Entorno: Perímetro oriental parque natural Los Alcornocales
Distancia aprox. 9 km ( 4,2 km ida y 4,8 km vuelta)
Desnivel aprox. subida 450 m
Desnivel aprox. bajada 350 m
Punto de partida: aparcamiento bajo los eucaliptos cercano a la central eléctrica
Punto mas elevado: antecumbre del cerro que flanquea la vertiente occdiental de Las Buitreras
Tiempo aprox. Planteando la ruta con sección fotográfica, baños y regreso por el cauce del río (entre 6 y 7 horas)
Nivel dificultad: medio
Tipo suelo: sendero terrizo, torrentera y cauce del río.
Tipo de recorrido: Teóricamente lineal, pero al retornar al lecho del río continuaremos por el hasta El Colmenar.
Mapa: del libro: Las 25 Mejores rutas por los espacios naturales protegidos de la provincia de Málaga
Hora puesta de sol y ciclo lunar: 21.39 pm, de luna nueva a creciente
Meteorlogía: el día no podía haber resultado mas favorable pues en la ida se intercalaron nubes y claros que nos permitieron disfrutar de distintas tonalidades sobnre el mismo paisaje, con nubosidad y agradable viento norte, que ayudaron a mitigar el intenso tramo de ascensión hacia la parte alta de Las Buitreras y al regresar sobre nuestros pasos para comenzar el tramo acuático, cielos despejados hasta nuestra llegada a El Colemar.
10 Participantes: Valentín, Carlitos, Juan Antonio, Silvia , Juan Luis, Pedro Guerrero “Chito”, Elisa, Pedro” y Juani.
Bibliografía: Ruta 20 del Libro: Las 25 Mejores rutas por los espacios naturales protegidos de la provincia de Málaga” (pág. 204, Sendero de Las Buitreras). Autor: Rafa Flores (Editorial La Serranía) y http://rutasyfotos.blogspot.com/
A tener en cuenta:
1º) El regreso por el río implica llevar bañador, tubo estanco para proteger: comida, cámara móviles, llaves del coche, etc… Si bien la mayor parte del recorrido el agua no cubre hay algunos tramos de cierta profundidad donde se hace necesario nadar.
2º) El denominado “puente de Los Alemanes” que pasa de un lado a otro del desfiladero, muy parecido al que existe en el Chorro, marcará nuestro punto de inflexión, siendo el lugar donde iniciaremos el retorno sobre nuestros pasos. Ni que decir tiene que aunque cuenta con un pequeño quitamiedos de piedra, conviene extremar la precaución al asomarnos por él.
3º) Llevad mínimo 2 litros y comida para todo el día. Pués aunque la ruta es corta, se presta a hacer largas pausas para recrearnos con el entorno y los baños. El agua del Guadiaro no es potable. Protección solar, gorra, gafas de sol, flotador el que no sepa nadar y quiera hacer el tramo acuático y muda de calzado y ropa cómoda para dejar en los coches.
Cómo llegar a El Colmenar: Como pueblo de referencia debemos dirigirnos Gaucín, ya que aunque es una pedanía que pertenece a Cortes de la Frontera, desde cortes sólo se puede acceder en tren. Una vez en Gaucín ya tomamos el desvío hacia la carretera que une Ronda con Algeciras y un par de kilómetros mas allá, justo cuando nos encontramos a los piés del Hacho de Gaucín que queda a nuestra derecha, llegamos a un cruce que nos indica: Algeciras a la izquierda y El Colmenar a la derecha, por done nos vamos a desviar tomando la MA-9300, con trazado sinuoso, pero con un piso en muy buen estado, llegando al Colmenar tras unos 15 minutos, en medio de un bonito paisaje de media montaña, donde el predominio del alcornoque, delata el nombre del parque natural al que nos estamos aproximando, unos 400 m después de atravesar el puente de hierro que salva las aguas del río Guadiaro, donde finaliza la versión acuática de esta ruta, un precioso mural de azulejo con una pareja adulta de gamos y su cría a los pies nos dan la bienvenida a El Colmenar (Estación de Gaucín), anunciando también: Las Buitreras (Monumento natural) y Parque natural de Los Alcornocales.
Descripción de la ruta:
Nada mas entrar en el pueblo nos vamos a encontrar con un cruce de calles en forma de “T”, donde debemos tomar a la derecha y otra vez a la derecha, hasta situarnos en un camino terrizo, que en dirección predominantemente este al principio y mas adelante dirección norte, va a mantener una constante a lo largo de toda la ruta, que disipa cualquier duda como es transitar en paralelo al río Guadiaro por su margen derecha (occidental) llevando el río en todo momento a nuestra derecha y la vía del tren a nuestra izquierda y obviamente al contrario en el regreso. Respetando estas pausas es prácticamente imposible perderse en esta ruta. El inicio oficial de ruta se puede ubicaren las instalaciones de la central eléctrica, a las que llegamos caminando a los pies de una hilera de eucaliptos centenarios, que desemboca en una verja de hierro, con puerta peatonal a la derecha, que nos permite acceder al recinto de las fantasmagóricas casas abandonadas, que en su tiempo estuvieron habitadas por los operarios de esta central y sus familias, algunas de ellas de muy buen porte, como bien nos confirmó nuestra amiga: Elisa (jefa de obras).
Nada mas atravesar la mencionada verja, nos encontramos con la baliza verde y blanca que nos señala 4 km a la Garganta de Las Buitreras a través de un sendero que comienza con unas escaleras que discurren paralelas a la tubería, junto a la que vamos ganando altura rápidamente, pronto giramos a la derecha, dejando atrás la estructura artificial. En breves minutos ya podemos comenzar a disfrutar de unas bonitas vistas sobre la cuenca del río Guadiaro, que ahora queda a mas de 100 m por debajo nuestra. Pero a unos 2 km de iniciada la caminata el sendero desciende hasta situarnos muy cerca de su orilla. De hecho, pasaremos pequeños bosquetes de adelfas, intercalados con otras especies de ribera, iniciando un tramo de perfil ondulante, donde se alternan pequeños tramos de subidas, bajadas y llaneos bastante cómodo.
Poco después de pasar el km 2 de ruta, el sendero cruza un arroyo tributario, procedente del cerro del Oso, que aunque sólo suele llevar agua en época de lluvias, también coincide con el cauce por donde bajan con una fuerza espectacular las aguas procedentes de una tubería superior, que aunque no estaba desalojando agua el día que pasamos por allí. Es muy recomendable llevar la cuerda de unos 10-12 m, que teníamos preparada, en caso de habernos encontrado con la fuerza del torrente, para asegurar el paso de los compañeros menos pesados. Es el único punto de peligro o al menos de dificultad que tiene esta ruta, aunque se trata de un hecho que sólo se da en ocasiones esporádicas.
El siguiente hito del camino es un llamativo falso túnel por el que discurre la vía del tren a nuestra izquierda ladera arriba, que se construyó en su día para salvaguardar el trazado de la vía férrea, de la avalancha de piedras que se produce de vez en cuando en ese tramo de la ladera y que ha llegado a formar dos grandes pedreras. Unos metros antes de llegar a la primera pedrera, un ramal de sendero que sale a nuestra derecha, nos lleva hasta la misma orilla del río Guadiaro, después de pasar junto a los restos de una calera, se trata de un ensanche del río conocido como Charco del Moro. Superada la segunda torrentera, el sendero comienza a ganar altura de forma espectacular, poco mas de un kilómetro nos resta hasta llegar a nuestro objetivo y en tan corta distancia, el sendero zigzaguea salvando casi 200 m de desnivel, que exigirán un esfuerzo adicional. De vez en cuando el sendero pasamos cerca de auténticos miradores naturales que quedan a nuestra derecha muy cerca del borde del desfiladero, desde donde tenemos unas vistas inolvidables del tramo del río Guadiaro que vamos dejando atrás y cada vez mas abajo. En algunos puntos el sendero se difumina, entre grandes palmitos, algarrobos y pequeños chaparros, pero es fácil de seguir y a pesar de la fuerte pendiente, en ningún caso resulta peligroso, entre resuello y resuello iremos ganando altura, hasta alcanzar el collado, donde unas redondeadas rocas nos brindan un buen lugar para descansar y recrearnos con las espectaculares vistas del entorno. Desde éste collado, podemos contemplar parte de la sierra de Líbar al norte y la sierra de Los Pinos al noroeste.
No será raro observar el cercano planeo de varios buitres cuya presencia en esta zona ha servido para bautizar la impresionante garganta que seguimos teniendo a nuestra derecha y junto a la cual continuamos caminando, pero ahora en descenso en busca del “puente de Los Alemanes” que no se ve desde la senda, pero insisto, al menos 300 m mas allá del collado habrá que seguir bajando unos 80 m de desnivel, sin conseguir verlo y con la sensación de que tal vez nos habremos pasado de largo. Pero entonces el sendero que vemos al otro lado de la garganta y que procede de La Cañada del Real Tesoro, nos servirá como referencia para situarnos a su altura y aproximarnos con precaución a una especie de terraza, donde se encuentra el tunelillo que excavado en roca viva, con unos 25 m de largo y en forma de “L” da acceso al inverosímil puente de Los Alemanes, que nos recuerda al que se encuentra en el Desfiladero de Los Gaitanes y que forma parte del Caminito del Rey, único paraje de estas características, que compite en espectacularidad con el lugar donde ahora nos encontramos.
A diferencia del Desfiladero de Los Gaitanes, el desfiladero o Garganta de Las Buitreras, presenta una exuberante vegetación de grandes enredaderas e incluso algunos árboles y arbustos que siguen proliferando, al tiempo que desafían la ley de la gravedad, unos 100 m de altura separan la ubicación del puente de Los Alemanes, con las aguas del Guadiaro, por donde vimos pasar a: Rafa Ríos “El Hombre que balizaba los caminos”, Geyperman Salvador, Andrés CSI y algunos miembros mas del GRUPO EXTREMO practicando una de sus múltiples salidas de barranquismo. Realizadas las fotos de rigor y agotados los elogios que nos inspiraba la belleza y espectacular del privilegiado entorno donde nos encontrábamos, regresamos sobre nuestros pasos, hasta el río Guadiaro, a la altura del Charco del Moro, donde y con Carlitos aún convaleciente de su lesión de rodillas, se había quedado esperándonos, cual solitario león marino, celebrando el retorno de sus compañeros con una nueva sesión de baño, que en su ímpetu lo llevó hasta bien avanzada la entrada del desfiladero, hasta donde lo siguieron el Doctor House y un Juani que mas preocupado en salvaguardar su cámara del líquido elemento, se quedó a medio camino, esperándolos en un resbaladizo saliente rocoso, donde estimó que sería un buen lugar para fotografiarlos nadando de regreso con la perspectiva del primer ó último tramo del desfiladero, según se mire, al fondo.
Finalizada esta primera sesión de baños para tomar un primer contacto con el agua y un breve almuerzo. Iniciamos el descenso que en un principio teníamos planeado. Pero a los pocos metros Valentín “El Rey de la Montaña” que volvió hacer honor a su nombre en un meteórico descenso y posterior descenso a tumba abierta, estimó mas oportuno regresar a la seguridad del sendero, pisando tierra firme, pues las vendas de sus dedos tras miles de cumbres conquistadas no son compatibles con largos tramos acuáticos y los tramos a nado son su talón de Aquiles. Carlitos “El Poeta de las Cumbres”, camiseta del atlético de Madrid y gafas a los Valle Inclán en ristre, tampoco terminaba de sentirse seguro, en medio de tanta agua y piedras resbaladizas en los tramos donde había que caminar sin profundidad y optó por seguir los pasos del Maestro Valentín. Eso fue poco antes de dejar a nuestra izquierda el punto donde el arroyo Carboneras, entrega sus cristalinas aguas al Guadiaro. Quienes mas tarde se unirían a Valentín y Carlitos serían nuestras compañeras Silvia y Elisa, que a buen seguro nos habrían acompañado durante todo el tramo acuático de haber venido con neoprenos, pues sus estilizadas figuras de modelo, se estaban resintiendo cada vez mas de la aún fresca temperatura de las aguas del río Guadiaro. Por lo tanto los que seguían aguas río abajo eramos: Cowboy Ruben, Doctor House, Juan Antonio “Corsario de Sierra Almijara” (que estrenaba neopreno), Chito, Pedro “El Maño” y El Comandante, disfrutando como un enano en su medio favorito.
El tramo de descenso del río Guadiaro que va desde la salida de Las Buitreras hasta el puente de hierro de El Colmenar, resultó una auténtica gozada, ya que la aparente monotonía de los tramos rectos y anchos del río, se veían enriquecidos con intermitentes rápidos, donde el río nos arrastraba corriente abajo, sin necesidad de nadar o caminar en las zonas poco profundas y tras un cielo que despejó definitivamente a partir del mediodía los colores del verde turquesa del agua, el intenso azul del cielo, el rosa de las adelfas y las mil tonalidades de verde que envuelve a las orillas nos hacían sentir seres verdaderamente privilegiados, que entre risas y bromas disfrutamos hasta perder la noción del tiempo. Unos 500 m antes de llegar a la altura de la presa el río describe una fuerte curva a la derecha, que es la antesala de un caos de roca, donde hay que escoger con buen criterio el lugar por donde pasamos, siendo la derecha la zona menos problemática.
Poco antes de llegar a la altura de la central dejamos en la orilla derecha una especie de casa cueva, con fachada realizada a base de un rudimentario muro de piedras, que le daba un toque mágico a esa parte de la orilla derecha del Guadiaro, al igual que la gran casa, cuyas paredes están cubiertas de trepadoras y al mismo tiempo rodeada de un gran jardín con palmeras, que estuvieron visitando nuestros compañeros de la versión terrestre. Mientras nosotros completábamos el último kilómetro disfrutando hasta el último metro de este dócil, pero divertido tramo acuático, que a buen seguro volveremos a repetir, pués resultó una ruta redonda. Al menos, eso mismo, pensaba nuestro amigo Juan Antonio “El Corsario de Sierra Almijara”, cuando instantes antes de hacer la última foto de final de ruta bajo el puente, fue a coger las banderas de su mochila, percatándose de que en el último momento, también se le había inundado su bote estanco. Y es que asegurarse de cerrar bien estos recipientes es imprescindible antes de volverlos a meter confiadamente dentro de nuestras mochilas.
En unos minutos volvimos a reagruparnos todos en la entrada del pueblo, donde habíamos dejado nuestros vehículos, trasladándonos a Gaucín para tomarnos la copa de despedida, donde tampoco faltó el humor y la agradable sensación de haber disfrutado de una preciosa e interesantísima jornada de río y montaña, que a pesar de su escasa longitud, fue generosa en paisajes espectaculares y agradables sensaciones.
Brillante crónica mi comandate!!!! Tanto como el genial dia que pasamos entre piedras, rápidos, chorreras, ranas, condones y botes estanco inundados. Sin duda, en cuanto disponga de otro dia libre, me reengancho al comando... ;)
ResponderEliminarMuchas gracias Chito, tan pronto como mi complicado horario partido me lo permita, te envío un "The very Best", aunque accidentalmente al poco de iniciar la ruta la cámara se autoprogramó en tamaño de fotos enano. ¡menuda putada!.
ResponderEliminarDon´t worry mi Comandante... Las fotos son pasajeras...las vivencias inolvidables...
ResponderEliminarY Carlitos diciendo poemas de Blas de Otero es UN CRACK...
Muchas gracias por tus frases celebres, que ciertamente son el evangelio.
ResponderEliminarUn abrazo y hasta la próxima.
Hola Juani,(por llamarte como todos te llaman) he estado disfrutando de las fotos de la ruta de las buitreras, preciosa ruta. Pero en el principio del relato dices que no se puede llegar a Colmenar desde Cortes, no es del todo verdad. Yo he tirado ya varias veces desde Cortes. Cogiendo la carr. a Ubrique, a unos
ResponderEliminarkilometros, hay una pista forestal a la izquierda que llega a Colmenar. Está bastante mal, eso si, Y si no la han arreglado desde Octubre seguirá asi! Aunque es muy bonita la zona. Que lo pasais bien! Salu2
A ver si consigo publicar uno
ResponderEliminarQuerida amiga Dorita:
ResponderEliminarMe refería a hacerlo de forma convencional en un turismo normal, no en 4x4. No obstante, gracias por tu aportación pués tu comentario, también enriquece la descripción de la ruta e invita a consultar mapas topográficos de la zona.
Un saludo y muchas gracias por tu aclaración.
Buééééno! Vale! Ya te dije, está mal, pero poder se puede. Yo quando voy sola voy en Vespa, y en Oct. fui con amigos en un Renault Megane, que no es precisamente un 4x4. Yo, en vez de que tener que dar una vuelta de x kilometros, prefiero ir por la pista, gastando quidado con los socavones, y veo de vez en cuando un Corzo! Saluditos.
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