Antes de pasar directamente a la descripción de la ruta, unas breves pinceladas sobre Sierra Almijara:
Constituye uno de los macizos
montañosos más meridionales de las Cordilleras Béticas. Tiene una orientación
inicial este-oeste, para sufrir una inflexión en dirección noroeste-sureste, y
muriendo en el Mar de Alborán a través de los Acantilados de Maro y Cerro
Gordo. El conjunto abarca el extremo este de la provincia de Málaga y suroeste
de Granada, sus máximas cotas actúan como límites naturales entre ambas
provincias. En Málaga forma parte, junto con las Sierras de Tejeda y las de la
Dorsal Bética, de una barrera protectora natural que resguarda a la comarca de
La Axarquía, de las inclemencias del tiempo del norte. Comprendiendo parte de
los términos municipales de Canillas de Albaida, Cómpeta, Frigiliana y Nerja,
por la parte malagueña, y de Alhama de Granada, Arenas del Rey, Jayena y Otívar,
por la parte granadina.
Se trata de un conjunto muy accidentado que en muchas ocasiones nos regala postales prácticamente alpinas, pudiendo afirmar sin temor a equivocarnos que nos encontramos ante Los Dolomitas andaluces, con esbeltas cumbres, profundos barrancos de acusado desnivel, empinadas laderas que desparraman por su falda enormes cantidades de piedras formando largas ramblas y pedreras. La erosión también ha dejado curiosas formaciones, a modo de pequeños desfiladeros. Como los “cahorros o cajorros” del río Chíllar, del Higuerón o del Patalamara, y la formación de profundos barrancos, que conforman la red hidrográfica de los cursos más importantes, como el impresionante barranco de Los cazadores o el popular río Verde, con el conjunto de barranco que se forman en su cabecera que da lugar al famoso barranco de Las Chorreras.
Por sus grandes dimensiones, ha sido subdividida en unidades menores, más o menos características: la Sierra de Cómpeta, cuyas máximas cotas son el Lucero ó Raspón de Los Moriscos (1779 m) y el Cerro de la Mota, (1653 m). De ésta baja una rama hacia Frigiliana, constituyendo la Sierra de En medio cuya mayor altitud se encuentra en el imponente cerro Cisne (1.481 m), y hacia el este, prosigue formando la llamada Sierra de Nerja, con cotas como el Cerro de los Machos (1587 m.) y donde se alcanza la máxima cota de todo el conjunto, el Cerro Navachica (1832 m), la vertiginosa mole del Almendrón (1.514 m), collado del Nido del Buitre (1.544 m), La Comatocha (1.311 m), además del Cerro Cabañeros (1718 m), Muela de Piedra Sillada (1675 m), Alto de la Cuesta del Espartal (1596 m) y, finalmente, en el Cerro del Cielo (1508 m), ya muy cerca de la costa de Nerja-Maro. La Sierra de Almijara, con cotas superiores a los 1800 m., constituye un importante núcleo de condensación pluvial. Las precipitaciones penetran a través de los mármoles y al contactar con los materiales esquistosos impermeables, afloran manantiales más o menos importantes. Este fenómeno favorece la regulación del agua durante buena parte del año, permitiendo que algunos cursos, como los ríos Torrox, Chíllar, Cacín, Maro y Verde, tengan agua durante todo el año.
Otra característica importante de la hidrografía de esta Sierra, es su potencial erosivo, especialmente acusado en la vertiente mediterránea. Este fenómeno deriva del hecho de que cotas superiores a los 1500 m se encuentren a escasos kilómetros de la costa, labrando profundos barrancos.
A medida que se asciende se produce un aumento de la pluviosidad y una disminución de la temperatura. A estas características generales, hay que añadir algunas derivadas de su situación geográfica, el estar relativamente cerca del mar y de Sierra Nevada determinan una solana muy térmica, suave y seca al sur, y una umbría orientada al norte, en la provincia de Granada más fría, de régimen más continental y mucho más húmeda, tal y como podemos comprobar en cualquier ruta que realicemos por la vertiente granadina, como este día en el que hicimos la ruta del pico Lopera. Todo ello influye en la distribución de los seres vivos, a uno y otro lado de la sierra. La temperatura media anual oscila entre los 10 y 17ºC en la base y los 8 a 13ºC en las cimas.
Se trata de un conjunto muy accidentado que en muchas ocasiones nos regala postales prácticamente alpinas, pudiendo afirmar sin temor a equivocarnos que nos encontramos ante Los Dolomitas andaluces, con esbeltas cumbres, profundos barrancos de acusado desnivel, empinadas laderas que desparraman por su falda enormes cantidades de piedras formando largas ramblas y pedreras. La erosión también ha dejado curiosas formaciones, a modo de pequeños desfiladeros. Como los “cahorros o cajorros” del río Chíllar, del Higuerón o del Patalamara, y la formación de profundos barrancos, que conforman la red hidrográfica de los cursos más importantes, como el impresionante barranco de Los cazadores o el popular río Verde, con el conjunto de barranco que se forman en su cabecera que da lugar al famoso barranco de Las Chorreras.
Por sus grandes dimensiones, ha sido subdividida en unidades menores, más o menos características: la Sierra de Cómpeta, cuyas máximas cotas son el Lucero ó Raspón de Los Moriscos (1779 m) y el Cerro de la Mota, (1653 m). De ésta baja una rama hacia Frigiliana, constituyendo la Sierra de En medio cuya mayor altitud se encuentra en el imponente cerro Cisne (1.481 m), y hacia el este, prosigue formando la llamada Sierra de Nerja, con cotas como el Cerro de los Machos (1587 m.) y donde se alcanza la máxima cota de todo el conjunto, el Cerro Navachica (1832 m), la vertiginosa mole del Almendrón (1.514 m), collado del Nido del Buitre (1.544 m), La Comatocha (1.311 m), además del Cerro Cabañeros (1718 m), Muela de Piedra Sillada (1675 m), Alto de la Cuesta del Espartal (1596 m) y, finalmente, en el Cerro del Cielo (1508 m), ya muy cerca de la costa de Nerja-Maro. La Sierra de Almijara, con cotas superiores a los 1800 m., constituye un importante núcleo de condensación pluvial. Las precipitaciones penetran a través de los mármoles y al contactar con los materiales esquistosos impermeables, afloran manantiales más o menos importantes. Este fenómeno favorece la regulación del agua durante buena parte del año, permitiendo que algunos cursos, como los ríos Torrox, Chíllar, Cacín, Maro y Verde, tengan agua durante todo el año.
Otra característica importante de la hidrografía de esta Sierra, es su potencial erosivo, especialmente acusado en la vertiente mediterránea. Este fenómeno deriva del hecho de que cotas superiores a los 1500 m se encuentren a escasos kilómetros de la costa, labrando profundos barrancos.
A medida que se asciende se produce un aumento de la pluviosidad y una disminución de la temperatura. A estas características generales, hay que añadir algunas derivadas de su situación geográfica, el estar relativamente cerca del mar y de Sierra Nevada determinan una solana muy térmica, suave y seca al sur, y una umbría orientada al norte, en la provincia de Granada más fría, de régimen más continental y mucho más húmeda, tal y como podemos comprobar en cualquier ruta que realicemos por la vertiente granadina, como este día en el que hicimos la ruta del pico Lopera. Todo ello influye en la distribución de los seres vivos, a uno y otro lado de la sierra. La temperatura media anual oscila entre los 10 y 17ºC en la base y los 8 a 13ºC en las cimas.
Pueblos de referencia y cómo llegar al inicio
de ruta: vengas de donde vengas la
referencia es la A-4050, conocida como carretera de La Cabra Montés que
comunica Almuñecar-Granada.
Si vienes por la costa debes entrar en Almuñecar y buscar el desvío dirección Otívar, que será el pueblo de
referencia. Debes seguir carretera arriba hasta dejar atrás el puerto de la
Cabra Montés y continuar dirección norte, dejando a la izquierda todas las
pistas y senderos que descienden hacia las rutas tradicionales del famoso río
Verde, la carretera desciende y vuelve a ascender suavemente, pasando bajo un
túnel excavado en roca viva, que nos indica que ya estamos muy cerca del km. 28 (marcado a pie de carretera),
lugar que distinguiremos fácilmente porque en el margen derecho de la carretera
encontramos el inicio de una pista. Y a la izquierda un pequeño rellano, donde
se pueden dejar aparcado algunos coches, junto al panel que nos anuncia la
versión mas simplificada para subir al pico Lopera que tenemos justo en frente
a tan sólo 2,5 km en dirección oeste, salvado un desnivel de tan sólo 250 m por
el carril-cortafuego que desciende desde su cumbre hasta el lugar que nos
encontramos, pero que en nuestro caso utilizaríamos solo para el regreso, ya
que una vez que uno se pega el lote de kilómetros y la panzá de curvas hasta
aquí, no es plan de hacer una mariconada.
Si vienes desde el interior concretamente desde
Granada, lo suyo es tomar la autovía Granada-Motril y a la altura de
Dilar-Padul ya vemos las indicaciones hacia Otívar por
la A-4050,
conocida como carretera de La Cabra Montés que comunica Granada-Almuñecar,
siendo mucho mas dócil esta carretera si venimos desde el interior, siendo el km. 28, donde debemos dejar los coches.
Sirva de referencia que en el km. 27, se encuentra el cartel que nos anuncia el
Mesón Prados de Lopera. Un poco antes habríamos dejado a nuestra derecha el
desvío hacia Jayena, que es el
pueblo de referencia si venimos desde la zona de Alhama de Granada.
Mapa de la ruta: en amarillo tramo que debemos recorrer por carretera (en suave descenso), en color verde tramos predominantemente en bajada o casi llanos. Y en rojo: tramos predominantemente en subida.
Distancia aprox.
22,2 km
Desnivel aprox. subida
1.000 m
Desnivel aprox. bajada
800 m
Punto de partida:
km 20 de la A-4050, carretera de La Cabra
Montés.
Punto mas elevado:
pico Lopera (1.485 m)
Punto mas bajo: cortijo
de Funes (860 m)
Tiempo aprox. 6-7 horas
Nivel dificultad:
medio
Tipo suelo: 85%
pista/cortafuegos, 10% sendero, 5% carretera
Tipo de recorrido: circular
en el sentido de las agujas del reloj, girando en torno a la vertiente sur y
oeste del cerro Lopera, hasta coronarlo por su cara norte en el último tramo
del recorrido, descendiendo por su vertiente este.
Mapa: 1041-III
Navachica
Fecha de realización: martes, 15 de enero 2013.
3 participantes: Nuestro guía y precursor de esta ruta Manuel
Manzanares “El Cartógrafo de su Majestad”, Juan Antonio Villalba “El Corsario
de Sierra Alm,ijara” y Juan Ignacio Amador “El Comandante”.
Bibliografía: colección rutas inéditas de Manuel Manzanares “El
Cartógrafo de su Majestad”.
A tener en cuenta: A pesar de que la mayor parte de esta ruta
discurre por pista se trata de un itinerario que nos muestra un espectacular paisaje
de montaña por una de las zonas menos conocidas de Sierra Almijara.
Hay que estar muy atentos al
lugar donde abandonamos la carretera para adentrarnos ladera abajo hacia el
cortijo de Funes.
En épocas de lluvias el cauce de
los arroyos que debemos vadear puede aumentar considerablemente, especialmente
a la altura del cortijo de Funes y del cortijo Almijara, por lo que no está de
mas ir preparado con unos escarpines, botas de agua o incluso unas sandalias,
para al menos no tener que mojar las botas o el calzado de montaña que llevemos
en la ruta.
Breve descripción de la ruta:
Como ya hemos dicho
anteriormente, una vez estacionado el/los vehículo/s en el llanito que vemos
junto al km 28, done se encuentra el panel informativo que nos anuncia la
versión corta de subida al Pico Lopera, que de momento ignoraremos porque sólo
lo vamos a utilizar para realizar el descenso al final del recorrido.
1ª parte: Iniciamos la ruta caminando por la carretera
abajo, dirección Almuñecar, hacia los restos de un mosaico semi oculto
por las aulagas que nos anuncia “término municipal de Otívar”. Dejando atrás el
dócil paisaje de prados y lomas redondeadas que caracteriza la comarca de
Alhama y en cuestión de metros el paisaje cambia por completo.
La carretera se
convierte en un improvisado mirador sobre las profundas cañadas que se
desploman a nuestra derecha, desde donde ya podemos divisar un buen número de
cumbres emblemáticas de Sierra Almijara y en el margen izquierdo de la
carretera como complemento al grandioso espectáculo visual que tenemos ante
nosotros los tajos y pináculos blanquecinos del cerro del Pescao, en lo que
sería la zona de transición entre el perímetro oriental de Sierra Almijara con
el perímetro occidental de la para muchos, desconocida Sierra de Los Güajares.
El frío era intenso y una capa de
nubes se cernía sobre nosotros, situándose justo a nuestra altura, pero permitiéndonos
disfrutar del grandioso espectáculo que teníamos a nuestros pies. No olvidemos
que el coche ha quedado estacionado a unos 1.260 msnm y aunque vamos
descendiendo lo hacemos muy suavemente, de hecho el kilómetro y unos 300 m que
caminamos por la carretera lo hacemos por encima de los 1.200 m, lo cual nos
permite disfrutar de unas vistas espectaculares sobre gran parte del sector
oriental de Sierra Almijara y por añadidura de gran parte de nuestro recorrido.
Con vertiginosas laderas a nuestra derecha que nos llevaban a preguntarnos al “Corsario” y a mí, “cómo coño vamos a
bajar por aquí”, mientras nos recreábamos con la fotografía y el “Cartógrafo de su Majestad” al que le
sienta fatal el frío en la Alta Montaña, nos sacaba cada vez mas ventaja,
oteando con mirada experta cada nueva curva de la carretera para encontrar el
lugar exacto para iniciar el descenso, que ya tenía estudiado y dibujado en sus
famosos mapas, como en él es costumbre.
Para que os hagáis una idea del
frío que hacía, aún se podía contemplar gran parte de la cumbre del Navachica
nevada y con viento norte la sensación térmica era aún menor.
Volviendo a la explicación de
este tramo que debemos caminar por la carretera, poco antes de llegar al km. 29
pasamos por un túnel excavado en roca. A continuación tras una curva a la
derecha ya veremos la placa de km 29 que debemos dejar atrás y unos 300 m mas
allá, justo en el exterior de una curva hacia la izquierda, donde nos
encontramos unas flores de plástico que señalan el lugar de un antiguo
siniestro.
Vemos que a la derecha de la carretera, ladera abajo, parte un
angosto sendero en forma de zig-zag. De hecho creo recordar que es la primera
ladera practicable para poder descender, con la que nos encontramos desde que
empezamos a caminar. Abandonando la carretera en este punto y finalizando de
este modo esta primera parte del recorrido que podemos denominar “fase de
aproximación”.
2ª parte: Descenso desde la carretera de la Cabra Montés hasta el
cortijo de la Cueva de Funes.
Desde el mencionado punto de la
carretera descendemos por la empinada loma, a través de ese sendero con sus
marcados zig-zags, con vistas frontales del Navachica que aquel día amanecía nevado
por encima de los tajos blancos de Sierra Blanquilla, que dos horas mas tardes
comenzaríamos a rodear y dejando a nuestra espalda los llamativos espolones
blanquecinos del cerro del Pescao. Al poco de empezar, finalizan los zig-zags y
el difuminado y a veces casi perdido sendero de arrieros, pero fácil de seguir
para quien tenga un mínimo de experiencia en la montaña, conforme vamos
descendiendo el perfil de la loma se va
suavizando, hasta enlazar con el carril que conecta el km 31 de la carretera
que estamos dejando atrás con el cortijo de Funes, que es hacia donde vamos
caminando, dirección predominantemente OESTE.
Y enlazaremos con el mencionado
carril, cuando estamos llegando a la altura de una gran rambla arenosa del
barranco de Los Chortales con un dique de contención, que dejaremos a nuestra
izquierda, describiendo una curva de 180º a nuestra derecha, que
momentáneamente nos orienta en dirección ESTE, para inmediatamente después retomar
dirección OESTE, afrontando de vez en cuando ligeros toboganes en subida,
aunque como ya hemos dicho anteriormente este segundo tramo del itinerario es
predominantemente en bajada.
Cada vez que el trazado de este carril, coincide
con una cañada, por pequeña que ésta sea, podemos comprobar el tremendo poder
erosivo que tienen las aguas torrenciales, sobre los materiales blandos de los
que está compuesto el suelo que pisamos, horadando profundas cárcavas en medio
del camino, que a veces podrían resultar insalvables incluso para un 4x4.
Durante gran parte del recorrido nuestro principal referente visual a nuestra
derecha, norte o este, según vayamos girando será el cerro Lopera.
Cuando llevamos unos 2 km
recorridos por la pista/cortafuegos, dejamos a nuestra derecha una explanada con varias hileras de colmenas que conviene
tener en cuenta en los meses calurosos, sobre todo en primavera y verano, que
será cuando las abejas estén mas activas, si bien esa época es poco
recomendable para realizar esta ruta demasiado expuesta al sol, a excepción del
tramo final de subidaal pico Lopera por su cara norte.
Inmediatamente después
de dejar las colmenas atrás ya veíamos muy próximas, las copas peladas de los
chopos que delatan la presencia del arroyo de la Cueva de Funes y el
pradito junto al que se encuentran las ruinas del cortijo de la Cueva de Funes,
al abrigo de un gran roquedal, cual improvisado portal de Belén, que aunque no
venga mencionado en muchos mapas (señalado en el que incluimos en la crónica
por un punto rojo), conserva los restos de un pequeño torreón a modo de
alquería y ni que decir tiene que junto con en el pequeño pradito donde está
ubicado a orillas del arroyo y el misterioso colmillo calizo situado unos 100 m
al sur, forma un rincón mágico rebosante de armonía y energía positiva, que
aumenta con el sonido de sus cristalinas aguas procedente de un fuente situada
a los pies de la cara sur del Pico de Lopera, que a
veces forma una gran rambla arenosa, que se estrecha a la altura del cortijo,
para posteriormente volver a abrirse, originando un pequeño lago o pantaneta,
gracias a la existencia de un dique de retención de sedimentos que embalsa sus
aguas. En este lago encontramos especies palustres como juncos, eneas y también
algunas anátidas. En su parte final este barranco se precipita a través de una
imponente pared travertínica, uniéndose al barrancos de los Chortales y al de
los Madroñales, para formar el gran barranco de las Chorreras, por donde
discurre la principal actividad de barranquismo de todas las empresas de
turismo activo que hacen de este lugar el barranco mas sobre explotado de toda
Andalucía con diferencia y que nada bueno aportará al entorno si no se toman
medidas para regular el número de barranquistas en verano.
3ª parte: Ascensión desde el cortijo de la Cueva de Funes al Pico
Lopera por el cortijo Almijará, Mojón de Las Diferencias y cuesta de Las Pulgas.
Una vez que vadeamos el arroyo de
la Cueva de Funes, dejando atrás el cortijo y tomamos el carril que en sus
primeros metros se ha cimentado para a renglón seguido transformarse en terrizo
manteniendo dirección predominantemente oeste tal y como llevamos caminando
desde hace un buen rato. A los pocos metros de empezar la ascensión la
presencia de Chuckie, hizo de una cierva de gran tamaño saliera corriendo con
elegante porte y grandes saltos en dirección hacia el mencionado cortijo que ya
habíamos dejado unos 200 m atrás.
Poco después el camino discurre
en paralelo a una gran rambla que queda a nuestra izquierda, en cuyo margen han
plantado unos cedros que llaman poderosamente la atención. Unos 50 m después de
dejar atrás el último cedro, debemos cruzar la arenosa rambla que llevamos a la
izquierda, porque el camino por el que vamos discurre por su vertiente
contraria. A partir de aquí el perfil ascendente se va a endurecer, siendo
nuestra principal referencia visual, el conjunto de tajos y espolones
blanquecinos que forman la denominada Sierra Blanquilla, toponimia muy
frecuente en otras zonas de nuestra geografía, pero verdaderamente justificada
en este caso por el tono blanquecino de sus rocas.
A pesar del aspecto desértico y
descarnado de esta sierra, históricamente, castigada por los incendios, como el
dramático incendio de la vertiente norte que obligó a cerrar la Resinera de
Fornés arruinando la forma de vida de tantos resineros de esta localidad y
otras localidades vecinas o el gran incendio que tuvo lugar por esta zona por
la que transitamos en 1999. La majestuosidad de este paisaje no deja de
maravillarnos y los pinos resineros que comienzan a resurgir de sus cenizas son
un canto a la esperanza, si bien, todavía quedan muchos años por delante para
que esta sierra vuelva a disfrutar del manto verde que lució antes de las
fechas ya mencionadas.
Conforme vamos ascendiendo cada
vez nos acercamos mas a la base de la cara sur de Sierra Blanquilla,
mientras que a su derecha comienza a aparecer de forma imponente y majestuosa
toda la cara sur del pico Lopera, que aunque pueda parecer una cumbre
secundaria respecto a las mas altas y conocidas de esta sierra. No deja de ser
una montaña tan bella como imponente, especialmente desde la perspectiva donde
ahora la contemplamos.
Al llegar a la base de la cara
sur de Sierra Blanquilla, la pista gira hacia la izquierda, de manera que
comenzamos a rodear su cara oeste, ascendiendo en todo momento sin tregua. Los
espectaculares pináculos blanquecinos de Sierra Blanquilla a nuestra derecha,
contrasta con el alomado perfil del cerro de Los Madroñales que llevamos a
nuestra izquierda donde distinguimos perfectamente el dibujo de un
carril/cortafuegos que se abre paso entre el monte bajo que forma su manto
pobre manto vegetal. Hasta que por fin llegamos a un puerto que se encuentra
junto al cerro de Los Gatos.
Desde el que parte un ramal de pista a la
izquierda, dirección SUR, cortado por un
paso con cadena. Este puerto sin nombre, es un lugar estratégico, para
clasificar la cuenca hidrográfica de los arroyos que nacen en este sector de
sierra Almijara donde nos encontramos. De manera que desde este puerto hacia el
sur, es decir, todo lo que ya hemos dejado atrás como por ejemplo, el barranco
de Los Madroñales, que hasta hace unos instantes llevábamos a la izquierda el
de Los Chortales, que fue el primero junto al que pasamos o el de la Cueva de
Funes, que forman en de Las Chorreras y mas abajo el río Verde, vierten sus
aguas al Meditarráneo, como el Patalamara o Torrox, Chíllar, Higuerón.
Mientras que a partir de este
puerto, donde ahora si, comenzamos a cambiar de dirección oeste a NOROESTE,
NORTE, iniciamos un ligero descenso y pronto vamos a llevar a la izquierda del
camino, un pequeño tributario del arroyo Almijara, que en menos de un kilómetro
se va a cruzar en nuestra trayectoria y que salvaremos por un vado hormigonado,
perteneciendo ya a la cuenca del Atlántica, ya que pronto desembocará en el río
Bacal o Grande de Jayena que desemboca en el embalse de Los Bermejales, donde
también entrega sus aguas el Cebollón, una vez se ha unido al río Cacín, que
continúa aguas abajo dirección norte hasta desembocar en el Genil, al igual que
el río Alhama, para mas tarde llegar al Guadalquivir y por lo tanto al
Atlántico, nada menos que en Sanlucar de Barrameda.
Una vez superado el vado del
arroyo Almijara y antes de continuar por el camino que sigue recto, dirección
NOROESTE-NORTE, dedicamos unos cuantos minutos a visitar el cortijo Almijara,
distante a unos 200 m, a través de un ramal de camino que sale a la izquierda,
dirección suroeste y que discurre paralelo a la trayectoria del arroyo.
Encontrándonos con otro enclave de gran belleza, donde destacaba la silueta
nevada de la redondeada bóveda del Navachica al suroeste. Se trata de dos
construcciones, la vivienda principal, mas cercana al río y una secundaria que
por lo que pudimos comprobar debía de hacer las veces de establo para el
ganado. Por encima de la cual aún se pueden distinguir los restos de una era.
Todo ello estratégicamente ubicado junto al río y en perfecta armonía con el
entorno. Un lugar escogido con la sabiduría de la gente de antaño, cuando el
hombre vivía en bastante mas armonía con su entorno que en la actualidad,
rodeado de mucha tecnología, pero de poca sabiduría y sobre todo en plena
crisis de valores respecto a la Naturaleza, el prójimo y si me apuran contra
uno mismo.
De vuelta sobre nuestros pasos,
retomamos la pista en dirección NOROESTE-NORTE, con la compañía de las
cristalinas aguas del arroyo Almijara junto a nosotros. Un kilómetro al norte
de nuestra posición, llegamos casi llaneando o en ligero descenso, al
denominado Mojón de Las Diferencias.
Lugar estratégico de esta zona de Sierra
Almijara que distinguiremos por tratarse de una planicie a modo de gran plazoleta, desde parte parte un cortafuegos que en
dirección suroeste nos llevaría hasta el pico Navachica, hacia el OESTE
(izquierda en el sentido de nuestra marcha) parte un ramal de pista por el que
haríamos la aproximación a la base del cerro Cabañeros, a la derecha nos
encontramos con una gran balsa contra incendios, por encima de la cual ya
vemos, relativamente cercana la cumbre del cerro Lopera con su inconfundible
caseta blanca contra incendios, allí arriba. Y de frente, en dirección NORTE,
el ramal de pista que debemos tomar, con un trazado bastante rectilíneo, que
empieza a ir ganando altura paulatinamente, mientras que el curso del arroyo
Almijara que nos acompañará a nuestra izquierda durante algo mas de un
kilómetro y medio, cada vez irá quedando mas por debajo nuestra.
Hasta que llega un momento en que
la pista por la que vamos se bifurca en dos, la que continúa de frente (NORTE)
se mantiene durante un trecho paralelo al arroyo Almijara y es la que viene de
la Venta de Los Prados de Lopera, pero conviene advertir que en este mismo
tenía una valla que cerraba el paso a vehículos no autorizado, dato a tener en
cuenta para quien intente llegar en coche hasta el Monjón de las Diferencias,
tal y como nos propone el Maestro Gandalf como punto de partida para la
Ascensión al cerro Cabañeros en su guía del Excursionista de Tejeda y Almijara.
Mientras que nuestro camino a seguir continúa por el ramal que gira casi 180º a la
derecha (ESTE-NORTE), que podemos ver en la imagen de arriba y que empieza a coincidir con la vertiente norte del cerro
Lopera, adentrándonos en un denso bosque de pinos resineros que nos va a
acompañar hasta poco antes de la cumbre del cerro Lopera, por cuya vertiente
norte ya comenzamos a subir, cambiando la cuenca del arroyo Almijara, por la
del barranco de Las Pulgas, de hecho la cuesta por la que vamos subiendo de forma
cada vez mas pronunciada por una pista perfectamente asentada es conocida como
la Cuesta
de Las Pulgas.
Las bajas temperaturas con las que empezamos aquella
jornada, se mantuvieron incluso en los largos tramos de pista por tramos muy
abiertos, donde se agradecía ir por el sol, incluso con los guantes puestos
casi todo el recorrido. Tanto es así que no nos sorprendió demasiado
encontrarnos amplios tramos de la cuesta de Las Pulgas por la que íbamos
subiendo muy nevados, en casi todas las zonas de umbría por donde discurre.
Agradeciendo el rico sol, al ir dejando atrás la sombra de los pinos, conforme
nos íbamos aproximando a la pequeña planicie de cumbre donde se encuentra el
vértice geodésico y la solitaria caseta contra incendios, muy parecida a la que
se encuentra en el Salto del Caballo, muy próximo a Piedra Sillada y La Cadena.
Al llegar a la cumbre del pico
Lopera (1.485 m), el viento norte nos dio unos minutos de tregua para
poder realizar un reportaje panorámico del espectáculo que teníamos ante
nosotros, haciendo un breve resumen de la panorámica que desde allí podemos
contemplar en un día despejado como el que tuvimos la suerte de disfrutar
empezaremos comentando:
por el NORESTE: las blancas cumbres de Sierra Nevada por
encima de los dóciles Prados de Lopera. Al ESTE: la sierra de Los Güajares, La
Contraviesa y mas cercanos los llamativos pináculos blanquecinos del cerro del
Pescao y Los Pollos del Pescao y a su derecha el Peñón de Itrabo.
Al SUR: todo
el conjunto de barrancos que forman el famoso río Verde de Otívar, con la
pantaneta del arroyo de la Cueva de Funes destacando entre agrestes laderas y
gran parte del recorrido que nos ha llevado traído hasta aquí con el
Mediterráneo al fondo.
De SUROESTE a OESTE: de izquierda a derecha: Navachica
(1.830 m) techo Sierra Almijara, cerro Cabañeros (1.715 m), Piedra Sillada
(1.670 m), La Cadena (1.645 m), Lucero o Raspón de Los Moriscos (1.779 m),
cerro de Las Chapas (1.818 m) y La Maroma (2.065 m) y al NORTE: el dócil
paisaje de perfiles suaves que caracteriza la comarca de Alhama de Granada.
4ª parte: Descenso del Pico Lopera
al km 28 de la carretera de la Cabra Montés (muy próximo a Los Prados de
Lopera):
Cuando nos dimos cuenta el frío
viento norte empezó a soplar de nuevo, recordándonos que por una razón o por
otra, nuestra estancia en esas sagradas atalayas que son las grandes cumbres,
casi siempre suele ser muy breve, para no profanar la magia de esas sucursales
del Olimpo. Emprendiendo el camino balizado que discurre paralelo al trazado
del cortafuegos que desciende de forma dócil, por la dorsal ESTE, de esta
peculiar montaña, relativamente modesta en altitud, pero grandiosa en cuanto a
las vistas que desde su cumbre podemos disfrutar. Y privilegiada por su
estratégica situación en muchos kilómetros a la redonda.
Otro de los aspectos geográficos
de este tramo del recorrido, que coincide con el final de nuestra gran ruta
circular, es que la dorsal de la montaña por la que vamos bajando hace de
divisoria de aguas de los ríos que descienden hacia la izquierda norte, y que
se corresponden con la vertiente Atlántica, coincidiendo con un suave perfil,
donde destacan los dóciles Prados de Lopera, en cuya dirección también
contemplamos un pequeño bosquete de robles, probablemente el mas Meridional de
Europa, dadas las latitudes en la que nos encontramos, mezclado con manchas de
encinas, quejigos y pino pinaster, como bien nos explica un panel informativo
que nos encontramos a media bajada en el margen izquierdo del camino. Mientras
que a la derecha, SUR, tenemos los ríos de muy escasa longitud, que a través de
los profundos barrancos desembocan, a veces de forma torrencial, en el cercano
Mediterráneo.
Preciosa ruta, perfectamente documentada, como todo lo que hacéis. Enhorabuena y gracias.
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