jueves, enero 17, 2013

Ruta circular carretera Cabra Montes-cortijo de Funes-cortijo Almijara-Mojón de Las Diferencias-cuesta de Pulga-pico de Lopera-ladera este-Prados de Lopera

Entorno: sector nororiental Sierra Almijara (prov. Granada).
Antes de pasar directamente a la descripción de la ruta, unas breves pinceladas sobre Sierra Almijara:
Constituye uno de los macizos montañosos más meridionales de las Cordilleras Béticas. Tiene una orientación inicial este-oeste, para sufrir una inflexión en dirección noroeste-sureste, y muriendo en el Mar de Alborán a través de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo. El conjunto abarca el extremo este de la provincia de Málaga y suroeste de Granada, sus máximas cotas actúan como límites naturales entre ambas provincias. En Málaga forma parte, junto con las Sierras de Tejeda y las de la Dorsal Bética, de una barrera protectora natural que resguarda a la comarca de La Axarquía, de las inclemencias del tiempo del norte. Comprendiendo parte de los términos municipales de Canillas de Albaida, Cómpeta, Frigiliana y Nerja, por la parte malagueña, y de Alhama de Granada, Arenas del Rey, Jayena y Otívar, por la parte granadina.
Se trata de un conjunto muy accidentado que en muchas ocasiones nos regala postales prácticamente alpinas, pudiendo afirmar sin temor a equivocarnos que nos encontramos ante Los Dolomitas andaluces, con esbeltas cumbres, profundos barrancos de acusado desnivel, empinadas laderas que desparraman por su falda enormes cantidades de piedras formando largas ramblas y pedreras. La erosión también ha dejado curiosas formaciones, a modo de pequeños desfiladeros. Como los “cahorros o cajorros” del río Chíllar, del Higuerón o del Patalamara, y la formación de profundos barrancos, que conforman la red hidrográfica de los cursos más importantes, como el impresionante barranco de Los cazadores o el popular río Verde, con el conjunto de barranco que se forman en su cabecera que da lugar al famoso barranco de Las Chorreras.
Por sus grandes dimensiones, ha sido subdividida en unidades menores, más o menos características: la Sierra de Cómpeta, cuyas máximas cotas son el Lucero ó Raspón de Los Moriscos (1779 m) y el Cerro de la Mota, (1653 m). De ésta baja una rama hacia Frigiliana, constituyendo la Sierra de En medio cuya mayor altitud se encuentra en el imponente cerro Cisne (1.481 m), y hacia el este, prosigue formando la llamada Sierra de Nerja, con cotas como el Cerro de los Machos (1587 m.) y  donde se alcanza la máxima cota de todo el conjunto, el Cerro Navachica (1832 m), la vertiginosa mole del Almendrón (1.514 m), collado del Nido del Buitre (1.544 m), La Comatocha (1.311 m), además del Cerro Cabañeros (1718 m), Muela de Piedra Sillada (1675 m), Alto de la Cuesta del Espartal (1596 m) y, finalmente, en el Cerro del Cielo (1508 m), ya muy cerca de la costa de Nerja-Maro. La Sierra de Almijara, con cotas superiores a los 1800 m., constituye un importante núcleo de condensación pluvial. Las precipitaciones penetran a través de los mármoles y al contactar  con los materiales esquistosos impermeables, afloran manantiales más o menos importantes. Este fenómeno favorece la regulación del agua durante buena parte del año, permitiendo que algunos cursos, como los ríos Torrox, Chíllar, Cacín, Maro y Verde, tengan agua durante todo el año.
Otra característica importante de la hidrografía de esta Sierra, es su potencial erosivo, especialmente acusado en la vertiente mediterránea. Este fenómeno deriva del hecho de que cotas superiores a los 1500 m se encuentren a escasos kilómetros de la costa, labrando profundos barrancos.
A medida que se asciende se produce un aumento de la pluviosidad y una disminución de la temperatura. A estas características generales, hay que añadir algunas derivadas de su situación geográfica, el estar relativamente cerca del mar y de Sierra Nevada determinan una solana muy térmica, suave y seca al sur, y una umbría orientada al norte, en la provincia de Granada más fría, de régimen más continental y mucho más húmeda, tal y como podemos comprobar en cualquier ruta que realicemos por la vertiente granadina, como este día en el que hicimos la ruta del pico Lopera. Todo ello influye en la distribución de los seres vivos, a uno y otro lado de la sierra. La temperatura media anual oscila entre los 10 y 17ºC en la base y los 8 a 13ºC en las cimas. 
Pueblos de referencia y cómo llegar al inicio de ruta: vengas de donde vengas la referencia es la A-4050, conocida como carretera de La Cabra Montés que comunica Almuñecar-Granada. 
Si vienes por la costa debes entrar en Almuñecar y buscar el desvío dirección Otívar, que será el pueblo de referencia. Debes seguir carretera arriba hasta dejar atrás el puerto de la Cabra Montés y continuar dirección norte, dejando a la izquierda todas las pistas y senderos que descienden hacia las rutas tradicionales del famoso río Verde, la carretera desciende y vuelve a ascender suavemente, pasando bajo un túnel excavado en roca viva, que nos indica que ya estamos muy cerca del km. 28 (marcado a pie de carretera), lugar que distinguiremos fácilmente porque en el margen derecho de la carretera encontramos el inicio de una pista. Y a la izquierda un pequeño rellano, donde se pueden dejar aparcado algunos coches, junto al panel que nos anuncia la versión mas simplificada para subir al pico Lopera que tenemos justo en frente a tan sólo 2,5 km en dirección oeste, salvado un desnivel de tan sólo 250 m por el carril-cortafuego que desciende desde su cumbre hasta el lugar que nos encontramos, pero que en nuestro caso utilizaríamos solo para el regreso, ya que una vez que uno se pega el lote de kilómetros y la panzá de curvas hasta aquí, no es plan de hacer una mariconada. 
Si vienes desde el interior concretamente desde Granada, lo suyo es tomar la autovía Granada-Motril y a la altura de Dilar-Padul ya vemos las indicaciones hacia Otívar por
la A-4050, conocida como carretera de La Cabra Montés que comunica Granada-Almuñecar, siendo mucho mas dócil esta carretera si venimos desde el interior, siendo el km. 28, donde debemos dejar los coches. Sirva de referencia que en el km. 27, se encuentra el cartel que nos anuncia el Mesón Prados de Lopera. Un poco antes habríamos dejado a nuestra derecha el desvío hacia Jayena, que es el pueblo de referencia si venimos desde la zona de Alhama de Granada.
Mapa de la ruta: en amarillo tramo que debemos recorrer por carretera (en suave descenso), en color verde tramos predominantemente en bajada o casi llanos. Y en rojo: tramos predominantemente en subida.
Distancia aprox.  22,2 km
Desnivel aprox.  subida 1.000 m
Desnivel aprox.  bajada 800 m
Punto de partida: km 20 de la A-4050, carretera de La Cabra Montés.
Punto mas elevado: pico Lopera (1.485 m)
Punto mas bajo: cortijo de Funes (860 m)
Tiempo aprox. 6-7 horas
Nivel dificultad: medio
Tipo suelo: 85% pista/cortafuegos, 10% sendero, 5% carretera
Tipo de recorrido: circular en el sentido de las agujas del reloj, girando en torno a la vertiente sur y oeste del cerro Lopera, hasta coronarlo por su cara norte en el último tramo del recorrido, descendiendo por su vertiente este.
Mapa: 1041-III Navachica
Fecha de realización: martes, 15 de enero 2013.
3 participantes: Nuestro guía y precursor de esta ruta Manuel Manzanares “El Cartógrafo de su Majestad”, Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Alm,ijara” y Juan Ignacio Amador “El Comandante”.
Bibliografía: colección rutas inéditas de Manuel Manzanares “El Cartógrafo de su Majestad”.
A tener en cuenta: A pesar de que la mayor parte de esta ruta discurre por pista se trata de un itinerario que nos muestra un espectacular paisaje de montaña por una de las zonas menos conocidas de Sierra Almijara.
Hay que estar muy atentos al lugar donde abandonamos la carretera para adentrarnos ladera abajo hacia el cortijo de Funes.
En épocas de lluvias el cauce de los arroyos que debemos vadear puede aumentar considerablemente, especialmente a la altura del cortijo de Funes y del cortijo Almijara, por lo que no está de mas ir preparado con unos escarpines, botas de agua o incluso unas sandalias, para al menos no tener que mojar las botas o el calzado de montaña que llevemos en la ruta.
Breve descripción de la ruta:
Como ya hemos dicho anteriormente, una vez estacionado el/los vehículo/s en el llanito que vemos junto al km 28, done se encuentra el panel informativo que nos anuncia la versión corta de subida al Pico Lopera, que de momento ignoraremos porque sólo lo vamos a utilizar para realizar el descenso al final del recorrido.
1ª parte: Iniciamos la ruta caminando por la carretera abajo, dirección Almuñecar, hacia los restos de un mosaico semi oculto por las aulagas que nos anuncia “término municipal de Otívar”. Dejando atrás el dócil paisaje de prados y lomas redondeadas que caracteriza la comarca de Alhama y en cuestión de metros el paisaje cambia por completo. 
La carretera se convierte en un improvisado mirador sobre las profundas cañadas que se desploman a nuestra derecha, desde donde ya podemos divisar un buen número de cumbres emblemáticas de Sierra Almijara y en el margen izquierdo de la carretera como complemento al grandioso espectáculo visual que tenemos ante nosotros los tajos y pináculos blanquecinos del cerro del Pescao, en lo que sería la zona de transición entre el perímetro oriental de Sierra Almijara con el perímetro occidental de la para muchos, desconocida Sierra de Los Güajares.
El frío era intenso y una capa de nubes se cernía sobre nosotros, situándose justo a nuestra altura, pero permitiéndonos disfrutar del grandioso espectáculo que teníamos a nuestros pies. No olvidemos que el coche ha quedado estacionado a unos 1.260 msnm y aunque vamos descendiendo lo hacemos muy suavemente, de hecho el kilómetro y unos 300 m que caminamos por la carretera lo hacemos por encima de los 1.200 m, lo cual nos permite disfrutar de unas vistas espectaculares sobre gran parte del sector oriental de Sierra Almijara y por añadidura de gran parte de nuestro recorrido. Con vertiginosas laderas a nuestra derecha que nos llevaban a preguntarnos al “Corsario” y a mí, “cómo coño vamos a bajar por aquí”, mientras nos recreábamos con la fotografía y el “Cartógrafo de su Majestad” al que le sienta fatal el frío en la Alta Montaña, nos sacaba cada vez mas ventaja, oteando con mirada experta cada nueva curva de la carretera para encontrar el lugar exacto para iniciar el descenso, que ya tenía estudiado y dibujado en sus famosos mapas, como en él es costumbre.
Para que os hagáis una idea del frío que hacía, aún se podía contemplar gran parte de la cumbre del Navachica nevada y con viento norte la sensación térmica era aún menor.
Volviendo a la explicación de este tramo que debemos caminar por la carretera, poco antes de llegar al km. 29 pasamos por un túnel excavado en roca. A continuación tras una curva a la derecha ya veremos la placa de km 29 que debemos dejar atrás y unos 300 m mas allá, justo en el exterior de una curva hacia la izquierda, donde nos encontramos unas flores de plástico que señalan el lugar de un antiguo siniestro. 
Vemos que a la derecha de la carretera, ladera abajo, parte un angosto sendero en forma de zig-zag. De hecho creo recordar que es la primera ladera practicable para poder descender, con la que nos encontramos desde que empezamos a caminar. Abandonando la carretera en este punto y finalizando de este modo esta primera parte del recorrido que podemos denominar “fase de aproximación”.
2ª parte: Descenso desde la carretera de la Cabra Montés hasta el cortijo de la Cueva de Funes.
Desde el mencionado punto de la carretera descendemos por la empinada loma, a través de ese sendero con sus marcados zig-zags, con vistas frontales del Navachica que aquel día amanecía nevado por encima de los tajos blancos de Sierra Blanquilla, que dos horas mas tardes comenzaríamos a rodear y dejando a nuestra espalda los llamativos espolones blanquecinos del cerro del Pescao. Al poco de empezar, finalizan los zig-zags y el difuminado y a veces casi perdido sendero de arrieros, pero fácil de seguir para quien tenga un mínimo de experiencia en la montaña, conforme vamos descendiendo el perfil de  la loma se va suavizando, hasta enlazar con el carril que conecta el km 31 de la carretera que estamos dejando atrás con el cortijo de Funes, que es hacia donde vamos caminando, dirección predominantemente OESTE. 
Y enlazaremos con el mencionado carril, cuando estamos llegando a la altura de una gran rambla arenosa del barranco de Los Chortales con un dique de contención, que dejaremos a nuestra izquierda, describiendo una curva de 180º a nuestra derecha, que momentáneamente nos orienta en dirección ESTE, para inmediatamente después retomar dirección OESTE, afrontando de vez en cuando ligeros toboganes en subida, aunque como ya hemos dicho anteriormente este segundo tramo del itinerario es predominantemente en bajada. 
Cada vez que el trazado de este carril, coincide con una cañada, por pequeña que ésta sea, podemos comprobar el tremendo poder erosivo que tienen las aguas torrenciales, sobre los materiales blandos de los que está compuesto el suelo que pisamos, horadando profundas cárcavas en medio del camino, que a veces podrían resultar insalvables incluso para un 4x4. 
Durante gran parte del recorrido nuestro principal referente visual a nuestra derecha, norte o este, según vayamos girando será el cerro Lopera.
Cuando llevamos unos 2 km recorridos por la pista/cortafuegos, dejamos a nuestra derecha una explanada  con varias hileras de colmenas que conviene tener en cuenta en los meses calurosos, sobre todo en primavera y verano, que será cuando las abejas estén mas activas, si bien esa época es poco recomendable para realizar esta ruta demasiado expuesta al sol, a excepción del tramo final de subidaal pico Lopera por su cara norte. 
Inmediatamente después de dejar las colmenas atrás ya veíamos muy próximas, las copas peladas de los chopos que delatan la presencia del arroyo de la Cueva de Funes y el pradito junto al que se encuentran las ruinas del cortijo de la Cueva de Funes, al abrigo de un gran roquedal, cual improvisado portal de Belén, que aunque no venga mencionado en muchos mapas (señalado en el que incluimos en la crónica por un punto rojo), conserva los restos de un pequeño torreón a modo de alquería y ni que decir tiene que junto con en el pequeño pradito donde está ubicado a orillas del arroyo y el misterioso colmillo calizo situado unos 100 m al sur, forma un rincón mágico rebosante de armonía y energía positiva, que aumenta con el sonido de sus cristalinas aguas procedente de un fuente situada a los pies de la cara sur del Pico de Lopera, que a veces forma una gran rambla arenosa, que se estrecha a la altura del cortijo, para posteriormente volver a abrirse, originando un pequeño lago o pantaneta, gracias a la existencia de un dique de retención de sedimentos que embalsa sus aguas. En este lago encontramos especies palustres como juncos, eneas y también algunas anátidas. En su parte final este barranco se precipita a través de una imponente pared travertínica, uniéndose al barrancos de los Chortales y al de los Madroñales, para formar el gran barranco de las Chorreras, por donde discurre la principal actividad de barranquismo de todas las empresas de turismo activo que hacen de este lugar el barranco mas sobre explotado de toda Andalucía con diferencia y que nada bueno aportará al entorno si no se toman medidas para regular el número de barranquistas en verano.
3ª parte: Ascensión desde el cortijo de la Cueva de Funes al Pico Lopera por el cortijo Almijará, Mojón de Las Diferencias y cuesta de Las Pulgas.
Una vez que vadeamos el arroyo de la Cueva de Funes, dejando atrás el cortijo y tomamos el carril que en sus primeros metros se ha cimentado para a renglón seguido transformarse en terrizo manteniendo dirección predominantemente oeste tal y como llevamos caminando desde hace un buen rato. A los pocos metros de empezar la ascensión la presencia de Chuckie, hizo de una cierva de gran tamaño saliera corriendo con elegante porte y grandes saltos en dirección hacia el mencionado cortijo que ya habíamos dejado unos 200 m atrás. 
Poco después el camino discurre en paralelo a una gran rambla que queda a nuestra izquierda, en cuyo margen han plantado unos cedros que llaman poderosamente la atención. Unos 50 m después de dejar atrás el último cedro, debemos cruzar la arenosa rambla que llevamos a la izquierda, porque el camino por el que vamos discurre por su vertiente contraria. A partir de aquí el perfil ascendente se va a endurecer, siendo nuestra principal referencia visual, el conjunto de tajos y espolones blanquecinos que forman la denominada Sierra Blanquilla, toponimia muy frecuente en otras zonas de nuestra geografía, pero verdaderamente justificada en este caso por el tono blanquecino de sus rocas.
A pesar del aspecto desértico y descarnado de esta sierra, históricamente, castigada por los incendios, como el dramático incendio de la vertiente norte que obligó a cerrar la Resinera de Fornés arruinando la forma de vida de tantos resineros de esta localidad y otras localidades vecinas o el gran incendio que tuvo lugar por esta zona por la que transitamos en 1999. La majestuosidad de este paisaje no deja de maravillarnos y los pinos resineros que comienzan a resurgir de sus cenizas son un canto a la esperanza, si bien, todavía quedan muchos años por delante para que esta sierra vuelva a disfrutar del manto verde que lució antes de las fechas ya mencionadas.
Conforme vamos ascendiendo cada vez nos acercamos mas a la base de la cara sur de Sierra Blanquilla, mientras que a su derecha comienza a aparecer de forma imponente y majestuosa toda la cara sur del pico Lopera, que aunque pueda parecer una cumbre secundaria respecto a las mas altas y conocidas de esta sierra. No deja de ser una montaña tan bella como imponente, especialmente desde la perspectiva donde ahora la contemplamos.
Al llegar a la base de la cara sur de Sierra Blanquilla, la pista gira hacia la izquierda, de manera que comenzamos a rodear su cara oeste, ascendiendo en todo momento sin tregua. Los espectaculares pináculos blanquecinos de Sierra Blanquilla a nuestra derecha, contrasta con el alomado perfil del cerro de Los Madroñales que llevamos a nuestra izquierda donde distinguimos perfectamente el dibujo de un carril/cortafuegos que se abre paso entre el monte bajo que forma su manto pobre manto vegetal. Hasta que por fin llegamos a un puerto que se encuentra junto al cerro de Los Gatos. 
Desde el que parte un ramal de pista a la izquierda, dirección SUR,  cortado por un paso con cadena. Este puerto sin nombre, es un lugar estratégico, para clasificar la cuenca hidrográfica de los arroyos que nacen en este sector de sierra Almijara donde nos encontramos. De manera que desde este puerto hacia el sur, es decir, todo lo que ya hemos dejado atrás como por ejemplo, el barranco de Los Madroñales, que hasta hace unos instantes llevábamos a la izquierda el de Los Chortales, que fue el primero junto al que pasamos o el de la Cueva de Funes, que forman en de Las Chorreras y mas abajo el río Verde, vierten sus aguas al Meditarráneo, como el Patalamara o Torrox, Chíllar, Higuerón. 
Mientras que a partir de este puerto, donde ahora si, comenzamos a cambiar de dirección oeste a NOROESTE, NORTE, iniciamos un ligero descenso y pronto vamos a llevar a la izquierda del camino, un pequeño tributario del arroyo Almijara, que en menos de un kilómetro se va a cruzar en nuestra trayectoria y que salvaremos por un vado hormigonado, perteneciendo ya a la cuenca del Atlántica, ya que pronto desembocará en el río Bacal o Grande de Jayena que desemboca en el embalse de Los Bermejales, donde también entrega sus aguas el Cebollón, una vez se ha unido al río Cacín, que continúa aguas abajo dirección norte hasta desembocar en el Genil, al igual que el río Alhama, para mas tarde llegar al Guadalquivir y por lo tanto al Atlántico, nada menos que en Sanlucar de Barrameda.
Una vez superado el vado del arroyo Almijara y antes de continuar por el camino que sigue recto, dirección NOROESTE-NORTE, dedicamos unos cuantos minutos a visitar el cortijo Almijara, distante a unos 200 m, a través de un ramal de camino que sale a la izquierda, dirección suroeste y que discurre paralelo a la trayectoria del arroyo. Encontrándonos con otro enclave de gran belleza, donde destacaba la silueta nevada de la redondeada bóveda del Navachica al suroeste. Se trata de dos construcciones, la vivienda principal, mas cercana al río y una secundaria que por lo que pudimos comprobar debía de hacer las veces de establo para el ganado. Por encima de la cual aún se pueden distinguir los restos de una era. Todo ello estratégicamente ubicado junto al río y en perfecta armonía con el entorno. Un lugar escogido con la sabiduría de la gente de antaño, cuando el hombre vivía en bastante mas armonía con su entorno que en la actualidad, rodeado de mucha tecnología, pero de poca sabiduría y sobre todo en plena crisis de valores respecto a la Naturaleza, el prójimo y si me apuran contra uno mismo.
De vuelta sobre nuestros pasos, retomamos la pista en dirección NOROESTE-NORTE, con la compañía de las cristalinas aguas del arroyo Almijara junto a nosotros. Un kilómetro al norte de nuestra posición, llegamos casi llaneando o en ligero descenso, al denominado Mojón de Las Diferencias. 
Lugar estratégico de esta zona de Sierra Almijara que distinguiremos por tratarse de una planicie a modo de gran plazoleta, desde parte parte un cortafuegos que en dirección suroeste nos llevaría hasta el pico Navachica, hacia el OESTE (izquierda en el sentido de nuestra marcha) parte un ramal de pista por el que haríamos la aproximación a la base del cerro Cabañeros, a la derecha nos encontramos con una gran balsa contra incendios, por encima de la cual ya vemos, relativamente cercana la cumbre del cerro Lopera con su inconfundible caseta blanca contra incendios, allí arriba. Y de frente, en dirección NORTE, el ramal de pista que debemos tomar, con un trazado bastante rectilíneo, que empieza a ir ganando altura paulatinamente, mientras que el curso del arroyo Almijara que nos acompañará a nuestra izquierda durante algo mas de un kilómetro y medio, cada vez irá quedando mas por debajo nuestra.
Hasta que llega un momento en que la pista por la que vamos se bifurca en dos, la que continúa de frente (NORTE) se mantiene durante un trecho paralelo al arroyo Almijara y es la que viene de la Venta de Los Prados de Lopera, pero conviene advertir que en este mismo tenía una valla que cerraba el paso a vehículos no autorizado, dato a tener en cuenta para quien intente llegar en coche hasta el Monjón de las Diferencias, tal y como nos propone el Maestro Gandalf como punto de partida para la Ascensión al cerro Cabañeros en su guía del Excursionista de Tejeda y Almijara. Mientras que nuestro camino a seguir continúa por el ramal que gira casi 180º a la derecha (ESTE-NORTE), que podemos ver en la imagen de arriba y que empieza a coincidir con la vertiente norte del cerro Lopera, adentrándonos en un denso bosque de pinos resineros que nos va a acompañar hasta poco antes de la cumbre del cerro Lopera, por cuya vertiente norte ya comenzamos a subir, cambiando la cuenca del arroyo Almijara, por la del barranco de Las Pulgas, de hecho la cuesta por la que vamos subiendo de forma cada vez mas pronunciada por una pista perfectamente asentada es conocida como la Cuesta de Las Pulgas
Las bajas temperaturas con las que empezamos aquella jornada, se mantuvieron incluso en los largos tramos de pista por tramos muy abiertos, donde se agradecía ir por el sol, incluso con los guantes puestos casi todo el recorrido. Tanto es así que no nos sorprendió demasiado encontrarnos amplios tramos de la cuesta de Las Pulgas por la que íbamos subiendo muy nevados, en casi todas las zonas de umbría por donde discurre. 
Agradeciendo el rico sol, al ir dejando atrás la sombra de los pinos, conforme nos íbamos aproximando a la pequeña planicie de cumbre donde se encuentra el vértice geodésico y la solitaria caseta contra incendios, muy parecida a la que se encuentra en el Salto del Caballo, muy próximo a Piedra Sillada y La Cadena.
Al llegar a la cumbre del pico Lopera (1.485 m), el viento norte nos dio unos minutos de tregua para poder realizar un reportaje panorámico del espectáculo que teníamos ante nosotros, haciendo un breve resumen de la panorámica que desde allí podemos contemplar en un día despejado como el que tuvimos la suerte de disfrutar empezaremos comentando:
por el NORESTE: las blancas cumbres de Sierra Nevada por encima de los dóciles Prados de Lopera. Al ESTE: la sierra de Los Güajares, La Contraviesa y mas cercanos los llamativos pináculos blanquecinos del cerro del Pescao y Los Pollos del Pescao y a su derecha el Peñón de Itrabo. 
Al SUR: todo el conjunto de barrancos que forman el famoso río Verde de Otívar, con la pantaneta del arroyo de la Cueva de Funes destacando entre agrestes laderas y gran parte del recorrido que nos ha llevado traído hasta aquí con el Mediterráneo al fondo. 
De SUROESTE a OESTE: de izquierda a derecha: Navachica (1.830 m) techo Sierra Almijara, cerro Cabañeros (1.715 m), Piedra Sillada (1.670 m), La Cadena (1.645 m), Lucero o Raspón de Los Moriscos (1.779 m), cerro de Las Chapas (1.818 m) y La Maroma (2.065 m) y al NORTE: el dócil paisaje de perfiles suaves que caracteriza la comarca de Alhama de Granada.
4ª parte: Descenso del Pico Lopera  al km 28 de la carretera de la Cabra Montés (muy próximo a Los Prados de Lopera):
Cuando nos dimos cuenta el frío viento norte empezó a soplar de nuevo, recordándonos que por una razón o por otra, nuestra estancia en esas sagradas atalayas que son las grandes cumbres, casi siempre suele ser muy breve, para no profanar la magia de esas sucursales del Olimpo. Emprendiendo el camino balizado que discurre paralelo al trazado del cortafuegos que desciende de forma dócil, por la dorsal ESTE, de esta peculiar montaña, relativamente modesta en altitud, pero grandiosa en cuanto a las vistas que desde su cumbre podemos disfrutar. Y privilegiada por su estratégica situación en muchos kilómetros a la redonda.
Otro de los aspectos geográficos de este tramo del recorrido, que coincide con el final de nuestra gran ruta circular, es que la dorsal de la montaña por la que vamos bajando hace de divisoria de aguas de los ríos que descienden hacia la izquierda norte, y que se corresponden con la vertiente Atlántica, coincidiendo con un suave perfil, donde destacan los dóciles Prados de Lopera, en cuya dirección también contemplamos un pequeño bosquete de robles, probablemente el mas Meridional de Europa, dadas las latitudes en la que nos encontramos, mezclado con manchas de encinas, quejigos y pino pinaster, como bien nos explica un panel informativo que nos encontramos a media bajada en el margen izquierdo del camino. Mientras que a la derecha, SUR, tenemos los ríos de muy escasa longitud, que a través de los profundos barrancos desembocan, a veces de forma torrencial, en el cercano Mediterráneo.




























1 comentario :

  1. Preciosa ruta, perfectamente documentada, como todo lo que hacéis. Enhorabuena y gracias.

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