parte frontal en el camino de regreso a Granada, que al ser cuesta abajo, la mayor parte del trayecto, solían hacerlo con el freno de mano quitado para ahorrar electricidad.
Pero con la construcción de la
carretera de Granada a Prado LLano y la proliferación de los automóviles que
cada vez llegaban a más hogares, el tranvía fue perdiendo popularidad, cada vez
se usaba menos. Para colmo, cinco kilómetros de trazado- quedarían afectados por coincidir con las instalaciones del trasbase, para el abastecimiento de agua
potable para Granada capital desde el embalse de Quentar. De manera que el
último viaje se realizó el 19 de enero de 1974, si bien hay quien dice que fue el 14 de febrero.
La proyección del embalse de Canales, y el comienzo de sus obras que afectarían a varios kilómetros de su trazado, fue la puntilla
definitiva para que este romántico tranvía pasara definitivamente a ser historia.
También nos contó que los mineros de la Estrella y La Probadora iban acarreando el mineral hasta un silo que tenían instalado en la Vegueta del Caracol y cada cierto tiempo el material era transportado a Granada acarreado por el mismo tranvía, que de este modo justificaba aún mas su buen servicio no sólo a la ciudadanía, sino a la minería.
El
tranvía fue una gran pérdida para los municipios de la Vega y alrededores entre
los que destacaba el de la sierra por su incomparable recorrido. no quiere
decir que los demás no tuvieran su encanto y sus muchas anécdotas entre sus
pasajeros como se relatan en el libro historia de Huétor Vega ,el de la sierra
fue el más bonito de todos por sus paisajes y por lo bien que se lo pasaba la
gente los fines de semana en la estación de Maitena tanto si era en el invierno como
si era en el verano en esta ruta.
Resumen del recorrido de ida:
Siguiendo las instrucciones de una chica policía local dejamos los coches aparcados lo mas apartado posible del carril por donde va a pasar una carrera ciclista en los próximos minutos, mientras un par de bueyes pasan guiados por un señor y su hijo.
Estamos en el denominado "Embarcadero", desde aquí parte una carretera comarcal, que cruza el Genil y en cerrados zig-zags va ganando altura hasta enlazar con la carretera de Sierra Nevada a la altura del km 23 Centro Visitantes El Dornajo y continía por un segundo ramal que viene a salir a la altura del km 32 Centro Operativo Las Sabinas, a tan sólo 4 km de la Hoya de la Mora.
Comenzamos a caminar dejando a nuestra derecha el restaurante La Fabriquilla, construido a base de piedra, al igual que la mayoría de los restaurantes que junto con el verdor de la arboleda en torno al río Genil enriquecida por el trinar de los pájaros y las aguas cantarinas, y el escarpado ambiente de montaña nos traslada a latitudes pirenáicas o mas típicas de picos de Europa.
No tardamos en encontrarnos con los primero paneles informativos, meticulosamente colocados por el Ayuntamiento de Güejar Sierra, que con gran acierto ha recuperado este sendero en cuyos paneles se nos explica de forma muy didáctica e ilustrativa cómo se llevó a cabo el proyecto del Tranvía de la Sierra, su apogeo, funcionamiento, anécdotas y declive hasta su desaparición.
Pronto pasamos por el primer túnel excavado en roca viva, con las rudimentarias herramientas de principios de siglo XX y la fórtaleza física y mental de nuestros abuelos y bisabuelos.
Así como huecos abiertos en la montaña para posibilitar el trazado de la línea estrecha por la quie circulaba el tranvía, de la que aún se conservan algunos vestigios, como prueba fehaciente de aquel romántico tranvía que circulo por este mismo lugar entre 1925 y 1974.
Como ya hemos comentado anteriormente, el tranvía también se utilizaba regularmente para remolcar el mineral de cobre, hierro, plomo, plata y hasta algunas betas de oro, que se extraían de las minas de la Estrella y La Probadora, pero estas minas se dejaron de explotar cuando el tranvía ya comenzó a considerarse deficitario, de mediados de los 50 en adelante, cuando los coches comenzaban a llegar cada vez a mas hogares y los antiguos caminos forestales se convertían en carreteras, que ya llegaban a Prado LLano. En lo que al mineral se refiere, el Ministerio de Industria también comenzó a declarar estas minas deficitarias, desde el momento que el coste del transporte del mineral, sumado al sueldo de los mineros y el material requerido para su extracción, ya igualaba o superaba la cantidad de dinero que se pagaba por el mineral.
Siguiendo las instrucciones de una chica policía local dejamos los coches aparcados lo mas apartado posible del carril por donde va a pasar una carrera ciclista en los próximos minutos, mientras un par de bueyes pasan guiados por un señor y su hijo.
Estamos en el denominado "Embarcadero", desde aquí parte una carretera comarcal, que cruza el Genil y en cerrados zig-zags va ganando altura hasta enlazar con la carretera de Sierra Nevada a la altura del km 23 Centro Visitantes El Dornajo y continía por un segundo ramal que viene a salir a la altura del km 32 Centro Operativo Las Sabinas, a tan sólo 4 km de la Hoya de la Mora.
Comenzamos a caminar dejando a nuestra derecha el restaurante La Fabriquilla, construido a base de piedra, al igual que la mayoría de los restaurantes que junto con el verdor de la arboleda en torno al río Genil enriquecida por el trinar de los pájaros y las aguas cantarinas, y el escarpado ambiente de montaña nos traslada a latitudes pirenáicas o mas típicas de picos de Europa.
No tardamos en encontrarnos con los primero paneles informativos, meticulosamente colocados por el Ayuntamiento de Güejar Sierra, que con gran acierto ha recuperado este sendero en cuyos paneles se nos explica de forma muy didáctica e ilustrativa cómo se llevó a cabo el proyecto del Tranvía de la Sierra, su apogeo, funcionamiento, anécdotas y declive hasta su desaparición.
Pronto pasamos por el primer túnel excavado en roca viva, con las rudimentarias herramientas de principios de siglo XX y la fórtaleza física y mental de nuestros abuelos y bisabuelos.
Así como huecos abiertos en la montaña para posibilitar el trazado de la línea estrecha por la quie circulaba el tranvía, de la que aún se conservan algunos vestigios, como prueba fehaciente de aquel romántico tranvía que circulo por este mismo lugar entre 1925 y 1974.
Como ya hemos comentado anteriormente, el tranvía también se utilizaba regularmente para remolcar el mineral de cobre, hierro, plomo, plata y hasta algunas betas de oro, que se extraían de las minas de la Estrella y La Probadora, pero estas minas se dejaron de explotar cuando el tranvía ya comenzó a considerarse deficitario, de mediados de los 50 en adelante, cuando los coches comenzaban a llegar cada vez a mas hogares y los antiguos caminos forestales se convertían en carreteras, que ya llegaban a Prado LLano. En lo que al mineral se refiere, el Ministerio de Industria también comenzó a declarar estas minas deficitarias, desde el momento que el coste del transporte del mineral, sumado al sueldo de los mineros y el material requerido para su extracción, ya igualaba o superaba la cantidad de dinero que se pagaba por el mineral.
Una de los hitos
mas emblemáticos de este bonito y dócil itinerario (ideal para hacer con niños) es la antigua estación de Maitena, reconvertida hoy en el restaurante mas bonito y mejor reformado de todos los que nos vamos a encontrar a lo largo del recorrido. Y que al igual que la mayoría de restaurantes de este tramo del alto Genil, cuenta con su propia piscina fluvial y su área recreativa. De todas ellas la mas grande y emblemática es la del restaurante Maitena, que por cierto también nos ofrece la posibilidad de usar sus aseos, de uso teóricamente exclusivo para clientes.
Pero como pasábamos a primera hora de la mañana y a penas había nadie permitieron usarlo sin problemas a quien lo necesito (un lujo inaudito en la mayoría de nuestras rutas).
Después del restaurante Maitena, el siguiente hito es una tubería de conducción de agua que pasa por encima del río y a renglón seguido, la pista terriza por la que vamos, se desdobla, teóricamente continúa por el ramal de la izquierda, pero nosotros tomamos el de la derecha que momentáneamente nos acerca hasta el río, conduciéndonos hasta un angosto puente de hormigón por donde el camino continúa ascendiendo y llega hasta el antiguo Seminario Diocesano, el cortijo Serón y la ermita de Nuestra Señora de las Nieves.
Pero nosotros nos mantenemos en todo momento, cerca del cauce del río eEnil e incluso bajamos en algunos puntos hasta él para hacernos una foto sobre un tronco caído sobre su cauce.
Volvemos al camino principal llegando al segundo túnel, aquí se nos presentan dos opciones, el ramal de la derecha, que nos lleva hasta la orilla contraria del Genil, por donde podemos continuar hasta el barranco de San Juan o bien, continuar por el camino tradicional, que pasa por el túnel y nos lleva hasta el restaurante El Charcón, que durante muchos años fué la última estación del tranvía antes de que la línea fuera ampliada hasta la Vegueta del Caracol (a la altura del Barranco de San Juan), para colaborar con la extracción del mineral.
Después del reataurante El Charcón, ya escogimos la opción de cruzar por un puente al otro lado del río Genil, de manera que desde ese punto ya quedaría a nuestra izquierda, disfrutando de ese modo de nuevas perspectivas, con los escarpes rocosos, puentes colgantes, restos de antiguos cortijos o grandes casas
forestales, como la que aún se mantiene en muy buen estado, cerca de la Vegueta del Caracol, con su huertecito, donde nos encontramos con Alberto San Miguel "Chumbo", el vecino de Güejar Sierra, que llegó a ser conductor de tranvías en la última época y que entre otras anécdotas ya mencionadas en el apartado de la historia del tranvía, nos comentó que esa casa fué construida por Sevillana de Electricidad con el visto bueno de la administración para los operarios de las pequeñas centralitas de la zona.
Cuando estas cayeron en desuso la casa era utilizada como lugar de vacaciones o para pasar fines de semana, por parte de los trabajadores de Sevillana-Endesa que lo solicitaban, hasta que hace unos años se la compró Medio Ambiente y desde entonces hace un poco las veces de cuartel general de los agentes del Medio Ambiente, de los que se quejaba amargamente, porque dice que ahora se la pisan con papel de fúmar y le llaman la atención por desbrozar una zarza que le obstaculizaba el camino de acceso (o el paso de senderistas). También nos comentó que en paralelo al sendero que traíamos discurría otro sendero llamado del Arrecife que enlazaba con la Vereda de la Estrella.
Una vez que llegamos a la altura del Barranco de San Juan disfrutamos de la primera sesión de baños y de las primeras cervecitas servida con tapitas gratis de un riquísimo chorizo en el restaurante San Juan, donde tantas veces hemos brindado en el final de ruta de la Vereda de la Estrella.
Resumen del recorrido de vuelta:
Una en la Vegueta del Caracol, tradicional punto de partida para la Vereda de la Estrella y en esta ocasión nuestro punto de retorno, ha habíamos recorrido unos 6 km. Tal y como estaba previsto allí disfrutaríamos de la primera sesión de cervecita y tapeo.
Que fuimos repitiendo en un par de ocasiones mas "El Charcón" y algunos compañeros incluso café y postres en el restaurante "Maitena". La mayor parte del trayecto lo hicimos por el mismo cauce del Genil aguas abajo, destacando el contraste de idílicos rincones solitarios con las áreas recreativas y piscinas fluviales con bastantes visitantes pasado ya el mediodía, que se nos quedaban mirando al pasar, con cara de "pero de dónde coña han salido esta gente".
Y de restaurante en restaurante, de piscina en poiscina fluvial fuimos descendiendo sin prisas y con alguna que otra pausa, hasta que unos 500 m antes del final, viendo que la marcha se ralentizaba mas de lo previsto, decidimos tomar uno de los senderos que rápidamente nos devuelve al camino principal. En este caso, a la altura del primer túnel, de manera que, en poco menos de cinco minutos ya estábamos de vuelta en "La Fabriquilla" con la sensación compartida de haber disfrutado de una ruta entrañable, muy fresquita y sobre todo muy disfrutona, hasta el punto que casi la podríamos denominar ruta "gastronómica-paisajística".
Y aquí un servidor: Juan Ignacio Amador, en uno de los últimos tramos que descendimos que día por el Genil, justo antes de abandonar su cauce.
Pero como pasábamos a primera hora de la mañana y a penas había nadie permitieron usarlo sin problemas a quien lo necesito (un lujo inaudito en la mayoría de nuestras rutas).
Después del restaurante Maitena, el siguiente hito es una tubería de conducción de agua que pasa por encima del río y a renglón seguido, la pista terriza por la que vamos, se desdobla, teóricamente continúa por el ramal de la izquierda, pero nosotros tomamos el de la derecha que momentáneamente nos acerca hasta el río, conduciéndonos hasta un angosto puente de hormigón por donde el camino continúa ascendiendo y llega hasta el antiguo Seminario Diocesano, el cortijo Serón y la ermita de Nuestra Señora de las Nieves.
Pero nosotros nos mantenemos en todo momento, cerca del cauce del río eEnil e incluso bajamos en algunos puntos hasta él para hacernos una foto sobre un tronco caído sobre su cauce.
Volvemos al camino principal llegando al segundo túnel, aquí se nos presentan dos opciones, el ramal de la derecha, que nos lleva hasta la orilla contraria del Genil, por donde podemos continuar hasta el barranco de San Juan o bien, continuar por el camino tradicional, que pasa por el túnel y nos lleva hasta el restaurante El Charcón, que durante muchos años fué la última estación del tranvía antes de que la línea fuera ampliada hasta la Vegueta del Caracol (a la altura del Barranco de San Juan), para colaborar con la extracción del mineral.
Después del reataurante El Charcón, ya escogimos la opción de cruzar por un puente al otro lado del río Genil, de manera que desde ese punto ya quedaría a nuestra izquierda, disfrutando de ese modo de nuevas perspectivas, con los escarpes rocosos, puentes colgantes, restos de antiguos cortijos o grandes casas
forestales, como la que aún se mantiene en muy buen estado, cerca de la Vegueta del Caracol, con su huertecito, donde nos encontramos con Alberto San Miguel "Chumbo", el vecino de Güejar Sierra, que llegó a ser conductor de tranvías en la última época y que entre otras anécdotas ya mencionadas en el apartado de la historia del tranvía, nos comentó que esa casa fué construida por Sevillana de Electricidad con el visto bueno de la administración para los operarios de las pequeñas centralitas de la zona.
Cuando estas cayeron en desuso la casa era utilizada como lugar de vacaciones o para pasar fines de semana, por parte de los trabajadores de Sevillana-Endesa que lo solicitaban, hasta que hace unos años se la compró Medio Ambiente y desde entonces hace un poco las veces de cuartel general de los agentes del Medio Ambiente, de los que se quejaba amargamente, porque dice que ahora se la pisan con papel de fúmar y le llaman la atención por desbrozar una zarza que le obstaculizaba el camino de acceso (o el paso de senderistas). También nos comentó que en paralelo al sendero que traíamos discurría otro sendero llamado del Arrecife que enlazaba con la Vereda de la Estrella.
Una vez que llegamos a la altura del Barranco de San Juan disfrutamos de la primera sesión de baños y de las primeras cervecitas servida con tapitas gratis de un riquísimo chorizo en el restaurante San Juan, donde tantas veces hemos brindado en el final de ruta de la Vereda de la Estrella.
Resumen del recorrido de vuelta:
Una en la Vegueta del Caracol, tradicional punto de partida para la Vereda de la Estrella y en esta ocasión nuestro punto de retorno, ha habíamos recorrido unos 6 km. Tal y como estaba previsto allí disfrutaríamos de la primera sesión de cervecita y tapeo.
Que fuimos repitiendo en un par de ocasiones mas "El Charcón" y algunos compañeros incluso café y postres en el restaurante "Maitena". La mayor parte del trayecto lo hicimos por el mismo cauce del Genil aguas abajo, destacando el contraste de idílicos rincones solitarios con las áreas recreativas y piscinas fluviales con bastantes visitantes pasado ya el mediodía, que se nos quedaban mirando al pasar, con cara de "pero de dónde coña han salido esta gente".
Y de restaurante en restaurante, de piscina en poiscina fluvial fuimos descendiendo sin prisas y con alguna que otra pausa, hasta que unos 500 m antes del final, viendo que la marcha se ralentizaba mas de lo previsto, decidimos tomar uno de los senderos que rápidamente nos devuelve al camino principal. En este caso, a la altura del primer túnel, de manera que, en poco menos de cinco minutos ya estábamos de vuelta en "La Fabriquilla" con la sensación compartida de haber disfrutado de una ruta entrañable, muy fresquita y sobre todo muy disfrutona, hasta el punto que casi la podríamos denominar ruta "gastronómica-paisajística".
Y aquí un servidor: Juan Ignacio Amador, en uno de los últimos tramos que descendimos que día por el Genil, justo antes de abandonar su cauce.
Hola!
ResponderEliminarGracias por compartir esta ruta. Serías tan amable de facilitar el track?
Gracias