Entorno: Parque
Natural Sierra de las Nieves (Sector Pinsapo de la Escalereta-Alcojona, Abanto,
Cascajares -Sierra Blanca de Parauta-)
Hora
y punto de encuentro recomendado: A las 8.30 am en
la Venta La Laja o Navasillo para desayunar o a las 9.00 am ya desayunados.
Localidad de
referencia: Parauta
Cómo llegar a La
Venta Las Lajas o El Navasillo (ambas ventas
colindantes): Hay que tomar la
carretera N-332, Ronda-San Pedro de Alcántara (km 11´5). Es decir a unos 11,5
km de Ronda o unos 38,5 km de San Pedro.
Cómo llegar al
inicio de ruta: Por
la misma carretera N-332, desde las mencionadas ventas, tomamos dirección San
Pedro de Alcántara y poco más allá de un kilómetro, coincidiendo más o menos
con el p.k. Nº13 nos encontramos con el desvío de acceso al parque, que como
vayamos despistados, nos podemos pasar de largo. Éste desvío se encuentra a la
izquierda de la carretera dirección San Pedro o a la derecha, dirección Ronda.
Aproximadamente a unos dos kilómetros del inicio, nos encontramos con una
bifurcación en el lugar conocido como "Rajete", que reconoceremos
fácilmente, porque coincide con el lugar, donde la pista principal por la que
vamos pasa por el vado que salva las aguas del arroyo de la Fuenfría, junto al
cual discurre paralelo un ramal de pista a la derecha, que nos llevaría hasta
el A.R. de la Fuenfría Alta, lugar más que recomendable para dejar un coche
pues es el final ideal para este recorrido.
De regreso por al pista de la Fuenfría, volvemos hasta la pista principal,
que tomamos en dirección ESTE, a la derecha, tal y como regresamos de la
Fuenfría y continuamos con nuestro vehículo hasta la Nava de San Luis, que
reconoceremos por un gran llano, presidido por unas casas (Alojamiento rural de
lujo), con el idílico telón de fondo del cerro Alcojona, a la derecha de la
pista, que reconoceremos fácilmente por su curiosa forma de "queso de
tetilla". Las perspectivas van mejorando, conforme ganamos altura por la
pista que en todo momento, se dirige a Quejigales (clásico punto de partida
para iniciar la Ascensión a La Torrecilla, Enamorados y otros lugares
emblemáticos del Parque).
Unos dos kilómetros más allá de La Nava de San Luis, superados los
cerrados zigzags por los que hemos ido ganando altura, nos encontramos con una
bifurcación. El carril que sigue por la izquierda, se dirige a Quejigales y el
de la derecha a Tolox y Pinsapo de la Escalereta, que será nuestro camino a
seguir, a partir de aquí la pista empeora un poco por presentar mas piedras
sueltas, pero en cualquier caso asequible para cualquier tipo de turismo que no
sea demasiado bajo. Mientras seguimos
disfrutando de magnificas panorámica sobre el cerro Alcojona y el maravilloso
pinsapar asentado sobre su falda septentrional, todo ello perteneciente al
variopinto término municipal de Parauta, poco a poco la pista se va adentrando
en un bosque cerrado de encinas, quejigos, pinos reales, negros y carrascos,
pinsapos que lucían flores masculinas a modo de piñas pequeñitas de una intensa
tonalidad rojo burdeos y abundante matorral mediterráneo. Tres kilómetros
más allá de la mencionada bifurcación la pista traza una cerrada curva a la
altura de un pronunciado badén e
inmediatamente después nos encontramos con una plazoleta que hace las veces de
aparcamiento, el lugar es conocido como "Llano de la Laguna", que es
nuestro inicio de ruta. Allí nos encontramos con varios paneles informativos de
lugares, distancias, aves más representativas de la zona o el sendero
"Pinsapo de la Escalereta", cuyo primer tramo, ramal de pista
secundaria, en dirección sur, coincide con el inicio de nuestro recorrido.
Resumen
itinerario: Inicio
del Sendero Pinsapo de la Escalereta, Mirador y Pinsapo del Puntal de la Mesa,
cordal del cerro Alcojona hasta su cumbre. Descenso al Puerto Capuchino,
Ascensión al cerro Abanto por fuera de la alambrada hasta su cumbre.
Prolongación por su crestería en descenso hasta salir a la Vereda o Pista de La
Refriega, que tomamos a la derecha, dirección O,N-O, hasta el Puerto del
Robledal, que erróneamente aparece en los mapas como Puerto de Las
Trincheruelas (que en realidad está en la cordal Trincheruelas-Palmiteras a
unos tres o cuatro kilómetros al S-O de este punto. Rodeamos el Peñón del Robledal (1.369 m) por
una pista secundaria, que pronto se ve invadida por matorral y pinos caidos,
hasta que venimos a salir al cortafuegos que nos lleva al Puerto de Los
Realejos, que lo atravesamos manteniendo dirección O, N-O. tomando ahora como
referencia una loma, cuyo cordal irá quedando a nuestra izquierda, conforme
vamos descendiendo por una senda de cabras, hasta el erróneamente denominado
Puerto del Robledal, desde donde comienza el sendero de ascensión al cascajares
propiamente dicho. Tras la ascensión al cascajares, regresamos sobre nuestros
pies a este mismo punto y tomamos la pista terriza que desde aquí parte,
predominantemente en descenso y en dirección E, N-E hasta llevarnos sin margen
de error hasta el A.R. de la Fuenfría Alta, donde dejamos nuestro vehículo de
enlace a primera hora de la mañana.
Desnivel subida y
bajada: 800 m
Dificultad: Alto
por el perfil en diente de sierra y algún tramo de cierta exigencia en el cerro
Abanto, que en más de una ocasión hará necesario el uso de las manos y un par
de tramos campo través con mucho matorral de aulagas.
Tiempo
aproximado: dependerá principalmente de nuestro estado de
forma, número de personas que formen el grupo y pausas.
Punto de partida:
Llano de la Laguna (1.184 msnm)
Puntos mas
elevados:
Alcojona (1.501 m), Abanto (1.503 m) y Cascajares (1.416 m)
Punto de
finalización:
A.R. Fuenfría Alta (1.270 m)
Tipo de ruta: Lineal
Tipo de suelo: 30% pista o cortafuegos, 70% trazas de senderos intermitentes, muy difuminadas o directamente campo través.
Tipo de suelo: 30% pista o cortafuegos, 70% trazas de senderos intermitentes, muy difuminadas o directamente campo través.
Fecha y
meteorología: Sábado 5 de Mayo 2018, cielos
despejados con interbalos de nubosidad intermitente a partir del mediodía. La
cumbre del Torrecilla estuvo cubierta la mayor parte de la jornada, a partir de
las 11.00 am
Ana "la Arqueóloga", Mabel "Libre y Salvaje, Don
Manuel "Premio Nobel de Senderismo", Rubén "Kminante del
Sur" que aportaron muchas fotos de esta crónica y un servidor Juan Ignacio Amador que la firma y aportó algunas fotografías, los mapas y las localizaciones de lugares en las fotos.
Mapas y
Bibliografía:
SOBRE LOS PINSAPOS:
https://blogsostenible.wordpress.com/2016/05/04/abies-pinsapo-abeto-andaluz/
PINSAPO DE LA ESCALERETA
http://www.laopiniondemalaga.es/municipios/2013/04/05/edad-apaga-pinsapo-escalereta/578821.html
Track de
referencia:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/llano-de-la-laguna-alcojona-abanto-cascajares-a-r-fuenfria-24620606
Alicientes
principales: Esta
ruta enlaza un trío de ases de las grandes secundarias de la zona Occidental
del Parque Nacional Sierra de las Nieves. Es posible que cuando se inicie el
nuevo protocolo de visitas al interior del Parque exclusivamente con minibuses
lanzadera, itinerarios como este, requieran de un pateo mucho más largo, si nos
restringen el acceso con nuestros propios vehículos.
1ª parte,
Ascensión al CERRO ALCOJONA ó ALCOR (1.501 m) "El Gran queso de
Tetilla"
Una vez en la pequeña explanada del Llano de la Laguna, observamos
cómo se bifurca la pista por la que hemos llegado, que continúa dirección N-E,
hacia Tolox (32 km), por este ramal continuaríamos si fuésemos a hacer las
rutas del Alcazaba desde la Majá de Paco Agüera o La Torrecilla por el mítico
Paso del Cristiano.
Las flores femeninas crecen en la cara superior y en los extremos
de las ramas más altas. Las piñas crecen erectas hacia arriba (10-16 cm.), con
sus escamas puestas helicoidalmente sobre el eje de la piña. La producción de
flores suele ser muy intensa cada 2 ó 3 años, y puede adivinarse mirando en
cada árbol las yemas de las flores el verano anterior. Al secarse las piñas,
sus escamas se caen, liberan las semillas, y dejan en el árbol los raquis
(ejes) de las piñas, con algunas escamas estériles en la punta.
La semilla es triangular, en forma de cuña (7 mm.), con un ala
tres veces mayor que facilita su viaje con el viento. Contiene un aceite
inflamable de olor muy agradable. Para germinar requiere pasar un período de
frío, evitando así que el arbolito nazca antes del invierno y se congele. Por
tanto, las semillas germinan pasado el invierno. Cada semilla nace con 5-8
cotiledones (hojas iniciales). Muchas
semillas no son viables por una polinización deficiente debida a que los
ejemplares no abundan.
Los tres núcleos principales donde nos encontramos con bosques de
pinsapo son el parque Nacional Sierra de las Nieves, el parque Natural de la
Sierra de Grazalema y la vertiente norte del paraje de Los Reales de Sierra
Bermeja. Después hay lugares donde la repoblación humana está dando sus frutos
como en algunos rincones de la Sierra Almijara, en Alozaina o a los pies de la
cara norte del Castillón de Cuevas del Becerro. También podemos encontrar
pequeños rodales de pinsapos jóvenes probablemente por repoblación natural, en
la vertiente oeste de Sierra Canucha, seguramente, debido a su proximidad a la
Sierra de las Nieves.
Como íbamos diciendo, desde el Llano de la Laguna, tomamos el
ramal de pista secundaria que se adentra en un denso pinsapar con ejemplares de
gran porte, coincidiendo con el Sendero del Pinsapo de la Escalereta. En pocos
minutos a nuestra izquierda, por encima de las copas de los pinsapos, en
dirección Este, comenzamos a vislumbrar la imponente silueta de la Torrecilla
(1.919 m) y a su izquierda La Alcazaba y la loma por la que de forma intuitiva
ascendemos a esta cumbre desde la cañada de Paco Agüera, que hasta más allá de
la cumbre del Abanto, seguirán siendo nuestros hitos orográficos más
significativos, al principio a Este de nuestra posición y después al N-E.
En poco menos de diez
minutos desde el inicio, nos encontramos un ramal de sendero a la izquierda del
camino, que conduce al Pinsapo de la Escalereta, declarado en su día Monumento
Natural y todo un símbolo dentro del parque nacional Sierra de las Nieves. Su
tronco mide 5,10 m. de circunferencia y 1,62 m. de diámetro. Se le calcula una
edad de entre 350 y 550 años; se ubica a 1100 m. de altitud, su sombra abarca
unos 200 m2, su altura es de 26 m., a los 3 m. de altura, el
tronco se divide en tres ramas de 80 a 90 cm. de circunferencia y una de éstas
se subdivide a su vez en dos...
Cuenta la
leyenda que el pinsapo creció justo en el lugar donde fue enterrada una mujer
de gran hospitalidad que prestaba su ayuda para socorrer a todo el que pasaba
por la zona arrastrando dificultades.
Sin embargo,
nuestros amigo Andrés Rodríguez nos recuerda que desde hace poco, una de las
patas del Pinsapo de la Escalereta, denominado así por la disposición de las
lajas calizas a modo de escalones sobre las que ha crecido, empezó a
deteriorarse, signo del comienzo de la agonía del viejo coloso. Por desgracia
ya ha comenzado a morirse de viejo, podrían quedarle muy pocos meses de vida
porque la muerte de los pinsapos es así. Se irá deteriorando hasta que sólo
quede el esqueleto. Uno de los principales motivos que ha propiciado su aspecto
monumental ha sido el hecho de que haya crecido en
una situación propicia para su desarrollo, porque cuenta con las aguas
subterráneas del Cambullón de Vélez. Y
contra lo que algunos comentan, su inevitable muerte no se debe a ninguna
enfermedad, sino que son los años,
varios siglos ya, los que le están afectando, porque hace poco se realizó una
investigación y todo estaba correcto. Por otra parte el Gran Rafa Flores nos
recuerda que es un proceso natural que esté llegando a su fin. Normalmente, un
pinsapo sólo llega a los 200 años aproximadamente y éste ha sido capaz de
resistir a las inclemencias del tiempo durante muchísimo tiempo.
Al ser varias las trazas de sendero con las que nos iremos
cruzando, se diversifican las posibilidades sobre nuestro camino a seguir. Pero
nosotros, proponemos el que ccontinúa paralelo
al borde de los tajos que llevamos a la izquierda, sin abandonar el cordal, de
las dos elevaciones que tenemos ante nosotros. A poco que nos despistemos,
podemos tomar alguno de los senderos de cabra, que faldean las escarpadas
laderas, pero si esto ocurriera, debemos rectificar, ganando altura de la forma
más cómoda posible hasta situarnos sobre su cordal, o lo más cerca posible a la
misma.
Una vez que vamos dejando detrás los últimos pinsapos comienza a
ganar protagonismo el esparto y el matorral almohadilladlo (piornal de alta
montaña), así como magníficos ejemplares de enebros y sabinas. Entre la abundante caliza donde predominante
de color gris claro, tapizado por abundantes capas de musgos y líquenes de
diversas tonalidades, nos encontramos algunos ejemplares de calcita
cristalizada, donde podemos observar distintos estratos, que nos hablan de sus
etapas de sedimentación, según las capas de agua y hielo sobre la que se han
ido originando, a lo largo de milenios.
Una vez finalizada la identificación de hitos orográficos y poblaciones
varias 360º a la redonda, así como las fotos de rigor. Descendimos sobre nuestros pasos hasta el collado donde
habíamos dejado las mochilas. Rodeando el "Falso Alcojona" (o
"Joroba 2" por la derecha, vertiente E, a través de un sendero de
cabras desde donde iniciamos un pronunciado descenso.
A penas, cinco minutos más allá del mencionado collado, observamos otro collado a nuestra izquierda, ligeramente por encima de nosotros, a menos de 25 m de distancia, hacia donde dirigiremos nuestros pasos si o si, porque de mantener la trayectoria que llevamos, el sendero se va cerrando cada vez más, hasta vernos obligados a abrirnos paso por un cerrado mar de aulagas. Sin embargo, desde este segundo collado, el difuminado sendero se hace mucho más llevadero y llegamos de forma mucho más limpia y directa al collado Capuchino (o Capuchín), que es el puerto que separa el cerro Alcojona, que ahora vamos dejando a nuestra espalda y el cerro Abanto, que es hacia el que iniciamos la ascensión desde este punto.
A penas, cinco minutos más allá del mencionado collado, observamos otro collado a nuestra izquierda, ligeramente por encima de nosotros, a menos de 25 m de distancia, hacia donde dirigiremos nuestros pasos si o si, porque de mantener la trayectoria que llevamos, el sendero se va cerrando cada vez más, hasta vernos obligados a abrirnos paso por un cerrado mar de aulagas. Sin embargo, desde este segundo collado, el difuminado sendero se hace mucho más llevadero y llegamos de forma mucho más limpia y directa al collado Capuchino (o Capuchín), que es el puerto que separa el cerro Alcojona, que ahora vamos dejando a nuestra espalda y el cerro Abanto, que es hacia el que iniciamos la ascensión desde este punto.
las rocas peridotitas (de
origen Magmático) de las que está compuesta el cerro Abanto, así como Los
Reales de Sierra Bermeja y otras sierras más cercanas como las de Tolox,
Ralmitera, Real y Realengo, al sur. Y las calizas que dejamos atrás del cerro
Alcojona, de origen sedimentario. En el Puerto Capuchino nos encontramos con
una verja que podemos saltar, sin dañar su estructura, por un saltadero a la
derecha de la misma (si bien estaríamos en el Coto de Caza de la Finca de la
Fuenfría) o bien, no tenemos porque entrar, pues podemos iniciar la ascensión
por fuera de la alambrada, que en todo momento, llevaremos a la derecha, que fue
lo que hicimos nosotros, llevando a nuestra izquierda, la caída hacia el
profundo barranco del Quejigo, en la primera mitad de la ascensión podemos disfrutar
de la agradable sombra de los pinos, que siempre ayudan a mitigar el esfuerzo.
Pero antes de llegar a la mitad de la ascensión, también
desaparece la agradable sombra de los pinos, encontrándonos ya solo con algunos
ejemplares aislados y bloques de peridotita, que irán aumentando de tamaño,
conforme vamos ganando altura. Las escarpadas laderas quedaron asoladas como
consecuencia del enorme incendio que tuvo lugar en el verano de 1991 y que
abarcó desde el cerro Abanto hasta Sierra Palmitera. Afortunadamente el monte
comienza a regenerarse, aunque sea con especies de reforestación como los
pinos.
Continuando con la descripción de nuestra ascensión, al cerro
Abanto, teniendo como referencia en todo momento la alambrada que discurre por
el mismo cordal de la montaña. Una vez que superemos un primer collado donde se
acumulan grandes bloques de peridotita, que aún nos da varias opciones para
permanecer pegados a la valla metálica o bien separados hasta más de 20/30 m de
distancia, la cordal no tarda en transformarse en una arista con vertiginosos
pasos de caída vertical hacia nuestra izquierda.
Hasta el punto que si no nos queremos jugar el físico en algunos pasos de fe, con mucho vuelo, estamos obligados a pasar al otro lado de la valla, donde la ascensión resulta mucho más llevadera y sin ningún paso expuesto, si bien, tendremos que seguir usando las manos en algunas ocasiones en que grandes bloques de peridotita se interponen en nuestra trayectoria, si bien, se trata de pequeñas trepadas sencillas, que no presentan mayor dificultad, que el propio esfuerzo de la ascensión.
Hasta el punto que si no nos queremos jugar el físico en algunos pasos de fe, con mucho vuelo, estamos obligados a pasar al otro lado de la valla, donde la ascensión resulta mucho más llevadera y sin ningún paso expuesto, si bien, tendremos que seguir usando las manos en algunas ocasiones en que grandes bloques de peridotita se interponen en nuestra trayectoria, si bien, se trata de pequeñas trepadas sencillas, que no presentan mayor dificultad, que el propio esfuerzo de la ascensión.
Además de la predominante peridotita que nos rodea por todas
partes, nos encontramos con preciosas rocas de serpentina que en ocasiones
parece tener incrustaciones de mica, y que distinguiremos por su tono brillante
parecido a la pizarra, pero con un color donde se fusuiona el verde oscuro con
el gris y negro.
La última parte de la ascensión se hace un poco dura, porque no
existe ningún sendero claro, si escogemos progresar por su arista debemos
extremar las precauciones en algunos pasos, siendo por ello lo más recomendable,
que nos dejemos caer un poco hacia la derecha (vertiente O) y no realizar
nuestra ascensión definitiva hasta divisar el punto más alto, donde yo juraría
que antaño existía un vértice geodésico al otro lado de la alambrada, pero
repasando fotos de la ascensión que hicimos en enero 2010, deduzco que este
vértice geodésico sólo existió en mi imaginación. En cualquier caso, se trata
del punto más alto de una dorsal, repleta de salientes rocosos en su tramo más
alto, no es la típica cumbre acogedora que en ausencia de viento te invite a
disfrutar de un relajado almuerzo, más bien es un lugar un tanto agreste e
inhóspito, que te invita a abandonarlo cuanto antes. Una chova piquirroja pasó muy cerca de
nosotros, graznando, como si se estuviera riendo de nosotros.
Hay quien dice que la palabra "Abanto" hace referencia al tono rojizo de las rocas
que lo forman, cosa que si me cuadra con Sierra Bermeja, pero jamás había oído
que abanto fuera un sinónimo de rojizo. De hecho, en el Diccionario de la RAE:
Abanto aparece como sinónimo de aturdido o torpe y refiriéndose a un toro que
pueda parecer temeroso o espantadizo.
Para descender del cerro Abanto, una vez situados de nuevo en el
perímetro exterior de la alambrada, prolongamos nuestros pasos en dirección S,
S-E por su crestería. Sin más referencia que la misma divisoria de aguas y
tenues senderos de ganado o/y de la fauna, principalmente de cabras montesas y jabalís
de la zona.
Tres meses antes habíamos realizado la crestería integral de Sierra Palmitera y el terreno era practicamente calcado, los mismos bloques de peridotita y la misma flora: piornal, matagallo, esparto y aulagas principalmente. Poco más de un kilómetro nos separa de la pista terriza a la que tenemos que descender, en la primera mitad, salvando algún saliente rocoso con cuidado, se camina sin problemas por una zona muy despejada, esta zona es conocida como "Orejas de Burro".
Sin embargo, al igual que en Sierra palmitera, mientras más vas bajando, mas cerrada se presenta la vegetación de matorral pinchoso ante nosotros, hasta que ya vemos la pista terriza a nuestra derecha, casi a tiro de piedra. Descendiendo al destrozo o con un poco de suerte, con algunos metros de antiguos senderos intermitentes que aún distinguimos entre el denso matorral. Y así aterrizamos en la pista terriza, que aparece en los mapas como "Vereda del Puerto de la Refriega".
Tres meses antes habíamos realizado la crestería integral de Sierra Palmitera y el terreno era practicamente calcado, los mismos bloques de peridotita y la misma flora: piornal, matagallo, esparto y aulagas principalmente. Poco más de un kilómetro nos separa de la pista terriza a la que tenemos que descender, en la primera mitad, salvando algún saliente rocoso con cuidado, se camina sin problemas por una zona muy despejada, esta zona es conocida como "Orejas de Burro".
Sin embargo, al igual que en Sierra palmitera, mientras más vas bajando, mas cerrada se presenta la vegetación de matorral pinchoso ante nosotros, hasta que ya vemos la pista terriza a nuestra derecha, casi a tiro de piedra. Descendiendo al destrozo o con un poco de suerte, con algunos metros de antiguos senderos intermitentes que aún distinguimos entre el denso matorral. Y así aterrizamos en la pista terriza, que aparece en los mapas como "Vereda del Puerto de la Refriega".
Una vez en esta pista terriza, la tomamos a la derecha, en ligera
pendiente de subida dirección N-O, algo más de un kilómetro hasta el "Puerto
de la Trincheruela", aunque Rafa Flores afirma que en realidad se trata
del "Puerto del Robledal", de hecho en teoría el Puerto de las
Trincheruelas, se encuentra en la sierra del mismo nombre que estaría en la
cordal que va del Puerto de Realejos a la crestería de Sierra Palmitera, si bien es cierto que el cordal de esta subsierra, comienza precisamente en este puerto. En
cualquier caso, este puerto es fácil de reconocer, por la pequeña
ermita-hornacina que existe con una imagen de María Auxiliadora.
En este punto finaliza la ascensión casi continua que viene desde San Pedro por el Camino del Castaño Santo y a partir de aquí ya comienza a descender hacia Ronda. Es importante recordar que si continuamos por esta pista tras un dócil kilómetro de descenso en dirección Oeste, se llega al A.R. de la Fuenfría Alta donde habíamos dejado los vehículos al comienzo de la jornada. Esta es una opción a tener en cuenta para quienes dispongan de menos tiempo, o den por bueno el recorrido hasta aquí, que aunque relativamente corto en distancia, es intenso en sensaciones montañeras y panorámicas grandiosas. Por nuestra parte el Puerto del Robledal (erróneamente denominado del "de la Trincheruela", fue el lugar escogido para almorzar a pocos metros de la hornacina, saludando a una pareja que pasaba por allí, viniendo desde San Pedro para preparar la prueba de los 101, que tendría lugar en Ronda al sábado siguiente.
En este punto finaliza la ascensión casi continua que viene desde San Pedro por el Camino del Castaño Santo y a partir de aquí ya comienza a descender hacia Ronda. Es importante recordar que si continuamos por esta pista tras un dócil kilómetro de descenso en dirección Oeste, se llega al A.R. de la Fuenfría Alta donde habíamos dejado los vehículos al comienzo de la jornada. Esta es una opción a tener en cuenta para quienes dispongan de menos tiempo, o den por bueno el recorrido hasta aquí, que aunque relativamente corto en distancia, es intenso en sensaciones montañeras y panorámicas grandiosas. Por nuestra parte el Puerto del Robledal (erróneamente denominado del "de la Trincheruela", fue el lugar escogido para almorzar a pocos metros de la hornacina, saludando a una pareja que pasaba por allí, viniendo desde San Pedro para preparar la prueba de los 101, que tendría lugar en Ronda al sábado siguiente.
Finalizado el almuerzo, tomamos el ramal de pista que en dirección
S-O, rodea un precioso peñón calizo, que por proximidad los denominamos
"Peñón del Robledal" y que iremos dejando a nuestra derecha. A partir
de aquí la ruta discurre por fuera de la línea que delimita el territorio
considerado parque nacional, que por esta zona coincide con el trazado del
Camino de la Fuenfria hasta el Puerto del Robledal y desde aquí traza una línea
recta hasta la crestería del Abanto, a la altura de Las Orejas de Burro. Esa
misma divisoria sirve para delimitar los términos municipales de Parauta por
donde discurrió la mitad de la ruta hasta el descenso del cerro Abanto; y de
Igualeja por cuyo término municipal discurre el resto de la ruta, incluido el
cerro Cascajares, naturalmente.
Tal y como vamos rodeando el mencionado peñón, la pista, antaño
limpia y despejada, ha ido cayendo en el abandono, hasta verse invadida de
aulagas y sobre todo jara pringosa, que no obstante podemos ir esquivando con
un poco de paciencia, al igual que algún pino caído, unas veces por la
izquierda y otras por la derecha, tenues senderos de cabras nos dan la pista
del camino a seguir, que en cualquier caso debe ser predominantemente S-O,
Oeste, sin ganar, ni perder altura, siempre manteniéndonos sobre el bancal de
la antigua pista, que mas que verse se intuye, hasta que un kilómetro más allá
de campo través y pinar muy cerrado, venimos a salir a un cortafuegos, que en
suave ascensión ¡por fin!, por terreno despejado nos lleva hasta un collado (1.343 msnm), donde giraremos a la derecha,m dirección Oeste, para descender hasta el Puerto de Los Realejos (1.298 m), aunque no aparezca en los mapas desde este punto, sale una pista en dirección Sur, que tres meses antes, utilizamos para llegar dócilmente hasta el Puerto de Las Aguzaderas, desde donde continuamos toda la crestería de la Palmitera. Pero en esta ocasión, atravesamos el Puerto de Los Realejos (1.298 m), manteniendo la dirección Oeste en lo que sería la prolongación de la línea de cortafuegos que traemos, alcanzando un collado situado a 1.379 m, apenas 300 m más allá del mencionado puerto. Ni que decir tiene, que en plena digestión la pendiente de este tramito de cortafuegos se hace un poco cañera.
suave ascensión ¡por fin!, por terreno despejado nos lleva hasta un collado (1.343 msnm), donde giraremos a la derecha,m dirección Oeste, para descender hasta el Puerto de Los Realejos (1.298 m), aunque no aparezca en los mapas desde este punto, sale una pista en dirección Sur, que tres meses antes, utilizamos para llegar dócilmente hasta el Puerto de Las Aguzaderas, desde donde continuamos toda la crestería de la Palmitera. Pero en esta ocasión, atravesamos el Puerto de Los Realejos (1.298 m), manteniendo la dirección Oeste en lo que sería la prolongación de la línea de cortafuegos que traemos, alcanzando un collado situado a 1.379 m, apenas 300 m más allá del mencionado puerto. Ni que decir tiene, que en plena digestión la pendiente de este tramito de cortafuegos se hace un poco cañera.
Una vez en el mencionado collado, estamos situados al inicio de
una cordal que en dirección Este-Oeste nos orienta hacia nuestro objetivo, el
Cascajares que ya vemos cada vez más cercano, aunque también podemos caminar
sobre dicha cordal, lo más práctico es caminar en paralelo a ella, llevándola a
nuestra izquierda, mientras vamos descendiendo por un desdibujado sendero de
cabras por un terreno mixto, de contacto entre las peridotitas y los mármoles
de la Unidad de las Nieves, llegando en un descenso relativamente tendido al
"Puerto del Robledal " (1.299 m).
En este punto comienza la ascensión al cerro cascajares, al comienzo el sendero parece claro, pero no tarda en presentarse confuso, conforme aparecen bifurcaciones de senderos paralelos al principio, pero que no tardan en separarse, sirva como norma, mantener rumbo oeste, escogiendo siempre el ramal de sendero que nos mantenga más cerca del cordal montañoso que tenemos a nuestra izquierda, para comenzar a ganar altura lo antes posible, hasta enlazar con el empedrado sendero, que ahora sí, se hace ya muy evidente, enfilando de forma directa hacia las dos cumbres del Cascajares, dejando la segunda cumbre a nuestra izquierda (Cascajares 2: 1.411 m) y continuando hacia la cercana cumbre del Cascajares 1: 1.416 m El empedrado sendero viene a morir en el collado existente entre las dos cumbres, pero el terreno hasta la cumbre del Cascajares es relativamente dócil y escalonado y más o menos podemos atacarle por cualquier flanco, siendo la forma más fácil y directa por la vertiente sur, donde alguna traza de sendero de ganado, siempre nos aportará alguna pista sobre el trazado más asequible. Se trata de un vértice geodésico de tercer orden y su hito se conserva razonablemente bien. Una grieta atraviesa la base de lado a lado y la divide en dos.
En este punto comienza la ascensión al cerro cascajares, al comienzo el sendero parece claro, pero no tarda en presentarse confuso, conforme aparecen bifurcaciones de senderos paralelos al principio, pero que no tardan en separarse, sirva como norma, mantener rumbo oeste, escogiendo siempre el ramal de sendero que nos mantenga más cerca del cordal montañoso que tenemos a nuestra izquierda, para comenzar a ganar altura lo antes posible, hasta enlazar con el empedrado sendero, que ahora sí, se hace ya muy evidente, enfilando de forma directa hacia las dos cumbres del Cascajares, dejando la segunda cumbre a nuestra izquierda (Cascajares 2: 1.411 m) y continuando hacia la cercana cumbre del Cascajares 1: 1.416 m El empedrado sendero viene a morir en el collado existente entre las dos cumbres, pero el terreno hasta la cumbre del Cascajares es relativamente dócil y escalonado y más o menos podemos atacarle por cualquier flanco, siendo la forma más fácil y directa por la vertiente sur, donde alguna traza de sendero de ganado, siempre nos aportará alguna pista sobre el trazado más asequible. Se trata de un vértice geodésico de tercer orden y su hito se conserva razonablemente bien. Una grieta atraviesa la base de lado a lado y la divide en dos.
El cerro Cascajares pertenece a la
sierra Blanca de Igualeja. Por el O desciende hacia el valle del Genal y
sus aguas vierten a este río por varias cañadas. Por el S sus laderas bajan
hasta el cauce del río Seco de Igualeja, tributario más lejano respecto al
teórico nacimiento del Genal y por ello considerado auténtico nacimiento del
Genal, que de forma orientativa podríamos considerar la cañada central
alrededor de la cual pivota esa gran curva de herradura que traza la carretera
Ronda-San Pedro desde el Puerto del madroño, hasta los pies del Cascajares.
Por el E y el N lo limita el arroyo de la Fuenfría, que se une luego
al de las Carboneras, afluente del Guadalevín o río Grande de Ronda. Lástima
que al Norte de este cerro, en gran parte de su base se siga explotando desde
hace muchos años, una mina a cielo abierto de magnetita y canteras de mármol
(de ahí el nombre de Sierra Blanca de Igualeja).
Como hitos más significativos desde su cumbre destacan al Sur:
Montemayor, sierra Palmitera, sierra de Trincheruelas, sierra Blanca de
Marbella, sierra Canucha, sierra Real de Istán, con el vértice geodésico de
Armas y, entre ella y la sierra de Trincheruelas, la cumbre del cerro del
Duque, en la sierra de las Apretaderas;
al Este los cerros Abanto y Alcojona y detrás las laderas
sudoccidentales de la Torrecilla y la sierra de las Nieves; al Este la sierra
del Oreganal, con la cancha Almola, Jarastepar, sierra de Juan Diego, sierra
Blanquilla de Cortes, sierra del Pinar de Cortes, sierra de Benadalid,
Benalauría y Algatocín y, entre nosotros y ellos, el alto valle del Genal del
que vemos dos pueblos: Cartajima en la laderas septentrionales y Pujerra en las
meridionales; y un poco más a la izquierda, el cerro Jardón.
Su relativa proximidad al solitario paraje de la Fuenfría y su
interesante entorno forestal, geológico y paisajístico, son motivos suficientes
para apuntar esta cumbre en la agenda de rutas pendientes, de quien aún no la
haya subido. De hecho, es una de las atalayas favoritas de los más
experimentados fotógrafos de la Serranía como mis grandes Maestro Rafa Flores “El Mago
Gandalf de la Serranía” o Carlos Tapia “El Reportero de los Atardeceres”. Ya
que desde el cerro Cascajares se disfruta de espectaculares atardeceres, con
una panorámica privilegiada sobre gran parte del valle del Genal.
Después de abandonar la cumbre más alta, ascendimos a la segunda cumbre, que por tener una caída más directa sobre el Valle del río Seco, hacia la carretera san Pedro Ronda, transmite mayor sensación de altitud y verticalidad. Entre esta segunda cumbre y el collado que la separa de la principal, nos encontramos con restos de un refugio, que por su estratégica situación bien, podría haberse construido como puesto defensivo de observación militar, más que como refugio pastoril, en cualquier caso está levantado con grandes lajas de mármol.
Después de abandonar la cumbre más alta, ascendimos a la segunda cumbre, que por tener una caída más directa sobre el Valle del río Seco, hacia la carretera san Pedro Ronda, transmite mayor sensación de altitud y verticalidad. Entre esta segunda cumbre y el collado que la separa de la principal, nos encontramos con restos de un refugio, que por su estratégica situación bien, podría haberse construido como puesto defensivo de observación militar, más que como refugio pastoril, en cualquier caso está levantado con grandes lajas de mármol.
Hay que recordar que cuando la guerra civil estalla en 17 de julio
de 1.936. Queipo de Llano toma Ronda el 16 de septiembre. El 5 de febrero de
1.937 Queipo de Llano inicia la ofensiva que había de culminar con la toma de
Málaga y el 8 de febrero a las 7:30 a.m. los nacionalistas entran en Huelin.
Así pues la carretera de San Pedro de Alcántara a Ronda se convierte en frente
de batalla durante más de cinco meses, lo que justificaría plenamente la
existencia de restos de fortificaciones, como la que se encuentra junto al
antiguo sendero que sube desde la antigua carretera. (Ver descripción de esta
ruta en el libro azul de "POR LOS MONTES DE MÁLAGA" (Edit. Primtel).
Cuando se llega a la confluencia de dos vaguadas nos encontramos con una
excavación circular con reparos de mampostería que hace pensar en un nido de
ametralladoras. Continuando la ascensión desde la carretera, poco antes de
llegar a la segunda cumbre se pasa cerca de un puesto de observación militar en
la vertiente de la solana, la que da a la carretera, precisamente para disparar
desde allí arriba a cualquier convoy militar del bando nacional que circulara
por la carretera San Pedro-Ronda.
Antes de abandonar la segunda cumbre, que por su situación, me
gusto más que la más alta, a Manolo ya mí nos estuvieron sobrevolando varios
buitres y más tarde estuvieron planeando en círculo por debajo de nosotros.
Esta atalaya es tan bonita, que da pereza abandonarla.
Desde allí arriba, descendimos por el sendero empedrado, hasta el
collado que mencionábamos al inicio de la ascensión, prolongandoahora nuestros
pasos en dirección N-E, hacia la pista forestal, que deja a nuestra izquierda
una balsa contraincendios, que se alimenta del nacimiento que surge justo por
encima, desde una angosta vaguada, sobre la cual se encontraba las antiguas
Minas del Robledal.
Un poco mas adelante nos encontramos con dos bifurcaciones,
en ambos casos, nos mantendremos siempre
en el ramal de la derecha que discurre por un cerrado pinar, que en suave
descenso nos conducirá en poco más de veinte minutos al arroyo del Realejo, que
junto con otra cañada cercana forma da origen al arroyo de la Fuenfría, cuyas
aguas cruzamos por el puente vado, que ya nos deja frente al antiguo abrevadero
y descansadero de ganado de la Fuenfría Alta, nombre con el que también se
conoce al renovado cortijo blanco que vemos al fondo y la casi siempre,
solitaria área recreativa, al lado de la cual, habíamos dejado el primero de
nuestros dos vehículos a primera hora de la mañana. Finalizando de este modo
una preciosa ruta montañera.
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