jueves, junio 02, 2011

Propuestas para practicar senderismo en la isla de La Palma

Bibliografía:

http://www.tourlapalma.com,

http://www.lapalma.es

http://www.senderosdelapalma.com/

La isla de La Palma, cuyo nombre histórico es San Miguel de La Palma, es una isla del océano Atlántico perteneciente al extremo noroccidental del archipiélago de las Islas Canarias. Perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, su capital es Santa Cruz de La Palma, y el municipio más poblado de la isla es Los Llanos de Aridane. Desde 2002, toda la isla es Reserva de la Biosfera, siendo tras Lanzarote y El Hierro la tercera isla canaria a la que la Unesco reconoce con esta protección.

La isla tiene una superficie de 708,32 km² (9,45% del territorio canario) y una población de 87.324 habitantes (INE, Enero de 2010).

Su territorio es muy abrupto, alcanzando los 2.426 m en el Roque de los Muchachos, punto más elevado. En el tercio norte se encuentra una gran depresión de origen erosivo que forma la Caldera de Taburiente, declarada Parque Nacional en 1954. Desde el centro de la isla hasta el sur, en la llamada Cumbre Vieja, hay una serie de volcanes entre los que se encuentran el de San Antonio, el Volcán de San Juan y el TeneguíaCanarias1971). La Palma también posee el Parque Natural de Cumbre Vieja y el Parque Natural de Las Nieves, así como una serie de entidades protegidas de menor tamaño y grado de protección. (última erupción volcánica de en

En 1983, la zona de "El Canal y Los Tilos" es declarada como Reserva de la biosfera por la Unesco. Esta área se amplió en 1997 para formar la "Reserva de la Biosfera de Los Tilos". Finalmente, en 2002, se extendió la reserva a toda la isla con la denominación de Reserva de la Biosfera de La Palma.

La Palma es una de las islas canarias con mayor superficie boscosa, tanto de pinos como de laurisilva. En cuanto a la agricultura, los cultivos principales son el plátano de Canarias y la vid.

En la actualidad, el municipio más poblado de la isla es Los Llanos de Aridane, que supera en este respecto a la capital insular Santa Cruz de La Palma).

La isla de La Palma es un paraíso para los amantes del senderismo y en ella disfrutamos de bosques prehistóricos, pinares infinitos, cielos impolutos y seres vivos que no se encuentran en en ningún otro lugar del planeta. En distancias muy cortas de apenas unos centenares de metros podemos pasar de una zona de sol a otra de intensa lluvia o viceversa. He aquí una relación de rutas de senderismo propuestas por nuestros amigos el Doctor Leal y la Pimentonera de Águilas:

Ruta 1: GR 131, 3ª etapa: Refugio del Pilar-Roque de los Muchachos (2.426 m)

Poco antes del Km 25 de la carretera LP-4 que llega a los observatorios desde el E. de la isla, parte una pista ( 1.900 m ) a la izquierda que sube al Pico de la Nieve (sendero P.R-LP-3). Está indicado y hay sitio para dejar el vehículo. Se sube por la pista forestal hasta unos indicadores junto a una barandilla de madera (2.020 m). Hay un ensanchamiento donde se puede aparcar por lo que también se podría empezar aquí.

Se sigue el sendero, perfectamente trazado, y se asciende hasta un collado desde donde ya se divisa toda la
Caldera de Taburiente y el imponente Pico Bejenado. En este punto se enlaza con la G.R.-131 que recorre todo el cresterío de la Caldera. Se gira a la derecha (N.) y se continúa por el GR. Hay que desviarse un poco del camino para alcanzar el Pico de la Nieve (2.239 m) (1,00 ).

El sendero serpentea a partir de aquí por la cresta en continuos sube y baja. Pasa junto al Pico de Piedrallana (2.321 m) y va girando hacia el W en busca del Pico de la Cruz (2.351 m) (2,45), lugar donde confluyen los municipios de Los Sauces, El Paso y Barlovento. Se van viendo cada vez más cerca los grandes telescopios del complejo astrofísico.

Un poco más adelante el camino transcurre cerca de la carretera e incluso la toca en el Mirador de Taburiente, situado poco antes de la “Pared de Roberto” (El Mirador está situado aproximadamente en el Km. 32,5 de la carretera LP-4). El sendero atraviesa por una brecha la Pared de Roberto, que es un dique volcánico que ha quedado al descubierto por erosión diferencial aunque, según la leyenda, la pared fue levantada por el diablo para cortar el camino entre Santa Cruz de la Palma y Garafía. Un enamorado quiso atravesarla para ver a su doncella y al grito de “¡Va el alma y el cuerpo por pasar!”, se convirtió en una bola de fuego que atravesó el muro pero le costó la vida. Su amada fue encontrada muerta al amanecer y en el lugar en que fue enterrada, en los aledaños del Roque, florecieron “pensamientos de la cumbre”, una flor endémica de la isla con pétalos de color azulado, como los ojos de la doncella.

La ruta sigue hacia el Mirador de los Andenes, bordea el observatorio Isaac Newton y llega al Pico Fuente Nueva (2.366 m) (4,15). El Roque de los Muchachos está cerca pero su proximidad es engañosa ya que hay que perder altura y volver a remontar para alcanzar la explanada-parking donde se ubica el vértice geodésico (2.426 m)(4,45).

Los “Muchachos” son un grupo de pitones rocosos ( 2.433 m )( ED50 28R 218403 3184378 ) situados al S.E. del vértice. Están protegidos por una barandilla de madera para evitar su degradación. Un sendero los circunvala y prosigue hasta un promontorio desde el que se puede acceder a un mirador colgado sobre la Caldera.

Si los mares de nubes lo permiten, desde esta cumbre somos conscientes del por qué La Palma recibe el merecido sobrenombre de “La Isla Bonita”. Más del 35% de su superficie está protegida como Parque Natural, Reserva, Paisaje protegido, Monumento Natural o Sitio de Interés Científico, sin olvidar que la isla en su totalidad está declarada “Reserva Mundial de la Biosfera”.

Las especiales condiciones climáticas de La Palma y su singular orografía suponen una gran riqueza natural y paisajística, lo que unido a la extensísima red de caminos y senderos balizados existente, que tan pronto transcurren a nivel de mar, como salvan profundos barrancos, o ascienden a más de 2.000 m de altura, hacen de esta isla el destino soñado por montañeros y caminantes.

El punto culminante de la Palma es el Roque de los Muchachos (2.426 m), situado en el extremo N.W. del cresterío de la Caldera de Taburiente. En su entorno se ubican varios telescopios debido a las excelentes condiciones del lugar para la observación astrofísica. Una sinuosa carretera, la LP-4, llega hasta la cumbre desde Mirca, cerca de Santa Cruz de la Palma y desciende por la vertiente opuesta hacia Puntagorda. El acceso rodado facilita la presencia de turistas en la cumbre, lo que puede restar algo de encanto a lugar. Sin embargo la belleza de las variadas rutas para llegar caminando por tranquilos parajes y la visión de la impresionante Caldera de Taburiente, harán disfrutar enormemente de la ascensión por cualquier vertiente.
El sendero de gran recorrido G.R.-131 pasa por la cumbre partiendo en un sentido del puerto de Tazacorte y en el otro del refugio del Pilar. También lo hacen el P.R.-LP-9 desde Sto. Domingo de Garafía, el P.R.-LP-11 desde Puntagorda y el P.R.-LP-12 desde Tijarafe.

Otros senderos P.R. se unen a la G.R.-131 en distintos puntos de la cresta lo que permite múltiples combinaciones para alcanzar la cima del Roque de los Muchachos ( 2.421 m ). Algunos senderos, si se hacen íntegramente, recorren largas distancias y salvan importantes desniveles, por lo que conviene estudiar la posibilidad de partir de algún punto intermedio más cercano ya que no hay transporte público en la cumbre para retornar al punto de partida (lo que puede imposibilitar realizar el recorrido de ida y vuelta en un solo día, salvo que se cuente con un vehículo de apoyo o se contraten los servicios de un taxi)
En cualquier Oficina de Turismo de la isla facilitan mapas de la red de senderos.

Accesos: Km. 24,9 Carretera LP-4 (5h); Tazacorte por G.R.-131 (10h 30m, etapa completa) (5h 30, desde el Mirador de Hoya Grande, también llamado Hoya del Time); Refugio del Pilar por G.R.-131 (12h , etapa completa) (6h, desde el refugio de la Punta de los Roques, donde se puede pernoctar); Santo Domingo de Garafía por P.R.-LP-9 (8h, sendero completo) (3h 30m, desde Roque del Faro); Puntagorda por el P.R.-LP-11 (5h 45 m, sendero completo) (1h, desde la Tablada del Fraile, donde están los helipuertos. Este último tramo transcurre de momento por carretera); Desde Tijarafe, por P.R.-LP12 (5h 45 m ssendero completo. Este sendero enlaza con el P.R.-LP-11 en el Llano de las Ánimas).

Ruta 2: PR LP6 - Reserva de la Biosfera (Nacimiento de Marcos y Cordero)

Esta es una de las rutas más frecuentadas de la isla de La Palma. La espectacularidad del paisaje, la pequeña y divertida emoción de los túneles, la visión del agua y de los nacientes, así como el incomparable marco en que se desenvuelve el sendero, son los principales méritos de esta atractiva ruta. El agua es el elemento más presente en este sendero, y este agua ha sido una de las claves en el devenir histórico de la comarca.

En efecto, la abundancia de este recurso – que en su mayor parte proviene de los Nacientes de Marcos y Cordero – hizo que las tierras de San Andrés y Sauces fueran codiciadas desde un primer momento. El propio cabecilla de la Conquista de la isla, Alonso Fernández de Lugo, se reservó gran parte de ellas para su explotación. La caña de azúcar y los ingenios alimentados por los abundantes bosques, posibilitaron el desarrollo de estas dos localidades. Es interesante tener presente este hecho al recorrer el bellísimo sendero que actualmente transita por la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera, ampliada en el año 2.002 al resto del territorio insular.

El recorrido comienza en la Casa del monte (1.340 m.s.n.m.), donde hay que llegar en 4X4, debido a la dificultad de la pista forestal que separa el punto de partida con el núcleo urbano de Los Sauces. A partir de este punto el sendero discurre paralelamente al canal, de forma que el desnivel que tenemos que salvar es mínimo hasta llegar al Naciente de Marcos, no sin antes pasar por una serie de túneles excavados en las escarpadas laderas del Barranco del Agua, un total de trece.

Es necesario subir una pequeña pendiente y atravesar otro túnel más para llegar a los nacientes de Cordero (1.400 m.), donde empezaremos el descenso buscando nuestro punto de llegada, el Bosque de los Tiles, a unos 8 kilómetros de distancia por el fondo del barranco y salvando un fuerte desnivel de 1.000 metros.

Es aquí donde la laurisilva envuelve totalmente el ambiente. Este bosque milenario que pobló la Cuenca Mediterránea en la época del Terciario, constituye el ecosistema más peculiar y de mayor biodiversidad en la vegetación de la isla de La Palma.

Extreme las precauciones : Si piensa alcanzar los Nacientes de Marcos y Cordero y efectuar el regreso por la Casa del Monte, tenga en cuenta que este tramo se recorre por el borde de un canal. En algunos lugares de este trayecto la altura es considerable y en caso de caída el peligro es real. Durante el recorrido se atraviesan varios túneles, por lo que es conveniente ir provisto de una linterna. La responsabilidad derivada del tránsito por el sendero recae exclusivamente en el usuario del mismo.

Mantenga limpio el canal : El agua es un bien escaso y muy apreciado en La Palma. Se ruega no arroje basuras al canal ni se bañe en el mismo, ya que es agua de consumo humano.

Ruta 3: Volcán Teneguía y Volcán de San Antonio - Faro de Fuencaliente

Distancia recorrida: 12,02 kilómetros
Altitud min: 4 metros, max: 443 metros
Desnivel acum. subiendo: 520 metros, bajando: 517 metros
Grado de dificultad:
Fácil
Tiempo: 4 horas 27 minutos
Fecha: diciembre 12, 2010
Finaliza en el punto de partida (circular):
Coordenadas: 699

Este tramo del GR 131 coincide con una de las excursiones más bellas, frecuentadas y emblemáticas de la isla de La Palma: La Ruta de Los Volcanes. Ya en el siglo XVII la ruta era frecuentada y conocida como el “Camino de los Palos Jincados”, en clara referencia a los palos que se hincaban en el terreno para servir de guía.

El recorrido es un compendio sobre el vulcanismo histórico de La Palma a través de un paisaje contundente de lavas, cenizas volcánicas, calderas y volcanes. La mayor parte de los excursionistas suelen terminar la jornada en Fuencaliente (Los Canarios) y no llegan hasta el mar, lo que le resta un importante atractivo a la ruta.

“La Ruta de Los Volcanes serpentea por la crestería que como una espina dorsal recorre más de la mitad de la isla. Desde el sendero se obtiene una magnífica panorámica de La Caldera de Taburiente, de los volcanes y de las islas cercanas con el Teide siempre presente”, (Sebastián Álvaro).

El recorrido comienza en El Refugio de El Pilar (1.456 m.s.n.m.) una de las principales Áreas Recreativas de Canarias, la cual sirve de importante nudo de comunicaciones a la Red de Senderos debido a su geoestratégica situación: una degollada que comunica las dos bandas de la isla, donde confluyen tres municipios y el camino de la cumbre.

A partir de la media hora de recorrido, es cuando la Ruta de los Volcanes hace honor a su nombre, ya que pasamos por las faldas del Volcán Birigoyo (1.807 m.), el cráter del Hoyo Negro (1.890 m.), el Duraznero (1.840 m.), Las Deseadas (1.931 m.) y El Martín (1.630 m.).

Una vez en el pueblo de Fuencaliente, nos encontramos con los dos últimos volcanes del recorrido: el San Antonio (640 m.) y el Teneguía (450 m.), siendo éste la última erupción ocurrida en España (año 1.971) y donde la isla le ganó al mar 2 kilómetros cuadrados, enclavándose en la actualidad los principales cultivos de plátanos de la zona.

La ruta finaliza en el Faro de Fuencaliente, donde podemos visitar el Centro de Interpretación del Lugar de Importancia Comunitaria Franja Marina de Fuencaliente, El Centro de Interpretación de La Reserva Marina de Fuencaliente y el Sitio de Interés Científico de Las Salinas de Fuencaliente.


Ruta 4. PR. LP 13.1, Del Mirador de Brecitos al área de acampada de la Caldera de Taburiente

La Caldera de Taburiente alberga la mayor representación del ecosistema pinar canario, donde además del agua, las formaciones geológicas y la huella del hombre han hecho de este rincón de la isla, un lugar emblemático para palmeros y visitantes, lo que originó que en 1.954 este espacio natural fuese declarado, junto a las Cañadas del Teide, Parque Nacional, el cuarto de todo el territorio español.

Esta Caldera, una de las mayores del mundo, con un diámetro de ocho kilómetros en su parte central, se sostiene sobre paredes escarpadas de
más de mil metros de desnivel y sitúa aquí el punto más elevado de la isla con 2.426 m. de altura, donde se encuentra uno de los centros de observación astrofísica más importantes del planeta, El Roque de Los Muchachos.

La ruta podemos comenzarla en el fondo del Barranco de Las Angustias, donde cogeremos un transporte que nos lleve al Mirador de Los Brecitos (1.080 m.) y a partir de aquí descenderemos por un sendero cómodo y sin dificultades hasta llegar a la Playa de Taburiente (750 m.) y la zona de acampada, disfrutando durante el recorrido del verdadero protagonista vegetal de este Parque Nacional, el Pino Canario.

En la Playa de Taburiente podemos descansar y reponer fuerzas, además de disfrutar de las aguas frías y cristalinas que manan de los numerosos nacientes que nos ofrece este enclave característico de nuestra geografía, así como del pequeño Centro de Interpretación que podemos visitar antes de seguir nuestro camino por el llamado “Reventón”, donde nos encontraremos con el famoso Roque Idafe, lugar donde los antiguos habitantes de la isla o ahuaritas rendían homenaje al dios Abora.

Continuaremos el descenso hasta el cauce del Barranco del Almendro Amargo para llegar a Dos Aguas (520 m.), no sin antes desviarnos si queremos visitar la Cascada de Colores (unos 30 minutos aprox.). A partir de este punto, el principal protagonista de nuestro sendero será el agua, ya que debemos continuar por el lecho del barranco para encontrarnos con multitud de pozas y piscinas naturales que invitan a darse un baño en los días de calor, sobre todo a partir de primavera. En el tramo final de nuestro sendero, el camino discurre por un ancho cauce totalmente desdibujado hasta llegar al parking del fondo del Barranco de las Angustias, donde concluirá nuestra ruta.

Puntos de información: El Parque dispone de un Centro de Visitantes, tres casetas de información y un campamento para grupos organizados. Aquí encontrarás una descripción de su ubicación y funciones.

El Parque Nacional dispone de varios puntos de información, de los que el más importante es el Centro de Visitantes de El Paso. Este es el lugar perfecto para hacer acopio de mapas, consejos e información actualizada sobre el estado de los senderos. También dispone de una interesante exposición, renovada periódicamente, con vídeos y paneles explicativos sobre los valores naturales del Parque, además de una maqueta en relieve de la isla. En su jardín pueden contemplarse algunas de sus especies más escasas de plantas, que resultan extremadamente difíciles de ver en libertad.

Por otra parte, el Parque cuenta con casetas de información en La Cumbrecita (ver acceso número 3), el Roque de los Muchachos y la pista del Lomo de Los Caballos a los Brecitos (ver acceso número 1). En todos ellos es conveniente hacer una parada para recopilar información de última hora sobre pistas y senderos e información meteorológica (imprescindible en el acceso por La Cumbrecita).

Por último, el parque también cuenta con el Campamento-Aula de Naturaleza de El Riachuelo (en la carretera a La Cumbrecita, unos 2 km. antes del aparcamiento). Cuenta con 7 casetas de 11 plazas cada una, destinadas a centros escolares y grupos organizados que tengan entre sus fines el conocimiento y disfrute de la naturaleza. Para poder utilizar sus instalaciones, es necesario solicitar un permiso en el Centro de Visitantes y depositar una fianza que cubra los posibles desperfectos.

CENTRO de VISITANTES DE LA CALDERA
Dirección
: Ctra. Gral. Padrón, 47 (P.K. 20,5 de la carretera LP-2, entre Los Llanos de Aridane y Santa Cruz de La Palma)
Teléfonos: 922 497 277 y
922 497 400
Fax: 922 497 081
E-mail: caldera@mma.es
Horario: Abierto todos los días de 09.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.30 horas

Caldera de Taburiente: La fortaleza natural

Con unos ocho kilómetros de diámetro y casi veinte de circunferencia, este inmenso cráter erosivo es uno de los Parques Nacionales más veteranos de España. Declarado como tal en 1954, acaba de cumplir medio siglo como garante de sus numerosos tesoros botánicos, geológicos y faunísticos.

Reserva de la Biosfera Patrimonio de todos

El 30 de junio de 1983, la UNESCO declaró como Reserva de la Biosfera una finca de 511 hectáreas en la zona de El Canal y Los Tiles (noreste de la isla). Diecinueve años después, en noviembre de 2002, la declaración se amplió a todo el territorio de la isla de La Palma.

La laurisilva

El corazón de la Reserva

La primera declaración de Los Tilos como Reserva de la Biosfera intentaba proteger uno de los últimos bosques de laurisilva del planeta, un frágil ecosistema húmedo heredado de la época Terciaria. La Palma fue, en aquel entonces la primera de las islas Canarias en contar con un reconocimiento semejante.

Hace 20 millones de años, cuando los mamíferos apenas comenzaban a dominar la Tierra, un exuberante bosque húmedo ocupaba toda la cuenca del Mediterráneo. Desde entonces la sucesión de períodos áridos, seguidos de glaciaciones, fue arrinconando sucesivamente este ecosistema hasta confinarlo a los archipiélagos de la Macaronesia (Canarias, Madeira y Azores).

Con la llegada de los primeros pobladores humanos a nuestro archipiélago, ya en el siglo II de nuestra era, la explotación de estos bosques los hizo retroceder aún más. La degradación se acentuó especialmente tras la conquista castellana del siglo XVI, que atrajo actividades económicas intensivas en el consumo de madera: producción de azúcar de caña, construcción y reparación de barcos, etc.

La laurisilva agrupa hasta 18 especies en Canarias (la más significativa de ellas, el laurus azorica , da nombre al conjunto). Todas ellas han alargado y ensanchado sus hojas para especializarse en la captación de la humedad aportada por los vientos alisios. No resulta por tanto extraño el comprobar que su distribución en La Palma coincide con el extremo noroeste, que es donde soplan con mayor intensidad. Los municipios de San Andrés y Sauces, Barlovento y Puntallana cuentan con los mejores ejemplos de laurisilva de La Palma. Y, por las razones ya dichas, también del mundo.

Las zonas

¿Por qué toda la isla?

Desde mediados de los 90, empezó a quedar claro que la extensión de la Reserva era insuficiente para cumplir los objetivos de la UNESCO. En un espacio tan escaso como nuestra isla, pronto se hizo evidente que la conservación del núcleo dependía de su capacidad de acoplarse al desarrollo de las zonas limítrofes. Y así se hizo extensible a toda la isla de La Palma.

Ruta 5: SL - EP 103. LLANO DEL JABLE - LAVAS DE SAN JUAN.

Descripción: Este sendero permite llegar a las lavas de San Juan desde El Paso, Taacande o el Reugio de El Pilar, sin tener que ascender la fuerte pendiente que hay desde San Nicolás. Lo malo es que sólo se ve parte de la colada. Es una buena ruta para recorrerla en familia, la mayor parte del trayecto se hace por una cómoda pista.

Lugar de salida: Llanos del Jable.

Lugar de llegada: Lavas de San Juan.

Grado de dificultad: Fácil.

Distancia total: 4

Desnivel ascendente acumulado: 100

Desnivel descendente acumulado: 200

Tiempo estimado de ida: 1

Tiempo estimado de vuelta: 1-15

Principales dificultades: Atención a la niebla en los Llanos del Jable, bastante frecuente y causante de engorrosas pérdidas del camino.

Época recomendada: Cualquier época del año.

Transporte hasta el sendero: Vehículo propio o taxi.

Ruta 6, PR. LP 05.1 El Cubo de La Galga

Distancia recorrida: 4,81 kilómetros (existe una versión extendida de unos 12 km de longitud)
Altitud min: 861 metros, max: 1.146 metros
Desnivel acum. subiendo: 252 metros, bajando: 332 metros
Grado de dificultad: Fácil
Tipo de ruta:
circular

El precioso recorrido –de dificultad baja- tiene dos partes o tramos a elegir. Uno es el tramo circular por la zona más vistosa e imponente del sendero: la laurisilva del Cubo de La Galga. La otra parte permite comunicar esta senda con la carretera general (parada de guaguas), la Montaña de la Galga (magnífico mirador) o la posibilidad de continuar hacia Puntallana o Los Sauces.

El sendero, por lo tanto, tiene una distancia que va desde unos cincos kilómetros -que se recorren en aproximadamente dos horas si se trata del recorrido circular-, hasta 12,4 kms. -para el que se necesitan casi cuatro horas-. Si se opta por éste, el largo, hay que tener en cuenta que se inicia a los 200 mts. sobre el nivel del mar, en el Barranco de Nogales, luego se cruza por el pago de La Galga, luego por el Canal, el Cubo y se sigue ascendiendo hasta el Mirador de la Somada Alta, a 790 mts. de altura. Luego se desciende hasta el punto de partida. Como opción adicional, se podría ascender al cercano Mirador de La Galga o de San Bartolo, donde hay una mesa panorámica (439 mts.) desde donde se aprecia el bello municipio en todo su esplendor, desde el mar a sus montes.

El recorrido del circuito corto o circular, en cambio, comienza en el punto de Información Ambiental -junto al aparcamiento y los túneles de la carretera general del norte- con las vistas de un monteverde empobrecido. Una vez nos vamos introduciendo, el bosque va tomando más consistencia. Aquí abundan los árboles frutales y las fayas, las zarzas y los brezos. Se trata de la antesala de la laurisilva pura. Aún no se le considera así. A partir de esos instantes, en la zona del borde del bosque se puede contemplar un importante ejemplar de barbusano. Este impresionante árbol de corteza escamosa puede alcanzar los 25 metros de altura. El antiguamente llamado “ébano de Canarias” era muy apreciado en ebanistería, sobre todo para la fabricación de muebles. Por este motivo no quedan muchos ya que era frecuente su tala para obtener la madera rojiza. Siguiendo el precioso sendero se contempla un arbusto de ribera denominado “sauce canario” –Salix canariensis-, endemismo macaronésico presente en el Archipiélago Canario así como en la Isla de Madeira. Se trata de un ejemplar de hojas lanceoladas, verdes en el haz y pelosas en el envés que suelen estar deformadas por agallas. Por regla general se encuentran asociados a las zonas húmedas de los fondos de los profundos barrancos palmeros. Así mismo, en los bordes de la vereda encontraremos magníficos ejemplares de viñátigos. Sus hojas, al caer, forman un hermoso color que va desde el naranja oscuro al púrpura fuego. Una de sus características es el de tener multitud de ramas que parten desde su base y ascienden por el tronco. Son sus hijos a los que se conocen popularmente como “chupones”, endemismo de la laurisilva. Una vez muere el tronco matriz, la base -formada por un gran tocón- genera numerosos chupones que mantienen vivo el árbol.

El agua es el elemento imprescindible del Cubo. A medida que nos adentremos en el barranco, el aumento de la humedad se hace cada vez más perceptible. De hecho, se debe de cruzar bajo un canal de agua fresca que la transporta para su uso en la agricultura y abastecimiento público. El característico y reconfortante sonido del agua nos acompañará durante el trayecto por el barranco, en el que también se une el canto de los diversos pájaros que anidan en la zona. Un ejemplo es la paloma endémica canaria que emite un sonido basado en nuestra vocal “u”. Una agradable sorpresa es ver a alguna de ellas sobrevolar la arboleda. Casi al final del recorrido nos encontramos con que la luz apenas llega al suelo. Una alta cúpula verde formada por los tilos o tiles –reliquias del Terciario- nos muestra el húmedo esplendor de la laurisilva. Son los dueños del lugar. Sus largos y finos troncos de dura madera verde nos indican que estamos en un lugar privilegiado de la Naturaleza. Bajo sus copas majestuosas crecen los enormes helechos, formando tapices naturales frescos y verdes, supervivientes de épocas remotas. Existen laderas de helechos, paredes verdosas de líquenes y musgos, extraordinarios troncos labrados, rugosos, coloridos y bellos…

A las mencionadas palomas de la laurisilva, conocidas como rabiche y turqué, añadiremos a la rica fauna del lugar algunos pájaros: la chocha perdiz, el mosquitero, el herrerillo, el mirlo, el petirrojo… Destacan también las bellas mariposas como la Pieris Rapae y la Maniola Jurtina Fortunata. Al cerrar los ojos, el “espectáculo acústico” es execepcional.

La hierba es abundante e interesante. La Crambe Gigantea nos acompañará casi todo el recorrido con su enramado de pequeñas flores blancas que parecen estar suspendidas en el aire ya que sus gajos son extremadamente finos. Otros ejemplos son los cabezotes –llamado también cardo de risco con flor hermosa en forma de corona; la centáurea con inflorescencia roja sobre un soporte que se asemeja a un vaso labrado; la lechuguilla en botones dorados; la ruda salvaje; el poleo de monte; la encimba; la chaorra; la estrelladera con un color especial entre marrón y carmesí; la ratonera; el tomillo de burro; la pata de gallo; la garitopa; etc.

Al atravesar el lecho del barranco –a unos 730 mts. sobre el nivel del mar- encontramos piedras redondas que nos indican que aún el agua transcurre por allí excavando el cañón. Desde la parte alta de la montaña nacen las intensas torrenteras que arrastran materiales que nos explican las características del lecho del barranco. Se observan numerosas cuevas y huecos excavados en las paredes en el que anidan y se refugian las aves. Aquí abundan también las lechuzas, las chochas perdices, los pinzones, búhos chicos, palomas y otras aves forestales. También se refugian en estas húmedas oquedades los tenebrosos murciélagos. Las paredes del barranco se desploman verticalmente y nos hacen sentirnos diminutos ante su colosal altura. En las paredes de las laderas labradas por el barranco o abiertas por la pista forestal por donde pasamos, podemos contemplar extasiados la diferentes capas basálticas donde abundan plantas rupícolas como la gacia (Teline Stenopetala) -de preciosa flor amarilla-, la malfurada, el bejeque (Aeonium Goochiae),etc.

Luego el camino se mete debajo de uno de estos riscos y aparece un arbusto muy escaso en La Palma, el llamado peralillo. El cauce se encaja y forma un cañón de paredes verticales sobre las que se discurre el sendero convenientemente protegido por barandas de madera. Se considera otro de los tesoros del Cubo la vegetación vertical que nace en las húmedas paredes. Se conoce como rupícola. La conforman los enormes y bellos helechos –Woodwardia Radicans, cuyas hojas compuestas alcanzan hasta los dos metros- y bejeques –Greenovia Tijarafensis- “con forma de pasteles verdes pegados a la roca o cerrajas con sus hojas rizadas que crean un auténtico jardín colgante natural”. Otro de los matorrales o arbustos que nos acompañarán constantemente son las zarzas (Rubus Bollei), cuyas jóvenes hojas combinan varios colores, y la convierten en una preciosa planta. Desde los altos riscos o incluso los árboles, caen a veces cascadas de sus lianas. De las húmedas paredes sobresalen los culantrillos (Adiantum Capillus-Veneris), el helecho pequeño (Asplenium Hemionitis) y la tostonera (Adiantum Reniforme).

De entre tanta belleza autóctona y especial existe otro espécimen “hediondo” (Ageratina Riparia) que ha sido introducido en La Palma procedente de México –seguramente sus semillas han sido traídas de forma involuntaria junto con otras- pero que ha sido nefasto para el entorno, puesto que está desplazando a nuestra flora. Ni siquiera el ganado la come. Otro atentado natural lo constituía un lugar que fue hermoso, pero que la mano del hombre destrozó para instalar una antigua industria de obtener áridos y tierras fértiles. Para que tengamos una idea de la atrocidad cometida en estos montes de Puntallana, entre 1953 y 1961, se cortaron –según el Archivo Municipal- 956 viñátigos y 882 pinos. Cerca de la parte alta, donde la pista se divide en dos había un terrible monumento de cemento resquebrajado y hierros retorcidos. Otro incordio para este pequeño paraíso. La naturaleza poco a poco –si el hombre la deja- lo va engullendo, afortunadamente.

Otra de las plantas que nos acompañan en los zigzagueantes caminos es la gibalbera (Semele Androgyna) que ocupa varias extensiones a la orilla de la pista e incluso el canal. También la zarzaparrilla (Smilax Aspera) que trata de trepar por los árboles, y lo consigue. La propia hiedra (Hedera Helix) cuelga sus lianas desde el follaje de la espesa y reconfortante arboleda.

A pesar de los incendios y los aprovechamientos forestales, el paisaje se ha regenerado milagrosamente. De esta manera, el esplendor de la laurisilva del Cubo de La Galga será un exquisito regalo para los cinco sentidos. El que visitó este tesoro natural, jamás lo olvida.

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