Localidades de referencia: Ronda
(Inicio) y Alpandeire (Final)
Hora prevista de inicio de
ruta: 9.30 am , Plaza
de la barriada de "San Francisco" (RONDA)
Distancia: 18,8 km
Desnivel: 631m (subida) y 623 m (bajada)
Dificultad: Media/Fácil
Fecha de realización y meteorología:
Sábado 15 de septiembre de 2018, hasta la mañana del día antes las
previsiones meteorológicas daban mucha lluvia, sin embargo, a partir del
mediodía del viernes las predicciones daban tregua de lluvia, sólo cielos
nublados y algo de lluvia, que tan sólo tuvimos entre las 15.30 y 16.30, una
lluvia suave que nos cogió entre la Fuente del Espino y la Fuente de la Vasija.
El día no sólo fue mucho mejor de lo que cabría imaginar, sino que hizo algo de
bochorno, hasta el punto de verme obligado a quitarme el pantalón largo, a
partir del Tajo del Abanico.
Participantes: Desde su casa (en Ronda) llegaron
andando nuestras fantásticas guías y anfitrionas Herminia "La Centella de
O Cebreiro" y Carmen; desde Puente Genil (Córdoba) Héctor "El Caimán
de Puente Genil" y Mª Luisa "El Duendecillo de Sierra
Horconera"; y desde distintos puntos de la Costa: Eduardo "El Padre
Carras", Arnaud "El Soltero de Oro", Mabel "Libre y
Salvaje", Salvador Gómez "El Ornitólogo", Pepe Valenzuela
"Mister Chip", Juanjo
"Sheldom Cooper" (Big Bang Theory), Sonia "Desde Japón con
Amor", Diego ", Nacho "El Demonio de Tasmania" y un
servidor que pasaba por allí: Juan Ignacio Amador
Resumen de la ETAPA Nº6, del G.R.
141 Serranía de Ronda: Ronda, Tajo del Abanico, Encinas Borrachas, Los Monteros, Fuente del
Espino, Arroyo Audalazar, Cortijo y Fuente de la Vasija, Alpandeire.
Track de referencia:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ronda-alpandeire-etapa-no6-del-g-r-141-serrania-de-ronda-28656423#wp-28656443
1º) Obviamente esta ruta se puede
realizar en cualquiera de los dos sentidos o incluso ida y vuelta como entrenamiento
para una ultra trail.
2º) Hay que prever dejar un vehículo
de enlace al final del recorrido o bien contactar con una minibús o autocares
LARA de Ronda, móvil: 78407724. O bien Radio Taxi de Ronda: 54561039 (30€ el
servicio por taxi, máximo 4 personas por taxi)
3º) El tramo de sendero que discurre
paralelo a la carretera A-369 Ronda-Algeciras, entre el Puerto de Encinas
Borrachas y el cerro de Doña María, donde volvemos a caminar brevemente junto a
la carretera, se encuentra muy cerrado por el matorral. Así como el tramo que
va desde la carretera hasta la Fuente del Espino, muy deteriorado, el sendero
se pierde fácilmente con tramos de fuerte pendiente.
4º) Este es uno de los itinerarios
con mas Fuentes por la serranía de Ronda, que por este orden son las de la
muralla junto a la Puerta de Almocábar (inicio de ruta), la de Coto Alto,
Fuente del Espino, de la Mimbre y de la Vasija, muy cerca ya de Alpandeire.
5º) Si realizamos esta ruta en primavera
nos sorprenderá la amplia gama de flores que jalonan el carril. Entre ellas
destacan los gordolobos, las amapolas, los rosales silvestres, las estepas,
genistas, etc... así como el trinar de una gran variedad de aves.
BREVE DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Como
punto de partida escogimos la Plaza Ruedo Alameda del Barrio de San Francisco,
frente a la cual nos hicimos la foto de rigor de inicio de ruta con las
históricas murallas y Puerta de Almocábar de fondo, y la Iglesia del Espíritu
Santo. La Puerta de Almocábar toma su nombre de la palabra árabe “al-maqabir”, que significa cementerio,
el cual se localizaba en las cercanías de esta zona extramuros.
La
puerta supone el acceso principal, por el lado sur, al primer recinto
amurallado de la Ronda islámica, que acogía en su interior al llamado Arrabal
Alto, hoy Barrio del Espíritu Santo. Entre dos torreones semicirculares de
mampostería, se sitúa la puerta de entrada, que consta de tres arcos
consecutivos: los dos exteriores de herradura apuntada con alfiz y arquivolta,
y el intermedio de tipo ojival. Se construyó inicialmente en tapial hacia el
siglo XIII, siendo revestida en el XIV con el mampuesto de piedra que se
observa. En el siglo XVI se le añadió un tambor, o cuerpo delantero de planta
cuadrangular de estilo renacentista, cuya puerta de ingreso puede verse en la
actualidad junto a la puerta islámica, tras la restauración de esta zona
efectuada en el año 1964. Este lienzo amurallado es el símbolo del Barrio que
lo alberga, San Francisco, de extraordinaria riqueza en su arquitectura
tradicional, donde destaca la Casa Señorial de nuestra amiga Herminia, que fue
nuestra guía y anfitriona de lujo, junto con Carmen.
La
Iglesia del Espíritu Santo se construyó en 1485, el mismo año de la conquista
de la Ciudad, por mandato de los Reyes Católicos y se concluyó veinte años
después. Su sobria fachada se halla enmarcada por dos vigorosos estribos
que la abrazan de arriba abajo, estando coronada por un frontón triangular con
un ojo de buey en su tímpano como único motivo ornamental. Del mismo modo
presenta una ventana de vidriera geminada y bajo ella, una hornacina que
alberga una paloma que representa al Espíritu Santo. Sin duda alguna su
apariencia es la de una auténtica iglesia fortaleza.
La
iglesia es de una sola nave con tres bóvedas de nervios sexpartitas. Antes de llegar
al arco toral, a ambos lados, se abren dos capillas, cubiertas con bóvedas de
crucería estrelladas la de la Virgen de Fátima y la del Sagrado Corazón.
La
zona del presbiterio se encuentra cubierta por una bóveda de ocho nervios que
cabalga sobre arcos de medio punto. Es curioso el aspecto que presentan las
pecunias ensambladas entre sí por una original nervadura.
El
Altar Mayor ofrece un retablo barroco muy próximo al rococó, que contiene una
tabla de influencia bizantina, con imágenes de Nuestra Señora de la Antigua y
el cuadro de la venida del Espíritu Santo.
Es
de destacar, en una de sus capillas laterales, la representación escultórica
del Santo Entierro, con una extraordinaria urna y una magnífica imagen del
Cristo yaciente y que procesiona el Viernes Santo al caer la tarde.
El
exterior tiene un aire de solidez, debido a su origen de torre fortificada de
la muralla, con grandes contrafuertes rematados con pináculos renacentistas. La
portada de sillería está compuesta por un arco de medio punto enmarcado por
alfiz de corte mudéjar.
Una vez hecha la foto de rigor,
atravesamos la Plaza Ruedo Alameda del Barrio de San Francisco en dirección sur,
dejando a nuestra espalda la puerta y murallas la Almocábar, mientras vamos
atravesando esta emblemática plaza, que articula el castizo barrio de San
Francisco, el de los agricultores de Ronda.
Continuando por la calle Torrejones
donde pasaremos junto al antiguo Convento de las Franciscanas, que aún
recordaba nuestra amiga Mabel de los tiempos de su infancia, pues en Ronda
nació y vivió hasta los ocho años. Continuamos por calle Empedrada, que nos
lleva a la Torre del Predicatorio, antiguo torreón de piedra rematado por
una pequeña cruz de hierro, a la derecha del camino, a la que accedemos por unas
escaleras talladas en roca,que nos llevan a una explanada, contigua a la
torre, desde el borde norte de la explanada obtenemos una bonita panorámica de Ronda,
muy distinta a las postales más típicas, pero igualmente interesante.
Así como
de las primeras estribaciones de la Sierra de Juan Diego al oeste, el peñón del
Mures al N-O, y justo por debajo, también tenemos vistas privilegiadas de la
sierrezuela que alberga la emblemática iglesia mózarabe-paleocristiana del S. IX, excavada en un cortado de areniscas, donde
se celebra una tradicional romería en el mes de
junio. Además de las espléndidas
panorámicas, descubrimos los restos de una canalización del periodo romano y la torre de piedra que
elevaba el agua a la misma altura que el solar del antiguo foro de Arunda (que se
como se le conocía a Ronda en la época romana). También es digna de mención la
magnífica Era empedrada que se encuentra a escasos metros al sur de la torre.
Cuentan las lenguas antiguas que su
nombre se debe a que, en este lugar el fraile gaditano, Fray Diego José,
predicaba al pueblo de Ronda; dicha torre servía de soporte como pilar del
acueducto que traía el agua a la ciudad de Ronda. Este acueducto romano recibe
el nombre de "La Fuente de la Arena", porque toma el agua del
Nacimiento en la Fuente de los Llanos de la Arena, situado por debajo del km
7,5 de la carretera A-369 de Ronda-Algeciras, a unos 100 metros del depósito
actual de captación de agua y en la margen izquierda del arroyo de las
Culebras. Existen otros restos que discurren más o menos paralelos a la
conducción actual hasta llegar a la torre del Predicatorio en el Barrio de San
Francisco.
El tajillo que se encuentra a la derecha de la pequeña explanada terriza que viene a continuación del tramo empedrado, es el denominado "Tajo del Abanico", que a pesar de ser de los mas pequeños en tamaño, es el que le da nombre a todo el paraje al que acabamos de llegar.
Algo más adelante cruzamos el arroyo,
que suele secarse en verano, si bien, tal y como nos mostró Herminia, a escasos
metros a la derecha, nos encontramos con una surgencia de agua y la primera
poza, que ya empiezan a ser más frecuentes río abajo, nos abrimos paso a través
del bosque de galería, formado principalmente por adelfas y una vez en la otra
orilla el arroyo Sijuela, éste ya quedará a nuestra izquierda.
Hasta bien entrada la década de 2000,
el arroyo Sijuela presentaba un aspecto desolador debido a la cercanía del antiguo
vertedero incontrolado de Ronda. Pero afortunadamente debemos agradecer las
labores de recuperación de un numerosos grupo de vecinos de Ronda y otros
amigos de fuera que también colaboraron en la eliminación y limpieza de
residuos, que aún se podían ver en este paraje hasta las fechas mencionadas,
siendo el cauce del arroyo el que se llevaba la peor parte, si bien,
afortunadamente en la actualidad vuelve a presentar un aspecto magnífico.
El SL A-20 Ronda-Tajo del Abanico,
suele finalizar cuando llegamos a un gran tafoni, conocido localmente como
"Sobaqueras", a la derecha del sendero, conocido como Cueva
del Abanico (Km 5), reconocible por ser una gran concavidad poco
profunda, donde el cromatismo de la piedra producida por el goteo de agua, nos
brinda un precioso lugar para fotografiarlo y tomarnos un descanso, la parte de
arriba de la entrada por su forma extraplomada es un lugar perfecto para
practicar una de las modalidades más complicadas del alpinismo.
Según los profesores del "IES Pérez de
Guzmán" Ronda, Don Vicente Pimentel
Biología y Miguel Montes (Geología), el origen de la garganta del Tajo del
Abanico, así como el del tajo de Ronda y el Cañón del arroyo de la Ventilla
(cercano a Arriate), se remonta a hace cinco Millones de años, cuando las aguas
superficiales presentes en esta zona comenzaron a erosionar el sistema.
Hace
unos 20 Millones de años, cuando toda Andalucía, salvo una parte de Sierra
Morena, estaba inundada por el mar. Se produjo el choque de la placas
Euroasiática con la Africana, y empiezan a emerger las Cordilleras Béticas por
encima del Mar de Thetys, al igual que Sierra Nevada y todo el sistema
Penibético incluyendo toda la Serranía de Ronda. En el caso de la zona de
Ronda, parece que el mar se fue retirando por los Merinos, Cuevas del Becerro
por lo que hoy es el río Guadalteba y su prolongación por el Desfiladero del
Gaitanejo y los Gaitanes (El Chorro). Por el arroyo Sijuela al sur, y por el
río Guadalentín al Oeste y posteriormente por el Guadiaro, en dirección Sur.
El
resultado de aquel proceso, de miles y miles de año, fue la creación de una
zona rodeada de montañas, que, hablando coloquialmente, empezó a rellenarse con
los restos de la erosión de estas elevaciones. En el futuro sería lo que
llamamos meseta de Ronda, la llanura donde está asentada la ciudad soñada.
En el paraje del Tajo del Abanico se
rodaron algunas escenas de la mítica serie de mediados de la década de 1970
"Curro Jiménez" . Y unos diez años después sirvió de escenario para el rodaje de la película de la ópera
"Carmen", cuyo protagonista principal fue el tenor español, Plácido
Domingo.
Retomada la marcha, unos 50 m mas allá de la Cueva del Abanico, a nuestra
izquierda, al otro lado del arroyo Sijuela, podemos ver un empinado veredón, en
forma de embudo que una vez arriba, nos permitiría llegar a la Finca de La
Algaba en poco más de 15 minutos.
En el
primer kilómetro de recorrido por dentro de esta finca cinegética llevamos el
arroyo de los Chopillos a nuestra izquierda, pero tan pronto como vadeamos el
arroyo tributario del Pozo de Abajo, la ascensión que ya hemos iniciado desde
que abandonamos la Cueva del Abanico, se hará mucho más pronunciada, hasta que
abandonemos esta finca por otra verja metálica. Tanto el paraje del Tajo del
Abanico como esta finca son lugares ideales para disfrutar de la observación y
la escucha de la berrea de los venados a finales de verano, comienzos de Otoño.
Con un poco de suerte, si venimos solos o con un grupo reducido, con sigilo y
sin colores llamativos podremos ver cabras montesas, a una zona de arroyos y
barrancos, donde se contabilizan algunas colleras de corzos, venados, jabalíes, incluso, una pequeña población de
muflones, que comparten este ecosistema con ganadería vacuna, otro motivo más
para no abandonar el camino bajo ningún concepto y cerrar siempre cada verja o
angarilla a nuestro paso. La finca se encuentra rodeada en todo su perímetro
por una valla cinegética. Tiene varias torretas de vigilancia y sensores de
disparos para combatir las posibles intrusiones de cazadores furtivos.
El
siguiente hito es el abandonado Cortijo de Coto Alto, que dada sus dimensiones
debió ser importante en su día.Continuamos
ascendiendo y el siguiente hito es una gran balsa de agua, que más bien parece
un pequeño embalse junto al cual se han erigido seis columnas que forman un círculo,
rematadas por capiteles de orden corintio. Dado lo recóndito del lugar y este
lujo renacentista, parece la excentricidad de un millonario, y es que, el
negocio de la caza, da para esto y mucho mas.
Una
vez que dejamos a nuestra espalda las mencionadas angarillas y verjas de
hierro, también quedará atrás la Finca Cinegética de Coto Alto, y comenzamos a
caminar por una pista terriza, se trata del camino de Ronda-Algeciras, 200 m
mas allá de la Verja, habremos atravesado la línea invisible de los términos
municipales de Ronda, que estamos abandonando y del Alpandeire donde ya estamos
entrando, desde el momento en el que la pendiente del terreno se va suavizando,
hasta hacerse llano, a partir del momento que pasamos por debajo del tendido
eléctrico, de frente y a nuestra derecha tenemos una preciosa crestería con magníficos
tajos, rematados por castilletes rocosos en la parte alta y alguna que otra
cueva que divisamos desde la distancia, y que invitan a soñar con futuras
exploraciones. Casi al final de este llano que estamos atravesando se encuentra
el famoso Dolmen de Encinas Borrachas, que de no ser por el panel informativo
que se encuentra justo al lado, podría pasar fácilmente desapercibido, pues
lamentablemente al igual que ocurre con otros dólmenes de la zona, se encuentra
muy mal tratado, posiblemente por algunos lugareños, hace ya muchos años, en
los que se creía a pies juntillas que estos monumentos funerarios eran tumbas
de gigantes y seguro que debajo de los cuales se hallaba algún tesoro.
Estos sepulcros colectivos son la primera indicación del uso habitual del puerto de Encinas Borrachas, como zona de comunicación de unas poblaciones móviles, posiblemente pastores que transitan con sus ganados desde la depresión de Ronda al valle del Genal para acceder a sus pastos y otros recursos en movimientos de trasterminancia estacional.
Para
más información sobre el mismo se puede consultar la bibliografía de las
excavaciones de 1977 en el prestigiosoblog de nuestros amigos manolo y Ana de
Cádiz:
La
presencia del Dolmen que acabamos de ver, así como de otros dos dólmenes
relativamente próximos, ponen de manifiesto la importancia estratégica del Puerto
de Encinas Borrachas (km 10)
entre la Meseta de Ronda y el Valle del Genal, desde el Tercer Milenio antes de
Cristo. Caminamos un corto trecho por el margen izquierdo de la carretera, que
abandonaremos unos 200 m mas allá, iniciando un pronunciado descenso por un
estrecho sendero parcialmente invadido de matorral, a pesar de tratarse de la
Etapa Nº6, del GR. 141 Serranía de Ronda, que aprovechamos desde estas líneas
para recordarle a sus responsables de la importancia de su mantenimiento
periódico y no sólo del día de las inauguraciones con la cinta y las tijeritas
donde núnca faltan los políticos que viven de cara al postureo y salir en la
foto.
Lo más curioso que
recuerdo de este tramo del sendero es una especie de antigua caja fuerte
oxidada, con una piedra encima, a escasos metros a la izquierda del sendero y
poco después llegamos al Dólmen del Montero, que de no ser por el pequeño panel
informativo al pie del sendero, pasaría totalmente desapercibido, pues los
restos de los antiguos ortostatos, son escasos, y la antigua estructura se
encuentra muy colmatada y camuflada bajo las abundantes aulagas que la tapan
parcialmente a unos 8 m a la izquierda del sendero. Al igual que el Dolmen de
Encinas Borrachas, el Dolmen del Montero fue descubierto por "Giménez
Reyna" en 1946, la denominación del Montero, se debe a que se encuentra
sobre la ladera del cerro del Montero, aunque también se le conoce como Dolmen
de la Fuente de la Piedra, en referencia a la cercana fuente, junto a la que
muy pronto pasaremos. El material empleado para su construcción es roca caliza, de las que
solo quedan los ortostatos próximos a la cabecera. Se trata de un dolmen
de galería o más bien, de los restos, de lo que un día fue un dolmen de
galería, del que se conservan tres ortostatos por cada lado más el de cabecera,
de la misma época que el Dólmen de Encinas Borrachas, es decir, de hace 6.000
años (Edad del Cobre), se le supone en su origen una conformación tumular
así como una orientación Sur-Sureste.
Continuamos
descendiendo hacia una cañada a la que llegamos unos 200 m mas allá, y al
llegar a la cañada, unos 50 m a la izquierda vemos una higuera, bajo la cual se
encuentra la Fuente de la Piedra, a la que podemos llegar por un camino al que
accedemos rebasando una angarilla, nos acercamos a verla y de hecho por este
camino continuaba el antiguo itinerario, hacia Alpandeire, sin embargo,
regresamos sobre nuestros pasos, dejando otra vez la angarilla cerrada, pues el
sendero por donde discurre el GR 141, continúa dirección S-O, afrontando una
corta, pero empinada ascensión, que en poco más de 100 m lineales, nos devuelve
a la carretera, junto a la que volvemos a caminar un corto trecho, para
inmediatamente después abandonar, ya de forma definitiva, primero, caminando en
paralelo a la misma, primero por un camino ancho, bajo los tajos de Montero, otro
enclave para la historia de la Serranía de Ronda., pues en estos terrenos, en
1811, cuando las tropas napoleónicas se desplazan de Ronda a Gibraltar, fueron
sorprendidas por la guerrilla serrana, que les infligió una dolorosa derrota y
numerosas bajas. Un general francés llamó a este paraje: Calle de la Amargura y Cementerio de Francia.
La revancha fue terrorífica para los serranos, especialmente para los vecinos
de Atajate, de cuyo pueblo solo quedó en pie la cruz de piedra que hoy preside
la plaza.
Tras el
almuerzo en tan emblemático enclave, retomamos la caminata por la vereda sujeta
por jorfes,que discurre asomándose, al arroyo de la Fuente del Espino, cuyo lecho llevamos a nuestra derecha, a
veces con cierto vuelo, aunque normalmente no lleva agua, lo hace con violencia
en periodos de lluvias, como se deduce al ver las rocas totalmente pulimentadas
por la fuerza abrasiva. Unos 700 m mas allá de la Fuente del Espino, lo
vadeamos, accediendo inmediatamente después a las ruinas del Cortijo
de la Mimbre (km 13,7), con su viejo huertecillo entre nogales e
higueras, nos llama poderosamente la atención la alberquilla, bajo una gran higuera, que tuvo el cometido de lavar el mineral de hierro
extraído en las minas de los Perdigones, que alcanzó su época de mayor
esplendor hacia 1725, cuando en tiempos de Felipe V, en tierras de Júzcar, se
instala una importante industria siderúrgica, la Real Fábrica de Hojalata de
San Miguel. El proyecto fue ideado por los ingenieros Emérico Dupasquier y
Pedro Enrique Meurón que, tras arduas tareas de espionaje industrial, consiguen
la fórmula para blanquear hierro, hasta entonces custodiada en Alemania. Varios
fueron los motivos para instalar la factoría a orillas del río Genal: la
riqueza forestal, vital para alimentar los altos hornos; la presencia de varias
minas de hierro, la cercanía de los puertos marítimos, imprescindibles para
llevar la hoja de lata a los mercados iberoamericanos y, por último, la fuerza
motriz de las aguas del Genal, encargadas de poner en funcionamiento los
ingenios. Por distintos motivos, la fábrica dejó de funcionar 50 años después.
Una vez mas, estos enterramientos, nos recuedan la presencia humana en este territorio desde tiempos prehistóricos. Si seguimos con la vista la parte alta del arroyo de Adaulazar, que poco a poco vamos dejando a nuestra izquierda, avistamos el horcajo donde confluyen las cinco cañadas de su cerrado valle, que pronto forma una garganta o pequeño desfiladero.
De regreso
al sendero, comenzamos un pronunciado descenso, suavizado por largos zig-zags,
hasta situarnos a la altura del arroyo Audalazar, junto al cual caminaremos en
paralelo por un tramo que normalmente, siempre se encuentra embarrado.
Rápidamente atravesamos el vado del arroyo Audalázar, también llamado Laza. El cauce suele estar seco, sobre
todo en verano, pero un pequeño venero, conocido como Chorrillo Barrera, suele mantener el
agua incluso en verano en una pocita muy visitada por las aves de la zona. El
barranco, aguas abajo, se halla cubierto por una maraña de mimbres y adelfas
impenetrable, mientras hacia la cabecera anda más despejado, sobre todo por la
instalación de la tubería que suministra agua a Alpandeire.
A nuestra
espalda (N-O), van quedando cada vez mas alejadas las siluetas del Cancho del Conio (o del Unicornio),
caracterizado por un lapiaz tan interesante como desconocido (por encontrarse
dentro de un coto de caza de difícil acceso, muy restringido, y el cerro de los Frailes, pelado en la
cima, pero contorneado por un prolífico encinar. El siguiente hito destacable
es una pequeña hornacina elevada en un margen del camino, conocida como Cruz Chiquita; fue hasta hace un
tiempo lugar concurrido para celebrar una romería. Como norma general,
seguiremos el carril principal, al frente, A nuestra derecha, el panorama es
muy aplio y sugestivo de sur a oeste destacando
por este orden Sierra Bermeja, la alpina silueta del cerro de Las Chapas (sierra
Crestellina), toda la cuerda de la dorsal con los pueblos de Benarrabá, Algatocín,
Benalauría y Benadalid y Atajate mas cercano a nosotros , por encima del cual
despunta el Martín Gil y sierra de los Pinos, envolviendo por su flanco oeste
el Valle del Guadiaro.
La vía pecuaria Vereda de la Fuente del Espino, por la que estamos llegando a
Alpandeire, un kilómetro antes de llegar al pueblo, se une con el Camino de
Alpandeire a Atajate, por donde discurre la Ruta de Fraileopoldo, que une las
localidades de Alpandeire y Jimera de Libar, pasando por Atajate, conectando de
ese modo los Valles del Genal y del Guadiaro. Esta bifurcación es conocida
localmente como "La Junta de Las Vereas", Pronto comenzaremos a
deleitarnos con vistas cada vez mas amplias y cercanas al casco urbano de
Alpandeire, localidad natal de Fray Leopoldo, donde destaca la esbelta Iglesia
parroquial de San Antonio de Padua "La Catedral del Valle del Genal",
después de dejar a la derecha el ramal que nos conduce a los Lavaderos (al que
también nos acercamos), continuamos de frente, por una calle en pendiente
ascendente por la que nos adentramos en el laberíntico entramado de callejuelas
con traza típicamente moriscas, por donde de forma intuitiva, siempre hacia arriba,
llegamos a la Iglesia Parroquial de San Antonio de Padua (km 18,8), que nos
enseñó el amigo Paco, el guía oficial de esta Iglesia, entrañable vecino de
Alpandeire.
Alpandeire está situado en una meseta al pie
de la Sierra del Oreganal (en su vertiente sur), a unos 700 metros de altitud.
Al norte del Valle del Genal, en su término municipal se alternan paisajes de
dehesas, canchales, fincas de olivos, almendros, vides y castaños.
En
cuanto a la historia de Alpandeire se han localizado hallazgos arqueológicos de
Encinas Borrachas uno de los principales yacimientos que demuestran la
presencia del hombre prehistórico en estas tierras. En esa zona se han
descubierto varios dólmenes y otras formas de enterramientos de la época del
Calcolítico. También se habla de una población denominada Ambareg, sobre la que
no se tienen datos muy ciertos y de la fortaleza situada en el mismo Cerro del
Castillejo.
En
épocas posteriores llegó a ser una de las principales fortalezas de los
alrededores de Ronda, pero tras su conquista y la posterior expulsión de los
moriscos, estas tierras sufrieron tal despoblamiento que Felipe III tuvo que
publicar un decreto de repoblación pocos meses después. Se han hallado
sepulturas y momias, que corresponden a un hombre y a una mujer, guardadas en
la iglesia parroquial y que se conservan en perfecto estado, por los lugares
adyacentes a este poblado y fortaleza.
El
monumento más sobresaliente en el municipio es la iglesia de San Antonio de
Padua, que se encuentra ubicada en el centro del pueblo, esta iglesia llama la
atención del visitante por sus grandes dimensiones a pesar de lo pequeño del
pueblo que tiene unos 300 habitantes. Es denominada popularmente la “Catedral
de la Serranía”. Es una extensa construcción que se inició a construir en el
siglo XVI por orden de Diego de Deza, arzobispo de Sevilla, pero tiene
apariencia de una construcción del siglo XVIII por una reconstrucción a la que
fue sometida. La construcción tiene planta basilical y está distribuido en tres
naves cubiertas con bóvedas de medio cañón y crucero rematado en cúpula. Dos
recios campanarios octogonales equilibran el armonioso exterior de la fábrica.
Según la comunidad en los sótanos del templo hay un cementerio en el que han
aparecido “cadáveres embalsamados e intactos”. Lo que sí es cierto, es que en
la cripta de la iglesia hay dos momias muy bien conservadas que al parecer son
de un matrimonio que contribuyó económicamente a la construcción del templo.
Otro lugar de interés es la casa natal de fray Leopoldo la cual tiene los trazos
característicos de la arquitectura popular serrana, y su interés se debe a que
fue el hogar en el que vino al mundo este personaje que sobresalió a nivel
mundial por sus obras caritativas. La vivienda se ha convertido en monumento
histórico artístico. El pueblo le ha dedicado al futuro santo, que está en
proceso de beatificación, una estatua en el lugar conocido como El Cerrajón.
También
destaca el Antiguo Pósito que fue transformado en un centro cultural por
hallarse en el centro del pueblo, data del siglo XVII y presenta una
arquitectura ciertamente atractiva.
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